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El arte de tus raíces

Había una vez una familia que no tenía muchos recursos económicos, Julián el
hijo del dueño de la casa Romeo, muy aventurero, le gustaba pasear por los
campos, divertirse jugando con los animales, ahí estaba su padre un hombre
que buscaba trabajo para mantener a su familia, sin embargo no encontraba ya
que no tenía una profesión, el abuelo de Julián, Max vivía con ellos. Siempre
estaba siempre fuera de su casa. Julián no hablaba mucho, ya que era callado
porque su padre le gritaba mucho, por algo que él quería saber.
El papa de Julián siempre andaba de mal humor, y se desquitaba con Max y le
hacía sentir mal.
Una mañana el abuelo de Julián salió muy entusiasmado y decidió seguirlo, se
percató que su abuelo tenía una piedra muy hermosa en su bolsillo y que
brillaba, se dio cuenta que su abuelo entro en un árbol que tenía una puerta
secreta.
Al día siguiente decidió entrar a ese lugar, había muchos escalones y cuando
bajo, encontró esculturas de animales hechas con piedras de mármol celestina
granito, que brillaban tanto que se quedó encantado, al volver a su casa le dio
a su abuelo que le enseñara a hacer eso.
Él le dijo que el anexo era un lugar secreto, y que no podía enseñarle porque
romeo creía que era una pérdida de tiempo hacer esculturas.
Julián, ya en la noche decidió volver ahí, se imaginó cuanto amaba a su padre
y quiso hacer una escultura para el con la piedra que llevaba su abuelo, ya en
la mañana antes que su padre se levantara, Julián le dejo su escultura.
En la hora de desayunar, romeo salió muy contento. Le hablo a Max, y Julián
estaba muy feliz de que ellos dos interactuaran como familia.
Su abuelo le pregunto qué pasaba…

Julián le dijo que hizo una escultura con la piedra que el llevaba, entonces Max
le conto que esa piedra era mágica, que podía ablandar el corazón de cualquier
ser humano, y que sea como antes.
Al día siguiente el niño decide decirle a su abuelo que pueden vender las
esculturas y así ayuden a su papa con los gastos de la casa. Cuando pasaban
unos extranjeros estaban enamorados de las hermosas esculturas que hacia
Max, ellos compraron algunas, y se fueron.
Así iban llegando más personas al lugar que vivía Julián, con el dinero que
ganaban compraban comida, ropa, y unas bicicletas para ir a las minas a
conseguir más piedras, romeo también quería aprender a hacer esculturas, que
antes pensaba que eran una pérdida de tiempo, les ayudaba para que puedan
comer.
Cuando pasaron 20 años, Julián tenía una familia, 2 hijas, una de ellas entro al
sótano y encontró algo que brillaba mucho. Era una de las esculturas que hacia
Julián y su abuelo.
Él les conto todo lo que paso para que su papa le deje hacer esculturas, tenía
unas piedras guardadas, y decidió enseñarles a sus hijas, que bonito era hacer
esculturas en piedras brillantes y mágicas.
Ellas aprendieron rápido, en su escuela llevaban las esculturas y les mostraban
a sus amigos.
Todo ese arte que un día nació en el abuelo de Julián esta creciendo.

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