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Navidad
INICIO
Delante de las imágenes de los Peregrinos: La Virgen María y del Señor San José,
disponemos nuestra mente y nuestro corazón para prepararnos a la Venida de Nuestro
Señor Jesucristo. Oh divino Espíritu Santo, derrama tu gracia en nuestro corazón para que
esta oración que vamos a ofrecer al Padre, rinda frutos de conversión en nuestro corazón.
Limpia nuestros labios, nuestra mente y nuestro corazón. Por eso comenzamos pidiendo
perdón por nuestros pecados.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo Dios y hombre verdadero, por ser tu quien eres y porque te
amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. Me propongo nunca
más pecar, confesarme, cumplir la penitencia que me fuere impuesta y apartarme de todas
las ocasiones de ofenderte. Te ofrezco mi vida, obras y trabajos en reparación de todos mis
pecados y confío que, en tu bondad infinita, me los perdonarás por los méritos de tu
preciosísima sangre y me darás gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio
hasta el fin de mi vida. Amén.
Considera, humildísima Reina de los Ángeles, la gran obediencia con que habiendo
oído que el César ordenaba que todos los que vivieran en su imperio se empadronaran para
pagar el tributo, dispusíste en compañía de tu Esposo Sr. S. José, dejar tu santa casa de
Nazaret y tomar camino a Belén, a pie y con mil incomodidades, para que los
empadronaran como tributarios; llevando en tu seno virginal el Rey de Reyes, siendo éste el
motivo por el que te expusíste a los rigores del frío y a otros muchos padecimientos. Yo te
ruego, madre amorosísima, nos enseñes a obedecer a nuestro soberano Hijo, que sirva a
Dios y aprenda de Jesucristo Nuestro Señor el camino de la gloria eterna. Amén.
Jaculatoria
En este día, Señora y madre mía, se acordó tu Santo Esposo de una gruta en donde
algunas veces los pastores y animales se defendían de las inclemencias del tiempo y con
tierna solicitud te condujo a ese sitio, en donde pasaste menos mal la séptima noche de tu
peregrinación. Te suplico, Señora, que por tu eficacísima intervención merezca que mi
corazón se ablande y abrazado en amor purísimo sea digna habitación donde se alberguen
siempre Jesús, María y José. Amén.
Jaculatoria
Cuánto sufro, oh! Santísima Virgen al considerar que a pesar de tus sufrimientos pues el
alumbramiento se acercaba, tuviste que ayudar a tu amante Esposo a limpiar ese lugar
inmundo, que ni para bestias era digno. Concédeme Señora que mi conciencia se vea
limpia de iniquidades, que me conforme en todo con la voluntad de Dios para estar con El
en el cielo. Amén.
Jaculatoria
JACULATORIA
Terminando la Oración de cada día se reza un Padre Nuestro, un Ave María, un Gloria y
esta jaculatoria:
Humildes peregrinos
Jesús, María y José,
mi alma doy con ella,
mi corazón también.
Oh! Peregrina agraciada,
oh bellísima María,
yo te ofrezco el alma mía
para que me des posada.
LETANÍA PARA PEDIR POSADA
Terminando la Oración de cada día con su jaculatoria, se reparten las velas. Los asistentes
a la posada hacen dos filas para caminar en procesión con sus velas encendidas. Mientras
caminan Rezan Cantando la Letanía Lauretana para pedir Posada.
Latín Español
Terminando de cantar la Letanía para pedir posada se dividen los asistentes, unos afuera,
otros adentro y se canta la Tradicional letra de Posada. Este canto algunas veces se le
llama también Letanía para pedir posada .
Todos:
Oh Divino Señor, que llenando cielo y tierra con tu gloria, quisiste caminar
desconocido y esconder tu grandeza en un establo humilde. Haz que mis sentidos y
potencias te alaben y que viva agradecido a tu amor con que te dignaste hacerte hombre
para salvarme a mi, miserable criatura. Aviva, Madre mía, en mí los efectos hacia tu divino
Hijo, para que hospede siempre en mi corazón a mi buen Jesús. Amén.
NOVENA POSADA 24 DE DICIEMBRE
JACULATORIA DE NOCHEBUENA
A las once y media de la noche se rezarán nueve avemarías. Los asistentes a la Noche
Buena hacen dos filas para caminar en procesión con sus velas encendidas. Mientras
caminan Rezan Cantando la Letanía del Niño Dios.
Dando las doce de la Noche se congregan todos entorno al Divino Niño Jesús Recién
Nacido y se aclama este Himno de alabanza:
Terminanda la alabanza se congregan todos entorno al Divino Niño Jesús Recién Nacido y
mientras se canta el Arruyo, el más pequeño de la Familia arruya al Divino Niño
envolviendolo en una manta.
EL RORRO
A la Rorro, niño
a la rorro... ro
no hagas puecheritos
Niño Redentor.
Tápate, Niñito,
que estás en cueritos
sirvan mis afectos
para pañalitos.
Ya se acerca el buey
también la mulita'
el frío que hoy tienes
con su bao te quita
Niño de María,
mi alma pobrecita
hoy te la regala
esta pastorcita.
Una vez arrullado el Niño el más pequeño de la familia lo da a besar a cada uno de los
integrantes, en señal de adoración. Mientras se puede entonar otro canto.
ACOSTAMIENTO DEL NIÑO EN EL PESEBRE
Una vez que todos los miembros de la Familia han adorado al Niño, los padrinos que esta
noche han arrullado al niño, lo acostarán en el pesebre. Mientras se hace el Acostamiento
del Niño en el pesebre se entona este arrullo:
CORO
A la rorro, Niño;
a la rorro ró
que viniste al mundo
solo por mi amor
No hagas pucheritos
duerme, padre amado
que mi cruel pecado
os causa conflicto.
A dolor me mueve
ver dos animales,
que finos y leales
tu amor los conmueve.
Recibe gustoso
este rorro ró,
que muy placentero
te lo ofrezco yo.
Mi querido padre
mi Dios y Señor
que sufres alegre
del frío rigor.
En el crudo invierno
Tú, mi Dios, naciste;
De todas mis culpas
Ya me redimiste.
En la gloria te cantan
Angélicas voces,
Para que te duermas
Y del sueño goces.
Coros celestiales
Con su dulce acento
Canten la ventura
De este nacimiento.
Oh, dulcísimo Niño Jesús, Cordero de Dios, que has venido al mundo a quitar los pecados de las
almas.
Aquí nos tenéis, Niñito de Belén, te amamos, te adoramos, queremos aprender tus divinas
enseñanzas porque Tú eres nuestro Modelo y Maestro.
Nos consagramos a Ti, Divino Niño, y te suplicamos humildemente nos enseñes el amor a la
inocencia, a la santa pureza y santidad de vuestra vida, enséñanos el amor a la cruz del sufrimiento,
a la pobreza y humillación, enséñanos a obedecer a nuestro Dios; a nuestra madre la Santa iglesia
Gnóstica; a nuestros padres, a nuestros superiores y a nuestros maestros para que imitándote en el
Pesebre de Belén y en tu vida oculta de Nazareth te sigamos hasta el Calvario y resucitemos contigo
en la gloria, para librarnos del Infierno y amarte, con los Ángeles y santos por toda la eternidad, en
el cielo. Así sea.
Algunos Villancicos
Campanas de Belén