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PROCEDIMIENTO DE
ELABORACION Y APROBACION DE LAS ORDENANZAS Y REGLAMENTOS. INFRACCION DE LAS
ORDENANZAS LOCALES. LOS BANDOS MUNICIPALES
Pueden definirse las Ordenanzas y Reglamentos locales diciendo que son “normas generales y
obligatorias establecidas por las Entidades Locales, en el marco de su competencia y en
relación con los intereses públicos que les están encomendados”.
Desde el punto de vista tanto jurídico como práctico, las Ordenanzas y Reglamentos no
pueden ser diferenciados con exactitud, pues en ambos casos, se trata de normas dictadas por
las Entidades Locales para la mejor consecución de los fines que tienen que cumplir. Por ello,
unos autores emplean la palabra “ordenanza” en el mismo sentido que otros utilizan el
vocablo “reglamento”, con lo que se pone de manifiesto la similitud de contenido de una y
otro.
A esta facultad de dictar normas generales, unos la llaman potestad reglamentaria, otros
potestad de Ordenanza, algunos potestad estatutaria, y por último, quizá la más correcta sea
la de potestad normativa de las Entidades Locales, ya que en ella pueden englobarse sus
distintas manifestaciones de Ordenanzas, Reglamentos, Bandos etc, pero siempre y cuando se
distingan las Ordenanzas y Reglamentos, como disposiciones normativas de carácter general
reglamentario y los Bandos como disposiciones de carácter no reglamentario.
2. CLASES
Como se ha dicho anteriormente, la potestad normativa de las Entidades Locales tiene una
serie de manifestaciones, que pueden clasificarse desde puntos de vista diferentes. Así
tenemos desde un punto de vista global y no estrictamente de carácter normativo
reglamentario, las siguientes clases de normas generales en el ámbito local:
2º Aprobación inicial, información pública y audiencia de los interesados – Una vez aprobada
inicialmente, será expuesta al público, durante el plazo de treinta días, mediante anuncios en
el tablón de anuncios y sitios de costumbre de la localidad, para oír reclamaciones, que podrán
interponerse por los interesados, cualquier persona natural o jurídica que invoque un interés
en el asunto puede presentar reclamaciones. El acuerdo de aprobación inicial habrá de
publicarse en el “Boletín Oficial de la Provincia” (o en el de la Comunidad Autónoma en caso
de autonomías uniprovinciales).
Este es el plazo, previsto en el artículo 65.1 de dicha Ley, con que cuentan la Administración
del Estado y la Comunidad Autónoma correspondiente para, en caso de que alguna de estas
Administraciones considere que un acto o acuerdo adoptado por una entidad local infringe el
ordenamiento jurídico, requerirla para que anule dicho acto.
Aunque la Ley no establece el orden en que dichos requisitos deben cumplirse, en función del
principio de seguridad jurídica que debe acompañar a cualquier actuación administrativa y
puesto que la Entidad Local autora de la Ordenanza de que se trate es la única que está en
disposición de conocer el momento en que se ha producido la recepción de la correspondiente
comunicación, lo razonable es que la publicación no se produzca antes de que hayan
transcurrido quince días hábiles desde dicha recepción; pues de otro modo los administrados
carecerían de los datos para poder determinar la fecha de entrada en vigor de la norma al
desconocer uno de los requisitos que la hacen posible, con lo que se pondría en quiebra del
principio de seguridad jurídica.
6º Recursos – Tal y como dispone el artículo 52.1 de la citada Ley 7/1985, contra la
desestimación de las reclamaciones que pudieran presentar los interesados y la consiguiente
aprobación definitiva, se podrán interponer las acciones correspondientes ante el orden
jurisdiccional competente. Esto es, al agotar las resoluciones del Pleno la vía administrativa,
podrán interponer directamente recurso contencioso-administrativo, pudiendo no obstante
interponer con carácter previo y potestativo recurso de reposición.
Las infracciones de las ordenanzas locales se clasificarán en muy graves, graves, leves.
Las demás infracciones se clasificarán en graves y leves, de acuerdo con los siguientes
criterios:
Salvo previsión legal distinta, las multas por infracción de Ordenanzas locales deberán
respetar las siguientes cuantías:
a) NATURALEZA JURÍDICA
El art. 21.1 e) de la Ley 7/1985, de 2 de abril, incluye como competencia del Alcalde no
delegable dictar Bandos (manifestación solemne de la Alcaldía dirigida a los vecinos. Asimismo,
el art. 84.1 a) de dicha Ley permite a las Corporaciones Locales intervenir la actividad de los
ciudadanos mediante Bandos. Por ello, se ha planteado la cuestión de considerar los Bandos
como manifestaciones de potestad reglamentaria local.
Tanto los Bandos como las Ordenanzas tienen carácter general, ahora bien, en la actualidad, a
tenor de la legislación vigente y a pesar de algunos pronunciamientos jurisprudenciales, se ha
de mantener en cuenta que los Bandos no son normas reglamentarias, ni pueden serlo como
tener las condiciones de estabilidad, contribución de la fijación de derechos y obligaciones de
los ciudadanos e innovación del ordenamiento jurídico que ostentan las normas
reglamentarias.
Lo cierto es que no implican una innovación del ordenamiento jurídico sino que se limitan a
exigir el cumplimiento de obligaciones esenciales y disposiciones generales que son las que
tienen carácter nominativo.
Los Bandos se reservan, por tanto, para cuestiones de índole menor, para recordar el
cumplimiento de disposiciones legales o reglamentarias, fechas o lugares en que se llevarán a
cabo actividades, para ciertos mandatos contenidos en las Leyes cuando se producen las
situaciones que éstas contemplan (Sentencias del Tribunal Supremo de 23 de Diciembre de
1977 y 30 de Octubre de 1984). En otras palabras, fuera del ámbito de situación eventual o
una medida de concreción de una norma de carácter general o de naturaleza coyuntural, la
potestad normativa debe realizarse a través de una Ordenanza.
En conclusión, la línea divisoria entre Ordenanzas y Bandos no es otra que la existencia de una
situación eventual o de mero carácter coyuntural. En tanto no se den estas circunstancias no
es admisible la reglamentación de cualquier materia por Bando.
B) CLASES
C) PROCEDIMIENTO
Para los Bandos no se concreta procedimiento alguno. Ahora bien, en cuanto actos
administrativos que son, han de ser producidos por el órgano competente, el Alcalde, y se
consignarán por escrito, no vulnerando las leyes, ni los reglamentos y ordenanzas
municipales, ni ninguna disposición administrativa de rango superior, en definitiva,
respetando todo el ordenamiento jurídico y sin invadir las competencias del Pleno o de la
Junta de Gobierno Local.
Su procedimiento es, por tanto, mucho más sencillo que el de las ordenanzas y
reglamentos, puesto que al ser dictados por un órgano unipersonal (el Alcalde) no le
afectan las normas sobre dictamen previo de la Comisión informativa correspondiente,
convocatorias, quórum, etc. Además, no se exige una publicación formal sino en la forma
tradicional, tablón de anuncios del Ayuntamiento (o pregón, antiguamente) y por aquellos
otros medios que se consideren oportunos para la información pública de los ciudadanos.
De los bandos del Alcalde adoptados por razones de extraordinaria urgencia, se deberá dar
cuenta inmediata al Pleno, como requisito de validez.
Por tanto, las resoluciones o decretos son actos administrativos decisorios adoptados por
el Alcalde en el ejercicio de sus atribuciones; en cambio, se denomina “Providencia” a la
orden de proceder emitida por el Alcalde para iniciar formalmente un expediente
administrativo en los casos en el que el procedimiento se inicia de oficio.