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Revolución provocada por un movimiento político que terminó en 1917 con la expulsión del
gobierno provisional que había remplazado al sistema zarista, lo que llevó finalmente al
establecimiento de la unión soviética, que duró hasta su caída en el año 1991.
Esta revolución define dos fases:
-La primera fase se denominó revolución de febrero de 1917, que desplazó la autocracia de zar
Nicolás II de Rusia el cual tenía la intención de instalar en su lugar una república liberal.
-La segunda fase fue la revolución de octubre, en la que los sovietz inspirados y dirigidos cada
vez más por el partido bolchevique, este bajo el papel estratégico de Vladimir Ilich Ulianov,
conocido como Lenin, y también la organización de León Trosky, este al comando del comité
militar revolucionario, estos tomaron el poder mediante una revuelta popular armada,
quitándole al gobierno provisional dirigido por Aleksandr Kerensky, esto causó la disolución del
aparato gubernamental del anterior Estado constitucional burgués y sus instituciones.
Esta revolución fue causa de los problemas económicos y sociales de Rusia desde el año 1904,
debido a que la clase trabajadora rusa pasaba por una situación económica bastante difícil y
además de esto trabajan alrededor de 11 horas, los servicios de salud y seguridad laboral
realmente era deplorable, además de esto, los salarios bajaban, lo cual produjo numerosas
huelgas y protestas de los trabajadores las cuales fueron ignoradas o reprimidas por Nicolás II
de Rusia y esté lo hacía muchas veces de una manera inhumana y vil. El pueblo rechazaba la
constante opresión de la autocracia zarista y soluciones como reformas eran ignoradas por
Nicolás II de Rusia lo cual llevó a la inminente revolución.
Rusia estaba en una posición muy desfavorable comparada con los otros países de Europa. Su
situación desde el punto de vista económico como era la industrialización estaba en una
situación muy pobre, Rusia era muy débil en ese aspecto, sus puntos de industrialización era
muy limitados y se concentraban solamente en un lugar. La economía de Rusia se basaba solo
en la agricultura ese era su fuerte económico. Además, el país estaba dominado sobre todo
por capital extranjero, poseyendo este casi la mitad de las acciones rusas. Rusia seguía siendo
un país esencialmente rural (el 85% de la población vivía en zonas rurales). Si bien una parte de
los campesinos se había enriquecido y constituido una especie de clase media rural con el
apoyo del régimen; el número de campesinos sin tierra había aumentando, creando así un
auténtico proletariado rural receptivo a ideas revolucionarias. Sin embargo, el poder zarista se
mostró inmóvil. Varios movimientos organizados por miembros de todas las clases sociales
trataron de derrocar al gobierno sin éxito.
La Revolución Rusa
Aunque las insurrecciones habían sido un elemento común más del Imperio Ruso, fueron raras
en las décadas anteriores a 1905. El descontento político había estado labrándose desde la
polémica emancipación de los siervos de 1861 efectuada por Alejandro II. La emancipación fue
peligrosamente inacabada, con años de pagos por indemnización o redención a los
dvroyanstvo y una libertad limitada, técnica para los narod (gente corriente). Los derechos del
pueblo siguieron enmarcados dentro de una serie de deberes y reglas rígidamente
estructuradas según la clase social.
La emancipación fue sólo una parte de un conjunto de cambios políticos, legales, sociales y
económicos que comenzaron en la 1860s mientras el país se desplazaba lentamente desde el
absolutismo feudalismo hacia el capitalismo. Mientras estas reformas habían liberalizado las
estructuras económicas, sociales y culturales, el sistema político permaneció prácticamente
inalterado. Diversos intentos de reforma fueron duramente rechazados por la monarquía y la
burocracia. Incluso los cambios consensuados tuvieron un alcance relativo; por ejemplo,
menos de cuarenta provincias tenían zemstvo (consejos rurales), cincuenta años después de su
introducción legislativa. Las expectativas, contrarrestadas por el limitado progreso reformador,
produjo frustración que llegado el momento desembocó en rebeliones. La sensación entre
aquéllos que se rebelaron fue que la demanda de «tierra y libertad» sólo podía satisfacerse
mediante la revolución. Los revolucionarios en activo provenían casi exclusivamente de la
intelligentsia.
Herzen sostenía que la sociedad rusa todavía era preindustrial, y abanderaba una imagen
idealizada que consideraba la narod y la obshchina (comuna campesina) como la base del
cambio revolucionario. Al tiempo que el país carecía de un proletariado industrial. Otros
pensadores expusieron que el campesinado ruso era una fuerza extremadamente
conservadora, leal al hogar, pueblo o comunidad, y a nadie más.
Estos pensadores sostenían que a los campesinos sólo les importaba su tierra y se opondrían
profundamente a la democracia y el liberalismo occidental. Posteriores ideólogos rusos
también se vieron atraídos a la idea de una elite revolucionaria, concepto que se pondría en
práctica en 1917. El 1 de marzo (C.J.) de 1881, Alejandro II murió en un atentado con bomba
perpetrado por Naródnaya Volia, una escisión del segundo partido Zemlia i volia. Fue sucedido
por Alejandro III, un ferviente conservador, marcadamente influido por Konstantín
Pobedonóstsev, un devoto del gobierno autocrático.
Bajo Alejandro III, el servicio policial secreto (Ojrana) actuó muy eficientemente para suprimir
tanto los movimientos revolucionarios como los protodemocráticos por todo el país. La Ojrana
dispersó la intelligentsia mediante encarcelaciones y exilio. Se tomaron medidas legislativas
contra «no rusos» y seguidores de otras religiones que no fueran la ortodoxa. La comunidad
judía estuvo particularmente en el punto de mira. Los intelectuales, los «no rusos» y los judíos
emigraron para evitar la persecución. Fue este éxodo a Europa Occidental el que puso a los
pensadores rusos en contacto con el marxismo. El primer grupo marxista ruso se formaría en
1883, aunque no alcanzaría un tamaño relevante hasta 1898.
En fuerte contraste con el estancamiento social de la décadas de 1880 y 1890, se dieron
grandes saltos en el proceso industrializador. Este crecimiento continuaría y se intensificaría en
la última década del siglo XIX con la construcción del ferrocarril Transiberiano y las reformas
emprendidas por el «sistema Witte». Sergei Witte, que fue ministro de Finanzas en 1892, hubo
de enfrentarse a un constante déficit presupuestario. Pretendió incrementar los ingresos del
Estado impulsando la economía y atrayendo a inversores extranjeros. En 1897 fijó el rublo al
patrón oro.
El crecimiento económico se concentraría en unas pocas regiones, que incluían a Moscú, San
Petersburgo, Ucrania y Bakú. Alrededor de la mitad de todo el capital invertido era extranjero;
asimismo, los expertos y emprendedores venidos de fuera resultaron vitales. En 1905, los
grupos revolucionarios se habían recuperado de la opresiva década de 1880. El Partido
Laborista Socialdemócrata Ruso (PLSDR), de tendencia marxista se creó en 1898 y acabó
dividiéndose en 1903, dando lugar a los mencheviques y los bolcheviques. Lenin publicó su
obra ¿Qué queda por hacer? en 1902.
Rusia hallabase gobernada por una monarquía absoluta y despótica, donde la voluntad del
soberano (denominado Zar, es decir, gran Rey) era considerada como ley. El Zar tenia, pues, un
poder ilimitado; gobernaba en forma arbitraria, es decir, sin dar cuenta de sus actos a nadie y
sin respetar las libertades y derechos de sus súbditos. Indiferente a las aspiraciones de las
mayorías, no demostró interés por el progreso y bienestar de su pueblo. Por otra parte, la
Duma o parlamento, casi siempre se mostró deócil e incondicional al soberano.
a) La Nobleza, con el Zar a la cabeza, constituían junto con la aristocracia, la clase privilegiada
de Rusia. Ellos dirigían el gobierno, eran los más grandes propietarios, disfrutaban de todos sus
derechos y gozaban, así mismo, de toda clase de privilegios. Mostraronse ajenos e insensibles
a las necesidades y sufrimientos del pueblo.
Por otra parte, tanto los campesinos como los obreros eran explotados en la forma por demás
inhumana, en las haciendas y en las fábricas, al exigírseles un elevado número de horas de
trabajo diario ( hasta 15 horas) y recibir, en cambio, reducidos salarios, con los que no podían
satisfacer ni sus más apremiantes necesidades. Esta situación se agravo debido a la falta de
una agricultura e industria altamente tecnificadas y modernizadas, que no suministraban una
producción a tono con las necesidades del país.
-4 millones de muertos.
Las sucesivas derrotas rusas en la Primera Guerra Mundial fueron una de las causas de la
Revolución de Febrero. En el momento de entrada en la guerra, todos los partidos políticos se
mostraron favorables a la participación en la contienda, con la excepción del Partido Obrero
Social demócrata, el único partido europeo junto al Partido Socialista del Reino de Serbia que
se negó a votar los créditos de guerra, pero advirtió que no trataría de sabotear los esfuerzos
provocados por la guerra.
Tras el comienzo del conflicto y después de algunos éxitos iniciales, el ejército ruso tuvo que
soportar severas derrotas (en Prusia Oriental, en particular). Las fábricas no se mostraron lo
suficientemente productivas, la red ferroviaria era ineficiente y el suministro de armas y
alimentos al Ejército fallaba. En el Ejército, los partes batían todos los récords: 1.700.000
muertos y 5.950.000 heridos, estallando disturbios y decayendo la moral de los soldados. Estos
soportaban mes a mes la incapacidad de sus oficiales, hasta el punto de suministrar a unidades
de combate munición no correspondiente con el calibre de su arma y la intimidación y los
castigos corporales utilizados en la misma.
Desde 1915-1916, proliferaron diversos comités que se hicieron cargo de todo aquello que el
deficiente Estado ya no asumía (abastecimiento, encargos, intercambios comerciales...). Junto
a las cooperativas o los sindicatos, estos comités se convirtieron en órganos de poder
paralelos. El régimen ya no controlaba el "país real".
El mes de febrero de 1917 reunió todas las características necesarias para una revuelta
popular: invierno duro, escasez de alimentos, hastío hacia la guerra... Se inició con la huelga
espontánea de los trabajadores de las fábricas de la capital, Petrogrado, a principios de dicho
mes. El 23 de febrero (8 de marzo según el calendario gregoriano). Día Internacional de la
Mujer, las mujeres de Petrogrado se manifestaron para exigir pan. Recibieron el apoyo de los
obreros, encontrando estos una razón para prolongar su huelga. Ese día, pese a que se
produjeron algunos enfrentamientos con la policía, no hubo ninguna víctima.
Octubre de 1917
En pocas palabras, se conoce como Revolución Rusa al proceso histórico por el que se derrocó
en Rusia al gobierno imperial zarista, para sustituirse primero por un sistema democrático
liberal y después por un gobierno comunista. Las dos revoluciones, de 1917 se dividieron en: la
caída del Régimen Zarista (revolución de febrero) y la creación del primer estado comunista
del mundo (revolución de octubre).