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Oración de la mañana

Día Lunes

Canción Soplo de Dios


Soplo de Dios,dame vida, dame vida Quisiera nacer de tu aliento.
Soplo de Dios,dame vida, dame vida Ráfaga de eternidad
Suave brisa de la paz, Fuerte como la Verdad, resuena en mi
casa,
Tu rumor me trae calma
Enséñame a expresar,
Frente a los terremotos
Que yo hable tu idioma Señor
Mi manto cubrirá mi rostro
Yo quiero hablar con tu Voz
Mantenme de pie en la entrada,
Sopla Espíritu Santo tu Amor
Yo quiero oír tu palabra.
Viento de la libertad Sin vos no tiene sentido mi Voz,

No sé de dónde vienes, ni a dónde vas No tiene sentido sin vos


Pero te oigo y sé que estás, No tengo sentido sin Dios.
Como Nicodemo, Señor,

Lectura

Jesús entró en Jericó y atravesaba la cuidad. Allí vivía un hombre muy rico llamado
Zaqueo, que era el jefe de los publicanos.El quería ver quién era Jesús, pero no podía a
causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un
sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí, Al llegar a ese lugar, Jesús
miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu
casa». Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.

Jesús se detuvo, no pasó de largo precipitadamente, lo miró sin prisa, lo miró


con paz.Lo miró con misericordia; lo miró como nadie lo había mirado antes.Y
esa mirada abrió su corazón, lo hizo libre, lo sanó, le dió una esperanza, una
nueva vida. ¿Qué miradas de aquello que querés fueron miradas de amor
cómo la de Jesús?¿Te animas a recordarlas? Hoy Jesús te mira así .¿Sobre
qué aspecto de tu vida querés pedirle a Jesús que ponga su mirada en esta
mañana?¿Necesitas cómo Zaqueo, ser sanado?¿En qué?

Llegas,
acampas en mi tierra,
sacudes mis cimientos,
rompes mis fronteras,
abres mis encierros.
Llegas
y avivas
el hambre de Dios,
de verdad, de hermano,
de justicia,
de vida.
Llegas
y sanas
heridas añejas
y tristezas nuevas
Llegas
y amas
mi pobreza,
mi ayer entero,
el ahora en su calma
y su tormenta,
el mañana posible.
Llegas
y conviertes
el sollozo en fiesta
la muralla en puerta
la nada en poema.
Llegas
cargado de Ti, y de otros...
Palabra con mil promesas
humanas, eternas...

Llegas,
despiertas el amor dormido,
y te quedas.

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