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Desde un punto de vista global en el esquema anterior de la formación del suelo se pueden definir
tres acciones generales (ver imagen siguiente):
Insolación. Las radiaciones solares calientan de un modo desigual a las rocas, y el material
soporta intensas presiones debidas a la dilatación diferencial.
La separación en
delgadas capas
Esta misteriosa bola gigante que
concéntricas que
se encuentra en los bosques de
muestra este bolo de
Bonia también muestra la
granito en una cantera es
separación en finas capas
una clara manifestación
concéntricas.
del desarrollo de este
proceso.
Acción biótica. Las raíces de las plantas invaden las grietas de las rocas y al crecer llegan a
fracturar al material encajante. Este efecto puede observarse frecuentemente en las aceras de
cualquier ciudad.
Si se está receptivo, en cualquier momento de la vida cotidiana puede surgir una imagen que sirva
para aclarar un concepto edafológico. Caso 1. Meteorización biótica.
En contacto con el oxígeno del aire, y sobre todo con el agua (con su poder potenciado en el
suelo por la presencia de carbónico y ácidos orgánicos disueltos), los minerales de las rocas se
alteran. Por otra parte, los organismos atacan a los minerales para extraer elementos nutrientes
(K, Ca, Mg...) y transforman a los minerales. La alteración química del material original, se
encuentra ampliamente desarrollada en los suelos y se puede poner de manifiesto simplemente
comparando la mineralogía inicial de la roca frente a la mineralogía del suelo que se forma a
partir de ella*. Tabla de origen desconocido
cuarzo ortosa albita biotita moscovita piroxeno ilita caolinita
Hor. A 62% 14% 3% 1% 5% 0% 10% 5%
Suelo
Hor. B 55% 18% 6% 5% 6% 1% 6% 3%
Hor.C 52% 20% 8% 10% 7% 3% 0% 0%
También se puede evaluar el grado y el tipo de alteración sin más que hacer un estudio de
cualquier muestra de suelo en el microscopio petrográfico.
Disolución. Afecta sólo a aquellos compuestos que son directamente solubles en agua (sin
desarrollo de reacción química previa; los enlaces entre las moléculas de H2O y los iones del
mineral son más fuertes que los que se presentan internamente en el mineral). Se trata de sales
muy solubles, concretament más solubles que los carbonatos y el yeso, como es la halita, silvina,
epsomita, natrita... Es un proceso importante en los clima áridos y en suelos formados a partir de
sedimentos evaporíticos (ricos en sales solubles)
Hidratación. Las moléculas de agua son atraídas por los desequilibrios eléctricos quedando
fijadas en los constituyentes edáficos.
Hidrólisis. Reacción química de los H+ y OH- del agua que se intercambian con los cationes y
aniones de los minerales llegando en los casos extremos a destruir por completo a los minerales.
Es el proceso más importante de la meteorización química. Afecta especialmente a los minerales
de reacción ácida/básica débil como los silicatos. Las uniones entre los cationes M (Mg, Al, Fe...)
y el Si con el O son rotas por los hidrogeniones y los cationes M son liberados de las estructuras
de los minerales.
Reacción ácida. Cuando las aguas van cargadas de ácido carbónico se pueden atacar a las
rocas calizas disolviéndolas
El agua de lluvia al
pasar por la atmósfera se Este agua con ácido carbónico disuelto ataca a estas calizas de la
carga de CO2 y se Sierra de Cazorla disolviéndolas.
acidifica.
4.2.3 Translocación
Además de estos dos procesos de desagregación física y alteración química hay un tercer proceso
que ejerce una importantísima acción en la formación del suelo y es la translocación de
sustancias, que por un lado mezcla y agrega los materiales edáficos y por otro lado, los separa y
los concentra. Todas estas acciones se realizan bien por los organismos del suelo, muy
especialmente por los que excavan galerías, como las lombrices y las hormigas o por simple
efecto mecánico, muy frecuentemente por la acción del agua que transporta los materiales, a
veces en suspensión a veces en disolución. Este arrastre por la acción del agua ejerce efectos muy
importantes en el suelo y puede eliminar a las sustancias transportadas fuera del perfil o
acumularlas a una determinada profundidad.
En el apartado anterior acabamos de ver como la formación del suelo es la consecuencia del
desarrollo de tres procesos básicos. Ahora bien, dependiendo de cómo se combinen en su
actuación, es decir, dependiendo de la intensidad con que se desarrolle cada uno de ellos y del
tipo de materiales a los que afecte preferentemente se definen determinados procesos de
formación. Al actuar estos procesos específicos conducen siempre o a la formación de un tipo
concreto de suelo (por ejemplo, los podzoles son la consecuencia directa del proceso específico
de podzolización) o bien confieren a distintos tipos de suelos una característica común a todos
ellos (por ejemplo, el proceso específico de Iluviación de arcilla confiere a tipos muy diferentes
de suelos un horizonte Bt, u horizonte árgico).
Empezaremos por los procesos en los que predomina la alteración y dejaremos para después a
aquellos en los que predomina la translocación de sustancias (la fragmentación actúa siempre y,
por si misma, no define ningún proceso específico concreto).
Melanización:
Empardecimiento
Representa la coloración parda que aparece en el suelo como consecuencia de la alteración de los
minerales primitivos que liberan importantes cantidades de hierro. Se forman hidróxidos férricos
más o menos hidratados y parcialmente cristalinos. Estos geles se unen a las arcillas
(directamente o a través del humus) formando unos compuestos (a veces complejos
organominerales) de color pardo. Es el proceso característico de las regiones templadas húmedas,
y se pone claramente de manifiesto en el paisaje de estas regiones.
En este perfil se
observa como la
roca madre
(granito) es de
color gris y al
otro perfil con su paisaje en el microscopio
meteorizarse
dando origen al
suelo se va
empardeciendo
progresivamente.
Rubefacción: La rubefacción es otro proceso que también queda patente en la coloración del
perfil.
Desde el material
original de color gris
(unas arenas) el suelo
se enrojeciendo
un paisaje con otro perfil con
progresivamente en el microscopio
rubefacción rubefacción
conforme vamos
subiendo hacia
horizontes cada vez
más meteorizados.
Se caracteriza pues este proceso por una alteración extrema de los minerales, con un profundo
lavado de alcalinos y alcalinotérreos, llegándose a producir hasta importantes pérdidas del silicio,
aunque la eliminación de sílice del perfil no llega a ser nunca completa (ya que el silicio es muy
poco soluble y bajo la forma de mineral de cuarzo es muy estable). En definitiva, se produce un
enriquecimiento de solo los compuestos muy estables, fundamentalmente óxidos e hidróxidos de
hierro y aluminio (hematites, goethita y gibsita), de cuarzo y también de los filosilicatos de la
arcilla más estables, como son aquellos con una razón Si/Al, baja, como es el caso de la caolinita.
3. Presencia de materia orgánica disuelta. El agua al desplazarse lentamente a través del suelo se
va cargando de residuos orgánicos y adquiere una fuerte reacción reductora. Los suelos muy
pobres en materia orgánica no presentan, en general, rasgos hidromórficos, aunque se encuentren
saturados en agua durante un tiempo apreciable.
Las acciones de la hidromorfía tienen importantes efectos en el suelo, que se reflejan tanto en sus
constituyentes, propiedades, formación y evolución, como en sus posibilidades de explotación
(agrícola e ingenieril). Esta importancia ha sido ampliamente reconocida y de ahí la existencia de
numerosos términos que hacen alusión a este estado en todos los sistemas de descripción y
clasificación de suelos. Así, en la literatura especializada son frecuentes los términos de:
propiedades hidromórficas, horizontes de colores abigarrados, motas de bajo croma <2,
decoloraciones, régimen ácuico, gleyzación, seudogleyzación, etc.
Los ambientes aireados son oxidantes y les corresponden altos valores de Eh, mientras que los
ambientes saturados en agua suelen ser medios reductores y se definen por bajos valores de Eh.
En la gráfica siguiente se muestran las regiones de estabilidad de las formas del Fe en función del
Eh/pH. La región del Fe precipitado es mucho más grande que la de la forma soluble. El hierro
soluble está en forma reducida de Fe2+ y corresponde a la región de pH menor de 8 y
preferentemente con Eh bajos.
El Fe es el elemento químico que mejor refleja las condiciones de hidromorfía de los suelos. En
condiciones reductoras, se moviliza el Fe2+,
que es bastante móvil, sufriendo una
redistribución por el perfil (pues las malas
condiciones de drenaje de estos suelos impiden
su total eliminación), acumulándose
compuestos ferrosos, dándole al suelo su color
gris-verdoso-azulado característico. Si el suelo
atraviesa por una estación seca el valor del Eh
sube y el Fe2+ se oxida a Fe3+ que es insoluble
y precipitará dando formas rojizas.
Si superponemos los campos de estabilidad del Fe y del Mn se delimitan tres regiones con
comportamientos diferentes.
Suelos encharcados.
Es interesante destacar el hecho de que el manganeso se reduce siempre a valores más altos de Eh
que el hierro, por lo que al humedecerse el suelo será el primero en movilizarse y al producirse la
desecación se oxidará (y por tanto se inmovilizará) en último lugar. Es pues el más móvil, como
se pone de manifiesto en esta figura, en la que se han representado las posibles variaciones de los
valores de Eh de un suelo sometido a dos cambios de humedad diferentes, uno de corta
hidromorfía (línea celeste) y a otro con una hidromorfía mucho más intensa (línea amarilla).
En el primer caso, la bajada en el valor del Eh es poco acentuada y sólo llega a afectar al Mn
que se reduce, se moviliza y, si no es lavado fuera del perfil, al desecarse se acumula formando
nódulos y películas.
El que el Fe3+ precipite no implica que necesariamente sea inmóvil. Formará pequeñas partículas
de óxidos férricos, tipo hematites, de muy pequeño tamaño, del tamaño de la arcilla (<2micras), y
ya hemos expuesto en esta lección que las arcillas se mueven en el suelo (y más adelante cuando
se explique la ilimerización -o Iluviación de arcilla- se desarrollará ampliamente este proceso), y
si las arcillas son arrastradas a los horizontes más profundos por las aguas de lluvia con mayor
facilidad lo harán estas partículas de Fe sobre la superficie de la pared (no migra el Fe disuelto
sino que lo hace en forma de suspensión).
El análisis de los rasgos que en el perfil del suelo produce la hidromorfía representa un método
indirecto de valoración que es muy rápido y fácil de manejar por lo que ha sido ampliamente
aceptado en todo el mundo. Ahora bien, al utilizar estos caracteres hay que ser extremadamente
cauteloso ya que se estará inequívocamente concatenando el efecto con la causa y siempre hemos
de tener presente que nunca será igual comprobar la hidromorfía mediante precisas medidas in
situ de la humedad y del potencial redox a lo largo del año, que deducirlas por una simple
observación de sus huellas en el perfil por muy minuciosa que sea esta observación.
Rasgos de empobrecimiento. Son zonas en las que se ha producido el lavado del Fe/Mn.
Representan zonas decoloradas, de colores pálidos, a veces amarillos y frecuentemente grises,
mas o menos verdosos/azulados, que son el resultado de la reducción, movilización y migración
de Fe2+ y Mn2+ seguidas de su correspondiente lavado.
El manganeso se reduce (pasando a la solución del suelo) mucho más fácilmente que el hierro y
para oxidarse (inmovilizándose) requiere unas condiciones oxidantes más fuertes que las que
necesita el Fe. Es por tanto mucho más móvil. Tiende a eliminarse del suelo o a acumularse
formando nódulos y películas de color negro.
Las acumulaciones y los empobrecimientos forman nódulos, películas y sobre todo motas.
La pseudogleyzación se puede formar por aporte de agua temporal procedente de las oscilaciones
estacionales que alcanzan los niveles inferiores del suelo o a partir de capas de agua colgadas
derivadas de aguas pluviales que al infiltrarse en el suelo quedan retenidas en los horizontes más
arcillosos.
Suelos gley
anillo de intenso
masa basal el suelo completamente
perfil gley lavado alrededor de
decolorada
un poro
Representan las condiciones de hidromorfía más intensas. Son horizontes que permanecen
saturados durante todo el año, o por lo menos la mayor parte de él.
En ocasiones, cuando el suelo no es tan impermeable, durante las fases reductoras, el Fe2+ se
moviliza y llega a ser eliminado del perfil quedando amplias zonas decoloradas, de colores grises
más o menos claros.
Normalmente la saturación en agua del suelo no es homogénea para todo el suelo sino que hay un
gradiente vertical de manera que al separarse del nivel de agua los horizontes se encuentran cada
vez menos afectados por la hidromorfía. Por ello normalmente en los suelos gleys como ocurre
en los pseudogleys se presenta una secuencia vertical de sus rasgos hidromórficos.
gley con nivel freático en horizonte inferior gley con nivel freático en todo el perfi
Lavado:
Desbasificación:
La alta concentración en sales de la solución del suelo es un factor fuertemente limitante para el
desarrollo normal de la vegetación, siendo esta escasa y especializada (plantas halofíticas).
Gypsificación
Esta visión de yeso en rosetas es muy rara de encontrar en los suelos. Estas imágenes
corresponden a unos suelos contaminados por un famoso vertido en una mina de pirita en
Alnalcóllar (próximo al Parque Nacional de Doñana, Sevilla). Los lodos de pirita al oxidarse
contaminaron los suelos con grandes cantidades de sulfatos y se formaron estas rosetas de yeso.
yeso es más soluble que los carbonatos por lo que es muy móvil en el suelo. Es típico de las
regiones más o menos áridas.
Decarbonatación / carbonatación
En los suelos carbonatados se produce una lixiviación particular que se llama decarbonatación.
------------------DECARBONATACIÓN--------------->
<------------------CARBONATACIÓN------------------
Los carbonatos que se forman en el suelo se llaman secundarios o edáficos mientras que los que
proceden de la herencia directa del material original se llaman primarios.
Agua y CO2: De esta ecuación se deduce que la solubilidad de los CaCO3 depende de la
cantidad de agua que infiltre y de la cantidad de CO2 que esta lleve disuelto. Al aumentar
cualquiera de ellos aumenta la cantidad de carbonatos disueltos, mientras que una disminución
producirá la correspondiente precipitación e inmovilización de los carbonatos.
incorporación de agua y/o aumento del CO2 disuelto ==> disolución de los carbonatos
disminución de agua y/o del CO2 disuelto ==> precipitación de los carbonatos
La pérdida de agua por evaporación absorción por las plantas o simplemente por causas físicas
que impidan la circulación del agua a través del suelo provocará la carbonatación.
La acción del CO2 en la disolución de los carbonatos es de gran importancia ya que la presión
parcial de CO2 en el aire del suelo es del orden de diez veces mayor que la de la atmósfera o
incluso mayor. Esta acumulación de CO2 es debida a la actividad biológica (acción de las raíces
y respiración de los microorganismos) y a la descomposición de la materia orgánica.
Ph: Los cambios en el pH afectarán al sistema ya que
al aumentar el contenido de CO2 en agua también
aumentará proporcionalmente la acidez y la disolución de
los carbonatos tendrá lugar. Lo contrario ocurrirá si
aumenta la alcalinidad.
Por todo lo anteriormente expuesto se deduce que el proceso de carbonatación es típico de las
regiones áridas, semiáridas y subhúmedas, con una suficiente escasez de agua como para que los
carbonatos puedan acumularse en el suelo. Como resultado de este proceso, se forman horizontes
cálcicos.
Como tanto el CO2 como el agua son más abundantes en los horizontes superiores (debido a su
más alta actividad biológica, más contenido en materia orgánica y mas proximidad al agua de
lluvia), la disolución de los carbonatos debe de ocurrir en estos horizontes.
Posteriormente, los carbonatos serán transportados por las aguas de infiltración y al llegar a los
horizontes inferiores, con menores concentraciones de CO2 y de agua, precipitaran y se
acumularan. La acumulación de los carbonatos secundarios se produce a una determinada
profundidad, de manera que el suelo se encuentra sin carbonatos en los horizontes superiores y
con carbonatos en los horizontes inferiores (típicamente en el horizonte C). Al horizonte en el
que se ha producido la acumulación de carbonatos se le califica co la letra "k", por ejemplo Ck o
Bk.
En efecto, en los suelos de las regiones mediterráneas desarrollados sobre materiales calcáreos es
sintomático el encontrar los horizontes superiores descarbonatados y a una determinada
profundidad se encuentran niveles altamente calcáreos.
Además, la profundidad a que se encuentran estos horizontes cálcicos, está relacionada con la
intensidad de las precipitaciones atmosféricas de las zonas en donde se encuentran y con la
variante que introduce la permeabilidad del suelo.
Procedencia de los carbonatos: Un aspecto también muy interesante, sobre el que se ha debatido
ampliamente y aún no resuelto en muchas ocasiones, es la procedencia de los carbonatos
presentes en un horizonte cálcico.
Los carbonatos en muchos casos proceden del material original y se dice que son autóctonos;
bien porque ya estaban presentes en él, que es el caso más frecuente (como ya se ha expuesto se
trata de un simple arrastre de los horizontes superiores y su posterior acumulación en los
horizontes profundos), o bien porque no estando físicamente presentes en la roca se han
neoformado en el suelo a partir de la alteración de los minerales primitivos, como puede ser el
caso para las plagioclasas, los piroxenos y los anfiboles.
A menudo se observan horizontes cálcicos en las partes más bajas de los relieves de áreas calizas,
generalmente en zonas donde existe una rotura de la pendiente. Esto se explica por la existencia
de flujos importantes de soluciones de bicarbonato que migran pendiente abajo, y dado que las
soluciones se van concentrando cada vez más y que la permeabilidad de los suelos disminuye en
las depresiones, se produce la correspondiente acumulación de carbonatos.
Iluviación de arcilla
Génesis del proceso de eluviación / iluviación de las arcillas
Con las precipitaciones atmosféricas el agua de lluvia impacta sobre la superficie del suelo y se
infiltra. No podemos ver su reacción con las partículas en el interior del suelo, pero si podemos
extrapolar a lo que ocurre en la superficie cuando un exceso de lluvia rebasa la capacidad de
infiltración del suelo y se forma una capa de agua sobre la superficie.
El agua de lluvia, incolora en origen, se vuelve marrón sobre la superficie del suelo. Si la
dejamos secar obtendremos un depósito de partículas del suelo superficial y si analizamos su
tamaño comprobaremos que se trata
fundamentalmente de partículas de tamaño arcilla.
Las arcillas al contacto con el agua se han
dispersado. Las arcillas tienen sus superficies
descompensadas eléctricamente predominando
netamente las cargas negativas por lo que tienden a
rechazarse, lo que tiene lugar en presencia de un
medio que lo permita como es el agua. Debido a su
pequeño tamaño y a su carga permanecen en
suspensión durante largos periodos de tiempo.
La lámina de escorrentía superficial se desliza por gravedad sobre la superficie del suelo hacia
cotas inferiores y al quedar retenida en las depresiones, y evaporarse, deposita las partículas de
arcilla. Lo que se acaba de describir para el agua de escorrentía superficial es extrapolable para el
agua que se infiltra en el suelo. Basándonos en este modelo, el proceso de eluviación-iluviación
de arcilla, aunque muy complejo y no totalmente conocido, se puede explicar básicamente de una
manera muy simple.
El agua de las precipitaciones atmosféricas se
infiltra en el suelo, movilizando a la arcilla de
los horizontes superiores, la cual al
dispersarse pasa a la solución del suelo en
forma de suspensión. Por la acción de la
gravedad, las suspensiones se infiltran por el
suelo a través de los macroporos. Al alcanzar
estas suspensiones horizontes profundos en
los que el suelo se encuentra seco el agua de
las suspensiones que migran por los
macroporos es succionada por los microporos
de las zonas circundantes;
El agua pasa a estos microporos por presentar fuerzas de succión mucho mayores que las
existentes en los macroporos. Las paredes de los macroporos actúan como filtros, ya que las
partículas de arcilla no pueden pasar a través de los microporos y son retenidas y se concentran
formando delgadas películas acuosas que rodean las paredes de los macroporos (imagen C).
Finalmente al ser succionada la totalidad del agua del macroporo, las partículas quedan
materialmente aplastadas sobre sus paredes y forman unas finas películas de arcilla con sus
partículas dispuestas paralelamente entre si y a su vez paralelas a las paredes del poro, quedando
fuertemente retenidas (imagen D).
Luego, en la siguiente fase húmeda, el proceso se repite y se forman de esta manera periódica
unas películas de arcilla orientadas, cada vez más espesas y que muestran fuerte brillo. Estas
películas se denominan cutanes de arcilla, o argilanes, o revestimientos o clay-skins.
De igual manera, al entrar el agua de las suspensiones en el interior de los agregados edáficos
va depositando sobre la superficie de estos a las partículas de arcilla, formando también argilanes
de Iluviación que recubren los agregados.
En la translocación de cualquier tipo de sustancias en el suelo se distinguen dos procesos: uno
inicial, de movilización y pérdida de materiales, que se desarrolla en los horizontes superficiales
y que se denomina eluviación, y un segundo proceso que representa la deposición e
inmovilización, con ganancia de sustancias en los horizontes subsuperficiales que se llama
Iluviación; siendo siempre el agua el medio de transporte. Por tanto, en el proceso de
eluviación/Iluviación de las arcillas en el suelo se desarrolla en tres etapas.
Parecen estar admitido que para que se produzca una importante movilización de la arcilla,
previamente se tiene que producir su dispersión.
Los principales factores que afectan a la dispersión (y que afectarán por tanto a la movilización)
son: tipo de mineral de la arcilla en suspensión, tamaño de las partículas, pH, tipos de cationes
presentes (tanto adsorbidos en las arcillas como los de la solución del suelo), concentración de
electrólitos en la solución del suelo, y contenido en materia orgánica.
Puesto que las observaciones muestran una idéntica o muy similar mineralogía para las arcillas de
los horizontes eluvial e iluvial, debemos suponer que las arcillas se transportan como partículas
sólidas en suspensión, sin que sufran transformaciones importantes durante esta etapa.
Los factores que intervienen en esta fase son: cantidad de agua y porosidad del suelo.
BIBLIOGRAFIA:
http://edafologia.ugr.es/introeda/tema01/procbas.htm,
http://edafologia.ugr.es/introeda/tema01/procbas2.htm,
http://edafologia.ugr.es/introeda/tema01/procesp.htm,
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http://edafologia.ugr.es/introeda/tema01/proctra22.htm,
http://edafologia.ugr.es/introeda/tema01/proctra3.htm,