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Fertilización de Cultivos en Clima Medio
Fertilización de Cultivos en Clima Medio
DE CULTIVOS
EN CLIMA MEDIO
Editor: Ricardo Guerrero Riascos
Fertilización
de cultivos
en clima medio
Editor: Ricardo Guerrero Riascos
Ingeniero Agrónomo, M. Sc. Profesional Consejero, Monómeros Colombo
Venezolanos, S.A. (E.M.A.), Profesor Asociado, Facultad de Agronomía,
Universidad Nacional de Colombia.
3
© Monómeros Colombo Venezolanos S.A. (E.M.A.)
Prohibida su venta
A través del tiempo, los suelos de la zona de clima medio del país, han venido suplien-
do los requerimientos nutricionales y alimentarios de la mayoría de la población co-
lombiana que se asienta en las faldas de las tres cordilleras. Es reconocido el gran
aporte económico que las tierras de clima medio han dado al país, por medio del
cultivo del café, pero también se reconoce la contribución que otros productos agríco-
las y pecuarios han aportado a la dieta del pueblo colombiano, especialmente por la
variedad de especies que conlleva la agricultura de esta zona, lo cual se manifiesta en
una gran diversidad de cultivos que van desde ciclo corto (fríjol, hortalizas, etc.) hasta
el ciclo largo y permanente (frutales, café, pastos, bosques, etc.).
El uso continuado y la falta de aplicación de prácticas de manejo de suelos y de
cultivos acordes con la capacidad productiva y restitutiva de las tierras, ha conducido
a que en la actualidad se presenten, en la zona de clima medio, diversas formas de
degradación de los recursos suelo y agua, entre las cuales sobresalen la erosión y la
disminución permanente de la fertilidad. Ambos procesos deben ser atacados a la
mayor brevedad, mediante el uso de técnicas que disminuyan y detengan la erosión y
de aquellas que propicien el incremento de la fertilidad de los suelos y su manteni-
miento, para poder contar en el futuro con suelos sobre los cuales se pueda asentar
una agricultura sostenible que asegure la conservación del ambiente y la obtención de
productos agropecuarios de alta calidad y alta retribución económica.
Creo que la comunidad técnica y agroproductiva del país recibirá con mucho agrado
el presente Manual, que estoy seguro contribuirá a resolver una gran cantidad de du-
das e inquietudes que siempre se presentan cuando se trata de hacer fertilizaciones
racionales y eficientes bajo gran diversidad de cultivos y de medios agroecológicos y
sociales, como los que se presentan en la zona de clima medio del país. La aplicación
correcta y práctica de los elementos nutritivos que requieren los cultivos, a través del
uso acertado y eficaz de los abonos, conduce a tomar el camino de la sostenibilidad,
revirtiendo los procesos degradativos de los suelos.
Todos los autores merecen un alto reconocimiento por el empeño y la calidad con
que han presentado los conocimientos de los cultivos de su especialidad en los diferen-
tes capítulos, pero deseo hacer mención especial a la gran voluntad de colaboración
del Dr. Eurípides Malavolta, gran investigador brasileño, quien por el aprecio que siem-
pre ha manifestado por la ciencia del suelo de nuestro país, ha querido en este Manual
entregarnos su profundo conocimiento y experiencia en la fertilización del cultivo de
los cítricos, de gran potencial económico y conservacionista en la franja de “clima
templado” de Colombia.
Deseo que quienes nos interesamos en resolver los problemas de la productividad
agrícola del país, hagamos una excelente utilización de este Manual que Monómeros
Colombo Venezolanos, en su voluntad de colaborar con la agricultura del país, pone en
nuestras manos.
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Introducción
CLIMA FRÍO
Más de 2.000 m.s.n.m.
CLIMA MEDIO
De 1.000 a 2.000 m.s.n.m.
CLIMA CÁLIDO
De 0 a 1.000 m.s.n.m.
Fertilidad de los suelos de clima
medio en Colombia
Ricardo Guerrero R.*
En Colombia, el piso térmico medio o templado abarca la franja altitudinal entre los
1.000 y 2.000 m y su extensión es de 2.547.000 ha.
Los suelos de las regiones de clima medio se distinguen por un relieve quebrado que
favorece los procesos erosivos. Son suelos moderadamente evolucionados y su natura-
leza mineralógica es acentuadamente variable. Predominan los suelos de naturaleza
volcánica, particularmente en las zonas cafeteras.
Marín y Forero (1984), con base en la información de 24.000 muestras de suelos
analizados en los Iaboratorios del ICA, describieron la fertilidad general de los suelos
del clima medio, la cual se discute resumidamente a continuación.
En la Tabla 2.1 se aprecia que, en general, alrededor del 90% de los suelos del clima
medio presentan valores de pH bajos (menos de 5,5) o medios (5,6 - 7,3), en tanto que
solamente el 10% de los mismos tienen un pH superior a 7,3.
Salvo el caso de los suelos cultivados con yuca, en donde predominan los valores de
pH bajos (59%), en el resto de suelos hay una mayor proporción (48 a 72%) de valores
de pH medios (5,5 a 7,3). Esta situación coincide con la evidente predominancia (57 a
84%), en todos los cultivos, de suelos con bajos niveles de aluminio intercambiable
(menos de 1,0 me/100 g), en tanto que la proporción de suelos con concentraciones
moderadas de alumino (1,1 a 3,0 me/100 g) es relativamente baja (9% caña a 27%
yuca) y la de aquellos con contenidos altos es mínima (7% caña a 18% piña).
De lo anterior se puede afirmar que la mayor parte de los suelos de clima medio de
Colombia están libres de niveles tóxicos de aluminio, pero que, dependiendo del cultivo
y la región específica, en un 17 al 45% de los mismos existe el riesgo de toxicidad por
este elemento.
*
Ingeniero Agrónomo, M. Sc.
Jefe de Asistencia Técnica, Monómeros Colombo Venezolanos S.A. (E.M.A.).
Profesor Asociado, Facultad de Agronomía, Universidad Nacional.
A nivel regional, las variantes en cuanto a la distribución o incidencia de suelos con
problemas de acidez Iimitante a los cultivos son frecuentes. Así, Lora y colaboradores
(1980) encontraron que en los suelos de los municipios de Albán, Vianí, Guayabal y
Nocaima (Cundinamarca) predominaron los suelos con pH menor de 5,5, en tanto que
un 88% de las muestras procedentes del municipio de Útica presentaron valores de pH
mayores de 7,4.
Tanto en suelos del sur del Huila cultivados con caña panelera, maíz, pastos, yuca,
plátano y fríjol (Noguera, Cruz y Lora, 1980), como en el clima medio de Nariño (Méndez,
1981), los valores de pH siguieron la tendencia general descrita, es decir con alta
frecuencia de valores medios de pH (5,5 a 7,3).
De acuerdo a las categorías establecidas por el ICA para la interpretación de los con-
tenidos de materia orgánica en suelos de clima medio, la proporción de suelos con
contenidos bajos (menos de 3,0%) oscila entre 17% (pastos) y 34% (caña - tomate)
(Tabla 2.1); la frecuencia de concentraciones medianas (3,1 a 5,0%) fluctúan entre
24% (pastos) y 42% (cacao) y la proporción de suelos con niveles altos (más de 5,0%)
está comprendida entre 26% (caña) y 59% (pastos).
Resulta entonces que en el clima medio de Colombia no existe la esperada
predominancia de suelos con niveles bajos de materia orgánica y que, más bien, la
distribución entre las categorías alta, media y baja es relativamente equilibrada. Sin
embargo, en los suelos utilizados con pastos predominan los contenidos altos y los
valores bajos son mínimos, lo cual reitera el buen trabajo de este tipo de cobertura, en
cuanto a la conservación de la materia orgánica en suelos de ladera, de suyo altamen-
te susceptibles a los agentes erosivos.
Con relación a lo anterior, Méndez (1981) destaca el hecho de que la proporción de
suelos con contenidos bajos de materia orgánica, en el clima medio de Nariño, tiende
TABLA 2.1 Frecuencia relativa de los valores de los análisis de suelos por categorías
de fertilidad, en varios cultivos de clima medio*
Número de pH AI M.O. P K
Cultivos muestras B M A B M A B M A B M A B M A
de suelos
Cacao 714 39 60 1 77 14 9 32 42 26 71 14 15 55 28 17
Caña 5.810 18 64 18 84 9 7 34 40 26 50 22 28 53 26 21
Fríjol 1.405 37 55 8 70 16 14 23 36 41 53 20 27 23 32 45
Hortalizas 1.929 30 63 7 75 13 12 24 32 44 61 19 20 38 27 35
Maíz 4.082 31 58 11 68 18 14 29 38 33 59 19 22 26 32 42
Pastos 3.628 47 50 3 62 24 14 17 24 59 70 16 14 36 31 33
Piña 261 51 48 1 59 23 18 26 35 39 74 16 10 69 17 14
Plátano 1.173 45 56 2 79 16 11 23 34 43 76 12 12 63 26 11
Tomate 1.032 19 72 9 76 12 12 34 36 30 62 19 19 40 27 33
Yuca 852 59 40 1 57 27 16 19 30 51 74 13 13 42 33 25
10
12345678
12345678
12345678
1965-1969 1970-1974 12345678 1975-1978
80 80
12345678
Porcentaje de las muestras
a aumentar con los años, según se ilustra en la Figura 2.1, en tanto que la proporción
de suelos con deficiencias de fósforo no se altera apreciablemente.
El cacao (32%), la caña panelera (34%) y el tomate (34%) presentan las más altas
frecuencias de suelos con niveles bajos de materia orgánica. Aunque el contenido de
materia orgánica no es un criterio seguro para interpretar la disponibilidad de nitrógeno,
se podría decir que en estos cultivos sería mayor la incidencia de deficiencias de este
elemento.
2.3 FÓSFORO
Entre el 50% (caña) y el 76% (plátano) de los suelos cultivados en el clima medio de
Colombia, tienen valores bajos de fósforo aprovechable (Bray II) y solamente del 10%
(piña) al 28% (caña) de los mismos presentan concentraciones altas (Tabla 2.1).
Es, entonces, claro el hecho de que en general existe una alta o muy alta incidencia
de deficiencia de fósforo para los cultivos de clima medio, particularmente en el caso
del plátano (76%), yuca y piña (70%), cacao (71%), y pastos (70%). A ese respecto,
Quintero (1981) estima que solamente en un 10% de los suelos cultivados con caña en
Santander el fósforo no es elemento limitante en los rendimientos de panela. En Nariño,
Méndez (1981) indica que el 78% de los suelos cultivados con caña panelera son
deficientes en fósforo.
En el clima medio del departamento de Nariño, se ha podido comprobar que, ade-
más de los predominantemente bajos niveles de fósforo aprovechable, la reserva total
de fósforo (535 ppm, en promedio) y la concentración de P-orgánico (67 ppm, en pro-
medio) son considerablemente más bajas que las observadas en los suelos del piso
térmico frío (835 ppm de P-total y 99 ppm de P-orgánico, en promedio). También se
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destaca la baja proporción del P-orgánico en la concentración total del elemento. Es-
tos dos fenómenos se atribuyen a la mayor incidencia de la erosión en los suelos de
clima medio (Burbano, Benavides y Viveros, 1984).
2.4 POTASIO
En el clima medio la distribución del potasio cambiable no guarda una tendencia clara.
Los valores indicativos de baja disponibilidad predominan en los suelos cultivados con
piña (69% de las muestras), en los cultivados con plátano (63%) y en aquellos utiliza-
dos con cacao (55%) y caña (53%). La proporción de suelos con alta disponibilidad de
potasio fluctúa entre 11% (plátano) y 45% (fríjol).
De acuerdo con las cifras anteriores, los cultivos de piña, plátano, caña y cacao
ofrecen, en general, las más altas probabilidades de estar expuestos a deficiencias de
potasio y también demandarían una mayor atención en cuanto a la fertilización potásica.
A nivel regional, en los suelos de clima medio de Cundinamarca, los niveles bajos de
potasio predominan en los municipios de Bituima, Nimaima, Quebrada Negra, Útica y
Villeta, con frecuencias de 53, 71, 93, 42 y 45 por ciento, respectivamente, en tanto
que en los suelos de los municipios de Albán y Guayabal de Síquima, las categorías
alta, media y baja presentan frecuencias semejantes. En los municipios de Bituima,
Nimaima, Nocaima, Quebrada Negra, Útica y Villeta, del 50 al 80% de los suelos mues-
tran relaciones (Ca + Mg)/K superiores a 50, con el consiguiente efecto adverso sobre
la disponibilidad de potasio (Lora, Morales y Rodríguez, 1980).
De acuerdo al estudio llevado a cabo por Noguera, Cruz y Lora (1980), en los suelos
de clima medio del Sur del Huila, los valores medios de potasio cambiable predominan
en los suelos de todos los municipios considerados.
En Nariño, la zona del clima medio presenta un dominio claro de suelos con alta
disponibilidad de potasio (66% de las muestras), en tanto que la proporción de suelos
con niveles bajos es de sólo 11% (Méndez, 1981). Sin embargo, Guerrero, Gamboa y
Blasco (1972) advierten que en esta región las pérdidas de potasio cambiable son muy
acentuadas, especialmente cuando el suelo se utiliza con pastos, y que estas pérdidas
afectan también las reservas a corto plazo de este elemento. De otra parte, la alta
disponibilidad de potasio en esta región podría ser solo aparente, si se toman en cuen-
ta las altas concentraciones de calcio y magnesio existentes en los suelos, las cuales
podrían interferir la normal utilización de potasio por algunos cultivos (Burbano,
Benavides y Viveros, 1984).
En los suelos de clima medio del Norte de Santander predominan los valores bajos
de potasio cambiable (Marín, Blanco y Henao, 1979), y en los suelos cultivados con
caña panelera en Santander ocurre otro tanto, pues solamente el 26% de las muestras
presentaron contenidos altos del elemento (Quintero, 1981).
2.5 AZUFRE
En algunas zonas del clima medio de Colombia, el azufre luce como un elemento pro-
blema.
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Según Ayala, Guerrero y Gamboa (1973) los suelos de clima medio en Nariño mues-
tran concentraciones muy bajas de S-total y S-órgánico, si se comparan con los conte-
nidos observados en los altiplanos. Los datos obtenidos por Burbano, Benavides y
Viveros, 1984, corroboran la baja reserva total de azufre en estos suelos y la consi-
guiente alta probabilidad de niveles deficientes del elemento para los cultivos.
En el clima medio del Sur del Huila, Lora y Gómez (1982) detectaron deficiencia de
azufre en algunos de los suelos estudiados, a pesar de que la reserva total del elemen-
to era relativamente alta. Identificaron el nivel crítico en 4,1 ppm de azufre extraído
con CaCl2 (0,15%), para el cultivo del maíz.
Otra de las regiones en donde el azufre se reporta como elemento limitante es la del
clima medio de Antioquia. Así, Muñoz y Molina 1982, han detectado buenas respuestas
de la caña panelera, tanto en rendimiento de caña como de azúcar, a las aplicaciones
de azufre en forma de sulfato de amonio o sulfato de magnesio.
Los resultados obtenidos en el proyecto de investigación (ICA-Monómeros) “El azu-
fre en la Agricultura Colombiana” (Etapa I) corroboran los pronósticos anteriormente
descritos. Como se observa en la Tabla 2.2, la proporción de suelos con nivel de S-
disponible muy bajo, en las regiones de clima medio del país, osciló entre el 42%
(Cauca) y 98% (Nariño). En todos los departamentos, los suelos con disponibilidad
baja o muy baja superaron el 80% de las muestras estudiadas (Lora, 1992). En conse-
cuencia, la probabibilidad de que en los suelos de clima medio se presente deficiencia
acentuada del elemento azufre se considera muy alta.
Posteriormente, los trabajos de investigación encaminados a evaluar la respuesta
de los cultivos a la fertilización con azufre, bajo condiciones de invernadero y campo,
han resultado positivos en las regiones de clima medio del río Suárez (Muñoz, R.,
1991), en Sandoná, Nariño (Salas, C., 1992) y en la cuenca media del río Guáitara,
Nariño (Grijalba, E., 1993). En los mismos trabajos se corrobora el nivel crítico de 5
ppm para disponibilidad muy baja de azufre, cuando la extracción se realiza con fosfato
monocálcico 0,008 M.
Norte de
S Disponible C/marca Boyacá Nariño Santander Santander Antioquia Cauca Total
* Lora, R. (1992)
13
2.6 CALCIO Y MAGNESIO
Bibliografía
AYALA, H., GUERRERO, R. y GAMBOA, J. 1973. Estudio del azufre en Nariño y Putumayo
(Colombia). Anales de Edafología y Agrobiología (España) 32: 401-416.
14
la cuenca media del Río Guáitara (Nariño). Tesis de Ingeniero Agrónomo. Pasto,
Universidad de Nariño, Facultad de Ciencias Agrícolas. 88 p.
LORA, R., MORALES, J. y RODRIGUEZ, E. 1980. La fertilidad de los suelos del distrito
de Villeta. Bogotá, Instituto Colombiano Agropecuario, Programa Nacional de Sue-
los. Informe de Progreso pp: 59-64.
MARÍN, E., BLANCO, O. y HENAO, J.1979. Estado de la fertilidad de los suelos y nece-
sidades de fertilizantes para la zona sur de Norte de Santander. Bogotá, ICA,
Programa Nacional de Suelos. Documento de Trabajo Nº 42. 39 p.
MUÑOZ, G.R. 1991. Dinámica del azufre y respuesta del maíz a la aplicacion de fuentes
y dosis de S en suelos de la cuenca media del Río Suárez, bajo condiciones de
invernadero. Tesis de Ingeniero Agrónomo. Bogotá, Universidad Nacional, Facul-
tad de Agronomía 149 p.
NOGUERA, A., CRUZ, Z. y LORA, R.1980. La fertilidad de los suelos y las necesidades
de fertilizantes para varios cultivos en el Sur del Huila. Bogotá, ICA, Programa
Nacional de Suelos, Informe de Progreso, pp. 54 58.
SALAS, C.H. 1992. Respuesta del fríjol (Phaseolus vulgaris, L.), Var. Nima a la
15
fertilización con NPK y azufre en un suelo de Sandoná, Nariño. Tesis de Ingeniero
Agrónomo. Pasto, Universidad de Nariño, Facultad de Ciencias Agrícolas. 100 p.
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3
Fundamentos
técnicos
para la
fertilización
de cultivos
25
Fundamentos técnicos para la
fertilización de cultivos
Ricardo Guerrero R.*
a) Dosis de aplicación
b) Tipo de fertilizante
c) Época o momento de la aplicación
d) Sistema de aplicación
3.1 DOSIS
La dosis se refiere a la cantidad de nutriente que será necesaria aplicar por unidad de
superficie, para completar los requerimientos nutricionales del cultivo. La dosis de
aplicación puede expresarse de diferentes maneras, a saber:
a) kg/ha
b) Bultos/ha
c) ton/ha
Para tomar una decisión técnica y racional sobre la cantidad de fertilizante que
debe aplicarse en cada caso, es necesario tomar en cuenta los factores que se descri-
ben a continuación:
Este es otro de los factores que directamente incide en la cantidad de fertilizante que
debe aplicarse para obtener un rendimiento óptimo y económico. Es conocido que las
diferentes especies cultivadas no tienen los mismos requerimientos nutricionales. Así
por ejemplo, el banano, la papa y la caña necesitan potasio en mayor cantidad que
otros cultivos; la alfalfa extrae más calcio y magnesio que otros, etc. (Tablas 3.1, 3.2 y
3.3).
Las tendencias con que los diferentes grupos de cultivos requieren los distintos
nutrientes se resumen a continuación:
a) Nitrógeno
El nitrógeno es removido en cantidades altas por los cultivos de tubérculo y raíz,
tales como la papa, yuca y la zanahoria. En contraste, los requerimientos de los
cereales, excepto el maíz, son mucho más bajos. Las leguminosas también utilizan
cantidades altas de este elemento, pero parte del mismo lo obtienen de la atmósfe-
ra. Los cultivos hortícolas presentan una variación relativamente amplia; así, el
espárrago y la cebolla extraen menos de 100 kg/ha, en tanto que el tomate, el repo-
llo y la coliflor requieren más de 150 kg/ha. La mayoría de los cultivos que se deno-
minan industriales (tabaco, algodón, caña) tienen requerimientos medios de nitrógeno
(100 - 150 kg/ha), en tanto que el de los cultivos arbóreos es muy variable, depen-
diendo de la especie y de la edad de la plantación.
b) Fósforo
En general, los cultivos tienen requerimientos de fósforo inferiores a los de nitrógeno.
En promedio, la relación de requerimientos entre N y P puede aproximarse a la cifra
5/1. Aunque las tendencias de consumo no son tan definidas como en el caso del N,
se observa que los cultivos de tubérculos y raíz (papa, yuca, zanahoria) extraen
mayores cantidades de fósforo (15-40 kg/ha P) que los cereales (10-30 kg/ha P).
Los cultivos industriales (tabaco, caña, algodón) presentan requerimientos compa-
rables a los de los tuberosos (20-60 kg/ha P). Los cultivos arbóreos (café, cacao,
19
TABLA 3.1 Requerimientos nutricionales de varios cultivos: cereales, tubérculos,
raíces y hortalizas*
Absorción de nutrientes
Rendimiento (kg/ha)
Cultivo (ton/ha) N P205 K2O MgO S
Cereales
Cebada 5 150 55 150 25 20
Trigo 6 170 75 175 30 30
Avena 4 150 45 160 15 20
Maiz 6 120 50 120 40 25
Sorgo 4 120 40 100 30 15
Arroz 6 100 50 160 20 10
Tubérculos y raíces
Papa 40 175 80 310 40 20
Yuca 40 150 70 350 40 20
8atata 40 190 75 340 65 -
Ñame 35 140 40 190 20 -
Hortalizas
Tomate 50 140 65 190 25 30
Espárragos 5 120 60 150 20 -
Zanahona 30 120 55 200 30 -
Coliflor 50 250 100 350 30 -
Repollo 40 175 69 200 38 -
Apio 30 200 80 300 25 -
Lechuga 30 90 35 160 15 -
Cabolla 35 85 50 160 15 20
Remolacha 30 150 50 220 50 -
Espinacas 25 120 45 200 35 -
Berenjena 60 175 40 300 30 10
Pepino 40 170 50 120 60 -
banano, palma, frutales), tienen los más bajos niveles de extracción (5-20 kg/ha P).
c) Potasio
Los requerimientos potásicos de las especies cultivadas oscilan, en promedio, entre
100 y 400 kg/ha. Los tubérculos y raíces (yuca, papa, zanahoria), presentan los más
altos valores de extracción (200 a 400 kg/ha) y en casos extremos, como el de la
yuca, la extracción puede superar el nivel de los 400 kg/ha. Otros cultivos que supe-
ran la cifra de los kg/ha son la caña, el banano y el tabaco. El resto de las principa-
les especies cultivadas, extrae menos de 200 kg/ha de potasio por cosecha.
En general las cifras de extracción de potasio son iguales o superiores a las de
nitrógeno, para la mayor parte de las especies cultivadas.
d) Azufre
En términos generales, el azufre es removido del suelo por los diferentes cultivos en
cantidades similares al fósforo. Entre los cultivos exigentes en S están la avena, el
maíz, tomate, alfalfa y sorgo, los cuales extraen entre 20 y 40 kg/ha de azufre.
20
3.1.3 Rendimiento potencial del cultivo
a) Potencial genético
La mayor o menor productividad de una especie o variedad cultivada depende de su
potencial genético de producción. En la agricultura contemporánea este componen-
te tiene su expresión en el uso creciente de variedades mejoradas de alta producti-
vidad.
Absorción de nutrientes
Rendimiento (kg/ha)
Cultivo (ton/ha) N P205 K2O MgO S
Leguminosas
Haba 2,4 160 45 120 20 -
Fríjol 2,5 105 10 120 10 -
Gulsante 2,0 125 35 80 15 -
Alfalfa - 170 46 150 25 -
0leaginosas
Soya 3,0 220 40 170 40 20
Palma Africana 25,01 90 60 300 100 30
Girasol 3,0 120 60 240 55 15
Cocotero 10.000,06 130 60 200 50 15
Maní 2,0 170 30 110 20 15
Colza 3,0 165 70 220 30 65
Estimulantes
e Industriales
Café 15,02 120 30 130 30 20
Cacao 10,03 100 46 240 10 -
Tabaco 2,04 130 40 240 25 10
Té 2,5 160 50 90 15 -
Pimienta Negra 7,05 240 40 210 30 -
Caña de Azucar 100,0 130 90 340 80 60
Algodón 3,0 150 90 160 40 20
Caucho - 420 26 160 - -
21
TABLA 3.3 Requerimientos nutricionales de varios cultivos:
frutales y pastos
Absorción de nutrientes
Rendimiento (kg/ha)
Cultivo (ton/ha) N P205 K2O MgO S
Frutales
Manzana 25 100 45 180 40 -
Durazno 35 205 45 236 42 -
Ciruelo - 100 80 160 - -
Peral 35 155 40 200 20 -
Mora - 80 40 90 20 20
Tomate de árbol - 120 40 140 20 25
Cítricos 30 270 60 350 40 30
Lulo - 100 35 100 25 20
Piña 50 185 55 350 110 20
Papaya 50 90 25 130 15 10
Maracuya 20 80 15 120 10 20
Aguacate 15 40 25 80 10 -
Banano 40 250 60 1.000 140 15
Mango 15 100 25 110 75 -
Vid 20 170 60 220 60 30
Pastos**
Guinea 10 107 62 216 82 -
23 288 100 435 164 -
35 560 176 720 220 -
Pangola 10 120 50 216 46 -
23 299 107 430 111 -
31 400 121 669 144 -
Elefante 10 144 54 216 50 -
25 302 146 604 104 -
46 800 210 1.080 144 -
Pará 8 80 39 192 26 -
24 307 98 459 131 -
30 600 158 792 109 -
22
– Aireación
– Drenaje
– Temperatura
– Porosidad
– Consistencia
– Toxicidades
c) Condiciones climáticas
El medio ambiente también define el nivel de producción de un cultivo ya que, involucra
varios factores de crecimiento de la planta, a saber:
– Intensidad y duración de la luz
– Cantidad y distribución de la precipitación pluvial
– Temperatura ambiente
d) Nivel de tecnología aplicado al cultivo
Por último, el potencial de producción del cultivo dependerá también del mayor o
menor uso de tecnología adecuada. Este componente tecnológico está relacionado
con:
– Uso de variedades de alta productividad
– Uso de semilla de alta calidad
– Adecuada preparación del suelo
– Óptima densidad de siembra
– Uso de riego
– Control oportuno de plagas, enfermedades y malezas
– Uso racional de enmiendas
– Rotación de cultivos
– Control de erosión
El factor potencial de producción del cultivo, con sus correspondientes subfactores,
tiene dos aspectos de extraordinaria trascendencia en lo que respecta a la dosificación
adecuada de fertilizantes:
El primero es que la mayor o menor respuesta de los cultivos a la fertilización
depende de que todos los demás factores de producción (ambientales, genéticos,
productividad del suelo y tecnología) sean mas o menos satisfechos con nivel y
balance adecuados. Por consiguiente se podría decir que si uno de estos factores
resultare limitante (por ejemplo disponibilidad de agua) el beneficio de la fertilización
se perdería, como también se perdería si no hay control adecuado de malezas o de
plagas, etc. Por esta razón en muchos casos el uso de fertilizantes únicamente se
justifica a plenitud cuando las demás necesidades ambientales y tecnológicas del
cultivo se han satisfecho adecuadamente.
El segundo aspecto, que resulta como lógica conclusión del anterior, es que el
técnico que formule el fertilizante, debe forzosamente tomar en cuenta el nivel tec-
nológico del agricultor. Evidentemente, la dosis recomendable para el agricultor
comercial o industrial que dispone de todos los adelantos tecnológicos y que, por
tanto, está en capacidad de producir 5 ton/ha de maiz, no será igual a la que se
deberá recomendar al pequeño agricultor que está en capacidad de producir tan
solo 2 ton/ha.
23
3.1.4 Eficiencia de la fertilización
a) Lixiviación o lavado
Este proceso consiste en la pérdida de nutrientes en forma de sales disueltas arras-
tradas en el agua de drenaje que penetra en el suelo. La magnitud de este tipo de
pérdida depende del volumen de lluvia, el tipo de suelo, el tipo de cultivo, el tipo de
fertilizante usado, etc.
El nitrógeno es uno de los elementos más afectados por la lixiviación, especial-
mente en forma de nitratos (NO3-), debido a que este ión es muy móvil en el suelo.
De allí que la fertilización nitrogenada es aplicada preferentemente en forma frac-
cionada, comenzando después de la germinación.
Por el contrario, el fósforo es muy estable en el suelo y por ello, las pérdidas en el
agua de drenaje no son importantes. La lixiviación de potasio no constituye un pro-
blema serio en aquellos suelos con alta capacidad de almacenamiento de cationes
(alta capacidad de intercambio catiónico). En suelos ácidos, con capacidad de inter-
cambio baja, las pérdidas suelen ser considerables.
El azufre, en forma de SO4= es también móvil y deben esperarse pérdidas impor-
tantes en el agua de drenaje, bajo condiciones favorables.
b) Pérdidas en forma de gas
Las pérdidas de nutrientes de los fertilizantes por gasificación se presentan exclusi-
vamente en el caso de los fertilizantes nitrogenados, mediante procesos conocidos
como volatilización y denitrificación.
Las pérdidas por volatilizacion ocurren en forma de NH3+ principalmente a partir
de la úrea. Estas pérdidas pueden ser muy acentuadas (hasta del 50% del nitrógeno
aplicado) cuando se aplica úrea al voleo en suelos de regiones cálidas. EI sulfato de
amonio también puede sufrir pérdidas por volatilización, pero son mucho menores.
La pérdida de nitrógeno debida a denitrificación ocurre a partir de los nitratos
(NO3-), bajo condiciones reductoras, es decir de escasa aireación, como en el caso
de los suelos mal drenados o en suelos arroceros, cuando se aplican fertilizantes
nítricos tales como el nitrato de amonio.
c) Pérdidas por fijación
La fijación consiste en la conversión de las formas iónicas disponibles o aprovechables
a compuestos o estados de baja solubilidad, no disponibles a la planta.
24
El nutriente que mayores pérdidas sufre a causa del fenómeno de fijación es el
fósforo. Se ha estimado que, en promedio, las pérdidas de fertilizante fosfórico por
fijación en los suelos agrícolas de Colombia son del 70 al 90%, lo cual quiere decir
que solamente del 10 al 30% del fósforo aplicado es utilizado por el cultivo.
Lo anterior explica el hecho de que con frecuencia las dosis de aplicación de
fósforo suelen ser muy superiores a los requerimientos de los cultivos que de suyo
son bajos.
Otro nutriente que puede estar afectado por fijación es el potasio, particularmen-
te en suelos con predominio de arcillas expandibles de tipo illita y montmorillonita,
las cuales al expandirse cuando se humedecen, y contraerse cuando se secan pue-
den atrapar importantes cantidades de ión K+, al igual que de NH4+.
3.2.1. Solubilidad
25
eficacia de los abonos compuestos NUTRIMON en el reabonamiento de la papa se debe
también a su alta solubilidad.
Con frecuencia las fuentes fertilizantes suelen contener nutrientes o elementos adicio-
nales al elemento principal. Así por ejemplo, el sulfato de amonio, además de nitrógeno
contiene azufre y como tal, debe ser aplicado en aquellos casos en los cuales el ele-
mento esté deficiente, como es el caso de algunas importantes zonas agricolas del
Tolima, Huila, Costa Atlántica, Llanos Orientales y algunas regiones de clima medio.
Otro punto a considerar es el hecho de que algunos cultivos suelen ser sensibles a
ciertos elementos contenidos en algunos fertilizantes. El caso más conocido es el del
cloro, el cual no puede ser aplicado en tabaco por cuanto afecta negativamente su
calidad. En este caso el uso de fertilizantes en los cuales el potasio esté en forma de
cloruro está contraindicado.
3.2.4 Granulación
26
En los fertilizantes de alta solubilidad, la granulación apropiada garantiza que la
reacción del producto sea gradual, haciendo posible un suministro paulatino de
nutrientes durante el ciclo de vida del cultivo.
En caso de que la solubilidad del fertilizante sea baja, como ocurre con el calfos y la
roca fosfórica, la granulación es contraproducente por cuanto limita la reacción del
producto en el suelo y, por tanto, también su eficacia agronómica. Por ello, esos pro-
ductos se expenden en polvo, lo cual, resulta en serias dificultades para su aplicación.
a) No se deben aplicar antes de la siembra, por cuanto durante el lapso en que no hay
cultivo el nitrógeno estará sujeto a pérdidas y serán las malezas las que aprovechan
el fertilizante.
b)La dosis total de N debe repartirse en más de una aplicación a lo largo del ciclo
vegetativo del cultivo. Sobre el número de aplicaciones no hay regla general, pueden
27
ser 2, 3 ó 4, dependiendo de los factores del suelo, clima, fertilizante y especie
cultivada. La forma como evolucione el desarrollo del cultivo es otra importante
consideración a tener muy en cuenta.
c) Una parte del nitrógeno puede aplicarse en el momento de la siembra, pero en
suelos muy permeables, livianos y con baja capacidad de retención de agua sería
preferible que la primera aplicación del fertilizante nitrogenado se haga después de
la germinación y del control de malezas.
d) En cultivos perennes (café, cacao, palma, árboles frutales) y en pastos, las aplica-
ciones de nitrógeno se distribuyen a lo largo del año, buscando la coincidencia con
épocas de lluvia.
Aunque en los cultivos de ciclo corto, tales como arroz, algodón, sorgo maíz, etc., la
aplicación de nitrógeno en el momento de la siembra no es una práctica común, es
factible realizarla en suelos con buena capacidad de intercambio catiónico y alta capa-
cidad de retención de agua, especialmente en el caso que se pueda realizar una aplica-
ción localizada con máquina, utilizando fertilizantes amoniacales, tales como el sulfato
de amonio.
28
En cultivos diferentes al arroz de riego, el éxito de la aplicación de fósforo en la
postsiembra tampoco se descarta, particularmente en el caso de cultivos con sistema
radicular superficial y cuando es factible localizar a máquina el fertilizante en la proxi-
midad de la raíz.
Las fuentes fosfatadas de baja solubilidad deben aplicarse preferentemente en la
presiembra, por cuanto así tendrán tiempo para reaccionar y habrá mejores
posibiIidades para que liberen algo de fósforo disponible al cultivo. Este tipo de fertili-
zante no está indicado para aplicaciones después de la germinación.
En el caso del potasio, el criterio que generalmente se acepta es que una sola apli-
cación al momento de la siembra es suficiente, pero se ha encontrado que en suelos
livianos bien drenados y con baja capacidad de intercambio catiónico es conveniente
fraccionar la dosis total de fertilizante. De otra parte, los fertilizantes potásicos o los
portadores de potasio en los fertilizantes compuestos, son altamente solubles y el
elemento es móvil en el suelo, lo cual supone que pueda ser aplicado eficazmente
después de la siembra, cuando el cultivo ya ha germinado o está en estados avanzados
de desarrollo.
Los criterios expuestos en lo tocante al momento de aplicación del fósforo y potasio
tienen plena vigencia en lo relativo a la época de aplicación de fertilizantes compues-
tos NPK, especialmente en el caso de los abonos NUTRIMON cuyo fósforo tiene carac-
terísticas de alta solubilidad.
a) Aplicación al voleo
b)Aplicación en banda
c) Aplicación al fondo del surco
d) Aplicación en corona
e) Aplicación en hoyos
f) Aplicación incorporada
29
,,
,,
,,,
,,
,,
,,
Aplicación “al voleo” (a mano)
30
Las aplicaciones superficiales de fósforo suelen considerarse de poco valor debido
a que el fósforo es un elemento inmóvil que muy difícilmente va a lograr entrar en
contacto con las raíces si no se localiza a una profundidad apropiada. Sin embargo, la
,
,,
Aplicación al voleo (máquina)
,
Aplicación en avión
31
aplicación al voleo de fósforo en la postsiembra en el cultivo del arroz inundado ha
dado muy buenos resultados cuando se utilizan fertilizantes de alta solubilidad.
La aplicación al voleo de fósforo en praderas ya establecidas es factible y eficaz por
cuanto el sistema radicular de los pastos es superficial.
,,,,,,
de la siembra.
La forma más eficaz de hacer una aplicación en bandas es mediante el uso de
abonadoras o sembradoras-abonadoras, en sistemas mecanizados. Desafortunadamen-
te, el uso de estos sistemas en la agricultura colombiana es todavía muy precario.
La aplicación localizada en banda ofrece muchas ventajas en el caso del fósforo,
particularmente cuando la banda se entierra, pues en esta forma disminuye la fijación
del elemento, el cual queda más cerca del sistema radicular y, por consiguiente, au-
,,,,
,,,,
Aplicación en banda
32
menta la eficacia de la fertilización. Sin embargo, este sistema sólo está indicado en el
caso de fertilizantes de alta solubilidad.
En la aplicación de los fertilizantes en banda debe tenerse cuidado de evitar en lo
,
,
,
posible el contacto directo del fertilizante con la semilla, por cuanto se pueden causar
daños serios, particularmente en el caso de productos que desprenden amoníaco como
la úrea y el fosfato diamónico (DAP), así como también en el caso de fertilizantes con
alto índice de salinidad como el nitrato de amonio y el cloruro de potasio.
,
,
,
,
,
, Aplicación “al fondo del surco”
33
3.4.4 Aplicación en corona
34
3.4.6 Aplicación incorporada
Este sistema es una variante de la aplicación al voleo en la cual el fertilizante una vez
aplicado en la superficie es incorporado o mezclado con el suelo utilizando un arado o
,,
el rastrillo.
La incorporación es una práctica muy apropiada cuando se aplican fertilizantes de
baja solubilidad en la presiembra, como la roca fosfórica, el calfos y también en el caso
de la aplicación de cales. La mezcla con el suelo permite que el producto se disuelva y
,,
suministre el fósforo a la planta o para controlar la acidez del suelo.
Aplicación incorporada
35
FACTORES DE CONVERSIÓN
Ejemplo 1:
¿A cuánto equivale el 2,5% de óxido de boro (B203), en términos del elemento boro (B)?
FACTORES DE CONVERSIÓN
Ejemplo 2:
36
4
Cafeto
47
Nutrición y fertilización
del cultivo del cafeto
Germán Valencia-Aristizábal*
Una buena recomendacion agronómica puede definirse como la elección que haría el
agricultor si tuviera la información que debe tener el técnico (Perrin, et al, 1976).
4.1 INTRODUCCIÓN
Colombia está situada entre los 4° de latitud sur y los 12° de latitud norte y su zona
cafetera se ubica en las laderas de las tres cordilleras que atraviesan el país y en las
estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, con una área de 3.000.000 de hec-
táreas, entre 1° 20' y 10° 26' de latitud norte. La Región Central que produce más del
80% de la producción nacional de café está entre los 3 y los 6° de latitud norte.
Aproximadamente el 1% de la superficie de Colombia está cultivada con café
(1.150.000 ha) en las vertientes de las cordilleras cuyas características geológicas
más sobresalientes son (Gómez, et al, 1991):
– Cordillera Occldental, es una formación metamórfica, con algunas inclusiones im-
portantes de origen ígneo y sedimentario, recubiertas en su mayor parte por capas
de ceniza volcánica.
– Cordillera Central, es una formación ígnea-metamórfica con recubrimientos impor-
tantes de cenizas volcánicas en extensas áreas.
– Cordillera Oriental, es una formación sedimentaria, con áreas no muy extensas de
cenizas volcánicas.
– Sierra Nevada de Santa Marta, es una formación ígnea en las partes norte y sur y de
formación metamórfica en el sector occidental.
Taxonómicamentre el 73,5% de estos suelos pertenecen al orden inceptisoles, el
15,2% son entisoles y el 11,3% restante pertenece a otros órdenes.
El clima está constituído por factores sobre los que el hombre poco puede intervenir, a
no ser a elevadísimos costos.
De los requerimientos de clima para el cafeto se sabe que es un cultivo de fotoperíodo
corto, es decir, que requiere para florecer, menos de 13 horas sol por día; los valores
más frecuentemente encontrados en la zona cafetera están entre 1.600 y 2.000 horas
sol por año (4,4 - 5,6 horas por día); la temperatura media entre 17 y 23°C, que se
consigue entre 1.000 y 2.000 metros sobre el nivel del mar (Jaramillo, 1986); pre-
cipitacion media anual superior a 1.200 mm bien distribuídos, o sea, que no se presen-
ten déficits hídricos prolongados y humedad relativa superior al 70%. Estos límites
son los que permiten las mayores posibilidades de éxito con el cultivo, sin que ello
signifique que el cafeto no pueda vivir bien (vegetar) fuera de ellos.
Por lo demás, el cafeto necesita 5.600 ± 620 Unidades Térmicas (U.T.) entre la
siembra y la primera recolección de café y requiere 2.500 U.T. desde la floración hasta
la maduración de la cereza, con un gradiente de 38 días por cada °C de temperatura
(Jaramillo y Guzmán, 1988).
[U.T. = (Temperatura media - 10°C) durante el período de estudio].
39
La mayor parte de la zona cafetera colombiana cumple con estas exigencias del
cafeto y en casos extremos de radiación o temperatura altas, puede recurrirse al sombrio
para atenuarlas.
Las características fisicas más importantes de analizar en los suelos de la zona cafe-
tera son: textura, estructura, consistencia, densidad real y aparente, retención de hu-
medad, estabilidad de los agregados y profundidad efectiva (Grisales, 1977). Con este
conjunto de condiciones físicas, que son de muy difícil y costosa modificación, se pue-
de determinar la productividad así como la susceptibilidad del suelo a la erosión y
deducir el uso y manejo adecuado del suelo. Después de las condiciones del clima, las
condiciones físicas del suelo son las que determinan qué uso y qué manejo se le deben
dar a éste.
* Valencia (1990-b)
40
Una buena condición física del suelo es tanto o más importante que la misma aplica-
ción de fertilizantes y se refleja en buena aireación, buen drenaje interno, buena capa-
cidad de retención de agua, desarrollo normal de raíces, buena y oportuna respuesta a
la fertilización y buena actividad biológica.
Si el suelo no proporciona el medio físico adecuado para el cultivo, la fertilización
que en él se haga será un gran despilfarro.
Desde el punto de vista físico, un suelo “ideal” según Murphy (1982), es aquel que
tiene su volumen distribuído así: 50% de sólidos (minerales y materia orgánica) y el
otro 50% de espacios porosos repartidos por igual entre aire y agua (Figura 4.l).
25% aire
25% agua
5-10% M.O.
Desde el punto de vista químico, un suelo equilibrado según Mc Lean, citado por Gue-
rrero (1980), es aquel en que en términos de porcentaje de saturación de cationes
tiene entre 60 y 75% de saturación de calcio, entre 12 y 20% saturación de magnesio,
entre 3 y 7% de saturación de potasio, entre 10 y 15% de saturación de hidrógeno y
5% de saturación de micronutrimentos, como se ve en la Figura 4.2.
Mg
12-20% Fe-Mn-Zn-Cu-Na-Mo 5%
K 3-7%
Ca 60-75%
H 10-15%
41
En la Tabla 4.2 se presenta la clasificación de las primeras capas de los perfiles
muestreados por Prodesarrollo hasta 1986 según el material de origen y según los
porcentajes de saturación de bases menor de 40% y de saturación de potasio, de
calcio y de magnesio, menores de 10%, de 60% y de 20% respectivamente (Valencia,
et al, 1990).
Porcentaje de saturación
Material de origen Frecuencia Bases K Ca Mg
% < 40 < 10 < 60 < 20
* Valencia, et al (1990)
Según está agrupación, por su baja fertilidad (menos de 40% de saturación de ba-
ses) se destacan los suelos derivados de cenizas volcánicas y los derivados de arenis-
cas y de arcillolitas.
Con menos de 10% de saturación de potasio estan la mayoría de los suelos; se
destacan las anfibolitas, los esquistos y los aglomerados y conglomerados.
Con menos del 60% de saturación de calcio sobresalen las andesitas y los aglome-
rados y conglomerados.
* Valencia, et al (1990)
42
En el caso del magnesio, los suelos provenientes de anfibolitas serían. los más
desprovistos de este elemento, seguidos de los derivados de cenizas volcánicas.
Los suelos derivados de cenizas volcánicas son considerados como de mediana a
baja fertilidad, puesto que en los estudios de fertilidad natural el 87% de las muestras
tiene menos de 40% de saturación de bases, el 49% tiene menos de 10% de saturación
de potasio, el 46% tiene menos de 60% de saturación de calcio y menos de 20% de
saturación de magnesio.
Sobre los requerimientos edáficos para el exitoso cultivo del café se hizo una lista de
las características más influyentes por inmodificables y de acuerdo con los rangos
dados a ellas se clasificaron los suelos en adecuados y en manejables para el cafeto
(Valencia, et al, 1990).
En la Tabla 4.3 se dan los rangos adecuados y los porcentajes de estos en las muestras
de los estudios de zonificación del área cafetera colombiana hechos por Prodesarrollo.
Son los que mediante adecuado manejo, permitirían llegar a los rangos adecuados,
con altas probabilidades de éxito.
En la Tabla 4.4 se dan los parámetros y sus respectivos valores para la clasificación
de suelos manejables, y los correspondientes porcentajes obtenidos en los muestreos
de los estudios de zonificación de suelos del área cafetera colombiana hechos por
Prodesarrollo.
En esta tabla se ve que por condiciones físicas hay altos porcentajes de suelos
adecuados, pero que por condiciones químicas existe un porcentaje bajo de suelos con
adecuados niveles de pH, de materia orgánica, de potasio y de fósforo.
pH 4,5 - 6,0 75
% materia orgánica ≥ 4,0 67
Ca me/100 g ≤ 4,2 61
Ca : Mg Ca > Mg 87
% Arcilla ≥ 8 y ≤ 41 70
Textura francos 72
cm profundidad efectiva ≥ 30 56
1. Estos valores están todos por encima del 50%, lo que indica una frecuencia alta de suelos manejables para llegar
a los rangos de suelos adecuados para café.
* Valencia, et al (1990)
43
TABLA 4.5 Porcentaje de suelos manejables por departamento. Muestreo
de Prodesarrollo y de estudios detallados de suelos de Cenicafé*
Prof. % % pH me Ca
Departamento Nº efect. Arcilla Mat. 4,5 Ca >
Perf. 30 cm 8 y 41 Org.1 6,0 4,2 > Mg
* Valencia, et al (1967)
1. >4%
De los muestreos de suelos hechos por Prodesarrollo en la mayor parte del área cafe-
tera del país para los estudios de zonificación y de Fertilidad Natural se destacan los
siguientes valores:
– pH: el 73% presentan un pH manejable, entre 4,5 y 6,0, pero solo el 30% tienen el
valor adecuado para café.
– Materia orgánica: el 66% de los suelos tienen más de 4% de materia orgánica (ma-
nejables). El 75%, con menos de 8% ó más de 20% de materia orgánica, responde-
ría a aplicaciones de 240 kilogramos de nitrógeno/ha/año.
– Arcilla: el 72% serían suelos manejables, con porcentajes de arcilla entre 8 y 41%.
– C.I.C: Solamente el 10% de los suelos tienen menos de 10 miliequivalentes por 100
gramos de suelo, casos en que debería fraccionarse más de dos veces la dosis anual
de fertilizante.
– Magnesio: el 56% de los suelos tienen más de 0,6 miliequivalentes por 100 gramos
de suelo, que es el límite de deficiencia.
– Relación Ca:Mg: en el 88% de los casos el contenido de calcio es mayor que el
contenido de magnesio, que es la relación normal en suelos manejables.
– Potasio: el 75% de los perfiles mostraron contenidos de potasio inferiores a 0,3
miliequivalentes por 100 gramos de suelo, casos en los que el cafeto responde a
aplicaciones de potasio.
44
– Fósforo: el 82% de los perfiles tienen menos de 10 ppm (límite de deficiencia).
– Nitrógeno y potasio: el 57% son deficientes en estos dos elementos.
En experimentos de fertilización de cafetales en 8 localidades de la zona cafetera,
de 36 cosechas registradas, el 69% respondieron a aplicaciones de nitrógeno, 11%
respondieron a aplicaciones de fósforo y 42% respondieron a aplicación de potasio.
Las raíces son adaptaciones de las plantas que les sirven de soporte y les permiten
explorar el suelo para la absorción de nutrimentos .
La morfologia del sistema radical de una planta, depende en primer lugar de su
constitución genética y en segundo lugar de las condiciones físicas del suelo (textura,
estructura, profundidad efectiva); esto quiere decir que dos plantas genéticamente
idénticas, si crecen en suelos diferentes pueden mostrar diferencias notables en su
sistema radical.
Las raíces absorbentes del cafeto desarrollado en un suelo franco son superficiales:
en los primeros 30 centímetros se encontró un 86% de ellas y su concentración dismi-
nuye en relación directa con la distancia al tronco (Suarez de Castro, 1953).
Un sistema de raíces bien desarrollado da a la planta la oportunidad de explorar un
volumen de suelo tal que le permite a esta la absorción de agua y de nutrimentos en
cantidad superior aún a sus necesidades.
El paloteo es un síntoma de debilidad del cafeto ocasionado por una inadecuada nutri-
ción. Se manifiesta como una pérdida intensa de hojas y secamiento y muerte de ra-
mas; esta muerte se inicia en la punta de ellas y puede llegar a afectar toda la rama. Se
presenta en plantas en crecimiento (plantas jóvenes), y en plantas adultas (plantas en
producción) (Valencia, 1978).
Cuando se presenta el paloteo en una plantación, se producen cuantiosas pérdidas,
puesto que si ocurre en plantas jóvenes, habrá necesidad de resiembras; y si es en una
plantación en producción, la cosecha disminuirá notablemente y se rebajará la calidad
de la misma.
Existe una serie de causas que pueden producir una inadecuada nutrición del árbol
de café y por lo tanto inducir al paloteo. A continuación se enumeran las causas prin-
cipales y su posible control (ver cuadro página siguiente).
Una vez verificado que el cultivo de café al sol es posible en determinada región porque
no tiene importantes limitaciones de clima y se cumple con los requisitos de manejo y
conservación de suelos, desyerbas, control de plagas y de enfermedades en el cultivo,
se puede calificar el suelo por su productividad relativa de café según algunas de sus
características físicas y químicas.
45
Causas principales del paloteo en plantas de café y su posible control
CAUSA CONTROL
Exceso de producción (cosecha supe- No puede corregirse el problema, pues
rior a la capacidad de la planta para generalmente, cuando éste se detec-
sostener crecimiento y fructificación). ta, la formación del fruto va muy ade-
lante y solo podrá evitarse su futuro
aparecimiento, mejorando las fertiliza-
ciones anteriores a la cosecha.
Inadecuada fertilización (en cantidad Se corrige aumentando o modificando
ó calidad). la proporción de los nutrimentos a apli-
car.
Competencia de malezas. Se deberá recurrir a desyerbas más
frecuentes.
Pobre sistema de raices, debido a ina- Para evitarlo, se debe tener cuidado
decuada colocación de ellas desde la al sembrar el material en el almácigo
siembra, o a la siembra de las plantas y en el campo, para que las raices no
en suelos muy compactos o duros. queden torcidas. En suelos muy com-
pactos o con capas impermeables a
poca profundidad, hay necasidad de
romper éstas y abrir hoyos grandes
para llenar con materiales ricos en
materia orgánica.
Presencia de plagas o de enfermeda- Hay necesidad de controles sanitarios
des en la raiz, como en el caso de ata- en la plantación.
ques de nemátodos, de palomilla o ata-
ques de llagas, como la llaga negra, la
llaga macana y la llaga estrellada; en
éstos últimos casos, puede llegarse
hasta la muerte de la planta.
Verano o invierno intensos o prolon- Se disminuyen los riesgos, mejorando
gados. el medio de desarrollo de las raíces,
aplicando riego o construyendo drena-
jes en el cafetal.
Alta acidez del suelo (pH bajo). A pH Existe la posibilidad de hacer aplica-
bajo, en presencia de aluminio pueden ciones de cal agrícola, para elevar un
formarse sobre las raíces, precipita- poco el pH del suelo y reducir a me-
dos de fosfato de aluminio, los cuales nos de 60% el porcentaje de satu-
dificultan o impiden la absorción de ración de aluminio.
otros nutrientes.
46
Así por ejemplo, un suelo manejable rinde una producción real que es apenas el
50% de la producción potencial de la región, pero se dispone de conocimientos sufi-
cientes para convertirlo en suelo adecuado y aumentar así su producción.
En una primera aproximación de manejo de la información de parámetros físicos y
de fertilidad de suelos en muchos lotes, para relacionarlos con los respectivos regis-
tros de producción de café, se encontró que con los que más dependencia tenía la
producción eran: contenido de materia orgánica, pH, textura, relación Ca: Mg, conteni-
do de arcilla (Valencia, 1990-a).
Los resultados obtenidos mostraron como con los análisis de suelos se podía califi-
car este mismo suelo por su producción relativa y si ésta fuera baja, cómo se podria
orientar su fertilización y manejo para aumentar la producción sin incrementar los
costos. Este podría ser un primer paso en el desarrollo de Modelos de Producción de
café y en la evaluación de recomendaciones de fertilizantes ó para inferir sobre los
resultados de éstas.
En una segunda aproximación se consideraron como factores de suelo, claves para
la determinación de la producción relativa de una finca o región los siguientes: profun-
didad efectiva, densidad aparente, textura, porcentaje de materia orgánica y pH, los
cuales como se muestra en la Tabla 4.6 de puntajes de producción relativa segun aná-
lisis de suelos, se les da un puntaje que es la base para los estimativos de producción.
A manera de ejemplo se tienen los siguientes datos de un análisis de suelos, y su
respectivo puntaje ó calificación.
Valor Puntaje
Profundidad efectiva: 45 cm 1,0
Densidad aparente: 1,0 0,8
Textura: arcilloso 0,6
% Materia Orgánica: 7,0 0,8
Total 3,2
Producción relativa entre 237 y 275 arrobas de café pergamino seco por hectárea
por año.
47
TABLA 4.6 Puntajes para calcular la producción relativa según análisis
de suelos - 2a aproximación*
* Valencia (1990-a)
Puntaje muestra
Producción relativa: Producción máxima X = arrobas c.p.s./ha/año
Puntaje máximo
Valores válidos para condiciones de clima óptimo, sin sombrío y con controles sanitarios,
conservación de suelos adecuada y oportuna fertilización.
MATERIA ORGÁNICA
48
pH
Es bien sabido que el cultivo de café sin sombra brinda altas producciones pero tam-
bién exige el fiel cumplimiento de definidos planes de fertilización y la ejecución de
numerosos cuidados culturales (Valencia, 1988-a). Antes de hacer recomendaciones
de fertilización, conviene recordar el papel específico de algunos de los minerales en
las plantas:
a) Nitrógeno
Forma parte de las proteínas, clorofilas, alcaloides, etc. Es importante también en
la relación C/N por su acción en la duración del período vegetativo. Es muy móvil
dentro de la planta y se absorbe como nitrato o como amonio. Constituye del 1 al 5%
de la materia seca en general.
b) Fósforo
Forma parte de proteínas (nucleoproteína) y de lipoides (lecitina). Desempeña un
papel metabólico en la respiración y fotosíntesis (fosforilación). Es absorbido como
ión H2PO4- principalmente y permanece en forma oxidada. Se acumula en partes en
crecimiento y en semillas. Su falta favorece la acumulación de azúcar en órganos
vegetativos, lo cual a su vez favorece la síntesis de antocianinas. Constituye del 0,1
al 0,5% de la materia seca en general.
c) Potasio
Su papel es poco conocido, es esencialmente antagónico al Mg al Ca y al Na. No se
conoce el K como parte de estructura molecular alguna. Es muy móvil y parece que
su falta reduce la resistencia de la planta a ataques fungosos. Es activador del
sistema enzimático. Es el catión maestro de la planta pues activa más de 60 reac-
ciones enzimáticas. Constituye del 0,2 al 1,0% de la materia seca.
49
d) Magnesio
Ocupa el centro de la molécula de clorofila. En forma de ión es activador de enzimas
que catalizan la respiración. Es muy móvil y antagónico con el K, el Na y el Ca.
e) Hierro
Es indispensable para la formación de las clorofilas, aunque no forma parte de
ellas. Fisiológicamente activo es solo el ión ferroso. Es poco móvil. Es difícil la
corrección de su deficiencia en suelos calcáreos. Es un cofactor en reacciones enzi-
máticas. Constituye parte de los citocromos (porfirinas). Puede recibir o dar elec-
trones.
f) Calcio
Es acumulado principalmente en las hojas. Antagónico con el Na, con el K y con el
Mg y forma parte de la lámina media de la pared celular como pectato de Ca. En su
ausencia no ocurre la división mitótica, necesaria para el desarrollo de los meristemas
apicales. Es cofactor de algunas enzimas.
g) Azufre
Es constituyente de los aminoácidos cistina, cisteína y metionina y por tanto de las
proteínas que los contienen, así como de la tiamina, la biotina y la coenzima A.
h) Boro
Lo mismo que el Ca interesa en la formación de nuevas paredes celulares (yemas,
flores y formación del tubo polínico). Es poco móvil y en exceso puede provocar
toxicidad.
i) Zinc
Es importante en el crecimiento, su falta afecta la elongación. Su función aún no es
muy bien conocida. Parece necesario para la síntesis de auxinas y de triptofano.
j) Manganeso
Aunque no forma parte de la molécula de clorofila, en su ausencia no se forma ésta.
Es antagónico con el Fe y parece activador de ciertas enzimas respiratorias.
k) Molibdeno
Funciona más como componente de motaloenzimas que como activador de enzimas.
Tiene su papel en la inducción de la nitrato reductasa.
l) Cloro
Actúa conjuntamente con algunas enzimas del fotosistema II de la fotosíntesis.
50
pH
4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0
ÁCIDO NEUTRO ALCALINO
Nitrógeno
Fósforo
Potasio
Azufre
Calcio
Suelos Magnesio
órganicos
Hierro
Manganeso
Boro
Cobre
Zinc
Molibdeno
pH
4,0 6,5 9,0
Nitrógeno
Fósforo
Potasio
Azufre
Suelos Calcio
minerales
Magnesio
Hierro
Manganeso
Boro
Cobre y Zinc
Molibdeno
A continuación se da la lista de los elementos esenciales para las plantas y las formas
en que ellos son absorbidos o son accesibles para ellas (Tabla 4.7).
51
TABLA 4.7 Elementos esenciales, su porcentaje en la materia seca y formas
accesibles para las plantas superiores*
* Epstein (1972)
52
Síntomas de deficiencias nutricionales en el cafeto
FALTA DE SÍNTOMAS CORRECCIÓN
Nitrógeno • La falta de nitrógeno se presenta primero en • Aplique materia orgánica descompuesta: pulpa de
las hojas viejas. café, cenichaza, gallinaza, compost, etc.
• El amarillamiento es parejo en toda la hoja. • Aplique un fertilizante con alto contenido de nitró-
• El amarillamiento comienza en las hojas de la geno, como cualquiera de los siguientes:
base de la rama y se va extendiendo hacia la • Úrea: Aplique úrea disuelta en agua, en una concen-
punta de aquella. tración del uno por ciento (10 gramos por litro), uti-
• Se caen las hojas viejas de la rama. lice una bomba de espalda, y aplique la solución so-
• Las hojas de la punta conservan un poco su bre las ramas del cafeto. La úrea también se puede
color verde. aplicar al suelo, esparcida al pie de la planta, te-
• Los frutos se vuelven amarillos, crecen poco y niendo cuidado de que no quede en contacto con el
se caen con facilidad. tronco, en cantidad de 20 a 50 gramos por árbol.
• Sulfato de amonio: Aplique de 50 a 100 gramos de
sulfato de amonio por árbol.
• Se puede utilizar cualquier fertilizante. Lo impor-
tante es que se aplique de 10 a 25 gramos de nitró-
geno por árbol.
Fósforo • La deficiencia de fósforo se presenta general- • Aplique 60 gramos de superfosfato triple ó 120 gra-
mente en las hojas viejas. mos de superfosfato simple por árbol.
• Las hojas de los cafetos presentan manchas • Cuando el suelo tiene un pH inferior a 5,0 se puede
amarillas en las cuales hay coloraciones rojas. aplicar calfos a la dosis de 100 gramos por árbol.
• Las manchas son de diferentes tamaños, y pue- • En general se puede corregir la deficiencia de fósfo-
den cubrir casi toda la hoja. ro, aplicando 25 gramos de fósforo (P2O5) por árbol,
• En casos severos, se produce una caída total sea cual fuere el fertilizante utilizado.
de las hojas de las ramas que tienen frutos en
maduración.
53
Síntomas de deficiencias nutricionales en el cafeto (continuación)
FALTA DE SÍNTOMAS CORRECCIÓN
Potasio • La deficiencia de potasio solo se manifiesta • Para corregir la deficiencia de potasio, aplique sul-
en los bordes y en las puntas de las hojas, las fato de potasio de 20 a 40 gramos por árbol.
cuales se enrrollan hacia el haz. • También puede aplicar cloruro de potasio en la can-
• Al principio aparece un amarillento que luego tidad de 15 a 30 gramos por árbol.
se vuelve de color pardo rojizo.
• Cuando la deficiencia es grave, se mueren las
partes de las hojas donde había manchas y se
produce pérdida de hojas.
Magnesio • Los síntomas de deficiencia de magnesio se • Disminuya la cantidad de potasio que aplica en sus
presentan primero en las hojas viejas. cafetales.
• En las hojas viejas se presentan manchas ama- • Aplique de 10 a 20 gramos de magnesio por árbol.
rillentas entre cada dos nervaduras. Para esto utilice uno de los siguientes productos:
• Las nervaduras principales siempre conservan • Carbonato de magnesio: Aplique de 30 a 60 gramos
el color verde. por árbol.
• El amarillamiento empieza en la base de la • Óxido de magnesio: Apligue de 15 a 30 gramos por
rama y se va extendiendo hacia la punta y ocu- árbol.
rre pérdida de hojas. • Sulfato de magnesio: Aplique de 60 a 120 gramos
por árbol.
• Con la aplicación de óxido de magnesio o de sulfato
de magnesio, el efecto es más duradero. En suelos
pobres en materia orgánica, cuando no se tiene res-
puesta a las aplicaciones de magnesio, puede dar
mejor resultado la aplicación de nitrógeno en las
cantidades ya indicadas.
54
Síntomas de deficiencias nutricionales en el cafeto (continuación)
FALTA DE SÍNTOMAS CORRECCIÓN
Hierro • La deficiencia de hierro se presenta siempre • Actualmente no hay productos eficientes y económi-
en las hojas nuevas. cos para corregir la falta de hierro en los cafetos.
• Las hojas toman un color verde pálido, menos • Se aconseja mantener unas condiciones óptimas de
las nervaduras, que conservan el color verde drenaje de los suelos y tratar de que el pH no se
normal. salga de los límites entre 4,6 y 5,6.
• Aunque el color verde pálido es más pronun-
ciado en las hojas nuevas, en general la plan-
ta presenta una coloración verde poco intensa.
Boro • La deficiencia de boro se presenta generalmen- • Para corregir la deficiencia de boro, se aplican de
te en épocas muy secas. 10 a 25 gramos de bórax por árbol, ó de 5 a 15
• Las hojas viejas presentan un amarillamiento gramos de poliboro por planta.
que se inicia en la punta y avanza hasta la • Nunca debe repetirse la aplicación de boro antes de
mitad, o un poco más. Se forma un tejido seis meses.
corchoso sobre las nervaduras.
• Las hojas se deforman y pueden aparecer tor-
cidas, arrugadas o con bordes irregulares.
• Aparecen puntos de color café en las hojas tier-
nas.
• La yema terminal del tallo ortotrópico y/o de
las ramas muere. Esto hace que la planta pro-
duzca nuevos brotes y que aparezcan ramas
en forma de abanico.
55
Síntomas de deficiencias nutricionales en el cafeto (continuación)
FALTA DE SÍNTOMAS CORRECCIÓN
Zinc • En suelos muy erosionados, con pH inferior a • Procure mantener el pH del suelo por encima de 4,7.
4,7 puede presentarse esta deficiencia.
• Las hojas crecen poco y en forma alargada.
• Los bordes se encrespan.
• Los entrenudos son cortos.
• Generalmente, los síntomas de la deficiencia
son más visibles en la punta de las ramas.
• En los chupones de zoca, las hojas presentan
una forma acanalada con bordes amarillos.
Manganeso • Se presenta un amarillamiento total de las ho- • Procure rebajar el pH del suelo, si éste es superior
jas. a 5,6.
• El amarillamiento se presenta siempre en las
hojas de la punta de las ramas.
56
Valencia (1984) encontró una interesante relación negativa entre el contenido de
potasio foliar y el porcentaje de infección de Cercospora Coffeicola en el grano de café,
como se muestra en la Figura 4.4 en donde también se observa la estrecha relación
directa entre la fertilización y la producción de café.
Cadena (1982) encontró que en almácigos de café la mezcla de suelo: pulpa de café
descompuesta en proporción de volumen 3:1 hace innecesaria la utilización de fungicidas
para el control de la mancha de hierro.
Valencia (1992-a) en un estudio sobre la incidencia de la Roya (H. Vastatrix Berk y
Br) y la nutrición mineral del cafeto, encontró que en el tratamiento con solo nitrógeno,
se alcanzó un contenido foliar de 2,30% de este elemento y en ellas el ataque de Roya
fué mínimo.
Los mayores porcentajes de germinación de esporas se lograron en esporas reco-
lectadas en hojas en que eran bajos los contenidos de nitrógeno, de fósforo, de boro,
de magnesio y en las recolectadas en hojas en que eran altos los contenidos de potasio,
de calcio, de manganeso, de hierro.
% de Producción
% de K en hojas infección (x 1.000 kg)
35 7
% de infección
1,2 30 6
K
1,0 25 5
0,8 20 4
Producción
0,6 15 3
0,4 10 2
0,2 5 1
0 60 120 180
Dosis (g/árbol)
12-12-17-2 (5 x año)
Esta técnica no es de fácil utilizaclón pero puede ser una valiosa ayuda complementa-
ria del análisis de suelo.
De un modo general puede decirse que la base del análisis foliar como medio para
conocer el estado nutricional de un cultivo está en la premisa de que faltando un
elemento en el suelo, su tenor en las hojas de las plantas allí crecidas, debe ser bajo,
57
si se compara con el de las hojas de las plantas consideradas normales; por esta razón
se exige el conocimiento previo de los niveles de los nutrimentos en las hojas de plan-
tas normales o de alta producción (Valencia, 1988-a).
Generalmente el contenido de un elemento en la hoja se expresa en base al peso
seco de la muestra, pero en éste, según Muller (1959), están incluidos los carbohidratos,
cuya cantidad en la hoja puede ser variable y por eso sería mejor expresar la concen-
tración de los nutrimentos en base a celulosa o a fibra; este procedimiento por laborio-
so es poco usado.
En la Tabla 4.8 se dan los contenidos “adecuados” o normales en los cuartos pares
de hojas de café correspondientes a las producciones máximas según la región (pro-
ducción relativa).
* Valencia (1988-a)
58
4.10.6 Sistema DRIS de interpretación de análisis foliares
(Diagnosis and Recomendation Integrated System)
La bondad del uso de las diferentes formas de materia orgánica en café está tan sufi-
cientemente comprobada, que debe recomendarse que antes de pensar en el uso de
fertilizantes químicos se deben haber utilizado todos los desechos orgánicos de la
finca, pues éstos no solamente proporcionan nutrimentos al cultivo, sino que mejoran
las condiciones físicas del suelo para que sean más exitosas y eficientes las posterio-
res aplicaciones de los fertilizantes químicos.
Para almácigos, el empleo de la pulpa de café descompuesta en mezcla con suelo en
59
TABLA 4.9 Evolución de los grados o fórmulas de fertilizantes para café
en el país, desde 1960
Grado
Fase del cultivo fórmula Año
Fertilizantes simples
10-5-10 hasta 1960
12-6-24
Producción 12-6-22-2 hasta 1979
(desde iniciación floración) 12-12-17-2
17-6-18-2 hasta 1988
Úrea + KCl
17-6-18-2 desde 1989
y/o fertilizantes
simples y enmiendas
TABLA 4.10 Total de café pergamino seco por hectárea (arrobas) en cuatro
cosechas con diferentes fuentes de nitrógeno*
1. Indaco 1.161
2. Úrea (incorporada) 1.325
3. 12-12-17-2 1.909
4. Nitroform 1.219
5. Úrea (superficial) 1.459
6. Pulpa descompuesta 1.987
* FEDERACAFÉ (1985-c).
60
tres aplicaciones. En la etapa de producción se aplicaron 240 kilogramos de nitrógeno,
80 kilogramos de P2O5 y 240 kilogramos de K2O.
El nitrógeno (240 kilogramos/ha/año) se aplicó mediante diferentes portadores, como
aparece en la Tabla 4.10 en donde se dan también los totales de café pergamino seco
por hectárea, en cuatro cosechas.
Se puede observar que las mayores producciones fueron con pulpa descompuesta y
con fertilizante 12-12-17-2, que estas dos fuentes son comparables y se confirman los
resultados presentados por Uribe y Salazar (1983).
TABLA 4.11 Producción de café en 5 años en dos suelos con diferente contenido
de materia orgánica. Según fraccionamiento de nitrógeno y de NPK
en varias dosis. Proyecto FF-33. Cenicafé 1971- 1975.
Arrobas de c . p .s./ha
Total
Dosis/ha y Cenicafé Naranjal
Frecuencia/año (6,6% M.O) (12,6% M.O.)
61
En el laboratorio de química de Cenicafé (Carrillo y Estrada, 1986) se ha estableci-
do, con base en 1.174 determinaciones en suelos de la zona cafetera, una ecuación
para estimar el contenido de nitrógeno del suelo con base en el contenido de materia
orgánica de éste. Esta ecuación, con valor de r = 0,9042 es la siguiente:
Obtenida esta ecuación, válida para contenidos de materia orgánica entre 2 y 20%,
elimina la necesidad de la costosa determinación química de nitrógeno en los análisis
de suelos.
En la Tabla 4.12 se dan los valores de nitrógeno calculados con la ecuación mencio-
nada, según los datos de porcentaje de materia orgánica obtenidos en el laboratorio.
% M,O, 0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9
2,0 ,10 ,11 ,11 ,12 ,12 ,13 ,13 ,13 ,14 ,14
3,0 ,15 ,15 ,15 ,16 ,16 ,17 ,17 ,18 ,18 ,18
4,0 ,19 ,19 ,20 ,20 ,20 ,21 ,21 ,22 ,22 ,22
5,0 ,23 ,23 ,23 ,24 ,24 ,25 ,25 ,25 ,26 ,26
6,0 ,27 ,27 ,27 ,28 ,28 ,28 ,29 ,29 ,29 ,30
7,0 ,30 ,31 ,31 ,31 ,32 ,32 ,32 ,33 ,33 ,33
8,0 ,34 ,34 ,35 ,35 ,35 ,36 ,36 ,36 ,37 ,37
90 ,37 ,38 ,38 ,38 ,39 ,39 ,39 ,40 ,40 ,40
10,0 ,41 ,41 ,41 ,42 ,42 ,42 ,43 ,43 ,43 ,43
11,0 ,44 ,44 ,44 ,45 ,45 ,45 ,46 ,46 ,46 ,47
12,0 ,47 ,47 ,47 ,48 ,48 ,48 ,49 ,49 ,49 ,49
13,0 ,50 ,50 ,50 ,51 ,51 ,51 ,51 ,52 ,52 ,52
14,0 ,53 ,53 ,53 53 ,54 ,54 ,54 ,54 ,55 ,55
15,0 ,55 ,56 ,56 ,56 ,56 ,57 ,57 ,57 ,57 ,58
16,0 ,58 ,58 ,58 ,59 ,59 ,59 ,59 ,60 ,60 ,60
17,0 ,60 ,61 ,61 ,61 ,61 ,61 ,62 ,62 ,62 ,62
18,0 ,63 ,63 ,63 ,63 ,63 ,64 ,64 ,64 ,64 ,64
19,0 ,65 ,65 ,65 ,65 ,66 ,66 ,66 ,66 ,66 ,67
20,0 ,67 ,67 ,67 ,67 ,68 ,68 ,68 ,68 ,68 ,69
62
por tanto, el nitrato de potasio se puede usar como fuente de éstos nutrimentos en
café, siempre que se justifique desde el punto de vista de los costos.
63
Disponibilidad
de micronutrimentos
Mo
5 6 7 8 pH del suelo
suelo; en la franja del pH adecuado para café (5,0 - 5,5) se ve la suficiente disponibili-
dad de todos ellos.
En una revisión hecha por Valencia (1990-b) sobre los niveles de micronutrimentos
en suelos de la zona cafetera y en hojas del cuarto par de cafetales del país, se presen-
tan los niveles ó valores tentativos de deficiencia y los porcentajes relativos de los
casos de potenciales deficiencias (Tabla 4.13).
Para controlar la deficiencia de boro en cafetales en producción, se recomienda de
20 a 50 gramos de bórax por árbol, según la severidad de la deficiencia (Valencia,
1964).
Estudios de aplicación de los micronutrimentos boro, hierro, cobre, zinc, mangane-
so, en cafetales que no presentaban la característica sintomatología de las respectivas
deficiencias de cada uno, no tuvieron efecto en la producción de café (Uribe y Salazar,
1981).
Lo anterior permite afirmar que si se conserva el pH del suelo entre 5,0 y 5,5 y si
además se hace uso de la materia orgánica descompuesta, no habrá problemas de
elementos menores ni de azufre en el cafetal.
Por regla general, el suelo posee casi todos los elementos minerales que las plantas
necesitan; sin embargo, después de un tiempo de cultivo algunos nutrimentos apare-
cen en él en cantidades insuficientes debido principalmente a pérdidas por escorrentía,
por lixiviación, a la extracción por las cosechas y a desplazamientos provocados por el
uso reiterado de algunos fertilizantes, a pesar de que ocurre una restitución parcial a
64
TABLA 4.13 Límites potenciales de deficiencia de micronutrimentos en suelos
y en hojas y frecuencia relativa*
suelos 0,2 77
Boro
hojas 40 23
suelos 20 50
Manganeso
hojas 130 27
suelos 1,0 22
Zinc
hojas 9 10
suelos 100 15
Hierro
hojas 60 27
suelos 1,0 25
Cobre
hojas 10 10
* Valencia (1990-b).
439,4
Suelo desnudo
1234567
1234567
1234567
1234567
1234567 Potrero 238,6
1234567
1234567
1234567 Cafetal viejo 151,5
12345
63,5
12345
12345
12345
26,3 12345
12345 12345
24,6 12345
24,8 12345 12345
12345 12345 12345
12345 12345 12345
12345
12345
12345
12345 12345
12345
12345
12345
12345
12345 12345
12345
12345 12345 12345
12345 12345 12345
6,9 12345 12345 12345 6,9
12345
12345
12345
12345 12345
12345
1234
1234
5,5
12345 12345 12345 12345
12345 12345 12345 12345 1234
1234
12345
12345 12345
12345
12345
12345 12345
12345 1234
12345 12345 12345 12345 1234
2,46
12345 12345 12345 2,0 12345 2,1 12345 1234
12345 12345 1234512345 1234512345 12345 1234
12345 0,9 0,9 0,15 0,08
1234512345
12345
12345 1234
1,12
1234 1234512345
12345
12345
12345
1234512345 12345
12345 1234
12345 12345 12345 1234 12345 1234 12345
12345 1234512345
12345 12345 1234
1234
Nitratos Fósforo Potasio Calcio Magnesio Elementos
totales
65
Suelo desnudo 983,2
1234567
1234567 Suelo cubierto
1234567
1234567
de añil rastrero
685
12345
12345
12345
12345
12345
12345
12345
12345
12345
381 12345
12345
12345
310* 12345
12345
12345 268
235 12345 226
123456
12345 123456
126 12345 123456
120* 12345 12345 123456
70
12345 12345 12345 12345 123456
12345 12345
12345 12345
12345 12345
12345 123456
123456
12345
12345 12345
12345 12345
12345 12345
12345 123456
123456
Nitratos Fósforo Potasio Calcio Magnesio
* En g/ha
FIGURA 4.7 Promedio anual de las pérdidas de elementos nutritivos para las
plantas en aguas de percolación (kg/ha) 1952 - 1953
Suárez y Rodríguez (1962)
la fase cambiable y a la solución del suelo, por meteorización de la fase sólida del
suelo y por mineralización de la materia orgánica (Valencia, 1988-b).
En la Figura 4.6 se aprecia la escala de pérdidas de nutrimentos por escorrentía y
en la Figura 4.7 las pérdidas por percolación (Suárez de Castro y Rodríguez, 1962).
El cultivo de café sin sombra se inició experimentalmente en Colombia desde 1958
y desde entonces el área cultivada comercialmente se ha incrementado de tal forma
que en 1991 existían aproximadamente 450.000 hectáreas al sol. En estas condicio-
nes el cultivo exige importantes aplicaciones de fertilizantes debido a la mayor deman-
da de nutrimentos por la planta, especialmente nitrógeno y potasio.
López (1965) observó cambios químicos en suelos de cenizas volcánicas con apli-
caciones masivas de fertilizantes: el ión amonio mostró un alto poder de desplaza-
miento de los cationes potasio, calcio y magnesio, aunque con pocos cambios de pH.
A continuación se presenta un resumen de los resultados obtenidos por Valencia, et
al (1965) en dos suelos derivados de cenizas volcánicas y dos provenientes de rocas
sedimentarias, colocados en macetas de 25 litros de capacidad en las que se aplicaron
168 gramos de nitrógeno por año, suministrado como sulfato de amonio, nitrato de
amonio y fertilizante 12-12-17-2; después de dos años de aplicación de tratamientos,
se sembraron planticas de café variedad caturra y cuando éstas cumplieron un año de
sembradas se tomaron muestras de suelo y de hojas para análisis químicos.
Se observaron cambios drásticos en las condiciones químicas y de fertilidad de los
suelos: el pH disminuyó en más de una unidad en todos los suelos, especialmente con
el sulfato, seguido por el nitrato y por el fertilizante completo.
La disminución de las bases y el incremento del aluminio intercambiable en los
suelos por las aplicaciones de sulfato y de nitrato de amonio fué perjudicial para el
crecimiento y desarrollo de las plantas, en las que también se presentó una severa
deficiencia de magnesio. El desarrollo más pobre de las plantas se obtuvo en todos los
suelos cuando se usó sulfato de amonio.
66
TABLA 4.14 Servicio de análisis de suelos. Muestras pareadas de suelos
(calle y zona de raíces)*
me/100 g de suelo
N° de P
Lab. pH ppm K Ca Mg Al
* Cenicafé (1982)
67
trabajo de López (1965): la aplicación de cualquier sal nitrogenada amoniacal conlle-
va peligros de empobrecimiento del suelo en la zona cafetera colombiana. La aplica-
ción continuada de un nitrato de amonio o de un sulfato de amonio llevará al suelo, por
empobrecimiento progresivo, a un estado de infertilidad total. Debe por consiguiente,
continuar usándose la úrea como la principal fuente de nitrógeno en cafetales. El ni-
trato de amonio y el sulfato de amonio se pueden usar en zonas con menos de 1.500
milímetros de lluvia anual, en suelos ricos en bases de cambio y que ojalá no se hayan
formado de cenizas volcánicas.
4.11.8 Enmiendas
Ante el panorama que acaba de describirse, conviene presentar los resultados más
sobresalientes de un experimento de aplicación de cal en un cafetal establecido (Va-
lencia y Bravo, 1975), en el que puede verse la potencialidad que ésta práctica ofrece
para conservar o recuperar la fertilidad de los suelos
El lote experimental se sembró en octubre de 1966 con variedad Caturra a dos
metros de distancia entre plantas, con una fertilización anual de cuatro aplicaciones
de 150 gramos de 12-12-17-2 y dos aplicaciones de 50 gramos de úrea por árbol. En
diciembre de 1974 se zoqueó la plantación y se inició la aplicación de los tratamientos
con cal (Tabla 4.15); semestralmente se hicieron muestreos de suelos y se registró la
producción de café durante cuatro años.
En la Tabla 4.16 se puede apreciar que la producción del testigo fué estadísticamente
superior al promedio de los tratamientos con cal sola, únicamente en la cuarta cose-
cha (1979).
Las producciones de café en cada uno de los tratamientos tuvieron diferencias
estadísticamente significativas en 1979 (cuarta cosecha), lo que significa que durante
las tres primeras cosechas el uso de cal sola permite obtener cosechas similares a las
de las más altas y muy reiteradas fertilizaciones.
Los otros resultados interesantes son los que aparecen en la Tabla 4.17 en la cual se
ven los cambios químicos producidos en el suelo y se señala que en el contenido foliar
no hubo cambios.
Finalmente, vale la pena destacar que no debe aplicarse cal en suelos con pH mayor
de 5,5 ni con calcio mayor de 4,0 miliequivalentes/100 gramos de suelo y con escaso
manganeso intercambiable. Lo cual significa que la decisión sobre cualquier aplica-
ción de cal en el suelo del cafetal debe hacerse de acuerdo con los resultados del
análisis de suelos.
TABLA 4.16 Comparación estadística de la producción (kg de café cereza por árbol)
en cuatro años entre el tratamiento testigo y el promedio
de los tratamientos con cal
68
TABLA 4.17 Efecto de la aplicación de cal agrícola en suelo de un cafetal.
Cenicafé 1980
Modificación
Determinación
Vr. inicial Vr. final
pH 4,1 6,3
Ca interc. 1,5 12,4 me/100 g
Mg interc. 0,6 1,4 me/100 g
Bases totales 5,4 14,9 me/100 g
Al interc. 3,1 0,0 me/100 g
Mn interc. 19,3 13,0 ppm
Fe soluble 783,0 348,0ppm
Las 1.150.000 hectáreas cultivadas en café en Colombia se estima en 1991 que, según
la modalidad de cultivo se discriminan en la siguiente forma:
– 400.000 hectáreas de cafetal tradicional (menos de 1.000 plantas por hectárea, con
sombra densa, sin fertilización y la mayoría sembrados con variedad típica).
– 300.000 hectáreas de cafetal tecnificado, bajo sombra que pueden consumir aproxi-
madamente 210.000 toneladas de fertilizante por año.
– 450.000 hectáreas de cafetal tecnificado a pleno sol que pueden consumir aproxi-
madamente 455.000 toneladas de fertilizante por año. De éstas, 250.000 hectáreas
serían cafetales de más de nueve años con un comsumo de 700 kg/ha/año y 200.000
hectáreas que consumirán 1.400 kg/ha/año).
Se estima que de los cafetales tecnificados en el país alrededor de 300.000 hectá-
reas son de variedad Colombia, resistente a la Roya; el resto corresponden a la varie-
dad Caturra.
69
fosfato monoamónico (MAP) al 3%, de cloruro de magnesio al 3% y de sulfato de
magnesio al 3%. El sulfato de hierro al 3% se absorbe pero no se trasloca.
Con el objeto de averiguar el efecto de la fertilización foliar sobre el desarrollo de
almácigos de café, se hicieron aspersiones foliares de los fertilizantes Coljap, Wuxal,
úrea y Nutrimins. A los seis meses de edad del almácigo se hicieron registros de altura
de las plantas, peso seco y peso fresco de la parte aérea y de las raíces, aspecto y vigor
de las plantas y no se encontró ninguna diferencia significativa atribuible al efecto de
los tratamientos (Valencia, 1975).
La fertilización foliar no se recomienda para cafetales, pues su efecto, por las bajas
concentraciones utilizables es de corta duración, insuficiente, innecesaria y anti-
económica (López, 1970).
La fertilización química del cafetal solo se justifica cuando las exigencias ambientales
y tecnológicas del cultivo se satisfacen adecuadamente y se han utilizado en él todos
los residuos o desechos orgánicos de la finca, los cuales mejoran las condiciones físi-
cas del suelo, suministran nutrimentos al cultivo y hacen más exitosas las posteriores
aplicaciones de fertilizantes (Valencia, 1992-b).
La fertilización del cafetal, por ajustada que se haga a las necesidades del cultivo y
a los resultados del análisis de suelos, no resuelve otros problemas derivados de in-
adecuadas condiciones físicas del suelo, del clima o del manejo del cafetal; en conse-
cuencia, para el éxito de las recomendaciones sobre fertilización son válidas las si-
guientes consideraciones:
a) Que sea un cafetal en zona de clima óptimo y en suelos con profundidad efectiva de
30 centímetros o más (profundidad efectiva es la que permite el crecimiento y desa-
rrollo de las raíces sin ningún obstáculo ni químico ni físico).
b)Que se realicen oportunamente las prácticas de cultivo como renovaciones, podas,
desyerbas y los controles sanitarios requeridos, así como las prácticas necesarias
de conservación de suelos.
c) Que las muestras de suelos hayan sido debidamente identificadas, tomadas un mes
antes de la fertilización, en la zona de raíces, a 20 centimetros de profundidad, con
varias submuestras por unidad de muestreo, evitando contaminaciones. El muestreo
de suelos para análisis en un mismo lote o finca puede hacerse cada dos años.
No debe sobrepasarse para cada árbol en producción y por aplicación, la dosis de
100 gramos de úrea, ni de 200 gramos de mezcla de fertilizantes simples, ni de 250
gramos de cal.
d) La fertilización no debe hacerse cuando el suelo esté muy seco.
a) Objetivo
El objetivo principal del uso de fertilizantes en los cultivos es obtener el mayor
beneficio económico o mayor rendimiento posible con el mínimo de costo, para
hacer rentable la actividad agrícola.
70
La adecuada fertilización de un cultivo debe hacerse como respuesta a las si-
guientes cinco preguntas:
a.1 ¿Dónde debe aplicarse el fertilizante?
a.2 ¿Cómo debe hacerse la aplicación?
a.3 ¿Cuándo debe hacerse la aplicación?
a.4 ¿Qué producto debe aplicarse?
a.5 ¿Cuánto producto aplicar?
Para el caso del café, afortunadamente, después de muchos años de investigación
en Cenicafé, se tienen las más concretas respuestas a estos interrogantes así:
b) ¿Dónde?
En los primeros 20 centímetros de profundidad del suelo y bajo la copa (follaje) del
árbol, donde se encuentra más del 80% de las raíces que absorben agua y nutrimentos
(Suárez de Castro, 1953). Es por tanto, en el área cubierta por el follaje (plato del
árbol) en donde se aplicará el producto fertilizante o enmienda.
c) ¿Cómo?
La fertilización del cafetal debe hacerse al voleo, superficialmente en el plato que
es la forma que requiere menos mano de obra (Mestre y Salazar, 1990-b) y no difiere
en producción con otras formas de aplicación ensayadas (corona, media luna, en
banda, tapado); en el caso de aplicación de cales o enmiendas, se debe limpiar el
plato, ya que por su escasa solubilidad, éstas no deben quedar depositadas sobre la
hojarasca. Si la enmienda se hace antes de la siembra, debe incorporarse al suelo
en el hoyo (Valencia, 1992-b).
d) ¿Cuándo?
Para decidir el momento más oportuno de la fertilización debe tenerse en cuenta si
se trata de:
d.1 Árboles jóvenes, en etapa de crecimiento acelerado (hasta 18 meses de edad
aproximadamente, que inicia la floración)
Según el análisis de suelos, al momento de la siembra puede ser necesario,
incorporar al suelo enmiendas o productos como: cal agrícola, cal dolomítica,
roca fósfórica, abono fosfórico, en dosis no superiores a 80 gramos por planta.
La primera fertilización con úrea o con difosfato de amonio se efectuará un
mes después de la siembra en el campo y luego cada cuatro meses, para un
total de cinco aplicaciones en cada fase así:
• Un mes después del transplante 10-15 g/planta
• Cinco meses después del transplante 15-20 g/planta
• Nueve meses después del transplante 20-25 g/planta
• Trece meses después del transplante 25-30 g/planta
• Diecisiete meses después del transplante 30-35 g/planta
d.2 Zocas: se debe iniciar la fertilización tres meses después del corte (zoqueo),
como si fuera un cafetal de un año de edad. No es necesaria la fertilización
inmediatamente anterior al zoqueo (Mestre y Salazar, 1990-a).
d.3 Cafetal en producción: se considera cuando inicia las floraciones (aproxima-
damente a los 18 meses de siembra en el campo), por tanto la siguiente
fertilización después de la etapa de crecimiento acelerado, se hará a los dos
71
años de edad en el campo, cuando se inicia la aplicación de la dosis anual,
repartida en dos aplicaciones que se efectuarán dos meses antes de la travie-
sa o mitaca y dos meses antes de la cosecha principal, puesto que en los dos
últimos meses de desarrollo del fruto ocurre una gran demanda de nutrimentos
por parte de éste así: entre 37 y 49% del nitrógeno total final, el 36% del
fósforo y entre 39 y 44% del potasio (Valencia, 1988-a). Por ejemplo, en una
región donde las cosechas se presentan entre abril y mayo y entre octubre y
noviembre, las fertilizaciones se harán en febrero y agosto ( Valencia, 1992-
b). Si se requiere la adición de correctivos o productos para enmiendas, estos
se aplicarán un mes después de la fertilización.
e) ¿Qué y cuánto aplicar?
La continua fertilización de los cafetales con productos químicos que en su mayoría
tienen efecto residual acidificante, ha traído como consecuencia una disminución
del pH, del calcio, del magnesio, y aumento del aluminio y del manganeso intercam-
biables, con la consiguiente pérdida de efectividad de los fertilizantes aplicados
(Valencia, 1988-b).
Fundamentalmente, las recomendaciones consideran que el cafetal hasta la
floración necesita principalmente fertilización con nitrógeno y fósforo y a partir de
la floración requiere principalmente nitrógeno y potasio.
Los cafetales en producción, con un rendimiento promedio de 400 arrobas (5.000
kilogramos) de café pergamino seco por hectárea por año, sin análisis de suelos,
recibirán una dosis anual de 240 kilogramos de nitrógeno, 80 kilogramos de P2O5
(pentóxido de fósforo) y 240 kilogramos de K2O (óxido de potasio), los cuales pue-
den suministrarse con 1.400 kilogramos de fertilizante 17-6-18-2 ó con aproxima-
damente 1.100 kilogramos de una mezcla de dos o más fertilizantes simples (fuen-
tes) como: úrea (10 bultos), superfosfato triple (3,5 bultos), cloruro de potasio (8
bultos), o úrea, difosfato de amonio (DAP), cloruro de potasio (Valencia, 1992-b).
Para respomder a las preguntas ¿qué? y ¿cuánto? debe aplicarse al cafetal, es decir, la
clase y cantidad de fertilizante y/o enmienda, es indispensable el análisis químico de
fertilidad del suelo, tanto por las modificaciones químicas ya provocadas en éste, como
por la diversidad de materiales que originan suelos de diferente fertilidad en la zona
cafetera y que requieren diferentes cantidades y diferentes productos.
Aunque el suelo está constituído por una muy compleja mezcla de substancias y ele-
mentos, los métodos de análisis empleados en el laboratorio tienen muy buena
confiabilidad y son aplicables a un amplio rango de condiciones de suelos y de cultivos;
sin embargo, lo que hace posible que las recomendaciones de fertilizantes y/o enmien-
das derivadas de la interpretación de los análisis químicos es la correcta toma de las
muestras para esta finalidad así:
72
Muestreo correcto de suelos para análisis de fertilidad
– Una muestra de suelos para análisis químico con fines de fertilización es la que
mejor representa o se parece mucho al promedio de las condiciones de la unidad de
muestreo, que es la que tiene condiciones semejantes por color, pendiente, cultivo,
manejo, drenaje, erosión, etc. (Valencia, 1992-b).
– En cada unidad de muestreo, con herramientas e implementos limpios, se toman
varias submuestras y se recogen en un balde donde se mezclan muy bien; una por-
ción de ésta mezcla se empaca y se identifica para enviar a análisis, con nombre de
la finca, vereda, municipio, propietario, dirección, edad y densidad del cafetal, lote o
referencia del lote.
– Cada submuestra se tomará bajo la gotera del árbol (plato) y hasta 20 centímetros
de profundidad, después de retirar la hojarasca y las basuras de la superficie.
– La muestra puede recogerse en cualquier época, preferiblemente un mes antes de
la correspondiente fertilización, sin que el suelo esté muy húmedo o muy seco.
– No tomar muestras en sitios donde se han hecho quemas o donde se descargan
fertilizantes, ni cerca de galpones, caminos o carreteras.
– No fumar cuando se está efectuando el muestreo.
La diferencia entre las cantidades de nutrimentos que el suelo tiene según el análisis
químico de fertilidad y los que el suelo debe tener para el óptimo rendimiento del
cultivo, da las cantidades que deben adicionarse como fertilizante o como enmienda.
Esta diferencia debe ajustarse con la eficiencia del producto, con el valor del factor
de corrección para pasar de ppm y/o me/100 g a kilogramos/hectárea de P2O5-K2O-
CaO-MgO según la densidad aparente del suelo y la profundidad hasta la que se ha
tomado la muestra respectiva (Tabla 4.18).
73
TABLA 4.18 Factor de conversión F para pasar de ppm y me/100 g a kilogramos/ha
de P2O5 - K2O - CaO y MgO, para 20 centímetros de profundidad de
muestreo y para diferentes densidades aparentes (d.a.) del suelo*
Suelos con densidad aparente superior a 1,2 no son adecuados para café; son pocas
las unidades de suelos a las que se les ha determinado su densidad aparente (d.a.);
entre las que se les conoce su densidad (48-49-50-51) están:
En la Tabla 4.18 se dan los valores de conversión F para kilogramos de óxidos por
hectárea y en la Tabla 4.19 se dan las Eficiencias (E) estimadas en porcentaje para los
cálculos respectivos según la fórmula:
DxF
Q=
E
dónde:
74
Q= Kilogramos de óxido/ha/año.
D= Diferencia entre el nivel deseado del nutrimento para el cultivo y el contenido del
nutrimento en el suelo.
Elemento E Observaciones
(%)
Se estima (Malavolta) que las necesidades del cafeto para vegetación son 100-10-90
kilogramos de N-P2O5-K2O respectivamente por hectárea y que para cada 100 arrobas
(1.250 kg) de café pergamino seco por hectárea se requieren 32-4-40 kilogramos de
aquellos elementos; esto significa que para 400 arrobas de café por hectárea, son
necesarias las siguientes cantidades: 4 veces (32-4-40) más 100-10-90, lo que da:
225-26-250 kg de N-P2O5-K2O por hectárea por año, valores cercanos a los recomenda-
dos por la Federación Nacional de Cafeteros (1988).
75
TABLA 4.20 Ejemplo de cálculo de cantidad de nutrimentos y/o enmiendas para
un suelo de densidad aparente 1 y para 20 cm de profundidad de
muestreo (Valencia, 1988-a)
pH 4,4 > - - - -
M. O. % 7,4 10,4 3 0,50 - 930 N*
P ppm 5 10 5 0,25 4,58 92 P2O5
K me 0,29 0,40 0,11 0,60 936 172 K2O
Ca me 1,4 2,40 1,0 0,80 560 700 CaO
Mg me 1,1 0,8 - 0,80 398 -
Al me 2,7 < - - - -
Textura Fr - - - - -
* CUIDADO: No sobrepasar la dosis de 100 gramos de úrea por árbol por aplicación.
TABLA 4.21 Fertilización del cafetal para cada 100 arrobas de producción (c.p.s.)
por hectárea/año (Valencia,1991-a)
76
TABLA 4.22 Producción (arrobas c.p.s./ha/año). Proyecto C-34. Promedio
de tratamientos sin fertilización, en 5 lugares*
Naranjal 188 6
El Rosario 208 5
Parguaicito 232 7
La Trinidad 116 3
Albán 164 8
dría haberse duplicado aumentando al doble el número de plantas por hectárea y sin
fertilización.
En 1992 los costos de fertilización del cafetal con 1.400 kilogramos de fertilizante
17-6-18-2 por hectárea por año, representan alrededor del 15% de los costos totales
de producción de café (López, et al, 1991); aún así, con frecuencia se usan hasta
3.500 y 4.000 kilogramos de aquel fertilizante, lo cual no solo es un despilfarro, sino
otra manera de incrementar la contaminación ambiental y la degradación química de
los suelos (Valencia, 1988-b).
En la Figura 4.8 obtenida con resultados del experimento C-6 de Cenicafé, realizado en
12 lugares diferentes de la zona cafetera colombiana (Mestre y Salazar, 1990-a), que
corresponde a un factorial de tres elementos en tres dosis, se puede apreciar que hay
dos grupos de seis localidades cada uno, según el potencial ambiental de producción
así: un grupo de alto potencial de producción (alrededor de 400 arrobas) con la dosis
más alta de N, P2O5 y K2O y un segundo grupo de bajo potencial de producción (menos
de 250 arrobas), cuyos máximos se logran con la dosis media de los tres elementos.
En ambos grupos, los tratamientos sin fertilizante (NO) produjeron más de 100
arrobas (1.250 kilogramos) de café pergamino seco por hectárea por año.
En la Tabla 4.23 se presentan las condiciones de clima y de suelo de dos zonas
agroecológicas diferentes: Fresno (Hda. Javiluz) y Gigante (sub-estación Jorge Villamil),
utilizados en el experimento C-6,que contrastan no solo en producción de café, sino en
lo que se refiere a clima (lluvia, número de dias lluviosos, brillo solar, exceso hídrico),
y a condiciones de suelo (porcentaje de materia orgánica, densidad aparente, porosidad,
material parental).
77
Cenicafé Javiluz
Paraguaicito Granjas
Rosario Mesitas
Albán Piamonte
@ Jorge Villamil @ Misiones
Naranjal Supía
400 400
P
300 300 N
200 200
100 100
N0 N1 N2 N0 N1 N2
blecimiento del equilibrio catiónico en suelos con el uso de correctivos y/o enmiendas
(Valencia, 1988-b).
Se muestra así que existen regiones con potencial ambiental de producción limitado
debido a condiciones adversas de clima y desde el punto de vista físico de suelos y que
este potencial no puede incrementarse con aplicación de altas dosis de fertilizantes.
Con los resultados experimentales de Cenicafé en muchos años y con la información
bibliográfica disponible se concluye que para producciones históricas de café inferio-
res a 100 arrobas de café pergamino seco por hectárea por año, no es necesario ferti-
lizar el cafetal y que por cada 100 arrobas de potencial ambiental de producción es
necesario aplicar un módulo de fertilización del tipo 60-20-60 de N-P2O5-K2O respecti-
vamente o su equivalente según los análisis de fertilidad de los suelos.
El tan amplio márgen de seguridad que da el contenido natural de nutrimentos del
suelo, permite usar confiadamente el concepto de fertilización modular de cafetales, a
fin de lograr importantes reducciones de los costos de producción de café en el pais.
78
TABLA 4.23 Clima y suelo en Fresno (Hda. Soacol), Tolima y en Gigante
(Sub-estación), Huila
CLIMA SUELO
79
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85
CONDICIONES FÍSICO-QUÍMICAS DE SUELOS APTOS PARA CAFÉ*
* Según Valencia y Carrillo (1990)
Debe conservarse entre los valores 5 y
5,5% ± 0,1; por debajo de 4,9 puede apli-
pH (unidades) carse cal, pero no cuando el pH está por
4,0 4,5 4,9 5,0 5,5 5,6 6,0 6,5 encima de 5,6.
86
5
El nitrato de
potasio
(KNO3) en la
producción
de café
99
Efecto de diferentes concentraciones
y frecuencias de aspersión
con nitrato de potasio
en la producción de café*
Hernán Caro Londoño**
5.1 INTRODUCCIÓN
89
ren potasio. Más de 60 enzimas necesitan potasio como activador. Entre las enzimas
activadas están: la nitrato-reductasa, sintetasa del almidón, acetil-COA. Por vía
enzimática hay síntesis de compuestos polimerizados (proteínas, almidón) (Prevel,
1981; Carvajal, 1984; Beringer, 1980).
El potasio es requerido para la sintetasa del almidón, enzima clave que controla la
tasa de incorporacion de la glucosa en la larga cadena de la molécula del almidón. La
conversión de azúcar soluble en almidón es una etapa vital en el proceso de llenado del
grano (Tisdale, Nelson y Beaton, 1985).
Una función del potasio es regular la entrada de dióxido de carbono (CO2) en las
plantas a través de los estomas, diminutos poros en el envés de las hojas, cuya función
de abrirse y cerrarse es regulada por el suplemento de K. Las células guardianas a
cada lado del estoma acumulan grandes cantidades de K si el suplemento es adecuado,
forzándolo a que se abra. En plantas bien provistas de K se incrementa el número y
tamaño de estomas por unidad de área facilitando de esta manera el intercambio de
CO2 y oxígeno (O2) del tejido de la hoja. La regulación en la apertura y cerrado de los
estomas ejerce efecto en la tasa de transpiración, evitándose pérdidas innecesarias de
agua en la transpiración. (Instituto de la potasa y el fósforo, 1991; Kurmar, Tesha y
Akunda, 1982).
Otra función básica del K es la de facilitar el rápido flujo de los productos de fotosín-
tesis dentro de la planta (floema), promoviendo de esta manera el almacenamiento de
estos compuestos en órganos como las semillas tubérculos y frutas. La tasa del trans-
porte de agua y nutrientes en el interior de tejidos conductores (xilema) se incrementa
con un alto suplemento de K (Instituto de la Potasa y el fósforo, 1988).
El potasio interacciona postivamente con el nitrógeno; la absorción de K aumenta
cuando el contenido de N en el suelo es más alto. La absorción y transporte del K hacia
hojas jóvenes es favorecido en las plantas por el suministro de N.
Teóricamente un suministro apropiado de K más NO3, a través de las hojas, median-
te aspersiones de nitrato de potasio (KNO3), podrá estimular el movimiento de K+ y
NO3- desde las hojas hasta la raíz y y viceversa (Bareket, 1979).
Benzoni, et al (1971) y Frost, et al (1978) comprobaron el efecto positivo del K en la
absorción del NO3. El modelo sugiere que los NO3 y el ión acompañante K+, entran en la
raíz y se desplazan hacia los brotes donde la nitratoreductasa convierte el NO3 en NH4
y se produce malato al mismo tiempo. Parte de ese malato se mueve a la raíz como
malato de potasio, ocurre descarboxilación, se forma bicarbonato que intercambia con
el NO3 en la absorción, el bicarbonato libera al medio el nutriente y el potasio lleva
hacia arriba el N03.
Muchos investigadores han señalado una relación entre el K y el metabolismo del N
en la planta. Aspectos básicos del metabolismo del N incluyendo la absorción y reduc-
ción del NO3, son afectados por la presencia de K (Murphy, 1980; Kurmar, Tesha y
Akunda, 1982).
La aplicación de K conjuntamente con el N aumenta la conductancia de los estomas,
al tiempo que se incrementa la tasa de asimilación del carbono. El hecho queda refle-
jado en ensayos de producción del cultivo donde el K junto con el N incrementaba
ligeramente el peso del café puro. La nutrición potásica del cafeto se potencia con la
90
adición de N (Kurmar, Tesha y Akunda, 1982; Instituto de la Potasa y el fósforo, 1991).
Guerrero (1989) anota que tanto el N como el K pueden ser fácilmente absorbidos
por las hojas y transportados hacia los sitios de crecimiento activo tales como hojas
nuevas, frutos jóvenes, ramas en crecimiento y meristemas apicales.
El efecto estimulante del potasio sobre la fotosíntesis, carga y transporte del floema,
así como la síntesis de sustancias de alta carga molecular (celulosa, lípidos, proteí-
nas), dentro de los órganos de almacenamiento, están basados en la asociación del
potasio con el estado energético de la planta (Beringer, 1980).
En la fase reproductiva de los cultivos hay baja absorción de K del suelo debido a la
distribución de la energía química, principalmente por medio de la sacarosa, que en
estado reproductivo es traslocada desde las hojas, vástagos y raíces hasta los órganos
de almacenaje como los frutos. En esta etapa las raíces tienen poco nivel energético y,
por tanto, bajo índice de absorción de K (Mengel, 1985).
Al aplicar KNO3 sobre el follaje, éste penetra en pocos minutos a los espacios
extracelulares del limbo foliar y allí queda protegido de los períodos de lluvia. Luego se
va asimilando en un período de 1 a 4 días y se reparte por toda la planta vía floema
cumpliendo sus múltiples funciones nutritivas y estabilizadoras del balance nutricional
(Coljap, 1978).
En prefloración y maduración de la cosecha la planta absorbe más potasio. Antes de
floración son necesarias altas aplicaciones de K para obtener beneficio de las aplica-
ciones de N (Cooil et al, 1958; Carvajal, 1984). El KNO3 es el mejor portador de NO3,
por cuanto su asimilación y traslocación por vía foliar es más efectiva en presencia de
potasio (Adams y Attwill, 1982).
El aprovechamiento del potasio por el café vía foliar se estudió en Brasil y se com-
probó la bondad de distintas fuentes de potasio como: KNO3, K2SO4, KCl. No se presen-
tó daño foliar en ningún tratamiento y de acuerdo a los resultados se recomienda
aplicar 4,5 g de K2O por planta (Menard, 1961).
En Colombia se han realizado varios ensayos de investigación con diferentes canti-
dades y fuentes de K aplicadas edáficamente. Machado (1958) en ensayos de fertilizacidn
de café con K concluyó que había deficiencia de K en seis localidades y recomendó
aplicar entre 250 y 500 g de K2SO4 por árbol. Ensayos realizados por Uribe y Mestre
(1976) en ocho lugares de la zona cafetera, encontraron respuesta al K en cinco sitios.
En suelos con K intercambiable mayor de 0,35 me/100 g de suelo la probabilidad de
respuesta del cafeto al K es muy baja (menor del 5%). López (1968) en ensayos de
campo encontró que la aplicacion de 400 g de K2O, en forma de cloruro, mostraba
síntomas visibles de toxicidad y concentraciones elevadas de cloro en las hojas, supe-
riores a 2,875 ppm.
91
TABLA 5.1 Localización y características climáticas de los campos experimentales
Los cerezos franco 5,0 3,8 20,5 1,10 4,0 1,4 0,5
arcillosa
La Ínsula franco 5,1 8,0 25,0 0,29 1,7 0,3 0,6
arcillosa
El Recreo franco 5,6 5,5 10,0 0,25 9,6 2,6 -
arcillosa
92
nes foliares con KNO3 al 4% cada 30 días (T3); dos aplicaciones foliares con KNO3 al
6% cada 30 días (T4). La fertilización edáfica en la finca La Ínsula para todos los
tratamientos fue uniforme: una primera fertilización con úrea mas cloruro de potasio,
proporción 2:1, 80 g por árbol, una segunda fertilización con una mezcla de úrea, más
fosfato de amonio, más cloruro de potasio en relación 2:1:2, 80 g por árbol más 30 g de
óxido de magnesio.
La fertilización edáfica en la finca El Recreo para todos los tratamientos fue unifor-
me: una primera fertilización con úrea más cloruro de potasio, en relación 4 a 3 y en
cantidad de 120 g/árbol, una segunda fertilización con abono grado 17-6-18 en canti-
dad de 130 g/árbol.
El volumen de agua empleado en cada aspersión fue de 300 l por hectárea. Las
aplicaciones foliares con KNO3 se iniciaron a partir de la semana 12 de desarrollo del
grano y de acuerdo a la época de floración principal.
La producción se midió en gramos de café cereza por parcela. Para la presentación
de los resultados los datos se transformaron a gramos de café pergamino seco por
parcela y arrobas por hectárea de café pergamino seco y se sometieron a los análisis
que corresponden al diseño experimental usado mediante el paquete estadístico SAS.
Los experimentos, en cada sitio, tuvieron una duración de dos años y se tomaron
datos e información de dos cosechas.
5.4 RESULTADOS
Los datos se presentan de acuerdo a los lugares donde se realizaron los ensayos expe-
rimentales. Para cada lugar se presentan los resultados correspondientes a las cose-
chas anuales.
Finca Los Cerezos: los resultados obtenidos en este lugar se presentan en la Tabla
5.3. Efectuado el análisis estadístico se estableció diferencia significativa en el efecto
promedio de los tratamientos 3 y 4 (mayores dosis de fertilizante edáfico),. con rela-
ción al tratamiento 1. No se determinó diferencia significativa entre los tratamientos
con aplicación foliar y sin aplicación foliar; sin embargo, se observa que en los trata-
mientos donde se hizo aplicación del KNO3 foliar, se presentó un mayor incremento en
la producción.
93
TABLA 5.4 Efecto de diferentes modalidades de aspersión foliar sobre la producción
de café (arrobas de café pergamino seco por hectárea año) - El Recreo
Finca El Recreo: los resultados en este lugar se presentan en la Tabla 5.4. Efectua-
do el análisis estadístico no se estableció diferencia significativa en el efecto promedio
de los tratamientos en los resultads de la produccion de café, en la finca El Recreo, en
los años 1991 y 1992. Se observó, sin embargo, que la aplicación foliar con KNO3
incrementa la producción en los diferentes tratamientos.
En el año 1991 se obtuvo una gran diferencia entre el testigo y la aplicación de KNO3
al 2% cada 15 días, y en el año de 1992 el mayor incremento se obtuvo con la aplica-
ción de KNO3 al 4% cada 30 días.
Finca La Ínsula: los resultados obtenidos en este lugar se presentan en la Tabla 5.5.
En la primera cosecha hubo diferencia significativa entre el tercero y primer trata-
miento. Los tratamientos 2 y 4 aumentaron la producción con relación al testigo sin
aspersión foliar. En el tratamiento 4 se presentó decrecimiento en la producción.
En la segunda cosecha no hubo diferencia significativa entre los tratamientos. Se
presentaron incrementos en la producción de los tratamientos 2 y 4 con relación al
testigo y hubo una disminución en la producción del tratamiento 3 con relación al
testigo.
94
5.5 DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Los resultados obtenidos en los tres sitios experimentales muestran que la aplicación
foliar de KNO3 tiende a incrementar la producción del café.
En la finca Los Cerezos con dosis diferentes de abono edáfico, la aplicación foliar
incrementó la producción en los dos años del ensayo. La diferencia fue significativa
entre los tratamientos con mayor dosis de fertilizante edáfico y el testigo con una
menor dosis edáfica y sin aspersión foliar.
En la finca El Recreo no se presentaron diferencias significativas pero se obtuvieron
incrementos en la producción cuando se aplicó foliarmente el KNO3 en las diferentes
concentraciones. En la primera cosecha hubo un incremento notable con la aplicación
foliar de KNO3 al 2%. En la segunda cosecha se presentó un decrecimiento en la pro-
ducción con el mismo tratamiento, pero se obtuvo el mayor rendimiento en este ciclo
con la aplicacidn foliar de KNO3 al 4%. Las aspersiones foliares de KNO3 al 6% origina-
ron un decrecimiento en la producción, con relación a las concentraciones menores.
En la finca La Ínsula, en el primer ciclo, se encontraron diferencias significativas
entre la aplicación foliar de KNO3 al 4% y el tratamiento donde no se hizo aplicación
foliar. Se presentó un caso especial de decrecimiento en la producción en la siguiente
cosecha con igual aplicación foliar de KNO3. Las aplicaciones foliares de KNO3 siempre
incrementaron la producción del café; se exceptúan el caso antes mencionado y la
aplicación de mayor concentración de KNO3, donde se presentó disminución con rela-
ción a los tratamientos donde se utilizó una dosis foliar más baja de KNO3.
Al analizar los diferentes ensayos se observa que la época de aplicación es un factor
esencial en la obtención de incrementos en la producción. En la semana 6 a 16, des-
pués de la floración, los frutos aumentan en volumen y en peso principalmente en lo
relativo al pericarpio. En este período hay una rápida expansión celular y los frutos
alcanzan un alto contenido de agua (80-85%) (Canell, 1972).
Las aplicaciones foliares de KNO3 en la fase reproductiva del café fueron benéficas
para el cultivo. En ésta época las raíces tienen poco status energético y bajo índice de
absorción del postasio (Mengel, 1985). Los requerimientos de nitrógeno y potasio au-
mentan rápidamente a medida que los frutos alcanzan su mayor desarrollo, la planta
no está en capacidad de extraer esos nutrientes para el desarrollo de sus frutos, sien-
do necesario suministrarlos a través de su sistema foliar, satisfaciendo así sus reque-
rimientos.
Las mejores concentraciones de KNO3, de acuerdo a los resultados, oscilan entre 2
y 4% y la mejor frecuencia: seis aplicaciones foliares de KNO3 al 2% y tres aplicaciones
foliares de KNO3 al 4%. La aplicación foliar de KNO3 al 6% no sería rentable, pues
disminuye la producción con relación a otras concentraciones. El decrecimiento en la
producción en algunos tratamientos, en diferente cosecha, podría explicarse, en parte,
por la disminución individual en rendimiento de algunas plantas de café. Las variacio-
nes climáticas, sequías por largos veranos y desuniformidad en la distribución de llu-
vias originan cambios productivos entre los diferentes ciclos.
La experimentación foliar con KNO3 en cultivo de café no está concluída y de acuer-
do a las observaciones y análisis realizados debería prolongarse a través del tiempo,
95
ensayando otras concentraciones, frecuencias y épocas de aplicación y pretendiendo
eliminar factores poco controlables como la variación genética en una plantación esta-
blecida, para lo cual podría incrementarse el número de plantas por parcela efectiva.
Bibliografía
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97
6
Caña
panelera
111
Fertilización de la caña panelera
Rodrigo Muñoz Araque*
La caña (Saccharum officinarum L.) es una gramínea con alta eficiencia fotosintética
en el trópico. En un medio ecológico apropiado, con buena tecnología, existen varieda-
des que producen entre 150 y 250 toneladas de caña por hectárea, con contenidos en
sacarosa entre 16% y 18%, para rendimientos de panela por hectárea entre 15 y 20
toneladas. Un medio ecológico apropiado es aquel en que las condiciones físicas, quí-
micas y biológicas del suelo y las climáticas permiten un desarrollo vegetativo normal
para una variedad de caña. En la Tabla 6.1 se indican varias condiciones ecofisiológicas
adecuadas o limitantes para caña sembrada entre los 800 y 1.600 metros sobre el
nivel del mar.
100
TABLA 6.1 Condiciones ecofisiológicas para el cultivo de la caña panelera
en la zona andina colombiana
Criterios Condición
Adecuada Limitante
101
Síntoma Deficiencia
Para su normal crecimiento y desarrollo, la caña extrae del suelo cantidades altas de
nutrimentos especialmente potasio, calcio, nitrógeno, magnesio y fósforo. Las canti-
dades extraídas varían dentro de límites amplios dependiendo de la variedad cultivada,
el estado de fertilidad del suelo, la edad de la caña en la época de corte y de las
condiciones ambientales en general. Algunos datos así lo confirman.
102
K2O
40
30
Nutrientes (gramos)
20
10 CaO
P2O5
0
10 20 30 40
Semanas
FIGURA 6.2 Gramos de nutrientes removidos por una cepa entera de caña de azúcar
durante la primera etapa de crecimiento
Fuente: Van Dillewijn
50 K2O
40
Nutrientes (gramos)
30
N
20 CaO
10
P2O5
0
10 20
Semanas
FIGURA 6.3 Gramos de nutrientes removidos por una cepa entera de caña de azúcar
durante su período vegetativo
Fuente: Van Dillewijn
103
6.4 RESPUESTA DE LA CAÑA PANELERA A LA FERTILIZACIÓN
6.4.1 Nitrógeno
El N que se encuentra en el suelo proviene del aire por medio de la fijación simbiótica,
asimbiótica y de las descargas eléctricas que enriquecen las aguas lluvias con nitra-
tos; también de la mineralización de la materia orgánica y de los fertilizantes agrega-
dos portadores de este nutrimento. Los suelos colombianos donde se cultiva caña
panelera muestran, en general, contenidos bajos a medios en materia orgánica (Tabla
6.1) y en consecuencia dan respuesta a los fertilizantes nitrogenados. En varias loca-
lidades representativas de estos suelos se realizaron estudios sobre fertilización de
caña en los departamentos de Antioquia y Santander. Se observa en los datos (Tabla
6.2), en promedio, respuesta hasta la dosis de 150 kg de N/ha en estos suelos con
contenidos menores de 6,4 por ciento de materia orgánica. En los experimentos hubo
incrementos en el rendimiento, a razón de 28 kilogramos de panela por kilogramo de
nitrógeno aplicado, cuando se adicionaron hasta 100 kg de N/ha, en forma de úrea
comercial.
En los tratamientos donde las cañas estuvieron bien abastecidas de nitrógeno se
presentó un alto macollamiento, cañas con entrenudos largos, jugos de buena calidad
y contenidos de sacarosa entre 16 y 20 por ciento.
Los investigadores Stanford y Ayres (1964), Samuels y Alers (1963-1964), Wood (1962),
Mohan y Narasimham (1956) están de acuerdo en que el suministro adecuado de
104
nitrógeno a caña, a una edad temprana, produce aumentos en el macollamiento, en el
contenido de sacarosa de los jugos y en los rendimientos. Aplicaciones tardías y/o
dosis excesivas de nitrógeno dan jugos de mala calidad, reducen el contenido de
sacarosa, aumentan el volcamiento y se producen cañas más susceptibles al ataque de
plagas y enfermedades.
En las variedades de caña sensibles al N, las aplicaciones de dosis adecuadas de
este elemento al suelo se deben hacer en edades tempranas, inferiores a los cuatro
meses, ya que son las mejores desde el punto de vista de pureza de los jugos y los
rendimientos. Cuando se retarda la adición de nitrógeno, más allá de los cuatro meses,
puede ocurrir un retraso en el crecimiento de la caña a tal extremo que no puede
recuperarse y alcanzar las producciones obtenidas con adiciones oportunas de
nitrógeno. Además ocurren los problemas inherentes a la aplicación tardía.
En Antioquia, en suelos de clima medio, ubicados entre 1.500 y 1.600 metros de
altura sobre el nivel del mar, se hicieron tres experimentos sobre épocas de aplicación
de nitrógeno, en forma de úrea, utilizando las dosis de 75 y 150 kg/ha, en suelos con
contenidos de materia orgánica entre 3,4 y 5,7 por ciento. Los resultados indicados en
la Tabla 6.3 muestran que las aplicaciones totales de 75 y 150 kg de N/ha a la siembra,
o cuatro meses después, dan rendimientos de caña, panela y concentración de sacarosa
altas e iguales o superiores a las aplicaciones fraccionadas en los primeros cuatro
meses del período vegetativo. Al comparar los resultados obtenidos con las aplicacio-
nes tardías, totales o fraccionadas, a los ocho meses de la siembra o el corte, con las
equivalentes tempranas, en los primeros cuatro meses, se nota que las aplicaciones
tardías tienden a disminuir las toneladas de caña por hectárea (TPH), las cargas de
panela por hectárea (CPH) y la concentración de sacarosa. La reducción fué más acen-
tuada en las cargas de panela por hectárea que en las toneladas de caña por hectárea
y en la concentración de sacarosa.
Los datos de la Tabla 6.3 muestran también que se puede dividir la aplicación de
0 - - - 86 27
75 (1) - - 110 72
75 - (1) - 124 144
75 - - (1) 139 60
150 (1) - - 160 134
150 - (1) - 147 97
150 - - (1) 128 55
150 (1/2) (1/2) - 154 112
150 (1/2) - (1/2) 147 65
150 - (1/2) (1/2) 139 83
150 (1/3) (1/3) (1/3) 123 137
105
nitrógeno, en partes iguales a la siembra y a los cuatro meses de edad, con excelentes
resultados en rendimiento de caña y panela.
Solubilidad
Nombre % otros a 20°C Índice1
comercial Fórmula % de N nutrimentos en agua acidez
106
TABLA 6.4 Efecto de fuentes de nitrógeno en la producción de caña panelera
en Antioquia
0 - 86 27
150 Sulfato amonio 154 124
150 Nitrato amonio 141 60
150 Úrea 140 112
15.000 Gallinaza 131 32
adicionaron 150 kg de N/ha, en cada una de las tres fuentes utilizadas. Sin embargo, la
más eficiente fue el sulfato de amonio, en segundo lugar la úrea y en tercer lugar el
nitrato de amonio. La gallinaza en dosis alta utilizada, también fue un buen abono
orgánico para producir panela, especialmente en los suelos residuales o de ladera.
6.4.4 Fósforo
107
respuestas positivas con incrementos altos en los rendimientos de panela, cuando se
adiciona P en forma de superfosfato triple (Tabla 6.5 y Figura 6.4). Tomando en consi-
deración 19 localidades en los departamentos de Antioquia y Santander (Tabla 6.5 ) se
obtuvo un incremento equivalente a 48,3 kilogramos de panela por cada kilogramo de
P2O5 aplicado, en un rango de exploración entre 0 y 300 kg P2O5/ha, con un promedio
de 141 kg de P2O5/ha, en la plantilla y dos a tres socas subsiguientes.
Teniendo en cuenta los costos del fertilizante y el valor del precio de la panela en
1993 se obtiene, para el caso que se viene analizando, una eficiencia económica de 86
pesos de ganancia por cada peso invertido en fertilizante, en un período de 14 meses
que dura el cultivo aproximadamente, lo cual equivale a un interés del 6,1% mensual.
En aquellos suelos con contenidos de P entre 13,6 y 24,8 ppm (Bray II) también se
produjo un incremento en la producción pero relativamente menor y equivalente a 18,4
kilogramos de panela por kilogramo de P2O5 aplicado, con apenas un interés de 1,64%
mensual.
CPH = Cargas de panela por hectárea. Valor estinado en base a Brix-toneladas de caña por hectárea y porcentaje de extracción.
108
15,0 SFT
14,5
•
RFH
*
Toneladas de panela por hectárea
14,0
13,5
13,0 *
*
12,5
*
12,0 *
11,5
11,0
10,5
10,0
45 90 135
kg/ha de P2O5
En los fertilizantes fosfóricos existen fuentes solubles en agua y/o en citratos, con P en
forma de fosfato monocálcico —Ca(H2PO4)2— en superfosfato triple, superfosfato simple
y Escorias Thomas. Otras fuentes de P de muy lenta solubilidad, generalmente en
forma de fosfatos tricálcicos —Ca10(PO4)6(OH,F2)—, son las rocas fosfóricas. Estas
para su uso en la agricultura, se muelen finamente y aplicadas en suelos ácidos van
liberando muy lentamente el P a la solución.
En general, las fuentes de P soluble en agua y/o citratos se recomienda aplicarlas
en toda clase de cultivos agrícolas; las no solubles únicamente en plantas de período
vegetativo largo o perenne, teniendo en cuenta ciertas características específicas en
los suelos.
109
TABLA 6.6 Efecto de la aplicación de P como superfosfato triple (SFT), Escorias
Thomas (ET) y Roca Fosfórica del Huila (RFH) en la producción
de caña panelera en Colombia
Localidad P (ppm) CPH Mejor dosis P2O5 CPH con la mejor dosis
Bray II Sin P kg/ha de P2O5/ha como:
SFT RFH ET SFT RFH ET
6.4.6 Potasio
110
TABLA 6.7 Respuesta de la caña panelera a la aplicación de potasio
en suelos de Colombia
Rendimiento (CPH)
Localidad Contenido de K Rendimiento (CPH) Mejor dosis con mejor dosis
Departamento me/100 g sin K de K2O kg/ha de K2O/ha
La caña es una planta que extrae del suelo grandes cantidades de K. Su aplicación
ha resultado ser indispensable para obtener altos rendimientos en aquellos suelos con
contenidos menores de 0,32 me/100 g (Tabla 6.7). En estas condiciones de fertilidad
se logran altos incrementos en los rendimientos, equivalentes a 35,7 kilogramos de
panela por cada kilogramo de K2O adicionado, en el rango de 30 a 225 kg de K2O/ha.
Estos resultados justifican ampliamente el uso de los fertilizantes con potasio, des-
de el punto de vista económico, ya que se produce una relación beneficio/costo muy
favorable de 35,1/1,0. Es decir, por cada peso invertido se gana el agricultor 35,1
pesos en un período de tiempo de 14 meses que dura el cultivo entre siembra y cose-
cha.
111
TABLA 6.8 Efecto de fuentes y dosis de Mg en el rendimiento de caña panelera
en Antioquia
variedad POJ 28-78, para evaluar el efecto del sulfato de magnesio, grado agrícola
(MgSO47H20) y de la cal dolomítica (CaCO3 y MgCO3), en la producción. En general, se
nota buena respuesta a la cal dolomítica en la dosis de 500 kg/ha, aplicada a la plan-
tilla o inmediatamente después del corte, en aquellos suelos con pH 5,2 y contenido de
Mg-intercambiable menor de 1,0 me/100 g.
En igual forma el sulfato de magnesio grado agrícola fue muy eficiente en el rendi-
miento, cuando en los suelos ácidos el contenido de Mg-intercambiable osciló entre
0,68 y 1,13 me/100 g de suelo (Tabla 6.8).
112
TABLA 6.10 Efecto de los elementos menores Zn, Cu, Mn, Mo y secundarios en el
rendimiento de caña panelera en Antioquia
bórax comercial (10,3% de B2O3) es apreciable. Con esta dosis se logra un incremento
de 209 kg de panela por cada kilogramo de bórax aplicado, lo cual económicamente es
ampliamente aceptable (Tabla 6.9).
En relación con las aplicaciones de zinc, cobre y manganeso se han obtenido resul-
tados positivos, con altos incrementos en los rendimientos, cuando su contenido en el
suelo es menor de 2,5 ppm de Zn, 3,0 ppm de Cu y 32,8 ppm de Mn. En este orden, las
adiciones de 30 kg/ha de ZnSO4, 60 kg/ha de CuSO4 y 60 kg/ha de MnS04 han resultado
ser las mejores (Tabla 6.10). En los tres suelos considerados, Farallones (Bolívar),
Japón y Departamento (Vegachí), la adición de 1,0 kilogramo de molibdato de amonio
por hectárea provocó un incremento en la producción de 1.300 kilogramos de panela
(Tabla 6.10).
Un alto porcentaje de las tierras cultivadas con caña panelera en Colombia necesitan
la adición de N,P,K, cal y elementos menores para producir altos rendimientos de caña
y panela de buena calidad. En la Tabla 6.11 se indican las condiciones generales de
suelo y las dosis más adecuadas de fertilizantes a base de nitrógeno, fósforo y potasio.
En la Tabla 6.12, igualmente, se muestran las condiciones de acidez de calcio y/o
magnesio que justifican el encalamiento en caña panelera.
113
Finalmente, y aunque la investigación con elementos secundarios y menores es muy
incipiente, se dan algunas recomendaciones generales que pueden servir de guía de
fertilización (Tabla 6.13).
Nota: La cal se aplica en banda en la siembra y después de cada corte, por 3-4 cosechas. Al cabo de dicho tiempo se realiza un nuevo análisis de suelos
para hacer los ajustes del caso.
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MUÑOZ, A.R. y MOLINA, L.M. 1979. Evaluación de la fertilidad de los suelos cultivados
con caña para panela en Colombia. En ICA, Programa Nacional de Suelos. Informe
de Progreso año 1978. Centro experimental Tibaitatá.
115
TABLA 6.14 Guía general para la fertilización NUTRIMON de caña panelera
en zonas de ladera en Colombia1
Época de aplicación
Plan A la siembra o 30 a 120 días después
de después de cada corte de la siembra o corte
Zona fertilización Fertilizante y dosis (bultos/ha)*
15-15-15 25-15-0 ó úrea****
A
Clima medio 10 3a5ó2a3
de las 13-26-6 Sulfato de amonio
B**
Cordilleras 8 a 10 4
Central y Oriental2 15-15-15
C***
10 a 12
15-15-15 25-15-0 ó úrea****
A
Clima medio 8 a 10 3a5ó2a3
de la 13-26-6 Sulfato de amonio
B**
Cordillera 6a8 4
Occidental 15-15-15
C***
10 a 12
15-15-15 25-15-0 ó úrea****
A
Vertiente Oriental 10 3a5ó2a3
de la 13-26-6 Sulfato de amonio
B**
Cordillera 6a8 4
Oriental 15-15-15
C***
10 a 12
1. La formulación del plan de fertilización apropiado en cada caso debe ser hecha por un Ingeniero Agrónomo de Asistencia Técnica.
2. En suelos cuyo pH sea menor de 5,5 debe aplicarse en la siembra en el fondo del surco una fuente de cal o calfos.
* EI fertilizante compuesto debe apIicarse en el fondo del surco en el caso de caña plantilla y sobre el surco en caña soca.
** Plan recomendado para suelos con moderada o alta disponibilidad de potasio.
*** Plan recomendado para suelos con moderada o alta disponibilidad de fósforo y potasio.
****Podrá aplicarse sulfato de amonio en lugar de úrea en cada caso, cuando el pH sea superior a 5,5 y/o cuando el S-disponible
(Ca(H2PO4)2•0008M) sea inferior a 10 ppm.
116
7
Cítricos
131
Nutrición y fertilización de los cítricos
E. Malavolta*
7.1 INTRODUCCIÓN
Siempre que la necesidad sea mayor que el suministro por el suelo hay que aplicar
fertilizantes. Todavía no es suficiente aplicar solamente la cantidad de nutriente igual
a la diferencia, porque no se logra un aprovechamiento de ciento por ciento del fertili-
zante, debido a las pérdidas que ocurren. Hay distintas pérdidas:
– volatización: es el caso del nitrógeno de la úrea en los suelos en general y del amoníaco
en los alcalinos; lo mismo ocurre con el azufre aunque en menor grado;
– lixiviación: ocurre con el nitrógeno, con el potasio en suelos livianos y con el boro;
– fijación: tiene lugar particularmente en el caso del fósforo y de micronutrientes
como el cobre, hierro, manganeso y zinc;
– erosión: lleva cualquier elemento hacia ríos, lagos y mares. Por este motivo aparece
en la ecuación el factor f, que es mayor que 1, y tiene como objetivo compensar las
pérdidas que tienen lugar.
En el caso de cultivos perennes, como son los cítricos, hay dos tipos de necesidades
que se deben considerar y satisfacer: las totales, que se refieren al contenido de macro
y micronutrientes en la planta entera, desde las raíces hasta los frutos; las necesida-
des anuales significan la demanda de los elementos nutritivos en función de lo que
pasa con la planta durante el año; es decir, vegetación y crecimiento, floración,
frutificación, crecimiento de los frutos y su maduración.
* Centro de Energía Nuclear na Agricultura
Universidad de São Paulo
13400-970 Piracicaba, São Paulo, Brasil
Frutos
(2 cajas de 40,8 kg)
N -170 g
P - 16
K -136
Hojas
N -102 g
P - 3
K - 18
Ramos + tallo
N -167 g
P - 4
K - 43
Raíces
N - 33 g
P - 2
K - 20
119
TABLA 7.1 Cantidades de macronutrientes secundarios y micronutrientes
en un árbol de naranja produciendo 2 x 40,8 kg de frutos
Gramos
Ca 50 351 260 44
Mg 2 8 18 12
S 2 6 10 12
Miligramos
B 36 166 169 232
Cu 237 170 30 184
Fe 9.700 3.539 843 744
Mn 460 220 206 144
Zn 128 124 68 84
la cuarta parte de N y mitad del total de P y K. Entre los micronutrientes las necesida-
des mayores son las de hierro.
La Tabla 7.2 muestra las cantidades de macro y micronutrientes “exportados” por
tonelada de fruta fresca. Se puede observar que las siguientes órdenes decrecientes
son obedecidas:
Gramos
N 999 - 2.434 1.906
P 148 - 214 173
K 972 - 1.986 1.513
Ca 438 - 644 526
Mg 99 - 152 127
S 74 - 300 137
B 0,5 - 2,9 2,2
Cl 16 - 39 25
Cu 0,3 - 4,1 1,2
Fe 2,1 - 17 6,6
Mn 0, 4 - 13 2, 8
Zn 0,7 - 1,4 0,9
Na 19 - 96 43
Miligramos
Co 1 - 11 13
Mo 4 - 40 8
* Bataglia, et al (1977)
Variedades: Naranjas - Pera, Baianinha, Hamlin, Natal, Valencia
Grape fruit
Lima ácida - Taití
Mandarinas - Murcott
Cravo
120
macronutrientes: N > K > Ca > P > S > Mg
micronutrientes: Cl > Fe > Mn = B > Cu > Co > Mo
N - 1.906 x 40 = 76 kg
P2O5- 173 x 2,3 x 40 = 16 kg
K2O - 1.513 x 1,3 x 40 = 78 kg
Nota: Los factores 2,3 y 1,3 son utilizados para convertir, respectivamente P en P2O5, y K en K2O
En el curso del año agrícola, es decir, durante las distintas fases por las cuales pasa
el cultivo, la demanda de nutrientes cambia como se puede ver en la Tabla 7.3 la cual
brinda algunas informaciones respecto a épocas para suministrar fertilizantes: el P,
que es fijado en el suelo, tiene que estar presente en prefloración y se puede aplicar
sin fraccionar la dosis total, de una sola vez; las necesidades de N y K se distribuyen
más uniformemente a lo largo del año y, como pueden ser lixiviados, deben aplicarse
en dos o tres fracciones (generalmente 3 en siembra sin riego). Sin embargo, cuando
dentro del año se considera la demanda para los nuevos órganos, sean vegetativos
(yemas, ramos, raíces, hojas), sean reproductivos (flores y frutos), parte de la misma
es satisfecha gracias a la movilización de reservas previamente acumuladas. Es lo que
enseña la Figura 7.2: en plantas en plena producción, de doce años, por ejemplo, un
tercio de las necesidades de N y de K son suplidas por la movilización, mientras que en
el caso del P, solamente un décimo.
Bajo un punto de vista práctico, la Tabla 7.4 presenta un resumen de las principales
funciones de los elementos en la vida de los cítricos y en el proceso de formación de la
cosecha. Aunque el nitrógeno es considerado el elemento “clave”, hay que tener pre-
sente que todos los elementos son igualmente importantes. O mejor dicho: el creci-
miento o la producción pueden ser limitadas tanto por la falta de N, K o Ca, como por
la deficiencia de Mo que, entre los elementos de la tabla, es necesario en menor can-
tidad.
Evaluar el estado nutricional quiere decir hacer una comparación entre muestra y
patrón.
121
2 años
0 2 4 6 8 10 gramos/año
Reserva
N
Total
6 años
Reserva
N
Total
12 años
Reserva
N
Total
122
TABLA 7.4 Funciones de los elementos nutritivos
Elemento Función
menos de 17 tons/ha. En Florida y en California es por lo menos 2-3 veces más alta.
Así, un huerto que produzca un promedio de 40 toneladas/ha (sin riego), o aún más,
puede ser considerado como “normal”. Mayores detalles pueden encontrarse en
Malavolta, et al (1989).
Los principales métodos utilizados son: diagnóstico visual, diagnóstico foliar y diag-
nóstico bioquímico.
El diagnóstico visual está basado en el hecho que la deficiencia o exceso de un
determinado elemento causa manifestaciones externas en la hoja, fruto u otros órga-
nos, suficientemente específico para permitir la identificación del nutriente en cues-
tión. La Tabla 7.5 presenta un resumen de los principales síntomas de deficiencia y
exceso. El trabajo de Chapman (1968) contiene mayores informaciones.
En el diagnóstico foliar la planta misma funciona como solución extractora de los
elementos disponibles en el suelo. Es decir: cuanto mayor la cantidad de un elemento
disponible en el suelo mayor su contenido en la planta y vice versa.
No es necesario analizar la planta entera para evaluar su estado nutricional. Es
suficiente, en general, analizar la hoja recién madura, pues la hoja es el órgano que
mejor refleja el estado nutricional de la planta. Hay dos aplicaciones principales en el
uso del diagnóstico foliar: la evaluación del estado nutricional y la determinación de la
123
TABLA 7.5 Principales síntomas de deficiencia y exceso y sus causas
en los cultivos de cítricos
Nitrógeno Deficiencia: falta vigor, retraso crecimiento, Poca materia órganica, acidez.
brotaciones cortas, amarillamiento y caída Exceso lluvia.
prematura hojas. Floración abundante, escaso Falta en la fertilización.
cuajado. Frutos pequeños con corteza muy fina
y buena calidad.
Fósforo Deficiencia: hojas más viejas sin brillo, color Pobreza en el suelo, acidez o
gris o bronceado, después necrosis en las alcalinidad, falta en la
puntas y márgenes, con caída prematura; fertilización.
frutos más bastos piel rugosa, muy ácidos y
más vitamina C; eje central hueco.
124
TABLA 7.5 Continuación
Boro Deficiencia: hojas nuevas color verde sin brillo. Vease nitrógeno. Exceso cal.
Hojas pueden tener formas raras. Frutos con Exceso N.
goma en el albedo, cerca del eje y de las
semillas. Muy poco jugo. Frutos nuevos duros.
Corcho en los nervios.
125
dosis de fertilizante, o ajustes en el programa de fertilización. Hay que poner mucha
atención al muestreo bajo distintos puntos de vista:
a) Época: hojas de la brotación de la primavera con 4-6 meses de edad (Koo, et al,
1985) o 6-8 meses (Paredes & Primo Millo, 1989), o 6 meses (Sánches, et al, 1994);
en el Hemisferio Sur esto corresponde a los meses de febrero-abril;
b) Hoja: en brotes no fructíferos (Koo, et al, 1985); (Paredes & Primo Millo, 1988) en
brotes fructíferos (Sánches, et al, 1994), frutos con 2-4 cm de diámetro, tercera o
cuarta hoja después del fruto (véase Figura 7.3);
c) Número: mínimo de 20 plantas, huertos con menos y hasta 10 ha, 100 hojas en total
(Koo, et al, 1985); huertos uniformes (suelo y planta) con hasta 50 ha, mínimo 25
plantas, 4 hojas/planta, una por una por cada punto cardinal (Norte, Sur, Este, Oes-
te), ramas a media altura de la planta.
La Tabla 7.6 muestra cómo varía durante el año la composición de las hojas en
huertos de Brasil con alta productividad. La muestra se refiere a la 3era o 4a hoja de
ramas con frutos. Los niveles de Cu, Mn, Mo y Zn que aparecen en el mes de enero
pueden servir provisionalmente por todo el año. Cuando el huerto recibe aspersiones,
Rama vieja
4
5
Rama nueva
126
TABLA 7.6 Variación anual de niveles foliares para el cultivo del naranjo*
%
N 2,4 - 2,6 2,4 - 2,6 2,4 - 2,6 2,2 - 2,4 2,0 - 2,5 2,3 - 2,6
P 0,12 - 0,15 0,12 - 0,17 0,11 - 0,15 0,11 - 0,15 0,12 - 0,15 0,13 - 0,16
K 1,1 - 1,5 1,0 - 1,4 1,0 - 1,4 1,0 - 1,4 1,0 - 1,2 1,3 - 1,6
Ca 3,0 - 4,0 3,5 - 4,0 4,5 - 5,0 3,0 - 4,0 3,0 - 4,5 4,0 - 4,5
Mg 0,30 - 0,4 0,25 - 0,30 0,20 - 0,35 0,20 - 0,30 0,25 - 0,30 0,30 - 0,35
ppm
B 60 - 110 60 - 140 80 - 120 60 - 100 60 - 120 60 - 120
Cu 10 - 30 10 - 30 10 - 30 10 - 30 10 - 30 10 - 30
Fe 150 - 300 130 - 300 250 - 400 150 - 300 200 - 300 150 - 300
Mn 25 - 50 25 - 50 25 - 50 25 - 50 25 - 50 25 - 50
Mo 0,10 - 1,0 0,10 - 1,0 0,10 - 1,0 0,10 - 1,0 0,10 - 1,0 0,10 - 1,0
Zn 25 - 50 25 - 50 25 - 50 25 - 50 25 - 50 25 - 50
hay que lavar las hojas con detergente neutro a 0,1% que no contenga ninguno de los
nutrientes o entonces con HCl 0,1 N y después con agua de grifo y destilada. Aún, las
hojas pueden quedar contaminadas superficialmente, lo que lleva a errores en la inter-
pretación de los resultados.
Las Tablas 7.7 y 7.8 presentan, respectivamente, la interpretación de los niveles
foliares de macro y micronutrientes en los E.U., España y Brasil. Aunque el muestreo
(tipo de hoja), variedad, porta injerto y clima sean diferentes puede observarse que
hay bastante concordancia entre los valores. Esto es así, probablemente, porque el
factor que más influye en la composición mineral de la hoja es la fertilidad del suelo o
la fertilización: esto se puede observar en la Figura 7.4 “a” y “b” que contienen datos
de un experimento clásico en la fertilización de los cítricos conducido en Brasil. La
figura muestra cómo se cumplen las 3 premisas o condiciones básicas para el empleo
del diagnóstico foliar en la determinación de las dosis de fertilizantes o en los ajustes
de los programas de fertilización: dentro de límites, hay una relación directa entre
dosis de fertilizante y cosecha; dosis-contenido foliar y producción.
Los testes bioquímicos se basan en el hecho que un nutriente puede ser parte de la
estructura de un compuesto orgánico (el Mg en la clorofila, por ejemplo), activador (el
Mo en la reductasa del nitrato) o inhibidor enzimático (el Zn y la ribonucleasa). Si es
así, cuando hay deficiencia del elemento puede ocurrir lo siguiente:
127
TABLA 7.7 Interpretación de niveles foliares de macronutrientes en cítricos
(% materia seca)
1. Koo, et al (1985).
2. Paredes & Primo Millo (1988), datos para naranjos.
3 .Sánches, et al (1994).
Cosecha
2,50
160
Cosecha (kg frutos/árbol)
150
Nitrógeno hojas (%)
Contenido hojas
2,25
100 2,00
128
160
Cosecha (kg frutos/árbol) Cosecha
150 0,120
100 0,100
0 200 400 P2O5 (g/árbol)
Contenido hojas
160
1,75
Cosecha (kg frutos/árbol)
150
1,50
1,25
100 1,00
0 150 300 K2O (g/árbol)
Hay que distinguir entre acidez de superficie, generalmente profundidad de 0-20 cm, y
acidez de subsuperficie. La primera se corrige con el encalado que tiene las siguientes
finalidades:
129
TABLA 7.8 Interpretación de niveles foliares de micronutrientes en cítricos
(ppm materia seca)
1. Koo, et al (1985).
2. Rivero (1986, p. 384).
3. Sánches, et al (1994).
agua
CaSO4 Ca+2 + SO4-2 + CaSO40
(disociación y solubilización)
agua
CaSO40 (superficie) CaSO40 (profundidad)
130
CaSO40 Ca+2 + SO4-2
Al+3
Suelo - Al + Ca+2 Suelo - Ca +
solución del suelo tóxico
AlSO4+
Al+3 + SO4-2
no tóxico
Nota: para detalles véase Shainberg, et al, 1989.
Con el encalado se busca elevar el pH (en H2O) a 5,5 - 6,5 o aún mejor, la saturación
en bases, V%, al valor 60% según la recomendación de Sánches, et al (1994). Es
empleada la fórmula:
T(V2 - V1)
n.c. = x p, donde
PRNT
V2 = 60
S K + Ca + Mg x 100
V1 = x 100 =
T T
Entre las diversas cales hay que preferir las que contienen Mg debido a la alta
demanda de este nutriente por los cítricos. La cal se distribuye al voleo, cerca de un
tercio de la dosis en la entrecalle y dos tercios en la banda de fertilización (parte de
abajo de la copa), incorporados con una rastra liviana. Cuando el suelo esta compactado,
con la operación de subsolar calles alternadas se puede poner la cal en capas más
profundas. La cal generalmente se aplica después de la cosecha, pero, se puede hacer
entre una aplicación y otra del fertilizante.
El fosfoyeso es utilizado cuando en la capa de 20-40 cm de profundidad, analizada
aisladamente, se encuentra:
131
saturación en Al (aluminio) (m) > 30% o
Ca % CIC efectiva < 40%
Al
Es decir: m = x 100
Al + K + Ca + Mg
Ca
Ca % CIC efectiva = x 100
Al + K + Ca + Mg
a) ¿Qué? ¿Cuánto?: cuáles son los elementos en falta y en qué cantidad hay que sumi-
nistrarlos;
b) ¿Cuándo?: en qué época o épocas del año los fertilizantes deben ser aplicados;
c) ¿Cómo?: qué localización en el suelo, respecto a las raíces, es la más favorable para
garantizar el aprovechamiento del fertilizante; cuándo es más provechosa la fertili-
zación foliar;
d) ¿Con qué?: cuáles son los productos fertilizantes que contienen macro o micronutrien-
tes más ventajosos bajo el punto de vista de eficiencia agronómica y económica;
132
e) ¿Efecto en la calidad?: influencia del fertilizante en las características nutritivas o
industriales del fruto (industria de jugos);
f) ¿Pagará?: la práctica de la fertilización tiene que garantizar ganancias para el
citricultor.
Esta pregunta se contesta con la ayuda de análisis de suelos y hojas: el libro editado
por Mojica (1994) contiene, tanto los fundamentos, como muchos ejemplos sobre la
utilización general de estas dos herramientas. En realidad se debe tener en mente la
norma que “la fertilización comienza con el análisis del suelo, continúa con la correc-
ción de la acidez y termina con la aplicación del fertilizante”. En el caso de cultivos
perennes —cacao, cafeto, cítricos y otros— después del “análisis de suelo” se debe
añadir el “análisis foliar”.
Para el muestreo del suelo en huertos en formación o en plena producción es nece-
sario obedecer a algunas indicaciones sencillas:
Como se puede observar en la Tabla 7.9 los niveles de fertilidad que se consideran
adecuados para los cítricos son variables en las distintas regiones, consecuencias
principalmente de los tipos de suelos y de los métodos de extracción empleados en el
laboratorio.
• E.U. (Florida)
• España
133
TABL.A 7.9 Niveles de fertilidad del suelo considerados adecuados para cítricos
en producción.
TABLA 7.10 Fertilización para plantas de cítricos jóvenes, hasta 7 años en los E.U.1
1. Koo, et al (1985)
2. 8% N; 8% P2O5; 8% K2O; 1,6% Mg; 0, 4% Mn; 0,2% Cu; 0,025% B o equivalente
134
TABLA 7.11 Dosis anuales de nitrógeno para cítricos en los E.U.*
< 20 100 90
30 120 90
40 160 120
50 200 150
60 240 180
70 280 210
> 80 300 240
* Koo, et al (1985).
Dosis total dividida en 3-4 aplicaciones/año.
P2O5 80 kg P2O5/ha cada 4 años.
K2O: misma cantidad que N; Mg: hasta 30% del N.
Ajustes en las dosis: análisis de hojas.
1-2 40 - 80 16 - 32 0 - 20 0-8 0 - 30 0 - 12
3-4 120 - 160 48 - 64 30 - 40 12 - 16 0 - 30 16 - 32
5-6 140 - 320 96 - 128 50 - 60 20 - 24 40 - 80 40 - 48
7-8 410 - 500 164 - 200 80 - 100 32 - 40 100 - 120 64 - 80
9 - 10 550 - 600 220 - 240 120 - 150 48 - 60 160 - 200 100 - 120
> 10 600 - 800 240 - 320 150 - 200 60 - 80 250 - 300 120 - 160
* Paredes & Primo Millo (1988). Suelos francos con contenidos normales en materia orgánica y en P y K asimilables.
foliar de P es muy bajo (MB) y el suelo contiene 2-20% de carbonato de calcio, hay que
aumentar la dosis en un 120%, o sea, hay que usar 60 + 60 x 1,2 a 80 + 80 x 1,2 = 132
a 176 kg P2O5/ha. A su vez, la dosis de K2O es modificable de acuerdo al nivel foliar de
K y a la textura del suelo (Tabla 7.14).
• Brasil
En los surcos de siembra que tienen 0,4 x 0,4 m se aplica cal dolomita, P2O5 y B y Zn de
acuerdo con los análisis de suelo (Tabla 7.15). De preferencia se utiliza superfosfato
simple en el cual la mitad del peso está presente como yeso, como fuente de fósforo. La
cal y la mezcla de superfosfato con B y Zn se ponen en el fondo del surco y luego se
vuelve a mezclar con la tierra empleando un subsolador de 3 puntas.
La Tabla 7.16 muestra las dosis recomendadas para plantas en formación, las cua-
les varían en función de la edad y de los niveles de P y K disponibles en el suelo.
Las dosis que se emplean en el abonado de naranjas y lima ácida (Tahití) cambian
en función del nivel de cosecha, del contenido de N, de los niveles de P y K disponibles
en el suelo y del precio que el citricultor recibe por caja de 40,8 kg. El costo del
135
TABLA 7.13 Factores de corrección para el abonado fosforado en cítricos
de acuerdo con los análisis de suelo y foliar
Normal MB + 20 +30 + 40
N + 10 + 20
A - 20 - 10
Alto N - 60 - 50 - 40
A - 100 - 100 - 60
MA - 100 - 100 - 100
Muy alto N - 80 - 70 - 60
A - 100 - 100 - 100
MA - 100 - 100 - 100
Bajo MB + 50 + 60 + 70
B + 40 + 50 + 60
N + 30 + 40 + 50
Normal MB + 20 + 30 + 40
N - - -
A - 50 - 40 -30
Alto N - 100 - 90 - 80
A - 100 - 100 - 100
MA - 100 - 100 - 100
136
TABLA 7.15 Abonado en surcos de siembra para cítricos en Brasil*
P2O5
< 5 mg P/dm3 80
6 - 12 60
13 - 30 40
> 30 20
B
< 0,2 mg B/dm3 1
Zn
< 2 mg Zn/dm3 2
* Sánches, et al (1994).
0-1 80 0 0 0 0 20 0 0 0
1-2 160 160 100 50 0 80 60 0 0
2-3 200 200 140 70 0 150 100 50 0
3-4 300 300 210 100 0 200 140 70 0
4-5 400 400 280 140 0 300 210 100 0
fertilizante no es considerado pues varía muy poco en relación al precio de la caja. Las
dosis que aparecen en la Tabla 7.17 son, pues, destinadas a garantizar la máxima
ganancia en función del valor de la caja. Hay que observar las modificaciones que se
introducen en las dosis de acuerdo con los análisis de hojas. La Tabla 7.18 a su vez
enseña la dosis para limones verdaderos, mandarinas y Murcott las cuales dependen
de la productividad, de la fertilidad del suelo (P y K) y del estado nutricional (N foliar).
El Ca, como ya se vió, es el elemento requerido en mayor cantidad por los cítricos,
aunque aparezca en los frutos en proporciones modestas respecto al N y al K. Por lo
general, no hay preocupación mayor con su suministro: la cal, el nitrato de calcio, los
superfosfatos y el agua de riego lo contienen; para no hablar de los suelos calizos
como son algunos de España y Florida.
El Mg, cuando necesario, es aplicado en una dosis que corresponde a unos 15-30%
de la del N. La cal magnesiana o dolomítica también lo tiene.
Cuando se emplea azufre (S) elemental en el control de los ácaros, las necesidades
137
TABLA 7.17 Abonado para naranjos y lima ácida en función de la cosecha, niveles
foliares y en el suelo y valor de la caja de 40,8 kg de fruta*
en este elemento son satisfechas. Son fuentes del elemento el sulfato amónico, el
superfosfato simple, el sulfato de potasio, el sulfato doble de potasio y magnesio. La
dosis usada está entre 20 y 40 kg S por ha y por año.
Si el huerto presenta falta de B, la dosis que se aplica en el suelo, según recomenda-
ciones de Koo, et al (1984), es 1/300 de la cantidad de N, o sea, 0,75-1,5 kg B/ha en la
mezcla de fertilizantes. Las dosis menores corresponden a suelos arenosos. Se puede
fraccionar la dosis en 2 aplicaciones.
El cobre es generalmente suministrado con los fungicidas. Cuando aplicado en el
suelo es común usarse en la proporción de 1/40 de la dosis de N en la mezcla.
El hierro es utilizado en el suelo generalmente como quelato, visto que la aplicación
de sales u óxidos minerales es poco eficiente. Son empleados, para ejemplificar, 20
gramos de Fe/planta sea como Fe-EDTA (Fe - ácido etileno diamino tetra acético) o Fe-
EDDHA (Fe - ácido etileno diamino dihidronifenil acético) en suelos ácidos. En suelos
calizos las cantidades son por lo menos el doble. Se pueden utilizar también
138
TABLA 7.18 Abonado para limones y mandarinas. Dosis para ganancia máxima,
caja de 40,8 kg por US$ 3,00*
Limón verdadero
< 16 60 50 40 50 40 20 0 60 20 20 0
17 a 20 70 60 50 70 50 30 0 100 70 40 0
21 a 30 100 80 60 90 70 40 0 140 90 50 10
31 a 40 140 120 100 130 100 50 0 190 130 70 20
41 a 50 160 140 120 160 120 60 0 240 170 100 30
> 50 200 160 130 180 140 70 0 270 190 120 40
Mandarinas y Murcott
< 16 70 60 50 50 40 20 0 70 50 20 0
17a 20 80 70 60 70 50 30 0 80 60 40 0
21 a 30 110 90 70 90 70 40 0 110 80 50 10
31 a40 160 130 100 130 100 50 0 160 110 70 20
41 a 50 200 170 140 160 120 60 0 200 140 100 30
> 50 230 190 150 180 140 70 0 220 150 120 40
* Sánches, et al (1994).
Limones: Siciliano, Eureka, Fuminello y otros.
N foliar entre 2,8% x 3,0%, no hacer la última aplicación.
N mayor que 3,0%, utilizar 1/3 en el año siguiente.
K mayor que 1,9%, no hacer la última aplicación.
Épocas aplicación: véase Tabla 7.20.
E.U.2
N y K2O KNO3 2-4
Mg Nitrato de magnesio 1
B Ácido bórico 0,0375
Cu Sulfato de cobre 0,375
Mn Sulfato de manganeso 0,375
Mo Molibdato sódico 0, 012
Zn Sulfato de zinc 0,500
Brasil3
B Acido bórico 0,100
Mn Sulfato de manganeso 0,200
Zn Sulfato de zinc4 0,300
N Urea 0,500
K KCl 0,250
139
poliflavonoides y lignosulfonatos. Estos productos pueden hacer parte de la mezcla de
fertilizantes, o pueden ser aplicados aislados; en este caso se recomienda suministrar
agua después de la aplicación. Cuando se hace el suministro a través de agua de riego
las dosis son 30% de las indicadas.
El manganeso es aplicado al suelo en la dosis de 7-10 kg/ha (como Mn) en la mezcla
fertilizante.
La deficiencia de Mo, rara en los cítricos, muchas veces se puede corregir por enca-
lado. Si es necesario aplicarlo al suelo, las dosis varían entre 0,25 y 0,50 kg Mo/ha.
En general no es económico suministrar Zn vía edáfica: las dosis son muy altas —
entre 50 y 100 kg/ha— debido a la fuerte fijación por las arcillas.
Aplicaciones foliares
140
TABLA 7.20 Épocas de aplicación de fertilizantes para cítricos en Brasil, vía suelo*
Fraccionamiento
Edad N P2O5 K2O
(Años) Épocas % del total
* Sánches, et al (1994);
Ago-Sep = Fines invierno - Primavera;
Oct - Nov = primavera;
Dic-Ene = verano;
Lluvias predominantes: Sep-Oct – Mar-Abr.
141
RAÍZ N - 98%
P - 5 1
K - 20
N - 0%
P - 94 2
K - 78
N - 2%
P - 1 3
K- 2
142
2.000
1.500
1.000 1.000
32P
32P
500
0 0
0 5 10 30 45 60 90 Profundidad
(cm)
ureasa
CO(NH2)2 + H2O (NH4)2CO3 NH3 + H2O + CO2
La aplicación del cloruro de potasio en mezcla con la úrea contribuye para dismi-
nuir tales pérdidas. Pero la manera más eficiente es incorporar la úrea con la capa
más superficial del suelo mediante una operación de cultivo, por ejemplo.
143
TABLA 7.22 Principales fuentes de macronutrientes
En huertos donde la topografía es favorable son muy usados los fertilizantes líqui-
dos, sea en soluciones claras, sea en suspensión. Los principales de estos fertilizantes
aparecen en la Tabla 7.23.
La Tabla 7.24 muestra las principales fuentes de micronutrientes, tanto minerales
como orgánicas.
144
TABLA 7.24 Principales fuentes de micronutrientes
Aunque en muchas regiones se cultivan los cítricos sin la ayuda de fertilizantes orgáni-
cos, su utilización puede ser ventajosa en suelos de baja capacidad de intercambio
catiónico, particularmente.
Hay que tener en cuenta las diversas fuentes de materia orgánica. La más común es,
sin duda, representada por las malas hierbas que crecen en el huerto. Ellas son “pro-
ducidas” con costo muy bajo, principalmente si el suelo en la entrecalle es fértil. Son
capaces de movilizar nutrientes de las capas mas profundas y traerlos a la superficie
donde se liberan en el proceso de mineralización. Cuando pertenecen a la familia de
las leguminosas pueden fijar nitrógeno del aire. Es conveniente, por lo tanto, erradicar
las malas hierbas, dejando el suelo limpio y desnudo: hay que mantenerlas bajo con-
trol para aprovechar los beneficios que pueden brindar.
145
TABLA 7.25 Un programa de fertilización para cítricos en producción*
TABLA 7.26 Principales abonos verdes utilizados en Brasil para los cítricos
Ciclo Biomasa1 %2
Especie días fresca seca N P K C/N
146
TABLA 7.27 Dosis y composición de algunos abonos orgánicos para plantas
cítricas1
%2 kg/planta
Abono N P2O5 K2O Siembra Formación Producción
La Tabla 7.27 presenta la composición y las dosis de otros abonos orgánicos que son
usados para las plantas cítricas. En los huecos o surcos de siembra se mezclan con el
suelo los abonos previamente fermentados. Alternativamente, se puede mezclar el
producto sin fermentar y dejar que lo haga durante unos 45 días antes del transplante.
En las plantas en formación o producción, los materiales son distribuídos alrededor de
las plantas cerca de la gotera, en la superficie o en surcos poco profundos (5-10 cm),
o a lo largo de las líneas, también cerca de la gotera. La aplicación se debe hacer de
preferencia en fines de la estación lluviosa, para que las plantas se beneficien del agua
que la materia orgánica retiene o de su efecto como cobertura muerta (“mulch”).
Tamaño frutos
Número frutos
Sólidos
% jugo
Ácidos
147
Tamaño frutos
Acidez
Sólidos
% jugo
Número frutos
Tamaño frutos
Número frutos
% jugo
Sólidos
Ácidos
148
7.7 RESPUESTA DE LOS CÍTRICOS A LA FERTILIZACIÓN
1.100
Con riego
1.000
900
Cajas/ha
800
700
Sin riego
600
149
Como se observa en la Figura 7.8 la respuesta al N depende en alto grado del sumi-
nistro de agua de riego en condiciones donde el déficit hídrico puede ser limitante.
Los resultados de seis experimentos conducidos en São Paulo, Brasil, están resumi-
dos en la Figura 7.9 donde se aprecia que la respuesta mayor es debida al N, el ele-
mento “clave” en la fertilización de los cítricos.
El efecto notable del K en el tamaño de los frutos se observa en la Figura 7.10, en la
cual aparecen datos obtenidos en dos suelos con CICs muy distinta (uno arenoso y otro
arcilloso).
La Figura 7.11 muestra la respuesta al encalado que causa aumentos en el porcen-
taje de saturación en bases (V%): la producción crece con el valor de V% hasta cerca
de 60% cuando se estabiliza. Es decir, en el encalado para cítricos no es necesario,
por lo menos en condiciones semejantes a las del experimento, aumentar la saturación
en bases arriba del 60%. La Figura 7.12 fue hecha con datos del mismo experimento
de encalado y permite observar que, en el suelo donde se hizo el ensayo, las mejores
cosechas están asociadas con 4,5% de Ca en las hojas y cerca de 1,0 me de Mg/100
cm3 en el suelo.
1.100
P2O5
K 2O
900
Cajas/ha
N
700
500
300
30 100 120 240 kg N/ha
20 60 100 140 kg P2O5/ha
30 110 190 270 kg K2O/ha
150
220
200
y = 116 + 44,4x
r = 0,978***
gramos/fruto
180
CIC 2 me/100 g
CIC II me/100 g
160
140
0,5 0,9 1,3 1,7 2,1 % K hojas
600
Cajas/ha
500
400
300
0 30 60 90 V%
FIGURA 7.11 Efecto del encalado en la saturación con bases (V%) y en el rendi-
miento promedio de las 3 primeras cosechas en naranja valencia
(Quaggio, 1990)
151
600
Cajas/ha
500
400
300
2,0 2,5 3,0 3,5 4,0 4,5
% Ca/hojas
600
Cajas/ha
500
400
300
0 0,3 0,6 0,9 1,2 1,5 1,8
me Mg/100 cm3
FIGURA 7.12 Efecto del calcio y del magnesio de la cal dolomita en las 4 primeras
cosechas de naranja valencia (Quaggio, 1990)
152
550
Cajas/ha 500
450
400
350
0 30 60 kg S/ha
1.250
1.200
Cajas/ha
1.150
1.100
1.050
0 200 400 kg S/ha
FIGURA 7.14 Efecto de los micronutrimentos en el F.T.E. nutricitro 248 (24% Zn,
2% B y 8% Mn)
153
E1 azufre como fosfoyeso aumentó la producción en un suelo arenoso como de-
muestra la Figura 7.13. El FTE Nutricitro 248 es un silicato que contiene micronutrientes
y, por su solubilidad, se aplica al suelo. La Figura 7.14 muestra su efecto en la produc-
ción. El análisis de las hojas en este caso demostró que la respuesta fue debida al
boro.
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155
8
Aguacate
171
Fertilización del aguacate
Edilberto Duque*
8.1 IMPORTANCIA
* Ingeniero Agrónomo
Federación Nacional de Cafeteros. Comité de Caldas.
te la existencia de variedades de tipo A y de tipo B, según abran sus flores como
hembras o como machos. Esta situación determina que en toda plantación de aguaca-
tes se debe sembrar variedades de tipo A y de tipo B.
Las siguientes son las variedades que se han adaptado mejor a las condiciones de
1.000 a 1.900 m s.n.m., con su respectiva raza y tipo de flor.
Hass Guatemalteca A
Fuerte Mejicana x Guatemalteca B
Booth 8 Antillana x Guatemalteca B
Trinidad Antillana x Guatemalteca A
Trapp AntiIlana A
Choquette Guatemalteca A
Peterson AntiIlana B
8.3 CLIMA
Es una especie frutícola originaria de paises tropicales que fue llevada a regiones
subtropicales, donde actualmente se tienen algunas plantaciones muy bien adaptadas,
caso Florida y California, EE UU. y Brasil. Actualmente se cultiva en una franja de
latitud norte y sur entre 0 y 30°.
Las condiciones más favorables de clima para el trópico son:
8.4 SUELOS
Los aguacates en nuestro medio, a diferencia de los cítricos, no tienen patrones apro-
piados para adaptarlos a distintos tipos de suelos. Como único patrón se está em-
pleando variedades nativas antillanas, que son muy sensibles a condiciones de alta
humedad en el suelo. La anterior situación determina que el aguacate solo acepte
suelos francos o arenosos. Los suelos arcillosos, en zonas de precipitaciones de más
de 1.500 mm al año, son desastrosos para el cultivo del aguacate.
Otra característica física de gran importancia en los suelos es su profundidad efec-
tiva; ésta no debe tener limitación en los primeros 1.50 m de profundidad, ni por hori-
zontes compactos y rocosos ni por niveles freáticos altos.
Dado que el aguacate para nuestro medio tiene una actividad fotosintética continua
158
y alta, es factible presentar deficiencias nutricionales cuando los valores de pH en el
suelo no son los más aconsejables. El aguacate se adapta bien entre pH de 5 a 6,5,
siendo sus valores ideales entre 5,5 y 6.
No hay valores muy definidos en nuestro medio sobre extracción de nutrientes por el
aguacate. En la selección del tipo, cantidad y frecuencia de aplicación del fertilizante,
se deben tener en cuenta algunas guías tales como:
80
70
60
kg de fruta por árbol
50
40
30
0
1,2 1,4 1,6 1,8 2,0 2,2 2,4
% de nitrógeno en las hojas
159
e) Los contenidos de calcio y magnesio en el suelo son de gran importancia porque
fijan características de alta calidad en la fruta.
160
TABLA 8.2 Fertilizantes NUTRIMON y dosis recomendadas para el cultivo
del aguacate
Crecimiento 0-1 25-15-0/13-26-6 100 (1) 150 (2) 200 (3) 250 (4)
Crecimiento 1-2 15-15-15 + úrea 300 + 100*
Crecimiento 2-3 15-15-15 + úrea 600 + 200*
Crecimiento y producción 3-4 Úrea 1.000 (IF)
Sulfato de Potasio 1.000 (DF)
15-15-15 1.000 (MF)
El aguacate es una de las especies de frutales que más responde a una adecuada
fertilización. En las variedades guatemaltecas, donde el peso promedio de los frutos es
de 400 g, en árboles en producción (de más de 4 años), en explotaciones tradicionales
caracterizadas por bajas fertilizaciones, se tienen producciones del orden de 200 fru-
tos/árbol/año (80 kilos). Aplicando programas de fertilización como los recomendados
en el presente artículo, se han logrado aumentos en las producciones hasta del 40%;
es decir 280 frutos, o sea 112 kilos/árbol. Esto nos da como resultado un aumento de
32 kilos/árbol/año, que en una plantación sembrada a 8 x 8 m, al triángulo, nos presen-
ta un aumento de 5.600 kg/ha.
TABLA 8.3 Sistemas y época de aplicación del fertilizante en el cultivo del aguacate
Número Intervalo
Etapa aplicaciones aplicaciones Sistema de aplicación*
por año meses
* Todo fertilizante debe ser incorporado al suelo a una profundidad entre 10 y 15 cm.
161
Bibliografía
162
9
Piña
179
Fertilización de la piña
Edilberto Duque*
9.1 GENERALIDADES
Antioquia 350 ha
Valle 350 ha
N. de Santander 200 ha
Risaralda 150 ha
Es un cultivo que ofrece muchas ventajas para intercalarlo con los frutales perma-
nentes de clima cálido, especialmente cítricos, durante los tres primeros años de de-
sarrollo de la plantación.
Es un renglón de mucha rentabilidad, dados los pocos riesgos que ofrece su explota-
ción, cuando se ubica en clima y suelos óptimos y se aplica la tecnologiía actual dispo-
nible para nuestro medio, que es en general buena.
En los programas de diversificación a nivel de zona cafetera, se tiene como una
buena alternativa para explotación de los predios cafeteros ubicados por debajo de
1.300 m.s.n.m.
9.2 VARIEDADES
Las más comunes que se tienen en cultivos tradicionales y cultivos comerciales tecni-
ficados son:
* Ingeniero Agrónomo
Federación Nacional de Cafeteros. Comité de Caldas.
Piamba (Castilla) no muy comercial
De agua no muy comercial
Cayena lisa tipo industrial
PeroIera la más comercial en nuestro medio
Manzana muy buena aceptación para consumo fresco
9.3 CLIMA
Este cultivo es de días cortos y no acepta temperaturas por debajo de 16°C, ya que
cuando estas son frecuentes, las plantas pequeñas son inducidas a florecer, dando
como resultado frutas pequeñas y de muy baja calidad.
9.4 SUELOS
En cuanto a sus características físicas, requiere un suelo permeable, con buena airea-
ción, siendo los suelos francos los que ofrecen las mayores ventajas para el cultivo.
El sistema radicular de esta planta es superficial y fasciculado, compuesto de gran
cantidad de raicillas absorbentes, por lo tanto cualquier saturación de humedad causa
destrucción de este sistema y, lo que es más grave, la raíz queda expuesta al ataque de
enfermedades fungosas.
El pH es muy importante tenerlo en cuenta en el suelo y los rangos óptimos de
desarrollo están entre 5 y 5,8. En el trópico, los valores de pH superiores a 6 causan
trastornos fisiológicos en la planta, por deficiencias muy marcadas en hierro, zinc y
boro.
La piña cuando se siembra con colinos entre 80-120 g de peso, tiene un período
vegetativo entre 18 y 24 meses, según las condiciones del clima.
En la práctica se ha observado que es más rentable establecer plantaciones con
altas densidades de siembra (aproximadamente 60.000 plantas/ha), para la produc-
ción de una sola cosecha.
165
TABLA 9.1 Fertilizantes, dosis y sistemas de aplicación en el cultivo de la piña
(gramos/litro agua)
KNO3 20
Crecimiento Sulfato de Fe 5 Foliarmente aplicado
2-16
y producción Sulfato de Zn 3 con un intervalo de 15-30 días
Bórax 3
Bibliografia
166
10
Maracuyá
185
Fertilización del maracuyá
Carlos Chacón Arango*
10.1 GENERALIDADES
El maracuyá es una planta de origen tropical cuyos frutos presentan un jugo caracte-
rístico, muy apreciado en los países Norteamericanos y Europeos que lo demandan
con gran interés, por considerar su sabor y aroma exóticos al paladar y exquisito para
sus habitantes.
Esta condición coloca a Colombia en una posición de privilegio como país productor
y exportador de uno de los mejores jugos y concentrados del mundo. La gran acepta-
ción en los mercados internacionales, hacen de este cultivo uno de los más promisorios
y rentables en el renglón de los frutales para la agricultura colombiana.
En la actualidad se estima un área sembrada de 3.500 ha en todo el país, con una
producción promedia de 20 ton/ha durante un ciclo de 18 meses de producción.
Esta planta es originaria de la región amazónica del Brasil, país que la civilizó culti-
vándola comercialmente e industrializando su jugo para darla a conocer en los merca-
dos externos.
Países como Australia y Hawai fomentaron su investigación sobre cultivo, usos y
mercadeo de la fruta. En la actualidad se cultiva en Australia, Nueva Guinea, Kenia,
Srilanka, Sud-Africa, India, Taiwán, Hawai, Brasil, Perú, Ecuador, Venezuela y Colom-
bia, donde fue introducida en el año de 1963.
Con el nombre común de maracuyá se conocen varias plantas del género Passiflora.
El maracuyá pertenece a la familia Passifloraceae, de la cual hace parte la curuba de
Castilla (Passiflora mollissima), la badea o tumbo costeño (Passiflora quadrangularis),
y la granadilla del quijo (Passiflora liglularis), frutas que están tomando gran impor-
tancia en el ámbito nacional por su potencial exportable.
* Ingeniero Agrónomo
El maracuyá es una planta trepadora, vigorosa, de consistencia leñosa y condición
perenne, que necesita de un soporte o tutor para poder desarrollarse, alcanzando sus
ramas hasta 20 metros de largo.
Los tallos son de color verde, acanalados en la parte superior y glabros; presenta
zarcillos axilares de color verde a púrpura, más largos que las hojas, los cuales le
sirven para adherirse a la superficie que le está sirviendo de soporte.
Las hojas son de color verde lustroso con peciolos glabros acanalados en la parte
superior y de 2 a 5 cm de largo; posee dos nectarios redondos en la base del foliolo; la
lámina es palmeada y generalmente con tres lóbulos, pero a menudo sin divisiones en
las plantas jóvenes.
Las flores son solitarias y axilares, fragantes y vistosas, con diámetro que oscila
entre 7 y 10 cm. Están provistas de 5 pétalos libres y una corona de filamentos radiales
de 2 a 3 cm de largo, de color púrpura en la base y blanco en el ápice. Cinco estambres
aportan el polen de color amarillo vistoso con que se fecundan los óvulos a través de
tres estigmas, los cuales convergen a un ovario central transformándolo posterior-
mente en el fruto de maracuyá.
El fruto es una baya globosa u ovoide, de color que oscila entre rojo intenso a amari-
llo cuando está maduro; posee muchas semillas las cuales están revestidas por un ari-
lo jugoso de color amarillo-rojizo muy aromático y de sabor agridulce pero agradable.
10.3 VARIEDADES
Se conocen tres tipos de maracuyá amarillo que han sido cultivados tradicionalmen-
te en Hawai, Venezuela y Brasil, de donde reciben estos mismos nombres; sin embar-
go, debido al desarreglo genético que implica la condición de autoincompatibilidad de
la planta, necesitando de la polinización cruzada, en Colombia podemos decir que se
cultiva únicamente el maracuyá amarillo como tal.
10.4 CLIMA
169
promedias por encima de este rango, el crecimiento vegetativo de la planta es acelera-
do pero disminuye su producción debido a que las altas temperaturas deshidratan el
líquido estigmático, imposibilitanto la fecundación de las flores.
El maracuyá amarillo se encuentra cultivado comercialmente desde el nivel del mar
hasta los 1.300 m.s.n.m. En la costa atlántica existen regiones como las de Sevilla-
Magdalena y San Jacinto-Bolívar, donde el desarrollo del cultivo va en aumento debido
a las bondades climáticas de las zonas. La región plana del Tolima y el Huila, como
también la región caliente de Cundinamarca, son un potencial para el desarrollo del
cultivo en Colombia. Es muy importante resaltar el buen comportamiento del cultivo
en la zona marginal de la franja cafetera, o sea por debajo de los 1.350 m.s.n.m. en los
departamentos de Caldas-Quindío y Risaralda, donde se está destacando como una de
las pocas buenas alternativas de producción frutícola para el programa de diversificación
en zonas de influencia cafetera, y finalmente el Valle geográfico del Río Cauca, que fue
escenario del mayor desarrollo del maracuyá en Colombia durante la presente década,
imponiéndose su cultivo en las estribaciones de las cordilleras Occidental y Central,
por presentar las mejores condiciones de clima y un mayor número de agentes
polinizadores que garantizan su buena producción.
10.5 SUELOS
El enriqueclmiento con abono orgánico descompuesto del sitio donde quedará en for-
ma definitiva la planta es una práctica muy acostumbrada por los agricultores tradi-
cionales, con muy buenos resultados.
Con 3 a 4 semanas de antelación al transplante se recomienda aplicar de 4 a 5 kilos
de materla orgánica en descomposición mezclándola con el suelo en el sitio de siem-
bra (gallinaza, boñiga, pulpa de café descompuesta).
La baja densidad de población del maracuyá, donde una hectárea se siembra con
830 plantas sembradas a 4 m entre surco por 3 entre planta, favorece la anterior
práctica.
Desde el almácigo el maracuyá debe ser germinado y mantenido en suelo enriqueci-
do con materia orgánica. Su desarrollo en el vivero y su crecimiento posterior en el
170
campo depende en gran parte de la fertilización foliar, la cual debe hacerse a base de
nitrógeno y elementos menores principalmente.
La fertilización edáfica debe realizarse en forma períodica, a partir del segundo
mes después del transplante, aportándole al cultivo los elementos que demande con
base en un análisis de suelos. Datos obtenidos para el maracuyá amarrillo permiten
caracterizar la exigencia de esa planta a los nutrientes, en el siguiente orden decre-
ciente: N > K > Ca > S > Mg > P > Fe > B > Mn > Zn > Cu > Mo.
Con una población de 830 plantas por hectárea y una producción de 40 ton de fruta/
ha para un ciclo de producción de 18 meses, se estima una extracción para la forma-
ción de materia verde y frutos de:
Realizar aplicación cada diez días en el almácigo y después del transplante con los
siguientes productos en mezcla:
171
Después del transplante y cada 60 días debe realizarse la presente fertilización
radicular en corona incorporado durante el ciclo.
Úrea 35%
Mezcla = 100%
Sulfato de Potasio 35%
Aplicar 20g de la mezcla
Fosfato Diamónico (DAP) 20%
por planta
Elementos Menores 10%
(Agrimins ó Microcoljap 102 Radicular)
Edad
Plantación
Etapa (meses) Fertilizantes Dosis Frecuencia
* El 20% faltante en cada una de las mezclas sugeridas en las etapas del cultivo corresponde a otros nutrimentos, de acuerdo al análisis de suelos.
Intervalo
Número aplicación
Etapa aplicaciones (meses) Sistemas de aplicación
172
En otras áreas de producción, como la zona marginal baja cafetera, la fertilización
deberá ajustarse a las características de esos suelos, donde reguralmente los pH son
bajos, de medianos a bajos contenidos de calcio y magnesio, bajos contenidos de fós-
foro y medianos de potasio.
Se recomienda complementar la fertilización en las etapas de formación, floración y
producción con aplicación de productos a base de elementos menores.
Bibliografía
CALZADA B., J. y BAUTISTA, C., V. 1978. El maracuyá frutal promisorio del Perú.
Universidad Nacional Agraria. Ministerio de Agricultura. Boletín No. 9. Lima. 41 p.
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MARÍN, O. 1966. Cultivo del maracuyá (Passiflora edulis sims. flavicarpa Deneger) y
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biano Agropecuario (ICA). Programa Nacional de Hortalizas y Frutales, Bogotá.
Manual de Asistencia Técnica Nº 40. Segunda Edición. Tomo II. 365-395 p.
173
11
Plátano
193
Fertilización del plátano (Musa AAB,
Simonds) en suelos de clima medio
en Colombia
Rodrigo Muñoz Araque*
Químicamente los suelos de clima medio, cultivados con plátano, muestran frecuen-
cias altas, 98%, de suelos fuertemente ácidos (pH < 5,5); contenidos bajos a medios
*
I.A.- M.S Recursos Naturales, C.I. Tulio Ospina.
A.A. 51764 Medellín.
TABLA 11.1 Regiones colombianas productoras de plátano y su producción en
toneladas por hectárea*
* Buriticá (1985)
de Al; medios a altos en materia orgánica, 77%, y contenidos bajos a medios en fósforo
(88%) y potasio (89%) (Tabla 11.2).
El plátano dominico y dominico-hartón es una planta que se adapta bien a una amplia
variedad de condiciones climáticas y de suelo. Sin embargo, para lograr un buen esta-
blecimiento, que posteriormente asegure altas producciones, sostenibles durante un
largo tiempo y económicamente rentables, deben concurrir un mínimo de condiciones
climáticas y de suelo favorables como las que se indican en la Tabla 11.3.
TABLA 11.2 Frecuencia relativa de los valores de los análisis de suelos, por
categorías de fertilidad, cultivados con plátano en clima medio,
en Colombia*
45 53 2 79 10 11 23 34 43 76 12 12 63 26 11
* Marín y Forero (1982)
Número de muestras consideradas = 1.173
176
TABLA 11.3 Condiciones de clima y suelo adecuadas para el cultivo de plátano
(Musa AAB) variedades dominico y dominico-hartón, en el clima medio
(1.000-2.000 m.s.n.m.)*
Condición adecuada
Característica oscilación Condición inadecuada
11.5.1 Nitrógeno
En la zona del clima medio colombiano, los suelos donde se han realizado experimen-
tos sobre fertilización con nitrógeno (N) en plátano, variedad dominico y dominico-
hartón, varían ampliamente en su contenido de materia orgánica, entre 3,7 y 12,2%,
177
TABLA 11.4 Cantidad de nutrimentos almacenados en plantas de plátano,
en suelos del clima medio en Colombia*
* Belalcázar (1991).
1. Incluye raíz, cormo, seudotallo, tallo floral, peciolos, nervadura, lámina foliar, ráquis, cáscara y pulpa.
2. Sin fertilizar.
3. Fertilizado.
con un promedio de 7,8% (Tabla 11.5). En estas tierras las aplicaciones de nitrógeno,
en forma de úrea, en dosis entre 0 y 200 kg/ha, produjeron incrementos significativos
en la producción de plátano, únicamente en la localidad de Gigante-Huila, donde el
contenido de materia orgánica era de 3,79%. En este sitio el rendimiento pasó de 16,3
a 21,3 toneladas por hectárea. En las demás localidades no hubo respuesta a la
fertilización nitrogenada. Con dosis adecuadas de P y K, el plátano alcanzó en prome-
dio altas producciones, del orden de 21,2 toneladas por hectárea (Tabla 11.5).
11.5.2 Fósforo
Con excepción del suelo del Agrado, cuyo contenido de P-aprovechable es alto, las
demás localidades son bajos a medios en P (Tabla 11.6). En estos suelos las aplicacio-
nes de fósforo, en forma de superfosfato, provocaron un ligero incremento promedio en
el rendimiento de plátano, cuando varió la dosis entre 0 y 50 kg de P2O5/ha. Con dicha
fertilización, por cada kilogramo de P2O5 aplicado se obtuvo un rendimiento de 2,5
kilogramos de plátano. Al observar los datos en la Tabla 11.6, se encuentra que los
TABLA 11.5 Respuesta del cultivo del plátano a la fertilización con nitrógeno
en diferentes suelos de clima medio*
N Rendimiento
Localidad % M.O. kg/ha ton/ha
178
TABLA 11.6 Respuesta del cultivo de plátano a la fertilización con fósforo en
diferentes suelos del clima medio en Colombia*
Tatamientos kg/racimo
P2O5 kg/ha Fuente Rango Promedio % incremento
0 0* 13-20 19,4 -
45 SFT (20% P) 15-26 23,2 19,5
45 RFHPA (7,9% P) 18-31 23,9 20,6
75 RFH (9,6% P) 18-30 23,6 20,4
* ICA (1991)
SFT - Superfosfato Triple
RFHPA - Roca Fosfórica del Huila parcialemnte acidulada
RFH - Roca Fosfórica del Huila
NOTA: Todos los tratamientos recibieron 50 y 150 kg/ha de N y K2O, anualmente
179
11.5.3 Potasio
Las tierras donde se cultiva plátano deben contener cantidades abundantes e inmedia-
tas de K-asimilable, ya que este cultivo remueve del suelo 1.034 kilogramos de K por
planta (Tabla 11.3). Afortunadamente retornan al suelo entre un 85 y 90% del K-absor-
bido cuando se descomponen las raíces, cormo, seudotallo y hojas.
En los suelos de clima medio en Colombia, los experimentos sobre efectos del K en
la producción de plátano muestran consistentemente incrementos altos en los rendi-
mientos y significativos cuando se aplica K2O en las tierras con contenidos menores de
0,36 me de K/100 g de suelo. En estas condiciones de fertilidad, por cada kilogramo de
K2O aplicado se presenta un incremento promedio en la producción de plátano de 24,5
kilogramos, cuando se adicionan 200 kg de K2O/ha, anualmente (Tabla 11.8). Cuando
el nivel de K en el suelo es mayor de 0,6 me/100 g, el incremento logrado en el rendi-
miento por las adiciones de K2O es mínimo.
TABLA 11.8 Respuesta del cultivo del plátano a la fertilización con potasio
en diferentes suelos del clima medio en Colombia*
K K2O Rendimiento
Localidad me/100 kg/ha/año ton/ha
* Echeverry y García (1974); Echeverry (1987); García (1970); García (1983); Muñoz (1987)..
El plátano prospera bien en suelos entre ligeramente ácidos y neutros (pH 5,5 - 7,2)
cuando además están adecuadamente abastecidos de Ca y Mg, con saturaciones mayo-
res del 30 y 15%, respectivamente, o cuando el contenido de Ca y Mg es mayor de 3,0
y 1,0 me/100 g. En estas condiciones de fertilidad, generalmente no se han obtenido
respuestas significativas a las aplicaciones de estos nutrimentos (Tabla 11.9). En con-
diciones de menor fertilidad la respuesta ha sido evidente.
180
TABLA 11.9 Respuesta del plátano, variedades dominico y dominico-hartón,
a elementos secundarios en clima medio*
Existe poca información generada sobre la respuesta del plátano a la adición de los
elementos menores en clima medio. En esta zona, sin embargo, las plantaciones mues-
tran con alguna regularidad los síntomas que caracterizan la deficiencia de boro o
zinc.
En estudios realizados en el departamento de Antioquia (Tabla 11.10), en suelos
residuales y aluviales, cuando el contenido boro, zinc y cobre, en partes por millón, es
menor o igual a 0,4, 3,2 y 5,8, respectivamente, hubo incrementos altos en la produc-
ción cuando se aplicaron estos nutrimentos en forma de bórax, sulfato de zinc y sulfato
181
de cobre. En el suelo residual de Fredonia la adición de un (1) kilogramo de molibdato
de amonio aumentó el rendimiento de plátano en 4,8 toneladas por hectárea.
* ICA (1992).
1. La fertilización debe hacerse en forma fraccionada, dos veces por año o cuando la planta productiva emita la 1a y 10a hoja (a los 30 y 90 días después
de la siembra). La planta hija de reemplazo se fertiliza fraccionadamente, cada 4 meses.
Bibliografía
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182
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183
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MUÑOZ, A.R. y MOLINA, L.M. 1992. Respuesta del plátano a elementos secundarios y
menores en un Inceptisol de clima medio en Antioquia. Rev. ICA. 27 (1 ): 22-31.
184
12
Fríjol
205
Fertilización del fríjol (Phaseolus
vulqaris L.) en suelos colombianos
de clima medio
Rodrigo Muñoz Araque*
12.1 INTRODUCCIÓN
Los suelos de clima medio (1.000-2.000 m.s.n.m.) en Colombia son de baja a mediana
fertilidad. Estos presentan algunos limitantes para el crecimiento normal de los culti-
vos, ya que en general su reacción o pH tiende a ser fuertemente ácida (pH 4,2 - 5,5)
(Tabla 12.1); con una alta frecuencia de valores altos de aluminio; bajos a medios de K-
asimilable (menos de 0,3 me/100 g), Mg-intercambiable (menos de 1,0 me/100 g) y
materia orgánica (menos de 5,0%). El contenido de P-aprovechable presenta predomi-
nio hacia valores bajos (menos de 15 ppm); además, poseen una mediana a alta capa-
cidad de fijación de fosfatos (Marín y Forero, 1982). En esta región climática los ele-
mentos menores han sido poco estudiados, sinembargo en Antioquia son altas las
frecuencias de contenidos bajos y medios para los nutrimentos B (99%), Cu (83%) y
Zn (54%). Los suelos deficientes en Fe y Mn son escasos (Tabla 12.2) (Muñoz, 1980).
El fríjol es una planta de ciclo vegetativo corto que extrae del suelo cantidades relati-
vamente altas de N y K, medianas de Ca, Mg y S y bajas en P, en una secuencia pro-
bable:
De estos datos se infiere que la incorporación al suelo de los residuos formados por
las hojas, tallos y vaina, recicla cantidades apreciables de N y K y en menor cantidad
Ca, S, Mg y P.
*
I.A.- M.S Especialista en Suelos, C.I. Tulio Ospina.
A.A. 51764 Medellín.
TABLA 12.1 Frecuencia relativa de las características de fertilidad de los suelos
de clima medio, agrupadas por categorías
pH 38.554 29 60 11
Al 23.498 38 14 48
M.O. 39.013 27 35 38
P 38.968 64 17 19
K 24.539 33 30 37
187
1000 Total
Raíces
Vainas
800 Hojas
Tallos
Peso seco - g/100 plantas
600
400
200
0
0 15 25 34 46 56 66 77
FIGURA 12.1 El peso seco de varias partes de la planta de fríjol y el peso total
durante el ciclo de crecimiento (adaptado de Cobra, 1967)
(Monómeros, 1986-1988; Muñoz, 1980; Marín y Forero, 1982). En esos suelos donde
el contenido de materia orgánica varía dentro de rangos tan amplios como 1,5 a 9,7%,
las variedades de fríjol arbustivo incrementaron su producción cuando se aplicó
nitrógeno o abono orgánico, en forma de gallinaza de piso de ponedoras (Tabla 12.4).
En suelos con menos de 5% de materia orgánica, hubo un incremento de 7,32 kilogra-
mos de fríjol por cada kilogramo de N aplicado, cuando se adicionó N entre 30 y 50 kg/
Nutrimentos kg/ha/cosecha
Parte de la planta N P K Ca Mg S
188
200 K
Ca
Mg
150 S
Nutrimentos en la planta - kg/ha
100
50
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80
ha. Para suelos con contenidos de materia orgánica entre 5 y 10%, el incremento en la
producción de grano fué de 5,84 kilogramos por cada kilogramo de N aplicado, en el
rango entre 25 y 90 kg/ha (Tabla 12.4) (ICA, 1975-1989; Monómeros, 1986).
La gallinaza es un abono orgánico con alta eficiencia agronómica, especialmente en
suelos con bajos contenidos de materia orgánica (menos del 5%). En dichas condicio-
nes, por cada kilogramo de gallinaza aplicada hubo un incremento en rendimiento de
fríjol de 1,38 kilogramos. Cuando el suelo contenía entre 5 y 10% de materia orgánica,
el incremento alcanzado fué de 0,65 kilogramos de fríjol por kilogramo de gallinaza
(Tabla 12.5).
189
TABLA 12.4 Respuesta del fríjol a la aplicación de N en suelos de clima medio
y frío en Colombia*
Mejor tratamiento
kg/ha Rendimientos
Materia
Variedades orgánica T N Abono Con abono
Localidad arbustivas (%) °C Sin N kg/ha orgánico Sin N Con N orgánico
190
TABLA 12.6 Efecto de la fertilización foliar en el rendimiento de fríjol arbustivo,
en suelos de clima medio en Antioquia
0 0 630-750 670
30 0 950-1.420 1.130
0 2 670-1.050 830
30 2 930-1.670 1.370
de 30 ppm (Bray II) (Tabla 12.7). En estas condiciones de fertilidad, por cada kilogra-
mo de P2O5 adicionado se logran aumentos en la producción de 3,74 kilogramos de
fríjol, en un amplio rango de fósforo entre 25 y 300 kg de P2O5/ha (Tabla 12.7); una
buena cosecha de fríjol se obtiene con 90-150 kg de P2O5/ha (ICA: 75-89; ICA: 76-86).
Una característica común en la mayoria de los suelos de clima medio, es su alta
capacidad de fijación de fosfatos, más del 70% del P-soluble aplicado o mineralizado
de la materia orgánica (Muñoz, 1980). En varios suelos la fuente de fósforo, superfosfato
tripIe, cuyo fósforo es soluble en agua y citrato, ha dado excelentes resultados para
fertilizar fríjol arbustivo (Figuras 12.3 y 12.4) (Howeler y Medina, 1982). También con
similar eficiencia agronómica se han comportado la roca fosfórica del Huila parcial-
* ICA: 75-89
191
1000
500
Fríjol - kg/ha
0
0 35 70 140
FIGURA 12.3 Respuesta del fríjol a dosis y fuentes de P en suelos ácidos infértiles
del Cauca. Pescador, 1983-a. (ICA)
mente acidulada (RFHPA) y las Escorias Thomas (ET), cuando se aplican las dosis
requeridas de P y en la forma (banda o corona) y época (a la siembra) adecuadas. Las
rocas fosfóricas naturales colombianas, molidas, sin ningún tratamiento químico o
biológico previo, no han resultado eficientes para ser consideradas buenas fuentes de
P para fríjoles arbustivos, en suelos deficientes en este nutrimento.
Los suelos de clima medio en Colombia presentan frecuencias altas, entre 50 y 70%
de valores bajos y medios de K-intercambiable, menos de 0,4 me/100 g (Tabla 12.1).
En suelos con estos contenidos de K, la aplicación de K2O (KCl) incrementa el rendi-
miento en las diferentes localidades (Tabla 12.8), a razón de 8,88 kilogramos de grano
por cada kilogramo de K2O adicionado a los suelos (ICA: 76-86; ICA: 75-89).
192
2,0
1,6
Rendimiento de fríjol - ton/ha
1,2
0,8
Superfosfato triple
0,4
Escorias Thomas
0
0 50 100 200
kg P2O5/ha
FIGURA 12.4 La respuesta del fríjol Tui a la aplicación de varias dosis y fuentes
fosfóricas
Para el cultivo del fríjol se consideran suelos normales, aquellos que tienen una
reacción o pH entre 5,5 y 7,5; hasta 2 me de Al/100 g o menos de 30% de saturación de
Al; además contenidos de Ca++ y Mg++ asimilable superiores a 3,0 y 0,8 me/100 g,
respectivamente, o saturaciones de Ca++ mayores de 30% y Mg++ de 15% (Howeler y
Medina, 1982).
El fríjol es un cultivo bastante susceptible a la toxicidad de Al y Mn, común en suelos
ácidos (pH < 5,5). Las plantas afectadas por éste disturbio tienen poco crecimiento y
desarrollo. Las hojas son amarillentas, con necrosis en los bordes y el sistema radicular
es restringido. En casos severos de toxicidad de Mn las hojas más tiernas se deforman,
encrespan y necrosan; en las hojas nuevas se desarrolla una necrosis intervenal (Howeler
y Medina, 1982).
193
TABLA 12.8 Respuesta del fríjol arbustivo a la aplicación de potasio en suelos de
clima medio en Colombia*
* ICA
194
TABLA 12.9 Respuesta del fríjol arbustivo al encalamiento en suelos de clima
medio en Colombia*
* ICA
195
Los resultados obtenidos con la fertilización del fríjol arbustivo, a base de abonos
orgánicos, nitrógeno, fósforo, potasio y encalamiento, en suelos de clima medio en
Colombia, permiten postular los límites críticos tentativos y las siguientes dosis de
fertilizantes (Tabla 12.10).
Bibliografía
HAAG, H.P., et al. 1967. Absorçao de nutrientes pela cultura de féijoeiro. Bragantia
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Colombia. Hojas en mimeógrafo. Centro Experimental Tibaitatá (Mosquera). 1-
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MUÑOZ, A.R. 1980. Resumen sobre ecología, fisiografía y suelos de la Región Central
de Antioquia. Hojas de mimeógrafo. Granja Tulio Ospina (Bello). 120 p.
196
13
Yuca
219
Fertilización de la yuca
Jairo Gómez López*
Germán Upegui**
13.1 INTRODUCCIÓN
La yuca es un cultivo rústico que crece bien en suelos pobres donde otros cultivos casi
no producen. Por otra parte, muchos agricuItores piensan que la yuca es una planta
que agota la fertilidad del suelo y la siembran como último cultivo en la rotación, en
sistemas de agricultura migratoria, casi sin tecnología, en suelos sumamente ácidos e
infértiles o en lomas muy erosionadas. Aunque la planta aguanta estas condiciones
adversas y produce mejor que otros cultivos para obtener rendimientos altos y de bue-
na calidad, es necesario darle un buen manejo agronómico que incluye: uso de varie-
dades adaptadas, selección de estacas o cangres sanas, buena preparación y manejo
racional del terreno, buen control de malezas y una fertilización adecuada.
Para mantener la fertilidad del suelo es indispensable fertilizarlo por lo menos con
la misma cantidad de nutrientes que el cultivo haya extraído.
Son muchas las variedades que se conocen en el país, pero en ensayos hechos en
Colombia por el CIAT se encontró que las mejores son: secundina, patepava, llanera,
venezolana, tempranera, caquetereña, chiroza gallinaza y M. Col 113.
En la zona cafetera central, la que domina ampliamente es la chiroza gallinaza, no
solo por su alta producción (25 ton/ha) sino por ser la de casi exclusiva aceptación en
los mercados de Bogotá, Medellín y Cali, donde se mercadea esta producción .
La yuca se cultiva en casi todas las regiones del país de clima cálido o cálido moderado
principalmente del Cauca, Huila, Meta, Norte de Santander, Valle del Cauca y Costa
Atlántica y entre los 0 y los 2.000 m.s n.m. (Tabla 13.1).
En los últimos 10 años ha alcanzado gran expansión en los departamentos del viejo
Caldas, principalmente en el Quindío donde ha sido una buena alternativa para el
cultivo del café, habiéndolo sustituído en cerca de 5.000 ha. En los tres departamentos
el área en yuca alcanza aproximadamente 8.000 ha con producciones promedias de 25
ton/ha.
La yuca requiere por lo menos 1.000 mm de precipitación anual; sin embargo, crece
bien en áreas donde la precipitación es apenas de 500 mm, siempre y cuando tenga
suficiente humedad en el suelo durante los primeros dos meses. Una vez establecido el
cultivo, tolera sequías de 4-5 meses sin bajar mucho el rendimiento.
En la zona cafetera central, donde la precipitación es por lo general superior a los
1.800 mm anuales, se prefieren los suelos livianos, francos con buen drenaje, en los
cuales la cosecha y la raíz pueden alcanzar tamaños adecuados. En esta zona (Caldas,
Risaralda, Quindío y Norte del Valle del Cauca) la yuca se cultiva desde pequeñas
* Tomado de OPSA, Ministerio de Agricultura, 1983. Cifras del Sector Agropecuario, Bogotá.
199
123
123
123
123
123456
123456 123
123
123456
123456 123
123
123456
123456
123456
12345
12345
12345678
12345678 12345
1234512345
12345
12345678
12345678 12345
1234512345
12345
1234567
1234567
123 1234567
123 12345
12345 1234567
123
123
123 1234567
1234567
123 1234 1234567
1234567 123 1234 1234567
1234567 1234
1234 1234567
1234567
1234567 1234
1234567 1234
1234567
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123456
123456
12345612345
12345
12345
12345
12345
12345
200
parcelas hasta extensiones de más de 100 hectáreas con rendimientos generalmente
altos, superiores a las 20 ton/ha, muy por encima del promedio nacional de 11,3 ton/
ha, todo ésto gracias a la buena tecnología desarrollada por el CIAT, con la colabora-
ción de Federacafé y los agricultores de la región.
Se ha considerado que la yuca es un cultivo que agota los nutrientes del suelo en forma
severa. Esto se debe a que el arbusto presenta niveles de nitrógeno relativamente altos
en las hojas y sin embargo no responde en gran medida a las aplicaciones de este
elemento; la presencia de esos contenidos altos en nitrógeno (3,5%) se debe al reciclaje
de nutrientes que ocurre en el cultivo. La vida promedio de las hojas de yuca es alrede-
dor de 60 días y el contenido de nitrógeno en las hojas caídas es de aproximadamente
la mitad del de las hojas en la planta, lo cual indica que dentro de la planta se reciclan
gran cantidad de nutrientes y que buena parte de ellos vuelven al suelo y son tomados
nuevamente por el cultivo, siendo este un buen mecanismo de adaptación a suelos
pobres.
La yuca es ineficiente para absorber fósforo, pero a pesar de esto, crece bien en
muchos suelos con niveles bajos del elemento, pues establece asociación con micorrizas
del suelo, las cuales tornan a las plantas eficientes para aprovechar mejor el escaso
fósforo, además de otros nutrientes.
En suelos de origen volcánico, como son la gran mayoría de la zona cafetera, el
fósforo normalmente se fija en más de un 90% y queda muy poco aprovechable para la
planta. Por esta razón, las aplicaciones de fósforo cuando se requieran, deben ser
altas. Un buen suministro o disponibilidad de fósforo aumenta la producción de raíces.
Entre los cultivos tropicales, la yuca es tal vez la que más potasio extrae. Si conside-
ramos que una producción normal en la zona cafetera es alrededor de 25 T.M., dicha
producción extrae del suelo:
* Tomada de Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). 1992. Fertilización en diversos cultivos. Quinta aproximación.
Manual de asistencia técnica Nº 25. Bogotá.
201
Nitrógeno 53-90 kg/ha
Fósforo (P2O5) 23-28 kg/ha
Potasio (K2O) 105-133 kg/ha
Ca 17-25 kg/ha
Mg 9,75 kg/ha
M.O. P K Ca Mg
Unidad Textura pH % ppm me/100 g
Para suelos con características iguales o similares a las unidades citadas conven-
dría realizar el plan de fertilización como el que se sugiere en la Tabla 13.3.
Para la unidad de Chinchiná convendría aplicar de 300 a 500 kg/ha de un fertilizan-
te rico en potasio.
Para la unidad de Montenegro de 300-500 kg/ha de un fertilizante rico en fósforo
como el 13-26-6.
En la unidad de Malabar de 300-500 kg/ha de un fertilizante equilibrado en N-P-K
como el 15-15-15.
El fertilizante se recomienda aplicarlo en su totalidad o en dos aplicaciones: una en
el momento de la siembra y otra dos meses más tarde. Cuando se aplique a la siembra
A 15-15-15
(6 a 10)
C 15-15-15 15-15-15
(3 a 5) (3 a 5)
* El plan de fertilización debe ser elaborado por un ingeniero agrónomo de Asistencia Técnica, con base en el análisis de suelo.
202
debe evitarse colocarlo en contacto directo con la estaca o semilla. También puede ser
una sola aplicación a los dos meses de sembrado, en corona alrededor de la pequeña
planta.
Si el pH es bajo (menor de 5) es necesario incorporar con un rastrillo entre 500 y
1.000 kg/ha de cal agrícola o dolomítica, con el cuidado de no excederse en la dosis
porque se pueden inducir deficiencias de elementos menores.
Bibliografía
LOZANO, C.J. et al. 1976. Problemas en el cultivo de yuca. CIAT. Cali, Colombia. pp 81
a 104.
203
14
Pastos
227
Fertilización de pastos tecnificados
Ricardo Guerrero R.*
14.1 INTRODUCCIÓN
Según Mendoza (1980), las praderas en los climas cálidos de Colombia se pueden
clasificar de manera general en la siguiente forma:
Las cuales están dedicadas a ganaderia extensiva. En estas sabanas existen gramíneas
nativas de baja calidad, aunque su crecimiento es exuberante. La baja calidad del
forraje repercute además en bajas ganancias de peso durante el período de lluvias y
pérdidas de peso durante el verano .
En este tipo de praderas, la quema periódica es una práctica casi obligatoria para el
ganadero, la cual tiene por objeto eliminar el exceso del forraje acumulado, y no con-
sumido por el ganado, e inducir el rebrote de las especies nativas, con un mayor valor
nutritivo y mejores condiciones para el consumo animal.
Gramíneas
Alemán Echynochloa polystachya Pastoreo
Braquiaria Braquiaria decumbens Pastoreo
Carimagua Andropogon gayanus Pastoreo
Angleton Dichantium aristatum Pastoreo/Heno
Buffel Cenchrus ciliaris Pastoreo
Estrella africana Cynodon plectostachyus Pastoreo
Gordura Melinis minutiflora Pastoreo
Pangola Digitaria decumbens Pastoreo/Heno
Puntero Hyparrenia rufa Pastoreo
Guinea Panicum maximum Pastoreo
Micay Axonopus micay Pastoreo
Pará Brachiaria mutica Pastoreo
Elefante Pennisetum purpureum Corte
Imperial Axonopus scoparius Corte
Sorgo forrajero Sorguhm vulgare Corte
Caña forrajera Sacharum officinarum Corte
King Grass Pennisetum hybridum Corte
Leguminosas
Alfalfa Medicago sativa Corte
Calopo Calopogonium mucunoides Pastoreo
Desmodio Desmodium intortum Pastoreo
Kudzú Pueraria phaseoloides Corte
Campanita Clitoria ternata Pastoreo
Guandul Cajanus cajan Corte
Siratro Macriptilium atropurpureum Pastoreo
Stylosanthes Stylosanthes S.P. Pastoreo
Amor seco Desmodium S.P. Pastoreo
206
La introducción de pastos mejorados, permite incrementar la carga animal y la ga-
nancia de peso, bajo estas condiciones, especialmente durante los períodos de verano,
lo cual permite que animales en praderas mejoradas alcancen el peso para ceba con
dos años de ventaja, en relación con animales de sabana.
Las plantas no tienen igual habilidad para extraer nutrientes del suelo. Las gramíneas,
por ejemplo, son más eficientes para extraer el potasio del suelo que las leguminosas.
También es conocida la capacidad de adaptación a condiciones de infertilidad que
tienen pastos como el Braquiaria (Brachiaria decumbens) y Carimagua 1 (Andropogon
gayanus), los cuales son capaces de producir forrajes en mayor cantidad y calidad que
especies nativas. En contraste, bajo estas mismas condiciones de acidez e infertilidad,
207
TABLA 14.2 Extracción anual de nutrimentos de algunas especies forrajeras
Extracción de nutrientes
Rendimiento (kg/ha/año)
forraje seco
Especie (ton/ha/año) N P2O5 K2O Mg S
TABLA 14.3 Clasificación del valor nutritivo de los forrajes según los contenidos
de los principales componentes expresados en base seca*
Valor Proteína Fibra Hidratos Materia total Proteína Grasa Calcio Fósforo Relación
Nutritivo Total Cruda de carbono digerible digerible cruda (Ca) (P) nutritiva
% % % % % % % % %
Excelente 16,5 27,5 50,0 55,0 14,0 4,0 0,60 0,45 3,0
o más o menos o más o más o más o más o más o más o menos
Deficiente 7,4 39,6 35,4 35,9 6,5 1,9 0,15 0,14 9,1
o menos o más o menos o menos o menos o menos o menos o menos o más
208
claro que, tanto para el N como para el P y el K, los niveles de extracción se incrementan
conforme aumentan los rendimientos de forraje, y de acuerdo con el sistema de explo-
tación utilizado.
De lo anterior resulta lógico establecer las siguientes deducciones:
209
TABLA 14.4 Producción de forraje seco por año en ton/ha y remoción de nitrógeno,
fósforo, potasio y calcio, en kg/ha por los pastos Angleton, Pangola y
Pará durante un año*
Elementos removidos
Producción (kg/ha/año)
Especie Tratamientos ton/ha/año N P K Ca
N 0 ** 3,4 36 8 38 12
Angleton N 50 19,9 267 64 350 60
N 100 27,6 415 75 435 88
N 0 1,0 13 5 16 4
Pangola N 50 9,6 164 49 186 45
N 100 19,6 390 95 410 90
N 0 1,8 25 7 43 5
Pará N 50 10,7 175 46 244 35
N 100 17,9 290 65 500 50
210
aceleradamente y, de esta manera, se conserve un buen nivel de productividad en el
hato.
El elemento clave en la fertilización de mantenimiento es el nitrógeno, ya que es el
nutriente que produce los resultados más espectulares. Sin embargo, en suelos de baja
fertilidad será necesario aplicar, además, otros nutrientes tales como el fósforo y el
potasio.
En la fertilización de mantenimeinto, el abono nitrogenado o el fertilizante com-
puesto alto en nitrógeno, debe dosificarse en aplicaciones repetidas a lo largo del año.
Si no se dispone de riego, las aplicaciones serán estacionales, coincidiendo con el
comienzo y el final de las épocas de lluvias, tanto en praderas como en pastos de corte.
En el caso que se disponga de riego, se pueden hacer aplicaciones después de cada
dos pastoreos o cortes. Junto con el nitrógeno se pueden agregar pequeñas cantidades
de fósforo, práctica que ha producido excelentes resultados, en el caso del fertilizante
NUTRIMON 25-15-0-3 (S). (Véase Figura14.1) (Arcila, 1984).
En las zonas ganaderas de los climas medios, en suelos cuyo pH sea igual o mayor
a 6,0, una excelente alternativa para la fertilización de mantenimiento es la utilización
de sulfato de amonio. En la mayoría de los casos, esta fuente ha llevado a mayores
niveles de productividad de forraje, con mayor contenido de proteínas, en comparación
a los obtenidos con úrea o nitrato de amonio. Con el fin de no exagerar las dosis de
azufre, la aplicación alternada de sulfato de amonio y 25-15-0-2 constituye también
una buena variante en el plan de fertiIización.
En la Figura 14.2 se puede observar cómo en la zona de clima medio de Fusagasugá
el pasto Elefante fertilizado con sulfato de amonio alcanzó los más altos rendimientos
de forraje en todos los cortes y los mayores contenidos de proteína, en comparación a
la fertilización de mantenimiento con úrea (Fajardo e Ibarra, 1982).
Entre las ventajas derivadas del uso de fertilizantes en la ganaderia se destacan las
siguientes:
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3 123 123 1234
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ton/ha de forraje seco
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1 1234 123 1234 123 123 123 123 123 123 123 123 123 1234 123
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Testigo Úrea Úrea Nitrón 26 Nitrón 26 25-15-0-3(S) 25-15-0-3(S)
0 kg N/ha 50 kg N/ha 75 kg N/ha 50 kg N/ha 75 kg N/ha 50 kg N/ha 75 kg N/ha
Tratamientos
1234567
1er corte
1234567
1234567
1234567
1234567 2° corte
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3er corte 123 123
123 123 123
1234567 1234 123
123 123 123
123 123
123
15 1234567 1234 123 123 123 123 123
1234567 1234 123 123 123 123 123
123 123
1234567 4° corte 1234 123 123
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123 123
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1234 1234 123 123 123 123 123 123
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% de proteínas
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5 123 123 123 123 1234 1234 1234 123 123 123 123 123 123 123
123 123 123 123 1234 1234 1234 123 123 123 123 123 123 123
123 123 123 123 1234 1234 1234 123 123 123 123 123 123 123
123 123 123 123 1234 1234 1234 123 123 123 123 123 123 123
123 123 1234 1234 123 123 123
123
123
123
123 123
123
123
123 1234
1234
1234
1234 1234
1234
123
123 123
123
123
123 123
123
123
123 123
123
123
123
123 123 123 123 1234 1234 1234 123 123 123 123 123 123 123
123
123 123 123
123 123 1234
1234 1234 1234
1234 123 123
123 123 123
123 123 123
123 123
123 123
123 123 123
123 1234 1234
1234 1234 123
123 123 123
123 123 123
123 123 123
123
123 123 123 123 1234 1234 1234 123 123 123 123 123 123 123
123 123 1234 1234 123 123 123
123
123
123
123 123
123
123
123 1234
1234
1234
1234 1234
1234
123
123 123
123
123
123 123
123
123
123 123
123
123
123
123
123 123 123
123 123 1234
1234 1234 1234
1234 123 123
123 123 123
123 123 123
123 123
123 123 123 123 1234 1234 1234 123 123 123 123 123 123 123
123 123 123 123 1234 1234 1234 123 123 123 123 123 123 123
212
Suelos:
pH: 6,4 Testigo
M.O.: 3,5 % 1234567
1234567
1234567
P ap.: 130 ppm 1234567 Úrea
80 CIC: 20,0 me/100 g
Ca: 15,0 me/100 g
Sulfato de amonio
Mg: 3,0 me/100 g
70 K: 0,2 me/100 g
60
Dosis de N: 50 kg/ha/corte
Forraje verde (ton/ha)
50
40 123456
123456
123456
123456
123456 123456
123456
123456 123456
123456
30 123456 123456
123456 123456
123456
123456
123456
123456 123456
123456
123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456
20 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456
123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456
123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456
10 123456 123456 123456 123456 123456
123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456
0 123456 123456 123456 123456 123456
1er corte 2° corte 3er corte 4° corte 5° corte
11
Dosis de N: 50 kg/ha/corte
Contenido de proteína en el forraje (%)
10
123456
123456
123456
9 123456
123456
123456
123456
123456
123456
123456 123456
123456
123456 123456
123456
8 123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
7 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456
6 123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
5 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456
123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456 123456
123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
123456 123456 123456 123456 123456
0 123456 123456 123456 123456 123456
1er corte 2° corte 3er corte 4° corte 5° corte
213
d) Incrementa la capacidad de carga.
e) Mayor resistencia de las especies a los períodos de sequía.
f) Acorta el período de recuperación de los forrajes.
g) Promueve un aumento significativo en la calidad del forraje.
h)Permite incrementar la producción de carne y leche por animal y por unidad de
superficie.
i) Como resultado de lo anterior, genera incrementos importantes en la rentabilidad
de la explotación.
TABLA 14.5 Guía general para la fertilización NUTRIMON de pastos en las regiones
de clima medio*
A1 13-26-6
6a8
C2 25-15-0-2(MgO)
4a6
* El plan de fertilización específico para cada caso debe ser formulado por el profesional de Asistencia Tecnica, con base en el análisis de suelos.
** Debe complementarse con la aplicación de encalado en el caso de suelos fuertemente ácidos.
1. Alternativa recomendable para suelos muy pobres en fósforo.
2. Plan apropiado para suelos con buena disponibilidad de potasio.
3. Puede prescindirse del cloruro de potasio si el suelo es alto en K disponible.
4. Alternativa apropiada para suelos con pH superior a 6,0.
5. Aplicación alternada de sulfato de amonio y úrea.
6. Si no se dispone de riego, la aplicación debe coincidir con el comienzo y la terminación del período de lluvias.
214
De igual manera, en un buen número de pruebas regionales realizadas por el Pro-
grama de Pastos y Forrajes del ICA, en diferentes regiones de Colombia, se comprobó
que la fertilización, junto con una adecuada rotación de praderas, permitió incrementar
la carga animal promedia de 1,4 animales por hectárea, en pastoreo continuo sin
fertilización, a 5,1 animales por hectárea y la producción de carne de 204 kg/ha/año a
876 kg/ha/año. (Véase Figura 14.3) (Lotero, 1980).
Estas cifras permiten cuantificar fácilrnente el beneficio económico del uso de fer-
tilizantes en pastos, pues resulta evidente cómo esta práctica, ligada a un buen mane-
jo de la pradera, consigue aumentar en un 400%, tanto la carga animal como la pro-
ducción de carne por unidad de superficie. Bajo condiciones de explotación comercial,
se considera que es factible triplicar o, cuando menos, duplicar la carga animal y el
rendimiento de carne.
4 800
Carga (Animales/ha)
3 600
2 400
1 200
0 0
1 2 3 4 5 1 2 3 4 5
Bibliografía
215
GAVILANES, C. C. 1980. Métodos de siembra de especies forrajeras. Suplemento Ga-
nadero 1 (4): 4-18.
216
15
Hortalizas
241
Fertilización de las hortalizas
Jairo Gómez López*
15.1 IMPORTANCIA
Se llama hortalizas a las plantas hortícolas cuya flor, fruto, tallo, hojas o raíces se
consumen en estado fresco, cocido o industrializado.
Las hortalizas están íntimamente ligadas al desarrollo agrícola y rural, ya que por el
carácter intensivo de su cultivo son fuente de ocupación de mano de obra que de otra
manera estaría subutilizada; contribuyen a la alimentación de familias de bajos recur-
sos y ayudan a mantener un buen nivel nutricional.
Su valor alimenticio se debe a que abastecen de calorías, de vitaminas y minerales
y son formadoras de bulto o masa para una buena digestión.
Las hortalizas más sembradas en nuestro país, son: el tomate, el pimentón, el pepi-
no, el melón, la sandía, el zapallo, el repollo, la lechuga, la cebolla, el ajo, la zanahoria,
la remolacha.
15.2 SUELOS
pH P K
Departamentos B M A B M A B M A
Antioquia 59 40 1 75 11 14 58 21 21
Boyacá 39 59 2 30 21 49 16 28 56
Cauca 48 49 3 82 11 7 34 32 34
Cundinamarca 43 55 2 42 25 33 32 20 48
Huila 39 59 2 54 24 22 27 25 48
N. de Santander 33 61 6 36 15 49 31 22 47
Santander 42 48 10 59 16 25 29 52 19
Tolima 18 73 9 44 16 40 45 24 31
Valle del Cauca 12 82 6 65 15 20 35 28 37
* Tomada de: Instituto Colombiano Agropecuario. 1980. Estado actual de la fertilidad de los suelos colombianos y estimativos sobre las necesidades de
fertilizantes para varios cultivos. Ministerio de Agricultura. Bogotá.
219
TABLA 15.2 Guía general para la fertilización NUTRIMON de algunas hortalizas*
* La recomendación de fertilizantes específica para cada cultivo debe ser formulada por el ingeniero agrónomo de Asistencia Técnica, con base en el
análisis de suelo.
** En la mayoría de los casos, la fertilización química debe complementarse con una dosis apropiada de abono orgánico.
220