Está en la página 1de 3

Video 1, tema 7: Sócrates Platón y Aristóteles

Entrevista.

Pregunta: En la filosofía hay nombres que han superado a su momento histórico y que se
han quedado para siempre, Sócrates, Platón y Aristóteles, son claros ejemplos. ¿Por qué
lo han logrado? ¿Qué hay en ellos que los hace tan especiales?

Respuesta: Hablar de estos tres es hablar de la filosofía en sí misma. Son la definición


absoluta de la filosofía. Si alguien viene y me dice que quiere ser un filósofo yo lo corro de
mi vista y le digo que se ponga a leer a Platón. Porque no hay una mejor forma de
empezar a pensar que con aquel que mejor lo ha hecho.

Lo que ocurre en ellos, es que hay una vuelta al fundamento. Es decir, re plantean todo lo
que había hecho la filosofía hasta ese momento. Ellos conocen bien todo lo que han
escrito sus antecesores, lo sabemos porque citan muchas veces a los filósofos
presocráticos, pero ante todo, son críticos con ellos. Esto es porque encuentran algo
faltante en su reflexión, al ser humano como un ser social.

Sócrates, especialmente, se da cuenta que el hombre es distinto que todas las cosas a su
alrededor y que, por lo tanto, debemos pensarlo como algo aparte, como un ser muy
particular. Y de ahí que la pregunta se vuelva: ¿Qué debe ser este hombre?, es decir, una
pregunta muy humana que todos nos hemos hecho. ¿Qué debo ser yo?, esto, en realidad
es el ideal máximo de la filosofía socrática que se extiende, de una forma u otra, a través
de toda la filosofía posterior y se expresa con una frase que me parece hermosa: “gnothi
seauton”, “Conócete a ti mismo”. Esta frase Sócrates no la inventó, estaba escrita en el
antiguo templo dedicado a Apolo en la ciudad de Delfos, cuando Sócrates va con el
Oráculo de este dios, éste le dice que en toda Grecia no hay nadie más sabio que él,
Sócrates se sorprende y se molesta con esta noticia, porque él no pretende ser un sabio.
Se niega a creer que se le considere así, por lo que emprende su búsqueda para
encontrar al que verdaderamente fuese sabio. Sócrates no lo encontró, y entonces
descubre el verdadero significado de lo que el Oráculo le dijo, la sabiduría no está en el
mucho conocimiento, sino en el constante autoexamen acerca de uno mismo.

P: Entonces el ideal del sabio para Sócrates es inspeccionarse y conocer quiénes somos
¿cómo se lleva a cabo esto?
R: Sócrates tenía un método muy particular y creo que es el que todo filósofo asume en
su reflexión: el diálogo. Cuando dialogas te das cuenta que en realidad estás vinculado a
los otros y a ellos les debes lo que eres. Encerrarse en una biblioteca es muy atractivo y
placentero, pero salir al mundo es lo que le da verdadero significado al pensamiento. Por
eso me parece fascinante la idea de “conócete a ti mismo”, eso es lo más difícil de todo,
porque yo no soy un objeto, yo no me puedo inspeccionar como se le hace a una
sustancia química o a un animal. ¿Cuál es la forma en la que puedo conocerme? En el
diálogo con los demás. El ideal de Sócrates no era el de un profesor de filosofía, para él la
sabiduría no se podía enseñar, su ideal era el del sabio que obraba de acuerdo a su
naturaleza la cual descubría por medio del diálogo.

P.- Al hablar de diálogo hablamos también de una dimensión social ¿cierto?

R.- Por supuesto. Ese es el propósito final de Sócrates. La sabiduría está ligada al hacer
político. El problema es que nosotros estamos muy lejos de los griegos y no alcanzamos a
entender la dimensión de lo que para un griego significaba la política. La aspiración de
todo varón, era convertirse en un ciudadano, en alguien que participara activamente en la
política. Por lo que la virtud a la que aspiraba el hombre, no era solo un actuar personal,
sino una vida colectiva. Por ello Sócrates valoraba mucho las leyes, porque tenerla y regir
la vida del hombre significaba tener una sociedad virtuosa.

P.- ¿Cómo explicas la famosa frase de Sócrates “yo solo sé que no sé nada”?

R.- En primer lugar como una forma de modestia intelectual muy grande. La filosofía, que
busca la verdad, no la sabe, no pretende asumir una posición privilegiada en el saber,
quiere simplemente encontrar la vía que le permita dar un paso más hacia él. La filosofía
sabe también donde están sus límites, dónde sus debilidades y dónde sus fortalezas,
admitir la ignorancia es abrir caminos hacia el conocimiento. Sócrates lo sabía bien, sus
diálogos iban dirigidos con esa intención.

En segundo lugar, y esto ya en una línea más filosófica, la ignorancia de Sócrates


demostraba que se podía conocer. Saber algo, aunque ese algo sea que no sé, es ya un
conocimiento y por lo tanto, se puede seguir conociendo. Sócrates con esto enfrentaba a
los Sofistas, quienes negaban por completo el conocimiento, ¿cómo podían negar el
conocimiento siendo filósofos? Parecía una contradicción. Esto tiene mucha relevancia
actualmente, vivimos en una sociedad llena de desconfianza y de rechazo hacia la
ciencia, hacia la filosofía, hacia el arte incluso hacia los medios de comunicación, y
entonces cada quién tiene su verdad, y nadie puede decir nada acerca de la verdad del
otro porque ¿cómo si el conocimiento no existe? Cuando podamos admitir que no
sabemos nada, que nuestra verdad no es la única que importa, entonces podremos entrar
en diálogo con los demás y recobraremos la posibilidad del conocimiento.

También podría gustarte