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ESPACIO Y EL MODO.
0. INTRODUCCIÓN
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Semánticamente se denomina Complemento Circunstancial de Lugar a aquellos complementos
representados por un adverbio, un S. Prep. o una Oración que ponen en relación una acción o
proceso verbal con el espacio. El contenido de lugar viene dado por el propio complemento, que,
en muchos casos, no posee una marca especifica de locativo.
Desde el punto de vista formal hay dos mecanismos para reconocer el CCL. Por un lado, la
transformación de la oración en interrogativa con el adverbio “¿dónde?” (“Andrés trabaja en los
astilleros de Puerto Real”./“¿Dónde trabaja Andrés?”). Por otro, sustituir la unidad lingüística
que pensamos que funciona como CCL por un adverbio de lugar (“Nos encontraremos en la
esquina de tu calle”/“Nos encontraremos allí”).
Desde el punto de vista sintáctico se acepta que el CCL es un elemento relativamente marginal
o periférico de la oración. Para Alarcos los CCL vienen a ser el marco en el que se realiza lo
dicho en la oración, de manera que este tipo de elementos no se subordinan, como afirma la
gramática tradicional, solo al verbo, sino a toda la oración.
La gramática generativista ha pretendido establecer una jerarquía entre los CC, en ella los de lugar
ocupan el ultimo puesto, dependen de un nudo relativamente elevado de la estructura oracional.
Porto Dapena plantea una objeción a estas interpretaciones. Acepta que el complemento locativo
pueda ser un elemento marginal o periférico de la oración, pero no en todos los casos, porque no
siempre ocupan el mismo lugar en la oración y tampoco desempeñan la misma función. Distingue
los siguientes casos:
No siempre estos complementos afectan a toda la oración o al verbo, en algunos casos
complementa un sustantivo o un adjetivo. No se puede hablar de CC.
Cuando el complemento que tiene significado locativo viene exigido por las características
semánticas del verbo, es decir, esta regido por el verbo, no podemos hablar de CC sino de
Suplemento (“Metió el coche nuevo en el garaje”).
Cuando el locativo actúa de CC puede referirse exclusivamente al verbo. Otras veces es un
claro constituyente del sintagma predicado al situar no solo la acción, sino tambien el objeto de
esta, representado por el CD o por el Suplemento. Las razones que sustentan esta afirmación
son: si solo complementara al CD la oración no admitiría la transformación interrogativa; y si
solo modificara al CD el locativo equivaldría a una Oración Subordinada Adjetiva, tambien el
complemento locativo puede afectar por igual tanto al predicado como al sujeto, en estas
oraciones se sitúa a un Sujeto realizando una acción en un determinado lugar.
A veces pueden aparecer en una misma oración dos o mas Complementos Locativos no
coordinados aunque se encuentren en el mismo nivel sintáctico, se produce en estos casos una
geminación o amplificación mediante una especie de aposición del circunstancial, en la
amplificación un componente es mas concreto que el otro (“Estudia Filología en Madrid [aquí],
en la Complutense”).
La RAE establece una clasificación semántica distinguiendo los siguientes Complementos
Locativos: de dirección de donde o tambien llamado lugar de donde, lugar por donde o transito;
termino del movimiento; lugar de estancia, permanencia o reposo. Por su parte, Porto Dapena,
partiendo de los mismos criterios, distingue entre los CCL:
Locativos situacionales o posicionales, estos situan la acción o acontecimiento en coincidencia
locativa con un lugar u objeto o en relación con el.
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Locativos direccionales, implican un movimiento, orientación o perspectiva, esta puede ser de
diversas clases: a quo o de origen, ad quem o de destino e intermedia o de lugar por donde
(desde, hacia o por un determinado lugar).
Locativos extensionales, que dan la amplitud de un espacio mas o menos grande.
2. EL TIEMPO.
El estudio de la expresión del tiempo en la lengua se sustenta en cuatro pilares: el tiempo
gramatical, el aspecto gramatical, el aspecto léxico y los CCT. Además hay diferencias
semánticas entre estos CC puesto que su información temporal puede ser muy diferente,
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este grupo. El paso de los adverbios deícticos que funcionan en oraciones marcadas por la
actualidad a otras no marcadas por tal rasgo, supone una modificación formal del adverbio.
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tranquilamente la novela de misterio?” *Cuando de pronto la siniestra sombra apareció por la
ventana.). No pueden formar parte de una interrogativa (*¿Qué hiciste hasta que tu hermano te dijo
que nunca te enviaría el dinero?). Admite el uso del presente si el verbo principal es un pasado
(“Estaba sentado leyendo una novela de misterio, cuando suena el teléfono y mi hermano me cuenta
una desagradable noticia”).
La relación temporal entre el hecho de la proposición temporal y el de la subordinada depende del
significado del conector temporal que introduce la subordinada.
Para la RAE algunas de las Subordinadas Temporales pueden reducirse a Oraciones de Relativo que
tengan como antecedente un adverbio, o una locución o sustantivo que indique tiempo. Al igual que
ocurría con las locativas no establece distinción entre estas dos clases de oraciones.
La relación temporal en la que se encuentran la oración principal y la subordinada se expresa
mediante el morfema de tiempo de cada uno de los verbos. Pero como la función de las
Subordinadas Temporales es la de situar temporalmente la oración principal, puede ocurrir que el
morfema de tiempo sea insuficiente para expresar determinados matices. Los conectores temporales
no se limitan solo a enlazar las dos oraciones, sino que sirven además para indicarnos si la acción
expresada por el verbo de la subordinada es simultánea, anterior o posterior con respecto a la acción
de la principal. Según estas relaciones temporales, Carbonero, Lázaro Carreter o Luis García
entre otros, distinguen tres clases de Oraciones Subordinadas Temporales: las que indican acción
posterior a la expresada por la principal (“Fran se fue antes de que entregaran los regalos”), la
simultaneidad se puede entender como inclusión del tiempo de un hecho en el otro (“Susana llego
cuando yo estaba en la cocina”) o como coincidencia en el desarrollo de dos hechos (“Mi hermana
se vino a mi casa mientras su marido estaba en un congreso en Berlín”) y otras expresan acción
anterior (“Le mandamos la carta después de que se mudara”).
La RAE y Gili Gaya, entre otros, presentan las relaciones temporales según los siguientes criterios:
simultaneidad de las acciones expresadas por los verbos principal y subordinado (“Cuando ando,
me duelen los pies”), sucesión inmediata (“Apenas salí de casa, empezó a diluviar”), la sucesión
mediata puede indicar anterioridad o posterioridad (“Avísale antes de que sea tarde”). A estas añade
M. Marín la reiteración o repetición de una misma acción (“Siempre que hablaba confundía al
auditorio”).
Las Oraciones Subordinadas Temporales pueden llevar como núcleo del predicado un verbo en
forma no personal, un infinitivo o un participio. La construcción AL+INFINITIVO expresa
simultaneidad entre el tiempo del verbo subordinado y el principal, puede llevar o no sujeto expreso
(“Al volver Maria de sus vacaciones, tuvo un accidente de automóvil”). Otras construcciones
temporales con infinitivo son: HASTA+INFINITIVO (“Estuvimos charlando hasta el amanecer”),
ANTES DE+INFINITIVO (“Antes de salir tenéis que recoger todos los juguetes”), DESPUÉS
DE+INFINITIVO (“Después de limpiar los cristales de las ventanas comenzó a llover”), AL
TIEMPO DE+INFINITIVO (“Al tiempo de salir de viaje sonó el teléfono”). El participio en
construcción absoluta puede ser el núcleo verbal de una Oración Subordinada Temporal. En estas
construcciones el participio constituye un grupo unitario con otras palabras (entre ellas un
sustantivo) que funciona como, según la terminología de Alarcos, un adyacente oracional. Entre el
participio y el sustantivo hay una relación de concordancia de genero y numero (“Concedido el
permiso, empezó la obra en su taller”).
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2.3. El tiempo verbal.
Hay que distinguir, como Benveniste, entre tiempo cronológico, tiempo psicológico y tiempo
lingüístico.
- El tiempo cronológico es el tiempo de los acontecimientos, los hechos se situan unos con
respecto a otros en el tiempo de tal forma que podemos establecer relaciones de anterioridad,
simultaneidad y posterioridad entre ellos.
- Nuestra interpretación psicológica del tiempo distingue tres zonas: el periodo mas o menos
amplio en el que experimentamos y comunicarnos nuestra vivencia que llamamos presente
(AHORA), el periodo anterior que abarca todos nuestros recuerdos al que denominamos pasado
o pretérito (ANTES) y el periodo no realizado ni vivido de lo que imaginamos, deseamos o
proyectamos que recibe el nombre de futuro (DESPUÉS).
- El tiempo lingüístico se basa principalmente en el tiempo cronológico, pero no coincide
totalmente con el. Hay que tener en cuenta que las formas verbales presente, pretérito y futuro
no se emplean siempre para indicar esos periodos de tiempo de la realidad.
Siguiendo el punto de vista de A. Bello, podemos clasificar los tiempos verbales según el modo de
fechar un suceso con relación al presente a otro hecho ya fechado:
Tiempos verbales absolutos que se refieren directamente al presente.
Tiempos relativos primarios que se establecen por relación con los absolutos.
Pretérito Presente Futuro
Antepretérito inmediato Copretérito Pospret. Antepresente Antefuturo
“hube llegado” “llegaba” “llegaría” “he llegado” “habré llegado”
Tiempos relativos secundarios se refieren a los relativos primarios y solo afectan al pretérito
como tiempo histórico y conocido. Por esta razón el tiempo pasado se puede dividir en
fracciones mas pequeñas, cuyo contenido temporal se delimita por nuestro conocimiento
histórico. De este modo el pretérito se puede subdividir en:
1. Copretérito, expresa una acción que durante cierto tiempo se produce en conjunto con la
del pretérito, aunque puede empezar antes y terminar después.
2. Pospretérito, una acción que en el pasado se produce después del pretérito.
3. Antecopretérito, una acción anterior a la del copretérito, le sirve de referencia.
4. Antepospretérito, es un verbo con carácter relativo, anterior al pospretérito.
3. EL MODO.
La categoría lingüística modalidad recoge las diferencias existentes entre los enunciados con
respecto a las distintas posiciones del hablante con respecto a la verdad del contenido que expresan
o con respecto a la actitud de los participantes en el acto de la enunciación.
Ch. Bally, usando la terminología de la lógica escolástica, distingue en toda oración dos elementos:
El dictum, correlato del proceso que constituye la representación, la idea que se transmite.
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El modus, elementos que indican la expresividad del hablante. Este autor distingue la posición
del hablante cuando ante una aseveración indica que no tiene certeza sobre la realidad de lo
aseverado o cuando formula un mandato o un deseo.
En esta línea en la lingüística europea se ha propuesto establecer una doble distinción de
modalidad siguiendo la propuesta terminologica de Jakobson:
En la modalidad de la enunciación hay factores que atañen a la forma de comunicación entre el
hablante y el oyente (mandato o pregunta frente a declaración), es decir, intervienen
componentes del proceso de comunicación distintos al enunciado. Así, en un mandato van
implicados el hablante y el oyente.
En la modalidad del enunciado no intervienen factores exteriores al signo lingüístico, la
modalidad del enunciado caracteriza la manera como el hablante sitúa la oración con respecto a
la verdad: posibilidad, certidumbre o imposibilidad.
Hay diversos mecanismos lingüísticos para expresar la modalidad: la entonación, la variación del
modo verbal, los adverbios, los adjetivos, los verbos modales...
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Acumuladas. Explican a un adverbio no correlativo de la principal que modifica directamente al
verbo.
Incidentales. Van introducidas por los nexos “como” o “según”, sirven para indicar la referencia
del texto citado o la fuente. Puede omitirse el verbo dicendi.
Tambien se puede expresar la modalidad mediante una oración con el verbo en forma no personal
(infinitivo o gerundio). De este la construcción PREPOSICIÓN +INFINITIVO puede indicar un
CCM. Los gerundios con valor modal pueden aparecer en distintos contextos:
1. en una pasiva perifrástica referido al Complemento Agente,
2. en una construcción pasiva refleja o impersonal
3. y en una construcción activa.
4. CONCLUSIÓN
Además de otras expresiones lingüísticas del tiempo, el espacio y el modo, hemos abordado
en el tema el estudio de los complementos circunstanciales (denominados también adjuntos o
adjuntos circunstanciales) de lugar, tiempo y modo. Como hemos visto, se trata de un tipo de
complementos no seleccionado por las características sintáctico-semánticas de los elementos que
modifica (sintagma verbal u oración).
En cuanto a la categoría lingüística de tiempo, nos ha parecido pertinente referirnos también
al tiempo verbal. En la categoría lingüística de modo, hemos considerado fundamental incluir el
estudio de las expresiones de las modalidades del enunciado y la enunciación.