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Revista de lãs Españas, año IX, nº 83-84, julio-agosto/1934, pp.

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Jj
La Enmienda Platt ha sido abolida
por Andrés Pando

ON la firma de un nuevo Tratado el 29 y por el Rey de Prusia en París el 27 de septiembre


de mayo último entre C uba y los Es- de 1815. El Tratado de Verona consigna:
tados Unidos, ha dejado de eotar en "A rtículo 1.® Estando convencidas las A ltas Partes
.jgor la Enmienda Platt; por ello se Contratantes de que el sistema representativo del gobier­
han "echado las campanas a vuelo" en no es tan incompatible con el principio monárquica,
plácemes a la gran antilla por verse li­ como la máxima de la íoberania ddl pueblo es opuesta
bre del yugo yanqui, a que vivió some­ al principio del derecho divino, ellas se cblágan de la
tida desde que cesó en ella la a ^ r a n í a e:pañola, y, manera más solemne a emplear todos los medios y unir
en loor a la República estadounidense, que, en su nue­ todos sus esfuerzos para la destrucción del s i^ m a re ­
va postura respecto de las otras naciones antillanas presentativo del gobierno en cualquiec Estado de Eu­
y d d C ontinente colombino, ha proclamado en la ropa en donde exista, y para impedir su introducción
V II Conferencia Panamericana sus nuevos proposites a cualquier Estado en donde todavía no sea conocido.
de "no intervención" y de “buena vecindad", lo que Artículo 2.® Cceno n opuede dudarse de que la 'láber-
patentemente revela una vez más—ya se había patenti­ lad de la prensa es el medio más eficaz que se emplea
zado en las anteriores Conferencias Panamericanas, y por los pretendidos defensores de los derechos de las
más elocuentemente con su proceder—que para los Es­ naciones para perjudicar los derechos de los Príncipes,
tados Unidos hasta ahora fueron normas conscientes y las A ltas Partes C ontratantes se comprometen 'recípro­
constantes las de "mal vecino" y las de intervenir camente a adoptar todas las medidas necesarias para
en la política interior de los pueblos iberoamericanos suprimir la libertad de la prensa."
cuando lo estimaba oportuno (desde luego para sus par­ A l espíritu de reacción que animaba al Tratado se­
ticulares intereses) p o r los más variados procedimien­ creto de Verona, el Presidente Monroe, respondió en
tos, incluso el de la fuerza. Mensaje al Congreso en diciembre de 1823:
Manifestación franca, escrita (sólo parcialmente con­ "Se j u ^ a que esta ocasión es oportuna para poner
siderada, vista su aplicación posterior), de la doctrina de manifiesto el principio en que se considera que los
de Monroe, fué la Enmienda Platt, aprobada por el derechos y los intereses de los Estados Unidos están
Congreso de los Estados Unidos, p o r sí y ante sí, en 2 comprometidos, de que los continentes americanos, por
de marzo de 1901, e impuerta a la Convención constitu­ la condición libre, independiente que han asumido y
yente cubana para ser agregada a la Constitución de que han mantenido, no pueden ser conriderados como
la República de C uba de 21 de febrero de 1901, como sujetos a colonizaciones futuras por ningún país de Eu­
lo fué en 12 de junio del mismo año, e incorporada ropa. Es un deber de franqueza, impuesto por las re­
más tarde ál T ratado Permanente cubano-yanqui de 22 laciones amistosas que existen entre los Estados Unidos
mayo dé 1903. y las potencias europeas, declarar que consideraríamos
En su espíritu, teóricamente, la doctrina de Monroe cualquier tentativa por parte de ellas para extender su
y la Enmieda Platt son respetables y hasta plausibles; sistema a cualquier porción de este hemisferio, como
si resultaron funestas, fué por falseamiento en su apli­ peligrosa para nuestra paz y nuestra seguridad.”
cación, por las aviesas interpretaciones, por exhibirlas Con absoluta propiedad histórica puede decirse que
•como vara de la justicia internacional y aplicarlas como la declaración del Presidente Monroe entraña Ja defensa
látigo del imperialista. del gobierno representativo en el Continente americano,
* * » según lo habían proclamado en sus Constituciones los
El 22 de noviembre de 1822, Austria, Francia, Pru- Estados Unidos y las Repúblicas latinas de América.
sia y Rusia celebraron en Verona (Italia) un tratado se­ Esto sucedía a tiempo que ¡a Santa Alianza ya había
creto para completar el Tratado de la Santa Alianza, declarado su intención de cooperar a la reconquista de
firmado por los Emperadores de Rusia y de Austria las colonias rebeldes de España en América, y cuando

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R E V I S T A D E L A S E S P A C IA S 299

ya el absolutismo de Fernando V II había sido restaura­ desgarrado la cándida venda que nos impedía descubrir
do en su país, con Ja intervención de las armas france­ en los planes del coloso la parte de amargura preparada
sas y bajo los auspicios de la Santa Alianza. Las dos de­ para cada uno de nuestros pueblos libres. Ya sabemos
claraciones constan en la historia del primer cuarto del perfectamente lo que debemos esperar de los rubios mer­
siglo pasado como las voces de dos tendencias, la de los caderes que gastan arrogancias olímpicas con quienes
monarcas europeos, la de la reacción, en 1822; la del se encuentran indefensos y se inclinan genuflexos ante
Presidente Monroe, la de la libertad, en 1823. la insistencia agresiva de los ojos oblicuos del Sol N a­
“Quienes estudien la historia con espíritu crítico ciente.
__afirmo el Sr. Pérez T riana en “Origen y significación La subida de W iison a la Presidencia de los Estados
de la Doctrina de Monroe, 1913— , fijándose en es­ Unidos fle ha dicho que involucra una era de respetuo­
tos o en aquellos hechos, podrán alegar que la Doctri­ sa consideración para el derecho y un triunfo de la
na de Monroe ha sido elemento de violencia, de usur­ Justicia internacional. Y a no lio dudo. Pero en el fon­
pación o de despojo. En ese campo no entraré. .Diré tan do, el espíritu de la gran Republido. no ca m b ija jamás
sólo que donde hayan existido la violencia, la usurpa­ y la tendencia al expansionismo seguirá su marcha, has­
ción o el despojo, serán ellos los que habrán existido, y ta tanto no haya bocas de fuego que detengan el paso a
eso no afecta a la doctrina. El pecado del sacerdote no las rapaces águilas conquistadoras.”
afecta la santidad del credo, y el vicio del pontífice no * « *
empaña la pureza de la doctrina.” Con relación a Cuba, la política oportunista de los
Y en efecto, la historia nos demuestra hasta la sacie­ Estados Unidos, general a toda América, adquiere re­
dad que los gobiernos yanquis, como sacerdotes del mon- lieves extraordinarios.
roismo (incluso la Enmienda P latt), han sido sacrile­ Así, cuando Inglaterra, allá por 1840 patrocinaba los
gos en alto grado. intentos separatistas de Cuba, el Gobierno norteamerica­
El venezolano Gabriel Picón Pebres (hijo) hablando no decía a su Embajador en Madrid:
de “El Expansionismo yanqui“ el año 1919, reflejaba “Está usted autorizado para asegurar al Gobierno es­
en pocas líneas, que resultaron proféticas, cómo actua­ pañol que, en caso que se efectúe cualquier tentativa,
ban y hasta cuándo actuarían los yanquis en plan de de donde quiera que proceda, para arrancar a esta por­
“mala vecindad” . ción de su territorio (la Isla de C uba), puede él contar
"Los Estados Unidos, que en su política de expansión confiadamente con los recursos militares y navales de
pretenden hacer de todos nuestros pueblos factorías para los Estados Unidos para ayudar a au nación, así para re­
sus mercados, creen engañar con manejos diferentes a las cuperar la isla, como para mantenerla en su poder.”
Repúblicas hispanoamericanas, ya con recursos de en­ Ya en abril de 1898, el Congreso de los Estados U ni­
crucijadas de barrio o a merced de zalamerías induda­ dos votó una Resolución Conjunta declarando que el
blemente traidoras. Verdad que también en ocasiones pueblo de C uba era, y de derecho debía ser libre e in­
hacen uso de la fuerza brutal y descarada, cuando la in­ dependiente, y que no tenía deseos, n i intención de
minencia de los acontecimientos no Ies deja otro recurso, ejercer sobre ella jurisdicción, ni soberanía, ni de inter­
pero en lo posible ellos representan para con nosotros Ja venir en el Gobierno, el que sería dado al pueblo de Ja
comedia de su amor a los principios, de su desinterés y isla tan pronto se realizase su pacificación. Y, en efec­
de su fraternal vigilancia protectora. to, en 1901, impuso la Enmienda Platt, permaneció va­
¿Logran ellos engañamos? rios años interviniendo en la isla y varias veces volvió a
Hasta hace pocos años, sí; en la actualidad, de ningún intervenir siempre que lo consideró conveniente a sus
modo. intereses.”
El pueblo yanqui, lo digo sin temor de equivocarme, H e aquí el texto de la Enmienda Platt:
es hoy odiado en todos loa lugares comprendidos desde Artículo 1.' El Gobierno de Cuba nunca celebrará con nin­
México hasta el Rio de la Plata. Nostros ya no creemos gún Poder o Poderes extranjeros ningún Tratado u otro pacto
en sus mentidos principios, ni mucho menos en su des­ que menoscabe o tienda a menoscabar la independencia de
interesada protección. Cuba, ni en manera alguna autorice o permita a ningún Po­
Las arterias cometidas con nuestras débiles nacionali­ der o Poderes extranjeros obtener por colonización p a n pro­
pósitos militares o navales o de otra manera asiento o ju­
dades, IcB abusos de poder hechos práctica corriente con risdicción sobre ninguna porción de dicha Isla,
la fuerza de los acorazados, la corrupción de nuestros Art. 2* Dicho Gobierno no asumirá o contraerá ninguna
hombres públicos con el oro vertido a puñados desde la deuda pública para el pago de cuyos intereses y amortizadón
Casa Blanca, las revoluciones fraguadas constantemen­ definitiva, después de cubiertos los gastos corriente del Go­
bierno, resulten inadecuados los ingresos ordinarios.
te para conseguir en nuestros países enormes ventajas Art. 3.“ El Gobierno d e Cuba consiente que los Estados
comerciales, y la larga lista de cobardes agresiones de Unidos puedan ejercer el derecho de intervenir para la preserva­
que hemos sido víctimas, ya nos han abierto los ojos y ción de ia independencia y el sostenimiento de un Gobierno ade-

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cuado a la protección de la vida, la propiedad y la libertad in­ que no quisiera nunca encontrarme en la situación te­
dividual, y al cumplimiento de laa obligaciones con respecto a rrible de responsabilidades extraordinarias en que se en­
Cuba impuestas a los Estados Unidos por el Tratado de Pa­
ris, y que deben ahora ser asumidas y cumplidas por el Go­ contraron aquellos hombres, y adivino la tempestad que
bierno de Cuba. en sus cerebros y en sus corazones se desencadenaría en
A rt 4.° Todos los actos realizados por los Estados Unidos aquellos momentos. Su caso fué el caso de! sediento que,
en Cuba durante su ocupación militar serán ratificados y teni­ después de interminable y penosísima jornada, le ponen
dos por válidos, y todos los derechos legalmente adquiridos a
virtud de aquéllos serán mantenidos y protegidos. al alcance de los labios un vaso de agua, pero, para dejar
Art. 5.° El Gobierno de Cuba ejecutará, y hasta donde bdxrsela le exigen ciertas condiciones que su conciencia
fuera necesario ampliará los planes ya proyectados u otros que en el fondo rechaza. Vacila, duda. Le dicen y le repiten
mutuamente se convenga para el sanieamíento de las poblacio­ que no hay nada de denigrante en esos requisitos; que
nes de la Isla, con el fin de evitar la recurrencia de enferme­
dades epidémicas e infecciosas, protegiendo asi al pueblo y al ellos en nada merman su libertad, sino que ai contrario
comercio de Cuba, lo mismo que al comercio y al puebla de la reafirman; y mientras tanto, la sed le devora... ¿Qué
los puertos de! Sur de los Estados Unidos. hubierais hecho vosotros? ¿Qué hubiera hecho yo? En el
Art. 6.° La Isla de Pinos queda omitida de los límites de reposo y tranquilidad de mi gabinete de trabajo, vein­
Cuba, propuesta por la Constitución, dejándose para un futuro
Tratado la fijación de su pertenencia. titantos años después, sólo puedo juzgar en sus conse­
Art. 7.’ Para poner en condiciones a los Estados Unidos cuencias aquel hecho, declarando que si facilitó el que
de mantener la independencia de Cuba y proteger al pueblo se constituyera la República, nos ha sido fatalmente per­
de la misma, así como para su propia defensa, el Gobierno de judicial, pues acabó de debilitar en nuestro pueblo la
Cuba venderá o arrendará a los Estados Unidos las tierras ne­
cesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos pun­ confianza en sí mismo y en el gobierno propio y ha sido
tos determinados, que se convendrán con el Presidente de los la causa primordial da todos nuestros moles y de todas
Estados Unidos. :rtnestras desgracias."
A rt. 8.“ El Gobierno de Cuba insertará las anteriores dis­
posiciones en un Tratado permanente con los Estados Unidos. Para una mayoría de los delegados de la Convención
Salón de Sesiones, junio 12 de 1901.— La Convención. C onstituyente, dace D. Cosme de la Torriente (“La
Serenamente mirado, a pesar de que "ata bien los ca­ Enmienda Platt y el T ratado Pennanente". Habana
bos" esta enmienda, en su letra no es menos ni más 1930), resultó de todo punto imposible aceptar ios pre­
tolerable que en lo que de hecho resultó la vaga doctrina ceptos de la Enmienda del senador por Gcmnecticut, y
de Monroe, violentada, tergiversada, sin márgenes, principalmente los artículos 2.°, 3.“, 6.“ y 7.®, y agre­
e^rim ida por sus sucesivos adaptadores circunstan­ ga, tras reseñar las gestiones de la Comisión que al 13
ciales sin el menor escrúpulo, apelando a ella sin conve­ de abril de 1901 fué a W ashington, no satisfecha la
nio, tratado, pacto n i cosa que lo valga; sufrida por Convención de las explicaciones que a sus p ro testa y
sus víctimas y contemplada y acatada por el mundo reparos habían dado el gobernador m ilitar de la isla,
entero para vergüenza del derecho internacional y de W ood, y el secretario de la G uerra de Estados U ni­
la fraternidad humana. dos, Root: “Después que se han leído con cuidado toda
La generosidad presente de los Estados Unidos para Ja documentación y las actas de la Convención que tra­
con Cuba, dando por sentado que sea sincera y dura­ tan de las relaciones entre los Estados Unidos de Amé­
dera, destaca aún más teniendo en cuenta los anteceden­ rica y Cuba y después que ee ha meditado sobre los di­
tes de cómo fue impuesta, el alcance de la Enmienda versos particulares relativos a ellos, se llega a la con­
Platt y el uso que de la misma se hizo. clusión de que los delgados, al conocer ú informe que
Don Emilio Roig de Leuchseuring, Secretario de la •lee presentó su Comisión antes mencionada, y a á tam-
Sociedad cubana de Derecho internacional, en 1924 se ibién la carta del secretario Root, de fecha: 31 de mayo,
expresaba así: dirigida al gobernador m ilitar W ood y por éste trasla­
"Redactada y aprobada ya por la Convención Consti­ dada con fecha 8 de junio al presidente d e la Con­
tuyente la ley fundamental del Estado, cuando los pa­ vención, Méndez Capote, se convencieron que no había
triotas y el pueblo todo empezaba a olvidar los esfuer­ ninguna otra solución que no fuera la de aceptar lisa
zos y sacrificios que en la paz—más dolorosos que los ly llanamente las pretensiones del Gobierno de los Es­
de la guerra—habían tenido que sufrir; cuando eran po­ tados Unidos, de que se incorporara en un Apéndice
cos los momentos que faltaban para el logro de todos los Constitucional la Enmienda del Senador Platt."
ideales soñados, vino una última prueba a reafirmar aún Es de advertir que a Ja aceptación oficial por Cuba
más la idea de que los Estados Unidos eran para nosotros de la Enmienda Platt, lo que tuvo efecto por el cum­
el poder, la fuerza y la última instancia en nuestros pro­ plimiento de la cláusula 8.® de la misma insertándola
blemas: la imposición de la enmienda Platt. en el T ratado Permanente, después de haberlo hecho
Señores: Muchos son los que han censurado a los cons­ como Apéndice a la Constitución, había precedido la
tituyentes cubanos por haberla aceptado. Yo declaro firma de un Convenio entre Jos presidentes de Cuba y

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Bstados Unidos sobre estaciones carboneras, a que se que hayan de gestionarse y las peticiones o reclamacio­
refiere la citada cláusula, y en virtud de lo que los yan­ nes que quieran hacerse de índole internacional, para la
quis cuentan con una estación naval en Guantanamo, resolución que corresponda.
mediante arriendo de detertninadas áreas de tierra y Y si, lo que no es de esperarse, algún representante
agua por -un plaas d e noventa y nueve años. diplomático extranjero iniciase la gestión de cualquier
N o existió tanta precipitación para hacer efectiva la asunto, o estableciese protestas o reclamaciones ante di­
cláusula 6.“, sfAre la que hubo una laboriosa gestión chas autoridades o funcionarios, o solicitase de ellos da­
traducida en Tratados que concedían a C uba la propie­ tos o antecedentes de los archivos u oficinas a sus cargos,
dad de la Isla de Pinos; pero los yanquis fueron apla­ deben abstenerse de darles curso a unos y de facilitar
zando la solución, porque desde 1904, en que se firmó los otros, difiriendo el asunto, con todos sus anteceden­
aquél, no se consiguió la aprobación del Senado yan­ tes, a la Secretaría a mi cargo, por el conducto que co­
qui hasta el 13 de marzo de 1925, realizándose el 23 rresponda."
canje de ratificaciones. La protesta cubana contra la Enmienda Platt ha sido
Las cláusulas 4.* y 5.® no ofrecieron dificultad ni opo- constante y creciente, recrudeciéndose en momentos pro­
sicDÓn para su cumplimiento. picios para combatirla; así, con motivo del viaje a W as­
Las tres primeras, las de medula intervencionistas y hington del Presidente de la República de Cuba, gene­
de absorción, verdaderos pomprimidos de la doctrina de ral Machado, el año 1927, la Prensa habanera clamó
Monroe, fueron las que C uba y la América entera, in­ por la modificación del Tratado político permanente.
cluso buen número de ciudadanos norteamericanos con­ Decía £1 Mundo, de la Habana entonces:
sideraron deprimentes para el pueblo cubano, ofensivos "En estricto Derecho internacional se trata simple­
para su dignidad nacional, amenaza perenne p ara sü mente de un Convenio para el mantenimiento de la in­
independencia. dependencia de nuestra República, que para nada que
Desde loe primeros días de la República cubana, los no sea mantener esa independencia puede ser invoca­
diplomáticos y cónsules norteamericanos, invocando esos do. Con ese Tratado, los Estados Unidos no tienen, res­
tres primeros artículos de la Enmienda Platt, pretendie­ pecto a Cuba, otro derecho que el que puedan tener
ron tratar directamente con funcionarios cubanos y con respecto a cualquier otra nadón de nuestro conti­
hasta conminarlos a que realizaran determinados actos; nente o del resto del mundo. C on él, los Estados Uni­
se puede calcular al extremo que llegaron las cosas en dos no podrían hoy intervenir en Cuba, a no ser que
ese sentido cuando el Secretario de Estado y Justicia C uba se lo pidiese para mantener su independencia,
de Cuba, D. Carlos Zaldo, se creyó en el caso de diri­ sin cometer un atropello, como el que cometería inter­
gir, ya en 24 da junio de 1902, a las autoridades de la viniendo en los asuntos interiores de cualquier otra na­
República, circular en la que se consignaba: ción del Globo. Pero ese Tratado lo aceptó C uba cuan­
“■En el breve tiempo que lleva de acreditado en Cuba do nuestro territorio estaba ocupado por fuerzas ameri­
el Sr. Ministro de los Estados Unidos, en dos distintas canas. Para probar la buena fe de su política interna­
ocasiones, autoridades administrativas cubanas re han di­ cional, son los Estados Unidos los que, en nuestra opi­
rigido y tratado con él asuntos oficiales. Como estos ac­ nión debieran proponerle a C uba la cancelación de ese
tos, aparte de que constituyen una invasión de las fun­ Tratado, ya que se le cita como una traba puesta por
ciones privativas del Departamento a mi cargo, son, ellos mismos, abusando de su intervención en nuestra
además, contrarias a las prácticas internacionales, que de guerra de inrependencia, a nuestra libertad. Se le con­
un modo absoluto establecen que los Agentes diplomáti­ sidera, con razón o sin ella, como un borrón de su po­
cos deben dirigirse y tratar todos los asuntos oficiales lítica en América, y es a ellos, por lo tanto, a los que
con el funcionario encargado de las relaciones exterio­ más debe importarles borrarlo."
res en el país donde reside, y que sólo por conducto de Por fin ha sido revocada la Enmienda Platt, si ello
dicho funcionario pueden corresponderse con las demás supone una rectificación de conducta para lo porvenir
autoridades locales; el señor Presidente, en previsión de en las relaciones cubano-yanquis y en general con el
que estos actos se repitan, me ordena llame la atención resto de América debe congratularse la humanidad en­
de usted respecto al particular, a fin de que se sirva ad­ tera, y más especialmente los pueblos de raza hispana,
vertir a las autoridades y funcionarios que le están su­ hondamente dolidos durante más de treinta años con­
bordinados que no deben dirigirse ni tratar por escrito templando impotentes para evitarlos las hondas crisis,
o de palabra asuntos oficiales, de cualquiera clase o na­ las catástrofes económicas, la ruina agrícola y fabril,
turaleza que fueren con los Agentes diplcwnáticos acre­ los desmanes políticos y sociales a que dió continuamen­
ditados ante el Gobierno de la República de Cuba, sino te lugar en Cuba la intervención yanqui, sin más título
por conducto de la Secretaría de Estado y Justicia, re­ ni justicia que se aplicó, con las mismas consecuencias,
mitiendo a este C entro los antecedentes de los asuntos en el resto de América la vaga doctrina de Monroe.

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