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Derecho Castellano en el siglo XV

Introducción

Con la finalidad de comprender la influencia de los elementos del sistema jurídico


romano-germánico-canónico en nuestro Derecho, es preciso adentrarnos en el
estudio del derecho castellano, bajo el cual se realizó el descubrimiento,
conquista y colonización de América.
En este marco, el derecho castellano se puede definir como:

Derecho castellano

 Conjunto de normas, instituciones y principios filosófico-jurídic que rigieron


la sociedad del reino de Castilla durante el Medioevo (Pérez, 2012:
114).
 Conjunto de disposiciones legislativas, doctrina y costumbres jurídicas que
imperaron en Castilla desde sus orígenes hasta la consolidación del Estado
español (Bernal, 1998: 92).

En este sentido, en la presente unidad realizaremos el estudio de la organización


política, jurídica y social de Castilla en el siglo XV, el fenómeno del pluralismo
normativo, así como la obra jurídica más representativa de la época y su
aportación en la unificación del derecho.

¿Cómo referirnos al derecho que estudiaremos?

El nombre correcto es derecho castellano. Soberanes Fernández comenta que


“hasta el momento de la Conquista, Castilla era una unidad política independiente,
con su régimen jurídico propio, diferente de los demás reinos españoles, que
aunque se confederó con ellos en el siglo XVI, la unión se hizo respetando sus
peculiaridades jurídicas y políticas, inclusive su idioma. Por ello, hasta el siglo XIX,
no podemos hablar de un derecho español, sino más bien de una pluralidad:
castellano, aragonés, catalán, navarro, mallorquín y valenciano, junto con otras
pequeñas variantes” (2012: 38).
Por otra parte, la mayoría de los tratadistas que abordan el tema de historia del
derecho mexicano aluden a este tema como Derecho Castellano.
Esta precisión es importante, ya que si usted quiere estudiar más sobre el tema, el
título con el que encontrará la información es Derecho Castellano y no “derecho
español” o “derecho de la península ibérica”.

Orden jurídico-político en Castilla

Inicialmente, en el siglo IX, Castilla era una entidad autónoma del condado vasallo
de León, del cual logró su independencia merced a la política de Fernán González,
que fue el primer conde independiente. Castilla se convierte en reino hasta
el siglo XI.
Junto con Castilla como unidad política, coexistieron León, Aragón y Navarra,
que contaban con su propia organización administrativa y sistema jurídico propio,
las cuales se unificarían hasta el siglo XVI (Soberanes, 2012: 38-41). En este
contexto, la formación de España se inició con la expulsión de los árabes de la
península ibérica y la posterior unión matrimonial de los reyes católicos
Fernando de Aragón e Isabel de Castilla.

Por lo que concierne al orden jurídico, hasta el siglo XII es posible apreciar que
los distintos grupos sociales existentes en la península ibérica, que introdujeron
diversas normas, principios e instituciones jurídicas que incidieron en
la consolidación del derecho castellano.

A manera de ejemplo se puede apreciar influencia de los siguientes grupos


sociales:

Celtas

Introdujeron los convenios de hospitalidad (ejerciendo un derecho y protección


recíproco entre dos iguales) y clientela (entre una parte débil y otra fuerte).

Fenicios
Introdujeron en la península una cultura civilizada y pacífica, así como el alfabeto.
Al tratarse de factorías, gobernaban sus posesiones territoriales de la península
ibérica mediante dos magistrados supremos con facultades políticas y judiciales
(suffetes) y un magistrado con atribuciones de hacienda (sofer) (Esquivel, 2004:
13).

Las factorías son establecimientos fundados por comerciantes para el intercambio


de productos. Solían situarse en islas cercanas a la costa o puertos protegidos. En
un principio tenían carácter provisional, con el paso del tiempo se convirtieron en
estables y ejercieron mayor influencia en las tierras del interior (Blanco et al., s. f.:
18).

Griegos

Sus aportaciones fueron significativas tanto por el pensamiento filosófico, como en


el desarrollo de instituciones jurídicas, entre las que destacan:
Germanos

Su derecho era de carácter consuetudinario e íntimamente ligado a la religión. La


organización política se determinaba por medio de asambleas, en las que incluso
llegaba a designarse el rey. Dichas asambleas servían también para deliberar, a
modo de tribunal, sobre casos de conflicto. El derecho penal era muy severo, se
contemplaba la venganza, el wergeld y la pena capital (Cervantes, 2002: 255).

Derecho consuetudinario
Según Stavenhagen, es un conjunto de costumbres reconocidas y compartidas
por una colectividad (comunidad, pueblo, tribu, grupo étnico o religioso, etcétera) a
diferencia de leyes escritas, cuya aplicación está en mano de esta autoridad, es
decir, generalmente el Estado (Cfr. Soria, s. f.: 107).

Wergeld
Concepto germánico que podía significar una retribución o recompensa a modo de
contravalor, una tributación con la especie acordada para ello, o el pago del precio
de algo (Terradas, 2008: 217).

Visigodos

Expidieron el Código de Eurico y el Breviario de Alarico, que reflejan la


influencia del derecho romano unida al derecho germánico tradicional.

Código de Eurico

Aparentemente, bajo el reinado de Eurico, comenzaron a usarse leyes escritas.


Contiene derecho predominantemente germánico y disposiciones de derecho
romano, aprovechando edictos romanos vigentes a la caída del imperio
Breviario de Alarico

Compila disposiciones de derecho romano posclásico de doble legislación, tanto


de "leyes" como de "iura". La parte de "iura" consta del Liber Gai y la de "lege" se
acompaña de la parte de Interpretatio (que contiene aclaraciones e
interpretaciones de los redactores y resulta una fuente valiosísima para el
conocimiento del derecho romano vulgar (Tomás y Valiente, 2004: 102).

Durante la baja Edad Media se observa un interés en el derecho justiniano, que


implicará el estudio del Codex, Digesto, Institutas y Novellas, que se
introdujeron en la península ibérica.

En este marco, el derecho romano comenzaba a reforzar su importancia e


imponerse frente al tradicionalismo de los campesinos y clases feudales. Una
particularidad adicional del orden jurídico radicaba en la incidencia del derecho
canónico en la Edad Media (Margadant, 1971: 36), lo cual denotaba la
predominancia del derecho romano y el derecho canónico en la regulación de la
vida política, económica y social de Castilla.

¿Sabía qué?

Desde el siglo VII se usó el nombre de Castilla para referir al territorio


comprendido entre el río Duero y la cordillera cantábrica en la península ibérica.
Se estima que Castilla, es una traducción del hebreo turmogi, que significa alturas
pobladas de castillos.
Orden político

En la Edad Media el poder político se ejercía fundamentalmente a partir de


las monarquías. En general, la monarquía conllevará una centralización del
poder, que en Castilla se reflejaba con la presencia de representantes
monárquicos en los consejos municipales de las nacientes ciudades.
Igualmente, a través de los casos de Corte, se asumió la competencia de asuntos
correspondientes de los tribunales feudales o municipales. Un aspecto adicional
en el que se refleja la centralización por parte de la corona radica en el cobro de
impuestos, circulación de la moneda e incluso en el patronato eclesiástico, que
facultaba al rey para incidir en la distribución de beneficios eclesiásticos,
nombramiento de funcionarios de la Iglesia, así como la participación de diezmos
(Margadant, 1971: 38).

Asimismo, desde la baja Edad Media es posible apreciar que en el panorama


político de España, adquieren relevancia los burgueses bajo el llamado “estado
llano”, quienes comenzaron a adquirir privilegios y a balancear el poder de los
señores feudales, en tanto que fungieron como consejeros de los monarcas y de
las cortes (Margadant, 1971: 36).

Un aspectos significativo a destacar en el orden político es la relación entre


religión, alto clero y poder real presente en España, que se apreciaba en el
hecho de que la fe proporcionaba los elementos básicos de la ideología explicativa
tanto del ser como del funcionamiento de la sociedad, así como la imagen de los
monarcas como protectores y restauradores de la Iglesia, lo cual suponía un activo
interés por parte de la monarquía con Roma (Feher, 2012: 123-125).

Orden social
Desde el siglo VIII a. C. al XV la península ibérica fue testigo de la migración de
diversos grupos humanos con características culturales, sociales y jurídicas
distintas.

Entre dichos grupos se encontraban los persas (siglos VIII a. C. a II a.


C.), fenicios (siglo VII a. C.), griegos (siglo VI a. C. a III a. C.). De manera
particular, a partir del siglo II a. C., destaca la presencia de los romanos en la
península ibérica en un esfuerzo por expandir su imperio en la parte occidental del
continente europeo. En este marco, se impusieron las costumbres y su derecho, el
cual más tarde sería mezclado con el derecho de otros grupos sociales como los
alanos, suevos y vándalos, y posteriormente los visigodos, que establecieron su
derecho en la península.

Contexto histórico

Para conocer un poco más sobre los romanos, consulte el video Romanización


de Hispania y ponga especial atención a los siguientes temas:

 Pueblos que habitaban la península ibérica a la llegada de los romanos.


 Noción de la esclavitud.
 Implementación del derecho romano.

Roma estuvo presente en el actual territorio de España desde el año 218 a.


C. (conquista de Hispania al vencer Roma a los cartagineses) hasta el 476,
cuando cayó el imperio de occidente, con la destitución de Rómulo Augústulo
(Bernal, 2010: 70). Los visigodos permanecieron asentados en España y reinaron
desde el 415 al 711. En el año 711 se da la dominación musulmana de la
península, cuya permanencia en el territorio será hasta 1492, año en el cual son
expulsados definitivamente de Granada, por parte de los reyes Católicos Fernando
de Aragón e Isabel de Castilla.

En el periodo comprendido del año 711 a 1492, los musulmanes permitieron a los


habitantes de la península conservar sus costumbres y religión sin imponer las
propias. Conforme se iban recuperando territorios dominados por los musulmanes,
se buscó unificarlos bajo la monarquía de Castilla.

Pluralismo normativo

Si bien, durante la Edad Media fue preponderante la influencia del derecho


romano y el derecho canónico, la diversidad de grupos sociales existentes en la
península ibérica conllevó la existencia de una significativa variedad de
regímenes jurídicos, y por tanto, se carecía de un régimen común que normara a
los habitantes de la península ibérica.

En este marco, surge el derecho de fuero o Ley foral, el cual se componía por la


costumbre, por antecedentes romanos, cristianos y bárbaros y, en algunos casos
el rey mismo otorgaba el fuero (Cervantes, 2002: 281 y 282), teniendo una gran
variedad de derecho foral por toda España. Algo similar ocurría al repoblarse
territorios por inmigrantes de diversas regiones, a través de ocho siglos. A pesar
de que los fueros de este periodo rebasan los mil, fueron pocos los que sirvieron
de modelo. A medida que pasaba el tiempo, los fueros se iban extendiendo,
siendo los primeros (se sabe que datan de los siglos VIII-IX) cortos, con pocas
disposiciones (Cervantes, 2002:287).

Conforme se iban recuperando territorios, en que se unificaban de acuerdo con el


mandato de un rey, e incluso cuando varios reinos lo hicieron bajo la monarquía
de Castilla, las fuentes de derecho fueron:
Leyes
Recepción del  ius commune en la corona de Castilla

El ius commune representa un concepto que se designa para aludir al


redescubrimiento del derecho romano en la Europa medieval. En este marco, el
derecho romano habría de convertirse en un elemento integrante de los
respectivos ordenamientos jurídicos, cuyas categorías y principios se buscaron
adaptarse a las necesidades y realidades que presentaba el mundo medieval
(Soberanes, 2012: 45-46).

La obra jurídica de Alfonso X “El Sabio”

Alfonso X, “El Sabio”, sentó las bases para la unificación jurídica, con el
propósito de poner fin a la pluralidad jurídica existente en Castilla (Soberanes,
2012: 46). En este marco, el referido monarca contribuyó a la anhelada unificación
jurídica con cuatro cuerpos jurídicos fundamentales: Fuero Real, Espéculo,
Setenario y Siete Partidas (Bernal, 2010: 96-97), que se describen a continuación:

Fuero Real
Fuero Real (aproximadamente 1255). Este ordenamiento tenía como finalidad
elaborar un texto jurídico que regulara las relaciones de aquellos habitantes de las
localidades que carecían de fuero o bien que presentaban uno anticuado y
obsoleto.

El Fuero Real se encontraba dividido de la siguiente manera:

 Primer libro: Regulación de la materia religiosa, aspectos relativos al rey y


a su familia; las leyes, los alcaldes y su jurisdicción; los escribanos y la
validez de los juicios.
 Segundo libro: Los juicios y procedimientos; las ferias y la prescripción.
 Tercer libro: El derecho familiar, sucesiones y contratos.
 Cuarto libro: De los herejes, judíos y demás enemigos de la fe; de los
delitos y las penas; de los peregrinos y romeros y de los navíos.

Sin embargo, explica Soberanes (2012: 47) que este texto no tuvo éxito, ya que
las ciudades celosas de su autonomía, reaccionaron negativamente ante un texto
que ponía en manos del rey el nombramiento de todas las autoridades judiciales.

Espéculo

Espéculo (1265). Consistía en un texto jurídico que pretendía recoger todo el


derecho aplicable en la corona de Castilla y León.

Setenario

Setenario (1255-1256). Los aspectos regulados por el Setenario se vinculaban con


cuestiones de carácter eclesiástico, así como del comportamiento de los vasallos
ante el rey, así como dejar una enseñanza jurídico-política para los reyes y
vasallos en un futuro.
Siete Partidas

Las Siete Partidas (1256-1263). Este ordenamiento se inspira en autores griegos y


romanos, en textos de la Biblia, escritos de los doctores de la iglesia, el derecho
romano-bizantino de Justiniano y de los glosadores, derecho canónico y algunas
costumbres castellanas antiguas, la cual inicialmente se concibió como obra
orientadora o guía para legislar.

Dicha obra se encuentra dividida en siete libros o partidas que se describen a


continuación:

 Partida I: Las fuentes del derecho y derecho eclesiástico.


 Partida II: El rey y los funcionarios públicos con sus facultades y deberes.
 Partida III: Los jueces y el procedimiento judicial.
 Partida IV: Los jueces y el procedimiento judicial.
 Partida V: Los jueces y el procedimiento judicial.
 Partida VI: Derecho civil.
 Partida VII: Derecho penal.

¿Sabía qué?

Alfonso X contribuyó a estandarizar y promover la lengua castellana, al grado de


que dicha lengua fue empleada como una herramienta única de hacer cultura,
historia, literatura y ciencia en su momento.

Como una referencia adicional a los monarcas españoles que en su momento


respaldaron la primacía política del castellano y las peculiaridades que el idioma
ha desarrollado en México, le recomiendo realizar la lectura del artículo de
Concepción Company Company, intitulado “Rasgos del idioma en México. Los
Reyes Magos del Español”.

Una aportación adicional de Alfonso X, se aprecia en el florecimiento que dio a la


Escuela de Traductores de Toledo, en la cual además de traducir textos
especializados del latín al castellano, se realizaron investigaciones y enseñanza
de materias humanísticas, físico-naturales, matemáticas y astronómicas.

Para profundizar en la referencia al tema de la Escuela de Traductores de Toledo,


es conveniente consultar el artículo “Ámbito y ambiente de la Escuela de
Traductores de Toledo”.

La Monarquía castellana a finales del siglo XV

El final de la Edad Media coincide con la expulsión de los musulmanes de la


península ibérica, así como con la llegada de Cristóbal Colón a lo que hoy es
América y la instauración del Tribunal del Santo Oficio en 1479 (Bernal, 2010:
148).

En este marco, a finales del siglo XV se concertó el matrimonio de Fernando de


Aragón con Isabel de Castilla, lo que conllevó la “incorporación” de Castilla al
sistema gubernativo de la corona de Aragón, bajo una unión institucional, en la
que la soberanía del monarca era común, lo que implicaba que las decisiones del
ejercicio de gobierno tenían que ser comunes y mantener la permanencia de los
reinos en una sola corona (Suárez Bilbao, 2018: 10-16).

Explica Suárez Bilbao (2018: 26) que en el sistema de gobierno de los reyes
católicos el eje fundamental fue la combinación de la casa del rey, o Corte,
sometida a los continuos traslados itinerantes; la Cámara, que atendía a lo que se
pueden denominar como funciones oficiales de los reyes, y el Consejo Real,
creado en las Cortes de Valladolid de 1385.
En este marco se gestan dos acciones significativas emprendidas por la
monarquía castellana a finales del siglo XV:

1. La expulsión definitiva de los musulmanes de Granada, lo cual dio la


idea de la unidad de la península ibérica y la del imperio carolino hispano-
habsburgués (Suárez Bilbao, 2018: 60-62).
2. La incorporación de nuevas tierras al otro lado del Atlántico (Suárez
Bilbao, 2018: 63).

Proceso recopilador del Derecho Castellano

Cómo abordará en esta unidad, las Leyes de Toro, son un conjunto de 83 leyes
promulgadas en 1505, en la Ciudad de Toro, durante el breve reinado efectivo de
Juana I de Castilla, la razón...

JUANA ESTABA LOCA

La historia ha señalado a Juana I de Castilla, como, la mujer ‘emocional’, que fue


incapaz de hacerse cargo de un país por haber perdido a su marido apodándola:
Juana la Loca.

Juana fue reina de Castilla de 1504 a 1555, sin embargo su reinado efectivo solo
duró 2 años, de 1504 a 1506, año en que su esposo, Felipe el Hermoso murió,
dejando embarazada a Juana de 26 años. Fue así que señalándola como enferma
mental e incapaz de gobernar, su padre el rey Fernando el católico, la recluyó
como cautiva en el castillo de Tordesillas y a la muerte de éste, estuvo recluida por
orden de su hijo, el ahora rey Carlos, viviendo encerrada desde 1509 hasta su
muerte en 1555, el mismo año en que Carlos, su hijo, abdicaba a favor de Felipe
II, su nieto.
Y aunque desde el siglo xv se le consideró a Juana como enferma mental, en el
siglo XIX se hallaron documentos en Simancas que mostraban que la reina, en
realidad, había sido víctima de una confabulación tramada por su padre, Fernando
el Católico para alejarla del poder.

¿Usted qué opinas de Juana de Castilla?, ¿en verdad sufrió de locura por la
pérdida de su marido? o ¿fue la forma en que se manifestó la ambición de poder
de su padre?

Durante el Renacimiento se consolida el poder del reino de Castilla y sus reinos


incorporados, lo cual da lugar a un absolutismo (Bernal, 2010: 147) que ocasionó
un desorden jurídico momentáneo, dadas las diversas disposiciones emanadas
del rey y sus Cortes, para atender sus múltiples asuntos. Lo anterior generó la
necesidad de legislar con mayor orden, para lo cual se dictaron cuerpos
jurídicos que pretendían poner orden y unificar el derecho.

Ordenamiento de Montalvo (1484)

El Ordenamiento de Montalvo surge como resultado de la necesidad de unificar y


aclarar el sentido de la aplicación del derecho, por parte de una revisión
realizada en la segunda mitad del siglo XV. Bajo este anhelo se gestaron
las Ordenanzas Reales de Castilla (1484), las cuales fueron compiladas
por Alonso Díaz de Montalvo.

Las leyes de Toro (1505)

Se trata de 83 leyes promulgadas durante el reinado de Juana la Loca. Su


propósito era aclarar dudas que permanecieron de la promulgación de las
Ordenanzas Reales de Castilla (Margadant, 1971: 44). En su mayor parte
contenían aspectos de derecho de familia y sucesiones.

Nueva recopilación de las Leyes de Castilla (1567)


Ordenada por Felipe II. Tuvo más de 200 años de vigencia. Según Margadant,
carecía de una adecuada sistematización, aun cuando derogaba por ella lo no
contemplado.

Novísima recopilación de las Leyes de España

Expedida por Carlos II durante el último reinado de la Casa de los Habsburgo, la


cual abordaba disposiciones referentes a la iglesia, sus derechos, bienes, rentas,
prelados, súbditos y Patronato Real; jurisdicción eclesiástica, ordinaria y mixta,
y de los tribunales y juzgados en que se ejerce; rey y su casa real y corte; real
jurisdicción ordinaria y de su ejercicio en el Supremo Consejo de Castilla; de las
Chancillerías y Audiencias del Reino; de los vasallos; del gobierno civil, económico
y político de los pueblos; de las ciencias, artes y oficios; del comercio, moneda y
minas; de los contratos y obligaciones, testamentos y herencias; de los juicios
civiles, ordinarios y ejecutivos, así como de los delitos, sus penas y juicios
criminales.

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