Está en la página 1de 13

Ministerio del Poder Popular para la Universidad Politécnica Territorial de

Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología Yaracuy “Arístides Bastidas”

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD POLITÉCNICA TERRITORIAL DE YARACUY ARISTIDES BASTIDAS
PNF: PROCESAMIENTO Y DISTRIBUCIÓN DE ALIMENTOS
UNIDAD CURRICULAR: POLITICAS TECNOLÓGICAS Y COMERCIO

El Neoliberalismo vs el Neoestructuralismo:
El Gran Viraje de 1989

Independencia, Mayo 2020


INTRODCUCCIÓN

Venezuela ocupa, desde hace algo más de una década, un punto neurálgico de la
geopolítica continental. Fue allí, en esa nación medio caribeña y medio sudamericana,
donde a fines de la inefable década de los noventa comenzó a abrirse la grieta por donde
se colaría desde entonces la posibilidad de un nuevo tiempo, no sólo para dicho país, sino
para gran parte de la región.

Desde su consolidación, el proceso iniciado en 1998 con la asunción de Hugo


Chávez ha fungido real y simbólicamente como el motor de lo que –asumiendo los riesgos
de toda generalización– llamamos una nueva época en el subcontinente. Por ocupar ese
centro, es allí, en su incierto y convulsionado presente, donde actualmente se dirime gran
parte del futuro regional, tensionado por un pasado neoliberal que plantea sendas
resistencias a perecer y un nuevo orden –difuso e indefinido aun– que le sale al encuentro.

Pero, ahora bien: comprender las condiciones particulares que posibilitaron la


emergencia de la Revolución Bolivariana, implica necesariamente ahondar en la historia
contemporánea de dicho país, fundamentalmente en la segunda mitad del siglo XX. Sólo
a condición de desandar esos años, es que se torna posible vislumbrar el verdadero
carácter disruptivo de la emergencia del chavismo.

El final del ciclo neoliberal –propiciado, como se verá, por dicha resistencia–
significará en términos políticos la caída de un modelo de democracia absolutamente
singular, vigente desde fines de los cincuenta, la cual, entre otras cosas, tuvo la
particularidad de mantenerse en pie cuando el resto de los regímenes democráticos de la
región se derrumbaron.

En el caso de Venezuela, la relación entre democracia, neoliberalismo y rebelión


social se torna significativa para el análisis de la profunda estela de crisis que va dejando
el período que aquí trabajamos. Allí opera el neoliberalismo: en esa relación que marca
el pulso de una sociedad que se politiza rápidamente y que encuentra actores
fundamentales para canalizar su expresión social. Un país que no padece las clásica crisis
de la región sobre el modelo sustitutivo de importaciones en los primeros años 70 –en un
mundo trastocado luego de la crisis que produce la subida de los precios del petróleo– por
un motivo sencillo: ser una nación petrolera que va definiendo funciones –bien y mal– a
partir de la renta petrolera y la red de actores y acciones que esta produce.
1. En que consiste la liberación financiera y el desarrollo económico

La liberalización económica es un modelo económico basado en el libre


mercado que consiste en:

1. Reducir o eliminar las regulaciones estatales en el ámbito empresarial (libre


empresa).
2. Privatizar las empresas públicas.
3. Reducir o eliminar las ayudas económicas estatales a ciudadanos y empresas
(prestaciones, subvenciones, etc.).
4. Reducir el gasto público y los impuestos a ciudadanos y empresas.

La liberalización económica se encuentra relacionada con el liberalismo clásico y


tiene como objetivo promover el desarrollo económico.

En décadas recientes la mayoría de los países del primer mundo han transitado
una senda de liberalización económica con el objetivo de mantener o aumentar su
competitividad como ambientes propicios para el desarrollo de negocios. Las políticas de
liberalización incluyen la privatización parcial o total de instituciones o bienes del
gobierno, una mayor flexibilidad del mercado laboral, menores impuestos sobre los
negocios, menos restricciones sobre los capitales domésticos y extranjeros, mercados
abiertos, etc.

En países en desarrollo, la liberalización económica se refiere a una mayor


liberalización o una mayor "apertura" de sus economías respectivas al capital extranjero
y las inversiones. Tres de las economías en desarrollo de crecimiento más acelerado en la
actualidad; Brasil, China, e India, han logrado un rápido crecimiento económico durante
las últimas décadas luego de haber "liberalizado" sus economías frente al capital
extranjero.

En la actualidad numerosos países, especialmente aquellos del tercer mundo,


parecería que no tienen otra alternativa que aplicar algún grado de "liberalización" de sus
economías para ser competitivos y así poder atraer y retener inversiones tanto domésticas
como extranjeras.
La reorientación de las economías hacia el mercado en América Latina inició en
los años setenta y han dado pie a variadas políticas en el sector financiero. La
liberalización financiera forma parte de las reformas económicas encaminadas a
establecer regímenes de política económica orientados al mercado y abiertos al exterior
que está llevando adelante un grupo creciente de países de la región desde mediados de
los años setenta.

Hay al menos otros dos factores que también inciden con fuerza en el aporte de
los mercados financieros a los procesos de formación de capital. Primero, la oferta de
fondos, ya que las instituciones financieras no pueden hacer más que captar y asignar esos
fondos a la inversión y a otros usos socialmente rentables. Segundo, una macroeconomía
que dé a las instituciones financieras y a los agentes económicos señales correctas de
asignación de recursos, principalmente a través de un tipo de cambio real y tasas reales
de interés concordantes con las condiciones de mediano y largo plazo. Estos factores se
consideran aquí parte del entorno.

2. Que se conoce como “trade off” entre activos financieros y activos reales

La teoría del trade-off, también conocida como teoría estática, sugiere que las
empresas se adaptan a un nivel de endeudamiento óptimo, que está determinado por un
trade off entre los costos y los beneficios del endeudamiento, es decir, el nivel de
endeudamiento depende de un equilibrio óptimo entre las ventajas tributarias de la deuda
y las desventajas derivadas del incremento de la posibilidad de quiebra.

Cuando se alcanza la combinación óptima entre deuda y recursos propios, las


empresas maximizan su valor y no tienen incentivos para aumentar su deuda pues una
unidad monetaria adicional en el endeudamiento supone una pérdida marginal neta de ese
valor. Por ende, esta teoría defiende la existencia de una estructura de capital óptima en
la empresa, al considerar que tal estructura define el valor de la firma.

Una firma con una deuda de alto riesgo y que actúe de acuerdo con los intereses
de sus accionistas, seguirá una regla de decisión diferente de una que pueda emitir deuda
menos riesgosa o que no emita deuda. La firma financiada con una deuda altamente
riesgosa, dejará pasar valiosas oportunidades de inversión, oportunidades que harían
positiva la contribución neta del valor de mercado de la firma (activo financiero).
Myers (1977) plantea que la emisión de una deuda con altos niveles de riesgo
reduce el valor presente de mercado de la firma por inducir una futura estrategia
inversionista que es subóptima. La pérdida de valor de mercado se absorbe por las
acciones en circulación de la firma. Así, si hay un impuesto sobre la renta y la tasa de
interés es deducible de impuestos, la estrategia óptima involucra un trade-off entre las
ventajas impositivas de la deuda y el costo de una futura estrategia de inversión
subóptima.

Para la teoria del trade off, el valor de la firma no está dado por el rendimiento de
los activos presentes de la empresa, sino por el valor presente neto del rendimiento que
podría obtener con futuras inversiones. En este sentido, la empresa busca una estructura
óptima de capital, pues el nivel y las características de la deuda que la empresa contraiga
limitarán las decisiones de inversión. Este razonamiento permite explicar por qué las
empresas no se endeudan tanto como les es posible.

A la vez, las empresas no se financian exclusivamente con capital, pues al haber


ciertos beneficios por mantener deuda en la estructura de capital –como la deducción en
el impuesto de renta de los intereses pagados no capitalizados–, será necesario sopesar
los beneficios posibles con los riesgos inherentes a esta fuente de recursos.

Sin embargo, como se verá a continuación, el mismo Myers más tarde revaluó sus
planteamientos y usó el término jerarquía de las preferencias para explicar mejor el
comportamiento de las empresas sobre estructura de capital a lo llamaría activo real ya
que es con lo que se cuenta para tomar las diferentes acciones.

3. Cuáles fueron las necesidades de liquidez y la intermediación financiera


requeridos para la liberación financiera.

Con el cambio de gobierno en 1989, se inicia en el país la aplicación de un


programa económico de ajuste y apertura para sentar las bases de una economía de
mercado moderna, abierta y competitiva. Dicho programa planteaba la realización de una
serie de reformas estructurales básicas en los ámbitos cambiario, fiscal, monetario y de
comercio exterior. Se planteó a su vez, una reforma integral del sistema financiero con
miras al logro de tres objetivos fundamentales: aumentar la solidez del sistema, mejorar
su nivel de eficiencia y ampliar su competencia y competitividad. La nueva Ley General
de Bancos (LGB) aprobada el 28 de octubre de 1993, entra en vigencia el 1 de enero de
1994, exactamente cuatro años después de iniciada la reforma financiera.

Igualmente, en diciembre de 1992 se promulga la Ley del Banco Central de


Venezuela. Esta reforma aún no ha concluido. Restan aún por reestructurar la
Superintendencia de Bancos y FOGADE. El retardo en la realización de dicha reforma
del sector financiero obedece a que ésta nunca fue prioritaria para el Congreso Nacional
y a 16 la intromisión de la banca privada misma, ante el temor de ver disminuido su poder.
La liberación de precios, tasas de interés y tipo de cambio y la reducción de aranceles que
implicaba la puesta en práctica del nuevo programa de gobierno a partir de 1989, no
previó el reforzamiento simultáneo de la capacidad regulatoria de la Superintendencia de
Bancos, una adecuación del marco legal y reglamentario a las nuevas circunstancias ni
mucho menos de una preventiva exigencia de recapitalización o liquidación de las
instituciones recurrentemente insolventes.

4. Aspectos de sobre las tasas de interés formulados por el neoliberalismo en el


proceso de liberación financiera llevada a cabo a partir de 1989

Las normas financieras influyen en las tasas de interés y el tipo de cambio, ya sea
fijándolos, estableciendo bandas o topes para ellos, o permitiendo la participación de la
autoridad monetaria en los mercados de dinero y de divisas. Estas normas también pueden
establecer restricciones, exigencias de encaje, e impuestos al acceso de inversionistas
extranjeros a los mercados financieros internos y al acceso de instituciones financieras
internas a fondos de terceros, ya sea en moneda nacional o extranjera, e influir por estas
vías en esos precios financieros claves.

Con miras principalmente a elevar la eficiencia del sistema financiero, la


desregulación financiera persigue ampliar el radio de acción del mercado en la
determinación de las tasas de interés y el tipo de cambio, y disminuir las restricciones que
influyen en la captación y asignación de fondos, incluido el crédito. Desde este ángulo,
la liberalización financiera constituye una política amplia de desregulación y
habitualmente forma parte de reformas encaminadas a una economía de mercado.
Por el contrario, el reforzamiento de la regulación financiera se caracteriza por
intervenciones de la autoridad encaminadas a limitar la acción del mercado.' Cuando estas
intervenciones fijan tasas de interés y tipos de cambio demasiado bajos, o imponen
elevados encajes y severas restricciones a la captación de fondos, ocasionan "represión
financiera".

La eficiencia operativa está representada por un margen mínimo de diferencia


entre las tasas de interés activas y pasivas en el caso de los bancos y otras instituciones
intermediadoras de fondos que ofrecen crédito, y por comisiones mínimas en el caso de
las instituciones y agentes que ofrecen servicios financieros. Los siguientes son ejemplos
de conflictos de interés: bancos que otorgan créditos de alto riesgo a sus propietarios
(colocaciones "relacionadas") cuya posterior liquidación involucra la pérdida de
depósitos; bancos que al ampliar el giro de sus actividades incursionan en la
administración de fondos de terceros, los que captan en su beneficio a bajas tasas de
interés, en perjuicio de esos aportantes, y bancos que pueden mantener en sus activos
acciones de empresas del sector real y que a través de la información privilegiada que les
brinda el acceso a las carteras de crédito y de proyectos de esas empresas, están en
condiciones de hacer ganancias en la bolsa de valores.

5. Política económica venezolana a partir de 1989-1992 para desarrollar el


proceso de apertura económica.

-Política externa de financiamiento

Si el desequilibrio que se operó en forma acumulada en mercado monetario


financiero durante el periodo 1986-1988 se debió principalmente a la situación de tasas
de interés reales negativas que entonces privaban, era obvio que su corrección tenía que
estar estrechamente vinculada con el establecimiento de tasas de interés más realistas, y
cónsonas con la realidad inflacionaria. Esa es la razón por la que las tasas de interés tenían
que mostrar un sustancial incremento en 1989, formando parte importante de la política
de ajuste.

-Política Comercial externa

El elevado nivel de pagos netos por conceptos de servicios de deuda externa. En


efecto, entre 1987 y 1988 se destinaron aproximadamente 39.5 por ciento de los ingresos
de exportación al pago del servicio de la deuda (intereses y capital). Esto implicó un
drenaje permanente de recursos que se reflejó en forma negativa en los resultados de las
transacciones externas. Esta intensa contracción de las reservas internacionales era por
demás riesgosa para una economía como la venezolana, altamente dependiente de las
exportaciones de hidrocarburos, cuyos precios tienen un comportamiento tan errático e
impredecible.

El colapso de los precios del petróleo de 1986, y las consecuentes contracciones


de las importaciones venezolanas, demostraron sin lugar a equívocos la imperiosa
necesidad de que Venezuela mantenga en forma permanente elevados niveles de reservas
internacionales, ya que son estas la única defensa que tiene la economía para enfrentar
una situación tan adversa como aquella.

-Política cambiaria externa

En diciembre de 1986 el ejecutivo decidió maxi-devaluar el bolívar comercial,


pasando el tipo de cambio controlado aplicable a las transacciones corrientes de 7.50
bolívares por dólar a 14.50 bolívares por dólar. Esto produjo una situación de
subvaluación profunda del bolívar comercial, ya que 14.50 bolívares compraban en
Venezuela, en ese entonces, mucho más de lo que en promedio podía ser adquirido con
un dólar en el exterior. Esta decisión unida al incremento de otros costos de producción.

Ello, conjuntamente con la creciente demanda existente, trajo como consecuencia


la materialización de un escalamiento inflacionario en 1987.

Esa mayor inflación combinada con la congelación de tipo de cambio comercial


al nivel de Bs/$ 14.50, hizo que a lo largo de 1987 fuera desapareciendo progresivamente
aquella situación de subvaluación del bolívar comercial, y que fines de ese año el tipo de
cambio controlado estuviera en niveles similares al de equilibrio.

-Política de precios interna

Durante los primeros meses de implantación del plan de ajuste se observaron una
serie de circunstancias por demás importantes. Por una parte, el abrupto escalamiento de
los precios trajo como consecuencia una reducción acentuada del poder adquisitivo de la
población, ya que sus ingresos monetarios no aumentaron a un ritmo similar al de los
precios, produciendo una contracción de la demanda privada, y particularmente del
consumo. Por otra parte, el incremento inflacionario hizo necesaria la elevación de las
tasas de interés, limitándose aún más las posibilidades de expansión de la demanda. De
hecho, el encarecimiento del crédito no solo desincentivo la demanda de préstamos en el
mercado financiero, si no que llevo a muchos venezolanos a reducir su nivel de exposición
de crédito con sus bancos.

Adicionalmente, las mayores tasas de interés elevaron notablemente el costo de


mantenimiento de inventarios de mercancía, por lo que buena parte del mermado
consumo se satisfacía con esos inventarios. Ello, combinado con la contracción de la
demanda, contribuyo a limitar la actividad productiva en 1989. Entre los factores que
contribuyen a este repunte inflacionario se deben mencionar los elevados incrementos de
los precios de los productos agrícolas. Ello responde a problemas de abastecimiento, la
inexistencia de una política de estímulo al sector productivo agrícola, y la ausencia de
decisiones de importación de alimentos con el fin de complementar a la escasa
producción interna.

-Política fiscal interna

Tradicionalmente, el cumplimiento de la meta de reducción del déficit fiscal


im0lica elevados costos y serias dificultades para los países que se tienen que someter a
este tipo de condicionamiento. Ello se debe, en parte, a que un componente tradicional de
los planes de ajuste es la devaluación de la moneda local, buscándose la preservación de
la subvaluación de la misma, y la creación de condiciones propicias para fomento de las
exportaciones y la limitación de importaciones.

Estas devaluaciones hacen que los gobiernos, que son demandantes netos de las
divisas generadas por los exportadores privados, tengas que desembolsar una mayor
cantidad de moneda local para adquirir los dólares que requieren para servir la deuda
externa y realizar sus importaciones. En otras palabras, las modificaciones cambiarias
conllevan mayores obligaciones de gasto de origen externos para los gobiernos de otros
países.

En consecuencia, el logro del objetivo de reducir el déficit fiscal tiene que


alcanzarse a través de un incremento de os impuestos cobrados al público, de la reducción
acentuada del gasto público interno, o mediante la combinación de ambos. Mayores
cobros de impuestos e intensas reducciones del gasto interno obviamente tienen efectos
recesivos, que se traducen en presiones sociales y políticas indeseables de difícil manejo.
Esto explica por las autoridades económicas de estos países normalmente se oponen a la
consecución de estas metas, o por lo menos tratan de flexibilizar y suavizar el grado de
exigencia de la misma.

-Política monetaria y de financiamiento

Durante los 3 últimos años de la administración del presidente Lusinchi se notó


un desequilibrio creciente en las actividades monetaria y financiera. Este desequilibrio se
caracterizó por una sobredemanda de crédito debida a la situación de tasas de interés
reales negativa existente en la economía. Ello hacia cada vez más atractiva la obtención
de recursos por la vía del empresito, con la finalidad de adquirir bienes durables que
aumentaren de valor con la inflación en un porcentaje muy superior al costo del
financiamiento.

En efecto al decidir, al decidir el ejecutivo congelar las tasas de interés en los


niveles existentes 1985 (13.5 por ciento para los préstamos y 10 por ciento para los
depósitos a plazo), y paralelamente materializarse una inflación anual que se ubicó entre
35 por ciento y 40 por ciento durante el lapso 1987-1988, las tasas de interés reales
(diferencia entre la tasa de interés nominal y la tasa de inflación esperada) pasaron a ser
ampliamente negativas.

6- ¿Cuáles fueron los principales efectos de la apertura comercial sobre el sector


manufacturero Venezolano?

A mediados del año el gobierno anuncio la implantación de una nueva política


comercial y arancelaria, simplificándose la estructura de los impuestos de importación a
través del establecimiento de aranceles más uniformes. Entonces se decidió fijar un
arancel máximo de 80 por ciento para lo que restaba de 1989 y los primeros meses de
1990, anunciándose que a partir de marzo del año siguiente se reduciría el tope arancelario
a 50 por ciento, y que en los años subsiguientes este seguiría bajando. De esta forma, en
1992 la tasa máxima seria de 20 por ciento y la mínima de 0 por ciento.
Hay quienes piensan, incluso en las altas esferas del gobierno, que este proceso
de reducción progresiva de los aranceles es tímido, debiéndose hacer el mismo en una
forma mucho más radical para así desmantelar las tradicionales estructuras
proteccionistas. Se argumenta que la dramática devaluación del bolívar comercial de
marzo de 1989 genero una situación de profunda subvaluación de la moneda local,
dándole esto una elevada capacidad competitiva a los productos locales. De allí que se
argumente que ese era el momento propicio para reducir drásticamente los aranceles a
unos niveles no mayores a 20 por ciento o 30 por ciento como tarifa máxima.

Sin embargo, esta tesis no privo en el gobierno, decidiéndose a ir a una reducción


progresiva de los aranceles. Con esto se buscaba ganar tiempo para que el aparato
productivo local pudiera realizar los ajustes y conversiones necesarias en los centros de
producción, con el fin de estar más capacitados para competir con el producto importado.
CONCLUSIONES

El neoestructuralismo sostiene, al igual que su corriente cepalista precedente, que las


causas del subdesarrollo están vinculadas a las condiciones históricas, estructurales y endógenas
de las economías periféricas, en continuidad con lo fundamentado con el estructuralismo. En
consecuencia, ha persistido la heterogeneidad estructural y sus implicaciones económicas y
sociales en los países subdesarrollados, entre ellos los de América Latina, pues no han ocurrido
cambios estructurales relevantes.

Dada la dinámica del sistema económico mundial, además de la idea de la transformación


productiva, el neoestructuralismo ha incorporado las cuestiones referidas al logro de la equidad,
la promoción de la competitividad auténtica y el regionalismo abierto, como mecanismos para
favorecer a las economías latinoamericanas en el sistema económico mundial en un contexto de
profundización de la globalización.

No obstante, con los planteamientos del neoestructuralismo latinoamericano desde la


década de 1980, en materia de desarrollo productivo, social e institucional han persistido muchos
problemas estructurales del subdesarrollo, que ya eran preocupaciones del estructuralismo
latinoamericano, entre ellos la heterogeneidad estructural, las restricciones a la inversión y al
crecimiento, la baja productividad de los factores productivos, la inserción desfavorable de
América Latina y las asimetrías existentes en el sistema económico mundial de cara a la
profundización de la globalización, la inestabilidad macroeconómica, los sistemas nacionales de
innovación incipientes, la desigual distribución de los frutos del progreso técnico, la economía
informal, el desempleo y el subempleo, la desigual distribución del ingreso y la pobreza en
general.
Esto ha conllevado al cuestionamiento de los postulados del neoestructuralismo como
respuesta a los problemas del subdesarrollo de América Latina, al no incorporar entre otros
aspectos, las discusiones en torno a las relaciones de poder, las contradicciones inherentes al
capitalismo y la necesidad de las transformaciones estructurales dentro de los patrones de
acumulación bajo el esquema de desarrollo “desde dentro”.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Ayesterán, J. (S/A) ‘Crisis y Poder: El Caso del Sistema Financiero’. Universidad de


los Andes- Facultad de Ciencias Económica y Sociales. Mérida -Venezuela.

Mondragón, S. (2009) ‘Marco conceptual de las teorías de la irrelevancia, trade off y


de la jerarquía de las preferencias’. Bogotá – Colombia.

Quintero, M. (S/A) ‘El Neoestructuralismo Latinoamericano: Transformación


Productiva con Equidad, “Desarrollo Desde Dentro” y Regionalismo Abierto’.
Disponible en: https://www.iberoamericana.se/articles/10.16993/iberoamericana.418/

Palma, P. (S/A) ‘La Economía Venezolana en 1989

Pinto, A. (1994). ‘Liberalización o Desarrollo Financiero’. Revista N° 54 de la CEPAL.


Santiago De Chile.

También podría gustarte