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'Happy Together': tango con


acento chino
Aniversario. Hace 20 años, Wong Kar-wai estrenó en Cannes la obra que
le consagraría como uno de los mejores directores de su generación

10 junio, 2017

Pasión. A ritmo de tango, los personajes de Happy Together , expresan sus emociones.
Para cualquier director sería descabellado pensar en hacer una
película sin un guion, es más probablemente nadie financiaría un
proyecto sin haber leído algo de la historia; sin embargo, Wong Kar-
wai no es cualquier director.

Conocido por trabajar sin guion, Kar-wai parte de ideas o sensaciones


que tiene para ir encontrando la historia conforme va rodando la
película. Tal ejercicio amerita una gran sintonía con su equipo de
producción y con los actores; de ahí que estos repitan constantemente
en cada uno de sus filmes.

Con un particular gusto por la música y literatura en español, el


cineasta chino, nacido en Shanghái en 1958, fue desarrollando un
apego sentimental a ese mundo sensorial que iba a trasladar a su
cine. En Happy Together finalmente decide filmar en la Argentina de
Manuel Puig, uno de sus grandes referentes.

Buenos Aires, cero grados

En una entrevista, Kar-wai comentaba: “Allí estaba yo, un director con


dos personajes en mente, habíamos logrado encontrar una ciudad en
la que situarlos, pero nada más”.

Además de los dos personajes y la ciudad, había una imagen: las


cataratas de Iguazú. Sin guion, sin locaciones y con el equipo
completo en Argentina, la incertidumbre se iba apoderando del equipo
de trabajo.

El documental Buenos Aires, cero grados (Kwan Pung-Leung y Amos


Lee, 1999) captura esos momentos de tensión a partir de entrevistas.
También muestra a actores que nunca aparecen o escenas que se
quedaron en la sala de edición.

El atropellado rodaje se intensificó cuando el actor Leslie Cheung


abandonó momentáneamente la filmación para hacer unos conciertos.
Las semanas pasaban, los costos incrementaban y la historia seguía
en el aire.
El laberinto de historias y subtramas tomaron forma cuando Kar-wai
conoció el China Central, restaurante donde se congregaban los
emigrantes de su país. En ese lugar descubrió a Chen Chang y lo
convenció de participar en la película.

El personaje de Chang permitió no solo continuar el rodaje mientras


Cheung hacía los conciertos, sino que posibilitó ampliar el argumento.
La historia de dos amantes que viajan a Buenos Aires dejando atrás a
sus familias, ahora tenía un tercer involucrado.

El no lugar

Wong Kar-wai emigró junto a sus padres a Hong Kong en 1964. Allí
tuvo problemas de adaptación debido al idioma, por lo que solía ir al
cine como un lugar de escape.

Precisamente, los personajes de sus filmes están en constante


movimiento, desplazándose y reencontrándose entre ellos o con su
pasado.

Aunque está filmada en Argentina, el Buenos Aires de Happy


Together es diferente al real, al igual que el Hong Kong de sus otras
películas, se tratan de lugares que reflejan el imaginario de una ciudad
que el director tiene desde su juventud. La ciudad en el cine de Kar-
wai es un personaje más, es una especie de microcosmos que el autor
crea y dota de vida por medio de la poderosa y estilizada fotografía de
Christopher Doyle.
Consagración. Tras acaparar los elogios en Asia, con el galardón de mejor director en el
festival de Cannes de 1997, Wong Kar-wai se consagró internacionalmente.
En Happy Together , el conflicto de los personajes radica en que no
tienen un lugar, están sometidos al tiempo pasado y a la nostalgia. Ho
Po-wing y Lai Yiu-fai fracasan en su intento de llegar a las cataratas
de Iguazú, se quedan sin dinero y se distancian, ninguno puede
regresar a Hong Kong y tienen que buscar trabajos en Buenos Aires.

La habitación en un edificio en La Boca es el único refugio que tienen,


un limitado espacio de privacidad en el que se aman y pelean por
partes iguales. Donde sus miradas divagan frente a una lámpara que
tiene estampadas las cataratas.

La relación es tan frágil como el pestillo que cierra la puerta, pero


dentro de ese cuarto los protagonistas viven sus momentos más
felices. No importa lo estrecho del espacio, las habitaciones cerradas
en el cine del artista significan el lugar donde la pareja puede
expresarse libremente. Wong Kar-wai desarrollaría este estilo todavía
más en Deseando amar (2000) y 2046 (2004).

Junto al “no lugar”, el cine de este realizador también presenta el


“lugar fuga”. En Happy Together , el personaje de Chang viaja hasta
Tierra del Fuego; allí, en el último rincón del continente encontrará un
faro donde deposita la tristeza de Lai, tal como lo había prometido.

Esa imagen se repetirá en Deseando amar , cuando el protagonista


viaja a Camboya para depositar un secreto en el templo de Angkor
Wat; y en 2046 , donde todo el tren simboliza una fuga del pasado, del
amor y del recuerdo, y es en ese tren donde la androide también deja
su secreto.

Tango apasionado

Probablemente no haya ninguna otra danza que exprese de mejor


manera la pasión de unos amantes que el tango, esa unión de la
pareja, abrazados, bailando como si se tratase de un solo cuerpo, con
ritmo lento y voraz, con miradas que penetran al otro.
Entre las temáticas más frecuentes del tango están el desengaño, el
deseo sexual, la tristeza y el paso del tiempo. Todo esto está presente
en Happy Together , cuyo título en inglés ironiza acerca del desenlace
de la pareja y cuyo título en chino expresa la voluntad de exponer la
piel juntos.

Las fases de la relación son marcadas por la fotografía: blanco y negro


para el tiempo pasado, con énfasis en los encuentros sexuales y la
primera separación; y color para mostrar el reencuentro, el cariño,
pero, a la vez, la maduración del personaje de Lai.

El tiempo que pasa Lai con Chang lo hace aprender sobre la distancia:
la que lo separa de Po-wing y la que lo aleja de Hong Kong. Acercarse
a uno, implica distanciarse de lo otro, por lo cual tiene que tomar una
decisión, pero, antes, viajará hasta las cataratas de Iguazú para su
periplo en Argentina.

Mientras Wong Kar-wai recorría su “lugar fuga” al buscar una historia


que filmar en otro continente y estrenando finalmente, en 1997, Happy
Together , Hong Kong experimentaba grandes cambios: en ese año
entraba en vigencia el acuerdo chino-británico de 1984, según el cual
el territorio pasaba a pertenecer a China, bajo una administración
especial que garantizaba un sistema capitalista.

Sus siguientes películas retomaron el pasado de Hong Kong, pero


Kar-wai ya había aprendido una lección: “En una tierra a cero grados,
sin este u oeste, que no tenía día ni noche, en la que no hace ni frío ni
calor, aprendí qué es la sensación de exilio”.

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