Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
b) Componente sociocultural
Conjunto de informaciones, creencias y saberes, objetos y posiciones de esos objetos, modos
de clasificación, presuposiciones, conocimientos y actuaciones (rituales, rutinas, etc)
socialmente pautados que confluirán en una situación comunicativa y que harán que esta sea
adecuada o premeditadamente inadecuada.
Ej. Luto en España es negro/ India es blanco – es una comunicación (puede haber un choque
cultural si, por ejemplo, vas a la India a un entierro de negro ya que no lo van a entender).
Tener como objetivo la competencia comunicativa nos plantea la necesidad de un análisis de
la lengua centrado en las condiciones de uso de cada elemento lingüístico lo que, a su vez, nos
lleva a dos conceptos fundamentales en el enfoque comunicativo y, en consecuencia, para el
componente sociocultural: la intención del hablante y el contexto.
Análisis comunicativo de la lengua arroja nueva luz a la idea de cultura que ahora se presenta:
- Como una cultura de lo cotidiano, desbancando aquella idea de la cultura legitimada, y
a favor de todos los elementos que influyen en el hacer cultural de los hablantes
- Como parte de la competencia comunicativa, es decir, necesaria para la actuación y
adecuación lingüística y, por tanto, para el éxito comunicativo.
- Y, desde luego, estrechamente vinculada a la lengua
1.2. LA VISIÓN DE LA CULTURA
Tener en cuenta el componente sociocultural cambio en la visión de cultura
La cultura no solo son los productos que en un momento determinado la sociedad legitima,
sanciona, refrenda y honra, sino y, sobre todo, es una visión del mundo, adquirida en parte
junto con la lengua, que determina las creencias, presuposiciones y comportamientos
lingüísticos y no lingüísticos de los hablantes.
Resumiendo a Harris (1990) podríamos decir que “la cultura es un conjunto aprendido/
adquirido socialmente de tradiciones, estilos de vida y modos pautados y repetitivos de
pensar, sentir y actuar”.
Definición a la que podríamos añadir la de Porcher (1986): “toda cultura es un modo de
clasificación, es la ficha de la identidad de una sociedad, son los conocimientos de los que
dispone; son las opiniones (filosóficas, morales, estéticas…) fundadas más en convicciones
que en un saber. Y, para completar este marco teórico, nos permitimos añadir que la cultura
es, ante todo, una adhesión afectiva, un cúmulo de creencias que tienen fuerza de verdad y
que marcan, en algún sentido, cada una de nuestras actuaciones como individuos miembros de
una sociedad”.
La lengua es reflejo de la sociedad del momento ya que, a través de esta, muestra sus
necesidades (las personas que viven en Alaska tienen multiples términos para denominar la
nieve). La realidad social de una determinada comunidad interviene en cómo se configura la
regla.
a) Características de la cultura:
- La cultura es un sistema integrado en el que cada elemento está relacionado con los
demás, creando un todo
- La cultura es un código simbólico, que acorta las distancias entre los miembros del
grupo y facilita la comunicación.
- La cultura es arbitraria, igual que la lengua, resultado de una convención.
- La cultura es compartida por los miembros de su comunidad. No hay cultura si sus
miembros no compartes los mismos patrones de comportamiento.
- La cultura se aprende – o mejor, se adquiere – con el aprendizaje de la lengua y más
allá del mismo, hasta que termina el proceso de socialización.
- La cultura se manifiesta en distintos niveles de conocimiento, explícitos e implícitos, y
por esa razón resulta tan difícilmente detectable en muchas ocasiones.
- La cultura tiene una gran capacidad de adaptabilidad.
La cultura con mayúscula: productos sancionados por la sociedad – cultura
canónica. Para ser competentes comunicativamente, generalmente, no necesito este
tipo de conocimiento. Es una cultura que, normalmente, se enseñaba tradicionalmente.
Cultura (a secas): la cultura de lo cotidiano Día de todos los santos, reyes
magos, horario de la comida
Cultura con K: más marginal, ceñida a la moda y a las minorías “me muero de
amor”, “mundo Marvel”, “me da lache” deconstrucción propia de un grupo que
puede que permanezca o se quede “influencer”, “la vecina rubia y el brillibrilli
(lentejuelas)”.
Cultura epidérmica (se presupone que viene de casa, no hay que enseñarla): Se
sitúan más en el terreno de lo inconsciente. Es lo adquirido en la infancia como pautas
de comportamiento y que va parejo al proceso de adquisición de la lengua materna.
Aglutina elementos como las relaciones con otros y las jerarquías, el concepto de la
buena educación y de las normas sociales, el concepto de belleza, el concepto del
tiempo, la distancia interpersonal o el lenguaje corporal
Cultura legitimada o enciclopédica: Se sitúan más en el terreno de lo consciente y
estudiado. Es lo que permite clasificar a una persona como culta, como conocedora de
un gran número de información y datos sobre la cultura (Cultura con mayúscula).
Cultura esencial – cultura con minúscula (a caballo entre esta y la epidérmica):
La forma de expresarse una comunidad lingüística y cultural. Estos parámetros
comunicativos culturales se activan de forma inconsciente y son los que crean, en
algunos casos, malentendidos culturales. Aquí encontraríamos la forma de expresar
modestia, la cortesía, los turnos de habla, el concepto de modestia.
La cultura esencial tiene que ser un objetivo ineludible del proceso de enseñanza-aprendizaje
cualquiera sea cual sea el nivel que se trabaje, la cultura legitimada dependerá exclusivamente
del tipo de estudiantes que tengamos, de sus necesidades y de su nivel de formación
1.5. ¿Cuáles son los ingredientes de este componente?
Símbolos
Creencias
Modos de clasificación
Actuaciones
1.6. El contexto está culturalmente determinado
El componente sociocultural solo es observable en el discurso, en la comunicación, por tanto,
en manifestaciones, enunciados o actos de habla contextualizados. Dependiendo de quién,
dónde, cómo se ofrezca, la relación entre los interlocutores va a ser fundamental en el
componente sociocultural.
a) Lo consabido:
- Cultura esencial (lo que se presupone que conocemos por ser hablantes de una misma
cultura. Viene determinado. Ej. Por la mañana te vas a tomar un té o un café
(consabido), pero puedo presuponer que me vas a pedir otra cosa).
- Gracias a lo consabido, los hablantes nativos de una lengua casi nunca tenemos
contexto cero, pues partimos de una serie de creencias y saberes que se proyectan en el
contexto y que nos permiten abordar las situaciones con elementos comunes de forma
más rápida y directa que si careciésemos de ellos.
b) Lo presupuesto:
- Está determinado culturalmente. Viene determinado por actos o interacciones de habla
previa (yo como hablante voy a presuponer que tú vas a emitir una determinada
respuesta. Ej. ¿Quieres comer? – No, gracias (el emisor presupone que le va a decir
que no, pero puede ser que le diga que sí). Esto puede producir fallos en un
intercambio comunicativo.
- Significa compartir toda una serie de presuposiciones que rigen los actos de habla.
- Ofrecimientos: se rechaza la primera vez y se insiste una segunda vez. No nos
extrañaremos porque los interlocutores, miembros de la misma cultura, partimos de y
jugamos con esas presuposiciones.
c) Lo compartido:
- Etapa a la que hemos llegado con nuestro interlocutor: todo aquello de lo que hemos
hablado, las experiencias en común, las informaciones que tenemos de esa persona,
aunque no hayamos hablado con ella, etc.
- En etapas previas de la comunicación se han proyectado elementos culturales, pero, en
el momento mismo del intercambio comunicativo, disponemos de unas reglas
socioculturales para tratar esas informaciones previas. Lo compartido va más allá
porque implica conocer a un interlocutor.
d) El tema:
- Los hablantes que comparten el mismo componente cultural disponen de una
información más matizada, más rica, más elaborada de los temas que les afectan que
quienes participan de otro componente cultural.
e) El aquí y el ahora:
- La información de la que nos provee nuestra cultura podemos decodificar muchos de
los elementos del contexto espaciotemporal. Podemos deducir la clase social de un
desconocido por cómo va vestido, por cómo habla, por cómo se mueve; podemos
deducir su ideología, incluso, su procedencia; deduciremos el modo de tratamiento
que debemos establecer y, en definitiva, desarrollaremos una serie de hipótesis.
1.7. Elementos para detectar los elementos culturales
- Análisis de errores pragmáticos
- Busca informaciones en los actos de habla
- Detectar el componente a través de actividades contextualizadas
Curso intermedio del español, haciendo actividades para que aprendieran a reaccionar ante un
relato, un estudiante japonés reaccionó de este modo ante el enunciado:
A: ¿Sabes? Me he encontrado 50 euros por la calle
B: ¿Y dónde los has llevado?
No había ningún error gramatical, el estudiante había comprendido bien el mensaje, solo que
su producción era inadecuada.
Las expectativas que tiene un español ante una información de este tipo son estas:
A: ¿Sabes? Me he encontrado 50 euros por la calle
B: ¡Qué bien! ¡Qué suerte! / ¿Y a qué invitas? / Dime en qué calle
a) Buscar informaciones en los actos de habla
Toma como unidad de análisis los actos de habla nos ilumina sobre aspectos socioculturales,
absolutamente relevantes para el éxito comunicativo. Solo así, conseguiremos analizar el
formato estándar – el modo de hacer – de cada acto y todos los elementos que en él actúan.
Una estudiante china tiene que resolver la siguiente situación: “Estas en un hotel, tienes la
habitación 1678 pero el ascensor no funciona desde hace una hora. Protesta ante el
recepcionista”.
A: Perdone, el ascensor no funciona. Todas las cosas que necesito en la vida no funcionan.
Un estudiante alemán tiene que resolver esta situación: “Has comprado una batidora hace un
mes, pero no funciona. Ve a la tienda y protesta”.
A: Esto es una porquería. No quiero excusas. Devuélveme el dinero. Nuca más compro esta
marca. Me ha dicho que me duraría toda la vida y la vida es menos de un mes.
Para analizar, por ejemplo, cómo protestamos en español, buscamos varios problemas
cotidianos e imaginamos cómo podrían resolverlos hablantes medios. Es decir, buscamos un
estándar. Y el modelo que podemos aportar en clase, podría ser este:
1. Explicación del problema y petición de la información. Es una manera de dar una
opción al interlocutor. Por ejemplo:
A: Perdone, pero el ascenso lleva varias horas estropeado y estoy en el piso 16, ¿saben ya
cuándo van a arreglarlo?
2. Si la respuesta es convincente, se manifiesta suavemente nuestro enojo, se da una
posible solución, pero, al final, se acepta lo que nos han dicho. Se juega mucho con
fórmulas impersonales, no se personaliza
A: Bueno, es que no puede ser: Tendrían que tener esto previsto o un sistema para resolverlo
rápidamente… Bueno, en fin, esperamos.
3. Solo cuando hay un fehaciente incumplimiento, hay contundencia. Por ejemplo:
A: Perdone, pero hace una me han dicho… No puede ser. Esto es intolerable…
Si analizamos la lengua funcionalmente, podremos comprobar, también, cuantos pasos hay
que dar para considerar que un acto de habla está determinado y, de nuevo, nos encontraremos
con presuposiciones de los hablantes: por ejemplo, si se llama por teléfono, en español la
identificación no sucede al principio:
A: Diga
B: ¿Está X?
A: Si, soy yo
B: Ah, hola, soy XX
Mientras que en otras culturas la identificación es obligatoria para la persona que coge el
teléfono. En Holanda, por ejemplo. En Gran Bretaña, se retrasa respecto a Holanda, pero se da
más pronto en España.
b) Detectar el componente a través de actividades contextualizadas
Necesitamos trabajar contextualizadamente para percibir la adecuación o inadecuación de las
producciones de nuestros alumnos.
Observamos estas dos frases:
A: Es simpático
B: Me gusta
(1) - ¿Qué tal Juan?
A: Es simpático
(2) - ¿Te gusta el cine?
B: Me gusta
Pensaríamos que los hablantes no consideran a Juan muy simpático ni les gusta mucho el cine
porque, como hemos comentado en apartados anteriores, los segundos interlocutores no han
intensificado (con muy/ mucho y las respectivas series). En español peninsular cada vez que se
utiliza un adjetivo, se considera realmente si se intensifica, afirmativa o negativamente.
La afirmación “Juan es muy simpático” no significa que sea extremadamente simpático, sino,
tan solo, que se puede predicar de él la simpatía. Lo mismo sucede con los verbos que
sintácticamente funcionan como gustar. No intensificarlos equivale, casi a negarlos. Sin
intensificación, el receptor del mensaje sabe que debe interpretar solo lo oído de un modo no
literal o, si no tiene suficientes claves contextuales, no sabrá cómo interpretarlo.
- Este análisis compete al discurso, desde luego, pero también a la adecuación y, en
definitiva, al componente sociocultural.
La mayor fuente de información de cuál es el elemento cultural que debemos tratar son los
estudiantes:
- Observar sus comentarios
- Las generalizaciones
- Las valoraciones
- Los choques
- Las críticas a la sociedad meta
- Los elogios a la cultura meta…, para ver si responden a la realidad o a una visión
deformada de ella (por idealizada o denostada).
Observarlos nos ayudará a:
- Detectar nuestro propio componente cultural como las diferencias y similitudes con
los de ellos.
La vida cotidiana:
- Usos sociales: relaciones familiares, vecinales, etc.
- El hábitat: vivienda, barrio, etc.
- Servicios de transporte, locomoción, etc.
La España actual y el mundo hispánico
- Partidos políticos, organizaciones sociales, etc.
- Servicios públicos: sanidad, enseñanza, etc.
Temas del mundo de hoy:
- Cambio y evolución social: progreso y desarrollo
- Respeto al medio ambiente, etc.
CULTURA CANÓNICA
CULTURA ESENCIAL
a) Saber sociocultural en el MCER
El conocimiento sociocultural es, estrictamente hablando, el conocimiento de la sociedad y de
la cultura de la comunidad o comunidades en las que se habla el idioma es un aspecto del
conocimiento del mundo. Sin embargo, tiene la importancia suficiente como para merecer la
atención del alumno, sobre todo porque, al contrario que muchos otros aspectos del
conocimiento, es probable que no se encuentre en su experiencia previa, y puede que esté
distorsionado por los estereotipos.
Las características distintivas de una sociedad europea concreta y de su cultura se puede
relacionar, por ejemplo, con:
1. La vida diaria, por ejemplo:
Comida y bebida, horas de comida, modales en la mesa
Días festivos
Horas y prácticas de trabajo
Actividades de ocio (aficiones, deportes, hábitos de lectura, medios de comunicación)
2. Las condiciones de vida, por ejemplo:
Niveles de vida (con variaciones regionales, sociales y culturales)
3. Los valores, las creencias y las actitudes, respecto a factores como los siguientes:
Clase social
Grupos profesionales (académicos, empresariales, de servicios públicos, de
trabajadores cualificados y manuales)
Culturas regionales
Seguridad
Instituciones
Tradición y cambio social
Historia; sobre todo, personajes y acontecimientos representativos
Minorías (étnicas y religiosas)
Identidad nacional
Países, estados y pueblos extranjeros
Política
Artes (música, artes visuales, literatura, teatro, canciones y música populares)
Religión
4. Las conversaciones sociales, por ejemplo,
Respecto a ofrecer y recibir hospitalidad, entre las que se destacan las siguientes:
Puntualidad
Regalos
Vestidos
Aperitivos, bebidas, comidas
Convenciones y tabúes relativos al comportamiento y a las conversaciones
Duración de la estancia
Despedida
5. El comportamiento ritual en áreas como las siguientes:
Ceremonias y prácticas religiosas
Nacimiento, matrimonio y muerte
Comportamiento del público y de los espectadores en representaciones y ceremonias
públicas
Celebraciones, festividades, bailes, discotecas, etc.
Si nos centramos en una perspectiva antropológica y sociológica de la cultura, debemos esperar
que, tanto en el PCIC como en el MCER, a través de estos repertorios, accedamos a una
identidad sociocultural con unos rasgos distintivos característico, materiales y no materiales,
que respondan a todo lo que un individuo de un grupo social determinado hace como actor
social y que, como tales rasgos, sean ampliamente compartidos por los individuos que
pertenezcan a ese grupo social.
Estos saberes nos van a permitir ser competentes comunicativamente. Para trabajar con la
cultura necesitaremos materiales audiovisuales (estrechamente realizados con la pragmática).
Los repertorios del MCER y del PCIC son un conjunto de contenidos declarativos y
procedimentales que aspiran a ser para el alumno de L2/ LE una trama de saberes prácticos que,
en una perspectiva accional, le permitan desenvolverse en las interacciones comunicativas y de
uso social a las que pertenecen, porque funcionen a modo de formas de adaptación al contexto
en el que se habla español. (Guillen 2004: 844)
3. ¿QUÉ CONTENIDOS SOCIOCULTURALES TRATAMOS EN EL AULA?
- ¿Cuáles son los rasgos distintivos de la realidad social y cultural del país de la lengua
que se aprende?
- ¿Qué indicadores o informadores realmente dan cuenta del saber sociocultural de la
lengua que se aprende?
- ¿En qué lugares se puede recoger información para ese saber sociocultural?
3.1. Los medios de comunicación como lugares de referencia para los contenidos
culturales
Los medios de comunicación han sido caracterizados por diversos especialistas (M. MacLuhan,
C. Abastado, entre otros) como un hecho de sociedad.
Aproximarse a los medios de comunicación es acercarse a también a la sociedad, por cuanto
los discursos que allí aparecen dan cuenta de las prácticas sociales, de los intereses dominantes
(Barthes, 1973).
Por los medios de comunicación transita la cultura, al ser productores y difusores de mensajes
para un amplio público, mensajes que la sociedad produce a su vez y cuya circulación
condiciona y modela la identidad colectiva por cuanto su presencia es habitual en un amplio
espectro de lugares sociales y presentan altos niveles de penetración en la audiencia.
Estos se revelan didácticamente como materiales con un alto grado de disponibilidad y de
estimulación de destrezas heurísticas (descubrimiento y análisis), al tiempo que resultan de fácil
acceso a ellos, así como su tratamiento.
Los datos que encontramos en los medios de comunicación, especialmente en la publicidad,
nos permiten acceder a un conjunto de espacios ideales de conocimiento sociocultural con un
relativo grado de abstracción, pero, en todo caso, son zonas productivas a la hora de determinar
contenidos representativos y reveladores para construir un saber sociocultural, en torno a:
- El individuo en relación con su propia naturaleza, para lo que necesita satisfacer
necesidades básicas como son la alimentación, el vestido, el alojamiento, etc.
- El individuo en relación con el mundo, con los otros para lo que necesita comunicarse,
informarse, conocer, viajar, etc.
Estos dos grandes ejes revelan las dos dimensiones del individuo:
- La dimensión física, conformada por lo corporal (belleza y la moda) y por lo que se
refiere al alojamiento (vivienda, hogar, etc.)
- La dimensión psíquica como intelecto o pensamiento, para la que debe satisfacer las
necesidades del yo, del espíritu, en el marco del bienestar de esa vida orientada a la
búsqueda de la calidad y de las expectativas de futuro.
3.2. Indicadores de los contenidos culturales
Adaptamos los instrumentos metodológicos de Bordieu (1979) para la interpretación del mundo
social y utilizamos aquellas palabras-núcleo que se constituyen en los elementos en torno a los
cuales se organiza una coherencia, como cita Zarate (1986: 72) para proponerlos como
indicadores que determinan los contenidos culturales.
a) Estilos de vida (hoteles, restaurantes, programas, seguros de salud, viajes)
b) Compras personales (alimentación, coches, libros y revistas, medicamentos, moda,
relojes)
c) Economía: servicios financieros
d) Usos habituales: bebidas, cosméticos, tabaco, tratamientos de belleza
e) Profesional: formación, tecnología
f) Institucional: entidades e instituciones políticas y administrativas
3.3. ¿Cómo tratar los contenidos culturales en el aula? El desarrollo de la
interculturalidad
El saber sociocultural se inserta en una concepción psicosocial de las prácticas comunicativas
cotidianas (Bélisle y Shiele 1984).
Este saber está determinado por las relaciones entre las palabras, los conceptos, las
categorizaciones, los modelos y los objetos o situaciones a los que se refieren en su contexto
social. No se trata de generar conocimientos como una producción en términos de temas de
cultura que el alumno almacena al lado de otros conocimientos, sino como un proceso de
construcción sobre la base de un yo en las relaciones con los otros, interlocutores de español
como L2/ LE.
Un proceso en el que se encuentra directamente implicado el alumno, pues, al entrar en contacto
con otra lengua y otra cultura intervienen también los referentes propios y los modos de
aprehensión respecto de la propia cultura (no se abandonan las referencias culturales propias)
ya que existe la intercultural, que Charaudeu (1987: 25-33) define como:
(…) el conjunto de representaciones que una sociedad tiene de otra. Son percepciones basadas
en la acumulación de diferencias, un fenómeno de representaciones en contraste que da lugar a
estereotipos, es decir, a un juicio global (…)
El hecho intercultural estará siempre que el alumno realice las actividades de producción,
recepción y mediación e interacción.
La interculturalidad – que nace en los años sesenta aplicada al nombre de pedagogía
intercultural – se centró en la situación de contacto entre las culturas nacional y del inmigrante
para plantear que debe conservarse la cultura de origen y para defender que el hecho de
compartir e intercambiar conduce a un enriquecimiento mutuo. En lo relativo a la enseñanza de
lenguas, se ha hecho evidente que, aun cuando la cultura de la lengua estudiada no esté presente
en la sociedad o no sea tangible en el aula, se observa una problemática que puede ser abordada
en términos parecidos.
En este sentido, Byram (1995) y Jensen (1995) nos hablan de una competencia comunicativa
intercultural genérica, de perfil conceptual, que requiere desarrollar la capacidad de relación
entre referentes, comportamientos y creencias internos y externos; es decir, la capacidad para
construir interrelaciones a partir de la información de los referentes propios como condición
para construir sentido en la comunicación, la cual (para ser efectiva) necesita la apertura a la
compresión de los otros.
Se trata de la capacidad cognitiva y afectiva de establecer y mantener relaciones interculturales
y de estabilizar la propia identidad personal mientras se media entre culturales.
Todo apunta a que debemos proceder en el aula siguiendo una interrogación intercultural
orientada a desarrollar en el alumno:
- La sensibilización y consciencia de las diferencias culturales para la identificación, lo
cual supone una sensibilización a la propia cultura y al funcionamiento de la sociedad
en general
- La interpretación y conocimiento de los elementos culturales para la apropiación, lo cual
supone comparar, analizar y reflexionar sobre la propia cultura, al mismo tiempo que
clasificar, categorizar, opinar y explicar las percepciones sobre los objetos culturales
para elaborar y estructurar los significados
- La comprensión, aceptación, respeto y valoración positiva de esas diferencias para la
empatía.
El desarrollo de la interculturalidad, en el tratamiento de los contenidos culturales, requerirá
que:
El alumno acceda a esos contenidos culturales mediante un corpus de materiales y
documentos sociales del mundo hispánico suficientemente rico
El profesor plantee actividades enraizadas en la cultura de referencia alumno, en las que
este pueda observar por sí mismo los contenidos culturales y le permitan comportarse
como un actor social en interacción, para lo cual deberá las operaciones mentales de:
- Búsqueda
- Descubrimiento
- Análisis
- Comparación
- Reflexión
- Interpretación
- Descripción
Para las operaciones mentales de búsqueda/ descubrimiento las consignas pueden ser:
recoger información, aportar datos, señalar, recordar, distinguir, reconocer, etc.
Para las operaciones mentales de análisis/ comparación/ reflexión las consignas pueden
ser: contrastar, opinar, relacionar, clasificar, categorizar, argumentar, etc.
Para las operaciones mentales de interpretación/ descripción las consignas pueden ser:
contar, documentar, presentar, construir, apreciar, diseñar, etc.
La enseñanza y aprendizaje de contenidos culturales en el aula no estará orientada a que los
alumnos lleguen a comportarse de igual manera que lo harían los nativos, reproduciendo los
comportamientos de forma mimética, sino que sepan descodificarlos y comprenderlos a través
del recurso a los referentes propios, los conocimientos anteriores, las vivencias y experiencias
propias en la perspectiva de los contactos interculturales.