Está en la página 1de 2

Seminario de Tesis I Reporte de Lectura

Dra. Mónica Toussaint Alan Prats

François Bédarida
“Definición, método y práctica de la Historia del Tiempo Presente”

Por mucho tiempo se ha considerado como un hecho inamovible que la historia


se ocupa del pasado. Más aun, incluso se asegura que el pasado es la única
materia de la historia, y que, por tanto, ésta debe ocuparse única y
exclusivamente de aquel. ¿Qué pasa entonces con el presente? ¿Existe una
hegemonía sobre el presente? ¿Quién debería sustentarla? ¿Los periodistas?
¿Los científicos sociales? ¿Qué pasa con la historia? ¿Debe la historia temerle
al presente? ¿Sólo se puede conseguir perspectiva histórica en función de la
distancia temporal con el pasado?
En su texto, François Bédarida reflexiona sobre estas cuestiones y sobre
la naturaleza metodológica y epistemológica de la historia del tiempo presente
en tanto enfoque relativamente nuevo para la construcción del conocimiento
histórico. En este sentido la historia del tiempo presente surge como respuesta
a la cada vez más problemática noción de contemporaneidad en la historia. Si
la historia contemporánea comienza con la Revolución Francesa en 1789 y
llega hasta nuestros días, ¿en qué punto se convierte en historia a secas? Es
decir, ¿en qué punto esa historia contemporánea deja de ser contemporánea?
El trinomio pasado-presente-futuro y la relación que de él se desprende
han sido objeto de reflexiones y debates en distintos momentos, de modo que
se ha concedido mayor peso a uno u otro elemento del trinomio –generalmente
al pasado o al presente– según el enfoque y perspectiva desde donde se parte.
En el caso de la historia del tiempo presente, naturalmente, es el presente el
que ocupa el lugar central, pues funge como mediador de la relación entre los
elementos del trinomio. En este sentido, el presente se erige como una
temporalidad extendida que al mismo es repositorio de la memoria del pasado
y las expectativas del futuro.1
El presente es efímero y escapa a nuestras intenciones de contenerlo. Si
bien puede ser “fijado” mediante imágenes fijas o en movimiento –es decir,

1
Bédarida, “Definición, método y práctica de la Historia del Tiempo Presente”, 1998, p. 21.

1
fotografías o películas–, eso que se fija no es el presente en sí mismo, sino una
pequeñísima fracción de él que, a su vez, está dejando de ser presente a cada
instante. De esta manera, siguiendo las ideas de Bédarida, para ser analizado
y estudiado el presente debe ser sometido a un procedimiento por parte del
historiador para “alargar este dato instantáneo del presente que se escurre bajo
nuestra mirada a fin de darle sentido y contenido”. 2 De este modo, la historia
del tiempo presente se erige como un mecanismo, una operación metodológica
del historiador que da sentido y abre el camino para estudiar eso que por tanto
tiempo se ha delegado a los periodistas y sociólogos. Así pues, la historia
legitima su incursión en el análisis del presente y el historiador responde a una
«demanda social».

2
Ibid.

También podría gustarte