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Que es el fonorecetor humano.

1. 1.  El oído es el órgano responsable de la audición y el equilibrio, y está compuesto


por fonorreceptores quienes captan las vibraciones y las transforman en impulsos
nerviosos que irán hasta el cerebro, donde los estímulos serán interpretados

2.- ANATOMIA DEL OIDO HUMANO


.
Oído externo:
Es la parte más externa del oído, y está situado en el hueso temporal del cráneo;
y está diseñado estructuralmente para el proceso de audición, ya que recoger las
ondas sonoras y las dirige hacia el interior.

  Oído medio
: es una cavidad irregular hendida en la parte interna del hueso temporal llamada
peñasco. Está compuesto por tres partes: la caja del tímpano, las células mastoideas y la
trompa de Eustaquio, cuyo conjunto sigue una dirección casi paralela al eje mayor del
peñasco

.   Oído Interno:
Es la parte más esencial del oído, ya que en él se realiza la transformación de las
ondas sonoras en impulso nervioso. Por otro lado, contiene el órgano vestibulococlear,
que es el encargado de captar el sonido y mantener el equilibrio, asimismo el órgano
vestibulococlear, consiste en un sistema de laberintos membranosos, con endolinfa en su
interior, y perilinfa alrededor, lo que permite que quede suspendido dentro del laberinto
óseo, al que está laxamente unido por fibras de tejido conectivo.
3.-

3.-EL GUSTO (ATLAS VISUAL DE LAS CIENCIAS PAGINA (582)


Fisiología del gusto.
Es la parte de la fisiología que se encarga del estudio e investigación de los
mecanismos mediante los cuales se recibe y percibe el gusto de los alimentos y
elementos que nos llevamos a la boca, parte del cuerpo donde se ubican sus
receptores. Por lo tanto, es necesario hacer una distinción entre sabor y gusto, ya
que no son la misma cosa. Sabor integra todo la información sensitiva recibida en
la boca: olor, gusto, textura, temperatura. El gusto, en cambio, nos da información
sobre la identidad de los elementos, su concentración y afectividad (agrado o
desagrado)

4.-RELACION ENTRE EL GUSTO Y EL OLFATO

El olfato y el gusto están estrechamente relacionados. Las papilas gustativas de la


lengua identifican el sabor y las terminaciones nerviosas de la nariz identifican el olor.
Ambas sensaciones se comunican al cerebro, el cual integra la información para que los
sabores puedan ser reconocidos y apreciados.

Índice

 1Organización de los receptores gustativos


 2Mecanismo de transducción
 3Vías nerviosas gustativas
 4Bibliografía
 5Véase también

Organización de los receptores gustativos[editar]

Localización de las papilas gustativas

Los receptores del sentido del gusto son botones gustativos, agrupados en


las papilas gustativas. Se encuentran unidos (cerrados) por tight
junctions impidiendo la entrada de sustancias disueltas. En su parte apical
encontramos microvellosidades en contacto con la saliva, encargadas de la
recepción de moléculas. En la parte basal hay fibras nerviosas eferentes
gustativas.
Histológicamente, vemos como los botones gustativos son estructuras ovaladas y
que en su interior está formado por células gustativas y sus tentaculares, que
ayudan a percibir el sentido del gusto. Cada célula presenta una serie
de microcilios que se proyectan hacia una cavidad, y son sensibles a las
sustancias que ingresan a la lengua y nasofaringe.
Cada tipo de botón gustativo responde a uno de los estímulos primarios del sabor.

Mecanismo de transducción[editar]
La membrana de la célula gustativa está cargada negativamente en el interior con
respecto al exterior. Una sustancia con sabor hace que se pierda relativamente el
potencial negativo despolarizando la célula. El primer estímulo gustativo hace que
las fibras nerviosas alcancen una velocidad de descarga máxima, pero después
regresa a un nivel bajo y estacionario. El nervio gustativo transmite una señal
inmediata potente y una señal continua más débil durante el tiempo en el que dure
el estímulo. La variación del potencial de la célula gustativa es el potencial
receptor para el gusto.
Existen básicamente dos tipos de mecanismos:

 Receptor ionotrópicos: Para sabor salado y ácido (Na e H+), uno receptor


específico para cada receptor. Si estos iones entran en la célula receptora en
cantidad suficiente, esta se despolariza. La despolarización abre canales de
calcio, que provocan la liberación de neurotransmisores, iniciando así la
transmisión nerviosa. La despolarización específica de un tipo determinado de
receptor se interpreta en el cerebro como un sabor (salado en el caso del Na y
ácido en el del H+), ya que en cada receptor, solo un estímulo determinado
provocará su despolarización.

 Acoplados a proteína G: También pueden ser receptores acoplados


a proteína G, que por vía del AMPc abre los canales de calcio y se liberan
neurotransmisores. Son los sabores amargo, dulce y umami. Es un caso
similar al anterior, solo que en este caso no es la molécula "causante" del
sabor la que entra en la célula, siendo así la presencia del ion el culpable
directo de la despolarización. En este caso, la "molécula de sabor" activa unos
receptores externos de membrana que la reconocen específicamente,
iniciando en el interior de la célula la despolarización. Esto es lo que se conoce
en bioquímica como mecanismo de segundo mensajero.
Bien porque entre directamente por un canal del receptor ionotrópico o bien
porque un mecanismo de segundos mensajeros (Inositol trifosfato) active un canal
en la célula, el resultado es el mismo: en la célula entra sodio iónico, lo que lleva a
la despolarización celular y la entrada de calcio que posibilita la exocitosis de
vesículas contenedoras de neurotransmisores en la hendidura sináptica.

Vías nerviosas gustativas[editar]


Una sustancia con sabor hace que se pierda relativamente el potencial negativo
despolarizando la célula. El estímulo gustativo hace que la célula receptora se
despolarice y emita un potencial de acción, que será transmitido a
la neurona siguiente, y así seguirá el camino del nervio recién estimulado.
La información de la parte anterior de la lengua va por el nervio facial (VII par
craneal); la de la parte posterior y el paladar van por el nervio glosofaríngeo (IX
par craneal) y la parte de la faringe va por el nervio vago (X par craneal). A través
de los tres llegamos al núcleo del tracto solitario, de ahí la información pasa
al tálamo y por último a la corteza cerebral, en sus regiones frontal y parietal
(concretamente en el extremo inferior de la circunvolución post central de la
corteza parietal o ínsula de Reil), dónde se procesa la información y se hace
consciente.
Existen también conexiones con la amígdala y el hipotálamo, de ahí la relación del
sentido del gusto con las emociones.
 
La relación entre gusto y olfato en
el cuerpo humano
El gusto y el olfato son dos sentidos que, aunque importantes, siempre
han quedado eclipsados por otros como la vista o el oído. Esto implica
que se hayan estudiado poco. Sin embargo, sí sabemos que existe una
relación entre el gusto y el olfato.

En este artículo conoceremos este vínculo entre ambos sentidos.


¿Alguna vez un plato olía tan bien que has pensado, “¡si sabe como
huele estará riquísimo!”? Aquí descubriremos si realmente existe tanta
relación entre estos dos sentidos, como siempre se había pensado.

¿Cómo funcionan estos sentidos?


Hasta llegar a percibir un olor, se dan una serie de pasos: primero los
odorantes entran en la cavidad nasal y son detectados por los
receptores metabotrópicos. Se produce entonces la transducción, es
decir, el proceso por el que una célula convierte una determinada señal o
estímulo exterior, en otra señal o respuesta específica. Entonces se
activa un sistema de segundos mensajeros que provoca la
despolarización de la neurona sensitiva y el potencial de acción.

Además, el olfato es el único sistema sensorial cuya información no hace


relevo en el tálamo antes de llegar a la corteza primaria. Además, el
procesamiento cortical es ipsilateral; esto quiere decir que la
información no cambia de lado en el cerebro, es decir, la información que
entra por el orificio izquierdo de la nariz se proceso en el hemisferio
izquierdo, y lo mismo con la parte derecha.

Las células olfativas son bipolares; los axones sensitivos sinaptan con


las dendritas del bulbo olfatorio, en unas unidades llamadas glomérulos.

El sistema olfatorio se divide en dos:

 Sistema principal
 Sistema accesorio o vomeronasal

En cuanto a la capacidad de percibir sabores, existen 4


submodalidades del gusto (tipos de gusto): salado, dulce, ácido y
amargo (aunque recientemente se ha descubierto una nueva, el umami).
A nivel cerebral, los receptores para el ácido y el salado son ionotrópicos,
y los receptores para el sabor dulce son metabotrópicos; para el amargo
actúan ambos tipos de receptores.

Aquí la secuencia que se da a nivel cerebral para acabar apreciando los


sabores es la siguiente: la información gustativa es transportada por
los nervios craneales Facial (VII), Glosofaringeo (IX) y Vago (X).
A diferencia de lo que ocurría con la información olfativa, la información
gustativa sí hace relevo en el cerebro; el primer relevo es en el Núcleo
del Tracto Solitario (bulbo). Después esa información va al área gustativa
protuberancial, y de ahí al Núcleo Ventral Posteromedial del Tálamo (vías
mayoritariamente ipsilaterales). Finalmente las neuronas proyectan a la
Corteza Gustativa Primaria.

La relación entre el gusto y el olfato


Pero, ¿cuál es la relación entre gusto y olfato? Vamos a conocerla en
detalle.

Un grupo de científicos del Instituto de Neurociencias de Castilla y León


(INCYL) de la Universidad de Salamanca están desarrollando diversos
estudios sobre la relación entre gusto y olfato. Uno de sus
investigadores, Eduardo Weruaga, afirma que muchas veces las
personas confundimos conceptos como sabor, gusto y olfato, pero que
son cosas bien diferentes.

Cuando saboreamos algo, en realidad el componente olfativo es


mucho más importante que el componente gustativo, aunque
solemos pensar lo contrario. Por eso cuando estamos resfriados dejamos
de notar los sabores (“todo sabe a nada”), debido a nuestra congestión
nasal (nuestro olfato está “anulado”).

En línea a estas afirmaciones, también se sabe que muchas personas


que empiezan a perder el sabor de los alimentos y que creen que están
perdiendo el gusto, lo que en realidad están perdiendo es el olfato, el
principal componente de esa sensación.

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