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enfermedades de transmisión sexual (ETS)

Las enfermedades de transmisión sexual son infecciones que se contagian de una persona a
otra usualmente durante el sexo vaginal, anal u oral. Son muy comunes, y muchas personas
que las tienen no presentan síntomas. Sin tratamiento, las ETS pueden causar serios problemas
de salud. La buena noticia es que hacerse la prueba no es complicado y que la mayoría de
estas enfermedades son fáciles de tratar.

La clamidiasis es una infección bacteriana común que se cura fácilmente con antibióticos. Es
una de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) más comunes; la mayoría de las personas
con clamidiasis no presenta síntomas. Normalmente, la clamidiasis se contagia por tener
relaciones sexuales con alguien infectado. La clamidiasis no se propaga por un contacto casual,
de modo que NO PUEDES contraerla por compartir alimentos o bebidas, ni por dar un beso o
un abrazo, tomarse de la mano, toser, estornudar o sentarte en un inodoro.

La mejor manera de prevenir la clamidiasis es usar condones o barreras de látex bucales cada
vez que tienes sexo.

La gonorrea es una infección de transmisión sexual muy común que afecta especialmente a
adolescentes y personas de entre 20 y 30 años. La gonorrea también es conocida como
blenorragia.

Esta infección se propaga mediante el sexo vaginal, anal y oral. La bacteria se encuentra en el
esperma (semen), el líquido preeyaculatorio, las secreciones vaginales. Puede infectar el pene,
la vagina, el cuello uterino, el ano, la uretra, la garganta y los ojos (aunque es raro).

Por lo general, la gonorrea se cura fácilmente con antibióticos. Pero si no tratas la infección a
tiempo, aparecerán problemas más graves de salud en el futuro. Por ese motivo es tan
importante realizar pruebas de ETS.

La hepatitis B es una infección que afecta al hígado. Se puede transmitir a través de las
relaciones sexuales. Puedes protegerte aplicándote la vacuna contra la hepatitis B y usando
condón.

La hepatitis B es una infección del hígado causada por un virus (llamado virus de la hepatitis B
o VHB). Es grave y no tiene cura, pero lo bueno es que es fácil de prevenir. Puedes protegerte
aplicándote la vacuna contra la hepatitis B y teniendo sexo seguro. Si tienes sexo oral, anal y
vaginal, usa condones o barreras de látex bucales para prevenir la transmisión de la hepatitis B
y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).

El herpes una infección extremadamente común que permanece en el organismo de por vida.
Más de la mitad de los estadounidenses tienen herpes oral y 1 de cada 6 estadounidenses
tiene herpes genital. Por tanto, es probable que conozcas a varias personas con herpes.

El herpes es causado por dos virus diferentes pero similares: el herpes simple tipo 1 (VHS-1) y
el herpes simple tipo 2 (VHS-2). Ambos pueden hacer que aparezcan llagas en y alrededor de
la vulva, la vagina, el cuello uterino, el ano, el pene, el escroto, las nalgas, la cara interna de los
muslos, los labios, la boca, la garganta y, rara vez, en los ojos.
El VIH es el virus que causa el SIDA. Este afecta el sistema inmunitario, haciendo que te
enfermes más fácilmente. El VIH se propaga durante el sexo, pero los condones ayudan a que
te protejas.

El tratamiento es muy importante (por eso es vital hacerte la prueba). Prácticamente todas las
personas que tienen VIH y no se tratan mueren a causa del virus. Pero con medicamentos, las
personas con VIH pueden mantenerse sanos, vivir muchos años y evitar contagiar a otros.

VPH significa “virus del papiloma humano”. Es la infección sexualmente transmitida más
común que existe. Por lo general, el VPH es inofensivo y desaparece espontáneamente, pero
algunos tipos pueden provocar verrugas genitales o cáncer.

La mayor parte de las infecciones genitales por VPH son inofensivas y desaparecen solas. Sin
embargo, algunos tipos de VPH pueden provocar verrugas genitales o ciertos tipos de cáncer.

Método anticonceptivo o método contraceptivo es aquel que impide o reduce


significativamente las posibilidades de una fecundación o un embarazo en las relaciones
sexuales. Los métodos anticonceptivos contribuyen decisivamente en la toma de decisiones
sobre el control de la natalidad (número de hijos que se desean o no tener), la prevención de
embarazos, así como en la disminución del número de embarazos no deseados y embarazos
adolescentes.

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