Dodo Teatro ha migrado durante un período indefinido a un espacio que hemos
denominado escenarios virtuales. Allí llevamos a cabo nuestras clases, nuestros ensayos y nuestras funciones. Debido al confinamiento y al distanciamiento social decretados para detener la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2, las actividades teatrales, entre muchas otras actividades de presencialidad humana, fueron suspendidas en gran parte del planeta. Aunque estas actividades regresarán paulatinamente, las relacionadas con el mundo de la cultura van a ser las últimas. El camino será tortuoso; muchos no soportarán la espera y claudicarán. Dodo Teatro optó por el camino de la reinvención arriesgada. En nuestras pesquisas actuales, no buscamos trasladar lo que hacíamos en el escenario de un teatro a los escenarios virtuales. Esto sería brindarles a nuestros espectadores una experiencia reducida; dicho de otro modo: un reducto de la experiencia teatral convencional, las sobras de un espectáculo que no fue. En cambio, lo que intentamos ahora es disponer nuestro trabajo dramático en función de los escenarios virtuales, pero no para reproducir una experiencia teatral convencional, sino para crear puestas en escena nativas del mundo virtual y que se configuren como obras que buscan producir una experiencia singular, significativa en sí misma y sin interés de comparación con las experiencias que brinda el teatro convencional. Llamamos a lo que hacemos un trabajo teatral porque conservamos algunos principios rectores del teatro convencional: realizamos nuestras funciones en directo; los textos que trabajamos provienen de la literatura dramática; la jerarquía de trabajo permanece: un director, con el apoyo de los actores, propone una puesta en escena adaptada a las condiciones de los escenarios virtuales; durante la función, hay una interacción entre los actores y el público a través del video, el audio y la escritura. La búsqueda continúa, pues esto no es otra cosa que un laboratorio. Finalmente, si esta práctica artística se consolida, creemos que va a transformarse y a evolucionar en un lenguaje propio que la convertirá en algo muy diferente del teatro, así como una vez le sucedió al cine, guardando las proporciones. Cuando la pandemia pase, el arte del teatro, tal y como lo conocemos, va a continuar existiendo contra gobiernos y mareas. Y Dodo Teatro volverá a sus orígenes.