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EL

CONTRATO
DE
ALMACENAJE

ANGELICA RESTITUYO MARTE


100535672
INTRODUCCIÓN
El depósito es el contrato por el cual una persona, el depositario, se obliga para con otra,
el depositante, que le ha confiado una cosa mobiliaria corporal, a conservarla y a
restituirla cuando esta última quiera. Por ser el móvil de las partes asegurar la
conservación, la guarda de la cosa, el contrato deja de ser un depósito cuando la
obligación de conservación impuesta a la parte que reciba la cosa no sea la finalidad de
la operación.
En el instante de su perfección, el depósito gratuito no origina obligaciones sino con
cargo al depositario; en efecto, el contrato no existe antes de la entrega de la cosa; por lo
tanto, el depositante no puede tener la obligación de entregarle esa cosa al depositario.
Pero, en el curso del cumplimiento, pueden originarse algunas obligaciones a cargo del
depositante.
CAPÍTULO I:
DEL DEPÓSITO EN GENERAL Y DE SUS
DIVERSAS ESPECIES.
Art. 1915.- El depósito en general es un acto por el cual se recibe un objeto de otro, con
obligación de guardarle y devolverle en naturaleza.
Art. 1916.- Hay dos especies de depósitos: el depósito propiamente dicho, y el
secuestro.
CAPÍTULO II:
DEL DEPÓSITO PROPIAMENTE DICHO.
SECCIÓN 1A.:
DE LA NATURALEZA Y ESENCIA
DEL CONTRATO DE DEPÓSITO.
Art. 1917.- El depósito propiamente dicho es un contrato esencialmente gratuito.
Art. 1918.- No puede tener por objeto sino cosas mobiliarias.
Art. 1919.- No es perfecto el contrato, sino por la tradición real o ficticia de la cosa
depositada. Basta la tradición ficticia, cuando el depositario se hubiese ya asegurado con
cualquier otro título, de la cosa que se consiente en dejarle a título de depósito.
Art. 1920.- El depósito es voluntario o necesario.
 
SECCIÓN 2A.:
DEL DEPÓSITO VOLUNTARIO
Art. 1921.- El depósito voluntario se constituye por el consentimiento recíproco de la
persona que lo hace, y el del que lo recibe.
Art. 1922.- No puede hacerse regularmente el depósito voluntario, sino por el
propietario de la cosa depositada, o por su consentimiento expreso o tácito.
Art. 1923.- El depósito voluntario debe ser probado por escrito. La prueba testimonial
no se admite para el valor que exceda de treinta pesos.
Art. 1924.- Cuando el depósito que, pasando de treinta pesos, no se pruebe por escrito,
el que se ve atacado como depositario es creído por su declaración, ya sea el hecho
mismo del depósito, o por la cosa que constituía su objeto, y también por el hecho de su
restitución.
Art. 1925.- El depósito voluntario no puede tener lugar sino entre personas capaces de
contratar. Sin embargo, si una persona capaz de contratar acepta el depósito hecho por
otra que esté incapacitada para hacerlo, queda la primera comprometida con todas las
obligaciones de un verdadero depositario, pudiendo ser apremiada por el tutor o
administrador de la persona que ha hecho el depósito.
Art. 1926.- Si el depósito se hubiere hecho por una persona capaz a una que no lo fuera,
la que lo hubiere hecho no tiene más acción que la de reivindicación de la cosa
depositada, mientras exista en poder del depositario, o una acción de restitución hasta
cubrir lo que se ha convertido en beneficio de éste último.
SECCIÓN 3A.:
DE LAS OBLIGACIONES DEL DEPOSITARIO
Art. 1927.- El depositario debe emplear en la custodia de la cosa depositada, los mismos
cuidados que tenga para con las cosas que le pertenecen.
Art. 1928.- La disposición del artículo precedente debe aplicarse con más rigor: 1o. si el
depositario se ha ofrecido por sí mismo para recibir el depósito; 2o. si hubiese
estipulado un salario por la guarda del mismo; 3o. si se hubiese hecho el depósito sólo
en interés del depositario; 4o. si se ha convenido expresamente en que el depositario
responda por cualquier clase de falta.
Art. 1929.- No es responsable el depositario, en ningún caso, por los accidentes de
fuerza mayor, a menos que se le haya constituido en mora para restituir la cosa
depositada.
Art. 1930.- No puede servirse de la cosa depositada, sin el permiso expreso o presunto
del que realiza el depósito.
Art. 1931.- No debe tratar de descubrir qué cosas son las que han sido depositadas, si le
han sido confiadas en una caja cerrada o bajo sobre cerrado.
Art. 1932.- El depositario debe devolver idénticamente la misma cosa que ha recibido.
Por lo tanto, el depósito de sumas en moneda, debe devolverse en las mismas clases en
que se ha hecho, ya sea en el caso de aumento o disminución de su valor.
Art. 1933.- El depositario no está obligado a devolver la cosa depositada, sino en el
estado en que se encuentre en el momento de la restitución. Los deterioros que haya
sufrido, no siendo éstos por culpa suya, son de cuenta del que hizo el depósito.
Art. 1934.- El depositario a quien la cosa le fue quitada por fuerza mayor, y que hubiese
recibido un precio o alguna cosa en su lugar, debe restituir lo que ha recibido en cambio.
Art. 1935.- El heredero del depositario que ha vendido de buena fe la cosa, cuyo
depósito ignoraba, no está obligado sino a devolver el precio que recibió, o a ceder su
acción contra el comprador, si no hubiere percibido aquél.
Art. 1936.- Si la cosa depositada ha producido frutos que
hubieran sido percibidos por el depositario, está obligado a restituirlos. No deben
ningún interés por el dinero depositado, a no ser desde el día en que se le puso en mora
para hacer la restitución.
Art. 1937.- No debe el depositario restituir la cosa depositada, sino a aquel que se la
confió, o a aquel en cuyo nombre se hizo el depósito, o a quien se ha indicado para
recibirla.
Art. 1938.- No puede exigir a quien ha hecho el depósito la prueba de que es propietario
de la cosa depositada. Sin embargo, si descubre que la cosa ha sido robada y cuál es su
verdadero propietario, debe manifestar a éste el depósito que se le ha hecho, con
requerimiento de reclamarla en un plazo determinado y suficiente. Si aquel a quien se
hizo la denuncia descuida reclamar el depósito, queda el depositario legalmente libre
por la entrega que haga a aquel en quien recibió el depósito.
Art. 1939.- En caso de muerte de la persona que hizo el depósito, la cosa depositada no
puede entregarse sino a su heredero. Si hubiese muchos herederos, debe volverse a cada
uno de ellos su parte y porción. Si la cosa depositada no puede dividirse, deben los
herederos ponerse de acuerdo para recibirla.
Art. 1940.- (Modificado por la Ley 390 del 14 de diciembre de 1940, G. O. 5535). Si la
persona que ha hecho el depósito cambia de estado, como, por ejemplo, si la mujer,
soltera en el momento de hacer el depósito se casa después; si el mayor de edad
depositante cayese en interdicción; en todos estos casos y en los demás de la misma
naturaleza, no puede restituirse el depósito sino al que tenga la administración de los
derechos y los bienes del depositante.
Art. 1941.- Si se hubiere hecho el depósito por un tutor, un marido o un administrador,
con una de estas cualidades, no podrá ser devuelto sino a la persona a quien
representaba el tutor, marido o administrador, si hubiere concluido su gestión o
administración.
Art. 1942.- Si el contrato de depósito designare el lugar en
que debe hacerse la restitución, está obligado el depositario a llevar a él la cosa
depositada. Si hubiese gastos de transporte, son de cuenta del que hizo el depósito.
Art. 1943.- Si no designa el contrato el lugar de la restitución, ésta debe hacerse en el
mismo sitio en que se constituyó el depósito.
Art. 1944.- Debe entregarse el depósito al depositante, tan pronto como lo reclame, aun
cuando el contrato fije un plazo determinado para la devolución, a menos que se haya
hecho en manos del depositario un embargo u oposición a la entrega y al traslado de la
cosa depositada
Art. 1945.- Al depositario infiel no se le admite el beneficio de cesión de bienes.
Art. 1946.- Cesan todas las obligaciones del depositario, cuando llega a descubrir y a
probar que es él mismo dueño de la cosa depositada.
SECCIÓN 4A.:
DE LAS OBLIGACIONES DE LA PERSONA
QUE HACE EL DEPÓSITO.
Art. 1947.- el depositante está obligado a reintegrar al depositario los gastos que haya
hecho para la conservación de la cosa depositada, y a indemnizarle todas las pérdidas
que haya podido ocasionarle el mismo.
Art. 1948.- El depositario puede retener el depósito hasta que se le pague por completo
lo que se le deba, por razón del mismo.
SECCIÓN 5A.:
DEL DEPÓSITO NECESARIO.
Art. 1949.- El depósito necesario es aquel que se ha hecho obligado por cualquier
accidente, tal como un incendio, ruina, saqueo, naufragio o cualquier suceso imprevisto.
Art. 1950.- La prueba por testigos puede recibirse para el depósito necesario, aun
cuando se trate de un valor que pase de treinta pesos.
Art. 1951.- El depósito necesario se rige además por todas las reglas expresadas
anteriormente.
Art. 1952.- Los posaderos o fondistas son responsables, como depositarios de los
efectos llevados por los viajeros que alberguen en su casa; el depósito de esta clase de
efectos se considera como depósito necesario.
Art. 1953.- Son responsables del robo o daños de los efectos del viajero, bien sea que el
robo o daño se haya causado por los criados o dependientes de la posada, o por las
personas extrañas que no sean familiares o visitantes del viajero.
Art. 1954.- No son responsables por los robos que se hayan hecho con fuerza armada u
otra fuerza mayor.
EL CONTRATO DE TRANSPORTE
Se ha de entender por contrato de transporte aquel por el cual una persona denominada
transportista se compromete a trasladar a otra persona, o bienes y propiedades de ella, o
tanto a la persona conjuntamente con sus bienes, de un lugar a otro, la cual suele o
puede denominarse pasajeros, salvo y sano a un punto determinado por ellas, a cambio
de un precio estipulado de antemano entre ellos.

CAPÍTULO III:
DEL SECUESTRO.
SECCIÓN 1A.:
DE LAS DIVERSAS CLASES DE SECUESTRO.
Art. 1955.- El secuestro es convencional o judicial.
SECCIÓN 2A.:
DEL SECUESTRO CONVENCIONAL.
Art. 1956.- El secuestro convencional es el depósito que hacen dos o más personas, de
una cosa contenciosa, en poder de un tercero que se obliga a devolverla después que se
haya terminado el litigio, a la persona a quien se declare el derecho de obtenerla.
Art. 1957.- El secuestro puede no ser gratuito.
Art. 1958.- Cuando es gratuito, estará sujeto a las reglas del depósito propiamente
dicho, salvas las diferencias que más adelante se expresan.
Art. 1959.- El secuestro puede tener por objeto, no solamente efectos mobiliarios, sino
también inmuebles.
Art. 1960.- El depositario encargado del secuestro no puede ser libertado de él antes que
termine el litigio, a no ser con el consentimiento de todas las partes interesadas, o por
una causa que se juzgue legítima.
SECCIÓN 3A.:
DEL SECUESTRO O DEPÓSITO JUDICIAL.
Art. 1961.- El secuestro puede ordenarse judicialmente: 1o. de los muebles embargados
a un deudor; 2o. de un inmueble o de una cosa mobiliaria, cuya propiedad o posesión
sea litigiosa entre dos o más personas; 3o. de las cosas que un deudor ofrece para
obtener su liberación.
Art. 1962.- El nombramiento de depositario judicial produce entre éste y el ejecutante
obligaciones recíprocas. El depositario debe emplear en la conservación de los efectos
embargados, el cuidado de un buen padre de familia. Debe presentarlos, ya sea en
descargo del ejecutante para la venta, o de la parte contra la cual se han realizado las
ejecuciones, si se levanta el embargo. La obligación del ejecutante consiste en pagar al
depositario el salario fijado por la ley.
Art. 1963.- Se confía el secuestro judicial, bien sea a una persona nombrada de común
acuerdo entre las partes, o bien de oficio por el juez. En uno y otro caso, aquel a quien
se le ha confiado la cosa, queda sujeto a todas las obligaciones que implica el secuestro
convencional.

CONCLUSIÓN
El depósito es el contrato en virtud del cual una persona llamada depositario se obliga
frente a otra persona llamada depositante a recibir y a custodiar, una cosa u objetos
muebles determinados; y a devolverlos una vez cumpla el plazo si se ha establecido o
cuando el depositante lo solicite.
Por naturaleza es un contrato de carácter gratuito pero puede ser remunerado si se fijara
en el contrato, es un contrato unilateral por el depositario es el único que se obliga a la
custodia y conservación de la cosa, entendiéndose que no podrá servirse de ella, ni darla
a otro en depósito sin el consentimiento del depositante, excepto cuando la este lo
autorice o sea necesaria para la conservación de la cosa. La custodia deberá hacerla de
acuerdo con los términos de la convención y la ley. Si circunstancias urgentes le
obligaren a guardarla en forma distinta deberá dar aviso inmediato al depositante.
Por otro lado, la restitución, debe ser el plazo fijado por las partes o cuando el
depositante lo reclame a falta de estipulación. El depositario podrá, por causa justa,
devolver la cosa antes del plazo convenido. Si no se hubiera fijado termino, el
depositario que quiera restituir la cosa deberá avisar al depositante con una prudencial
antelación, según la naturaleza de la cosa. También el código civil indica que, el
depositario podrá retener la cosa depositada para garantizar el pago de las sumas
líquidas que le deba el depositante, relacionados directamente con el depósito. Es decir,
mediante el nexo entre el crédito, resultante del contrato, y la cosa podrá darse el
derecho de retención. Por obligaciones distintas a las del depósito, el depositario no
podrá negarse a cumplir con su obligación de restitución.

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