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Responsabilidad civil área Dada en clases

El 17 de diciembre de 1903 en Carolina del Norte, se realizó el primer vuelo

controlado de un avión. Contrario a lo que sucede con todos aquellos sucesos

que se realizan por primera vez, el vuelo de los hermanos Wright no llamó la

atención de la gente, ni del gobierno estadounidense, ni de las fuerzas militares,

y mucho menos de los científicos de la época. El avión en sus comienzos fue

relegado a ferias de pueblo y carnavales, pues el modelo construido por los

hermanos Wright para que volara por primera vez ese 17 de diciembre, y que fue

llamado The Flyer, no fue considerado otra cosa que frágil. Sin embargo, la sociedad

estadounidense estaba en un error, pues todo lo que The Flyer era, y de todo

aquello que estaba compuesto, era producto de la precisión y el sumo cuidado

que Orville y Wilbur Wright depositaron en la construcción del primer avión; sus

componentes eran frágiles no por error, sino porque así debía ser para poder

cumplir con su finalidad.1

Sin embargo, los hermanos Wright no fueron los primeros que manifestaron interés

en surcar los cielos.

1.1. ANTES DEL 17 DE DICIEMBRE DE 19032

El deseo de volar siempre ha estado en el ser humano; la curiosidad que esto

genera se puede remontar a la existencia misma de las aves. Por eso si se quiere

precisar una época exacta en la cual surgió la aviación, podría decirse que desde

el mismo momento en que el hombre habita la tierra. Aunque inicialmente se intentó

fallidamente imitar el vuelo de los pájaros por medio de la elaboración de alas, tal

y como lo hicieron Dédalo y su hijo Ícaro en la mitología griega, los avances

tecnológicos han permitido que hoy en día el hombre pueda volar, si bien no por

sus propios medios como cualquier animal alado, sí valiéndose de aeronaves de

todo tipo que facilitan el transporte de un lugar a otro de manera ágil y sobre todo

segura.

Son varios los ejemplos de artefactos construidos y de teorías de vuelo esbozadas

a lo largo de la historia. Así, en el preámbulo de la aviación encontramos la

construcción de artefactos similares a los pájaros, como la paloma creada por el


griego Arquitas de Tarento en el siglo 400 a.C.; las cometas en la China del siglo

300 a.C., que más tarde serían convertidas por Abbás Ibn Firnás cerca del año 852

en paracaídas; los estudios de aeronáutica de Roger Bacon en 1250, y de Leonardo

da Vinci a finales del siglo XV; los globos de aire caliente creados por los hermanos

Montgolfier en 1783, posteriormente reemplazados por los globos de hidrógeno

de Jacques Charles, y los dirigibles de Henri Giffard en 1852. Todos ellos eran

máquinas que «volaban» pero que lo hacían elevándose a poca altura y por poco

tiempo.

Hasta finales de 1800, aquellos que intentaban volar eran mirados por la sociedad

como soñadores, pues ninguno de los artefactos hasta entonces inventados lo

habían logrado. En cambio le habían acarreado a sus creadores burlas por su

«locura», lesiones e incluso la muerte, cuando a bordo de dichos artefactos

intentaban demostrarle al mundo que volar era posible. El fracaso de sus inventos

se debía probablemente a que la mayoría no contaba con formación aeronáutica

debida, y por ende no tenían conocimientos técnicos sobre envergadura de las

alas, longitud, alto y ancho del fuselaje, materiales adecuados y debida potencia

de los motores.

Un claro ejemplo de esto fue el alemán Otto Lilienthal, quien creó y realizó cerca

de dos mil vuelos en planeadores o aeronaves no motorizadas. Cuando todas las

esperanzas de un avance en la aeronáutica recaían en él, murió al accidentarse en

una de sus creaciones a mediados de 1896. Sin embargo fue en este mismo año

que dos científicos bien preparados, Chanute y Langley, le devolvieron al mundo

la esperanza de que volar no era un sueño, sino que parecía una realidad cercana.

Octave Chanute, ingeniero francés radicado en los Estados Unidos, comenzó

instruyéndose sobre toda la actividad aeronáutica que había ocurrido con

anterioridad, y enfocó todo su conocimiento en la construcción de planeadores y

multiplanos, los cuales una vez perfeccionados dieron origen a comienzos de

1896 a un planeador biplano que fue bautizado como Katykid. La creación de

Chanute no tuvo mayor importancia por dos fuertes razones: la primera de ellas, el

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