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Significado de Futurismo

Qué es Futurismo:
El futurismo fue un movimiento literario y artístico iniciado por el poeta
italiano Filippo Marinetti (1876-1944), al publicar su manifiesto en la prensa Le
Figaro en 1909.
La corriente artística del futurismo forma parte del vanguardismo o también
llamado los movimientos vanguardistas. Este movimiento
buscaba representar la vida contemporánea con la exaltación de lo sensual
y lo guerrero, así como el uso del tema recurrente de las máquinas y la
tecnología representado en velocidad y movimiento.

Características del futurismo

Luigi Russolo: Dinamismo de un automóvil. 1913. Óleo sobre lienzo. 106 x 140 cm. Centro Georges
Pompidou.
Ruptura con la tradición estética

El rechazo a la tradición estética del siglo XIX fue un elemento común de


todos los movimientos de vanguardia, incluido el futurismo. Aquella
generación estaba cansada de la estandarización del arte, y captaba que
el mundo había cambiado. El arte debía cambiar también.

Celebración de la era de la máquina

El futurismo se gestó en las postrimerías de una generación signada por


la Segunda Revolución Industrial (1870-1914), en la que la dupla
conocimiento científico y tecnología era responsable de una profunda
transformación. Había quienes veían esto con desconfianza; pero los
futuristas veían el augurio de un tiempo glorioso dominado por la
máquina.

La utopía futurista alcanzaba, incluso, la idea del ser humano, que


aspiraban se convirtiera en un superhombre. Automóviles, telégrafos y
aviones lucían ante los futuristas como un verdadero salto cualitativo de
la civilización, como una promesa universal inagotable de evolución.

Inquietud por la cuarta dimensión (el tiempo)

Umberto Boccioni: Formas únicas de continuidad en el espacio. 1913. Bronce. 111 cm x 88 cm.


Museo de Arte Moderno, Nueva York.
El tiempo ocupa un papel protagónico en el arte futurista. No puede ser
de otro modo si el movimiento funda su nombre en la dialéctica del
tiempo. Asumir como nombre el término "futurismo" implica una reflexión
respecto del pasado y del presente.

Sin embargo, no queda claro si la mirada del futurismo estaba en el


porvenir o en una toma de posición respecto del pasado. Al menos en
cuanto a la pintura, el historiador Eric Hosbbamw señala que esta y otras
vanguardias, adolecieron de una gran paradoja: interpretar la era del
maquinismo con medios pictóricos del siglo XIX, como la pintura de
caballete.

Glorificación del patriotismo, la violencia y el machismo

Umberto Boccioni: La carga de los lanceros. 1915. Témpera y collage sobre cartón. 32 x 50 cm.
Colección de Ricardo y Magda Jucker, Milán.

El futurismo se identificó con el nacionalismo extremo. De ahí que lo


consideraran, años más tarde, como un antecedente del fascismo. Sus
escritores y artistas se convirtieron en promotores abiertos del militarismo
y de la guerra, al punto de que muchos se enlistaron en la Primera
Guerra Mundial. La mayoría murió en el frente de batalla, otros fueron
gravemente heridos. Esto precipitó el fin del movimiento, aunque no de la
estética. Richard Humphreys sostiene:

Para ellos, el futurismo era una filosofía de vida, con gran preocupación política, y
enraizada en el rechazo de un conjunto de fuerzas, que ellos creían hostiles al
crecimiento y a la modernización de Italia. La insistencia en la destrucción de la
herencia de Italia es parte de ese rechazo. La acción violenta, ya fuera en la vida o
en el arte, fue considerada el antídoto contra el letargo político, cultural y
psicológico.

La pulsión entre sexualidad y máquina también se hizo sentir en el


futurismo, abiertamente opuesto a cualquier iniciativa o perspectiva
feminista.
Exaltación de la velocidad como Belleza

Marcel Duchamp: Desnudo bajando una escalera. 1912. Óleo sobre lienzo. 1,47 m x 90 cm. Museo
de Arte de Filadelfia.

¿Cómo expresar la era de la máquina en el arte? La máquina significaba


para los futuristas movimiento, revolución en su sentido técnico y social a
la vez. Por esto, pretendieron interpretar el movimiento y la velocidad en
la obra artística, ya en el lienzo, en la materia o en la palabra. Lo mismo
ocurría con la energía y la expresión de la fuerza. El objetivo era captar la
forma de la velocidad descrita en el espacio, el ritmo y la vitalidad.
Sin embargo, de acuerdo al investigador Richard Humphreys en su
libro Futurismo: movimientos en el arte moderno, el futurismo quiere expresar
la velocidad y el movimiento, pero pocas veces las máquinas se
encuentran representadas en sus obras.

Diálogo con otras estéticas y vanguardias

El futurismo no permaneció ajeno a las influencias del arte y la estética


contemporáneos. En el Diccionario del arte del siglo XX, Ian Chilvers
sostiene que, en cuanto a las artes plásticas, el futurismo recibió la
influencia del divisionismo, basado en la descomposición de la imagen en
puntos de color, y del cubismo, que incorporaba múltiples planos en uno
solo.
Literatura futurista

Filippo Tommaso Marinetti: Fragmento de Palabra en libertad (trenes). 1910.

Desde el punto de vista formal, las características de la literatura futurista


fueron las siguientes:
 Libertad de la palabra como eje rector.
 Valoración de la escritura como fenómeno gráfico, es decir, visual.
 Revolución tipográfica: uso de diversas fuentes, colores y criterios
de diagramación.
 Destrucción de la sintaxis como principio fundador.
 Ruptura con la métrica.
 Uso de barbarismos e infinitivos.
 Recurrencia de exclamaciones e interjecciones para realzar la
vitalidad.
 Uso arbitrario de los signos de puntuación.

Pintura futurista

Giacomo Balla: Dinamismo de un perro con correa. 1912. Óleo sobre lienzo. 89.8 cm ×
109.8 cm.
Galería de arte Albright–Knox , Nueva York.

En cuanto a las artes plásticas, el futurismo fue mucho más activo y


prolífico en la pintura que en la escultura. Ambas comparten, sin
embargo, principios semejantes. Entre las características de la pintura
futurista, al nivel formal, contamos las siguientes:

 Principio de “líneas de fuerza”, que favorecía la interrelación y


fusión entre los objetos y su entorno.
 Principio de continuidad del espacio plástico.
 Ritmo y dinamismo.
 Color vibrante y enérgico en la pintura.
 Angulosidad frecuente.
 Descomposición geométrica.
 Cruzamiento de diferentes planos en un plano único.
 Uso de la técnica de exposición fotográfica múltiple (secuencia de
imágenes sucesivas en un segundo que, al superponerse, generan la
percepción del desplazamiento), creada por Giacomo Balla.

Representantes y obras del futurismo


Antonio Sant' Elia: Boceto del proyecto para la Cità Nuova.

Autores

 Filipo Tommaso Marinetti (1875-1944). Escritor, poeta, dramaturgo,


ideólogo y editor. Fundador del futurismo. Manifiesto futurista; Mafarka el
futurista; Los indomables.
 Mario Carli (1888-1935). Novelista, ensayista, poeta, periodista y
diplomático. Mi divinidad; Arditismo.
 Julius Evola (1898-1974). Filósofo, ideólogo, esoterista y
pintor. Revuelta contra el mundo moderno; Cabalgar el tigre.

Artistas plásticos

 Giacomo Balla (1871-1957). Pintor y escultor. Velocidad de


automóvil; Lámpara de arco; Dinamismo de un perro con correa.
 Umberto Boccioni (1882-1916). Pintor y escultor. Escritor
del Manifiesto de la escultura futurista. Escultura: Formas únicas de
continuidad en el espacio. Pintura: Dinamismo de un ciclista.
 Carlo Carrà (1881-1966). Pintor. Funeral por el anarquista Galli.
 Gino Severini (1883 - 1966). Pintor. La bailarina obsesionante,
Bailarina azul, Norte-Sur.
 Luigi Russolo (1885-1947). Pintor y compositor. Escritor del
manifiesto El arte de los ruidos. Entre sus pinturas: Dinamismo de un
automóvil. Entre su música: Il risveglio di una città.
 Antonio Sant'Elia (1888-1916). Arquitecto. Escritor del Manifiesto
de la arquitectura futurista. Proyecto Città Nuova.

Futurismo, la breve tormenta


El contexto intelectual que dio pie al futurismo, el llamado entonces arte del futuro, se
encuentra en los nacionalismos europeos anteriores a 1914 que explicaron el estallido
de la I Guerra Mundial, y también seguramente en la sensación, por parte de los
artistas italianos de aquella generación, de que habían quedado excluidos de las
discusiones creativas en Europa: desde el siglo XVIII (con Tiepolo) ningún gran artista
italiano era reconocido internacionalmente.
A través de publicaciones de circulación europea y de la Bienal de Venecia, que nació en 1895,
los autores italianos conocían bien los avances que se producían en otros países y desarrollaron
la conciencia de una urgencia: la de recuperar para el suyo la atención del mundo. En
el Manifiesto futurista (1909), decía Marinetti que Italia ya había sido durante bastante tiempo
el gran mercado de los vendedores de trastos viejos; a aquel Manifiesto le seguiría, al año
siguiente, otro firmado por Boccioni, Carrá, Russolo, Balla y Severini en el que estos decían
querer liberar a su nación de los incontables museos que la cubren como incontables
cementerios.
También la literatura colaboraría al establecer, como en otros movimientos, las bases del
futurismo: nos referimos a Papini, Soffici, al citado Marinetti y a periódicos
como Voce o Leonardo. A través de Voce, precisamente, los impulsores del futurismo se
relacionaron con el cubismo.

Balla. Niña corriendo en el balcón, 1912. Galería de Arte Moderno de Milán

Llamativamente, antes que Mussolini los futuristas y quienes les allanaban el camino ya
hablaban de imperialismo y ensalzaban la guerra como vía purificadora para hacer limpias
sociales: la única higiene para el mundo, decían. También celebraban la dureza de las vidas
crueles, la victoria de los fuertes sobre los débiles, la aventura… y del arte afirmaban que solo
podía ser violencia.
En el origen de la creación situaban la intuición, conforme a una doctrina que, en su país, se
remontaba a Benedetto Croce. Creían en la tecnología y sus rápidos métodos, en el dinamismo,
el movimiento, la velocidad… quizá no fuera casual que Mussolini fuese piloto de carreras
aficionado. También compartían con el Duce su exaltación de la fuerza, pero, artísticamente, el
futurismo vio llegar su fin cuando se comprometió a colaborar con el fascismo de forma
explícita.
Conviene dejar quizá esas consideraciones, hasta cierto punto, a un lado a la hora de
contemplar las pinturas de estos autores: son lo suficientemente buenas para hacernos olvidar
sus extravagancias.
En 1909, recordamos, Marinetti defendía que las bibliotecas, museos, universidades y, en
general, cualquier tradición europea (el euroescepticismo no es nuevo), debían destruirse lo
más pronto posible. Por suerte, su orgía destructiva solo fue teórica.

Severini. Jeroglíf
ico dinámico del Bal Tabarin, 1912. MoMA

Liberados, o eso creían, de las cadenas del pasado, se enfrentaban al futuro con optimismo,
pero duró poco. Es cierto que, mientras el futurismo se mantuvo vivo, Italia se sumó a la
discusión artística europea: expusieron en 1912 en la Galería Bernheim-Jeune de París, donde
pudieron tomar posiciones respecto al cubismo, esto es, subrayar el dinamismo que les
diferenciaba frente a la planitud. También mostrarían sus obras en Londres y Berlín.
Fueron rasgos propios de la agitación futurista el ruido, la provocación, la excitación a
cualquier precio. Tanto que, con el tiempo, parece que hasta Severini acabó con los nervios
destrozados: él, que en sus inicios se dejó influir por el puntillismo de Seurat y que no dejó de
llamar a la calma a sus compañeros.
El vitalismo obsesivo de los futuristas era tan visual como verbal. Inspirados por el  cubismo
analítico, cultivaban puntos de vista simultáneos de un mismo motivo representado en
movimiento de rotación, impulso o salto. Ese movimiento y sus diversas fases debían ser
representadas en pinturas y esculturas de modo que fueran inmediatamente visualizados,
intención alcanzada en su grado más suave por Severini, colorista que, incluso en su etapa
futurista, nunca perdió el contacto con el neoimpresionismo en sus escenas de bailes y
danzantes.
El dinamismo de sus composiciones es poéticamente suavizado, disciplinado, y sometido a las
huellas del cubismo clásico. Por eso, en aquella exposición parisina de 1912, sus trabajos
fueron los que más interesaron al público francés.
Umberto Boccioni, por su parte, encarnaría con viva energía los postulados futuristas. En su
diario escribió: Quiero pintar lo nuevo, el fruto de nuestra era industrial. Utilizaba formas
plásticas poderosas, que finalmente le llevaron a la escultura, y una expresiva paleta, más
valiente aún que la del neoimpresionismo. Desarrolló también la llamada dinámica del cuerpo
humano. En los orígenes de este estilo se encontraban Cézanne y el cubismo.

Boccioni. La calle ante la casa, 1911. Sprengel Museum Hannover

Los estados de excitación y los humores emocionales penetraron en la pintura en las imágenes
de Boccioni de Las revueltas callejeras o La calle ante la casa, donde las formas se vuelven
transparentes: lo interior y lo exterior se penetran y se reproducen en encabalgamientos
simultáneos, de la misma forma que los acontecimientos se producen en los edificios y en la
calle. El tiempo, la cuarta dimensión, entra en escena, o al menos esa es la intención del artista
para introducir al espectador en medio del cuadro.
El nerviosismo febril de la vida en las grandes ciudades y la embriaguez de la velocidad se
convierten, en manos de Boccioni, en acontecimientos pictóricos. Pero el esfuerzo por
representar el movimiento (antes del cinetismo y de los móviles) topaba con la inmovilidad de
la superficie pictórica. Pese a que el futurismo pudo representar el curso de un desplazamiento
de forma esquemática, parecida a las fotografías de exposición múltiple, la reproducción del
movimiento en sí se le escapaba.
Esta, en sentido fiel, llegó con el cine, al que habían preparado el terreno las instantáneas de
Muybridge y la cronofotografía de Marey, también importante para los futuristas. Para un
espectador actual, un corredor con muchas piernas o un caballo con dos docenas de patas puede
resultar insulso, sobre todo cuando el objetivo de los futuristas era representar la realidad de
forma más exacta que sus predecesores. Lo que importa es el alcance de su éxito estético.

Gino Severini. El vendedor de barquillos, 1909. Colección particular

LOS OBJETIVOS DEL FUTURISMO


Segun los distintos manifiestos que fueron apareciendo por parte de diferentes
artistas en donde declaran la pregunta: Quien es futurista en el arte?
Se dice que lo es "quien piensa y se expresa con originadildad, fuerza,
vivacidad, entusiasmo, claridad, simplicidad, agilidad y sintesis. Quien
odia las ruinas, las bibliotecas, el culturismo, el profesoralismo, el
academicismo, la imitacion de pasado.
Quien quiere rejuvenecer, revigorizar y alegrar el arte , liberandolo de
las imitaciones del pasado, del tradicionalismo y del academicismo y
alentando todas las creciones audaces de los jovenes"
En cuanto al exito y al publico, dicen que no pretenden mas
adulaciones del publico , sino desprecio. No mas lucha por, sino horror
del exito; no mas fotografia psicologica, sino sintesis; el el teatro no
mas preeminencia del actor, sino del autor; no los aplausos, sino los
silbidos.
Emilio Setimelli y Bruno Corra hablan acerca de la critica y proponen
que ya no se llamara critica, sino medicion, y los criticos mediadores.
Debe de desaparecer el sentimentalismo intelectal, se le permite ( o
exige) al artista todas las rarezas, locuras e ilogicidades. Todo artista
podra inventar un arte nuevo, mezclado de una manera caotica,
antiestetica e irreverente.
Para los futuristas, no admiten ni leyes ni codigos, ni magistrados, ni
policias, ni moralistas....Buscan la glorificacion de la vida y la libertad.
Son anticlericales y buscan descristinizar Italia.
Van en contra la monarquia, el amor y el sentimentalismo, la obsesion
de la mujer ideal, el adulterio y la posesion femenina. Desprecian el
matrimonio. Quieren "matar" la antigua Venecia, para crear una
Venecia nueva, industrial y militar.
En este movimiento va mucho mas alla de ser tan solo un movimiento
artistico, los futuristas se presentan con una innovadora manera de
vestir, se presentan con chalecos de colores o corbatas de hojalata,
por dar un ejemplo.
El nombre de este movimiento es propicio para con sus intenciones,
su principal actitud es: "mirar hacia el futuro", quieren ver paisajes
artificiales, animales metalicos, juguetes, perfumes y flores futuristas.
En suma, el futurismo interviene en todos los campos, queria interveir
en la vida, queriendo cambiarla. Sus manifiestos no son solo
programas artisticos o proyectos culturales o declaraciones
ideologicas.
Arnaldo Ginna en El hombre del futuro (1933) intenta definir el
futurismo de esta manera: FUTURISMO quiere decir conocimiento de la
evolucion . Es un complejo movimiento psicologico y filosofico, bsasado
en el <<fenomeno escencial de renovarse>>, que se aplica tanto a la
atmosfera estancada del arte como de la politica, de la ciencia, de la
filosofia y de toda mentalidad burguesa. Es un fenomeno que puede
desbordar el campo artistico. Futurista el la actitud: porque descarga
en el aire un olor de revolucion ideal, una fuerza directa hacia la
construccion del hombre del futuro. Y en fin: tiene mas importancia el
futurismo como ideal filosofico, psicologico, porvenirista, que como
arte. "es una actitud dinamica y renovadora que tiene a proyectar la
vida y el arte en el futuro".

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