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INTRODUCCION MITO Y MITOLOGÍA

Después de Mito y pensamiento y de Mito y tragedia, presenta

mos aquí, bajo el título de Mito y sociedad, una serie de estu

dios, los últimos todavía inéditos. Por esta triple conjunción del

mito con lo que no es mito, el lector tiene todo el derecho a

preguntarse si la cópula y tiene más de un sentido y si puede

denotar, junto a la simple yuxtaposición, la asociación o el con

traste.

Cuando escribía Mito y pensamiento, pensaba en uno de los

bellos libros que Henri Delacroix publicó en mi juventud y tituló

El lenguaje y el pensamiento. En él demostraba a la vez que

en el lenguaje hay ya pensamiento, que la lengua es pensa

miento y que el pensamiento admite un más allá del lenguaje,

que desborda siempre su expresión lingüística. Los textos que

yo había reunido entonces me parecían prestarse de modo

análogo a una doble lectura, puesto que intentaba, por una

parte, detectar el código intelectual propio del mito, aislar los

aspectos mentales de mitologías como las de la memoria, el

tiempo, Hermes y Hestia; pero quería también marcar las dis

tancias y las rupturas, demostrar cómo el pensamiento griego,

en su desarrollo histórico, se había desprendido del lenguaje

mítico.

El problema no era muy diferente en Mito y tragedia. Pierre

Vidal-Naquet y yo nos proponíamos sacar a la luz las interfe

rencias que se producen en la Atenas del siglo v entre la tradi

ción legendaria y las nuevas formas de pensamiento, en especial


las jurídicas y políticas. Las obras de los trágicos parecían ofre

cernos un terreno privilegiado para captar en los propios textos

esta confrontación, esta tensión constante que se expresa en

un género literario que recoge los grandes temas de la leyenda

para tratarlos según sus exigencias específicas, y donde el mito

está a la vez presente y discutido. Nuestra ambición de respetar

el carácter equívoco, ambiguo, de las relaciones entre lo mítico

y lo trágico no era sin duda ajena a la doble orientación molo-

dológica que dimos a nuestros trabajos: al análisis estructural

de los textos, de las obras, para descubrir en ellas los sistemas

2 Jean-Pierre Vemant

de pensamiento, unimos la investigación histórica, única capaz

de explicar los cambios, las innovaciones y las modificaciones

estructurales en el seno de un sistema.

¿De qué trata este tercer volumen? Tal vez algunos se sien

tan tentados de ver entre mito y sociedad una conjunción más

vaga, más ocasional y menos significativa. ¿No me habré limi

tado esta vez a yuxtaponer simplemente algunos estudios sobre

la sociedad y las instituciones griegas a otros concernientes a

los mitos? De hecho, mi libro comienza con tres artículos que

tratan de la lucha de clases, la guerra y el matrimonio, para

concluir con la mitología de las plantas aromáticas, el mito de

Prometeo y una reflexión general sobre los problemas del mito

tal como se plantean hoy a un helenista. Ciertamente no preten

do negar el papel que desempeñan las circunstancias, las ten

taciones y las ocasiones diversas en la elección de este o aquel


tema en el curso de la carrera de un investigador, pero, al mi

rarlo de cerca, me parece que en ella, como en otras cosas, el

azar tiene una cara oculta y que el desarrollo de una obra obe

dece también a una necesidad interna. Creo que para el lector

atento no será muy difícil de seguir el hilo que une entre sí

estos diversos estudios y que une también este libro a los que

le han precedido.

Me limitaré entonces a unas breves observaciones. Mi pri

mer artículo se inscribe en el marco de un debate interno del

marxismo. Al preguntarme por la validez de los conceptos de

modo de producción esclavista, de clase y de lucha de clases,

aplicados a la Grecia antigua, yo no deseaba únicamente, a tra

vés de un retom o a los textos, dar a Marx lo que le pertenece:

un gran sentido de las realidades históricas y de la especificidad

de los diversos tipos de formación social. Si subrayaba el papel

en muchos aspectos dominante de las instituciones de la ciudad,

de la instancia política, en el funcionamiento del sistema so

cial, mi propósito era también recordar que las realidades y las

relaciones económicas no inciden del mismo modo en el con

texto de la polis antigua y en el de las sociedades capitalistas

actuales. Para situar correctamente los hechos económicos, es

necesario tener en cuenta en los agentes sociales actitudes y com

portamientos que testimonian una imbricación aún muy estre

cha de lo religioso con lo económico. En este sentido, en el

proyecto inicial y final de este texto, se debe colocar el estudio

que L. Gernet ha titulado «La notion mythique de la valeur en


Grèce» '.

1 L. Gernet, Anthropologie de la Grèce ancienne, Paris, 1968, pp. 93-137.

Introducción 3

«La guerra de las ciudades», fue redactada como introducción

de una obra colectiva sobre los Problèmes de la guerre en

Grèce. No es casual que este estudio preliminar se ocupe tanto

de las relaciones que pueden establecerse en uno u otro sentido

entre lo religioso y lo guerrero: lazos de interacción complejos,

equívocos una vez más, cuyas variaciones pueden seguirse en

el curso de la historia.

En cuanto a nuestra investigación sobre el matrimonio,

sobre sus transformaciones desde la época arcaica a la edad

clásica, fue emprendida directamente para dar respuesta a un

problema planteado por el análisis mitológico. Al reconsiderar

el tema de Adonis y extenderlo a toda la mitología de las plan

tas aromáticas, Marcel Detienne desembocaba en una nueva

cuestión: de dónde proviene la manifiesta diferencia entre el

cuadro perfectamente contrastado que nos ofrece el mito, opo

niendo la esposa a la concubina, y las realidades institucionales

más desvaídas de la Atenas de los siglos v y iv. Para nosotros,

el estudio histórico de los usos matrimoniales y la reflexión

sobre el análisis estructural del corpus mítico recopilado por

M. Detienne constituyen las dos caras de una misma investiga

ción: se trata de captar mejor, por esta doble vía aproximativa,

las acciones recíprocas de lo social y lo mítico, las homologías

y a la vez las discordancias de los dos planos que se esclarecen


mutuamente, pero que, en su correspondencia, pueden unas ve

ces reforzarse y otras compensarse.

Nuestras observaciones sobre los dioses griegos contemplan

el panteón bajo un doble aspecto: primero, como sociedad di

vina, con sus jerarquías, sus atribuciones y sus privilegios, en

relación más o menos estrecha y más o menos directa con la

organización de la sociedad humana; a continuación, como sis

tema clasifica torio y lenguaje simbólico que obedece a su pro

pia finalidad intelectual.

En «Lo puro y lo impuro», discutiendo la tesis de L. Mouli-

nier, queremos demostrar que, por lo que se refiere a estas dos

nociones, los valores psicológicos y sociales, tan bien definidos

por el autor, no pueden comprenderse más que vinculados a un

conjunto coherente de representaciones religiosas.

Nos quedan las dos últimas contribuciones: «El mito prome-

teico en Hesíodo» y «Razones del mito». Nos parece que hablan

por sí solos y hacen demasiado claramente referencia uno y otro

al problema central alrededor del cual gravita todo este libro

para que sea necesario insistir en ello: ¿dentro de qué límites

y bajo qué formas el mito está presente en una sociedad y una

sociedad presente en sus mitos? Formulada de esta manera lu

4 Jean-Pierre Vem ant

cuestión es probablemente incluso demasiado sencilla. E n la se

rie de obras que he publicado en la editorial de mi amigo

François Maspero, la conjunción no se realiza, a p esar de los

títulos, entre dos términos. Es en el triángulo designado por


tres términos: mito, pensamiento y sociedad, cada uno en cierto

modo implícito en los otros dos y en cierto modo también dis

tinto y autónomo, en el que se inscribe una investigación que,

poco a poco, en un recorrido vacilante e incompleto, h a inten

tado, junto a otras, explorar este terreno.

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