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El largo viaje

(Elizabeth Camus Reyes)

Con un título sugerente y evocador, desde que el hombre nace, comienza su


largo viaje. Cada uno de nosotros de alguna u otra manera tenemos una vida, con todas
las vicisitudes que ello implica, quedando magníficamente evidenciado en este film de
Kaulen. Quien logra plasmar esto junto a las diferencias sociales, costumbres y ritos
presentes en la época de los sesenta (específicamente 1.967), en nuestro país, de manera
pura y limpia.

Para ello, comienza con la primera escena mostrándonos símbolos,


específicamente la paloma, utilizada como hilo conductor a lo largo de toda la historia. La
encontramos desde el inicio, pasando por el hombre adinerado utilizándola como
“deporte”, pasando por el niño cuando la protege de los otros, que la tenían amarrada de
una pata y “jugaban” tirándole piedras, también las encontramos en forma individual
sobre el tejado de alguna vivienda o en bandadas, como también en jaulas, prisioneras,
cuando este mismo hombre adinerado las compra en la Vega Central para su deporte
clásico. Y finalmente, cuando el niño corre tras el camión para recuperar las alitas de su
hermanito muerto aparecen volando. Siempre están presente. En las diferentes escenas
se ocupan diferentes escalas de planos, contextualizando más (planos generales) o
focalizar la atención del espectador (primeros planos).

Es importante señalar los diferentes movimientos de cámara, paneos,


movimientos en grúa, los cuales logran potenciar el relato y establecer a nivel de montaje
interno contradicciones, por ejemplo: pobres/ricos.

Cabe mencionar que la historia trata de un niño, que quiere entregar “las alitas”
a su hermanito recién nacido y pueda volar al cielo como un angelito. Ya que nació y a las
pocas horas falleció. Luego del velatorio el padre lleva el ataúd al cementerio,
olvidándolas en casa. Así el niño se da cuenta de este hecho y decide ir solo tras él para
devolvérselas. La historia de la película trata de este viaje, del niño, en una ciudad
“gigante” convulsionada, peligrosa y violenta, como lo es Santiago. Utilizándose también
como un documental social de esa época.

Esta película en blanco y negro, entrega un realismo más efectivo y elocuente


de la época, con pocos diálogos que obliga a aumentar considerablemente el lenguaje
cinematográfico, esto reflejado en el uso de distintos ángulos y movimientos de cámara, el
uso de la luz, la ambientación y la música para darse a entender con facilidad. Ejemplos de
ello tenemos en el velatorio y el rito del angelito, en lugar cerrado en el minuto 18 a.p.p.,
rito funerario que se convertía en fiesta con cantos a lo divino, con cuecas, lloronas y el
bebé sentado, vestido enteramente de blanco con alas simulando un angelito; otro
ejemplo, el niño se ve envuelto en una trifulca bajo los puentes del Mapocho entre
pandillas, prostitutas, proxenetas y ladrones, en lugar abierto, en el minuto 69 a.p.p.,
junto al matonaje y la prostitución, es decir, la marginalidad social extrema; o como en la
escena final cuando el niño corre tras el camión que lleva las alitas de su hermanito, en el
minuto 75 a.p.p. en lugar abierto, entre otras. El final queda abierto, pues la resolución
permanece suspendida, así el espectador se verá obligado a imaginar si el niño logra o no
alcanzar el camión y ponerle las alitas a su hermanito.

En este viaje del niño, se manifiesta el folklor de la sociedad, entremezclando


las vidas de todos los personajes estereotipados en una telaraña de acciones, con historias
paralelas, individuales y relacionadas entre ellas. Sin dejar de lado la parte religiosa,
referida a las creencias, acentuadas por el niño, con las alitas para su hermanito, que no
podría volar al cielo y ser un angelito. Teniendo en cuenta también, la relación directa
entre la modernización y la pobreza de la ciudad, evidenciándose en los barrios
mostrados: el cité junto a los edificios de departamentos. También en este actuar, se
puede mencionar las profesiones como el hombre burgués y el amante versus los oficios
desarrollados por el padre del niño, un zapatero y la madre una lavandera. Todo lo
anterior se interrelaciona y produce una interdependencia entre ellos.

Por todo lo anterior, como parte de los conflictos humanos, de la identidad


chilena de ese tiempo, ahora es parte del patrimonio cultural de nuestro país.

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