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Inicialmente el concepto de “derivada” es muy importante en el cálculo, ya que esta tiene diferentes utilidades
en esta área, este concepto es utilizado tanto en pre universitarios hasta niveles profesionales relacionados con
las matemáticas.
Los problemas empezaron a plantearse en la época clásica de la Antigua Grecia, no obstante, los métodos
sistemáticos de solución empezaron a surgir 20 años después gracias a Issac Newton y Gottfried Leibniz.
Respecto a las derivadas se dieron dos conceptos de tipo geométrico que le dieron origen a las mismas, los
cuáles fueron: el problema de la tangente a una curva y el teorema de los extremos: máximos y mínimos, todo
esto en conjunto dio paso a lo que se conoce como cálculo diferencial.
A mediados del siglo XVII, las cantidades infinitesimales fueron cada vez más usadas para resolver
problemas de cálculos de tangentes, áreas, volúmenes; los primeros darían origen al cálculo diferencial, los
otros a la integral. (Selaya, R; párr.6)
En 1675 Leibniz descubrió el cálculo diferencial y empezó a indagar sobre él. Se podría decir que fue el
mayor inventor de los símbolos matemáticos. A él se deben los nombres del cálculo integral y diferencial, así
como los símbolos dy/dx y el símbolo de la integral.
La derivada se puede definir como “una medida de la rapidez con la que cambia el valor de dicha función
matemática, según cambie el valor de su variable independiente.” (Ponce, J; p.3)
La derivada se puede definir como “una medida de la rapidez con la que cambia el valor de dicha función
matemática, según cambie el valor de su variable independiente.” (Ponce, J; p.3)
Esta idea está basada esencialmente en la noción de límite como se puede apreciar en la siguiente definición:
Las reglas de derivación proporcionan la derivada de las operaciones entre funciones. Son las siguientes:
Sea la función
Integral
El inicio de la integral se podría empezar a narrar desde el año 1800 aC, con el papiro de Moscú, en el cual se
buscó la forma para obtener el volumen de un tronco piramidal (Jelvez, J)
En el siglo XVII Newton y Leibniz desarrollaron el teorema fundamental del cálculo, en donde se demuestra
que se puede utilizar el cálculo de derivadas para realizar el de integrales. Y, aunque Newton y Leibniz
proporcionaron un enfoque sistemático a la integración, su trabajo carecía de rigor en cierto modo.
En la primera mitad del siglo XIX se desarrollaron los límites que ayudaron a refutar las primeras teorías del
cálculo. Y gracias a Riemann la integración fue formalizada empleando los límites. Sin embargo, se
encontraron funciones donde no era aplicable la definición de Riemann, por lo tanto Lebesgue formuló un
concepto diferente de la integral, haciendo así que el concepto de integración convencional de Riemann a una
clase más aplia de funciones, asimismo los dominios en los cuales se podrían definir dichas integrales.
Dada una función f(x) de una variable real «x» y un intervalo [a,b] de la recta real, la integral
es igual al área de la región del plano xy limitada entre la gráfica de f, el eje x, y las líneas verticales x=a y
x=b, donde son negativas las áreas por debajo del eje x.