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Vi RASS NOTAS SOBRE LA DIFICULTAD DE ESTUDIAR EL ESTADO (1977) Philip Abrams (1933-1981) Journal of Historical Sociology Vol. 1 N® 1, March 1988, pp. 58-89. Traducciée: Rafael Macia Mejia Orlando Jaramillo Gén Introduccién “Cuando el estado se encuentra en peligro” dijo Lord Denning en su juicio ayer “nuestras queridas libertades deben tomar un lugar secundario y atin 1a Justicia natural debe suftir un retroceso” ‘La fallen el acgumento de Lord Denning consiste en que es el gobierno Quien decide cual debe ser el interés del estado el que invoca la “seguridad nacional * aly como el estado escoge definirla”, dijo ayer fa Sefforita Patt Hewitt directora del Consejo Nacional para las Libertades Ciiles * ‘The Guardian 18. 2.77 Cuando Jeremy Bentham se propuso purgar cl discurso politico de los engafios y fantasfas gencrados por los muchos “mecanismos alegéricos” a través de los cuales el interés propio y el poder seccional se cenmascaran como entidades morales independientes, la nocién de estado no era muy popular en la vida intelectual © politica inglesa. Si hubiera sido asi probablemente lo hubiera incluido junto con “gobierno”, “orden” y “constitucién” como uno de los términos peculiarmente aptos para reforzar una “almésfera de ilusiGn” -una falacia SS |" Nota des tradvctores. Hemos mantenida a escritura en minsculas de la palabras “estado” y “dios”, tal como aparecen en el texto original, para respetargiintencion fl Que tengamos cara muestra de hasta donde ha legado AWAD turrbove Wo YOM de confusién en el mejor de los casos y una pantalla “oficial de maleficencia” en el peor, que da concrecién espuriay realidad a aquello que solamente tiene existencia abstracta y formal.' Hacia 1919, sin embargo. los esfuerzos combinados de los hegelianos, los marxistas “y los politicos haban provocado Un cambio: “casi todos {as disputas politicas, y las diferencias de opinién’, pudo advertir entonces Lenin, “se dirigen ahora al concepto de estado”, y més particularmente a “Ia pregunta, cqué es el estado?"? Sus observaciones parecen ser aun Correctas en gran medida, al menos entre los socidlogos: cincuenta afios de estar formulando esa pregunta no han producido respuestas muy satisfactorias y que sean amipllamente aceptadas. Atmismo tiempo, 2 invocacién al estado como punto final de referencia para la prictica politica a la que recurre Lord Denning y las objeciones a tal invocacton expresadas por fa Srta. Hewitt se han convertido, cada vez mas, en lugares comunes. Hemos llegado a dar por sentado al estado como un objeto de ractica y de analisis politico mientras permanece siendo ¢specaculamen poco aro qué es el estado. Se fos conmina desde diversos Trentes a respetarlo, a destruirlo 0 2 estudiarlo, pero por carecer de claridad acerca de su naturaleza tales "Jeremy Bentham, The Handbook of Potica! Fallacies edited by HA. Larrabee, Harper and Brothers, New York, 1962. * 2VII Lenin, “The State” Selected Mork. vol. Il, New York. 1943 p. 639. ! proyectos contintian plagados de dificultades. ¢Serd que hace falta una nueva purgaal estilo de Bentham? 1.El problema en general [a sociologia political de acuerdo con W. G. Runcitnan surge de terseparacién de lo politico -y mas especialmente del estado- de lo social. Esté construida como un intento de dar un Tecuento social del estado viéndolo_ como un agente politico concreto 0 una estructura diferente de las agencias y de las estructuras de la sociedad en Tas cuales 0 ra alacant yi gOTES lo afectado por elas. Se nos ha dicho que es esta *“Gistincidn_... la que hace posible una sociologia de la politica’? [ELmarxismd, tnico rival serio de fa sociologéa en la bisqueda de und teoria contempordnea del estado, se apoya, al menos superficiimente, en una distincién muy parecida, La mayoria de las variedades de marxismo suponen que el andlisis politico adecuado debe proceder, como lo dio Manz sabre la base de “la telacin real entre el estado y la sociedad civil, es decit,_su separacidn”- ‘asunto crucial-ep el analisis politico mmanvista, dentro de este enfogue, viene a ser entonces a euestion acerca del grado de independencia real distrutada Paral estrdofnsufelaciGn con ls pricipa- les formaciones de la sociedad civil: las clases sociales. Atin cuando escritores maristas como Poulantzas rechazan abiertamente este enfogue lo hacen tinicamente para sustituir la separacién entre el estado y la sociedad civil por una problemticaformulada como “Ia autonomia espectfica de lo politico y de lo econémico”, dentro del modo capitalista de produccién. Y el problema resultante acerca de la naturaleza y funcién del estado tendra que ser resuelto a travts del andlisis de fa relacién del estado con el campo de la lucha de clases, por medio del desenmascaramiento de la autonomia del primero y del aislamiento del segundo. Aqut, también, fa roble al estado _c problemdtica considera al estado cSmo_entidad. efectivamente distinta y la tarea consiste en determinar las forma: los modos reales de dependencia o Independencia que lo relacionan con lo Socioecondmico*. _Soctoccon? 2 W.G. Runciman, Socal Science and Political Theor Cambridge, 1963, p32 ‘Ibid, p.33 ctando a hla Engels Gesamtausgabe, |, p492, Aus der Krtkder Hegelschen Statsrecht”. 40 Sin embargo, este contexto comtin de andlisis, cuya existencia ha sido aceptada por més de un siglo, no ha demostrado ser muy itil. La sociolog(a politica es rica en agendas: “el mayor problema empitico de la sociologia politica hoy parece ser... la descripcién, el andlisisy la explicacién sociolégica, de la estructura so- cial peculiar denominada el estado”, “la sociologfa volitica comis Loon Ja sociedad y examina cér alecta Pero es note ite en resulads. El hecho de ane Danse -y Hughes ‘no pudieran cifcontrar Casi nada que implementara esas agendas para incluirlo en sus libros de texto refleja con exactitud el estado del campo. La sociologia del estado tiene mejor representacién en las observaciones fragmentarias de Max Weber, ¥ la caracteristica mas sorprendente de la sociologia politica de Weber, como lo mostré Beetham con toda claridad, consiste en que es, en el mejor de las casos, un andlsis especificamente hist6rico y bastante Ga hoede sistemas complejos de politicas de clase, con muy poca o ninguna referencia al estado como algo separado de dichas politicas.’ Para los demds, la separacin intelectual de Ia sociedad y del estado en la sosiologia parece, en la prictica, haber significado fa exclusion del estado de lo politico -nociones especificas como la de “gobierno civil"(polity) sirven mas para elapsar la Wena del estade ae para criicaa: ass Los eberitores marstas se han dedicado al andlisis del estado de una manera mis directa y explicita pero, ccon la posible excepcién del andlisis del bonapartismo, CEN, Poulantzas, Poltical Power and Social Classes, New Left Books, London, 1973, pp. 130-37y 150-53. Apropésito, encuer- {ro poco convincentes los intentos de Poulantzas de desaereditar otras variedades de marsismo a este respecto -especialmente los trabajo de Lefebvre y dela escuctaitaliana- como resultado de un “Juego de palabras” en la lectura de Marx. Por el contraro lo ave Lefebrre, Della Volpe y otros han hecho es leer teralmente -uizh demasiado tteralmente- los pasajes claves de Marx. ,rr,r”—™—"E’s book of bledem Soctlogy Rand McNally, New York, 1964, p-610, es la fuente des primera agenday 8. Bendxy S. M. Lipset, “Pollcal Sociology: an Essayand Bibliography", Current Sectology 1957. p-87, de lasegunda. Ver R. E. Dowse y |. Hughes, Pollical Sociology John Wiley and Sons, New York 1972, para la carencia general d¢_ teabojos xdecuados subsecuentes. 7 7D. Beetham, Max Weber and the Theory of Modem Poltes, AER and Ursin, 1973. ® Me he etendido sobre este tema en Pot Socolgy Men Ursvin en prens.), yelasunto también ha sido tratado por PoulantZ, Palltical Power and Soctal Classes, pp. 40y 266. | no fo han hecho en su totalidad y mucho menos de marfera concluyente. El gran debate sobre la utonomia relativa del estilo que parecta Tan al ue Prometedor cuando se origind, termind con la sensacion ie-que sus problemas se habian agotado mas Que resuelto. Sus principales protagonistas dirigieron su atenci6n a otros asuntos. En 197: iliband exigta 2 los socidlogos politicos “desde un punto de vista yrrsine Wolo Appar \ FE yocutul notablemente esapivo, En vez de Ia comprensién y el conocimiento.seguro, laaridez-y la mistficacién paréce haber sido los resultados tipicos de los trabajos de las, dos tradiciones, en las que el andlisis del estado ha sido considerado como asunia significative en el pasado reciente. Esta confusién pasiblemente tenga que ver con lamanera en que. icianes han conceptualizado alestado. En efecto, estd claro que el problema marxista marxista” que no disiparan sus energfas estudiando fas con eT estado es muy distinto del problema sociolégico especulaciones acerca del estado, sino ue adoptaren una problemdtica alternativa orientada en términos de procesos y relaciones de dominacién concebidos de manera diferente y mas amplia.? Mientvas tanto, Nicos Poulantzas pasd, de fas opacas conclusiones de su sfuerzo por clarificar una teora marxista del estado - estac tiene la funcién_particular_de constituir e} factor de cohesién entre los niveles de una formacién social"=, no a intentar una formulacién mas exactamente clara y empiricamente-especiica de tale ; inds Bien, al estudio de regimenes particulares y de los rs s de clas capitalismo.'°“El tinjca acuerdo resultante del debate parece haber sido el reconocimiento mutuo de un nimera de caracteristicas importantes dea presunta relaciOn deT_// estado y la sociedad que hasta el momento _no_se_habfan_podido” femostrar de manera adecuada. Asf, Ta credibilidad de lanocién de dominacién de clase se salva ~ aunque tal cosa se da obviamente por sentada en todas las variedades de marxismo-, pero la demostracién de tal dominacién en el contexto de cada estado en particular atin no se ha logrado. En este nivel, el estado ~~’ desaffa una vez mds, con éxito, el escrutinio. Parece necesario decir entonces, que el estado concebido como una entidad substancial separada de la sociedad, ha demostrado ser un objeto de andlisis >R.E.Dowse, Reportct a conference on Poltical Sociology spon- sored by the Polllcal Sclence Committee of SSRC, Social Science Research Counell, London, 1974 "© Poulantzas, Polls! Power and Soctal Classes, p.44; el autor vuelve de nuevo al Interogante sobre lanaturleza del estado, con agin detalle, en dos de sus trabajos posterores, Fasclsm and Dicta- torship, New Left Books, 1974y Classes in Contemporary Capltal- sm, New Left Books, 1975, pero el problema de Idenitcar con precisiény localizar las funciones del estado no se plantea.. con el estado y deben ser explorados de manera independiente. Antes de hacerlo, sin embargo, debemos destacar cémo el sentido comin refuerza constantemente el conocimiento que se da por sentado en ambas tradiciones. . 2. El problema en particular La vida politica cotidiana sugiere con fuerza que la concepcién del estado ofrecida en jsmayen Ta sociologia politica estd bien fundamentada -sin ‘ue importen las dificultades de hacerlo operativo-. El sentido comin nos leva a vida politica y que esa realidad es el estado. En cualquier caso, la investigacién del estado 'y la presuncién de su realidad oculta son maneras_ mu) lausibles “leer” los aspectos piblicos de la politica tal y como se manejan. La experiencia investigativa ingenua de los socidlogos que han intentado estudiar lo que juagan como el funcionamiento del estado 0 de cualquiera de sus presuntas agencias, es nuestra fuente més inmediata de sentido comtin al respecto. Cualauiera que haya intentado concertar una investigacién con el Home Office o el Departamento de Salud, estard atento al extremado celo con el que tales agencias protegen instintivamente fa informacién sobre ellas mismas. La presuncién, y la aplicacién efectiva, de que el “sector piblico” es, de hecho, un sector privado cuyos conocimientos no deben hacerse ptblicos, constituyen el obsticulo inmediato més obvio para cualquier estudio serio sobre el estado. La puesta en prdctica de esta concepcidn asume una variedad de for- mas ingeniosas. Una de las mds familiares es la combinacién de vagas afirmaciones piiblicas de que las agencias del estado reciben con agrado “buenas” investigaciones sobre ellas mismas, con la elogiosa pero muy efectiva mutilacién o veto de casi todas las a inferir que existe una realidad oculta en la bouire Pune dna lis/d propuestas de investigacién fundamentada en la existencia de metodologfas inadecuadas 0 defectuosas, © en cualauier otra consideracién técnica. Es una estrategia incapacitante de control del conocimiento, preciosamente bien disefiada, que sostiene que son los defectos del procedimiento de lainvestigacin propuesta 'y no su objeto los que justifican el rechazo. Tampoco puede haber muchos que hayan pasado por este tipo de experiencias que duden de que “bueno”, en este contexto, quiere decir favorable (una sociologia de la decisidn y no de la critica). Existe, de nuevo, un bloqueo © deformacién de la investigacién fundamentado en la necesidad de proteger un interés piiblico no muy bien definido o, con mayor descaro, el interés de los propios sujetos de investigacién. Los intentos de estudiar tépicos tan diversos como el comportamiento delos empleados de la Comisién de Beneficios Suplementarios y las actitudes de las viudas del ejército se han estrellado, de acuerdo con mi propia experiencia, contra tales rocas. Yssiuno dirige su atencién alos niveles mis serios de las insifuciones politcas, judiciales_y administrativas el momento dado a asumir un curso'mucho mas absoluto _y elemental: se topa uno con el mundo del secreto oficial. Cualquier intento de examinar de cerca el poder oliticamente institu: -ado_€5, como minimo, cay Tr gropr luz sobre el hecho de aut un elementoritegia) de atepoder e5 su Rabtidad directa de Tetenet informacion, evitar la observacion y dictar los términos Sould, Sin embargo el sentido comiin, en todas sus for- mas, debilta tal escepticismo. Private Eyeve su existencia puesta en peligro atin por el mis leve de los coqueteos con la investigacisn politica. El Sunday Times provoca tuna crisis pblica por su intento de publicar los chismosos y poco reveladores secretos de los Disrias de Richard Crossman. Y Philip Agee y Mark Hosenball son deportados porque, segin se nos dice a ellos y a nosotros, su conocimiento puede poner en peligro la vida de empleados del “estado” -gente real, desconocida y que no puede darse a conocer, cuya existencia como "hombres del estado” se estd poniendo en riesgo si se revela lo que presumiblemente es la verdad acerca de sus actividades-. De manera simultanea Joe Haines Al respecto, la escuela de historia representada por el trabajo de Maurice Cowling es muy important. El escrutinio mas exhaustvo de las evidencias ms minisculas so llevanala conclusén de ave elefecto de The Impact ofLabour(M. Cowling, Cambridge Uriver- ~ sity Press, 1971) 0 The Impact of Hitkr (M. Cowling, Cambridge University Press, 1976) fue el de intesificar fa discusién poles, = teorganizar las alianzas personales y las posibilidades de polileas Indhiduales y carflearen ls mentes de las actorespolticas la dase _yolraslineselones del poder poltico cue ya habia sido comprendidas or perfodistas bien enlerados e historiadores no tan enterados: Una vez mis queda demestrado que ls sorpresas se dan toda nivel de los eventosyy no de las estructuras. c r r | s q c | ' r 1 { i i reporta el insistente manejo encubierto y desorientador de la informacién, llevado a cabo por oficiales de! Tesaro en su lucha por imponer una politica estatutaria de ingresos a los politicos elegidos con el compromiso de luchar contra ella."? Y Tony Bunyan se encuentra en a extrafia situacién de poder demostrar la existencis de una policia politica altamente efectiva y represiva en este pais (Inglaterra) en-los afios treinta, mientras que su sugerencia de que tales agencias ain existen en esta época son descartadas como “poco convincentes” porque, en efecto, no ha podido romper la densa y peligeosa barrera de secreto de la policia contempordnea.'* El hecho de que’ alguien sea capaz de imponer el secreto es evidencia clara, segin infiere el sentido comtin, de que esa persona tiene poder y de que tiene algo que ocultar. En suma, [2 experiencia, que no los hallazgos de Ia investigacién politica tanto académica como practica, punta conclusiiade ave hy und realidad ocala de la politica, una institucionalizacion del poder politico (ite pastores. devas des prosenca ene cena de_las agencias de gobierno: ese poder se resist ciectivamente a ser descubiertoy puede ser identificado ‘piausiblemente como “el estado”. En otras palabras sigue Siendo razonable suponer que el estado, como entidad “auromay distinta, esta de hecho alll_y es realmente yoderosa y Que un aspecto de su poderfo es su capacidad para impedir el estudio adecuado del estado. UE_poscemos evidencia de que el estado mismo es la fuente de la capacidad del estado para desafiar nuestros intentos de desenmascararlo. 3. Una alternativa comiso un sentido Argumentaré que, tanto en [a sociologia politic: | marxismo, hemos sido arapadss ee inf eteatn por sf misma obstryye seriamente el estudio eTectino de cierto ntimero importarnos a todos -ain cuando el peso de las ideas heredadas del posthegelianismo haga probablemente inevitable ese atrapamiento-. Las dificultades que hemos cxperimentado al estudiar el eflad@-surgen en parte de sussidente poder polio ia capacidad de Wir Rees de deportar Air ‘Agee sin dar razones para hacerlo diferentes a las de! interés del estado, es un hecho que necesita explicacién-. Pero quiz es, igualmente, una consecuencia de la manera en que hemos planteado el problema, Al intentar reconstruir el asunto comenzaré por sugerir que la dificultad de estudiar el estado puede ser vista en part® Como resultado de la naturaleza del propio Giada pars cosa per, en igual medida, puede también ser vista éstudian. En ambos casos ef asunto de “estudiar el estado” parece estar plagado de falacias al estilo de Bentham. Y haremos mejor en abandonar el proyecto enestos términos y estudiar en su lugar algo que por el momento, ya falta de una expresién mejor, lamaré control politicamente organizado, Sustero, en otras palabras, que tanto el estado como la ciudad y la familiz son objetos espurios de preocupacién sociolagica y que debemos ir mds alld de Hegel, Marx, Stein, Gumplowicz y Weber. desde el andlisis del estado, hasta el interés por las realidades de la subordinacién social. Si existe de hecho tuna realidad oculta tras el poder politico, e! primer paso tendiente a descubrirla deberfa ser el rechazo decidido de la descripcién legitimadora que los teéricos y los actores politicos, de manera ubicua y convincente, nos invitan a aceptar, es decir, la idea de que esa realidad es “el estado”. Mi argumento sosticne, en resumen, Que deberiamos tomar en serio la afirmacion de Engels -una de las pocas fuentes ctisicas de la teoria ana del estado que, incidentalmente, no es mencionada en Political Power and Social Classes- cuando dice que “el estado se nos presenta él mismo como el primer poder ideologicosobre ct Hombre”, O Ta nocion expuesta de ‘manera tan convincente en la /deolagia Alemana de que la caractertstica més importante del estado es la de constituir el “interés comuin /lusorio "de una sociedad: en donde la palabra crucial viene a ser “ilusorio”.'* Antes de desarrollar el argumento seria ttl mirar mis de cerca las dificultades del marxismo y de la "foe Hanes, The Polis of Power Hodder & Suoughon, London, 197; es sifoma cla det modo en gue se ermascafan is realdadespolicas ens sodedades ples seal ucl ls comentarios del autor sobeteceiones polis personas y ‘que su anslisis altamente perceptivo ¢ informado acerca de ia estructura institucional del poder haya sido vitualmenteignorado. Seat ae cae ee tartare ren pie 8 | sociologia politica contempordneas en sus relaciones inteléctuales con el estado. 4, El estado de la sociologia politica A pesar de las constantes afirmaciones de los socidlogos politicos de que su disciplina ests constituida ‘Smo un intento de dar una explicacién social del estado, ‘en el desemperio altica. Lo ‘que ha sucedido, en cambio, es que las nociones de gobierno civil o la de "bien publico™ oue aparecen en. los mds reclentes escitasde-Daniel Bell han absorbido la_nocién de estado."* La explicacién sociolégica del cela ia sida ceemplazal por breduccin soca cin soci fel estado, -observacidn hecha con toda claridad por C Sartor®@dsde 1968.!” Sin embargo esta transformacién “HOES completamente indtil. Al sostener la tesis de hacer del_gobierno civil el concepto central de la sociologia politica;TParsons, Almond y Easton, los principales defensores de este proyecto, tuvieron al menos una carta poderosa en sus manos. Esta era, obviamente, la afirmacién de que lo mds importante que habla_que estudiar no eran las estructuras sis a 1 De "Engels, Cuculg Feuerbach and the End of Classtcal German Philesophyca c.g) . Fever (ed) Martand Engels: Baste Wettings ‘on Politics and Philasophy Doubleday, New York, 1959, p.236:K. Marx and f Engels The German Ideology; Lavrence and Wishart London, 1965, p. 42 -aunau hay que reconocer que ks afrmaciones ‘cructales acerca de este punto de vista fueron adiciones marginales hechas por Engels a texto principal de un trabajo elaborado en colaboraciSn. Esto posiblemente confirm la opinién que he mantenido durante mucho tiempo de que de haberse hecho justicia ‘asimismo, Engels debiéhaberke colaborado a Durkheimy no a Marx. D. Bell, The Cultural Contradictions of Captalism, Basic Books, NewYork, 1976 G. Sarton, From Sociology of Polit to Political Sociology” en. IM. Lipset (ed.) Poles and the Soctl Sciences, Oxford University Press, 1969 CL, T Parsons, "Voting and the Equilibrium ofthe American Polit- cal System’, en. Burdick and A. Brodbeck (ds) Amerfean Voting Bchovtour Free Press, 1959; D. Easton, A Sjstem Anahts of Polt- ca Lif, John Wiley & Sons, New York, 1565; G. Almorid and J. Coleman, The Poittcs ofthe Developing Areas. Princeton Univer- sity Press, New Jersey, 1960; W. Mitchell, The American Polity Free Press, 1966. La percepctén neta del proceso politico obtenido por esta escuela de andliss quiza pueda ser formalizada en algo parecido alo sigulente: as Sistemas Polfticos Lossistemas sociales tenen problemas fincionalescomunes:-adap= tacdn-ntegacién-consenvaclén de pautas -logro de objetivos Los problemas funcionales son manejados por subslstemss furclo- ales: -econom Bienes piblicos -ciltura -gobiemo cil Las poltcas(stemas politicos) ejecutan umctones comes: -selecelén y especificacién de objetvos -distribucion de costes y valores -autorizaciones Eldesempetio de estas funclones involucra: -lacreaciénde una estructura de rolpalice dente de la cual pue- den tomarse decisiones vinculantes Laestructurade rl polticose genera mediante conjunts de iter anbiasengeel gobierno ely ores subsistemas sociales: Entradas (pus -demandas apoyo -ecursas -laboractin de dec. slones acereade estucturas de oles, Salidas (utput):-decistones -Implementaciones ~contzoles Las comunicsetones ievolucradas en estos Intercambios también generan una cultura politica. La cultura politica opera como un medio de retrolimentacién desde la salida ha- cia las nuevas entradas, etc. Los procesassociales fundamentales para a opera- clin de los sistemas politcas deben especificarse atin més: Entradas: -socalizacién politica -proselitismo -ariculacén y agluti- nacién de intereses Salida: siimacién -promulgacién -administracién ‘Todos los sistemas Uenen estructura, pero no componentes comu- nes de estructura. Todas las estructuras politias pueden ser analizadas en térmnas comunes de propledadesy aneles de organtzaclén: Niveles: -gobiero -reglmen -comunldad Propiedades: -diferenciacién externa -diferenciacién interna es- pecticidad funciSnal deroles -Wsibilidad -fornalizacién -Institucioralizacién dela competencla por roles de liderazgo -estralficacién de la nluencia -balance de las estructuras formales¢ informales. El estlode actuacién de toda a estructura poltica puede evaluarse por medio de custro dimensiones de valores (variables de pautss):~ airibuctones vs. logras -paricularismo vs. universalismo -efecti- ddad vs. neuralldad afectiva -vaguedad vs. especificidad Toda estructura politica enel mundo reales multifuneional; el esilo. detodo el desempefio politico es mito. 5 Evidentementc, una concepcién como esta no tiene necesidad © operativa ni tedrica del concepto de estado. No se ha explicado el. estado, se e ha eliminado, hecho, estaban dando un paso atrés en la reconocitla agenda de la sociolog(a politica hasta el punto de argumentar que lo distintivo del estado o de lo politico era un asunto dé Procesos y io de instituciones: que el estado éra una practica y no un aparato. Esta afirmacin, “Goma Tessin bien Tandamentads dla agenda, me parece absolutamente sensata. Pero si volvemos a los modelos del gobierno civil que los escritores funcionalistas nos ofrecian en los sesentas y los comparamos con el trabajo empirico que han venido haciendo los sociélogos politicos en los iitimos veinte afios, aparece una extrafa discrepancia, Muchas de las descripciones formales del gobierno civil elaboradas en los dias pioneros de la sociologia poltica, tomaron la forma de modelos de entrada-salida (input-output).”” En aquellos modelos tas funciones obvias del estado -la determinacién y la implementacién de objetivos, la observancia de la ley la legitimacién det orden, Ia expropiacién y la asignacién de recursos, la integracién del conflicto- fueron lipicamente ubicadas en el lado de salida (output) del proceso politico. Existe, claro esti, una calidad absurdamente mecanicista en todos estos modelos. Sin ‘embargo lo que sorprende en el cuerpo de trabajo queslos socidlogos politicos han producido desde que su campo se ha definido de esa manera es que casi todo tiene que ver con las ftinciones de entrada y no con las de salida. Aun despues de su reconstruccién funcional, ¢l i Tealmente estudiado. De nuevo, Dowse y Hughes representan de manera confiable.a sus colegas.” Lo que seh doses Ia socializacién poltica, la cultura oltica, los grupos de presin (artculacién de intereses), FB cates y fos partidas{aglutinacén deintereses), los movimtientos sociales con fa inclusidn de la tesis de Mi- chel sobre la degeneracién oligérquica de los movimientos sociales, las protestas, las rebeliones y las revoluciones.”" Se ha prestado atencidn de manera abrumadora a los process ardinarios del gobierno civil " Obviamente, lamas conocida sla sugerida por David Easton, op. oh. 2° Dowse y Hughes, op. cit, pero observen con evidado as ausencias censu Cap S, “Structures and Power In industrial Society’ 2" Esta pauta ya era evdente en las bibliografias del campo producidas, ‘en{os cincuentas -por ejemplo Lipset y Bendix, op. cit.-y no los, menos en las de los setentas: vean, por ejemplo, fas “Lecturas ‘complementarias’ propuestas por Dowsey Hughes. no a las funciones centrales de coordinacién y despliegue de poder. ¢Por qué ? Una respuesta simple podria ser que los socidlogos polticos, como lo hacen sus colegas en otros campos, al organizar de esta manera sus intereses de investigacién, al desviar escrupulosamente su atencién del estado y dirigirla mas bien a sus asuntos- sélo estén manifestarido el oportunismo timido y servil, correcta y repetidamente vapuleado por Andreski, Nikolaus, Gouldner, Schmid y Horowitz, que parece seguir dominando la determinacién y seleccién de los proyectos de investigacién en las ciencias sociales.” Las tentaciones de adoptar una organizacién sumisa de la investigacién son atractivas y limitantes y no fo son menos para quienes esti en tales posiciones de privilegio que no pueden soportar mucho escrutinio desde abajo. Mi impresién, sin embargo, es que Ia venalidad no es toda la historia, atinen este pais, nisiquiera una parte importante de ella. Tampoco, pienso yo, se le puede echar la culpa a los tipos de “aprisionamiento” ocupacional ni a la identificacién semiconsciente con el poder tan utilizados por Nicolaus y Horowitz en los Estados Unidos. La sociologia britdnica y ciertamente sus asociaciones profesionales estn, felizmente, mucho menos implicadas con las instituciones de poder que su contraparte estadinense. Una de las ventajas de no ser percibido como til es que uno queda felativamente libre como académico para hacer el trabajo que uno quiere. En ese sentido, el Sracaso de los socidlogos pofticos para prestarle atencidn al estado, atin dentro de su propia problematica, jebe _explicarse en término: [endenci: intelectuales mas que de las materiales. Quizd exista una patologia estrictamente profesional de la sociologia politica que define a los problemas importantes € Investigables de la disciplina como situados al margen del estado. El aspecto mds obvio de esta patclogl cs metodolégico. Los métodos distintivos de la sociologia poten deste las encuestas de opinign publica en adelante cslin disefiados para estudiar las actitudes y 3, Andres, Socil Scevce as Sorcey Deutsch, London, 1972; M, Nicolaus, The Professional Organlstlon of Sociology; a View from Below’, en R.Blackbumn (ed) /deology In Socal Sefence, Fontana, London, 1972: A. Gouldner, "The Sociologists Partisan’, en For ‘Sectolagy Allen Lane, london, 1973; Horowitz Prokessng Sociol gy Allen Lane, London, 1972. : 8s +. comportamiento de grupos de poblacién gran- des, accesibles y maleables y no para estudiar retaciones entre redes pequeiias, inaccesibles y poderosas. Consideren, por el contrario, lo que acontecié con los intehtos de los socidlogos politicos norteamericanos de estudiar las mucho mas modestas estructuras de poder de comunidades locales: todo el campo s¢ transformé inmediatamente en un lodazal de acusaciones virulentas de ineptitud metodolégica. En general, desde la publicacién de The Power Elite y a partir de ahi, todos los intentos de los socidlogos politicos de examinar las funciones autoritarias 0 represivas del gobierno civil han sufrido esta reduccién, metodolégica. La linea desde Dabl a Bacharach y de Baratz a Lukes y a Abell sefiala el permanente retraceso desde hablar de prictica politica hasta hablar sobre cémo deberfa uno hablar de practica politica. Es la obsesién del buen método: mejor no decir nada que ser acusado de obtener ganancias ilegitimas.”* No parece que se haya tenido en cuenta el concepto de que una acumulacién suficientemente amplia de excursiones metodolégicamente impuras en la descripcién del poder, ala manera de Mills, pueda llegar a constituir algo convincente. Sin embargo, por encima y més allé de las prohibiciones metodoldgicas, existe, en el seno de la sociolagia politica un obsticulo teérico més substancial que sirve para desestimular la atencién hacia lo que los mismos socidlogos politicos dicen que es el problema central de su campo. Agui pueden identificarse dos dificultades fundamentales. En primer lugar, la traducrisn funcional chell y otros, geperalmente_aceptada como_una esate defor cuca de coil pola. dejado a los socidlogos politicos con una nocién curiosamente nebulosa e imprecisa acerca de qué es 0 dénde esti el que se supone es su principal explicandum. Una concepeién vaga de las Tunciones en ejecucién - ‘Sbtencan te obptNee"adjudeacon de Tega 29 R Dahl, Io Gover? Yile Universit Press, New Haven, 1961; IN. Polsky, Community Power and Potical Theor. Yale University Press, New Haven, 1963, Pluralism in the Study of Community Power’, The American Socologs, Ww 2, 1969, p-11 8; Barach and M.S. Baratz, Poner:A Radical View MacMillan, London, 1974; ‘Abell, “The Many Faces of Power and Liberty’, Sociolagy x, 3, 1977 p3 35 casa Soto abre pecosarlamente ls_puetlae 1 Ui concepcién vaga de las estructuras y procesos involucrados en su desempeio. Esta claro por ejemplo: para tomar el caso de Almond Coleman, que atin bajo las condiciones de alta especificidad de estructuras atribuida a los gobiernos cies "modernos”, no surgird de ahi una relacién de uno a uno entre las estructuras “gubernamentales” y las funciones “autoritarias”. Asf, aungie estos autores siguen insistiendo en “Ia distincién analitica entre la sociedad y el gobierno civil", la identificacién estructural de fases fundamentales ‘del gobierno civily, con mayor razén, de sus relaciones con la sociedad, los derrotan.® Suzanne Keller esté en la misma linea de la mayorfa de sus colegas cuando abandona el concepto de estado en favor de las nociones mas inclusivas y menos comprometedoras de “un centro social, un nicl 10 de apoyo", inclindndose al Final por la idea de “unificacién alrededor de un centro simb6lico” 2 La idea de centro preserva en principio la concepcién de funciones del estado pero deja desastrosamente abiertos todos los interrogantes acerca de su eecucién. Mas aun, inhibe tanto el andlisis empitico como el conceptual de los procesos relevantes reduciendo drdsticamente la especificidad de las funciones mismas. Como ya se ha indicado, quizé la tendencia real de la sociolgia politica consista no tanto en explicar el estado como en deshacerse de él. El segundo problema tiene que ver con la \cia en la sociologia politica de un interés inicial en un tipo particular de astinto sustantivo: el ingreso ala arena de la accidn politica de poblaciones previamente inactivas. Dentro del amplio marco intelectual de la separacién del estado y la sociedad, éste llegé a ser el problema practico mis apremiante para casi todos aquellos pioneros cuyo trabajo fue considerado como el que efectivamente defini la actividad de los sociblogos politicos. Hubo muchas razones para esta concentracién de interés, algunas radicales, otras conservadoras, pero sus consecuencias generales son claras. La sociologia clftca legd a ser, en la prdctica, un cuerpo de traba} las clases trabajadotas”, “las condiciones para la democrach eaible™ En casi todos estos trabajos el estado, o algiin nexo real institucionalizado del poder Almond and Coleman, op. Ct. 2 Suzanne Keller, Beyond the Rullag Class, Random House, New. York, 1963, p.34 i i central equivalente a él, fue virtualmente dado por hecho, “ya fuera porque se pensaba que era histéricamente dado 0 porque se suponfa que era una variable dependiente vulnerable al impacto de las uerzas sociales externas que eran en el momento la preocupacién inmediata. Ast, aunque habia all un sentido del estado, el estado no era considerado etectivamente como parte del problema que se investigaba. Lo que hace i estudio come el de Peter Nel con su ands de los socialdemécratas germanos, Sean tan excepcionales como contribuciones a la sociologia politica, es que tratan el problema del ingreso de grupos Auevos como un asunto genuinamente bilateral que involucra tanto al estado como a la sociedad en una interaccién activa.®* En conjunto, estas inclinaciones tedricas y sustantivas de la sociologia politica, estan lejos de poder explicar de una manera clara o adecuada por qué su reocupacion por el estado ha permanecilo Tat importancia como principio-. El punto al que se ha llegado ha sido en gran manera el resultado inesperado de studios sobre las presuntas funciones y procesos de entradas (input) del gobierno ivi, tales como la socializacién politica, ‘y no la consecuencia de un abordaje directo del asunto central. Esto quiere decir que los mejores estudios de socializacién kan encontrado que ese tipo de entrada (input) es configurado de manera mas bien fuerte por poderosas acciones ¢ influencias que emanan del “centro” hacia abajo. | estudio de la socializacién politica, una de las famas mis florecientes de Ta sociologia politica, tiene Eenido ens, denco del patton general de nterés en el problema d TUupos Huevos”. El tema generado por el asunto de los grupos nuevos sencillamente se extiende hasta incluir la domesticacién de lo que Parsons ha llamado la “invasién brbara” de los infantes, asf como el control de lo que Lipset ha denominado los “excesos populistas” de invasores mis maduros. Sinembargo, de manera extraff, los trabajos cn esta drea han tenidola tendencia-a "redescubrir® el nesta drea han tenido fa tendeneia a “redescubrir™ ef * Peter Nettl, “The Social German Democratic Party as a Political Model”, Past and Present, 1965 estado: este sentido, se trata de “caracteristicas mas creativas y promisori soctologia politica contemporénea, -ver por ejemplo, la discusion fe Dawson y Prewitt sobre la cuestién de “aprender a secteet*; o la.demostracién de David Easton de feo los nifios son conducidas a confundir padres pr ‘y policfs en un solo paquete de autoridad benigna.”” (Ecieto, obviamente que tales estudias descubten alestado sdlo bajo un aspecto algo especial. 15 que se percibe es un agente mds bien poderoso de legitimacién. Aquellos socidlogos atraidos por una concepcidn weberiana de la politica de los cuales Da- niel Bell es quizd el representante contemporneo mas interesante, y para quienes en palabras de Bell, “el principio axial del gobierno civil es Ia legitimidad”, coneluirdn que por medio de la investigacién de la socializacién politica realmente se progresa.*® Aquellos {ue ven al estado como un agente paderoso de control de coordinacién, encontrarin estas conclusiones blandas e inadecuadas si es que no las encuentran vacia. Pero la pregunta es épueden los socidlogos de este segundo estilo demostrar que el estado, en el que ellos, creen, existe de verdad? Lo que los estudios de socializacién han hecho—en conjunto con otros trabajos enfocados més explicitamente en los procesos de legitimacién, como el de Mueller- consiste en establecer la existencia de la construccién gestionada de una creencia en el estado y en aclarar fas consecuencias € implicaciones de ese proceso para la vinculacién de los sujetos a su propia sumisién. Aiin mas, han mostrado que los pracesos de vinculacién aunque no sean efectuados por el estado proceden en términos de la creacién de ciertos tipos de percepciones del estado. De la afirmacién de Stein “el Rey es la encarnacién de la_ ura del estado”, a la creencia de los nifios norteamericanos de que “el Presidente es la mejor per- sona del mundo” dificilmente hay mucha distancia.” ® K, Dawson and J. Prewitt, Poltca/ Socislsation, Little Brown, Boston, 1971:D. Eastonetal., The Development of Political Att- tudes in Children, Aldine Chicago, 1967; E Greenstein, "The Be- revolent Leader’, American Potitical Sclence Review liv, 1960, p.934:yen general, Dowseand Hughes, op.ct, ch6 Daniel Bel, Tae Cultural Contradictions of Capitals, Helnemana, London, 197, especialmente pp.220-232 » L, Von Stein, Das Koenlgtum, Leipzig, 1850, citado en E. Schraeples, Quellen zur Gesichte der saztaen Frage in Deutsche, ‘Musterschmidt Verlag, Goettingen, 1960, p.130; J. Hess and D. Easton, “The Child’s Changing Image of the President’, Publle Opinion Quarterly xy, 1960, p.632 ar gaint > q. ow NLU No Wet ELdescubrimiento de que la idea del una realidad potter signincativa a permanece en buena parte sia-ser-descubletto, determina | ara la sociologia politica un sienificativo y raro encuentro Sage To empreo yuna poste Tears deo poco. estudios como una cosa eoTGgica. Puedes i como el dispositivo en termmos Get cual se legitima el control: ¥ Como cosa ideoldgica puede de hecho mostrarse que asf trabaja. Nos presenta el poder SF, vez integrada y alsladay al satistacer ambas Condiciones” apenas pata Tuer case de sociedad lase de sociedad una base aceplable de acuerdo. Suministra un recuento de Tas instituciones politicas en términos de cohesién, propésito, independencia, intereses comunes y moralidad sin que necesite decirmos nada acerca de la naturaleza real, estado tiene ester Caras tas TptIeTCTaReS para la sociologia politica del enfoque alternative que he sugerido para el estudio del estado. Del estado pademos saber, si queremos, ue es un poder ideoldgico. Pero, es algo més? El mito es, obviamente, la interpretacién de realidades no obser vadas pero no es necesariamente una interpretacién correcta. No_sélo se trata de que los mitos hagan concretGlo abstract; tambign hay sentidos en I Facen estilo inexistente. Desde este punto de vista es posible que la contribucién mas importante al estudio Gel estado en afios recientes sea la observacién hecha de pasada por Ralph Miliband al comienzo del capitulo 3 de The State in Capitalist Society: “hay un problema preliminar acerca del estado que Tara vez se tiene en ‘cuenta pero merece atencién si fa discusién sobre su nnaturaleza y su papel va a enfocarse adecuadamente. Es el hecho de que el estado “no es una cosa” y de que come tal no existe”.2? En cuyo caso nuestros esfuerzos para estudiarlo como una cosa solo pueden estar contribuyendo ala persistencia de una ilusién. Esto nos lleva al punto en que se hace necesario considerar las implicaciones para el marxismo de mi enfoque alternativo’ de estudio del estado. ay d\enubvr ta Sous 5, Elestado de la teoria marxista —\uts! Li caracteristica mas destacada de las recientes » R Miliband, The State in Capitalist Society. Weidentetd and Nicolson, London, 1969, p49 38 discusiones marxistas acerca del estado es cémo los autores han percibido la no-entidad del estado yaa vez han sido incapaces de atenerse a la légica de esa-- ; percepcién. En el marxismo parecen existir razones apremiantes que obligan a las dos cosas, es decir, a | reconocer que el estado _no existe como entidad real { siendo, en el mejor de los casos, un of ra : formal como dice Poulantzas, y a discutir, sin embargo, pos de is sociedad caplatatas ooeo ae estado Tuera en realidad una cosa que “como tal gurdndonos que el estado es de failusién_ y al mismo tiempo “un drgano ‘sobreimpuesto a la sociedad” en un sentido para nada ilesorior una simple mlscara para el poder de casey, a la vez, “una fuerza politica organizada” por derecho propio.” En consecuencia, en vez de dirigir su atencién ala manera a los mecanismos por medio de los cuales se ha constituido, comunicado ¢ impuesto la idea de existencia del estado, han terminado favoreciendo, mas (0 menos incémodamente, el punto de vista de que la existencia de la idea del.estado también indica la existencia oculta de una estructura substancialmente real de algo cuya naturaleza se asemeja al estado. Es un deslizamiento imperceptible pero de largo alcance desde el reconocimiento inicial del estado como objeto formal- abstracto hasta su tratamiento como agente “real- concreto” con voluntad, poder y actividad propias. AGn Miliband, quien se destaca por ser el menos confundido de los analistas marxistas del estado, se mueve a lo largo de este camino hasta el punto en que encontramos que 3 Enun comentarios unaversin previa de este abajo Dr. PR. D. Corrigan afima claramente “que el estado es ilsorioy que en ‘realidad su “estar ah es la manera como se sostene la lusiér’, agrega que el esto es “unallusién enelseiido de qe suafimackén de serla que parece sere vida no es ilusoro enel sentde de ae no se tata de un erorlégio nde un problema de nuestra visi ni de un truco de magia que lo sostiene, sino que consist precsamente en aquellas poderesy reaciones que suafrmacién de ser lo que parcce ser esti ocultando”. Sin embargo también puede =! decise ae, tanto ste estado est realmente ahicomo si nolo est, el ads mantsta ene que tratarlo como sl realmente estuviera | allicon el finde situa as fases fundamentals dela integracion de" | i poder de clase que de otro modo seraninasibles; éste, enespecta parece serelcasode Poulantzas, Classes In Contemporary Copia sm, pp.155-58. 2 Verla discusén de estas dualidades en la obra de Marg, Engels) ©. LeninenS.W. Moore, The Critique of Coptlst Democragy A.M. # Lelley, New York, 1969 cl estado, por ejemplo, “se interpone é mismo entre fos dos lados de la industria, -no de manera neutral, sin embargo, sino tomando partido” y “tiene una propensién reconocida y manifiesta 2 recurrir a sus poderes de coercién contra uno de los partidos en la disputa més que contra el otro”? Y Franz Oppenheimer, quien en 1908 hizo el audaz intento de demostrar que el concepto de estado no era mas que “el principio bisico de la sociologia burguesa” y de exponer las realidades de la apropiacién politica forzosa, 0 como él decia, del “robo” detrds y en la base de tal principio, termind hablando del estado como siendo “él! mismo el ladrén": desenmascaré al estado como un tipo de objeto concreto real sélo para reconstituirlo como otro.” Pero la més compleja y ambigua versién de esta tipica ambigiiedad marxista es, obviamente, la de Poulantzas. ‘sin embargo, antes de intentar un recuento de los tratos de Poulantzas can el estado, vale la pena tener en cuenta por qué el marxismo ha demostrado ser, en términos generales, Tan propenso a esta clase de ambigiiedad. Creo que sé. debe a una tensidn sin resolver entre la teoria y la practica marxistas. La teorfa marxista necesita al estado como objeto abstracto formal con cl fin de explicar la integracion de las sociedades de clase. Erveste sentido puedo ver muy poca discontinuidad real entre el Marx joven y el maduro o entre Marx y los marxistas: todos estin hipnotizados por el brillante efecto de haber colocado a Hegel en la posicidn correcta 'y haber descubierto al estada como la concentracién le de bs reliciones de Cases racones Te Case fe las sociedades capitalistas, en particular, estan. coordinadas a través de una combinacién especifica de funciones Idcolégicas y coercitivas que estin convenientemente ubicadas como funciones del estado. Las _instituciones politicas pueden ser analizadas entonces, ¢n sentido contrario, Presde el particular punto. ewe dereeser peo dees funcgnesenel come ‘Sertdetmdomnacion de case, Al mismo tiempo, | ibn de class. Al mismo tiempo, Ta ractica mapas al estado como objeto ‘concreto real, objeto inmediato de fa lucha politica. La Practica polliica marxista es, sobre todo, la generacién de una lucha politica de clases_sobrepuesta a la lucha econémica hasta el punto de presuponer Ia separacién ET ECOROMICOY de TO POMC. a Aistintas dominaciones poticas corresponderan distintos tipos de lucha politica »F. Oppenheimer, The Stave, Bobbs Merrill, New York, 1914 2 Miliband, op. Cit, p.81 Y uno puede ver facilmente que postular que el objeto de lucha s6lo es una entidad formal abstracta tendria ‘muy poco alractivo revolucionario. La seriedady amplitud dela lucha por conquistar el poder politico ‘exigen un Punto de vista serio sobre la realidad auténoma de ese poder politico. Paradéjicamente, exigen también la suspensin de la incredulidad acerca de la existencia concreta del estado. En efecto, decidirse por la lucha politica viene @ convertitse entonces en el hecho de participar en la construccién ideolégica del estado como eentidad real Mantener el equilibrio entre los requerimientss" tedricos y précticos del marxismo viene a ser un asunto mas bien enredado. Se logra en La Ideologia Alemana pero rara vez en otra parte: “toda clase que esté luchando por dominar, adn cuando su dominio (..) postule la abolici6n de la vieja forma de sociedad en su totalidad 0 de la dominacién en si misma, debe conquistar primero. para si el poder politico con el fin de representar a la vez sus intereses como interés general, un paso al que, en el primer momento, se ve obligado; .... la lucha practica..., hace necesarios la intervenciény el control Pricticos a través de un ilusorio * interés general’ en la forma del estado”.'* Usualmente, el requisito de unidad de teoria y préctica se satisface por medio de la aceptacién tedrica del estado como “fuerza politica organizada” real que actia por derecho propio: la teor’a se convierte entonces en cuestién de descifrar las relaciones entee las acciones de esa fuerza y el campo de la lucha de clases. La ambigtiedad de_muchas descripciones marxistas del estado puede entenderse, “par ota. 76 como un arto de ever docrnao “Gino como ls expresion de a contsiony enrentatarto ue se da, a cambio de una verdadera unidad, entre 1a Teoria la practica. Miliband y Poulantzas estan cerca de eludir esta dificultad. Pero’ ninguno lo logra. Miliband, habiendo reconocido la no-entidad del estado, Jo substituye por ua allernativa muy comin entre los cientificos sociales ala que denoming el stems 0 esLato*, un conjunto de instituciones de captrol politico ¢jecutive y-de su etsonal clave, fa “elite del estado”: “el gobierno. la administracion, los militares y la policta, la rama judicial’ las_asambleas_parlamentarias y los gobiesncs, subcentrales”** Obviamente, estas agencias y actores cexisten, en el sentido ingenuo empfrico de la palabra, » German ideology pat. p.53 %R. Miliband, op. Cit. p54 c Fo | | como pbjetos concretos, y es perfectamente posible deseable y necesario averiguar cémo se relacionan entre si-Gueé forma de sisterna estatal genera ‘ysde qué manera, como conjunto, $F re fuerzasy elementos en una sociedad -qué tipo de estado constituyen con su existencia-. Estos Son, en efecto, TOS independientemente del estado -la principal excepcién s la educacién natural- y puede atribuirsele a agentes con una existencia bastante inmediata y concreta, quiza otros procesos politicos tales como la mitigacién de la dominacién de clase también puedan ser explicados de este modo mas inmediato y concreto. De cualquier interrogantes que Miliband busca absolver La afimacion— manera, es extrafio que en un trabajo escrito en el punto de que, en conjunto, estas agencrasy ActOTes culminante de un periodo que habfa sido testigo de una Tons 5 roposicién_analitica sens. 2 fat con toda claridadal estado tolalidad. Pero existen otras preguntas cruciales acerca dela natursleza y de la funcién dee dbjeoantaacion alas cuales cl enfoaue de Miliband es mer con a: ic nos itil. La dificultad se hace manifiesta cuando alfinalde The State — ‘in Capitalist Society Miliband nos dice que “el estado ha sido “el agente principal” que ha “ayudado a atenuar ta forma y el contenido de la dominacién de clase”.2” No aparece fa conclusién que nosotros hubiéramos esperado, la de que la prictica politica o la lucha de clases ha atenuado la dominacién de clases actuando sobre y por medio del poder politico institucionalizado o sistema de estado; en vez de és0 se atribuye al estado tuna unidad y una voluntad que el autor, al comienzo, se Fabia esforzado en negar que éxistian. Lejos de desenmascarar al estado como poder ideologico la AocION mas realista de sistema de estado “prslensonesdeolageE Ven corsecuencl, una area fundamental en el estudio del estado como es ta comprensién y la exposicién de la manera en que el estado se construye como un “interés general ilusorio” queda sin llevarse a cabo, y es bastante dificil que se pueda intentar sobre la base de este tipo de realismo. Una caracterfstica sorprendente de los dos largos capitulos en los cuales Miliband discute la legitimacion de la sociedad capitalista es la virtual ausencia en ellos del estado. No sélo ve él a legitimacién como algo que ocurre principalmente fuera del sistema de estado ("la Ingenieria del consentimiento en la sociedad capitalista 5 todavia en buena parte una empresa privada no oficial”), a través de lotpartidos politicos, iglesias, asociaciones voluntarlas, medios masivos de ‘comunicacién y “el capitalismo en sf mismo”, sino que ensu recuento no aparece la autolegitimacién del propio sistema de estado como estado. Si en realidad la construccién del estado ocurre hasta tal punto » Ibid. p26. 20 reconstruccién ideologica del estado -como el “estado de bienestar”- tan meticulosa como cualquier otra cosa intentada desde el siglo XVII, se haya ignorado esta clase de vinculos entre la dominaciényylalegitimacién. €Podria tener algo que ver con la incapacidad de resolver el dilema el hecho de que el marxisnio, a pesar de saber Que el estado es irreal para “propésitos de la teoria”, necesita que sea real para “propositos de la practica”? Al igual que Miliband, Poulantzas comienza proclamando 1a irrealidad del estado. Para él no es un objeto “real, ci eto, singular", ni_algo que exista en el “sentido estricto del término”.’$ Por el contrario, es una ft MS abstraccién cuya conceptualizacién es una “condicién de conocimiento de objetos reales-concretos”.”_Mi cu punto de vista es que la concepciom gaaranes pero Tables de eo mas adelante. De acuerdo con este punto de vista del problema, Poul: 1s adopta i liatamente un recuento funcional en vez, de_uno ral de To que ¢5-¢] estado: por estado vamos a entender.ef(faclor de la unidad general de una formcion social. Pero en 21, Poulantzas, Political Power and Socal Classes p. 2: “Se puede decir que ene! sentido estricto del témino, sé los objetos reales, concretas, singulares,existen. El objetivo final del proceso de pensamiento es el conccimiento de estos objetes. por ejemplo: Franciao Inglaterra en un momento dado de su desarrollo.” Aparte de la inestabilidad epistemoligica de la distincién, como queda iustrada por el ejemplo, quedamos en una situacién en la cual se acepta, en sentido estrcto, que todas las herramientas del persamiento-modo de producciin, clase. estado y cosas por el esto- som ireaes y que la tarea del pensamiento consiste en emplearlas sin reifialas. Mi sugerencia es que, precisamente, cuando estas herramicntas son menos ities mayor est peligro de reiicacién: en ese sentido “modo de produccién” es una herramientaefectva mientras que “el estado” no lo es » Poulantzas, op.cit p.39 ‘realidad, factor es una palsbra ambigua que implica tanto funciin Sama agente Yas funclones son obviamente institucionalizadas. Ahi comienza él desplazamiento. Se dice que la funcidn de cohesiSn est localizada en lo que Poulantzas denomina “un lugar” -el lugar en el cual las contradicciones de la formacidn so- cial se condensan.° §1 objetivo particular del estudio delestado es, pues, el de-esclarecer Tas coniradicciones de un sistema dado, que en ninguna otra parte son tan discernibles como en este lugar en particular. Y. secyndariamente, el de comprender como el sistema &_cuestion_adgulere cohesi us contradicciones— La idea del estado 0 de lo politico como “el fac- tor de mantenimiento de fa unidad de una formacién” es de por sf bastante banal y convencional en las ciencias politicas no-marxistas yy por lo tanto, aparte del modo en que tal definicién dirige en primerainstancia la atencién mds hacia los procesos que hacia la estructura, es poco el valor que puede atribuirse a este aspecto del anilisis de Poulantzas. El elemento especifico mis prometedor tiene que ser la afirmacién de que el mantenimiento de la unidad involucra la creacién de “un lugar” dentro del cual las contradicciones se condensan, -en otras pala- bras la sugerencia de que se genera la existencia de un objeto de estudio empiricamente accesible que si se estudia correctamente nos revelard las modalidades de dominacién deritro de sistemas sociales dados. La pregunta es, Zqué clase de lugar es ese? Zabstracto- formal o concrefo-teal?-. Un Funcfonalisma consistente Propendia, claro ests, Gnicamente-lo-primero. Poulantzas, sin embargo, parece hablar de la estructura politico-juridica real del “estado” de “las estructuras » pollticas del estado”, “del poder institucionalizado det “estado”, del “estado como una fuerza politica eStaCO Ge estiige como una Were poles Sl rganizada™ 108 te, nos encontramos otra vez en presenci neste caso_su feaparicién est ligad: @ explicitamente a consideraciones de praca pal a 7 a pi 101 de clases en y por el xg Asi, Ja funci6n se convierte en lugar y el lugar se convierte y en estructura -la estructura especifica dela politica-. EI punto crucial del andlisis “© ibid, pp.45, 47-519 cf. Classes n Contemporary Copttalism, pp-tS&-9 ** Political Power and Social Classes. pp. 44, 93. 132. parece consistir en esto: estamos interesados en el desempefio de una funcién particular, la cohesién, y postulamos que esa funciin es llevada a cabo en tin particular emplazamiento, ls estructuras politicas, alas cuales llamamos estado; en consecuencia, la cuestién empfrica que necesita ser respondida concierne a la relacién del estado con la lucha de clases. 2Qué se gana entonces cuando se insiste en presentar al estado como ‘ueriendo significar tanto eT nombre de-un lugar como elagente de una funcién? ZNo se presta esto para con- vertir de manera espuria en no problematicas a cosas necesaria y profundamente problematicas? No quiero minimizar’lo que en muchos aspectos es un andlisis pionero e importante de los procesos politicos de las sociedades de clases. Pero creo que es necesario que nos preguntemos si el papel central asignado al estado en este andlisis realmente constituye un servicio a la comprensidn. Es evidente la existencia de una funcién politica de cohesién, levada acabo de manera represiva, econémica e ideoligica en sociedades de clase, que exige ser esclarecida, Identificarla como “el papel gl bal del estado” por medio de introducir una concrecién ‘que esti fuera de lugar, me parece que simplifica y mistifica 2 la vez su naturaleza, de manera excesiva, La dificultad se complica por el hecho de que Poulantzas reconoce claramente que buena parte del proceso de cohesién y de condensacién de contradicciones no se lleva a cabo dentro de las “estructuras” politicas de sentido comin sino que se disemina ubicuamente por todo el sistema social de una manera que, si se va con toda seriedad tras una concepcién funcional del estado, hace insostenible cualquier simple equivalencia entre el estado y las * /bid, p. 43: Poulantzas est citando aqui las palabras “totalmente aceptables" de}. Verte, Théore et Poltiue, Pals 1967, p.194 Como ¢s natural, l problema para este tipo de andlisis se hace especialmente evidente en eualauier consideracién de préctica politica. Para efectos pricticas, al estado se le trata primariamente como una estructura-y en realidad, la ms obviay delimitada de las estructura politicas, as instituciones poicas ("el estado como un rel specifica de estructurasen una formacién socal” p.43)-. Para propésites tedricos el estado es primariamente un conjunto de funciones -de cohesién, condensacién de contradicciones, alslamiento, y casas pore elo. Yel problema consisteen cue las funciones no residen maniflestamente en las estructuras: seneilamente, las estructurasno sone “lugar” en el ave se efecutan Fas fuinciones. Ast, l estado comlenza a ser redefinldo como algo mis abstractoy generalzado, como un tipo de estructra intangible. ” estructuras politicas del tipo propuesto por Miliband." EI peligro consiste, entonces, en que la nocin de funeral global del estado lo leva oho T reconocinento Toro de fs exstencia stoners global del esta a sensacion de su inmanencia en todas sus estructuras, tal vez-. Ciertamente, se tiende hacia una comprensién abstracta del estado tan inespecifica desde el punto de vista estructural, como para dar la impresién de que hace de la'concepcidn del estado algo redundante 0 de que la sustituye por el concepto de sociedad. Parece que las funciones politicas uciones en a manera “flota” en ningun’ grupo de. articular, sino a has ofas del fundamentales no puedeft asignarse definitivamente 9 La misma dificultad de localizacién frustra el intento de abordar el problema desde la vertiente estructural. Poulantzas adopta una distincién familiar entre instituciones y estructura, una distincidn en la cual las instituciones Son ya objetos formales abstractos, sistemas normativos mis que agencias concretas. El poder de clase se ejerce a través de instituciones especificas que estin consecuentemente identificadas como centros de poder. Pero estas instituciones no son meros vehiculos de poder de clase: tienen funcionesy también existencia por simismas. Al mismo tiempo, de esa existencia surge Un estructura, una organizacién ideol6gica oculta. A esta estructura oculta de centros de poder es alo que se refiere, aparentemente, la expresin estado.*> Y la tarea dde estudiar el estado consistriaentonces, primariamente, en eliminarla mascara ideoldgica hasta percibir la realidad del poder del estado -poder de clase- en términas del logro de su estructuracién; y, secundariamente, en identificar los aparatos, funciones y grupos de personas, en los que esta localizado y por cuyo medio se ejerce su poder. Ninguna de las dos tareas es en principio Inmanejable; pero manejarlas ambas presupone una concepcién muy bien determinada de las funciones del estado. Y ya he sugerido que esto es lo que Poulantzas, por buenas razones, declina hacer. las funciones rehusan adherirse a estructuras y las estructuras son incapaces de absor- ber las furiciones. Las funciones particulares det estado, econémicas, ideolégicas y politicas, deben entenderse en términos de la funcién global del estado de cohesién y unificacién. La funcién global elude una localizacién estructural. 2No serfa més sencillo, quiz, prescindir de la concepcidn del estado como realidad estructural oculta con capacidad de intervencién?“®. Si se abandona la hipstesis del estado la posicién para entender las relaciones entre las instituciones politicas yla dominacién (de clases) éserfa * Poulantzaé clabora con mucha efectividad este punto contra Miliband en e debate entre ls dos autores publicado en la NewLeft Revewy reimpreso en R. Blackburn op.cit, pp.238-63, ver especiaimente pp.251-2. De igual manera Miliband elabora con mucha efectividadel punto sobre la inaprebersibilidad del Estado1en la concepcién de Poulantzas, ver especialmente lap. 256. Ambas eritieas son obviamente adecuadas yestin bien fundamentadas. + Esto.es especialmente evidente en las discusiones de Poulantzas sobre larelaclén entre el estado y la clase dominante en el capitalismo; f,, Polteal Power and Social Classes, pp.296-307 y Classes Contemporary Capitalism, pp.156-162 donde se nos dice, por ejemplo, que el estado tiene un “rol especifico* en la “elaboracién de i estrategia politica del capital monopolista", sélo para encontrar ‘que ese rol nunca es especiicado o locallzado de hecho por el autor ‘y que en realidad no puede hacerse porque, como cuestién de principio, el estado “notiene su poder propio sino que (..) constituye el contradictori lugar a considerar para el balance de fuerzas que divide incluso ala propia clase dominante™..A pesar de la aparente precision el tino “ el estado" representa et realidad el cao. * Political Power and Social Classes, pp.1S-1 17: pero de nuevo ‘cualauier sentido de conerecién, de un referente empiricamente

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