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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA GRAN CARACAS
(UNEXCA)
NÚCLEO ALTAGRACIA
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN CONTADURÍA PÚBLICA
DEPORTE, ARTE Y RECREACIÓN (MOD. ARTE)
SECCIÓN 20-131

DIABLOS DANZANTES DE CORPUS CHRISTI NAIGUATÁ –


ESTADO VARGAS

Tutora:
Prof. Evelyn Moy

Estudiantes:
Jonathan Rodriguez V- 27659486
Carlos Zambrano V- 24333500
Nelsymar Álvarez V- 27752603

Caracas, 11 de marzo de 2021


INTRODUCCIÓN

La festividad de los diablos danzantes de Corpus Christi o


simplemente cofradia de diablos danzantes, son un conjunto de
manifestaciones religiosas venezolanas realizadas nueve jueves despues del
jueves santo de cada año, ejecutadas por los miembros de la Hermandad del
Santísimo Sacramento, celebrando la presencia de Cristo en el Santisimo
Sacramento de la eucaristia.

Entre todas las cofradias existente a lo largo del todo el territorio


venezolano, nos centraremos en la cofradia de los diablos danzantes de
Naiguata, los cuales se encuentran en el pueblo de su mismo nombre en el
estado Vargas. De los cuales a traves del presente trabajo se mostrara todos
los preparativos, danzas, trajes, musica y demas cosas que integran a esta
maravillosa manifestación cultural del estado Vargas.
La manifestación de los diablos danzantes de Naiguatá es una
tradición que data del siglo XVII, teniéndose una
posible fecha de la primera danza realizada en el año
1748. Esta manifestación tiene su legado gracias a los
primeros habitantes de esta región en una mezcla
entre la cultura europea, africana y sin duda alguna la
venezolana. De todas las manifestaciones religiosas
existentes en la población de Naiguatá, la de los
diablos danzantes es la más importante de la iglesia
católica después del Domingo de Resurrección.

Esta festividad se realiza principalmente todos los jueves del Corpus


Christi, pero también tiene presencia en la víspera, es decir el miércoles
inmediato anterior, característica la cual la diferencia del resto del diablo
danzante del país.

Preparativos

Esta manifestación tiene sus inicios con la elaboración de máscaras,


vestimentas y demás indumentarias utilizadas durante la festividad. La
creación de la máscara comienza con el amoldamiento
del alambre para crear un armazón según el tipo de
mascara que se desea realizar, estas mascaras
pueden ser de distintos tipos, existiendo máscaras ya
sea de tigres, perros, tiburones, entre otros, hasta
llegar a máscaras de diablos propiamente, pero en esta
festividad de Naiguatá es más recurrente las máscaras
basadas en animales del mar. Después que se tiene la forma de la máscara,
se debe forrar el armazón de alambre con papel periódico y pegamento,
después de forrarlo con papel periódico se ajusta el tono de la máscara con
un papel blanco al cual también se le hecha un fondo de pintura blanca en
aceite para lograr un prolijo color blanco alrededor de toda la máscara, ya
después que se le aplica la pintura blanca se procede a pintar la máscara
con diversos colores y agregándole distintos detalles que hagan cada
mascara única.

De igual forma se tiene la tradición de que la


ropa debía ser pintada con círculos, cruces y rallas
multicolores, debido a que, según la creencia, mientras
la persona danzaba ese movimiento ayudaba a que el
maligno no entrara en su cuerpo, pintando además
normalmente, ya sea en la parte delantera o posterior
de la camisa, un santo al cual se le tenga devoción.

También entre las diversas indumentarias que se utilizan en esta


danza podemos destacar los campanarios los cuales son un instrumento
utilizado por la cofradía para acompañarlos con el son de la caja, estos
campanarios son elaborados de igual forma de manera artesanal, reciclando
las campanas de teléfonos antiguos, pegados con un mecate a una correa.
También existen diversos tipos de campanas los cuales son colocados en
distintas partes del traje, ya sea en los pantalones hasta en las alpargatas

Danza tradicional

Para esta festividad el día de la víspera cada


danzante debe dirigirse con su traje e implementos ya
terminados hacia la parte más alta de la población, el
“Cerro Colorado” en donde deben vestirse y esperar al
llamado de la “caja”, que será ejecutado por un
integrante de los diablos identificado como El Cajero,
este estará con la vestimenta típica, pero sin contar con implementos como
lo son el campanario ni la máscara, utilizando solo el instrumento de
percusión.

El cajero, el cual debe encontrarse en la Plaza Bolívar o en los


alrededores de la iglesia de Pueblo Arriba, hará el llamado con el toque
inicial en el mismo momento que repiquen las campanas, anunciando las
doce del mediodía, la hora exacta para iniciar la actividad. En ese momento y
al escuchar el toque de llamado, todos los diablos
comenzaran la baja desde el cerro hasta el sitio de
encuentro con el cajero. Al llegar al lugar y para rendir
culto, se ubicarán al frente de las puertas de la iglesia
colocándose de rodillas y dando comienzo a la
ceremonia, empezando a orar y cumpliendo una
petición, una promesa personal o de salud hecha al
Santísimo Sacramento del Altar. El cajero que los acompaña durante el ritual
a un lado de la puerta del templo, suena la “caja” para que se vayan
incorporando por grupos y que todos tengan la oportunidad de arrodillarse y
orar frente a la iglesia. De igual forma algunos danzantes optan por hacer
penitencia caminando de rodillas desde la cruz hasta la iglesia, en un
trayecto que cubre alrededor de treinta metros.

Al culminar este ritual se disponen a recibir a los nuevos danzantes,


los nuevos se colocan arrodillados en plena calle y frente a la iglesia
formando un circulo mientras el resto de diablos danza a su alrededor,
pasando las cintas de sus máscaras sobre la cabeza de los novicios, esta
ceremonia se denomina “el bautizo”. Una vez cumplido este ritual ya los
novicios son formalmente recibidos a incorporarse al grupo de danzantes y a
recorrer las principales calles del pueblo de Naiguatá; durante este recorrido,
en homenaje a los fundadores de la diablada, visitan cada una de las
viviendas de los familiares de los danzantes fallecidos o a las casas de
algunos diablos mayores que aun participan en la manifestación. En cada
parada, cada danzante muestra su agilidad al danzar ejecutando bailes de
libre ejecución, pero manteniendo como tradición “el baile del huevo” y “el
baile del vaso”. Cuando llegan al cementerio realizan una ceremonia a las
puertas del camposanto, lugar donde descansan los danzantes que ya
fallecieron, culminando así la tarde y terminando su cometido del día de la
víspera.

Al siguiente día a las seis de la mañana se escucha el sonido de los


fuegos artificiales anunciado el amanecer del día esperado por todos. Hacia
las nueve y treinta de la mañana en la iglesia se realizan los últimos
preparativos para dar inicio a la misa solemne en honor al Santísimo
Sacramento. A las diez, devotos y feligreses acuden a la iglesia para
escuchar la misa y el mensaje de este día a cargo del obispo o el párroco. A
diferencia de la víspera, cuando los danzantes se reúnen en un mismo lugar
para acudir como un solo grupo hasta la iglesia, en este día, cada danzante
decide el lugar de su partida, pues según la tradición ese día “el diablo anda
suelto”, los danzantes andan sueltos y salen de cualquier sitio. También el
cajero al igual que el día anterior permanece en los alrededores de la iglesia,
pero esta vez, debe esperar que culminen los oficios religiosos cierren las
puertas del templo para hacer el primer llamado con la “caja” para que los
danzantes comiencen a reunirse frente a la iglesia e inicien sus ceremonias
al igual que el día anterior.

Mientras que los diablos danzantes recorren las calles del poblado, se
realizan los preparativos de los altares que serán levantados
tradicionalmente ornamentados por algunas familias para recibir en la noche
la procesión la cual llevara la custodia como representación del Santísimo
Sacramento

Procesión
A las seis de la tarde, reunidos en la iglesia; la feligresía y los grupos
apostolados de la parroquia, inician con el Párroco la procesión, quien llevará
en sus manos la custodia del Santísimo Sacramento para visitar, bajo el
Palio, los siete altares ubicados en distintos lugares de su ruta. Cumpliendo
con la tradición, los diablos jamás estarán al frente de ninguna figura de la
iglesia, sea esta el sacerdote, la custodia con el Corpus Christi o a la Iglesia
con las puertas abiertas, por eso permanecerán rezagados y distantes de la
procesión en señal de sumisión y temor a la magnanimidad. Cabe destacar
que a pesar de que los danzantes se disfracen de diablos, no lo hacen
porque quieran o pretender ser unos demonios, lo hacen para representar a
un maligno, esto para que el Santísimo Sacramento los limpie o los cure de
ese maligno.

El primer altar por visitar está organizado por la Sociedad


del Santísimo Sacramento de Naiguatá, luego que el
sacerdote bendice con la custodia cada uno de esos
siete altares que han sido adornados para este día por
algunas familias que ofrecen ornamentar éstos sitios
como señal de promesa y todos estarán ubicados en
distintos lugares de la ruta de la procesión por las
principales calles de la población, el cajero espera que
todas las personas que participan en dicha procesión
se hayan distanciado junto con el sacerdote, luego hace el llamado sonoro
con la "caja" a los danzantes para que éstos avancen y se presenten ante el
altar que acaba de ser bendecido, llegan danzando al altar y al pasar sus
máscaras al frente de este, sus cintas hacen contacto con el monumento
levantado por las familias en ocasión de esta celebración y de esa manera
las cintas van absorbiendo la bendición que el sacerdote ha ofrecido al Altar
durante el ritual solemne con la custodia en mano, por esta razón se dice que
las cintas de los Diablos de Naiguatá están bendecidas.
Luego de cumplir con el recorrido en procesión por las calles del
pueblo y llegar nuevamente de regreso a la Iglesia Parroquial en Pueblo
Arriba, el Párroco procede a dar la última bendición a los presentes y guardar
la custodia en el templo, señal de que la procesión y el acto religioso ha
finalizado, los Diablos Danzantes de Naiguatá quienes hasta ese momento
se mantuvieron distante se trasladan sigilosos hasta la Plaza Bolívar luego
de escuchar el llamado de la Caja, allí frente a la iglesia realizan su última
danza por este año, templo, que como se dijo anteriormente, siempre deberá
permanecer con sus puertas cerradas. Todos los danzantes bailan hasta
agotar el último aliento que les queda y de esta manera se despiden hasta el
próximo año.
CONCLUSIÓN

La manifestación de los diablos danzantes de Naiguatá es una de las


más de 11 cofradías de Venezuela que celebran cada año el Corpus Christi,
en honor al Santísimo Sacramento. Esta festividad ha sido una tradición por
cientos de años para la población de Naiguatá, heredándose la tradición de
generación en generación. Esta tradición se realiza para honrar al santísimo
sacramento y hacerle promesa para pedirle salud, bienestar y prosperidad.
Esta manifestación se caracteriza por sus emblemáticos trajes de diablos y
demás animales en representación de lo maligno, con la intención de que el
Santísimo los libere de esa maldad, protegiéndose además a la hora de
realizar esos bailes y estar disfrazados de diablos, de escapulares, cruces y
demás imágenes religiosas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Así se mueve mi gente. [La Huella Indeleble] (2016, mayo 27) Diablos
Danzantes de Naiguatá. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?
v=o2fP0JH-A3Q

Diablos de Naiguatá. En Wikipedia. Recuperado el 10 de marzo de 2021 de


https://es.wikipedia.org/wiki/Diablos_de_Naiguat%C3%A1

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