Está en la página 1de 1

INTRODUCCIÓN

Lo mismo ocurre con el resorte de la limitación de la responsa-


bilidad. Este también es un mecanismo introducido por la sociedad
anónima y luego extendido a las sociedades propiamente tales.4 En
efecto, las primeras instituciones colectivas en limitar la responsa-
bilidad de los miembros a sus aportes son las sociedades anónimas.
Se replicará que esa primogenitura puede reclamarla la sociedad en
comandita heredera de la comenda medieval. Pero bien miradas las
cosas, hay que recordar que las sociedades en comandita no gozan
de personalidad jurídica sino a partir de mediados del siglo XIX.
Como no gozaban de personalidad jurídica, el socio comanditario no
respondía de las deudas sociales ante terceros, precisamente porque
no había persona jurídica: su eximente de responsabilidad surge no
de la limitación de responsabilidad de los socios, sino del ámbito
de responsabilidad del socio comanditario cuya única obligación
era pagar su aporte, lo que lo colocaba en una posición idéntica al
partícipe de la asociación de cuentas en participación, con la única
diferencia de que el aporte del comanditario era en dominio (se
formaba una comunidad de bienes con el gestor) en tanto que el
del partícipe en la asociación en principio no lo es. De allí que la
responsabilidad del comanditario perdiera su limitación si se com-
portaba como socio, esto es, si toleraba el uso de su nombre en la
razón social o si se inmiscuía en la administración de la sociedad.
No es posible injertar la sociedad anónima en el árbol de las
sociedades propiamente tales. Toma vocablos y expresiones de es-
tas, pero su historia surge de fuente diversa no asociada al derecho
mercantil. No nace de la lex mercatoria de los comerciantes y tampo-
co es un desarrollo de la compagnia o la comenda. Es más, pese a las
protestas de algunos autores italianos invocando el Banco de San
Giorgio de Génova como la primera sociedad por acciones, la so-
ciedad anónima de verdad nace en Europa del Norte, en la Europa
protestante. Surge como un instituto creado por el soberano para
abordar grandes empresas. Es el soberano el que crea la persona e
invita a participar de ella a los inversionistas. Así, la sociedad anóni-

4
Este no es un asunto pacífico entre los historiadores. Para algunos si bien la
responsabilidad limitada de los accionistas es un progreso de este instituto, no era
así en un principio. Sólo a partir del Code en Francia y de principios del siglo XIX
en Gran Bretaña se les reconoce responsabilidad limitada a los accionistas. Para
otros, desde sus orígenes los inversionistas tenían su responsabilidad limitada al
valor de las acciones que suscribían. Ver FELIPE SOLÁ DE CAÑIZARES, Tratado de
Derecho Comercial Comparado, t. III, p. 318.

13

También podría gustarte