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Segmentation of megathrust rupture zones from fore-arc deformation

patterns over hundreds to millions of years, Arauco peninsula, Chile

2.2. Geología Cenozoica de la Cuenca de Arauco Fore-Arc y Cordillera de la Costa de Nahuelbuta

[11] La cuenca de Arauco contiene más de 3 km de sedimentos continentales y marinos del


Cretácico tardío al Holoceno, y ha sido un importante centro de extracción de carbón y
exploración de hidrocarburos durante más de un siglo. Este depocentro incluye la Formación
Quiriquina de Campaniano a Maastrichtiano, el Grupo Lebu sintensional del Paleoceno al Eoceno,
la Formación Ranquil sintensional del Mioceno tardío al Plioceno temprano y la Formación Tubul
sincontraccional del Plioceno tardío al Pleistoceno [por ejemplo, Biro´, 1979; Elgueta y Arcos,
1994; Encinas et al., 2008; Finger y col., 2007; Le Roux y Elgueta, 1997; Melnick y Echtler, 2006a;
Pineda, 1986] (Figura 2b). Durante el período del Mioceno al Plioceno temprano, las bajas
cantidades de relleno de zanja y la alta velocidad de convergencia de las placas causaron erosión
por subducción que resultó en más de 1,5 km de hundimiento del antearco y deposición
sintensional de la Formación Ranquil, que comprende principalmente turbiditas batiales inferiores
[Encinas et al., 2008 ; Finger y col., 2007; Melnick y Echtler, 2006a]. Durante el cambio hacia
condiciones de acreción entre 4.5 y 2.5 Ma, se produjo una inversión positiva y un levantamiento
de los depocentros del antearco en la región entre 34 y 45 S [Melnick y Echtler, 2006a]. Los
estratos de crecimiento asociados con fallas inversas sísmicamente activas reflejan un
acortamiento continuo y continuo y un levantamiento coetáneo con la deposición de la Formación
Tubul [Melnick et al., 2006a].

[12] La Cordillera de Nahuelbuta está ubicada inmediatamente al este de la península de Arauco y


tiene una morfología en forma de cúpula con una elevación máxima de 1525 m. Considerando las
elevaciones de la Cordillera de la Costa, que típicamente están muy por debajo de los 700 m,
Nahuelbuta es un sector anómalo en términos de topografía (Figuras 1b y 2a). Esta cordillera está
formada por un núcleo granítico del Carbonífero delimitado por rocas metasedimentarias de
contacto de alta temperatura denominadas Serie Oriental [Herve´, 1988]. La falla Lanalhue que
golpea al noroeste y corre a lo largo del flanco sur de Nahuelbuta (Figura 2b) marca el contacto
entre las Series Este y Oeste, que consisten en rocas metasedimentarias de alta presión y baja
temperatura y componentes ofiolíticos [Herve´, 1988]. La datación de minerales sincinemáticos en
zonas de cizallamiento milonítico de la falla de Lanalhue indica cizallamiento sinistral en 275 Ma
[Glodny et al., 2008a]. Las contrapartes del granito Nahuelbuta afloran a 39,5 S en la Cordillera
Principal, lo que llevó a estos autores a correlacionar estos afloramientos y proponer 100 km de
desplazamiento sinistral a lo largo de la falla Lanalhue durante el período Pérmico.

[13] Sin embargo, la falla Lanalhue también corta terrazas fluviales y aluviales de la Formación
Malleco en el flanco oriental de la Cordillera Costera (Figura 2b), cuyo rango de edad está
delimitado por varios depósitos volcánicos intercalados de 4.4 ± 0.5 a 0.8 ± 0.3 Ma. cerca de la
base y la parte superior, respectivamente, de la secuencia predominantemente clástica [Sua´rez y
Empara´n, 1997]. La red sísmica local de procesos de placa entrante a mega empuje (TIPTEQ)
-north [Haberland et al., 2006] registró varios grupos de terremotos corticales entre 1 y 22 km de
profundidad, exactamente por debajo de la expresión superficial de las fallas Lanalhue y Morguilla.
Este último parece ser una continuación hacia las trincheras de la falla de Lanalhue, cortando el
flanco sur de la península de Arauco donde compensa la superficie del Pleistoceno Can˜ete
(Figuras 2b y 3d). Los mecanismos focales son consistentes con planos de falla de inmersión
pronunciada como se esperaba también de escarpes de fallas lineales, como se observa en
afloramientos cerca de la ciudad de Capita´n Pastene, y como se muestra en el perfil de reflexión
sísmica profunda de TIPTEQ disparado a 38.2 S [Groß et al. , 2008]. Estos datos geofísicos y
geológicos identifican la falla de Lanalhue como una estructura de escala de la corteza de larga
vida con un pronunciado descenso hacia el NE, con actividad neotectónica manifestada por
accidentes geográficos cuaternarios deformados y sismicidad de la corteza localizada.

[14] Las edades de enfriamiento del rastro de fisión (FT) de la Cordillera de Nahuelbuta y sectores
adyacentes de la Cordillera de la Costa han sido reportadas en un estudio termocronológico
regional del centro-sur de Chile [Glodny et al., 2008b]. En Nahuelbuta, nueve edades medias de FT
de apatita varían de 106 ± 29 a 54,6 ± 4,1 Ma y siete edades medias de FT de circón de muestras
apareadas varían de 242 ± 29 a 179 ± 49 Ma (Figuras 4a y 4b). El modelado inverso de los datos de
distribución de la longitud de la pista de cuatro muestras de apatita FT de la parte superior de la
Cordillera de Nahuelbuta (muestras en elevaciones más altas en la Figura 4a) indica un
enfriamiento terciario lento a una tasa de exhumación de 0.03 - 0.04 mm / a hasta 4 ± 1.2 Ma, y un
aumento a> 0,2 mm / a desde ese momento [Glodny et al., 2008b]. En contraste, la modelación de
muestras de las regiones de Valdivia y Concepción ubicadas más al sur (39-40 S) y norte (36-37 S)
de Nahuelbuta, respectivamente, no muestran este aumento en el enfriamiento durante el
Plioceno temprano. Pero exhiben una tendencia de enfriamiento continuo bastante lento
correspondiente a una tasa de exhumación de 0.03 - 0.04 mm / a durante los últimos 100 Ma. Esta
última tasa se puede considerar como la tasa de exhumación de fondo regional a largo plazo a lo
largo de la Cordillera de la Costa del centro-sur de Chile, a excepción de Nahuelbuta.

Coastal deformation and great subduction earthquakes, Isla Santa María, Chile (37°S)

BSTRACT

La Isla Santa María en el margen activo del centro-sur de Chile es el resultado del levantamiento y
la deformación relacionados con el terremoto en el antearco desde al menos el Pleistoceno tardío.
El mapeo de campo, la datación de los horizontes deposicionales clave y el análisis de los perfiles
de reflexión sísmica revelan una deformación en curso en este sector del antearco chileno. La isla
de 30 km2 se encuentra ~ 12 km por encima de la zona sismogénica entre placas y 75 km hacia la
tierra de la trinchera. Está situado cerca de la terminación sur del segmento de ruptura del
terremoto de Concepción, donde Charles Darwin midió 3 m de elevación cosísmica durante un
terremoto de M> 8 megathrust en 1835. La deformación permanente posterior al terremoto de
este terremoto y un evento anterior en 1751 se registra por emergido superficies de abrasión
inclinadas hacia tierra. Elevación a ~ 2 m / k.y. e inclinando a ~ 0.025 ° / k.y. de la isla han sido
bastante constantes a lo largo del Cuaternario tardío y han resultado en el surgimiento de la isla
sobre el nivel del mar ~ 31 k.y. atrás. La isla está compuesta por una superficie superior inclinada
del Pleistoceno tardío con dos dominios de inclinación asimétricos, y tierras bajas del Holoceno
caracterizadas por líneas de trenzado elevadas e inclinadas. Los perfiles de refl ección sísmica
costa afuera de la industria que cubren un área de ~ 1800 km2 y la sismicidad de la corteza revelan
anticlinales activos con núcleos de fallas inversas que rodean la Isla Santa María; la falla principal
aparentemente tiene su origen en el empuje de la interfaz placa. Estas fallas inversas en la placa
superior son el resultado de la inversión de fallas normales del Cretácico tardío al Plioceno
temprano y de la estructura de la grieta de la cuenca del antearco de Arauco. La inversión positiva
de estas estructuras heredadas comenzó entre 3.6 y 2.5 Ma y resultó en tasas continuas de
acortamiento de ~ 0.8 mm / año. Los perfiles de reflexión sísmica muestran que los dominios de
inclinación asimétrica y la sedimentación sintectónica progresiva están vinculados a la posición de
la isla en las extremidades anteriores de dos anticlinales convergentes, mientras que sus
extremidades posteriores han sido eliminadas por la retirada del acantilado. El contorno de
elevación de 2 m del terremoto de 1835 es paralelo al impacto de fallas activas y antiformes en la
región de Arauco-Concepción. La estrecha relación entre la elevación asimétrica y la inclinación de
la isla, los patrones de deformación modernos y las fallas inversas arraigadas en la interfaz de la
placa sugiere que el deslizamiento en la interfaz de la placa de empuje influye, localiza y segmenta
la deformación de la superficie durante los grandes terremotos entre placas. Además, el vínculo
entre la inversión positiva de estructuras preexistentes, el levantamiento y los patrones de
inclinación en el antearco enfatiza la importancia de los tejidos estructurales heredados para guiar
la deformación del límite de la placa.

Fallas inversas de la corteza, geomorfología costera y terremotos de Megathrust

Con base en nuestra interpretación de las líneas sísmicas, inferimos que el sistema de fallas
inversas y pliegues que golpean al noreste en la Bahía de Arauco se extiende desde la Isla Santa
María hasta el área de Concepción, donde aparentemente controla la morfología de las penínsulas
de Hualpén, Tumbes y Coliumo. , así como Isla Quiriquina (Fig. 2A). Estos también son rasgos
topográficos relacionados con los anticlinales que forman un arreglo escalonado orientado al
noreste. Por lo tanto, proponemos que en el área Arauco-Concepción, fallas inversas activas de la
corteza superior son responsables de crear la topografía. Además, su orientación y distribución
controlan fundamentalmente la geomorfología costera reflejada en penínsulas, islas y ensenadas
alargadas y alineadas. Las fallas inversas resultan de la inversión de fallas normales del antiguo
Terciario, cuyas orientaciones estaban controladas por las telas del basamento del Paleozoico
(González, 1989); esto enfatiza la importancia de las estructuras heredadas para guiar la
deformación en regiones tectónicamente activas. Las fallas invertidas en Isla Santa María son
análogas a las fallas invertidas enraizadas en la zona de subducción de Hikurangi (Barnes et al.,
2002).

El levantamiento cosísmico más alto registrado durante el terremoto de 1835 ocurrió a lo largo de
las islas y penínsulas controladas por fallas del área de Arauco-Concepción (Fig. 2B). Curiosamente,
el contorno de elevación de 2 m relacionado con este evento está orientado al noreste y es
paralelo al alargamiento de estas características topográficas, así como al sistema de fallas
inversas (Fig. 2B). Esta coincidencia espacial de fenómenos geomórficos y estructuras invertidas,
así como el hecho de que la plataforma de abrasión levantada en Isla Santa María se inclina
abruptamente hacia el este, sugiere que los mega-terremotos interplaca pueden desencadenar
deslizamientos en fallas inversas en la placa superior. En consecuencia, estas estructuras a su vez
controlarían y localizarían la distribución de la deformación superficial. Esta evaluación está
respaldada por las observaciones realizadas durante el terremoto M 9.2 de Alaska de 1964, que
provocó un levantamiento cosísmico máximo de 11,3 m adyacentes a las fallas inversas de Patton
y Hanning Bay. Ambas estructuras fueron provocadas por este evento, causando al menos 7,9 y
6,0 m de desplazamiento de superficie, respectivamente (Plafker, 1972). De manera similar, las
fallas transversales a escala de la corteza a lo largo del margen de Cascadia propagan los pliegues
de la superficie, que aparentemente controlan el hundimiento cosísmico localizado durante las
rupturas de megathrust (Goldfi nger et al., 1992). La deformación e inclinación coseísmica causada
por terremotos nucleados en el mega empuje de ángulo bajo se predicen mediante modelos de
dislocación (por ejemplo, Savage, 1983) y se observan ampliamente en datos geodésicos (por
ejemplo, Hyndman y Wang, 1995). Los patrones de deformación y, en consecuencia, los accidentes
geográficos asociados con las rupturas acumulativas tienen longitudes de onda del orden de 100
km. En contraste, las penínsulas e islas inclinadas y deformadas en el área de Arauco-Concepción
son características estrechas, con longitudes de onda de menos de 5 km, lo que indica que su
emergencia está dictada por la reactivación contractiva de fallas normales empinadas
preexistentes representadas en los perfiles de reflexión sísmica.

CONCLUSIONES

La elevada Isla Santa María fue parte de una plataforma erosiva de lecho rocoso sumergido en el
borde de la plataforma chilena durante el Pleistoceno. El levantamiento tectónico y las
oscilaciones eustáticas del nivel del mar provocaron el inicio de la sedimentación marina costera
ca. 50 ka. Debido al continuo levantamiento tectónico a ~ 2 m / k.y., La isla emergió ca. 31 ka, y
prevalecieron las condiciones sedimentarias eólicas. La superficie actual de la isla inclinada hacia el
este, el aumento de espesor hacia el este de las unidades marinas y eólicas de la Formación Santa
María del Pleistoceno tardío y un mínimo de 20 líneas de hebras del Holoceno emergidas indican
una inclinación progresiva de ~ 0.025 ° / k.y. durante el Cuaternario tardío.

La sismicidad cortical y los perfiles de refl ección sísmica revelan fallas inversas activas, anticlinales
con núcleos de fallas y estratos de crecimiento que documentan un acortamiento continuo
durante los últimos 2.5 m.a. La deformación se distribuye en pliegues y fallas que se adaptan
individualmente a bajas magnitudes de acortamiento. Las soluciones del mecanismo focal y la
alineación inclinada de la sismicidad de la corteza a lo largo de una falla maestra indican que está
arraigada en la interfaz de la placa a ~ 12 km de profundidad.

Isla Santa María está ubicada en la intersección de dos anticlinales con núcleos de fallas en
crecimiento; su propagación lateral produjo una inclinación asimétrica progresiva registrada en las
unidades marinas y eólicas del Pleistoceno y la superficie actual de la isla, que son estratos de
crecimiento en las extremidades anteriores de ambos pliegues. Sus extremidades traseras han
sido removidas por la retirada de un acantilado a lo largo del lado occidental de la isla, que está
expuesta a una erosión más fuerte a través de las olas del Océano Pacífico abierto.
El levantamiento cosísmico más alto medido por Darwin durante el terremoto de 1835 es paralelo
al sistema de falla inversa sismogénica que se extiende desde la Isla Santa María a través de la
Bahía de Arauco hasta la ciudad de Concepción y áreas circundantes. Es importante destacar que
esta geometría sugiere que las fallas inversas ciegas en la placa superior de una zona de
subducción pueden ser provocadas por grandes terremotos entre placas. A su vez, estas fallas
corticales controlan la distribución de características superficiales de longitud de onda baja al
plegar la corteza superior entre y probablemente también durante eventos interplaca. En
consecuencia, los terremotos interplaca de la zona de subducción y las fallas de la placa superior
controlan el grado y la extensión del área de deformación de la superficie, levantamiento y
peligros sísmicos asociados. En el área de Arauco-Concepción, las fallas inversas activas son el
resultado de la inversión de fallas normales del Cretácico superior al Plioceno temprano y, por lo
tanto, sus orientaciones heredadas controlan la geometría y distribución de los accidentes
geográficos costeros emergentes, enfatizando el papel fundamental de las estructuras heredadas
en la segmentación sismotectónica de los márgenes convergentes. .

Tectonosedimentary evolution of the Coastal Cordillera and Central Depression of south-Central


Chile (36°30′-42°S)

Antearco: Cordillera Costera y Depresión Central

En el área de estudio (36 ° 30'-42 ° S), la Cordillera de la Costa y el basamento de la Depresión


Central está compuesta principalmente por rocas metamórficas del Paleozoico-Triásico Superior y
rocas plutónicas del Pérmico y Cretácico Carbonífero (Sernageomin, 1998 y referencias en las
mismas. Figuras 2, 3, 4 y 5). Rocas marinas del Cretácico Superior y Paleoceno-Eoceno afloran en el
área de Concepción de la península de Arauco (37 ° -38 ° S. García, 1968; Stinnesbeck, 1986). Las
rocas volcánicas del Oligoceno-Mioceno Inferior están expuestas en algunas partes de la zona
costera y la Depresión Central (Sernageomin, 1998; Muñoz et al., 2000). Los estratos continentales
y marinos del Oligoceno Superior-Mioceno Inferior afloran en la Cordillera de la Costa y la
Depresión Central (Sernageomin, 1998; Encinas et al., 2012; 2018). Los depósitos marinos del
Mioceno superior medio, Plioceno y Pleistoceno se encuentran en algunas localidades a lo largo de
la costa (Kaizuka et al., 1973; Biró-Bagoczky, 1979; Valenzuela, 1982). Los depósitos
volcanoclásticos y fluviales del Plio-Pleistoceno son extensos en la Depresión Central y algunas
áreas de la Cordillera de la Costa (Muñoz-Cristi, 1960; Hauser, 1986).

En el área de estudio, la Cordillera de la Costa es una cadena montañosa tenue con altitudes
variables, que alcanza elevaciones máximas de ~ 1500 m (Sierra de Nahuelbuta, 38 ° S). La
Depresión Central (también conocida como Valle Central o Depresión Longitudinal) es un área de
bajo relieve situada entre las Cordilleras Costera y Andina que al sur de ~ 42 ° está sumergida. La
Cordillera de la Costa presenta segmentos con diferentes altitudes (Figs. 1, 3, 4 y 5). Hay dos áreas
de gran elevación con una morfología asimétrica en forma de cúpula con tendencia N-S que Rehak
et al. (2008) denominó los segmentos Nahuelbuta (~ 37 ° -38 ° 30'S) y Bueno (~ 40 ° -41 ° 'S)
(Figuras 1, 3 y 5). Estos segmentos presentan elevaciones máximas de ~ 1500 m (Nahuelbuta) y
1000 m s.n.m. (Bueno) y elevaciones promedio de ~ 325 y 250 m s.n.m., respectivamente. Entre
ellos, hay un área de relieve inferior con elevaciones máximas de ~ 800 m s.n.m. y una elevación
promedio de ~ 140 m s.n.m., denominado segmento de Toltén por Rehak et al. (2008. Fig. 4). Al
sur del segmento Bueno, la Cordillera de la Costa reduce progresivamente su altitud y desaparece
en el Canal de Chacao, un estrecho marino entre Chile continental y la Isla de Chiloé donde esta
cordillera se eleva nuevamente (Fig. 5).

La segmentación también se refleja en las características de la cuenca hidrográfica (Rehak et al.,


2008). Los segmentos de Nahuelbuta y Bueno presentan valles profundamente incisos, con
tendencia E-W y registran severas reorganizaciones de la red de drenaje, incluyendo brechas de
viento, puntillas, reversiones de flujo y capturas de arroyos (Rehak et al., 2008). La Cordillera de la
Costa es principalmente drenada por ríos de origen local en estas áreas. De hecho, solo hay cinco
ríos que nacen en la Cordillera de los Andes que atraviesan todo el arco anterior, los ríos Bío-Bío,
Imperial, Toltén, Calle-Calle y Bueno (Rehak et al., 2008. Fig. 1). Sólo el río Bueno transecta el
segmento Bueno, mientras que el río Bio-Bio limita con el segmento Nahuelbuta, y su
desembocadura se ubica al norte de este dominio. En contraste, el tramo bajo relieve de Toltén es
drenado por los ríos Imperial, Toltén y Calle-Calle. Estos ríos carecen de incisión continua y
presentan amplias llanuras aluviales con drenaje de baja pendiente que no muestra signos de
reorganización (Rehak et al., 2008). Los sistemas fluviales altamente dinámicos característicos de
los segmentos Nahuelbuta y Bueno sugieren un levantamiento continuo para estas áreas. Por el
contrario, la falta de contrastes topográficos significativos, la incisión activa y las modificaciones
recientes del río, sugieren que el segmento de Toltén es un área tectónicamente estable (Rehak et
al., 2008).

El flanco occidental de la Cordillera de la Costa presenta superficies planas elevadas con diferentes
alturas y desarrollo de área según la zona. Los estudios pioneros fueron realizados por Kaizuka et
al. (1973), quienes describieron tres superficies levantadas en el área Arauco-Nahuelbuta (37 ° -38
° S) que interpretaron como terrazas marinas. Fueron referidas como las superficies de Cañete,
Esperanza y Nochas que alcanzan alturas máximas de 232, 360 y 471 m s.n.m. (Figuras 3 y 14a).
Kaizuka y col. (1973) y Melnick et al. (2009) atribuyeron estas terrazas a diferentes altos niveles
interglaciares del nivel del mar y correlacionaron las superficies de Cañete, Esperanza y Nochas
con estadios de isótopos de oxígeno marino (MIS) 5e (130-116 ka), 7 (220-200 ka) y 9 (340 -320 ka)
respectivamente. Estas terrazas tienen alturas variables y muestran una inclinación hacia la tierra
similar y una deformación hacia arriba con un eje de tendencia NW-SE (Kaizuka et al., 1973; Rehak
et al., 2008). Aunque se han realizado estudios detallados sobre terrazas marinas solo en el área
de Arauco Nahuelbuta, estos son conspicuos a lo largo del área de estudio. Por ejemplo, en la
región de Valdivia, donde Illies (1970) describió tres superficies elevadas a 270, 430 y 520 m s.n.m.
que probablemente se correlacionan con los definidos por Kaizuka et al. (1973).

La historia geológica del antearco del centro-sur de Chile comenzó a finales del Paleozoico con el
desarrollo de una amplia cuña de acreción durante los tiempos del Devónico al Triásico (Duhart et
al., 2001). Los granitoides de arco magmático cristalizaron en el Carbonífero Tardío al Pérmico
Temprano (Glodny et al., 2008). Los datos de huellas de fisión de circón y apatita en la actual
Cordillera Costera del centro-sur de Chile (36 ° -42 ° S. Figs.3, 4 y 5) indican una exhumación
significativa de estas rocas durante el Triásico, que terminó alrededor de 200 Ma (Glodny et al.,
2008). La exhumación ha sido notablemente lenta en esta área desde ese período, con tasas
promedio a largo plazo de 0.03–0.04 mm / a (Glodny et al., 2008). Esta noción está respaldada por
dos edades (U-Th) / He obtenidas por Thomson et al. (2010) cerca de Valdivia que también indican
tasas lentas de exhumación (Fig. 4). Además, la aparición de sucesiones continentales, marinas y
no metamórficas del Triásico Medio a Tardío superpuestas discordantemente a granitoides del
Carbonífero Tardío al Pérmico Temprano implica posiciones cercanas a la superficie de partes de
este basamento que ya se encuentran en el Triásico (Glodny et al., 2008). Posteriormente, no se
produjo actividad sedimentaria o magmática en el antearco hasta el Cretácico Superior, cuando se
produjo una actividad plutónica restringida en la zona costera cerca de Valdivia (~ 40 ° S. Mella et
al., 2012) y la Cordillera Loncoche (Duhart et al., 2003). Posteriormente, el registro sedimentario
indica intervalos posteriores de levantamiento y hundimiento que dieron paso a eventos
transgresores y regresivos. Sucesiones marinas acumuladas durante el Maastrichtiano
(Stinnesbeck, 1986), el Paleoceno-Eoceno (Grupo Lebu; García, 1968), el Oligoceno tardío-Mioceno
temprano (Encinas et al., 2018 y referencias en el mismo), el Mioceno medio-tardío (Valenzuela ,
1982; Álvarez et al., 2006; Nielsen y Glodny, 2006; Encinas et al., 2012), el Plioceno (Biró-Bagoczky,
1979) y el Plio-Pleistoceno (Kaizuka et al., 1973). Sin embargo, estos eventos no llevaron a una
exhumación detectable por el método de la pista de fisión de apatita (Glodny et al., 2008). La
única excepción es un último episodio de enfriamiento del Plioceno al reciente en el segmento de
Nahuelbuta (Glodny et al., 2008). Glodny y col. (2008) también identificaron las edades del
Cretácico Tardío, Eoceno y Oligoceno Tardío de Apatite Fission Track que interpretaron como
anomalías térmicas causadas por el magmatismo.

Evolución tectono-sedimentaria cenozoica del antearco

Los datos de huellas de fisión de circón y apatita obtenidos por Glodny et al. (2008) en la actual
Cordillera Costera del centro-sur de Chile (36 ° -42 ° S) indican una exhumación muy lenta en esta
área desde ~ 200 Ma (ver capítulo 2.1.1). El registro sedimentario indica intervalos posteriores de
levantamiento y hundimiento, pero estos eventos no llevaron a una exhumación detectable por el
método de la pista de fisión de apatita (Glodny et al., 2008). La actividad sedimentaria e ígnea fue
escasa en el antearco durante el Mesozoico y el Cenozoico temprano hasta el Oligoceno-Mioceno
temprano. En este período, un evento importante de tectónica extensional durante el Oligoceno-
Mioceno temprano resultó en la génesis de una serie de cuencas que se extendieron desde la
actual costa chilena hasta el retroarco en Argentina entre ~ 33 ° y 46 ° S (Muñoz et al. , 2000;
Jordan et al., 2001. Fig. 18a). Este episodio se ha relacionado con la reorganización de la placa en
el Pacífico sureste que resultó en un cambio de una convergencia más lenta y oblicua entre
América del Sur y Farallón a una convergencia más rápida y casi normal entre América del Sur y
Nazca en ca. 28-26 Ma (Muñoz et al., 2000; Jordan et al., 2001). Muñoz et al. (2000) propusieron
que el cambio en la geometría de subducción y el aumento de la tasa de convergencia normal de
trinchera indujeron un período transitorio de circulación vigorosa en cuña astenosférica que
desencadenó el retroceso de la losa de la placa de Nazca en subducción, lo que resultó en una
extensión regional y un vulcanismo generalizado. La extensión progresiva y el adelgazamiento de
la corteza condujeron a una sedimentación continental local seguida de importantes
inundaciones marinas que alcanzaron su máxima extensión geográfica en ~ 20 Ma (Encinas et al.,
2018). La transgresión del Pacífico cubrió la mayor parte del antearco en el área de estudio y
depositó hasta 1500 m de sedimentos marinos profundos. También alcanzó la actual Cordillera de
los Andes entre los 41 ° y 47 ° S. Simultáneamente, una transgresión atlántica cubrió la mayor
parte del promontorio del sur de Argentina. Los datos paleontológicos sugieren una conexión
transitoria entre los océanos Pacífico y Atlántico a 43 ° -44 ° S (Encinas et al., 2018).

Una fase importante de la tectónica compresiva que comenzó en ~ 19 Ma causó la emersión,


levantamiento y deformación de los estratos marinos del Oligoceno Superior-Mioceno Inferior y
las rocas más antiguas. Esta fase provocó el crecimiento de la Cordillera de los Andes y el inicio de
la sedimentación del antepaís en el centro-sur de Chile y Argentina. (Orts et al., 2012; Rojas Vera
et al. 2015; Giambiagi et al., 2016; Horton y Fuentes 2016; Encinas et al., 2018). La información
sísmica y de campo del área del antearco muestra evidencia de inversión tectónica y una leve
deformación por compresión de los estratos del Oligoceno Mioceno Inferior (Elgueta et al., 2000;
Jordan et al., 2001; Melnick y Echtler, 2006; Mella et al., 2012 ). La mayor parte del antearco se
convirtió en un área montañosa positiva durante finales del Mioceno Temprano-Tardío. La
sedimentación marina sintectónica tuvo lugar solo en la zona costera y en alta mar durante este
período (Álvarez et al., 2006. Fig. 18b).

Después de ~ 15 Myr. hiato, sedimentación reasumida en la actual Depresión Central con la


deposición de la Formación Mininco. Esta unidad es del Plioceno temprano, como lo indican
nuestras fechas de U-Pb de tobas o conglomerados ricos en piedra pómez (algunos de ellos cerca
del contacto basal de esta unidad con las rocas del sótano) que arrojaron ~ 5 Ma edades (Tabla 1,
Fig.10) . Es probable que estas fechas indiquen (o aproximen) edades de depósito ya que los
lechos muestreados se originaron a partir del vulcanismo explosivo contemporáneo con la
sedimentación. Posteriormente, los depósitos fluviales y lahar de grano grueso de la Formación
Rodados Multicolores se acumularon durante el Plio-Pleistoceno. Aunque los circones detríticos de
U-Pb produjeron edades máximas entre 8.3 y 14 Ma, dos tobas de esta unidad probablemente
indiquen edades de depósito de 2.7 y 2 Ma (Tabla 1, Fig. 10 y 11). La Formación Nochaco arrojó
una edad máxima U-Pb de 7.5 Ma, pero la presencia de dos granos de circón de 3.4 Ma y la
correlación estratigráfica indica la probable equivalencia de esta unidad y la Formación Rodados
Multicolores. La sedimentación fluvial en la Depresión Central terminó en ~ 2 Ma según nuestras
edades U-Pb (Tabla 1, Fig.10 y 11), aunque se acumularon depósitos glaciares más jóvenes en la
parte sur del área de estudio (Mercer, 1976; Porter, 1981). Las unidades correlativas en el área
costera son los estratos marinos del Plioceno inferior de la Formación Tubul en la Península de
Arauco, bien datados con foraminíferos planctónicos (Rojas, 2000), y los estratos marinos y
continentales del Plioceno-Pleistoceno de la Formación Cañete (Kaizuka et al. ., 1973. Fig. 18c).
Esta última unidad también arrojó edades máximas de U-Pb de 8.6 y 11.2 Ma, pero se superpone a
la Formación Tubul del Plioceno inferior, y está cortada por una terraza marina (la superficie de
Cañete) de ~ 120 ka, lo que limita su edad al Plioceno. -Pleistoceno.
Varios datos indican que el levantamiento de la Cordillera Costera ocurrió muy recientemente.
Una superficie plana bien conservada en las partes más altas de la Cordillera Costera sugiere un
levantamiento reciente porque el clima lluvioso de esta región no es propicio para su preservación
(Figuras 3, 5, 12, 13 y 14a, b, c, d) . Desafortunadamente, la edad de esta superficie no ha sido
adecuadamente limitada, como se discutió anteriormente. Algunos autores propusieron que la
Cordillera Costera y la Depresión Central se formaron antes (por ejemplo, Gana y Wall, 1997) o
durante el Oligoceno Tardío-Mioceno Temprano (Muñoz et al., 2000), pero la ocurrencia de
estratos continentales y marinos de esa edad a alturas de hasta ~ 500 m snm (Fig. 5; ver sección
5.1) indica que el levantamiento de la Cordillera de la Costa es posterior a su deposición. Basado
en el modelado inverso de datos de longitud de pistas de fisión de apatita, Glodny et al. (2008)
detectaron un intervalo de exhumación Plio-Pleistoceno en el segmento de Nahuelbuta. Sin
embargo, los depósitos de antearco del Plio-Pleistoceno son los marcadores más importantes para
limitar la elevación de este rango. Los afloramientos de la Formación Rodados Multicolores
ocurren en el flanco este del segmento Bueno a alturas de hasta ~ 620 m s.n.m. (muestra CPEL1;
40 ° S) mientras que depósitos equivalentes (muestra UNI1) afloran en la Depresión Central, 25 km
al SE, a solo 33 m s.n.m. (Figuras 5 y 12). Los depósitos correlativos de la Formación
PlioPleistoceno Cañete en la zona costera también se encuentran levantados ya que se
depositaron cerca del nivel del mar y, en la actualidad, alcanzan alturas de hasta ~ 200 m s.n.m.
(Fig. 3).

El análisis de procedencia también explica el levantamiento reciente de la Cordillera Costera.


Recolectamos muestras de circón de las formaciones Mininco, Rodados Multicolores, Nochaco y
Cañete (ver capítulo 3.2). Estas muestras produjeron grupos de circón con edades del Pleistoceno,
Plioceno, Mioceno, Oligoceno, Eoceno, Cretácico, Jurásico, Pérmico, Carbonífero, Ordovícico y
Proterozoico (Tabla 1). Mientras que la Cordillera de la Costa está compuesta principalmente por
rocas metamórficas y plutónicas del Paleozoico Triásico, es evidente que las áreas de origen de
estas unidades deben haber estado ubicadas en la Cordillera de los Andes (Niemeyer y Muñoz,
1983; Suárez y Emparán, 1997; Campos et al. , 1998). La única excepción son los circones
Pérmicos, Paleozoicos o más antiguos que podrían haber derivado de rocas del basamento de la
Cordillera de la Costa o de la Depresión Central. Esta noción concuerda con la abundancia de
clastos de composición volcánica en los conglomerados de las formaciones Mininco, Rodados
Multicolores y Cañete. Curiosamente, los ríos en el área de la Península de Arauco-Tirúa drenan
exclusivamente de las montañas de Nahuelbuta (Rehak et al., 2008), en su mayoría compuestos de
rocas de basamento metamórficas y plutónicas y carecen de rocas volcánicas (Figuras 1 y 3). Sin
embargo, la Formación Cañete contiene clastos volcánicos y circones detríticos derivados de la
Cordillera de los Andes, y está localmente cubierta por conglomerados fluviales recientes
compuestos de clastos metamórficos y plutónicos (Fig. 7l y 9). Esto indica que durante el
PlioPleistoceno los ríos que nacieron en la Cordillera Andina cortaron todo el antearco y
depositaron las formaciones equivalentes Rodados Multicolores y Cañete. En los últimos 2 Ma, el
levantamiento del segmento Nahuelbuta provocó la desconexión entre la Depresión Central y la
zona costera, la reorganización de la red de drenaje y la deposición por ríos de origen local (Fig.
18d). Una situación similar ocurrió en el segmento Bueno, como lo indica la ocurrencia de un
afloramiento de la Formación Cañete cerca de Caleta Huellelhue. Rehak y col. (2008) habían
observado previamente un cambio similar en la procedencia de los ríos Pellahuén-Tirúa, que
fueron divididos y desconectados de los Andes por el levantamiento de la Cordillera Costera.
Nuestros datos indican que la reorganización de la red de drenaje no solo afectó a estos ríos sino a
todo el segmento de Nahuelbuta y Bueno. La ocurrencia de entrantes de bajo relieve, rellenos con
conglomerados del Plio Pleistoceno de la Formación Rodados Multicolores, en el límite entre la
Cordillera Costera y la Depresión Central también evidencia la reorganización de la red de drenaje
por levantamiento tectónico. Es poco probable que los paleo-ríos que depositaron estos
conglomerados de origen andino hubieran terminado en valles “ciegos” (Fig. 3). Esto es
particularmente notorio en la cuenca del Purén, donde fallas inversas levantaron las áreas de alto
relieve que bordean esta área deprimida, donde los depósitos del Oligo-Mioceno y Plio-
Pleistoceno se han preservado de la erosión (Fig. 3). Finalmente, la ocurrencia de terrazas marinas
levantadas y plegadas en el área de Arauco Nahuelbuta, las superficies de Cañete, Esperanza y
Nochas (Fig.3 y 14a), alcanzando elevaciones máximas de 232, 360 y 471 m s.n.m. y edades de ca.
130-116, 220-200, 340-320 ka respectivamente (Kaizuka et al., 1973; Melnick et al., 2009),
también explican el reciente aumento de esta área.

Los datos citados indican que el levantamiento de la Cordillera Costera ocurrió después de la
deposición de los Rodados Multicolores y la Formación Cañete correlativa (es decir, después de ~ 2
Ma. Fig. 18d). La evidencia más sólida proviene de la presencia de un afloramiento de la Formación
Rodados Multicolores a ~ 620 m s.n.m. en el segmento Bueno (muestra CPEL1. Figs. 5 y 12). La
ocurrencia de otro afloramiento de la misma unidad a solo 33 m s.n.m. (muestra UNI1) indica una
elevación de ~ 600 m. Por lo tanto, una tasa de elevación de ~ 0,3 mm / año. para esta área se
estima. Esta es una estimación mínima porque la Formación Rodados Multicolores también podría
haber cubierto partes más elevadas del segmento Bueno, pero esta unidad fue erosionada
extensamente después del levantamiento de la Cordillera Costera. Otra estimación de elevación
de 3112 m proviene de la falla de Camarones (ver sección 5.1) (Figs. 5, 13, 15 y 16), lo que indica
una tasa de elevación más alta de 1,6 mm / año. Melnick y col. (2009) midieron la elevación de 96
ángulos de costa desde las superficies de Cañete, Esperanza y Nochas en el segmento de
Nahuelbuta y calcularon tasas de levantamiento similares entre 1.8 y 0.36 mm / a.

5. Conclusions

Nuestros estudios indican las siguientes etapas en la evolución tectono-sedimentaria del antearco
del centro-sur de Chile (36 ° 30’-42 ° S) durante el Cenozoico tardío.

1) Un evento regional de tectónica extensional durante el Oligoceno-Mioceno temprano resultó en


la génesis de una serie de cuencas que se extendieron desde la actual costa chilena hasta el
retroarco en Argentina. Después de un período caracterizado por vulcanismo generalizado, la
extensión progresiva y el adelgazamiento de la corteza condujeron a una transgresión marina
generalizada que cubrió la mayor parte del antearco y parte de la actual Cordillera de los Andes
alrededor de ~ 20 Ma.

2) Una fase importante de la tectónica compresiva que comenzó en ~ 19 provocó la deformación


de los estratos del Oligoceno Superior-Mioceno Inferior y rocas más antiguas, el crecimiento de la
Cordillera de los Andes y el inicio de la sedimentación del antepaís. La mayor parte del antearco se
convirtió en un área montañosa positiva durante finales del Mioceno Temprano-Tardío. La
sedimentación sintectónica tuvo lugar en la zona costera durante este período.

3) La generación de una falla importante en el lado oeste inverso en el límite entre la Depresión
Central y la Cordillera de los Andes provocó un levantamiento significativo del flanco occidental de
los Andes, lo que provocó un hundimiento por flexión y la acumulación de depósitos marinos y
continentales de grano grueso en el antearco durante el Plio-Pleistoceno. Estos depósitos llenaron
el paleorelief generado durante la etapa anterior.

4) El aumento repentino del flujo de sedimentos a la zanja provocó el cambio de erosión por no
acreción o subducción a acreción en el margen del centro-sur de Chile. El crecimiento progresivo
de la cuña de acreción dio lugar a un antearco alto, la Cordillera de la Costa, que se elevó en los
últimos 2 Ma.

La secuencia de eventos citada indica que el antearco del centro-sur de Chile tuvo un desarrollo
complejo relacionado con la evolución andina en una primera etapa seguido de procesos de
acreción que actúan exclusivamente en el antearco en una segunda etapa. El antearco tuvo una
evolución tectónica similar a la Cordillera de los Andes durante el Oligo Mioceno, incluido el
desarrollo de cuencas extensionales durante el Oligoceno-Mioceno temprano seguido de una
deformación por compresión durante el Mioceno temprano-tardío tardío. Posteriormente, el
antearco actuó como una cuenca de antepaís durante el Plio-Pleistoceno. La evolución citada
implica que la Cordillera de los Andes no creció hacia las trincheras en lugar de hacia los cratones
durante los últimos 20-25 Ma como proponen algunos autores. El levantamiento de la Cordillera
Costera ocurrió en los últimos 2 Ma, un proceso mucho más reciente de lo que se considera
clásicamente. El origen de esta cordillera no está relacionado con la evolución tectónica de la
Cordillera de los Andes, pero el levantamiento del flanco occidental de esta cordillera fue un
proceso fundamental porque provocó un aumento significativo de la sedimentación de la zanja, lo
que desencadenó la acreción. La depresión central no es una cuenca del antearco típica formada
por el crecimiento de una cuña de acreción porque esta área se deformó y se elevó durante el
Mioceno temprano-tardío tardío, actuó como una cuenca del antepaís durante el Plio-Pleistoceno
y la acumulación de márgenes es posterior a la sedimentación del antearco. .

Algunos segmentos del antearco no experimentaron levantamiento costero en los últimos 2 Ma.
Sus características geomórficas y geológicas se obtuvieron durante la fase tardía del Mioceno
Temprano-Tardío de deformación por compresión, levantamiento y erosión, y la posterior
deposición del Plio-Pleistoceno que cubre parte del paleorelud del Mioceno. Estas áreas de menor
elevación coinciden con la subducción de las zonas de fracturas oceánicas porque su
deshidratación provoca un mejor transporte de fluido al sistema, lo que reduce la deformación de
la cuña de acreción e inhibe la elevación del antearco.
Debido a que el margen chileno se extiende a lo largo de más de 4000 km y presenta una marcada
segmentación geológica y climática, el trabajo futuro debe resolver si el desarrollo tectono-
sedimentario propuesto para el antearco del centro-sur de Chile fue similar en otras áreas de este
margen o si siguieron en cambio, una evolución diferente.

Nuestros estudios muestran que la génesis de la Cordillera Costera y Depresión Central del centro-
sur de Chile es compleja y está relacionada con diferentes factores geológicos. La evolución de
estas unidades morfoestructurales durante el Cenozoico tardío ha sido fuertemente influenciada
por el desarrollo tectónico de la Cordillera de los Andes. Mientras que la génesis de Coast Ranges
en otros márgenes convergentes se ha relacionado típicamente con procesos de acreción, nuestro
trabajo puede ser de ayuda para explorar la relación entre la evolución de estos máximos de
antearco y los procesos tectónicos en el área del arco.

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