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Javier Hernández
Facultad de derecho
Ciudad
2020
El porqué de la violencia
El hombre ha estado expuesto a cambios constantes y violentos atreves del
tiempo. En su actualidad rige el dominio por el poder, este se ha convertido en el
fin para algunos que de una u otra forma utilizan distintos mecanismos de
exterminación, física, visual y hasta psicológica para lograr su propósito. Pero
antes, debemos retornar al pasado para poder entender como ha transcendido el
cambio. Primeramente, no ubicaremos en la edad primitiva donde no existían las
clases sociales o propiedad privada, ya que los recursos eran para todos y no para
un grupo privilegiado. A continuación, para aquellas comunidades o pueblos
tribales que en su momento se regían por sus costumbres y tradiciones aplicando
una forma de autogobierno, sin que ningún órgano legislativo interviniere. En la
actualidad, estas comunidades indígenas se encuentran reconocidas tanto en la
constitución política de Colombia de 1991, como en la Declaración universal de los
derechos humanos.
Ahora bien, avanzando a la oleada del contractualismo representado por sus
mayores exponentes como lo son: Hobbes, Locke y Rousseau padres de aquel
movimiento filosófico y político, se adentra a una nueva forma de establecer al
hombre en un entorno dirigido por un ordenamiento, esto da origen a la sociedad
y el Estado por medio de un contrato social, es por esto, que se traerá la mención
de Martí (2005), el contrato social implica renunciar a ciertas libertades, esto con
el fin de obtener seguridad, lo cual genera que las personas presenten limitaciones
con respecto a su libertad y seguridad, quedando bajo el control de normas
legales que provienen del poder político. A su vez, es necesario mencionar que, al
acceder a un contrato social se ceden algunos derechos a excepción de la vida y
la libertad a cambio de seguridad, esta debe ser proporcionada por el estado el
cual debe lograr solucionar los problemas del estado natural, es decir, la guerra
que se da entre unos y otros.
En la actualidad, existe un contrato social el cual hasta el momento es uno de los
más completos como lo es la Declaración de las Naciones Unidas, puesto que en
ella contiene todas y cada una de las necesidades que posee el ser humano en un
mundo globalizado como lo es el hoy. A pesar de que en sus páginas se habla de
una sociedad la cual respeta al otro sin importar su raza, lengua, sexo, creencias,
cultura entre otras, lo triste es que no se cumplen en la mayoría de estados y
países que han adoptado dicho acuerdo, aún persiste la esclavitud, la violencia de
género, explotación de niños y niñas, el desprecio a comunidades LGTBI y
maltrato al adulto mayor entre otras (Gallego, 2017).
Colombia un país caracterizado por su gran diversidad natural, cultural y
geográfica, el cual ha tenido que buscar una sonrisa cuando no la hay, donde
narcotráfico y la corrupción han marcado negativamente nuestra forma de justicia,
así como un virus que infecta todo a su alrededor, multiplicándose cada vez más
para destruir todo a su alcance. Esta es la nación actual donde cada día se
desangran los recursos naturales, también se mata a gente inocente. De igual
forma, cabe resaltar las masacres que han marcado al pueblo colombiano como lo
son: Segovia Antioquia donde perdieron la vida 43 personas y 45 heridos a manos
de la fuerza pública; en el municipio de Trujillo – Valle del Cauca dejaron 342
víctimas de homicidio, tortura y desaparición forzada; la masacre de El salado dio
muerte a 60 personas en estado de indefensión, convirtiéndolo en un pueblo
fantasma; la masacre de Bojayá 79 personas murieron (entre ellos 48 menores); la
masacre de la Rochela murieron 12 personas de un total de 15 funcionarios
judiciales que investigaban varios delitos en la zona, en este mismo lugar entre los
años 1979 y 1991, 25 jueces y abogados fueron asesinados; la masacre de la
Bahía Portete contra las mujeres wayuu 6 personas murieron, fueron torturados y
violentados; la masacre de Mapiripán torturado y asesinado a 49 personas sin
contar los cadáveres que fueron arrojados al rio Guaviare y que nunca aparecieron
( Cadavid,2014). Estas son algunas de las tantas masacres que han atentado
contra el pueblo y que hasta el día de hoy aún se reclama por una justicia para
que los culpables no queden impunes.
Por otra parte, los niños y niñas aún siguen siendo explotados y cada vez aumenta
la cifra de violaciones. De acuerdo a medicina legal se han practicado en Bogotá
1.435 exámenes por presunto abuso sexual, cabe resaltar el caso de La niña
emberá de 13 años abusada sexualmente por siete soldados del Batallón San
Mateo lo que genera indignación, repudio y aclamación por una justicia para todos [
CITATION Sem20 \l 9226 ].
Los Líderes sociales los cuales luchan por una igualdad también han sido
azotados por la violencia, desde el 2016 se presentaron 61 asesinatos de líderes
sociales; en 2017 la cifra subió a 84, para 2018 se presentó el mayor pico cuando
se registraron 115 homicidios, en 2019 se llegó a 108 y en lo corrido de 2020 se
han verificado 37 asesinatos de líderes[ CITATION Jua20 \l 9226 ].
Ahora bien, ¿cómo el pueblo puede ser escuchado?, o mejor aún ¿por qué callan
al pueblo? Aquellos civiles con uniformes en los cuales recae la responsabilidad
de proteger todo un territorio y a su vez velar por la seguridad de cada persona,
sometidos a las órdenes del Estado. De esta figura de autoridad que en muchos
casos se encuentra simbolizada como “héroes de la patria”, sean tenido
precedentes de que en muchas ocasiones la fuerza pública a atentado contra la
misma población civil.
En casos más recientes están los del joven Dilan Cruz, el vendedor informal,
Natalia la mujer transgénero y actualmente el caso del señor Javier Ordoñez
estudiante de derecho, padre, hijo y amigo, el cual perdió la vida por el mal uso del
debido proceso y por el poder excesivo de la Policía Nacional. De acuerdo al
informe entregado por la Alcaldía Mayor de Bogotá en la reunión con la mesa
distrital de los derechos humanos, el cual se visualizó vía streaming el día 9 de
septiembre de 2020 ,se hace mención a lo siguiente: en lo corrido del año 2020,la
secretaria de gobierno ha recibido 137 denuncias de casos de presunto uso
excesivo de la fuerza y vulneración a los derechos humanos, donde las víctimas
son más del género masculino con un 56% , femenino 28% , no reporta 12% y
comunidad trans 8%.A sí mismo, el tipo de denuncias están determinadas de la
siguiente manera : un 86% por maltrato físico, verbal y procedimiento arbitrario, un
8% abuso psicológico , 4% amenaza ,1% acceso carnal y con 1% homicidio. Es
importante indicar que a la fecha según el reporte entregado por la Policía
Nacional Distrital solo tienen conocimiento de 38 casos de 137 de los cuales la
Alcaldesa Claudia López reitera que, en varias oportunidades, se les han indicado
el número de denuncias que han llegado a la Secretaria Distrital. Ahora bien, los
casos de abuso por parte de la fuerza publica son investigados por la Justicia
Penal Militar, esto no debería ser así por respeto a los afectados, pues que al ser
la misma policía quien investiga están siendo juez y parte a la vez, por eso
muchos casos tienen una investigación más lenta generando que estos queden en
la impunidad. Lo ideal sería una reforma donde aquellos casos sean tomados por
un mediador, el cual sea neutral como la organización de los derechos humanos u
otro agente competente[ CITATION Cin20 \l 9226 ].
Ante esto, surge una pregunta ¿por qué es así la conducta de la fuerza pública?
Para el mes de junio del 2019 el excandidato presidencial Gustavo Petro presento
una denuncia en la Comisión primera del Senado, por medio de videos, y pruebas
donde se alertaba sobre las torturas en el ejército, ya que miembros de la fuerza
publica son entrenados bajo torturas, amenazas, maltrato físico y psicológico. A su
vez, Petro menciona gran preocupación ya que indica que es posible la existencia
de un laboratorio experimental de resistencia del Ejercito, siendo así entrenados
para matar sin contemplación generando asesinos para la patria [ CITATION Col19 \l
9226 ].
Martí, F. (2005). Libertad y seguridad en un nuevo contrato social. Anuario de filosofía del
derecho, (22), 83-112.
https://www.policia.gov.co/sites/default/files/ley-1801-codigo-nacional-policia-
convivencia.pdf