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RESCATE
DELGADO, M. (Eds.)
Del registro estratigráfico a la sociedad
VAQUERIZO, D.
del conocimiento: el patrimonio arqueológico
RUIZ, A.B.
como agente de desarrollo sostenible
RESCATE
ISBN 978-8-499-27282-5
9 788499 272825
TOMO I
VAQUERIZO, D.; RUIZ, A.B.; DELGADO, M. (Eds.)
RESCATE
Del registro estratigráfico a la sociedad
del conocimiento: el patrimonio arqueológico
como agente de desarrollo sostenible
TOMO I
CórdOba 2016
Este doble volumen es resultado del Proyecto de Investigación Del registro estratigráfico a la sociedad
del conocimiento: el patrimonio arqueológico urbano y rural como agente de desarrollo sostenible
(ciudad y territorio), financiado por la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación
del Ministerio de Economía y Competitividad, en el marco del Programa estatal de Investigación,
Desarrollo e Innovación orientada a los retos de la sociedad, Convocatoria 2013, Modalidad
1: Proyectos de I+D+I (Ref.: HAR2013-43389-R). 2014-2016. Ha colaborado además UCOPress,
Editorial de la Universidad de Córdoba.
EDITORES CIENTÍFICOS
Desiderio VAQUERIZO GIL
Ana B. RUIZ OSUNA
Manuel DELGADO TORRES
Foto Portada:
Recreación del mito de Sísifo en bronce realizada por el escultor cordobés José Manuel Belmonte.
© Los autores.
© UCOPress, Editorial de la Universidad de Córdoba, 2016.
Campus de Rabanales
Ctra. Nacional, IV, km. 396
14071-Córdoba
Tfno: 957 21 21 65
http://www.uco.es/ucopress
Correo-e: ucopress@uco.es
Imprime:
Imprenta Luque
www.imprentaluque.es
Los editores de este doble volumen no se hacen responsables de las opiniones o contenidos recogidos en los textos, que competen en todo caso a sus autores.
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares,
salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org), si necesita fotocopiar o escanear alguna página
o fragmento.
4
Índice
VOLUMEN I
VAQUERIZO GIL, D.
Arqueólogos... al rescate. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Ghedini, F.
Parchi archeologici, aree archeologiche: esperienze e prospettive di valorizzazione”. . . . . 15
Clews, S.
Public Archaeology in the UK . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Ruiz Zapatero, G.
Presente y futuro de la Arqueología en España. Luces, sombras y desafíos. . . . . . . . . . . . . 53
Criado-Boado, F.
Rescatar, ¿a quién?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Pérez-Juez Gil, A.
Gestión e Investigación, de la utopía a la necesidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Almansa SÁNCHEZ, J.
Colegios profesionales y asociacionismo en la arqueología hispana. La Comunidad de
Madrid. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
Berrocal Ruiz, P.
Ejercer de arqueólogo profesional. ¿Nuevas perspectivas para un tiempo diferente? . . . . . 121
Fontal, O., Martínez, M.
La Educación Patrimonial como praxis pedagógica para la enseñanza de la arqueología. . 141
Vaquerizo GIL, D.
Arqueología somos todos, o el triunfo de Sísifo... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
Campos, J. M.; Medina, N.; Bermejo, J.
El modelo de investigación y gestión de la ciudad romana de Arucci (Aroche, Huelva). . . 189
Cebrián FERNÁNDEZ, R.
Parque Arqueológico de Segóbriga (Saelices, Cuenca): pasado, presente y futuro. . . . . . . 207
Delgado, M., JAÉN, D.
El Conjunto Arqueológico de Fuente Álamo (Puente Genil, Córdoba). Quince años de
puesta en valor y gestión integral del patrimonio en el medio rural. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
5
Valero tévar, M. A.
La villa romana de Noheda: la arqueología como excusa de un proyecto de participación
rural activa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257
Gómez Martínez, S.
Mértola, Vila Museu. Un proyecto cultural de desarrollo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269
Santacana, J., Martínez, T.
La arqueología reconstructiva y la obtención de imágenes virtuales: estado de la cuestión. . 287
Grande León, A.
El patrimonio arqueológico. Investigación, conservación, difusión y gestión en la Era
Digital. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307
Blanco Guzmán, R.
La Axerquía en el tiempo. Arqueología virtual para la didáctica del patrimonio. . . . . . . . . 323
Ruiz Osuna, A.
El mecenazgo en arqueología. ¿Una solución provisional o la única vía de futuro?. . . . . . 343
Pérez de la Concha CAMACHO, R.
El binomio Patrimonio-Turismo. Las redes de cooperación municipal de los sitios Patrimo-
nio Mundial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359
VOLUMEN II
Olmos, P.; López, E.; Daire, M. Y.; Martin, C.; Peres, T.
Erosión litoral y participación ciudadana en el Oeste de Francia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369
Collado moreno, Y.
Arqueología y sociedad ¿dos realidades enfrentadas? El papel de la enseñanza y la divul-
gación como factores claves para la conservación del Patrimonio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 381
Garrido, J. M.; Martín de la Cruz, J. C.
Educa divulgando ciencia: fomentando futuras vocaciones científicas . . . . . . . . . . . . . . . . 391
Serra, M.; Porfirio, E.
¡Experimentar arqueología! La educación patrimonial en el proyecto Outeiro do Circo
(Beja, Portugal). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 401
Ibáñez ALFONSO, M.
La imagen social de la arqueología y su patrimonio. El caso de Sevilla . . . . . . . . . . . . . . . 413
PALAU, L., CAU, M.A., díaz-aNDreu, M.
Creando impacto social y económico a través de las redes sociales: la ciudad romana de
Pollentia (Alcudia, Mallorca) como caso de estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 423
Allepuz garcía, P.
¿Todos somos arqueología...? Evaluación del impacto social del proyecto de cultura cien-
tífica Arqueología Somos Todos (2011-2016). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 439
Soriano, P.; del Pino, Mª T.
La difusión patrimonial mediante visores cartográficos en Internet. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 447
6
Carpanese, I.
ARCA Project. Creación de un software específico para la valorización de las excavaciones
arqueológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 455
Colodrero, J. M.; Costela, Y.
La aplicación de las nuevas tecnologías a la necrópolis prehistórica de Los Algarbes (Ta-
rifa, Cádiz) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 465
García, A.; Oliver, J.; Romero, M.
Arqueología y Tic en la conservación, la investigación y la interpretación del patrimonio:
el caso de los dólmenes de Serra de l’Arca (Montseny, Barcelona) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 475
Prades, M.; Ferré, R.; diloli, J.
Aplicaciones SIG en yacimientos arqueológicos: el ejemplo de l’Assut (Tivenys, Baix
Ebre) y sus inmediaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 483
Martín de la Cruz, J. C.; Jabalquinto, I. Mª, Garrido, J. M.
Proyecto Integrado de Puesta en Valor de la Cueva del Cañaveralejo (Adamuz, Córdoba). 489
Riquelme, J. A.; Beltrán, A.
La Cueva de las Ventanas (Píñar, Granada). Investigación, conservación y difusión del
patrimonio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 499
Ortiz, A. J.; Gutiérrez, L. M.; Alejo, M.
Contribución del proyecto Giribaile en la promoción del desarrollo social. . . . . . . . . . . . . 507
Gómara MIRAMÓN, M.
Piecordero I, un proyecto de investigación arqueológica basada en la participación social. . 519
Mata, E.; Figueroa, A.
Proyecto Aqua Ducta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 529
Roger ESPINOSA, F.
Rescatemos el acueducto romano de Peña Cortada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 539
Caballero, J.; Fernández, B.; Quattrocchi, l.
La utilización didáctica de los mosaicos romanos. Entre la fábula y la mitología. . . . . . . . 551
Ortega López, D.
La recuperación de la identidad andalusí mediante la creación de nuevos espacios patri-
moniales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 563
Quesada FERNÁNDEZ, D.
Cerro Muriano, sitio histórico: un acercamiento didáctico a su paisaje y patrimonio
industriales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 573
Di Girolamo, V.; PrincipalLi, M.
Il caso Taranto. Dall’acciaio alla Bellezza: la riconversione necessaria. . . . . . . . . . . . . . . . 583
Hernández, R. D.; Dancausa, Mª G.
El turismo arqueológico en la isla de Omepete. Un análisis Dafo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 595
7
PRESENTE Y FUTURO DE LA ARQUEOLOGÍA EN ESPAÑA.
Luces, sombras y desafíos
Gonzalo Ruiz Zapatero
Departamento de Prehistoria
Universidad Complutense de Madrid
gonzalor@ghis.ucm.es
Resumen:
Se presenta una evaluación general de la actual situación de la arqueología española analizando brevemente
los cuatro agentes principales: administración, academia, museos y empresas de arqueología, con especial
interés en los efectos de la crisis económica iniciada en 2008. Se propone una agenda para el siglo XXI que
elabore un amplio informe con propuestas y prioridades para el futuro inmediato. Con un especial interés se
examina la formación de arqueólogos en la universidad y se sugieren fórmulas para la mejora de los estudios
de arqueología.
Palabras clave: Arqueología, España, administración, universidad, museos, empresas, agenda, siglo XXI
Abstract:
This essay presents a general overview of the current situation of archaeology in Spain through the critical
analysis of its four agents: administration, university, museums and contract archaeology with special atten-
tion to the effects of the 2008 economic crisis. I propose an agenda for Spanish archaeology in 21th century
with proposals and priorities to be discussed in the next future. A special interest has been paid to the training
of archaeologists at university including suggestions for improvement.
Key Words: Archaeology, Spain, management, university, museums, archaeological companies, agenda, 21th
century
53
G. Ruiz Zapatero. 2016. Presente y futuro de la arqueología en España. Luces, sombras y desafíos
54
Rescate. Del registro estratigráfico a la sociedad del conocimiento: el patrimonio arqueológico como agente de desarrollo sostenible
55
G. Ruiz Zapatero. 2016. Presente y futuro de la arqueología en España. Luces, sombras y desafíos
ADMINISTRACIONES NÚMERO
ESTIMADO de
AUTONÓMICAS Consejerías Cultura / ESPECIALISTAS :
Direcciones Generales Patrimonio
Institutos
Arqueólogos
Territoriales [200-225]
MUSEOS
Nacionales
Autonómicos
Municipales [200-250]
UNIVERSIDAD
Departamentos Prehistoria /Arqueología
Otros Departamentos [400-425]
CSIC
CCHS (Madrid)
INCIPIT (Santiago)
IMF (Barcelona)
IAM (Mérida) [50-60]
MISIONES EN EL EXTRANJERO
Instituto del Patrimonio Cultural de España
CENTROS EXTRANJEROS
Casa de Velázquez (Francia)
Instituto Arqueológico Alemán
EMPRESAS DE ARQUEOLOGÍA [1000-
1500 ?]
Fig. 2. Estimación aproximativa del número de arqueólogos según colectivos en el estado español.
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Rescate. Del registro estratigráfico a la sociedad del conocimiento: el patrimonio arqueológico como agente de desarrollo sostenible
imposible por la falta de datos. Y no digamos lo lejos que estamos de conseguir una radiografía com-
pleta como en el Reino Unido (Aitchison y Rocks-Macqueen 2013 y 2014).
Por otro lado, he señalado (Ruiz Zapatero 2012: 56) que no existen “super-arqueólogos”. Lo
que hay es un colectivo cualificado y diversificado que, si quiere actuar con fuerza, precisa de la
suma de todos los sectores de la arqueología, fundamentalmente, como hemos visto: la academia, la
administración, los museos y las empresas (Criado, 1996 y 2010). No todos los agentes participan
de todas las partes del proceso arqueológico, pero sí es importante recordar que todos forman parte
de un sistema que necesita estar bien engranado para funcionar (Almansa 2011: ii). En esa dirección
necesitamos dos cosas: primero, recuperar la conciencia de unidad de la disciplina –la arqueología
es una por más que existan distintas esferas de actividad– para hablar todos en la misma lengua, y
segundo, fortalecer las relaciones entre los cuatro colectivos desde el respeto mutuo, la igualdad y la
diversidad (Vaquerizo y Ruiz 2013).
57
G. Ruiz Zapatero. 2016. Presente y futuro de la arqueología en España. Luces, sombras y desafíos
sión desesperanzada es que difícilmente alguna de ellas se salvaría de la acusación de que no tienen
una verdadera política arqueológica (Vigil Escalera 2011: 18-19). Y no tienen una auténtica política
arqueológica desde el momento en que –más allá de atender genéricamente a cuestiones relaciona-
das con la arqueología–, no han establecido por escrito un mínimo compromiso de sus políticas en
arqueología. Así las CC. AA. no deberían decir que están abiertas a propuestas para financiar unos
pocos proyectos, deberían tener una hoja de ruta de prioridades para desarrollar proyectos de investi-
gación que resolvieran lagunas y problemas por regiones y periodos; deberían tener propuestas para
coordinar científicamente los cientos de intervenciones aisladas y mayoritariamente inconexas de la
arqueología preventiva, para crear marcos en los que esos datos pudieran alcanzar interpretaciones
históricas útiles. Deberían liderar y exigir la publicación de resultados. Deberían, en fin, crear con-
textos y plataformas de dialogo y colaboración con todos los demás agentes para construir verda-
deras políticas arqueológicas, porque aunque los académicos también seamos responsables (Roig i
Buxó 2013: 196), la responsabilidad mayor y última está en las administraciones autonómicas. Solo
a partir de una investigación sólida, coherente, solidaria y publicitada se podrán desarrollar buenos
proyectos de protección, preservación y presentación del patrimonio arqueológico para que la ciuda-
danía los valore, aprecie y disfrute (Sánchez Romero et al. 2012).
Uno de los resultados, probablemente no intencionadamente buscado, con la arqueología de las
CC. AA. ha sido la creación de marcos de investigación muy cerrados en las propias fronteras ad-
ministrativas actuales. La arqueología, en cierto modo, se fue provincializando, los límites político-
N 2.
2. Navarra
1. 1.
Castilla 3. 3.
La Rioja
y León 2.
3. 1.
3.
Madrid Baleares
3.
Castilla 2. 3.
3. La Mancha
Extremadura
1. Comunidades
cerradas
2. Comunidades
semi-cerradas
Arqueología
3. 3.Murcia
3. Comunidades
abiertas Andalucia
ESPAÑA
2 Administraciones arqueológicas
por comunidades autónomas
Fig. 3. Mapa de las Comunidades Arqueológicas del estado español según su mayor o menor apertura al trabajo de equipos
arqueológicos de fuera de cada comunidad.
58
Rescate. Del registro estratigráfico a la sociedad del conocimiento: el patrimonio arqueológico como agente de desarrollo sostenible
Fig. 4. La teoría de la gestión del patrimonio arqueológico sobre la inmensidad del registro arqueológico que demanda mucha
más atención, investigación y conservación para su adecuada gestión.
59
G. Ruiz Zapatero. 2016. Presente y futuro de la arqueología en España. Luces, sombras y desafíos
del tiempo desde las transferencias en arqueología a la actualidad, si es que se pueden conseguir los
datos.
En cualquier caso, contamos con miles y miles de materiales y datos de cientos y cientos de
excavaciones repartidas por todo el estado que podrán ser estudiadas. En algunos casos quizás re-
excavando “depósitos de materiales” de hace dos o tres décadas. La cuestión delicada es cómo ha-
cerlo. Y solo será posible mediante el concurso y la implicación de los cuatros agentes en una tarea
de recomposición de la unidad conceptual de la arqueología como generadora de conocimientos
históricos (Roig i Buxó 2013: 197).
Por otra parte hablando de Patrimonio arqueológico pienso que también hay que ser valiente
porque este término suena demasiadas veces a algo hueco, algo de cartón-piedra, algo muy genérico
con dimensión muy administrativa pero muy poco social (Ruiz Zapatero 2010a: 19-21), además de
ser un concepto difícil por su carácter polisémico (Quirós 2013: 22). La irrupción del patrimonio ha
sido un fenómeno de las últimas décadas, que parece haberse instalado sobre la necesidad de las ad-
ministraciones autonómicas de gestionar yacimientos, monumentos y materiales arqueológicos. En
muchos casos ha devenido en patrimonionitis, una obsesión con lo patrimonial, aunque en realidad
se podría hablar mejor de patrimonicidio (Molinas 2014) por sus efectos perversos y ha generado un
grupo especial de expertos: los patrimoniólogos, con manuales (Ballart 1997, Ballart y Tresserras
2001, García Cuetos 2012, Querol y Martínez 1996, Querol 2010, Pérez-Juez Gil 2006), congresos y
reuniones específicos (López-Menchero 2014) y la proliferación de cursos y másteres universitarios
por casi todas las universidades españolas debido al carácter generalista e internacional que tiene
esta especialidad (Chitty 2015).
La acepción tradicional de Patrimonio arqueológico esta ligada a su dimensión administrativa
y jurídica pero queda muy lejos de la gente. Y en realidad el patrimonio debería tratar más sobre
la gente que sobre los sitios arqueológicos y las piezas artísticas. Se pone mucho énfasis en las
bases materiales del patrimonio –sitios, lugares,
monumentos y objetos– que son localizados,
inventariados, conservados y gestionados y con
la crisis de 2008 pasan a recibir toda la aten-
ción por las posibilidades de generar recursos
económicos. Aunque más allá de esta aproxima-
ción economicista el sentido real de patrimonio
es el “acto de transmitir y recibir memorias y
conocimiento” (Smith 2006). En otras palabras,
patrimonio no es tanto una cosa física como un
proceso cultural y social, usado como una ayuda
para revisitar memorias y asociaciones, compar-
tir conocimientos y experiencias, reafirmar rela-
ciones y comunicación y construir identidades
y sentidos de pertenencia. Y en todo ello la ac-
cesibilidad de la ciudadanía vía Internet parece
la mejor fórmula, aunque las diferencias entre
comunidades son grandes (Ortiz Lozano 2015).
El modelo de Andalucia es el más completo y
Fig. 5. La cosificación del patrimonio arqueológico que con-
cibe los restos muebles e inmuebles como bienes “en conser- proporciona mucha información y herramientas
va” para un uso selectivo. útiles (VV.AA. 2007).
60
Rescate. Del registro estratigráfico a la sociedad del conocimiento: el patrimonio arqueológico como agente de desarrollo sostenible
investigación
publicación y divulgación campo
conservar
y presentar
pasado
61
G. Ruiz Zapatero. 2016. Presente y futuro de la arqueología en España. Luces, sombras y desafíos
Mi propuesta es que se debería iniciar, de forma colectiva con participación activa de todos los
agentes, un proceso de construcción de una “Agenda arqueológica para el siglo XXI”. Dos proble-
mas de entrada son la configuración del estado de las autonomías y la carencia de una institución
arqueológica del estado y por otro lado la inevitable discusión de quien toma la iniciativa. Por ello
posiblemente la única alternativa sería configurar una plataforma que agrupara a todos los arqueólo-
gos y arqueólogas de los cuatro sectores en pie de igualdad, un poco al modo de cómo se constituyo
en 1982 en el Reino Unido el IFA (Institute of Field Archaeologists), actualmente denominado Char-
tered Institute for Archaeologists (http://www.archaeologists.net/).
Un esbozo de la Agenda arqueológica XXI podría articularse en torno a las siguientes secciones
y apartados como punto de partida a debatir, ampliar y detallar:
(1) Formación y profesión: a) la enseñanza universitaria, b) adquisición de conocimientos prác-
ticos, c) colegios profesionales y asociacionismo.
(2) Investigación: a) Libro Blanco de situación y sugerencias para la mejora de la arqueología
en España, b) establecimiento de fórmulas de colaboración entre los agentes arqueológi-
cos, c) base de datos de las infraestructuras de investigación arqueológica disponibles y
herramientas de trabajo colectivas, d) informe de análisis y situación de las publicaciones
de arqueología: series, colecciones y revistas (Ruiz Zapatero en prensa). Un buen ejemplo
sobre las revistas de arqueología es el caso francés (Aubin 2007) y e) informe sobre docu-
mentación accesible por Internet, especialmente inventarios, cartas arqueológicas y otra
documentación elaborada por las CC. AA.
(3) Protección, conservación y disfrute del Patrimonio arqueológico: a) Legislación y normati-
vas autonómicas, b) arqueología preventiva,al estilo del excelente ejemplo de Francia (VV.
AA. 2013) que resultaría fundamental en nuestro caso, c) destrucción del patrimonio, ex-
polio y comercio ilegal de antigüedades, d) planeamiento y ordenación del territorio, e)
restauración y problemas museológicos y f) plan nacional de divulgación arqueológica con
nuevas iniciativas como la organización de Día de la Arqueología y otras parecidas que
acerquen el pasado a la gente y permitan a la ciudadanía disfrutar de la historia y los restos
arqueológicos o la inclusión de la “sostenibilidad” en los programas educativos y divulgati-
vos de arqueología (Carman 2016).
(4) Arqueología y sociedad: a) museos y sitios arqueológicos, b) turismo arqueológico, c) me-
dios de comunicación, d) relevancia de la arqueología para otras disciplinas y e) conexiones
de la arqueología con el arte en todas sus expresiones (Laneri 2002) y búsqueda de nuevas
audiencias.
La desvertebración actual de la arqueología española necesita, de cara al futuro inmediato, ir
tejiendo espacios de encuentro de conocimientos, experiencias, fórmulas organizativas y opiniones
como territorios de afirmación individual y colectiva de la arqueología. La voluntad política de las
administraciones responsables de la arqueología resultará clave pero no menos que las voluntades de
los tres agentes restantes: empresas de arqueología, museos y universidades. Es más pienso que sólo
la capacidad de actuación de estos últimos, en pie de respeto e igualdad, podrá cambiar sustancial-
mente el escenario de la arqueología española (Barreiro 2013).
4. La arqueología en la universidad
La falta de una tradición de estudios centrados en la arqueología en la universidad española,
más allá de algunos trabajos pioneros (Querol 1998, Ruiz de Arbulo 1995 y 1998, Ruiz Zapatero
62
Rescate. Del registro estratigráfico a la sociedad del conocimiento: el patrimonio arqueológico como agente de desarrollo sostenible
1998), refleja una situación generalizada –salvo en la tradición anglosajona (Collis 2001, Flatman
2015, Jackson y Sinclair 2009) y francesa (Lehoërf 2009)– y resulta especialmente preocupante para
el futuro de la formación de arqueólogos en nuestro país. La enseñanza de la arqueología apenas re-
cientemente ha merecido alguna atención (Ruiz de Arbulo 1998, Ruiz Zapatero 2005, VV.AA. 2005)
y las necesidades de los nuevos currícula han tenido poco debate (Ruiz Zapatero 2009a, Vaquerizo
2015: 101). Por un lado, hay razones para el optimismo si consideramos que el número de estudian-
tes de Arqueología crece continuamente y que los nuevos grados de Arqueología de las universidades
catalanas y la Complutense tienen notas de corte significativamente por encima de la media de las
Facultades de Letras, lo que demuestra una atracción importante por la Arqueología. Por otra parte,
el lado oscuro es el reclutamiento del profesorado con indicadores obscenos de endogamia, más
del 97% de las plazas ganadas por el candidato local/oficial, lo que genera falta de criticismo y el
mantenimiento de redes clientelares (González Ruibal 2011). Y este punto, sin discusión alguna, es
la clave de todo el sistema universitario. La endogamia tiene su última explicación en la autonomía
universitaria porque cada CC. AA. defiende ciegamente que su sistema universitario es bueno y no
sobra nada ni nadie; algo que a todas luces es falso y además bloquea cualquier posibilidad de debate
crítico y toma racional de decisiones. Eso explica que en la actualidad sólo asistamos a la supresión
de especialidades y enseñanzas, muy raramente a la creación de nuevas o que haya profesores sin
docencia o con docencia mínima en algunas universidades, generalmente pequeñas o con centros
dispersos en el territorio, mientras en otras, normalmente las grandes, el profesorado tiene cargas
Vd. tranquilo profesor que tenemos bien atadas las Me dan mala espina esos tipos
plazas y ya nos Si no sale lo
pensando en lo que no deben del CSIC nos
ocuparemos de
que no vengan
A mí me han vamos a la Uni
“extraños” … prometido la
plaza …
Fig. 7. Versión cómica (pero rigurosamente cierta) de la endogamia universitaria en la provisión de plazas docentes (tuneado
mío del original del tebeo Roberto Alcázar, el intrépido aventurero español, de Editorial Valenciana [1941-1976]).
63
G. Ruiz Zapatero. 2016. Presente y futuro de la arqueología en España. Luces, sombras y desafíos
Universidad
de Santiago Universidad Autónoma
Clave: de Barcelona
Universidad
Zaragoza
Universidades
con Grado
Universidad Universidad
Complutense Barcelona
Universidad
Universidades Valencia
pensando Grado
Universidades Baleares
con posibilidades
de tener Grado
Universidad
Granada Grado en
Universidad
de Sevilla Arqueología
Canarias
Fig. 8. Mapa de las áreas teóricas de influencia, empleando polígonos Thiessen, de las universidades con Grados de Arqueo-
logía en España.
64
Rescate. Del registro estratigráfico a la sociedad del conocimiento: el patrimonio arqueológico como agente de desarrollo sostenible
procesos de selección del profesorado de acceso están muy cerrados con baremos rígidamente esta-
blecidos por las universidades que no parecen perseguir siempre el objetivo deseable de seleccionar
a los mejores. Un ejemplo, en mi universidad el último concurso de un doctor asociado en el que fui
miembro del comité de selección el baremo oficial concedía un máximo de 14 puntos sobre 100 a los
méritos en publicaciones, algo ridículo si se tiene en cuenta que es lo más relevante y lo más fácil de
evaluar. Otros apartados evaluaban la experiencia “interna” y dimensiones más difíciles de baremar
objetivamente.
En la actualidad hay Grados en Arqueología en muy pocas universidades: Autónoma de Bar-
celona y Barcelona, Complutense de Madrid y Sevilla-Granada (Hernando y Tejerizo 2011: 60-63)
con un total de ingreso de algo más de 200 estudiantes. Hace apenas dos o tres años que salieron los
primeros graduados que, a pesar de todos los problemas, creo que obtienen una formación acepta-
ble; y no es solo una opinión personal sino lo que declaran muchos de ellos cuando salen a realizar
másteres y tesis a universidades extranjeras. Algunas pocas universidades podrían implantar el grado
por plantilla docente pero no lo hacen porque temen no alcanzar un número suficiente de estudiantes.
(Fig. 8 ). En todo caso, a través de otros grados (p.e. Historia, y Humanidades) se siguen formando
muchos arqueólogos en la mayoría de las universidades españolas. La afluencia importante de estu-
diantes en el grado de Arqueología en las universidades citadas quizás este marcando la tendencia de
que cada vez más estudiantes buscan el grado específico para ser arqueólogos.
En el caso de los másteres los problemas no son pocos (Hernando y Tejerizo 2011: 63-65):
la falta de número suficiente de alumnos para que sean viables, el rechazo de algunos estudiantes
a seguir en la misma universidad donde cursaron el grado y la tendencia de otros a seguir estudios
en el extranjero. Esta última, sin duda alguna, la mejor opción, porque si somos autocríticos habrá
que convenir en que difícilmente las universidades españolas pueden aportar una formación puntera
en muchos campos de la arqueología contemporánea para una buena formación y un buen docto-
rado que permita abrirse camino en la carrera investigadora. Y el plan Bolonia creo que, entre la
burocracia universitaria y los recortes económicos de la crisis, quedo muy desvirtuado (Hernando
y Tejerizo 2011: 59-60). A ello hay que sumar la tradicional inercia del profesorado y su conserva-
durismo, el pobre equipamiento en laboratorios y medios de investigación arqueológica en muchas
universidades, la falta de conocimiento de los mejores planes europeos y de voluntad académica para
incorporar lo mejor, la propia heterogeneidad del mapa universitario español y la indefinición real
del modelo de universitario del EEES en España. Demasiados dardos para hacer diana (Ver Fig. 9).
La mejor prueba de que las cosas han sido así lo revelan las asfixiantes medidas burocráticas para
prácticamente nada efectivo, el replanteamiento actual de los estudios superiores con el 3 + 2 (3 años
de grado y 2 de máster) y el aumento desmesurado de las tasas académicas.
Aunque también carecemos de datos estadísticos el reparto de especialidades dentro de la arqueo-
logía académica es bastante asimétrico: la especialidad más extensa en número de docentes es la de
Arqueología Prehistórica, seguida de Arqueología Clásica, con muy reducida presencia de arqueólogos
medievalistas y todavía menos de expertos en arqueología industrial; no digamos de expertos en ar-
queología contemporánea o del presente, casi inexistentes (González Ruibal 2014, 2016).
Pero los estudios de arqueología también tienen sentido más allá de la formación de arqueólo-
gos. La arqueología es atractiva, divertida, muy social y comprometida con el presente, desarrolla
muy diferentes habilidades y conocimientos y aborda cuestiones fundamentales de la condición
humana (Schofield 2012). Por eso prepara bien para trabajos relacionados con la enseñanza, la ges-
tión cultural, los medios de comunicación y el patrimonio. Graduados y doctores de mi universidad
65
G. Ruiz Zapatero. 2016. Presente y futuro de la arqueología en España. Luces, sombras y desafíos
Arqueología
Bolonia
Bolonia
ESPAÑA
Fig. 9. El plan Bolonia objetivo de los múltiples dardos que han conducido a su casi total irrelevancia.
trabajan de muchas maneras fuera del campo de la arqueología y en ocasiones en experiencias únicas
y extraordinarias como el estudio de la cocina y los alimentos del pasado para un famoso restaurante-
laboratorio. Como sugiere Schofield (2012: 49) la amplia red de nuestros graduados puede llevar este
mensaje esperanzador muy lejos porque la arqueología y el patrimonio no están atrapados en el pasa-
do; tienen vitalidad y futuro. Y sin duda, el grado de arqueología es la mejor elección para muchos.
En cualquier caso la carrera académica exige ser realista, conocer las posibilidades y potencia-
lidades de cada uno así como los contextos académicos y prepararse para adquirir las habilidades
requeridas y desarrollar redes de contacto y trabajo. Pero también identificar las especialidades con
más posibilidades, mantenerse al día de la investigación puntera y tener capacidad para elegir buenos
mentores, asistir a congresos y reuniones relevantes, seminarios, cursos y conferencias estimulantes
y mantener lo que llamo una agenda propia de lecturas arqueológicas y no-arqueológicas. Y por
último, algo cada vez más necesario: pensar localmente, nacionalmente e internacionalmente (Smith
et al. 2015: 332).
Antes de ocho ó diez años la generación que hemos permanecido en la arqueología universitaria
desde los años 1970 se habrá jubilado y el tapón generacional que llevamos acumulando desde hace
veinticinco años junto al impacto de la crisis económica iniciada en 2008, con la paralela amortiza-
ción de plazas, llevará a la arqueología en la universidad española a una situación límite. Y el proble-
ma en algunas universidades llegará todavía antes; algunas universidades de larga y buena tradición,
como Salamanca, quedarán con apenas algún profesor funcionario en Prehistoria en pocos años. Y
no hace falta insistir en que la formación de buenos investigadores docentes necesita tiempos largos.
66
Rescate. Del registro estratigráfico a la sociedad del conocimiento: el patrimonio arqueológico como agente de desarrollo sostenible
Si a ello le sumamos la poca efectividad en la selección de los mejores candidatos en las pocas plazas
disponibles el escenario es más negro que el que yo mismo contemplaba hace unos años antes de
ver los efectos devastadores de la crisis económica (Ruiz Zapatero 2010: 244-45). Por último, si el
sistema universitario no se flexibiliza seguiremos perdiendo contacto con la realidad arqueológica;
se tienen que conseguir fórmulas de contratación rápidas, temporales y atractivas para que expertos
de diversos campos de la arqueología de fuera de la academia puedan llevar sus conocimientos a
los futuros arqueólogos. Esto es especialmente grave en el caso del CSIC, pero también lo es con
el mundo de los museos, las empresas de arqueología y las administraciones. La estancaneidad del
modelo universitario español tiene que terminar o la relevancia de los estudios de arqueología se
verá muy afectada y proliferarán –como ya existen– alternativas formativas en arqueología extra-
universitarias.
67
G. Ruiz Zapatero. 2016. Presente y futuro de la arqueología en España. Luces, sombras y desafíos
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Rescate. Del registro estratigráfico a la sociedad del conocimiento: el patrimonio arqueológico como agente de desarrollo sostenible
la crisis económica. Recuperar los términos de ese debate se me antoja una necesidad importante no
solo para los arqueólogos contractuales sino para toda la arqueología española, en la medida que los
problemas de fondo son problemas de todos los arqueólogos, o deberían serlo.
1
EDUCACIÓN
2
6
5 3
CULTURA POPULAR
4
Fig. 10. Las seis fronteras más relevantes de la arqueología en la España contemporánea.
69
G. Ruiz Zapatero. 2016. Presente y futuro de la arqueología en España. Luces, sombras y desafíos
tender ser exhaustivo hay, al menos, seis fronteras que habrá que explorar para el desarrollo futuro
de la disciplina. Estas fronteras son: 1) La educación en sentido amplio, desde la enseñanza reglada
primaria y secundaria (textos escolares, actividades y campañas de iniciación) a todos los medios
imaginalbles para llegar a cuantos más públicos mejor, para una auténtica alfabetización arqueológi-
ca ciudadana. En este sentido los niños constituyen un sector clave (Mather 2015). 2) Las adminis-
traciones en sus tres niveles; estamos acostumbrados al autónómico que legisla y gestiona, pero las
iniciativas municipales van creciendo y muchos ayuntamientos promueven proyectos arqueológicos
que sin duda seguirán esta tendencia al alza. Y a nivel de administración central habría que conseguir
en algún momento tener presencia específica, a través de los partidos políticos, en el Parlamento de
la nación. 3) Los medios de comunicación tradicionales –prensa, radio y televisión– y los nuevos
–Internet y las redes sociales– exigirán imaginación, audacia y rigor y serán fundamentales si que-
remos que la arqueología tenga relevancia en la sociedad del siglo XXI (Rockman y Flatman 2012).
4) La cultura popular, porque el conocimiento, reconocimiento y respeto de las formas tradicionales
de cultura relacionados con la historia y los restos arqueológicos son fundamentales en lograr el in-
terés y apoyo de esas capas sociales (Holtorf y Högberg 2015, Ruiz Zapatero 2012). Y a través de su
dignificación podemos llegar a plantear nuevos objetivos que vayan más lejos, sin por ello despreciar
esas manifestaciones populares (Holtorf 2005 y 2007). 5) Los movimientos esotéricos, de tipo New
Age y otros, que lejos de ser menospreciados deberán generar actitudes, programas educativos y
fórmulas para, desde el respeto de los sentimientos particulares, promover la racionalidad, la ciencia
y el conocimiento histórico. Y, por último, 6) los desarrolladores, especialmente los privados porque
actitudes solo beligerantes y de confrontación llevan al ocultamiento de información arqueológica
y la destrucción de patrimonio arqueológico que, en ocasiones, no llega ni a ser identificado. La
promoción de políticas de colaboración que respeten el registro arqueológico y permitan simultánea-
mente el desarrollo económico no es una tarea fácil pero es la única salida viable.
BIBLIOGRAFÍA
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