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El camino de la investigación
Es así que aquellos contenidos que tenemos pensados abarcar en nuestros programas,
pueden ser abordados bajo esta forma de enseñanza por indagación 1. Es importante
considerar aquellos contenidos más significativos, seleccionados de forma
contextualizada y adecuada para nuestros grupos. Debemos conocer y haber
interactuado con estos, lo que nos permite problematizar aquellos tópicos que más los
atraviesan, más preguntas les generan o son accesibles. Es importante y cobra sentido
aquí pensar en las modalidades en las que estamos trabajando y cómo este problema
“cobra sentido” en la misma. Presentamos para tener en cuenta algunos aspectos
prácticos:
• La problemática puede ser planteada por el profesor, por los estudiantes o surgir
de una investigación anterior. Como afirma Harlen (2013) “Las preguntas serán
planteadas por el docente, otros estudiantes o emergerán de la lectura, pero,
cualquiera sea el origen de la pregunta, en la indagación los estudiantes deben
tomarlas como propias, involucrando su curiosidad y el deseo de entender”.
• Los estudiantes deberán expresar y discutir abiertamente sus ideas en torno a
él. Deben explicitar que saben de ese tema.
• Pensar problemas que abran la posibilidad de intervención con otros sujetos, que
pueden ser otros colegas de la institución, especialistas de la localidad o de la
misma escuela (hasta padres de estudiantes), ya que no sólo facilitan sino que
enriquecen las propuestas. Debemos revalorizar los recursos humanos que están
presentes.
1
Es necesario aclarar que nos referimos a modelo de enseñanza por indagación o por investigación
como sinónimos.
• Es importante, en la problematización y generación de las preguntas, hacer
referencia a la relación entre diferentes variables relevantes que intervienen en
el problema.
• Para presentar y problematizar un tema pueden utilizarse estudios de casos,
observaciones, textos informativos o artículos científicos, actividades
experimentales con situaciones que contradigan las intuiciones de los
estudiantes, cuentos, experimentos realizados por científicos o alumnos de otras
instituciones2, ensayos, episodios de la historia de la ciencia, documentales,
debates en medios de comunicación, películas, charlas TEDx, entre otros.
• La problemática debe ser accesible e interesante para los estudiantes, centrales
para la disciplina, interesante e importante para el docente, ricos en conexiones
con el contexto y los recursos disponibles que se poseen.
¿Cuál es la dificultad que establece que continuemos trabajando en las aulas como si
pensáramos que aprender es repetir y recordar, y enseñar es “dar clase”, a pesar de
haberse renovado tanto las concepciones de lo que es la enseñanza y el aprendizaje,
como la cuestión de propiciar estudiantes capaces de interactuar con la realidad en una
relación crítica o constructiva?
Como nos alerta David Perkins (1995) no es que no sepamos lo suficiente como para
tener escuelas, en las que un gran número de personas con diferentes capacidades,
intereses y provenientes de medios socioculturales y familiares diferentes, no puedan
aprender. El problema es que más allá de los desarrollos acerca del aprendizaje, los
estudios sobre las posibilidades del cambio y la innovación en educación, plantean que
es muy complejo el salto entre la enunciación de nuestros saberes y el “uso activo” de
ellos. Existen dificultades de parte de los docentes para utilizar activamente sus
2
Sugerimos considerar los trabajos producidos en el proyecto “Los Científicos Van a las Escuelas”, como
experiencias para provocar problematizaciones; no con el objetivo de reproducir las experiencias,sino
de adaptarlas y pensarlas en término de los temas que se están
desarrollando:http://lcve.mincyt.gob.ar/#como
conocimientos. Propuestas como la que estamos desarrollando buscan hacer un vínculo
estrecho, promoviendo la reflexión profunda mediante foros y/o la escritura de
narrativas, lo cual es esencial en una construcción del conocimiento para la praxis.
Como cursantes y docentes, debemos reflexionar sobre las preguntas: ¿Qué significa
comprender algo? ¿De qué manera desarrollan la comprensión los estudiantes? Según
la investigadora Tina Blythe (1999) se debe diferenciar el término comprender de lo que
significa “saber”. Por ejemplo: un estudiante, aunque “sepa” la física newtoniana hasta
el punto de poder aplicar ciertas ecuaciones a los problemas de rutina del libro de texto,
ello no nos convence necesariamente de que ha comprendido. Pero si es capaz de
encontrar ejemplos o preguntas inteligentemente relacionadas con la física de Newton
en la experiencia cotidiana, por ejemplo: ¿Por qué en el fútbol americano los jueces de
línea son tan corpulentos? (Para tener mayor inercia). Y en cuanto mejor maneje una
diversidad de tareas sobre las teorías de Newton en este caso, se puede afirmar que el
estudiante ha comprendido.
Diferentes autores señalan que todavía persisten tendencias pedagógicas que favorecen
la cultura del silencio en los estudiantes y les niegan la oportunidad de preguntar. Por
ejemplo, un estudio realizado por Tapia y Ávila (2004) referido a las preguntas de los
estudiantes en las clases, muestra que en las clases de Ciencias Sociales y Naturales
quienes predominantemente formulan las preguntas son los docentes y que los
estudiantes se limitan a responder. El trabajo también revela, que las preguntas que
realizan los estudiantes son preguntas que esperan, como respuesta, un dato, hecho o
definición. En ciencias los estudiantes tienen grandes deficiencias para redactar y hacer
preguntas que planteen un problema o que propongan una investigación, ya que no
están acostumbrados a formular ideas propias ni a expresar sus pensamientos, siendo
nuestra tarea revertir esta situación. Así debemos preguntarnos ¿Cómo hacemos para
que nuestros estudiantes hagan y se hagan preguntas investigables?
Para llegar a formular preguntas en el aula se deben formular actividades que revisen
aquello ya conocido a la luz de nuevas evidencias, a la manera de los científicos, y que
los estudiantes formulen preguntas que guíen estas investigaciones.
El diálogo reflexivo entre docentes y estudiantes favorece la formulación de preguntas
investigables, en un verdadero proceso democrático, donde el asesoramiento del
profesor es fundamental. Las preguntas que empiezan con un ¿Por qué…? no son
investigables en el aula, mientras que las preguntas que empiezan por ¿Qué sucede si…?
O por ¿se observa alguna diferencia si…? permiten el planteo de hipótesis y la
planificación de estrategias de resolución de la problemática. Es necesario analizar la
formulación de las mismas, ya que pueden ser interesantes, pero no permiten generar
una estrategia planificada de resolución válida. Márquez Bargalló y Roca Tort (2006)
exponen algunas características y aspectos de las preguntas que pueden ayudar a los
estudiantes a aprender:
“…Si una pregunta de investigación bien formulada es más de media investigación, una
pregunta bien formulada por quien aprende es más de medio aprendizaje” (Sanmartí y
Márquez Bargalló, 2012)
Actividad 1
Analizando la siguiente charla TEDx a cargo de Melina Furman, titulada “Preguntas para
pensar”(https://www.youtube.com/watch?v=LFB9WJeBCdA), te invitamos a responder
en el Foro de debate:
Hipótesis y predicciones
En ciencias la hipótesis es una afirmación, aún no verificada, que relaciona dos o más
variables de una manera explícita. Lo que allí se enuncia puede o no ser confirmado por
los hechos, o por los datos que se recojan, pero en todo caso sirve como punto de
partida para organizar el conjunto de las tareas de investigación. Estas deben ser claras,
evitar la vaguedad y relacionar los conceptos que se emplean en el campo de
conocimiento sobre el que versa (Sabino, 1992)
Como se mencionó con anterioridad, las hipótesis deben ser registradas por los grupos
de trabajo, además de darlas a conocer y discutirlas en clase. Es importante que estas
se encuentren lo mejor detalladas y completas posibles, relacionando las variables que
atraviesan el problema. Promover instancias con todo el curso donde se reflexione qué
se sabe, que se desea saber, qué elementos presentan dudas en el conocimiento
existente y que puntos nos proponemos aclarar en el proceso.
Estas hipótesis, cargadas de concepciones de los estudiantes, en las etapas finales del
proceso de investigación, deben ser retomadas y discutidas. Esto permite repensar en
cuanto estaban acertadas y cuanto no, además de mostrar cómo el conocimiento se ve
complejizado y modificado en todo el proceso que los alumnos transitaron, y no como
producto de una sustitución de lo que el docente o libro recita. Es aquí donde se
evidencia la construcción de un conocimiento, un conocimiento escolar, desde las
particularidades de los alumnos en una comunidad de aprendizaje.
Con lo desarrollado hasta aquí y la lectura del texto de Márquez Bargalló y Roca Tort
(2006), “Plantear preguntas: un punto de partida para aprender ciencias” adjunto a la
clase, te invitamos a reflexionar en tu narrativa las cuestiones que te interpelan de lo
leído.
Bibliografía:
• Blythe, Tina. (1999) La enseñanza para la comprensión, guía para el docente. Ed.
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• Furman M. (2016) Educar mentes curiosas: la formación del pensamiento científico
y tecnológico en la infancia: documento básico, XI Foro Latinoamericano de
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• Furman M. y Podestá M. (2009). La aventura de enseñar ciencias naturales. Buenos
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• Furman, M. y Zysman, A. (2001) Ciencias Naturales: Aprender a investigar en la
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• Gadamer, H. (1994) Verdad y método. Fundamentos de una hermenéutica
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• Gellon, G.; Rossenvasser Feher, E.; Furman, M. y Golombek, D. (2005) La Ciencia en
el aula: Lo que nos dice la ciencia sobre cómo enseñarla. Paidós, Buenos Aires.
• Harlen, W. (2013). Evaluación y Educación en Ciencias basada en la Indagación:
Aspectos de la Política y la Práctica. Trieste: Global Network of Science Academies
(IAP) Science Education Programme (SEP).
• Hernández Sampieri, R y otros. (2014) Metodología de la Investigación. Sexta
edición. McGraw Hill. México.
• Márquez Bargalló, C. y Roca Tort, M. (2006) “Plantear preguntas: un punto de
partida para aprender ciencias”. Revista Educación y Pedagogía. Universidad de
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• Perkins, D. (1995) ¿Cómo hacer visible el pensamiento? Escuela de Graduados en
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Ximena Barrera D.
• Sabino, Carlos. (1992) El proceso de investigación, Ed. Panapo, Caracas. Publicado
también por Ed. Panamericana, Bogotá, y Ed. Lumen, Buenos Aires.
• Salomón, P. y Furman, M. (2017). Clase Nro:1 Medir y analizar datos en la clase de
Ciencias Naturales: Empezamos a investigar. Aprender a investigar en la escuela:
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• Sanmarti, N. (1997) Enseñar y aprender Ciencias: algunas reflexiones.
http://www.guiasensenanzasmedias.es/verpdf.asp?area=natura&archivo=GR104.pdf
• Sanmartí, N. y Márquez Bargallo, Conxita. (2012) “Enseñar a plantear preguntas
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• Siede, I. (2012) “Ciencias sociales en la escuela: criterios y propuestas para la
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• Soto, S. (2009) La enseñanza para la comprensión como estrategia pedagógica en la
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• Tapia, C y Ávila, D. (2004) Las preguntas de los estudiantes: una manera de construir
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