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Universidad del Valle

Instituto de Psicología

Fundamentos Históricos y Filosóficos de la Psicología.

Docente: Javier Rojas M.

Estudiante: Laura Sofía González Henao

Código: 1822628

Autor: Estanislao Zuleta.


Título: Grecia, la doctrina de la demostración y la tragedia. En Arte y filosofía.
Año de publicación: 1986
Zuleta, E (1986) Grecia, la doctrina de la demostración y la tragedia. en arte y
filosofía. Editorial Percepción. Medellín, Colombia.
Grecia, La doctrina de la demostración y la tragedia, es el primer capítulo del libro Arte y
Filosofía, Zuleta plantea este texto de forma argumentativa exponiendo las ideas por las
cuales se da en Grecia, al mismo tiempo, la demostración y la tragedia, pasando por un
análisis del contexto de la época a partir de una perspectiva desde la filosofía, disciplina en
la que se inscribe el autor.
Palabras claves: Grecia, demostración, tragedia, ciencia, conocimiento.
El tema central que plantea este texto se enmarca en la relación existente entre el
surgimiento de la demostración, por ende, de la ciencia, simultáneamente de la tragedia, en
Grecia. Para esto Zuleta plantea una serie de argumentos para sustentar dicha postura y
explicar el por qué nacen estos elementos en este contexto y no en otro.
En primer lugar, Zuleta señala que la ciencia es griega, pese a que existían conocimientos
previos en otros contextos, la ciencia como se conoce actualmente nace en Grecia, a partir
de la necesidad de demostración. Zuleta plantea como aspecto clave a resaltar, las
particulares condiciones en las cuales se da ese surgimiento, destacando las libertades de
culto y de pensamiento de las cuales gozaban sus habitantes, teniendo en cuenta que no
contaban con un libro sagrado o una sola religión, desde la antigüedad se empezaba a
buscar explicaciones a través de la filosofía y no por el mito, como un intento por darle
sentido a la realidad más allá de las deidades, como, por ejemplo, a través de la naturaleza.
Zuleta expone que no solo existían varias religiones en la época, sino que estas eran muy
poco represoras, los dioses eran representaciones de los seres humanos, en tanto tenían
defectos y se veían enfrentados a situaciones de aventuras y de goce, siendo estos muy poco

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culpabilizadores y por el contrario los griegos encontraban cierta justificación en sus actos
a través de ellos.
Igualmente, el hecho de que convivieran en un mismo espacio doctrinas tan diferentes entre
sí generaba la necesidad de probar, de demostrar, de buscar el por qué, siendo este un
fenómeno muy característico de la cultura y el ambiente en Grecia, razón por la cual surge
allí la filosofía, disciplina que se pregunta constantemente por la causa y el efecto de las
cosas.
A partir de lo anterior Zuleta hace una conexión con el concepto de tragedia, es
precisamente en ese contexto de libertades y de ausencia de una referencia absoluta donde
surge la tragedia, haciendo una salvedad sobre su significado:
“Un hecho trágico, es un acontecimiento trágico, una forma trágica de existir, solo
ocurre cuando se encuentran dos potencias igualmente válidas y no logran una
síntesis” (Zuleta, 1986 citando a Hegel. P.15)
En este sentido no se debe confundir lo trágico con lo triste, plantea Zuleta, es así como la
muerte de un ser querido no se considera una tragedia, pero sí cómo Sócrates se enfrenta a
la ley por su principio de racionalismo, porque el considerar la ley como válida o no pasa
por su reflexión, por su subjetividad y eso no lo puede aceptar la legislación. Concibiéndose
así la tragedia, entre dos fuerzas, la de la ley y la conciencia del mismo Sócrates, ambas
igualmente válidas que finalmente no lograron encontrar una síntesis. En esta misma línea
se encuentra el caso de Antígona, en la disyuntiva de acatar la ley o darle sepultura a su
hermano, se ve enfrentada a dos potencias válidas, la de cumplir con su obligación ante la
ley y la de su amor fraternal, constituyéndose así, una típica tragedia.
Para desarrollar aún más el concepto de tragedia, Zuleta menciona el caso de Abraham y
cómo su situación no podría considerarse como una tragedia, en el sentido de que todas sus
vicisitudes se resuelven con el: “Dios lo mandó”, todos los designios de la divinidad, por
más crueles y tristes que fuesen se reducen al principio de obediencia, se constituyen en una
orden la cual hay que aceptar.
Así entonces, Grecia no solo era un espacio para el debate, la demostración, en el cual
convivían variedad de creencias, como ya se planteó anteriormente, sino también diversas
posturas filosóficas que invitaban a pensar por sí mismo, y en la búsqueda por más
seguidores, tenían el desafío de desarrollar métodos para evidenciar que su forma de
comprender el mundo era la más adecuada.
Los elementos anteriores, facilitaron de una manera muy importante el nacimiento de la
ciencia, ya que la ciencia va más allá de lo democrático, a esta solo le interesa lo que se
pueda demostrar con hechos y argumentos muy bien planteados y sustentados, más allá de
quién lo dice, totalmente opuesto al discurso dogmático. Igualmente, el autor compara
cómo se diferencia el discurso científico del de los sofistas, donde casi cualquier cosa se

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podía demostrar, dependiendo de la forma en que se dijera, en este punto trae a colación a
que solo fue hasta el momento en que nace la lógica donde se pudo combatir a la figura
sofistica, ya que estaba basado en el poder sobre el otro más allá de la verdad.
De esta forma surge un aspecto crucial para la lógica: La teoría de la contradicción que se
define como: “dos proposiciones contradictorias sobre el mismo objetivo, al mismo tiempo,
desde el mismo punto de vista y en las mismas relaciones no pueden ser verdaderas ambas”
(pp. 25). El autor hace la aclaración de que no se puede confundir la contradicción con las
contradicciones lógicas y las reales, es decir con la dialéctica, ya que la segunda se refiere a
la oposición entre conceptos que para su existencia se requieren el uno del otro, como por
ejemplo el concepto de cambio y permanencia. Y alude a Platón para plantear que la
ignorancia no es un estado de carencia, sino un estado de “llenura”, un exceso de opiniones
que se consideran inamovibles, a través de la ciencia, se dan los primeros pasos hacia el
saber, entendiendo que hay una realidad: no sabemos todo, por ende, hay que investigarlo,
planteando más preguntas que respuestas.
Como posición personal, se plantea gran relevancia frente al tema, ya que permite no solo
rastrear el surgimiento de la ciencia, elemento de gran valor en la actualidad, sino el
comprender las especiales condiciones que la antecedieron, vale la pena resaltar cómo se
va avanzando en términos de reflexiones críticas en la medida en que se es más libre, pero
paralelo a eso, la gran responsabilidad que el pensar por sí mismo conlleva, ese costo, la
tragedia, que usualmente se malentiende como un hecho triste, toma aquí una concepción
diferente que legitima ese dilema de tomar una decisión frente a dos posturas igualmente
válidas.
En general se puede observar una gran habilidad del autor para expresar sus ideas y
explicar los argumentos que las sustentan, a lo largo del texto se puede identificar
claramente cómo desarrolló el tema central con los conceptos claves, lo cual favorece que
el lector comprenda el porqué de los hechos, además con una descripción de la época y el
contexto muy pertinente.
Finalmente se puede concluir que Grecia, con una ubicación geográfica que favorecía el
intercambio entre diversas culturas y como escenario predilecto de revoluciones tanto
políticas, como sociales, culturales y científicas, contaba con una doctrina religiosa flexible
que les permitía a sus habitantes avanzar en sus ideas hasta la reflexión crítica y por tanto
nace allí la demostración y la ciencia. la libertad griega que promovió la doctrina de la
demostración, la lógica y la crítica, tuvo un costo y fue el de la tragedia. La tragedia
surgiría entonces por la falta de un referente absoluto, y la ciencia como un intento de
comprender ese mundo.
Se puede considerar que, para la psicología, y específicamente para el curso, el aporte que
brinda el texto es una primera aproximación a ese pensamiento basado en la demostración y
prueba que se difunde con tanta fuerza en las ciencias hoy en día, que en ocasiones parece

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olvidar que no hay verdades absolutas, sino que el contexto demanda ir más allá, superar
las nociones inamovibles dando un sentido más amplio y donde las teorías no
necesariamente se ajustan en su totalidad a las realidades.

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