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discursiva y la mediación
mediatizada
NEYLA G. PARDO A.
Profesora titular del Departamento
de Lingüística e investigadora del
Instituto de Estudios en Comuni-
cación y Cultura, IECO, de la Uni-
versidad Nacional de Colombia.
Miembro de la Red PROSUL
Resumen
Siguiendo la perspectiva del Análisis Crítico del Discurso Mediático este artículo busca establecer los
nexos entre mediación, mediatización y discurso, para lo cual argumenta teóricamente la hipótesis
de que la mediatización es un tipo de mediación que tiene un efecto sobre las prácticas sociales, los
significados y la organización de estos. Con esta pretensión se procede a acercar los conceptos de me-
diación y mediatización y a ampliar la noción de mediación mediatizada. Esto implica comprender el
papel de la tecnología como herramienta física y simbólica que favorece la socialización e interioriza-
ción de un mundo organizado mediante la institución social de los medios masivos de comunicación.
Se develan las proximidades conceptuales entre modelos culturales funcionales y las características de
la mediación mediatizada.
Palabras clave: mediatización, mediación, modelos culturales, discurso, representación.
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Comunicación, discurso y política
ABSTRACT
According to the Mediatic Discourse Critical Analysis, this article seeks to establish the links between
mediation, mediatization and discourse. In order to achieve this goal, the hypothesis that mediatiza-
tion is a kind of mediation that has an effect over social practices, meanings and its organization is
supported theoretically. Having this in mind, this article seeks to establish a link between the concepts
of mediation and mediatization, and to broaden the notion of mediatized mediation. This imply to
understand the rol of technology as a physical and simbolic tool that helps socialization and interiori-
zation of a world organized through mass media social institution. This work shows some conceptual
links between functional cultural models and the characteristics of mediatized mediation
Key words: mediatization, mediation, cultural models, discourse, representation.
L
multánea construye su individualidad.
a producción de significados en el De acuerdo con Vigotsky (1988) la media-
discurso por efecto de su mediati- ción es instrumental y social. En el primer caso
zación se explica bajo las lógicas de se hace referencia a herramientas o instrumen-
funcionamiento de la mediación. tos materiales y psicológicos. En el segundo caso
Desde esta hipótesis se hará una se destaca la interacción social con los pares. Las
aproximación teórica al concepto de mediación herramientas materiales suponen intervenciones
y a sus nexos con los conceptos de discurso y de las personas sobre el mundo, mientras las he-
mediatización. Interesa, por tanto, reconocer los rramientas psicológicas implican modificaciones
procesos y estrategias de significación que proce- e intervenciones de la cultura sobre la estructu-
den de las relaciones discurso-mediación. ra mental individual. Esto no significa que las
La mediación supone la idea de mediar, es herramientas materiales dejen de influir en los
decir, estar entre, situarse como medio de, interce- cambios individuales y mentales, dado que los
der por. En este sentido, hablar de mediación im- instrumentos físicos influyen en las prácticas so-
plica un lugar de instrumentalización, un carácter ciales y éstas, a su vez, en los esquemas mentales
de ambiente para la acción y una tercería en las de apropiación y comprensión del mundo. Para
interacciones sociales. A todos estos referentes se la psicología socio-histórica, el instrumento psi-
hace una aproximación, reconociendo una triple cológico por excelencia lo constituye el lenguaje,
dimensión de la mediación: instrumental, simbó- el cual tiene como funciones la comunicación y
lica e institucional. Estas dimensiones favorecen la reflexión, y el instrumento material recoge la
la comprensión de los medios como agentes cul- tecnología, cuya función es la adaptación al en-
turales y de socialización que permiten relacionar torno. La mediación social implica la interacción
la significación y la experiencia como escenarios del individuo con otros significados, es decir, con
de producción, interpretación e interacción, y adultos en el caso de los niños y con el grupo
como generadoras de prácticas sociales. de pares, de quienes se apropia y con quienes se
La noción de mediación es ampliamente comparte la cultura o mente social que es indivi-
utilizada en la psicología socio-histórica o cultu- dualizada en la interiorización.
ralista –atribuida a Vigotsky y sus seguidores– en En la actualidad, las tecnologías de la
la que se sitúa como un concepto nuclear en el comunicación son a la vez instrumento físico y
momento de explicar la individualidad. Desde psicológico, de una parte, y herramienta y par
esta perspectiva se reconoce la importancia de la interactivo, de otra parte, constituyéndose así en
biología humana, destacando sus características medidores instrumentales y sociales. Esto pone
madurativas y evolutivas, pero se da mayor rele- sobre la mesa la idea de una mediación que es
vancia a los elementos culturales que son incor- delimitada por las tecnologías de la comunica-
porados por los individuos mediante la socializa- ción, es decir, una mediación que se ha transfor-
ción. De manera que la mediación es el proceso mado en mediatización.
que da cuenta de cómo la cultura, en tanto ex- La mediatización implica la presencia de
terna al individuo, es interiorizada por éste en la una significación modificadora de las prácticas y re-
interacción generando una ruptura con la evolu- presentaciones que caracterizan los distintos cam-
ción biológica y gestando una evolución histórica, pos culturales en los que se incrustan los medios
siendo la condición básica para la constitución de de comunicación. En este sentido, el estudio de la
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mediatización equivale a la revisión de sus efectos ciedad virtual. Esto implica la reconstitución de la
en la significación y las interacciones de las comu- educación, la política y la subjetividad, entre otros
nidades, puesto que su presencia supone una varia- ámbitos de interacción humana. No es de extrañar,
ción en la relación sujeto-conocimiento, tanto en entonces, que el consumidor sustituya al ciudada-
su producción, reproducción y comprensión, como no, que la libertad para comprar sea el mecanis-
en su valoración. En términos generales la media- mo de control social, que la convicción política se
tización influye, principalmente, en la percepción haga seducción, que la memoria se vuelva efímera,
espacio-temporal, la relevancia de lo informativo y y que lo tabú se pronuncie no como acto de libera-
lo actual, y la constitución de la identidad. ción sino de represión (Cuadra, 2003).
Lo anterior supone visualizar a la mediati- La mediatización es, por tanto, un tipo
zación como una característica hegemónica que de mediación, cuya relevancia está dada por la
acompaña, produce y promueve las transforma- potencialidad comprensiva de la manera como
ciones de los significados y las prácticas sociales se concibe e interactúa la especie humana en la
en los campos socio-culturales que tejen la socie- actualidad. Para comprender la mediatización es
dad actual. En esta última perspectiva, la media- fundamental identificar las transformaciones de
tización se conceptualiza como un efecto cultural los significados y las prácticas sociales en el marco
de los cambios en la cotidianidad surgidos y pro- de una sociedad cuya cotidianidad está atravesada
ducidos por las tecnologías de la información y la por la interacción con y mediante la tecnología, en
comunicación. Con la palabra mediatización se la que sus principios rectores de tiempo, espacio y,
convoca entonces la mirada a los significados que por ende, de realidad están siendo resignificados
se decantan en el acercamiento a los medios de al punto de recrearse un estatus ontológico y an-
comunicación en sus múltiples dimensiones; en tropológico distinto, y en la que las instituciones
especial en lo referente a su carácter de tecnolo- que la constituyen, además de de-construirse y re-
gía, escenario de interacción e institución social. elaborase, están funcionalmente desplazadas por
la figura de los medios masivos de comunicación.
Todas estas implicaciones interactivas y significa-
Todos estos procesos suponen una tivas de la mediatización se comprenden a la luz
homogeneización, entendida como la de las nuevas tecnologías de la comunicación, el
tendencia a eliminar las diferencias proceso de globalización y la preponderancia del
por igualación de las culturas y las consumismo como ideología dominante.
Los avances tecnológicos obligan a la cons-
subjetividades trucción de nuevas fronteras culturales y estruc-
turas cognitivas para categorizar las tecnologías y
La mediatización, además, concreta la unión sus impactos sobre la cotidianidad (Turkle, 1997).
indisoluble entre medios de comunicación y econo- El desarrollo tecnológico actual presenta un fenó-
mía de mercado, en donde lo simbólico se ofrece en meno de destiempo en relación con la asimilación
beneficio de la acumulación del capital a través de cultural, política y económica, siendo esta última
un dispositivo de producción. A este respecto Álva- el principal escenario de implantación (Williams,
ro Cuadra (2003) señala que la mediatización es el 1983). Este destiempo se debe a que los cambios
rasgo característico de la cultura contemporánea, derivados de las tecnologías reconfiguran las bases
en especial, porque los signos se mueven sobre el simbólicas de las sociedades en la medida en que
soporte de los medios y describen de manera ade- se resignifican las instituciones y las prácticas so-
cuada el referente económico en el que se inscribe ciales en los tránsitos de una tecnología a otra1. La
la sociedad global. Esto es sintetizado por Gauthier, articulación entre viejos y nuevos medios y tecno-
Gosselin y Mouchon (1998) cuando afirman que logías es un proceso paulatino, dado que estos son
“fueron los medios los que transformaron las so- mucho más que instrumentos, requieren de pe-
ciedades industriales en sociedad de consumo”, es riodos de aprehensión, deben adaptarse a las exi-
decir, que el cambio de las sociedades actuales pro- gencias de quienes los usan, cubren parcialmente
cede de la manera como los medios se articulan al las necesidades, implican cambios colaterales que
consumo, al punto de convertirse en un actor social suponen tiempo de asimilación y dependen del
legitimador del dominio de lo económico y coyun- poder adquisitivo (Orozco Gómez, 2002).
tural sobre lo político y de largo alcance.
En consecuencia, las industrias culturales 1.
En la actualidad, se asiste a un proceso general de
evidencian los cursos de la expansión económica adaptación que se ha denominado migración digital (Vil-
y de los modos de significación, señalando un ca- ches, 2001), con lo cual se destaca la supeditación de
todos los medios anteriores a los formatos digitales de las
na y animal, en la que sus relaciones son de simi- concretan saberes y convocan experiencias gene-
litud, analogía, comparación e identidad esencial. rales de la humanidad, así como otras formas de
Las características del totemismo se conservan en pensamiento y experiencia.
el tecno-totemismo, en el que los individuos son La conexión entre los medios y la cultu-
simultáneamente humanos y máquinas. ra, a través de su funcionamiento como modelo
Ahora bien, el tecno-totemismo es una cultural lúdico, sitúa el lugar del significado. El
institución social que organiza los significados y significado no proviene de la información que es
las prácticas sociales derivadas de las relaciones semánticamente vacía, ni de la hiperracionalidad
entre los seres humanos y los desarrollos tecno- mediática que responde a múltiples lógicas, sino
lógicos; por lo tanto, se configura a partir de un del lugar de institución social materializadora de
conjunto de modelos culturales de carácter lú- una hibridación entre tecnología-humanidad. Al
dico. Cabe recordar que los modelos culturales reconocer que los medios funcionan como un tipo
son representaciones simbólicas de la realidad, de modelo cultural lúdico, con base en el hallazgo
que recogen los conceptos intersubjetivos y la de que favorecen la clasificación y la construcción
abstracción de las prácticas sociales convencio- de realidades, conectan relato y rito, y proponen
nales, por lo que son fundamentales en el mo- modos distintos de relación, se encuentra cierta
mento de comprender los elementos cognitivo- consistencia entre algunos elementos de la taxo-
culturales del discurso. Shore (1996) afirma que nomía funcional de los modelos culturales pro-
los modelos culturales lúdicos se caracterizan puesta por Shore (1996) y las formas de abordaje
por una estructura estática que provee las reglas, de la mediación y la mediatización. De manera
y un componente dinámico, aportado por la li- consecuente con lo planteado, en el apartado que
bertad humana al interior de la estructura. Esto sigue se exponen las relaciones entre mediación,
facilita que lo expuesto por gran parte de los me- mediatización y modelos culturales en el marco
dios se viva como un ritual y no como sucesos de las prácticas sociales, la construcción de sen-
dinámicos cargados de interacción. Estos mode- tido y su regulación en el seno los medios vistos
los lúdicos exigen grandes volúmenes de saberes como instituciones sociales.
relacionados con la comprensión del medio, los
elementos socio-culturales que forman su con- Los medios: institución
tenido y los rasgos de las tecnologías en las que social organizadora de
se soportan. Dichos conocimientos permiten la las prácticas sociales y
comprensión de los medios como discursos que los significados
L
a relación entre mediación, mediatización
y modelos culturales que se expone en este
apartado se apoya en tres secciones. En la
primera, se delimita el papel de las tecnologías de
la información y la comunicación como conjun-
to de herramientas generadoras de prácticas
sociales y, por tanto, constructoras de
sentidos. De igual manera, se plantean
los nexos entre los modelos de tarea y
su facilidad para describir las prácticas
derivadas de la tecnología como herra-
mienta y, en consecuencia, se da cuenta
de las rutinas, procedimientos, prediccio-
nes y coordinación de acciones implicadas
cuando se accede a la radio, la televisión, la
prensa, Internet, entre otros medios masivos
de comunicación.
En la segunda sección se entreteje la
noción de mediación como ambiente de inte-
racción, el bagaje de significaciones mediáticas
y su influencia en la orientación de las prácticas
sociales, y los modelos orientacionales. Así, en el
ambiente de interacción se condensa la gama de
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significados que giran en torno a las nociones es-
Comunicación, discurso y política
paciales, temporales, identitarias, entre otros as- de signos posibilitan el desarrollo y control de las
pectos, que surgen de la aparición del ciberespa- funciones psicológicas –percepción, atención, me-
cio, las teleaudiencias, las comunidades virtuales. moria, motivación, afectividad, entre otros (Kozu-
Finalmente, se apuesta a la comprensión lin, 2000)–. El carácter instrumental y epistémico
de mediación como tercería y se relaciona con el de las herramientas se vislumbra cuando se com-
establecimiento de los medios de comunicación prende que el dominio de la naturaleza a través de
masiva como un tipo contemporáneo de institu- la tecnología modifica la condición humana, de la
ción social que regula y organiza la producción, misma manera que el sistema de representaciones,
la reproducción y la comprensión de los significa- que se adquieren y construyen mediante los siste-
dos y las prácticas sociales. Desde esta relación se mas de signos, modifican los modos de comporta-
intuye un nexo adicional entre los modelos expre- miento y la condición humana.
sivo-conceptuales y los componentes estructuran- Los sistemas de signos, en tanto instrumen-
tes de los medios como institución social: el orden tos psicológicos, son medios de comunicación y
social y el dominio cultural. En este último caso, de reflexión, es decir, tienen una función social
la comprensión y el contacto con el entorno son y otra cognitiva o representacional. La función
moldeados por los sentidos, marcos de referencia, social de los signos remite a su carácter original
jerarquías de valores y consensos que a manera compartido, que al ser individualmente apropia-
de artefactos culturales se presentan objetivados dos e interiorizados influye en la percepción, la
como prototipos y modelos de ser, hacer, decir y memorización, la planificación y la acción sobre y
concebir el mundo, es decir, la visión de un mun- en el mundo. La elaboración que cada quien hace
do de la velocidad, lo instantáneo, el consumo, la con base en los saberes compartidos, presentes en
brevedad y el hedonismo. los sistemas de signos, y acumulada como historia
personal de interacción ya contempla la reflexión,
Las tecnologías de es decir, unas acciones para conocer y un cono-
la información y la cimiento. En consecuencia, un sistema de signos
comunicación como es simultáneamente un producto y un proceso: lo
herramientas generadoras primero, cuando se le mira integrado a la cultu-
de prácticas sociales ra preexistente al individuo, y lo segundo, cuan-
do se sitúa al individuo en la cultura. Esto lleva a
C
omo se ha indiciado, la apropiación del identificar la relación sentido-significado como eje
mundo por parte de los individuos se efec- de la comprensión de los sistemas de signos en su
túa a través de instrumentos (materiales y carácter de instrumentos psicológicos, pues el sen-
psicológicos) que funcionan como mecanismos de tido portaría significados ligados a las diferentes
comunicación con el entorno físico y social, y cuya dimensiones contextuales (la situación comunica-
utilización transforma a quien los usa. De modo tiva, los saberes sobre quienes se comunican y los
que un primer acercamiento al concepto de me- bagajes de saberes referidos a lo que se comunica)
diación supone su reconocimiento como conjun- y los significados implicarían sentidos en relación
to de herramientas (Breton, 1998) que facilitan la con las categorías conceptuales a las que remiten.
interacción entre el individuo y su entorno, es de-
cir, aquellas que están entre el ambiente físico, el
individuo y la sociedad. Dado que la interacción El significado no proviene de la
con el entorno material es diferente de la interac- información que es semánticamente vacía,
ción con el entorno social, es viable considerar ni de la hiperracionalidad mediática que
que dichas herramientas son físicas y psicológicas,
con lo cual se dotan de un carácter instrumental
responde a múltiples lógicas, sino del lugar
y epistémico. Habría entonces unos instrumentos de institución social materializadora de una
físicos –herramientas propiamente dichas– con los hibridación entre tecnología-humanidad
cuales se apropia y transforma el mundo físico, y
unos instrumentos psicológicos que ligan individuo Las herramientas físicas asimiladas en este
y sociedad. En el primer caso se encuentra todo caso a las tecnologías de la información y la co-
el despliegue tecnológico y en el segundo están in- municación implican una gama de modos de
cluidos todos los recursos culturales simbólicos, que proceder consecuentes con las mismas. Así, todo
abarcan los sistemas de signos disponibles en la cul- medio o tecnología en su inserción social pasa por
tura y dan cuenta de la capacidad para el lengua- un ‘síndrome de recomposición’ o reorganización
je y la comunicación. El carácter de instrumento de acciones cotidianas de los actores. Estos modos
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psicológico proviene del hecho de que los sistemas de proceder o haceres responden a los formatos
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empleados por los medios y a la modalidad senso- tiempo, en especial la brevedad de los mensajes,
rial que privilegian para la puesta en circulación compartiendo con esta una transformación en la
de los significados. En todo caso, leer, hablar por valoración de lo escrito. En este sentido, Balaguer
teléfono, escuchar radio, ver y escuchar la televi- (2003) considera a la comunicación en línea como
sión, teclear, hacer clic, navegar, y demás acciones el prototipo de las interacciones postmodernas, a
implicadas en el uso de los medios, abarcan un las que caracteriza como informales, efímeras,
conjunto de procesos mentales y unas maneras de despersonalizadas y, por tanto, irreflexivas, ins-
producir y comprender mensajes, que imponen tintivas e impulsivas en el afán de responder a la
la selección de contenidos y la adecuación de los velocidad que exige el medio.
mismos para su puesta en circulación. Así, el uso El uso de Internet se encuentra motivado
de una tecnología de la comunicación, en forma en gran parte porque permite ver sin ser visto.
simultánea, establece unas rutinas de relación con La sociedad mediatizada, entonces, tiene como
la tecnología y ofrece unas posibilidades de inte- característica un supuesto anonimato (Mayans i
racción mientras descarta otras, lo cual conduce a Planeéis, 2000) que seduce en virtud de la nece-
una transformación de los significados. Es en este sidad de escabullir a la sociedad del control im-
sentido que se asume que los modelos culturales plantada por la modernidad. Sin embargo, dicho
de tarea recogen las prácticas sociales procedentes supuesto no es cierto, pues existen distintas for-
de las rutinas y acciones que posibilita la tecnolo- mas para rastrear e identificar a los internautas
gía, y dan cuenta de las construcciones mentales y (Dirección ip que da el origen de la conexión; los
sociales que éstas transportan y elaboran. cookies introducidos al ordenador cuando entra a
Los modelos culturales implicados en este alguna web; los ‘applets’ de Java y JavaScript, las
caso abarcan nuevas formas de comunicación, ventanas cgi que vienen con las páginas web y
identificación, uso de la lengua, ejercicio de la ciu- pueden rastrearse a través de un servidor remo-
dadanía, entre otras prácticas sociales, junto con su to). Todos estos mecanismos no sólo permiten el
consecuente variación en la conceptualización del reconocimiento de quien usa la conexión, sino
individuo, la sociedad y el mundo. Así, las prácticas que recogen información sobre los intereses del
sociales son, en virtud de la mediatización, crea- usuario, con lo cual es posible enviar publicidad
doras de una nueva subjetividad-ciudadanía –la a la medida. En este sentido, no es de extrañar el
audiencia múltiple y simultánea– que no se apoya intento de una “web sociable”, emprendido por
en las tradicionales categorías socio-culturales, ni Judith Donath y Niel Robertson (1994), quienes
en los referentes situacionales. Esto implica una buscaban que quienes compartían intereses y se
variación espacial en la que las fuentes directas de encontraban conectados en forma simultánea en-
información son sustituidas por las creaciones de traran en interacción directa.
los medios, y los lugares de encuentro lo son por El anonimato se concreta a través de nue-
los escenarios mediáticos. Es así como la nueva so- vos formatos interactivos como Internet Relay
ciedad mediatizada se fundamenta en experiencias Chat (irc), o simplemente Chat, y msn. El antece-
vicarias y en relaciones virtuales. En otras palabras, dente del Chat es Telnet, que se empleaba en los
en la actualidad se asiste a la preponderancia de la debates y discusiones académicas en la década de
representación mediática conducente a la virtua- 1980 y se popularizó con IRC, un software creado
lización de productos y procesos, en cuya trans- en 1988 en Finlandia. El chat representa un tipo
formación del tiempo y el espacio se modifica la de comunicación de muchos a muchos sin impor-
interacción y la participación social para proponer tar su ubicación geográfica, pero enmarcada en
una nueva sociedad (Meyrowitz, 1985). temáticas comunes que definen las ‘salas’. El msn
tiene las mismas facilidades del chat, con la dife-
rencia de que no existen salas y los contactos son
La sociedad mediatizada, entonces, habilitados por el mismo usuario, estableciendo
tiene como característica un supuesto algún grado de conocimiento entre quienes inte-
ractúan y sirviendo como referente de presencia
anonimato que seduce en virtud de la en la red. Con base en la sombrilla del anonimato
necesidad de escabullir a la sociedad del se observa otra característica de la sociedad de la
control implantada por la modernidad información: los sujetos pueden construir su pro-
pia identidad para otros.
El nickname o seudónimo, sumado a una
En el caso de la comunicación en línea, por caracterización dada en la interacción, define un
ejemplo, se apropian y acentúan algunos elemen- tipo de identidad que está sujeta a la “buena fe” de
to a través de las pocas claves contextuales que el noción de ciberpragmática, teniendo como punto
medio permite reconocer. Para Judith Donath, In- de partida el reconocimiento de que toda comu-
ternet tiene grados de anonimato, pero en realidad nicación debe analizarse en su contexto de surgi-
lo que favorece el chat es un seudoanonimato; esto miento y de interpretación, es decir, en el marco
significa que en el nick, en la representación que se de los supuestos inferenciales a los que se puede
ofrece, en los aspectos que se mencionan y se omi- acceder para efectos de interpretar y comprender
ten, en las construcciones verosímiles y en los mo- los significados que intercambia. Estos supuestos
dos de fantasear se devela mucho de la identidad y abarcan información obtenida durante la misma
personalidad de quien interactúa3. interacción, del entorno físico, del recuerdo enci-
El chat es una suerte de preparación para clopédico y de los supuestos compartidos por los
una realidad cambiante e incierta, cuyo único re- interlocutores. A este respecto Yus (2001) seña-
ferente es el instante y el presente. Balaguer Prestes la, en primer lugar, que la pérdida de referentes
(2005) se interesa por las características de las con- contextuales derivados del cuerpo, como son las
versaciones a través del chat y el msn. De acuer- categorías socio-culturales (género, raza, clase),
do con el autor, la interacción se asemeja a una así como de la información no verbal vocal (en-
conversación oral, pero sujeta a la escritura. Sin tonación, tonalidad) y no verbal visual (gestos,
embargo, la escritura es libre de estilos e informal, posiciones), en la comunicación en línea es com-
sus contenidos recogen lo casual y son más lúdicos. pensada mediante recursos del tipo: deformación
Así, postula como aspectos distintivos de este tipo tipográfica, emoíconos. En segundo lugar, no se
de comunicación: el uso de abreviaturas, simbolo- produce la reducción o interrupción de la interac-
gías y “emoíconos” (íconos que representan senti- ción comunicativa por efecto de la disminución
mientos y emociones); la ausencia de información de las claves contextuales en ambientes virtuales,
paralingüística, cuando no hay cámara; la posibi- a diferencia de lo hallado en las investigaciones
lidad de almacenamiento de las conversaciones; sobre contextualización en interacciones cara a
la relación anonimato-desinhibición; el potenciar cara4. Los estudios demuestran que ante la dis-
la búsqueda y creación de identidades para el en- minución de claves contextuales los internautas
torno inmediato, pues bajo el nickname se asigna a sobrevaloran la poca información que obtienen
voluntad sexo, etnia y edad, entre otras categorías; sobre el interlocutor (Hancock y Dunham, 2001),
la posibilidad de conversaciones múltiples y simul- o elaboran arquetipos de sus interlocutores, así
táneas en procesos comunicativos entrelazados, como prestan mayor atención a detalles olvidados
que incluso permiten la participación en el lugar en la interacción directa y diseñan referentes con-
de espectador; la retroalimentación (feedback) y la textuales de presentación (Walther, 1996).
toma del lugar del otro (role taking). La sociedad de la información creada a
Estos nuevos medios de comunicación son a partir de la mediatización, también estructura
la vez un nuevo modo de relación humana (Imaña nuevos significados a partir de las transforma-
Serrano, 2002), en los que el chat y el msn constitu- ciones en las prácticas políticas. Por ejemplo, la
yen el epicentro de las interacciones de la sociedad ciberpolítica se desarrolla gracias a los múltiples
de la información. Todo ello ha conducido al sur- espacios para la discusión que posibilita, en los
gimiento de otras formas de conocer, al desarrollo cuales se puede proferir argumentos de la más
de diferentes modos de relación humana y a nue- diversa índole y a favor de causas muy distin-
vas maneras de constituir colectivos (Turrubiates, tas. Esto contribuye a que se favorezca la inte-
2000). En este sentido cobra mayor vigencia la idea racción de grupos históricamente marginados
de Marshall McLuhan de que el medio es el men- y considerados como minorías. Sin embargo y
saje, pues su uso modifica la forma de comunicar y tal como ocurrió con la relación política-televi-
los hábitos, lo cual se complementa con el hecho de sión, los formatos pueden interferir de tal ma-
que el contenido constituya otro medio. nera que la ciberpolítica tienda a privilegiar lo
En consonancia con las características de vistoso abandonando lo ideológico. Pese a que
la comunicación en línea, Yus (2001) propone la Internet implica una interacción, no deja de ser
3.
Tal vez, sólo con un manejo técnico mínimo se pueda 4.
En interacciones cara a cara se ha encontrado: supre-
llegar al nombre y datos básicos de “la vida real”, pero la sión de las relaciones personales por imposibilidad de
personalidad de “la vida on line” no es plenamente diso- reducción de incertidumbre (Parks y Adelman, 1983), dis-
ciable de la única que se tiene. El anonimato y la privaci- minución de la empatía por efecto de anonimato y tra-
dad que abiertamente protege el nick pueden ser vulne- to impersonal resultado de la reducción en las pistas del
rados a través de un programa como el “tracerout”, que contexto social (Sproull y Kiessler, 1986), y reducción de
viene instalado por defecto en Windows, y permite que la atención al interlocutor por ausencia de lenguaje no
se pueda adquirir toda la información almacenada en el verbal que marca su presencia interactiva (Byrne, 1984).
ordenador que está conectado y en interacción.
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un escenario contemplativo, es decir, en el que se lidades para investigar, es decir, localizar, manejar,
hipnotiza al cibernauta con la cantidad de datos entender e interpretar información, teniendo pre-
y posibilidades que encuentra en el ciberespa- sente que el hipertexto facilita la búsqueda de in-
cio, reduciendo su acción a un clic. La multiu- formación pero a la vez favorece su presentación
bicación como rasgo del ciberespacio favorece la fragmentada. En otras palabras, la multimedia
unidireccionalidad, y con esto la contemplación posee formas novedosas de consumo cultural que
antes que la interacción. En consonancia con lo van más allá de lo aprendido mediante la cultu-
expuesto, Gerardo Villamil indica que la media- ra escrita y visual. Todo esto sin desconocer que
tización ha redundado en la reducción de los la educación también debe favorecer la vivencia
mensajes a eslogan, haciendo que la política se con otros, es decir, la comunión con las personas,
traduzca en propaganda. aspecto que se logra de modo más eficiente en la
La mediatización política enfrenta un ele- interacción cara a cara.
mento más de tensión en relación con el dilema
libertad-crecimiento tecnológico versus soberanía- El ambiente de interacción:
identidad local, que consiste en el replanteamiento los bagajes de significados
de lo público y lo privado, en su doble acepción, de la sociedad mediatizada
es decir, en lo relacionado con la intimidad y en lo y sus implicaciones en las
referente a la propiedad. En este sentido, se obser- prácticas sociales
va que Internet, por ejemplo, se encuentra com-
L
prometida con intereses particulares y vulnera la a referencia a conjuntos de instrumentos
intimidad, al tiempo que crea un escenario de apa- como una conceptualización de mediación,
rente anonimato, en el que el acceso a la red parece recoge el significado “estar entre”, vale decir,
conducir por fin a la democratización, es decir, a lo que se posiciona entre los sistemas de signos y
la creación de un mundo igualitario. De la misma quienes los interpretan y los producen. No obstante,
manera, mientras se rebasan las fronteras como la mediación no se agota en su carácter de conjunto
un símbolo de libertad, la noción de soberanía se de instrumentos, sino que remite a un orden de uso
resquebraja aún más, e incluso, el eclecticismo de e interpretación de un sistema de signos, en otros
la red es, sin lugar a dudas, la supremacía de la términos, es un medio de interacción. La mediación
tecnología y la comunicación sobre los saberes an- entendida como medio implica concebirla como un
cestrales y la diversidad cultural. Se conforma en- proceso de organización simbólica de la realidad.
tonces un nuevo comunitarismo en el que se pasa, Desde esta perspectiva, los instrumentos físicos y
según Trejo Delarbre (1996), de la aldea global a psicológicos, esto es, la tecnología y el lenguaje, con-
la aldea total. Sin embargo, el nacionalismo global jugan una relación especular y espectacular de los
propiciado por las redes en condiciones de igual- individuos con una experiencia confiscada5, en la
dad sigue siendo una ilusión, por lo que quienes que esta última adquiere un carácter mediado. La
acceden a la ciberpolítica de nuevo son las élites. experiencia mediada propuesta desde los griegos y
En resumen, la ciberpolítica se enfrenta a los pro- recuperada por Giddens (1995) se apoya en la idea
blemas de una ciudadanía cibernética que se logra de que los individuos poseen un cúmulo de conoci-
por el acceso, el cual tiene unas limitantes, y por un mientos derivados de su relación con los instrumen-
potencial interactivo que se reduce con la multiubi- tos que ‘reflejan’ la realidad y generan vivencias.
cación y la fascinación de la abundancia. La experiencia mediada es la prueba feha-
De la misma manera que la política se ha ciente de que el medio implica más que estar en
transformado en ciberpolítica, la educación se ha la mitad, y lo posiciona como un lugar de prácti-
vuelto educación virtual. Esta última explota la cas sociales, es decir, como ambiente de relación
abundancia de información, la creación de infor- y construcción de los individuos (Abril, 1997).
mación compacta como en la enciclomedia, la En consonancia con este planteamiento, la expe-
existencia de libros electrónicos (e-books), las bon- riencia mediada conduce a la resignificación de
dades de la multimedia, entre otros recursos del la representación como una suerte de simulacro
ciberespacio. No obstante, la existencia de mayor (Baudrillard, 1998) que opera bajo una lógica de
información no garantiza ni su necesidad ni su
calidad. Además, el uso de la multimedia respon- 5.
Thompson (1998) hace referencia a la confiscación ins-
titucional de la experiencia –una noción próxima a la de
de a una lógica distinta de la escrita cuyas habili-
secuestro de la experiencia que propuso Giddens (1995)–
dades para su manejo se desconocen. La educa- para señalar el proceso de partición entre las prácticas
ción en este caso se enfrenta a la necesidad de la sociales y el sentido. En este proceso la experiencia es
diversificación e intensificación del conocimiento, recogida en los medios como ajena a la cotidianidad, a
la constitución subjetiva de la identidad y a los dilemas
Este nexo entre medios, cultura de masas y sión-radio en línea, administración pública en
publicidad atravesado por el consumo se hace más línea, entre otros usos. Todas estas posibilidades
palpable con lo que Mayans i Planells (2002) deno- se potencian con el apoyo de la World Wide Web,
mina “narrativas ciborg” o discursos públicos de surgida en 1989 en Ginebra, es decir, de un con-
los medios de comunicación y de entretenimiento junto de páginas con información específica o un
masivo, es decir, los llamados “paisajes tecnosocia- seleccionador de hipertexto, que a su vez se ve
les” de Buxó (2001). Las narrativas ciborg son es- fortalecido con el uso de los recursos multimedia.
tructuras estructurantes en las que el significado ni Tal como puede intuirse, esta gama de usos impli-
es impuesto ni es plenamente libre, observándose ca modificaciones en los modos de comprender,
que condicionan y están condicionadas a y por su construir, interactuar y relacionarse con el entor-
entorno público y sociocultural, pues producen lo no y consigo mismo.
que el público pide o lo que los productores supo- Según Gómez Cruz (2002) estos cambios
nen que pide. Una estructura tan sólo es una serie obligan a hacer referencia a un espacio real y otro
de criterios de distinción y separación, esto es, un construido en forma simbólica, es decir, aquel
bagaje de conocimientos aprendidos, asimilados y que ocupan y aquel que crean los computado-
asumidos por una sociedad que delimita el ser y el res. Internet constituye el ciberespacio, esto es, el
deber ser de los seres en el mundo. Las estructuras conjunto de espacios que crea la interconexión
son quebrantadas por miradas, descubrimientos de computadoras, en el que las expresiones, las
y creaciones que implican nuevas formas de con- relaciones, los datos, el comercio, el poder y de-
ceptualizar la realidad. más saberes, acciones y dimensiones humanas
Los paisajes tecno-sociales son más palpa- son posibles en virtud del uso de tecnologías de
bles en la denominada Comunicación Mediada la comunicación con uso del computador. Desde
por Computadora-cmc (Gómez Cruz, 2002), que esta perspectiva se entiende que los computado-
tiene repercusiones sobre la identidad, la sociali- res, sus cables, conexiones y servidores ocupan
zación, las relaciones afectivas y sexuales, e im- un lugar en el espacio de los físicos, en cuyo pro-
plica una transformación del espacio, el tiempo ceso de ocupación va sufriendo modificaciones
y, en últimas, de la realidad, que se configura con (Silverstone, Hirsch y Morley, 1992), y lo domés-
rasgos tecno-sociales. En este sentido, uno de los tico varía en función de dichas máquinas que
medios que ha influido en forma preponderante brindan acceso al ciberespacio (Mitra y Schar-
en la transformación social, a través de la cons- tz, 2001). Incluso, este acceso a lo intangible a
titución de nuevos modos de interacción en es- través de mecanismos tangibles (Bonder, 2002)
cenarios diversos y complejos de encuentro, es la ha implicado la generación de unos escenarios
superautopista de la información, que se soporta públicos pero de dominio privado: los cibercafés,
en Internet y es análoga a la fusión entre una au- los kioscos digitales o el café Internet. Esto mis-
topista, una telaraña y un supermercado. Estos es- mo afirma Jones (1995) cuando dice:
cenarios generados por Internet constituyen mo-
delos culturales contemporáneos que orientan las La cmc, por supuesto, no es sólo una herramienta;
relaciones sociales. De acuerdo con Gómez Cruz es al mismo tiempo tecnología, medio y motor de
(2002), Internet comprende el correo electrónico, relaciones sociales. No sólo estructura relaciones
las páginas web, los chats, los juegos en línea, los sociales, es el espacio en donde dichas relaciones
grupos de noticias, los servidores FTP (Protocolo ocurren y la herramienta que los individuos usan
de Transferencia de Ficheros o Archivos) y mu- para entrar en ese espacio. Es mucho más que el
chos más programas, bases de datos y modos de contexto en donde ocurren esas relaciones (aunque
comunicación, que permiten la constitución de sea eso también). Por ello, es comentado e ima-
identidades, comunidades, espacios y realidades ginativamente construido por procesos simbólicos
virtuales, entre otras conformaciones ontológicas, iniciados y mantenidos por individuos y grupos.
epistemológicas, antropológicas y sociológicas.
La extensión y desarrollo de Internet se ex- Ahora bien, el ciberespacio se referencia
plica por la amplitud de posibilidades que ofrece, como un lugar distinto al real al que se accede,
a saber: ocio electrónico, educación a distancia entra, conecta, o lo que Antulio Sánchez (2001)
(aula electrónica, red académica, consulta elec- denomina sexto continente o Gwinnell (1999) lla-
trónica), correo electrónico, negocios y servicios ma gigantesco centro comercial o espacio de flu-
financieros en línea, teletrabajo, teleservicios jos (Castells, 2001). No obstante, Miller y Slater
(tienda electrónica), comunidades de discusión, (2001) no aceptan la idea de una realidad inde-
opciones personales (cibersexo, foros, páginas pendiente sino de nuevas formas de mediación.
64 personales), grupos por intereses, prensa-televi- En este sentido, la virtualidad se considera como
Comunicación, discurso y política
intrínseca a la mediación y se define como la po- la Red. Estos espacios para el diálogo, que en algu-
tencialidad tecnológica de construir realidades. nos círculos conducen a la facilitación del contacto
Las tecnologías, por tanto, facilitarían interaccio- y al establecimiento de consensos, en otros no son
nes a partir de las cuales son los individuos los que más que caóticas conversaciones cuya abstracción
crean las representaciones. de significados parece imposible. Uno de los aspec-
De acuerdo con Thompson (1998), los tos más relevantes de esta comunicación a través
medios de comunicación se soportan en la idea de las redes electrónicas es la modificación en la
de la simultaneidad espaciada, es decir, la rup- lengua, es decir, la creación de la ciberlengua, que
tura con el aquí y el ahora de la conversación, se caracteriza por un estilo parco, simple, con ideas
y son justamente estas redefiniciones del tiem- cortas, con pocas y breves frases, en donde la in-
po y el espacio las que modifican el concepto de terlocución múltiple es a ciegas, cualquiera puede
realidad. Así, medios como la carta, el teléfono, entrar en interacción, se amplía el uso de abrevia-
el fax, la televisión y la radio son considerados turas, apócopes, iniciales, anglicismos y no hay, ne-
instrumentos a través de los cuales se reprodu- cesariamente, linealidad temática.
ce o se conecta con espacios lejanos, mientras el Ciberespacio, comunidades virtuales, rea-
cine crea su propio espacio –cinema– e Internet lidad virtual y demás expresiones contemporá-
acota distancias, transmite contenidos y es un es- neas constituyen los modos de referirse discur-
cenario social al que se asiste para actuar. Esto sivamente a lo que representa la sociedad de la
último se sitúa en el centro de los recursos para información. Estas nociones dan cuenta de la
la comprensión de Internet como el máximo materialización de la globalización en estrecha
propiciador de una nueva realidad, la virtual. relación con Internet. En este sentido, Trejo De-
En este caso, el concepto de realidad a utilizar larbre (1996) afirma: “No hay sensación contem-
se refiere a lo experiencial-vivencial, que inclu- poránea más representativa de la globalización
so está presente en la realidad sensorial. Dicha que cuando se viaja por el ciberespacio”. La no-
nueva realidad se hace patente cuando se usan ción de ciberespacio es el resultado y el ambiente
expresiones como realidad virtual, comunidad en el cual se da el proceso de globalización, es
virtual y ciberespacio (Reinghold, 1994; Jones, decir, el intercambio ilimitado de culturas, datos,
1995). Este sería entonces el tercer entorno, bienes y servicios de la más diversa índole a ele-
como lo atestiguan las comunidades virtuales vadas velocidades. Siguiendo a Trejo Delarbre
(Echeverría, 2000), luego de la naturaleza y de la (1996) “La globalización es la omnipresencia, to-
ciudad. Una comunidad virtual (Graham, 2000) talizadora y envolvente, de intercambios y recur-
reconoce la existencia de unas dinámicas propias sos que a menudo hacen creer que el mundo es
de los internautas y pone en evidencia nuevas uno sólo”. Este intercambio abarca los ámbitos
comprensiones metafísicas del mundo. económicos, políticos y culturales enmarcados en
Mitra y Schartz (2001) afirman que los es- unos parámetros similares. Dichos parámetros
pacios cibernéticos “deben ser entendidos como pueden sintetizarse en: fluidez en el intercambio
un sistema en su totalidad que puede tener un comercial, eliminación de fronteras y especiali-
fuerte componente real y ciber donde ninguno zación geográfica de la producción, reducción
merece ser privilegiado pero ambos necesitan ser del Estado y su presencia en la regulación de lo
examinados juntos para entender cómo operan público, prevalencia de organismos supranacio-
los espacios combinados”. Siguiendo este plantea- nales y corporaciones multinacionales, sujeción
miento, Gómez Cruz (2001) formula la existencia de la política local a la normativa internacional
de un hiperespacio, es decir, las relaciones entre el y los requerimientos de las multinacionales, in-
espacio físico y el cibernético a través del estudio ternacionalización de los movimientos sociales y
de la domesticación o de la identificación de los las situaciones de crisis.
modos como la tecnología se inserta en la cotidia- La globalización lleva consigo la propues-
nidad y el espacio, y la virtualización, que Green ta de una sociedad de la información, es decir,
(2001) caracteriza por la superación del espacio la constitución de un ambiente de interacciones
físico a partir de los usos del computador y el de- soportado en la producción y difusión del cono-
sarrollo de sus propias dinámicas. cimiento, lo cual no es ajeno a la necesidad de
Balaguer Prestes (2005) señala que en los transformar la información en conocimiento.
adolescentes el chat y el MSN se han convertido en Esta sociedad se caracteriza, además, por la ve-
un elemento fundamental para la construcción de locidad de generación, transmisión y procesa-
su identidad, puesto que su integración al ambien- miento de la información, ya que es instantánea
te implica para ellos conversaciones simultáneas y y tomada directamente de la fuente sin limitación
múltiples con un teclado y conexión permanente a espacial. Así, la sociedad de la información gene-
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Revista Comunicación y Ciudadanía
66 cuesta, ni quién la compra. A esto último se suma público en sus particularidades ya posee (Stewart,
Comunicación, discurso y política
1989). Esto repercute, por ejemplo, en el hecho de La apuesta por el ciberespacio, además
que la persona de la era informática sea simultá- de recoger un amplio volumen de tensiones, re-
neamente un ciudadano del mundo y se perciba presenta en algunos aspectos una amenaza para
como no perteneciente a una comunidad específi- las sociedades. Este es el caso del privilegio de la
ca (Reich, 1993). Esta tensión entre lo global y lo información electrónica cuya vulnerabilidad né-
local, lo nacional y lo cosmopolita, también dada mica por la pérdida puede ser más elevada que
frente al multiculturalismo y la mundialización la de la imprenta y, en consecuencia, la memoria
de la economía, es quizá el centro de la reflexión de la humanidad se encuentra en riesgo. Ade-
cuando se pretende analizar la globalización y su más, así como el ciberespacio potencia múltiples
relación con la mediatización. actividades humanas, también favorece formas
La vigencia de lo comercial en relación con novedosas de delincuencia y agremiación de
la sociedad mediática implica que la información es delincuentes. Este es el caso de la extracción
negocio en sí misma y es recurso decisivo para nego- de información confidencial, las transferencias
ciar. En consecuencia, la información congrega los ilegales, el robo de servicios, el intercambio de
dos referentes hasta ahora centrales en la ostenta- información por parte de las mafias, la inter-
ción del poder: el saber y el dinero. La información ceptación de mensajes secretos, el terrorismo,
se convierte entonces en poder, que para tal efecto la pornografía infantil. Todo esto va de la mano
se apoya en la valoración de la velocidad de despla- de la creación de los virus y la existencia de los
zamiento y la agilidad de respuesta en función de hackers, en especial en su versión malvada de crac-
la cantidad de datos tratados y almacenados. Este ker. Finalmente, en términos de salud mental el
poder, además de estos valores, es heterodoxo en su ciberespacio ha generado su propia enfermedad:
funcionamiento, es decir, sin centro de poder, fun- ciberhólicos, es decir, los adictos a la red, que es
ciona como un lugar –océano en el que se navega-, consecuente con los modelos de diagnóstico que
crece en forma acelerada y tiende a ser de dominio orientan la diferenciación y clasificación social.
privado, pues todo es de particulares –las redes de Esto redunda en la necesidad de plantear una
acceso, los servicios, los productores de equipos, los ciber-ética, en la que se reavive la reflexión sobre
motores de búsqueda–. Así, la sociedad mediática las acciones individuales frente al bienestar.
en tanto producto tecnológico es instrumento de
extensión y dominación, y fuente de dilemas para Los medios masivos de
las sociedades y las culturas. Esta relación entre sa- comunicación como
ber y poder en la era de la globalización y la socie- institución social
dad de la información puede sintetizarse tal como organizadora de prácticas
lo hizo Ortiz Chaparro (1995): y significados
La sociedad de la información tiene voca-
L
ción de sociedad global. De otro modo: la globa- a mediación como tercería supone la idea
lidad es consustancial a su estructura... Esta glo- de que el signo interactúa con quienes lo
balidad es de fácil constatación. Cosas que sólo se producen y lo interpretan, lo cual tiene
podían comprar en el mercado local se pueden ad- efecto sobre la producción y la comprensión de los
quirir ahora instantáneamente en cualquier lugar significados. En este sentido, el conjunto de signos
del mundo. Igualmente, solo se podía ser especta- e instrumentos configuran una gama particular
dor de los hechos que ocurrían en el propio ámbito de experiencias ligadas a dispositivos tecnológicos
de cada uno. Hoy se puede ser espectador univer- y simbólicos que forman parte de la interacción.
sal, mediante las telecomunicaciones. Este nuevo El medio, en este caso, se asimila a un dispositi-
mundo no lo definen los gobiernos o las alianzas vo que, a la manera de un puente, conecta a los
de gobiernos, sino los mercados, el comercio y la interlocutores, que registra y transporta represen-
comunicación trasnacionales. Se ha producido un taciones, al tiempo que influye en la elaboración
cambio en el foco del control económico. Y se está de dichas representaciones. En esta medida, los
produciendo una atenuación de muchas fronteras medios se instauran como representaciones que
políticas y sociales. Como dice A. Targowsky, “la apoyan la cotidianidad y son piedra angular de la
aldea electrónica global ha superado al Estado en formulación de saberes.
cuanto foco de control económico. El flujo libre e Los medios de comunicación en tanto insti-
incontrolado de capitales a través de las fronteras tución social constituyen lo que Cubides (2002) de-
nacionales supone un poder que apenas controlan nomina agencias de sentido, es decir, instituciones
los gobiernos nacionales”. Las fronteras nacionales que gestionan, producen y orientan los modos de
se han hecho permeables. Las personas y las em- comprensión de quienes las conforman y las circun-
presas se han hecho transnacionales.
67
dan, a través del ofrecimiento de marcos de refe-
Revista Comunicación y Ciudadanía
rencia y jerarquías de valores. Dichos valores son de los medios es significado como un cultivo, es
el punto de partida para que los medios construyan decir, como un conjunto de representaciones sis-
sus representaciones y formas de interacción. En temáticas de la realidad que sirven de lecciones a
este sentido, una de las características de los medios la gente y que siguen una secuencia interactiva,
contemporáneos, necesaria en la comprensión de dinámica y progresiva (McQuil, 1998).
su papel de agencias de sentido, es su elevada y rápi- El orden social que recogen los medios im-
da producción y reproducción de información, que plica el dominio y la solidaridad. En relación con
afecta los hábitos y con éstos influye en la posibili- el dominio toman relevancia las nociones de orden
dad de discernir y seleccionar datos (Bilbeny, 1997). público, construcción y preservación del consenso,
Así, la presencia de mayor información no significa y control indirecto a través de sistemas simbólicos.
necesariamente ampliación del conocimiento. En el marco de la solidaridad se encuentran las
El carácter de institución social dado a nociones de identidad y cohesión grupal, empatía
los medios masivos de comunicación (Schramm, y orden moral compartido, y pro-social. Todo lo
1975; Curran y Seaton, 1991) delimita su estu- anterior forma una estructura narrativa que con-
dio como estructuras socializadoras y reproduc- juga identidad, orden, consenso y empatía, la cual
toras de cultura, es decir, como referencias de se pone en circulación mediante la vigencia de los
instrucción, dominación y control social, y como principios de libertad de expresión y acceso, diversi-
agencias de sentido a través de elaboraciones sim- dad y objetividad. De este modo los medios se con-
bólicas que jerarquizan los significados, dan iden- vierten en un entorno simbólico que se posiciona
tidad y se interiorizan como un orden compartido como centro de control en virtud de la búsqueda
consecuente con un dominio cultural. del consenso a través de la reiteración de valores,
La consideración de los medios como una en donde el reconocimiento de las diferencias aleja-
institución comprometida con un orden social, das de los modelos hegemónicos pasa, indiscutible-
entendido como un principio o valor dador de la mente, por la justificación de su presencia. Dicha
cohesión y la armonía social, se relaciona con la estructura narrativa funciona como una fábula con
unión, el desarrollo de actividades, el sentido de su moraleja que es capaz de ilustrar los comporta-
pertenencia y la identidad de una colectividad. mientos premiados y castigados, se entreteje de for-
Este dominio social de los medios abarca el con- ma coherente con los principios morales de otras
trol, esto es, las maneras de ejercicio del poder instituciones sociales y favorece la identificación a
y su acatamiento, y la solidaridad o ligazón en- través de la elaboración de héroes y villanos.
tre lealtad y cooperación, en la que el orden es En este marco, los medios emplean el cas-
equivalente a igualdad, reciprocidad, equilibrio tigo, la estigmatización y el señalamiento como
y autodeterminación. Desde esta perspectiva la mecanismos para marcar lo indeseable, sancio-
interpretación de la manera como los medios se narlo y ubicarlo como enemigo del bien común,
entretejen con el orden social tiene tres miradas: en correspondencia con la normalización y la
primero, como continuadores del orden social, naturalización de un conjunto de valores y mo-
que determinan actividades y valores, al tiempo dos de relación que incluyen: el matrimonio, la
que establecen consensos e integran individuos a familia nuclear, la monogamia, la heterosexua-
la sociedad; segundo, como un recurso usado por lidad, la dominación masculina, la democracia,
las elites para marginar y deslegitimar la oposición el consumo, entre otros. El control, o mejor la
e imponer sentidos; tercero, como el insumo que reproducción ejercida por los medios, recurre a
permite a las personas crear su propio orden. la noción de buen gusto, asociada a criterios mo-
El domino social de los medios, en tanto rales que se aplican a las costumbres, siendo lo
comprometido con un orden social, se soporta en que se puede hacer en público lo natural, lo nor-
la socialización o búsqueda de armonía a través mal, lo sano. Ahora bien, los medios cumplen
del apoyo a referentes de normalidad, que favo- tres funciones en tanto portadores de la cultura
recen la jerarquía vigente del estatus social y los y encarnación de la identidad colectiva.
modos de distribución económica que se le atri- La primera función implica avalar las aspira-
buyen. Aunque se espera que los medios sean neu- ciones de las identidades sociales a través del control
trales en su función socializadora de dar sentido, y la cohesión. En este sentido, los medios contribu-
tienden a parcializarse en favor de ciertos valores, yen con el desarrollo de una conciencia de identi-
para lo cual se les observa asociados con un proce- dad nacional, un sentido de pertenencia, el realce de
so enseñanza-aprendizaje de valores y modelos de unos atributos compartidos (lugar, lengua y cultura),
conducta, que éstos representan simbólicamente la formación de un sentido de exclusividad, la crea-
y en forma consecuente con una lógica de econo- ción de símbolos en el marco de su lugar de repre-
68 mía conductual. En este sentido, el dominio social sentación y convocadores del interés colectivo.
Comunicación, discurso y política
La segunda función les permite a los me- de comparación lo determinan las costumbres,
dios servir de extensión simbólica de la simpatía artefactos y símbolos de la elite social y artísti-
por los individuos y los grupos en relación con sus ca profesional, y una apuesta por la igualdad y
problemas, incluidos desastres e injusticias, de tal equidad en el acceso y apropiación del capital
forma que acentúan la identidad común. Así, las cultural que sigue principios de justicia, demo-
experiencias individuales y locales se conectan cracia y derechos ciudadanos.
con las experiencias grupales y globales. En cum- A lo anterior se suma, en primer lugar, la
plimiento de esta función los medios se acercan a vigencia en la cultura mediática de la noción de
la sociedad y a la comunidad, informan y evalúan identidad cultural, entendida como el marcador
problemas, o ayudan a las personas. cognitivo que da pertenencia a un lugar, un perio-
La tercera función supone promocionar do histórico y una colectividad. En segundo lugar,
actitudes pro-sociales con el ejemplo que recogen la relación entre cultura mediática y formación
valoraciones sociales positivas, ilustran una buena estético-moral, es decir, el establecimiento de un
conducta, demuestran preocupación por los de- sentido del buen gusto, en su doble dimensión
más y compromiso con la comunidad. Esta fun- de lo bello y lo bueno, que abarca el comporta-
ción, en conjunto, muestra el andamiaje afectivo, miento en los lugares públicos, la consideración
cooperativo y de control emocional a través del y reconstrucción de los cuerpos, la vigencia de la
cual se conecta el medio con su público y se forta- moda, entre otros valores. En tercer lugar, la cul-
lece el ordenamiento social. tura mediática se entreteje con colectivos que la
Hasta este punto se ha hecho énfasis en la avalan, tales como los promotores culturales, las
función socializadora de los medios como institu- industrias culturales, los grupos de presión y los
ciones sociales, es decir, en relación con su com- sectores políticos. De esta manera, el dominio cul-
promiso con el mantenimiento de un determina- tural se ejerce a través de la jerarquización de va-
do orden social, lo cual implica aspectos de orden loraciones que se organizan en torno a una iden-
simbólico, pero no constituye su eje central. A tidad auténtica y su relación con la recolección de
continuación se encamina la reflexión en torno a elementos de las sub-culturas grupales, locales y
la segunda función de las instituciones sociales –la geográficas, de una parte, y con lo que se concep-
reproducción cultural, en la que se da mayor rele- tualiza como incultura o enajenaciones del buen
vancia a los aspectos de significación y simbólicos. gusto y las correctas costumbres, por otra parte.
El dominio cultural de los medios se apoya en la El orden social y el dominio cultural que
noción de cultura mediática y ésta, a su vez, se reproducen los medios constituyen las dos estruc-
liga con el cumplimiento de un conjunto de debe- turas sobre las cuales se organizan las prácticas
res sobre la educación, las costumbres nacionales, sociales y los significados. Así los medios, en tanto
las artes y demás aspectos altamente valorados institución social, llevan a cabo sus procesos de
por la humanidad o por determinados grupos. socialización y reproducción cultural con base en
El dominio cultural de los medios se rela- la ejemplificación, la creación y la jerarquización
ciona entonces con las acciones y artefactos de la de las prácticas sociales y culturales derivadas del
denominada “alta cultura” y el realce esporádi- uso de las tecnologías, los ritmos y modos de in-
co de lo que la misma no abarca. En este sentido, teracción en y con los medios, y la valoración de
la cultura mediática recoge una gama jerarqui- costumbres y saberes que se prefiguran como na-
zada de valores que indican lo importante y el turales en las sociedades. Esta configuración del
modo adecuado de acción, por lo que se confi- orden social se replica para efectos del dominio
gura como un conjunto de reglas y prescripcio- cultural, en el que el centro lo constituyen los
nes para demarcar la “cultura de la sociedad” (la sentidos y significados derivados de la reconcep-
defendida por la elite), sus variaciones y las sub- tualización del ser humano, el espacio, el tiempo,
culturas. En todos los casos, la cultura mediática la realidad, la organización social, la relaciones
se compromete con una cultura “propia” de las humanas afectivas-sexuales-comerciales-sociales,
naciones; una calidad cultural cuyo parámetro y las identidades colectivas y subjetivas.
en la que la visita era acción física, la posición creen posteriormente en ese código se verán li-
de espectador suponía un escenario, y los espa- mitados por ese modelo, sistema o ideología que
cios propios para expresiones artísticas o modos lo acompaña” (Manovich, 2006). El sexto princi-
de identificación colectiva requerían de contacto pio es la interactividad, y se expresa claramente
directo, por citar algunos ejemplos. Este lenguaje en los hipervínculos y exige la identificación con
contemporáneo se caracteriza, además, porque se la estructura mental de otra persona.
formula desde las representaciones numéricas y el
código digital, las formas y la manipulación algo-
rítmica, y una estructura fractal. La lengua digital La cultura de la información implica una
requiere de la interactividad y se estructura sobre cantidad de objetos puestos a disposición
la base de representaciones que simulan y propo- de los sujetos en cualquier momento y lugar,
nen la automatización de la realidad.
En consonancia con lo indicado, el diseño
lo cual replantea la cultura tradicional, en
del software, por ejemplo, es el reflejo de una lógica la que la visita era acción física, la posición
social, una ideología y una imagen de la sociedad de espectador suponía un escenario, y los
contemporánea. Una sociedad que se fundamen- espacios propios para expresiones artísticas
ta en la selección, lo programable, lo controlable,
la fusión-creación, la maleabilidad, la variabi-
o modos de identificación colectiva requerían
lidad, la novedad. Una sociedad cuya mente la de contacto directo
constituye una cultura digital, es decir, su estética
y lengua dominante.
Esta cultura digital que ha materializado a Siguiendo a Orozco (1996) y como corola-
la sociedad del conocimiento y a la cultura de la rio de lo aquí presentado, las mediaciones tienen
información se fundamenta en unos principios, un componente tecnológico, uno situacional y
los cuales dejan entrever de modo claro los valo- uno institucional. En el primer caso, se obser-
res a los que se apuesta (Manovich, 2006). Así, el van las modificaciones en las prácticas sociales
primer principio es la representación numérica, en virtud de las rutinas que imponen las tecnolo-
que recoge el código digital, compone todos los gías; en el segundo, se recalca el papel de los sig-
nuevos medios e implica la descripción formal nificados inherentes a los escenarios en los cuales
y la manipulación algorítmica de los objetos. se producen las interacciones, y en el tercer caso,
El segundo principio es el de modularidad, de se vislumbra el conjunto de principios, valores y
acuerdo con el cual los elementos digitalizados normas que organizan y jerarquizan los modos
se pueden agrupar o combinar de alguna forma de interacción y la producción de significados en
para crear nuevos medios sin perder identidad. un contexto específico. En este orden de ideas, la
El tercer principio es la automatización, y revela inmovilidad es la práctica social por excelencia
una pretensión de desplazamiento de la acción de la mediación mediatizada. En la mediación
humana por efecto de dispositivos de otro orden mediatizada la actividad se caracteriza por la
y una supeditación de la conceptualización de la inmovilidad del sujeto, mientras viaja y navega
realidad a una noción mecanicista, rutinaria y por múltiples escenarios y entre diversas expe-
autómata. El cuarto principio es la variabilidad, riencias (Parente, 1993), que abren las puertas a
que demarca el carácter inacabado de los nue- modos elevados de interactividad regulados por
vos medios, es decir, que la cultura digital está las lógicas de la velocidad, el almacenamiento,
en permanente construcción y tiene múltiples la simultaneidad, la abundancia informativa y el
versiones, con lo cual se conecta directamente a consumo. La inmovilidad como práctica social es
la lógica de funcionamiento de la distribución y más comprensible con la afirmación de los me-
el consumo post-industrial. El quinto principio dios como un tipo de modelo cultural lúdico.
es la transcodificación, e ilustra un fenómeno
psicosocial muy relevante: la conversión del pen- Bibliografía
samiento analógico en digital; esto favorece la Abril, G. Teoría general de la información. Ma-
creación de un código común de representación, drid, Cátedra, 1997.
en el que cobra vitalidad el concepto de interfaz Aguado, J. M. “Los nuevos dispositivos
o código que transporta mensajes culturales en tecnológicos de mediación de la experiencia y su
diversos soportes. Cabe resaltar que “un código repercusión en el relato reflejo del mundo social”,
puede también suministrar su propio modelo de en Revista Textos de la CiberSociedad, n.º 2, 2003. Ubi-
mundo, su sistema lógico e ideología, y los men- cación virtual: http://www.cibersociedad.net.
sajes culturales o los lenguajes enteros que se
71
Revista Comunicación y Ciudadanía
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Reinghold, H. Realidad virtual, Barcelona,