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El Perú atraviesa una de las mayores crisis de su historia. La pandemia ha puesto en evidencia, con
miles de víctimas, lo desigual e insensible del modelo económico y político actual.
En medio de esta crisis sanitaria, económica, educativa, laboral, social, cultural y moral, las
elecciones convocadas para el 11 de abril de este año no son un proceso más. A la amenaza
persistente del retorno de la corrupción y el autoritarismo de los años 90, se agrega ahora la
virulencia de tipo fascista aliada al fanatismo religioso, así como las viejas componendas políticas
que promovieron el golpe de Estado del año pasado y terminó con el asesinato de varios jóvenes
peruanos que dieron su vida por la democracia.
Las y los cineastas, las trabajadoras y trabajadores del audiovisual de toda nuestra patria, no
podemos ser indiferentes a esta situación, y por eso frente a todas las alternativas en campaña,
optamos por apoyar públicamente la candidatura de Veronika Mendoza y Juntos por el Perú, por ser
la única que plantea cambios de fondo para el país, empezando por la Constitución del 93 que
engendró un Estado endeble que abdicó de sus principales obligaciones para favorecer a la codicia
privada.
Por su honestidad comprobada, por su capacidad y firmeza inquebrantable, Verónika Mendoza
merece nuestro apoyo.
Un gobierno conservador en estas circunstancias puede significar, como ya se ha visto en otros
países de la región (Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador) una regresión de las pocas políticas
culturales, que no solo se limiten a eliminar el Ministerio de Cultura, o reducir y hasta liquidar los
apoyos económicos sino lo más grave, la institucionalización de la censura y la persecución a las
ideas diferentes, sea en lo político, social, sexual y los derechos básicos de la población, que ya
vienen alentando los intolerantes.
Para Verónika y Juntos por el Perú, la cultura no será más un elemento decorativo sino central, que
define nuestra identidad e imaginario como nación diversa e histórica, de cara al próximo
Bicentenario, defendiendo de forma irrestricta la libertad de expresión y difusión. Consideramos,
además que, a la necesaria fiscalización y mejoramiento de las políticas llevadas adelante para el
fomento del cine peruano y la cultura por el Ministerio de Cultura, se ponga la atención también en
otros aspectos centrales y urgentes como la creación de la Cinemateca Peruana, la Cuota de
Pantalla, el impulso a una Escuela de Cine pública, a la educación audiovisual en los colegios, y a
los derechos de los trabajadores, artistas y técnicos del sector.
Es la hora del cambio. Nosotras y nosotros tenemos que ser partes del mismo.