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Cap 5

Las alas fibrosas, los cuernos, la cola peluda: todo coincidía. La creencia más tenebrosa había regresado
a la vida desde un pasado que nadie conocía. Sin embargo, ahí estaba, sonriendo, con su completo y
descomunal cuerpo envuelto por la luz del sol, y con dos chicos descansando ingenuamente, uno en
cada uno de sus brazos.

Cap 6

En la Edad Media la gente creía en el diablo, y lo temían.

Nunca se los veía sin un cinturón provisto de complejos dispositivos que, —habitualmente se decía—
controlaban el peso de sus cuerpos y les ayudaba a comunicarse. La luz del sol les causaba dolor, y
nunca se exponían a ella sino durante unos pocos segundos. Cuando tenían que salir al aire libre durante
cierto tiempo, se ponían unos anteojos oscuros, lo que les daba una apariencia algo incongruente.
Aunque parecían capaces de respirar el aire terrestre, a veces llevaban consigo unos pequeños cilindros
de gas con los que de tanto en tanto se refrescaban.

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