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Las cosas ya no se llaman por su nombre

El fenómeno tiene lugar sobre todo en el sector público. A diario la gente nota cómo se le
deja de llamar pan al pan y vino al vino, para usar rebuscados términos que no todo el
mundo entiende; a veces, simplemente para demostrar una supuesta experticia, y otras,
con el fin de maquillar realidades adversas.
Dicen los entendidos que el lenguaje determina y moldea nuestras nociones de la realidad y
que en esa medida al transformarlo actuamos sobre ella. Pero hay quienes creen que debe
ser al revés, de manera que la transformación de la realidad termina reflejándose en el
lenguaje, camino más largo y empinado.

Más allá de este debate tipo huevo-gallina, lo cierto es que son muchos los casos en
Colombia donde la denominación acuñada desde instancias oficiales para un problema se
estrella de frente contra él, haciéndose evidente que nombrarlo distinto no va a
solucionarlo. Y más grave aún resulta cuando el esfuerzo estatal se limita a eso.

Hay múltiples ejemplos, desde el atrevimiento de llamar migrantes internos a los


desplazados por la violencia, inseguridad alimentaria al hambre y sectores vulnerables
a comunidades en la pobreza hasta el caso de los Grupos Armados Organizados en los
que amanecieron convertidas hace poco en bandas criminales o ‘bacrim’. Hasta al
viejo fantasma del racionamiento eléctrico le dieron una nueva identidad: cortes
programados, de la misma manera que las cuotas políticas reemplazaron a las
cuasipatrimoniales corbatas. Ni hablar, qué lástima, de los ‘falsos positivos’ como
camuflaje de las ejecuciones extrajudiciales.
(Además: El 'oso' de usar anglicismos en la oficina para descrestar)
Pasa lo mismo cuando una administración local advierte sobre una afectación vehicular en
una vía en la que miles de conductores padecen un trancón de antología. Calle que muy
posiblemente presenta, a juicio de las autoridades, baches y ondulaciones (léase parece
la superficie lunar, plagada de cráteres).

La tendencia es similar a la que se ve con algunos movimientos sociales (generalmente en


el costado izquierdo del espectro político) y sus acciones afirmativas de inclusión en el
lenguaje, que han instalado la expresión “en situación de”: personas en situación de calle,
en situación de desplazamiento, en situación de discapacidad, etc.

“Años de segregación activa, racismo, clasismo, sexismo y homofobia, por parte del
establecimiento político y religioso del país, han hecho que, desde una perspectiva
wittgensteiniana (hablamos como pensamos), la izquierda biempensante haya decidido
emprender esta cruzada”, explica Santiago Rivas, presentador del programa de
televisión Los puros criollos, quien ha estudiado este fenómeno por su cuenta. Para él,
de esta manera se sacrifica la elocuencia y el sentido, en pro de la forma.

“Muchas de esas ‘poblaciones vulnerables’, los líderes y las ‘lideresas’ de los ‘procesos a
viabilizar’, son los mismos que exigen del establecimiento este lenguaje cargado de
eufemismos y posturas políticamente correctas, que terminan por afectar la posibilidad de
comunicarnos entre nosotros”, añade Rivas.

La otra pata de este asunto es el uso de un léxico extremadamente especializado e


incomprensible para buena parte de los colombianos. Es como si expresarse así fuera
una señal de pertenencia a una curiosa vanguardia burocrática. Funciona como cualquier
moda: de un momento a otro surge un término, un barbarismo las más de las veces, y en un
parpadeo está siendo pronunciado en cuanta reunión, comité o seminario tenga lugar.

“Esta jerga sirve para dar la apariencia de una experticia técnica, de un conocimiento único
y críptico al que los mortales no podemos acceder –plantea Sergio Roncallo, profesor de la
Facultad de Comunicación Social de la Universidad de la Sabana–. En gran parte, se trata
de una forma esnob, arribista, de hacer una ‘limpieza’ del lenguaje, bajo el supuesto de que
hay cosas que si se dicen en un tono que todos entendamos no resultan políticamente
correctas”.

De esta cosecha hacen parte términos como retroalimentación, coadyuvar, socializar,


propender, cocreación, interlocutar y, sobre todo, el abuso al que a diario son sometidos los
verbos aplicar, socializar y validar, entre muchos otros.
Es dentro del marco de esta tendencia que hoy se habla, por ejemplo, de la siembra por
parte de adultos mayores de equis cantidad de individuos arbóreos para referirse a unos
tiernos abuelos que plantaron unos arbolitos. O de políticas de atención integral para los
perros y perras en situación de abandono cuando unas almas caritativas rescatan a
unos pobres gozques callejeros.

Como decíamos, este fenómeno no es exclusivo del ámbito estatal. Recordemos cómo hace
ya varios años que las máquinas de los casinos dejaron de ser tragamonedas para
convertirse en pagamonedas. Y de cómo el verbo manejar canibalizó a tener con la misma
ferocidad que colocar ya lo hizo con poner.

Fundamental tener en cuenta que ya ningún promotor (vendedor) invita a comprar un plan
de tiempo compartido o un curso de lectura rápida. No. Ahora la invitación es a
invertir. Tal vez en unos años le pediremos al mesero “el valor de la inversión en
nutrición y esparcimiento” en lugar de la cuenta.
(Lea también: 'Grilla' o 'farra', ¿dónde quedó el buen uso del idioma universitario?)

Es urgente abordar el tema. Poner sobre la mesa la importancia de frenar o al menos


moderar la tendencia. De lo contrario, a vuelta de unos años se hablará de que James
Rodríguez es un futbolista en situación de suplencia o de que en Venezuela no se maneja lo
que es la democracia como tal.

Alto nivel (comisión de): Excusa gubernamental para salirse por la tangente.


“Conformaremos una comisión de alto nivel para que colombianos dejen de llevarse las
cobijas de los aviones”.
B

Bache: Hueco en vía pública, por lo general con dimensiones de pozo de exploración


petrolera. “En mi barrio, todos les celebramos los cumpleaños a nuestro bache”.
C
Centro de beneficio animal: Matadero. “Míralos. Pobres: van como ovejas al centro de
beneficio animal”.
Coadyuvar: Dar una mano. “La gente cree que Valverde nunca le coadyuva a Nairo”.
Cuota política: Cargo en el sector público, gestionado por un cacique, en el que no se
labora pero sí se cobra. “No, olvídalo, yo no voy a trabajar, yo soy cuota política”.
D

Dinamizar: Meterle chancleta, tupirle. “Hay que dinamizar la discusión del proyecto de ley
para no quedarnos sin ‘mermelada’ ”.
E

Enajenar (acciones o activos): Privatizar. “A este ritmo, van a terminar enajenando el


Nobel de Gabo”.
Escalar (el caso): Chantarle el lío a otro, hacer la de Pilatos. “Ante la solicitud de permiso
de la adolescente para ir a acampar con amigos, la mamá escaló el caso hasta instancias del
padre”.
I

Individuo arbóreo: Arbolito. “Papá, para el carro que tengo que rociar un individuo
arbóreo”.
Interlocución: Diálogo. “Es necesario generar procesos de interlocución con los vecinos
para que le enseñen al perrito a no ensuciar nuestro jardín”.
M

Manejar: Tener. “Ya no manejo ganas de soñar un futuro juntos”.


Multiplicador: Persona responsable de difundir, entre otras, información. “Los porteros
suelen ser grandes multiplicadores de información privada de los residentes”.
P

Propender: Mirar a ver qué se puede hacer. “Es deber del Distrito propender a que los
buses del SITP se varen solo una vez al día”.
R

Reprogramar: Aplazar. Término recientemente acuñado por la Dimayor, autoridad


mundial en el aplazamiento de partidos. “Es la décima vez que reprograman la entrega del
deprimido de la calle 94”.
Retroalimentación: Opinión sobre algo. “Pienso hipotecar la casa y empeñar los juguetes
del niño. Dame retroalimentación”.
S

Sentipensante: Persona que combina razón y emoción en su desempeño profesional, con


prevalencia de lo segundo. “El ‘Pecoso’ Castro es un técnico de la escuela sentipensante”.
Sinergias: Meter a todo el mundo en el mismo cuento. “James y Zidane no lograron crear
sinergias”.
Socializar: Compartir una información otrora reservada. “Es hora de que socialicemos lo
nuestro con tus padres”.
V

Validar: Revisar, ver que todo esté bien. Su uso es cada vez más frecuente e inmisericorde
en los ‘call centers’. “¿La corte ya validó el acuerdo de paz?”.
Viabilizar: Levantar plata. “Hay que viabilizar el paseo a la finca, hagamos una vaca”.
Visibilizar: Que la gente se entere de la existencia de un problema, un grupo social, etc.
“Es hora de visibilizar el drama cotidiano de las personas en situación de alopecia”.

2 VIDEO LENGUAJE CLARO


EVALUACION

1.Las comunicaciones del Estado son una oportunidad para generar cercanía con
el ciudadano. Para escribir en lenguaje claro se recomienda comunicarse en
primera persona. ¿Cuáles de los siguientes ejemplos están escritos en primera
persona? (Escoja dos respuestas)
Será tenida en cuenta la solicitud del que requiere el trámite
Tendremos en cuenta su solicitud para dar respuesta al trámite
Le avisaremos por escrito a su dirección de correo electrónico o a su lugar de vivienda la
respuesta de la Entidad
A través de correo electrónico o a su lugar de vivienda el sujeto será notificado de la respuesta
de la Entidad

2.La revolución tecnológica está transformando la relación y la comunicación


entre el Estado y el ciudadano. ¿Cuál de las opciones de respuesta corresponde a
una de las preguntas que el ciudadano se hace al momento de comunicarse con
entidades del Estado por medio de plataformas digitales?

- ¿Qué debo hacer?


- ¿Para qué o por qué? ¿Cómo, cuándo, dónde puedo hacer lo que necesito?
- ___________________________
¿Es un trámite fácil de hacer?
¿A quién puedo recurrir para que me explique esta comunicación?
¿Cuánto cuesta?
¿Cuáles son los datos del servidor público que está realizando o respondiendo mi trámite?

3.El primer paso para comunicarse en lenguaje claro es:


Ponerse en los zapatos del ciudadano
Conocer los tiempos de respuesta del trámite
Contar con los conocimientos suficientes para dar respuesta
Leer cuidadosamente el requerimiento del ciudadano

4.En general, las respuestas del servidor público al ciudadano deben proyectarse
para personas con un nivel de educación:
Nulo
Básico
Intermedio
Superior

5.Una comunicación escrita en lenguaje claro debe lograr que:


El mensaje central se entienda al volverlo a leer con mayor detalle
Los ciudadanos reiteren la solicitud con mayor claridad
El mensaje se entienda la primera vez que se lee
Un especialista apoye la resolución de inquietudes
6.Complete el espacio con una de las opciones señaladas después del texto.

Para escribir en lenguaje claro se recomienda que un párrafo no tenga más de ___
palabras. La memoria a corto plazo no retiene más, cuando se llega al final, no
recuerda el principio.
25
15
20
35

7.Los encabezados (títulos o subtítulos) para escribir en lenguaje claro son


necesarios porque:
Atraen la atención del lector
Ayudan a encontrar lo que se necesita y tener los detalles que hacen falta
Todas las opciones
Comunican al lector cómo está organizado un texto
Describen el contenido o el propósito de cada sección del texto

8.¿Qué factor incide negativamente en el lenguaje claro?


El uso de expresiones idiomáticas
La falta de conocimientos de gramática y ortografía
El trabajo bajo presión
La creencia de hacer las cosas como se han hecho siempre

9.Seleccione las tres palabras que hacen falta en el texto.

El lenguaje claro debe ser_________, parecido al de una conversación entre


dos_______, no una cátedra especializada. Para ello es necesario preguntarse:
¿Lograré que mi lector siga leyendo? ¿Se aburrirá antes de que el texto le sea
útil? ¿Tendrá que llamar a alguien para que se lo explique? Estas preguntan
permitirán reconocer qué tan _____ son los mensajes que transmito.
Efectivos
Técnico
Personas
Eficientes
Especializada
Servidores públicos
Cercano

10.Complete el espacio con una de las opciones señaladas después del texto.

Para escribir en lenguaje claro se recomienda que los párrafos sean breves, con
no más de _______ líneas que den el contenido completo de la idea que se busca
comunicar.
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