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Video 2, tema 15: Existencia y pensamiento débil

Explicación

A lo largo de los temas de esta clase quizá hayas sentido que la filosofía está alejada de la
vida cotidiana, que estudiar filosofía consiste en pensar las cosas más elevadas como el ser,
el conocimiento, el cosmos. Quizá piensas que el filósofo habita su propio mundo sin
preocuparse mucho del nuestro. Y en realidad, no estás tan equivocado. Hay momentos en
los que la filosofía parece desocuparse de la realidad y comienza a elaborar un mundo
aparte.

A finales del siglo XIX e inicios del XX, hubo un grupo de filósofos que comenzaron a
ocuparse de este problema. ¿Era posible que la filosofía se ocupara de la vida del hombre
real? ¿O es el pensamiento un asunto estrictamente abstracto y alejado de la vida?

El filósofo y teólogo danés Sören Kierkegaard comenzó a estudiar la filosofía de Hegel, si


recuerdas a Hegel sabrás que él proponía un sistema filosófico en el que lo universal, es
decir, el pensamiento objetivo, se sobreponía a lo particular, es decir, a lo subjetivo. Este
proceso que describía Hegel a través de su dialéctica era vislumbrado a través de la
historia del mundo, en donde un creciente Estado totalitario disolvía las voluntades
individuales en una sola manera de pensar, el hombre individual, yo, tú, éramos solo un
momento en este proceso constante, una pieza más de la gran máquina. Kierkegaard
entendió muy bien esto, pero se negaba a aceptarlo. Él se daba cuenta de que aún este gran
proceso intelectual, era incapaz de disolver o deshacer al hombre individual, este ser
humano que piensa, siente y, sobre todo, sufre. Kierkegaard pensaba que Hegel describía
de manera perfecta el proceso racional del mundo, pero ¿y qué de todo aquello que no es
racional? ¿Qué hacer con todo lo que el ser humano no puede poner en conceptos claros y
precisos?

Con el paso que da Kierkegaard del pensamiento abstracto a la realidad concreta del ser
humano se encuentra que

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