EL LENGUAJE POLÍTICAMENTE CORRECTO

¡Yo soy el pueblo!

La nueva moda del uso del lenguaje políticamente correcto o incorrecto está
completamente relacionada con el moderno rechazo a la política

El siglo XXI llega con un inmenso odio por parte de gran parte de la sociedad hacia la
política. Las constantes dictaduras, la ignorancia de la clase política y los malos gobiernos
en todo el mundo solo terminaron en una conclusión de parte de casi toda la sociedad: en la
política no puede haber políticos. Esto, se ve tanto reflejado en el cambio del discurso de
todos los espectros y partidos políticos a uno que haga ver a sus candidatos totalmente
alejados de la política.
En todo el mundo se empiezan a ver estos tipos de discursos ya que la política ahora se
asocia con corrupción, muerte y pobreza. Estas formas de hablar se podrían diferenciar
entre políticamente correctas o incorrectas. El primero se centra en la aceptación y el
respeto de todas las personas buscando llamar los votos generales de una gran parte de la
sociedad. Y en el otro lado del espectro el segundo consta de la utilización de palabras
directas incitando al odio de su rival para llamar el voto de los sectores conservadores y
otra gran parte de la sociedad. Estos tipos de discurso se tienden a intercalar o a seguir
usando, dependiendo de que tanto le gustó al pueblo el gobierno anterior.
Ejemplos de estos antagonismos entre el discurso pueden estar en el Brasil con Lula da
Silva y Bolsonaro, en Bolivia con Morales, Añez y Arce, en EE. UU. Con los gobiernos de
Obama, Trump y Biden. Y de la continuación de la continuación del tipo de lenguaje
pueden verse en los gobiernos de Chávez y Maduro o en Reino Unido con Cameron, May y
Johnson
El uso de ambos tipos de discurso es un intento de políticos y partidos por hacer lucir a sus
candidatos como antipolíticos. Estos tipos de discurso no son determinantes nunca de qué
tan buen gobierno tendrá alguien y solo son formas de hablar diferentes. Considero que si
se quiere elegir a un buen líder se vote por un buen plan de gobierno no por una buena
persona.