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CONTRATO
DE
ALMACENAJE
CAPÍTULO III:
DEL SECUESTRO.
SECCIÓN 1A.:
DE LAS DIVERSAS CLASES DE SECUESTRO.
Art. 1955.- El secuestro es convencional o judicial.
SECCIÓN 2A.:
DEL SECUESTRO CONVENCIONAL.
Art. 1956.- El secuestro convencional es el depósito que hacen dos o más personas, de
una cosa contenciosa, en poder de un tercero que se obliga a devolverla después que se
haya terminado el litigio, a la persona a quien se declare el derecho de obtenerla.
Art. 1957.- El secuestro puede no ser gratuito.
Art. 1958.- Cuando es gratuito, estará sujeto a las reglas del depósito propiamente
dicho, salvas las diferencias que más adelante se expresan.
Art. 1959.- El secuestro puede tener por objeto, no solamente efectos mobiliarios, sino
también inmuebles.
Art. 1960.- El depositario encargado del secuestro no puede ser libertado de él antes que
termine el litigio, a no ser con el consentimiento de todas las partes interesadas, o por
una causa que se juzgue legítima.
SECCIÓN 3A.:
DEL SECUESTRO O DEPÓSITO JUDICIAL.
Art. 1961.- El secuestro puede ordenarse judicialmente: 1o. de los muebles embargados
a un deudor; 2o. de un inmueble o de una cosa mobiliaria, cuya propiedad o posesión
sea litigiosa entre dos o más personas; 3o. de las cosas que un deudor ofrece para
obtener su liberación.
Art. 1962.- El nombramiento de depositario judicial produce entre éste y el ejecutante
obligaciones recíprocas. El depositario debe emplear en la conservación de los efectos
embargados, el cuidado de un buen padre de familia. Debe presentarlos, ya sea en
descargo del ejecutante para la venta, o de la parte contra la cual se han realizado las
ejecuciones, si se levanta el embargo. La obligación del ejecutante consiste en pagar al
depositario el salario fijado por la ley.
Art. 1963.- Se confía el secuestro judicial, bien sea a una persona nombrada de común
acuerdo entre las partes, o bien de oficio por el juez. En uno y otro caso, aquel a quien
se le ha confiado la cosa, queda sujeto a todas las obligaciones que implica el secuestro
convencional.
CONCLUSIÓN
El depósito es el contrato en virtud del cual una persona llamada depositario se obliga
frente a otra persona llamada depositante a recibir y a custodiar, una cosa u objetos
muebles determinados; y a devolverlos una vez cumpla el plazo si se ha establecido o
cuando el depositante lo solicite.
Por naturaleza es un contrato de carácter gratuito pero puede ser remunerado si se fijara
en el contrato, es un contrato unilateral por el depositario es el único que se obliga a la
custodia y conservación de la cosa, entendiéndose que no podrá servirse de ella, ni darla
a otro en depósito sin el consentimiento del depositante, excepto cuando la este lo
autorice o sea necesaria para la conservación de la cosa. La custodia deberá hacerla de
acuerdo con los términos de la convención y la ley. Si circunstancias urgentes le
obligaren a guardarla en forma distinta deberá dar aviso inmediato al depositante.
Por otro lado, la restitución, debe ser el plazo fijado por las partes o cuando el
depositante lo reclame a falta de estipulación. El depositario podrá, por causa justa,
devolver la cosa antes del plazo convenido. Si no se hubiera fijado termino, el
depositario que quiera restituir la cosa deberá avisar al depositante con una prudencial
antelación, según la naturaleza de la cosa. También el código civil indica que, el
depositario podrá retener la cosa depositada para garantizar el pago de las sumas
líquidas que le deba el depositante, relacionados directamente con el depósito. Es decir,
mediante el nexo entre el crédito, resultante del contrato, y la cosa podrá darse el
derecho de retención. Por obligaciones distintas a las del depósito, el depositario no
podrá negarse a cumplir con su obligación de restitución.