Textos breves

1.Despedida
Mata su luz un fuego
abandonado. Sube su
canto un pájaro
enamorado. Tantas
criaturas ávidas en mi
silencio y esta
pequeña lluvia que me
acompaña
2.Desvelada
Como soy reina y fui
mendiga, ahora vivo en
puro temblor de que me
dejes, y te pregunto,
pálida, a cada hora:
«¿Estás conmigo aún?
¡Ay, no te alejes!»
Quisiera hacer las
marchas sonriendo y
confiando ahora que has
venido; pero hasta en el
dormir estoy temiendo y
pregunto entre sueños:
«¿No te has ido?»

3. El adivino
Instalado en una plaza
pública, un adivino se
entregaba a su oficio.
De repente se le
acercó un vecino
anunciándole que las
puertas de su casa
estaban abiertas y
habían robado todo lo
que había en su
interior. El adivino se
levantó de un salto y
salió corriendo a su
casa, desencajado y
suspirado para ver lo
que había sucedido.
Un tipo que lo vio
correr le dijo: “oye
amigo, tu que te
vanaglorias de prever
lo que les ocurrirá a
otros, ¿por qué no has
previsto lo que te
sucedería a ti?”, el
 adivino no supo que
responder.

4. Miradas
Se miraron y ella
buscó en su mirada la
sonrisa que siempre le
hacía sentirse feliz. El
sintió que los ojos de
ella ya no le miraban
con deseo. Ambos
pensaron que no
querían hacer daño al
otro y sintieron un
 repentino temblor en
las entrañas.

5.Inexperta
Cambió una casa de
cuatro paredes por
una de dos brazos.
Con lo imprescindible
en la maleta,
determinada a vivir
itinerante, lo abraza y
se muda. Sólo saca el
cepillo de dientes,
busca en él dónde
 dejarlo. Podría ser en
el pecho. O en la
boca.

6.Tan bello es el sol,

tan bella es la luna.
A alguien como tú,
no la cambio por
ninguna

7. Tus ojos son luceros,

tus labios de
terciopelo,
y un amor como el
 siento
es imposible
esconderlo

8.Mi árbol tenía

sus ramas de oro.
Un viento envidioso
robó mi tesoro.
Hoy no tiene ramas.
Hoy no tiene sueños
mi árbol callado,
mi árbol pequeño
9.Las palabras siempre
son vacías para el que
no escucha,
no conseguirás jamás
lo que deseas si no
luchas

10. Verdor nuevo los

espinos 
tienen ya por la colina, 
toda de púrpura y
nieve 
en el aire estremecida.
Cuántos cielos
florecidos 
les has visto; aunque a
la cita 
ellos serán siempre
fieles, 
tú no lo serás un día. 
Antes que la sombra
caiga, 
aprende cómo es la
dicha 
ante los espinos
blancos 
y rojos en flor. Vé. Mira.