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> S IGLO XXI

¢ GRABACIONES

HEGGIE: SOLO
Unexpected shadows. Jamie Barton, Obras de Olga Neuwirth, Georges Aperghis, Toshio Hosokawa, Rebecca Saunders y
mezzosoprano. Jake Heggie, piano Salvatore Sciarrino. Klangforum Wien. KAIROS 0015095-99 (5 CD)
Con Mott Haimotiz, violonchelo
PENTATONE 5186 836 (1 CD)

Hemos oído y visto óperas de Jake Heggie, y de No parece que el confinamiento y la pandemia de coronavirus, que sí que ha aniquilado en buena
ello se ha dejado constancia en esta revista. parte del mundo la actividad concertística, esté afectando de manera sustancial ni a la edición
El Real ofreció una bella producción de Dead discográfica ni, mucho menos, a iniciativas espoleadas a partir de esta situación concreta.
man walking, obra de especial importancia en la El señero Klangforum Wien aprovechó los meses iniciales de esta trágica coyuntura para pedir a
carrera del compositor, como destacábamos en cinco compositores otras tantas obras a solo, encargos que ahora han sido plasmados en una
el dosier sobre música en Estados Unidos hace colección de cinco discos retratos con obras con pleno distanciamento social.
ya diez años. Heggie no ha desdeñado la ópera Son, en total, 30 solos los que fueron registrados por los solistas de la formación durante
de pequeño formato (The radio hour, At the statue el mes de agosto de 2020 en la Sala Mozart del Konzerthaus de viena. Músicas, las albergadas
of Venus) ni lo contrario (Moby Dick); y ha tenido aquí, que lejos de ser páginas de circunstancias nos permiten obtener una imagen muy certera
la oportunidad de dedicar alguna de sus óperas de los caminos estéticos y las inquietudes que los creadores abordan en obras de mayores
a cantantes operísticas de gran popularidad, efectivos. En esta miríada de partituras cinceladas para un solo instrumento encontramos el
como a Joyce DiDonato con la ópera Great Scott. ADN compositivo de cada uno, valgan pues como puntos de partida (esperemos que no de
En un CD, que era un recital de Joyce DiDonato, fuga) para el neófito o como explicitación de los elementos cardinales que guían sus
destacaba su ciclo de canciones The deepest desire, respectivos quehaceres.
four dramatic Songs of praise (Harmonia Mundi). Desde luego el disco de Salvatore Sciarrino (1947) es paradigmático de lo que indicamos;
El recital que ahora reseñamos ofrece una con su búsqueda tímbrica sin concesiones, como en el segundo de los Due Notturni (1998),
muestra del compositor que domina donde escuchamos el piano casi de forma objetual, siempre, como toda indagación del
ampliamente la escritura para la voz, y que palermitano, en el contexto de una música de profundos silencios y severa reflexión; llevada al
tiene una relación íntima con la ópera. Pero límite del despojamiento en Let me die before I wake (1982), para clarinete. En el álbum dedicado a
también es una secuencia de cantos en los que Georges Aperghis (1945) asistimos con asombro, despojado casi de toda sombra kageliana, al
la mujer es protagonista por su fuerza y su solo para violín The Only Line (2009), un prodigioso circunloquio en la zona aguda
aventura. “Soy feministas a muerte, así que una acompañado por una electrónica sutil, casi como detritus de lo acústico; pieza inédita —como
obra sobre la mujer y por una mujer es algo muchas de las recogidas en la serie— que contrasta con la novedad, Tag ohne Nacht (2020), un
muy importante para mí —declara Barton—. rugoso y tenso estudio tímbrico de las posibilidades del contraforte, instrumento que pronto
Cuando surgió la posibilidad de hacer irá gozando de una literatura propia (Alberto Posadas acaba de escribir una obra para el
Unexpected shadows que mi querido amigo Jake artilugio de Lorelei Dowling).
Heggie planteó, decidimos poner juntas las La de Rebecca Saunders (1967) es la música más replegada hacia sí misma de todas las
voces de las poderosas mujeres que aparecen registradas en este lanzamiento; ya una exploración de las resonancias (Shadow, 2013, repleta de
en las óperas de Jake”. ‘nubes verticales de armónicos’, según la británica), bien en la acritud descarnada e hiriente de
Así, pues, este recital no es solo una Flesh (2018), para acordeón y recitador. Dust (2018), para percusión, sorprende en este contexto por
muestra de la creatividad de Jake Heggie, es su tono meditativo, casi preciosista. Magic flu-idity (2018), de Olga Neuwirth (1968), es quizás la
también, y acaso especialmente, una aventura composición más desinhibida, más abiertamente lúdica; no solo de su monográfico. Obra para
de Jamie Barton, una apuesta suya, un empeño. flauta y máquina de escribir (Olivetti específicamente), la austriaca no inhibe ni el virtuosismo ni
El resultado es bello por el ensamblaje de canto un sentido de la musicalidad que llega a ser hasta canónico (dentro de un contexto modernista) en
e idea, que se muestran íntimamente fundidos. CoronAtion I: i son ferito ahimè (2020), para percusión y electrónica. Finalmente, Toshio Hosokawa
Música de The breaking waves (texto de la (1955) no se aleja de un cierto tono de serenidad que se mueve cómodo entre la influencia oriental
hermana Helen Prejean, la misma que inspira y y la centroeuropea, sustanciándose con éxito en obras como Edi (2009), para clarinete y las dos
protagoniza Dead man walking) y otros orígenes Japanese Folk Songs (2003), escritas para arpa.
dramáticos y líricos completan un hermoso CD Las interpretaciones son las esperables de un conjunto como el Klangforum, donde
de música que envuelve y seduce, al tiempo que sobresalen aquilatados solistas como el pianista Florian Müller, el acordeonista Krassimir Sterev,
no se detiene a complacer coartadas bien el violonchelista Benedikt Leitner, el percusionista Lukas Schiske y la violinista Anette Bik, entre
pensantes. otros; todos ellos depositarios de buena parte de la música de nuestro tiempo.

Santiago Martín Bermúdez Ismael G. Cabral

60 SCHERZO

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