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Un problema wicked es también aquel que no puede extraerse del contexto donde está
inserto, solucionarse, y reinsertarse sin producir ningún efecto o cambio del status quo.
Las relaciones entre causa y efecto no son claras. De hecho, estos problemas en gran
medida, no tienen solución. Es normal que al enfrentarnos con problemas wicked no
tengamos respuestas, no podamos actuar con decisión y no sepamos qué hacer. Éstos
problemas no siempre se pueden resolver y las decisiones sobre qué hacer y cómo
hacerlo usualmente emergen en la incertidumbre.
Problemas mansos
Un segundo grupo de desafíos, en la opinión del autor, son los desafíos mansos (o tame
en inglés). Estos pueden ser complicados, pero han ocurrido en el pasado y ya tienen
una solución disponible . Estos problemas pueden enfrentarse con estrategias
unidireccionales, operaciones tradicionales o procesos estándares que han funcionado
antes. En general, tienen un bajo grado de incertidumbre y pueden ser resueltos con
herramientas de administración o gestión. Algunos ejemplos de este tipo de desafíos
son: construir edificios, entrenar un ejército, o hacer una cirugía de corazón.
Problemas críticos
El tercer grupo de problemas, según Grint, son los críticos, que como su nombre lo
indica se manifiestan como crisis. Usualmente dan poco tiempo para reaccionar y
debido a eso no es posible solucionarlos mediante procesos de negociación o la apertura
de un espacio para la toma de decisiones planeada. Estos problemas generan algún
grado de incertidumbre, pero usualmente es mitigado rápidamente por una autoridad o
un comandante, de quien se espera que provea una solución correcta para el problema
sin la opción de aplicar un proceso (como en los problemas mansos o tame) o hacer
preguntas (liderazgo). El comandante es visto como una deidad. Algunos ejemplos son
los accidentes de tránsito, una fuga de radiactividad de una planta nuclear, un ataque
militar, un ataque al corazón o un paro de trabajadores. En los casos de crisis solamente
se convierte en una cuando los participantes la declaran, como por ejemplo en una crisis
financiera pues no siempre son evidentes.
Formas de autoridad
Ahora bien, los problemas tienden a cambiar de manera muchas veces impredecible, de
forma que en algunas ocasiones las personas que toman las decisiones deben asumir
roles de comando, en otras asumen roles de gestión y en otras tendrán que asumir roles
de liderazgo. De los tres roles anteriores el más difícil de aplicar y que los tomadores de
decisiones usualmente tratan de evitar, es el rol del liderazgo. Esto se debe a 3 factores:
2) El rol del líder es hacer que los seguidores asuman su responsabilidad (una tarea poco
popular)
3) Que las soluciones para lograr progresos en el desafío pueden tomar bastante tiempo
para ser construidas y en cualquier caso sólo podrán aspirar a que sea“la más apropiada”
vs “la mejor”.
Desde el punto de vista del sistema humano que rodea a los desafíos, el autor plantea
que las facciones se pueden clasificar teniendo en cuenta su adhesión a las reglas y los
roles o por otro lado su orientación hacia el grupo.
2) los fatalistas que son personas con una alta adhesión a las reglas y una baja adhesión
a los grupo
3) los igualitarios que se caracterizan por una alta adhesión al grupo y una baja
adhesión a las reglas y roles
4) los jerarquistas (hierarchist en inglés) con una alta adhesión a las reglas y roles y
una alta orientación al grupo.
Tomando en cuenta estas cuatro facciones y analizando su relación hacia los desafíos,
cada una tiene un punto de vista particular que si lo tomáramos por separado podríamos
identificar una solución “elegante”. Sin embargo, dicha solución no necesariamente
tendría en cuenta los valores intereses y demás elementos relevantes para los otros
grupos de manera que estas soluciones únicamente serían apropiadas para la facción que
la propone.
Esta situación plantea que las soluciones elegantes definidas por cada grupo no serían
apropiadas para colectivos compuestos por facciones diversas alrededor de un problema
complejo (wicked). La alternativa sería la de construir soluciones “torpes” (en Inglés
clumsy) que deben contener elementos y perspectivas muy valiosas que aporta cada
facción, partiendo de los elementos comunes y creando otros elementos aceptables para
el colectivo. Solo así se podría generar verdadero progreso teniendo en cuenta los
intereses, valores, hábitos y posibles pérdidas de los grupos o de las diferentes facciones
que rodean a un desafío en particular. Este proceso de construir soluciones “torpes” se
asemeja más a la labor de un “artista o artesano” que cuestiona, pregunta y al final
integra lo que tiene a su disposición para lograr el éxito.
Muchas iniciativas fracasan debido al mito según el cual si una organización requiere
cambiar es porque ya no funciona. La realidad es que cualquier sistema humano es de la
manera que es, porque las personas que lo componen así lo quieren. Los sistemas
humanos aprender a convivir con las inconsistencias y disfuncionalidades que tienen y
prefieren que no sean cuestionadas. Muchas veces acabar con una situación puede ser
más doloroso que seguir viviendo con ella.
Los problemas técnicos a pesar de ser muy complejos pueden resolverse mediante la
aplicación de soluciones que ya se encuentran en el repertorio de los recursos del
sistema. Por otra parte, la única manera de enfrentar un reto adaptativo es transformar
las prioridades. creencias, hábitos, comportamientos y las lealtades de las personas. De
hecho, la mayoría de los problemas son mixtos es decir tienen componentes técnicos y
componentes adaptativos, muchos de estos retos implican pasar de dinámicas
transaccionales a relaciones de manera que requiere el desarrollo de habilidades
interpersonales a las que hasta ahora no se les ha venido dando prioridad.
La gente no se resiste al cambio en sí, sino a las pérdidas asociadas con el cambio. Es
por esto que el liderazgo adaptativo debe diagnosticar de manera precisa cuáles son las
posibles pérdidas de una facción y establecer mecanismos para lidiar con ellas. Las
pérdidas pueden ser la vida misma o de los seres queridos, el prestigio, la salud, las
lealtades, etc. De manera que el liderazgo adaptativo debe diagnosticar y prever
acciones de manera que las personas puedan superar sus pérdidas. Los cambios muchas
veces requieren sacrificios y un proceso constante de prueba y error. Así mismo, la
adaptación es un proceso de conservación y debe mantenerse siempre abierta la
pregunta de aquellas cosas que conviene conservar.
1. Protección
2. Orientación
3. Orden
Experimentar y asumir
REFERENCIAS
Grint, K. (2008) “Wicked problems and Clumsy solutions: the Role of Leadership”.
Clinical Leader, I (II), 15. Recuperado el 25 de Junio de l 2016 de
http://leadershipforchange.org.uk/wp-content/uploads/Keith-Grint-Wicked-Problems-
handout.pdf
Heifetz, R, Linsky, M, & Grashow, A (2012) “La Teoría tras la Práctica” En: “La
Práctica del Liderazgo Adaptativo”. (pp. 35-67) España: PAIDOS