Eclesiología Sistemática.

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micamente, en el curso de la historia, la voluntad salyifica escatol6, sal de Dios en el horizonte del mundo de los pueblos, con la mirada puesta en ia revelacién y la implantacién definitiva de aquella voluntad salvitica en la nueva venida de Cristo, Los fieles comprenden este cardcter escatoldgico de la Iglesia peregrina a tra- vés de su conocimiento de la comunién con Ia Iglesia celeste de los santos que ya ha Ilegado a su plena consumacién, Emerge aqui una conciencia de la unidad de la Ainica Iglesia que abarca su pasado, su presente y su futuro. En cuanto instrumento de la salvacién, la Iglesia peregrina cruza por el tiempo. En esta condicién de instrumento, llegar a su fin con la 1 de Cristo. Pero como fruto de la voluntad salvifica de Dios y como comunién escatolégica de los hombres con Dios y entre sf, ya desde ahora existente en Ja fey en laesperanza, se transformard, en la parusia de Cristo, en la «lglesia eterna de los santos» (LG 51). Formaran también parte de ella todos cuantos, sin culpa propia, no pudieron incor porarse, en el curso de su vida, a la Iglesia peregrina (LG 13-17). En la consumacién de la Iglesia en la gloria, al final del tiempo del mundo, «se congregardn junto al Padre, como se lee en los santos Padres, todas Jos justos descendientes de Adan, “desde Abel hasta el tiltimo elegido”, en la Iglesia uni- versal» (LG 2), En la parusia de Cristo, cuando llegue el reino de Dios y alcance su consumacién la voluntad salvifica universal de Dios, se revelaré el misterio de la Iglesia, que sdlo puede captarse en la fe, como el Israel eterno, la ciudad santa, la nueva Jerusalén: Tj morard God ellos y ellos serdn su PUEBLO» (Ap 21,3; cf. Bz37.27; Jer3131). 637 Escaneado con CamScanner de In aprobacién de la Iglesia, sino inmediatamente del carisma del Espiritu San- to prometido al obispo de Roma en el desempeiio de su ministerio de maestro y pastor (DH 3074; DHR 1839; LG 25). ELI concilio Vati nfirmé y desarrollé la «doctrina de la institucién, per- yrazén de ser del saero primado del Romano Poniifice y de su magisterio infalible» (LG 18) y puso asimismo en claro la naturaleza colegial de la jerarquia eclesidstica, en la que estan inmediata y mutuamente referidos entre sf el primado y el episcopado (LG 22). La doetrina del primado, expresada en el I concilio Vaticano en categorias juri- dicas, ha sido reformulada en el Vaticano II en conceptos teolégicos en el marco de una eclesiologia de la communio y a partir de sus orfgenes biblicos y patristicos. ‘Al primado en la infalibilidad y la jurisdicci6n se le describe como «principio y fun- Gammento de la unidad de la fe y de la comunién> (LG 18). —SFiene aqui una importancia determinante la uni6n e interconexi6n dindmica de todos los miembros de la Iglesia y de los principios sobre los que se sustenta la cons- tituci6n eclesidstica (el apostolado de los laicos: LG 12; el episcopado, la colegi lidad de los obispos, los presbiteros y los didconos: LG 27s.). Respecto de la natu- raleza colegial de la jerarqutfa eclesidstica, el concilio afirma expresamente: “ en el ejercicio dé su ministerio (LG 27). Ya el hecho de que para la institucién sacramental del sucesor se recurra a la consagracién «por los obispos de las Iglesias vecinas» sefiala la dimensi6n catéli- ca universal del ministerio episcopal. Ninguna comunidad concreta se constituye a si misma ni crea su propio ministerio. Mas bien, la Iglesia recibe, a través de sus actos sacramentales, la gracia para la salvaci6n personal y la potestad de ejercer su in, y en especial el ministerio episcopal. La consagracién inserta al obispo, sim- bélicamente, en el colegio episcopal y le transfiere una responsabilidad por la Unica Iglesia catélica y universal que consiste en la communio ecclesiarum. Cada obispo es, en su Iglesia local, el «principio y el fundamento visible de la unidad» (LG 23). Se incluyen aqui la communio de todos los fieles, el colegio de los titulares de los ministerios del presbiterado y el diaconado y todos los restantes ministerios eclesidsticos. El ministerio episcopal, aunque tinico, no absorbe la pluralidad de las misiones y de los servicios. Este ministerio no sélo no impide la diversificacin de los servicios concretos, sino que fomenta su pluralidad en cada uno de los miembros y garantiza la unidad de la misién de la Unica Iglesia en la martyria, la leiturgia y la diakonia, De abi que sea tan cierta y valida la afitmacién de que el pueblo santo de Dios participa del ministerio sacerdotal y profétice de Cristo y que «la universalidad de los fieles, que tiene la uncién del Espiritu, no pue- de fallar en su creencia» (LG 12), como la otra de que los abispos, «cuando ense- fian en comunién con el Romana Pontifice, deben ser respetados por todos como los testigos de la verdad divina y catdlica» (LG 25). «Los fieles, por su parte, tienen la obligacién de aceptar y adherirse con religiosa sumisin de espfritu al parecer de su obispo en materias de fe y costumbres» (ibidem). en Escaneado con CamScanner senta una sefial eficaz de la gracia, se inscribe en las acciones que més tarde reci- bieron el nombre de sacramento. Seatin In primera descripeién detallada legada hasta nosotros de la transmisién del ministerio eclesial, la Traditio apostotica de Hip6lito de Roma, que resume, a Somienzos del siglo 1, la totalidad de la tradicidn a que tuvo acceso respecto de Ta constituci6n sacramental del ministerio, el obispo recibe de los obispos veci- nos, mediante la imposicién de las manos y la oraci6n, «el poder del espfritu de direceiénm, el Espiritu que procede de Cristo y acttia eficazmente en los apdstoles yen los obispos como sucesores suyos (trad. apost. 3). El obispo recibe en la con- Sagracién «el poder, mediante el espfritu sacerdotal, de perdonar pecacdos de con- ferir ministerios...» (ibfdem). Los presbiteros son instituidos en st ministerio por obispo mediante Ia impo- sicién de las manos y Ia oracidn, y reciben de Dios, por Jesucristo, «el espiritu de Ia gracia y del consejo del presbiterio» (ibidem, 7) «para que asista a tu pueblo y Te dirija con corazén puro» (ibidem). EI didcono es.consagrado por el obispo «no como presbitero, sino para servir al obispo y cumplir lo que ét¢ le encomiende» (ibidem, 8). istica y su articulaci6n en los ministerios de La existencia de la jerarquia eclesids ‘obispo, presbitero y discono son parte constitutiva de la esencia sacramental de la lelesia. El ordo eclesial participa dé la infalibilidad y 1a indestructibilidad de Ia Ielesia y es, a través de la secuencia ininterrumpida de la sucesi6n apost6lica, seal eficay de la permanencia de Cristo en su Iglesia y de su misi6n hasta la nue- va venida al final de los tiempos (cf. Mt 28,19s.). ‘Dado que la figura externa de la Iglesia no es una forma organizativa cualquiera de una comunidad religiosa articulada segtin las normas del derecho natural, sino Ia actualizacién sacramental y la realizaci6n de su esencia interna, que debe ser con- cebida como un misterio de fe, la supresi6n del ministerio apostélico-sacramental entraria en contradicci6n con la sacramentalidad de la Iglesia misma. En contra de quienes niegan el origen divino y la sacramentalidad de Ia jerar- quia eclesiéstica, el concilio Tridentino, en el canon 6 de su decreto de 1563 sobre Gi sacramento del orden, fija claramente como doctrina catdlica la existencia de esta jerarquia en virtud de la disposicién divina: “Si alguno dijere que en la Iglesia catdlica no existe una jerarquia, instituida por ordenacién divina, que consta de obispos, presbiteros y ministros, sea anatema» (DH 1776; DHR 966; ef. DH 1768; DHR 960). ‘Tampoco el II concilio Vaticano (L.G 20) deja la menor sombra de duda acer- cade la existencia de una jerarquta eclesidstica como elemento esencial de la fe en el origen divino de la Iglesia (credo... ecclesia). Los paudtes conciliares aceptaron fa terminologia clésica y afirmaron que la jerarquta de las Iglesias locales esti cons- tituida por un obispo (monepiscopado) y los presbiteros unidos a él como «sacet dotes de segundo grado», que participan con él, aunque de diferente manera, del sacerdocio (Hipdlito, trad, apost. 8; Cipriano, ep, 71,1; Inocencio I, Carta a Decer cio: DH 215; DHR 98): 630 Escaneado con CamScanner Iglesia edio de a i iglesia por medio de aquéllos a quienes se les ha confiado en como cabeza de erio pastoral de Dios y de Cristo (Act 20,28; 1Pe 5,1- ta Isles el ejecicio del minis 4:1Tim 35; Jn 2115-18). Yaen las acciones prepascuales dle Jestis se tras el apostolado, Jesis, mediador del reino de Dios nina porsu re tera pce», les constituye (Exalqacv =I hizo, los cre, Rea arenas a ves ep ereadora de Dios: «Dios ered (bara) a Israel»), en su cd es fuerzas hostiles que amenazan a los hombres (cf. Mc 3,14ss.) sdesupenes ‘A partir del ncleo, cada ver mis claramente perceptible después de Pascua, de os apstoles,evangeTitas, masts tos misioners dea primera época eri fiana (ICor 15,3. s fue confgurando, en breve espacio de tiempo rministerio gpostdico (= ¢s decir, el minstrio de los que actéan con autordad ‘apostdlica), que soe desempefiar su tarea tanto a nivel de las comunidades particulares comoa seal dela Iglesia en su conjunto (cf. los misioneros ambulantes). Los «abispos ¥ viconos» prestan a la comunidad «el servicio de profetas y maestros. Ellos son, aavios profetas y maestros, los honrados entre vosotros» (Didakhe, 15.18.) Sean sCe 2-44, los epfscopos y didconos desempefian en el pueblo de Dios neoteste- aoe eyo une fanein anéloga a la de los «sumos sacerdotes» de la alianza anti gua (ef, Did 133; 1Clem 40,5; Hipelito, trad. apost 3) ‘En las Cartas de Ignacio de Antiogufa, com distincidn entre él minister 08 Obispos y el ios presbiteros, qué preside Ia ‘agamblea, destaca un titular que ‘estd al frente, como Upigpo, del presbiterio y de la comunidad. Aquf no se emplea ¥8 ‘el titulo de «obis- po» cose sindnimo de presbttero, ni tampoco se le wtiiza 6” sentido genérico para ecignar el servicio de In presidencia o el ministerio pastoral. Ahora la palabra aeeseppn es la denominacion aplicada aos pastores superionss de las Iglesias loca- ioe, que personifican todas las funciones bésicas dl tninisterio de una manera ori ginaria y unificadora. La Iglesia no ha entendido este pro aro perfil teoldgico para avcomo una evolucién dictada por circunstan necesidad de acentuar y consolidar su organizaci equipada para librar la batalla contr Tos herejes y los cismaticos o para superar Ja amenaza del Imperio Romano. Ha interpretado esta diversificacion de la estruc- tura ministerial —que, atendidas las condiciones de los tiempos antiguos, & Pro” dujo en un espacio de tiempo sesmabrosamente corto— como resultado de it accién Gel Espiritu, Ast se explica que fuera fo rapida y consecuentemente aceptado Por toda la Iglesia. Responde @ Ia voluntad de Cristo respecto de su Tglesia no solo haber erablecido en ella, en un moment dado, un ministerio, sino también acompafiar y sostener, mediante Ia rin del Espiritu, la reciente creacion de un pest po: pio de este ministerio en Ia etapa (teot6gicamente importante) de transi eal época apostdlica a Ja postapostélica (cl el papa Cornelio 1, Cartas «108 obispt DH 108s.; DHR 44s.). rmanente origen teol6 1 fn hist6rico horizontal del ministerio epi iante Ia «imp cramental 1 siglo 1, se percibe ya la los presbiteros. En el colegio de ‘on de sus ministerios Y cada uno de los niveles ministeria- ccias externas, por ejemplo, por la ‘én, con la intenci6n de estar mejor .ceso de diferenciaci Ja formacién de un cl ygico del ministerio en laaccién de scopal a partir del aposto- rosicién de las manos Y I _siGn del ministerio epre- Escaneado con CamScanner La ejerarquia» ¢s el ministerio espiritual que se articula en los niveles del obis- po, el presbitero y el didcono, que esté inserto en la esencia sacramental de la Igle- Sia'y actia con la autoridad de Jesucristo. El autor de 1a eficacia espiritual del ser- vicio eclesial en la ensefianza, la administracion de los sacramentos y la direccién (como servicio sacramental a la unidad de la koinonia) es el Espiritu Santo, Sin poner para nada en duda la igualdad de todos los creyentes en lo relativo su relacién personal con Dios y a su comiin tarea en la par cipaci6n de la mision global de la Iglesia, hay en esta Iglesia hombres instituidos por Dios Padre (1Cor 12,28; Gal 1,1) 0 por el Sefior exaltado (Gal 1,1; 1Cor 12,5) 0 por el Espfritu San- to (1Cor 12,4; Act 20,28; 1Tim 4,14) para ejercer «en el pueblo escatol6gico de Dios», en «la grey de Dios», el ministerio pastoral de Cristo. No todos los miem- bros de la comunidad tienen los mismos ministerios. No todos son apéstoles, pro- fetas, maestros, evangelistas 0 pastores (1Cor 12,28; Gal 6,6; Ef 4,11). No todos son dirigentes (1Tes 5,12; 1Cor 16,16; Heb 13,17). No todos son episcopos 0 didconos (Fip 1,1; 1Tim 3,1-13). No todos son presbiteros que ejercen el ministerio de pre~ sidente, respecto de los cuales se pide una especial capacitacién y a quienes se exige una especial responsabilidad (1Tim 5,17; Tit 1,5-9; Act 20,28). “+ El ministerio del obispo/presbitero hunde sus rafces en el apostolado (en el sen- tido en que lo entiende la teologia de la revelacién). La fe cristiana no es un siste- ma doctrinal que pueda desligarse de su transmisor humano, ni una praxis reli- giosa general. La revelacién en la palabra esta ahora presente en la comunidad de los discfpulos. Ahora bien, un hombre sdlo puede ser transmisor de la palabra divina si acta con la autoridad y la misin de Jestis (cf. Mc 3,14; 6,7) y representa asf, en su persona, tanto la autoridad de Cristo en la comunidad como Ia de toda la Iglesia. El poder transmitido al titular del ministerio es el signo externo de la rea- lidad interna del Espiritu de Dios. Por eso, el ministerio pastoral en la Iglesia, que presenta en la persona de Cristo las realizaciones fundamentales de la marty- ria, la leiturgia y 1a diakonia en la estructura de tensién de Cristo como cabeza y Cristo como cuerpo, es sacramental en virtud de su propia naturaleza interna. > El «apéstol» es «colaborador de Dios» en la construccién del edificio de Dios (1Cor 3,9). Se le ha confiado la palabra de la reconciliacién para su proclamaci6n eficaz (2Cor 5,19). El apéstol es el enviado en lugar de Cristo. A través de él, Dios mismo exhorta y leva a cabo la reconciliacién (2Cor 5,20; cf. Le 10,16: «Quien os escucha, a mi me escucha» ; Jn 20,21: «Del mismo modo que me ha enviado el Padre, os envio yo ... Recibid el Espiritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les que- dardn perdonados...»). También Jos titulares de ministerios de la época postapostdlica, que prolongan las funciones de los apéstoles, los profetas y los evangelistas, estén, como «pasto- res y maestros», al servicio de los santos, con el propésito de proporcionarles todo Jo necesario para el cumplimiento de las tareas que tienen encomendadas. Sirven ala edificacion del cuerpo de Cristo en la fe y en el amor (Ef 4,12). Los episco- pos/presbiteros son servidores de la palabra, presiden la comunidad, ejercen en nombre de Cristo el ministerio pastoral y garantizan la unidad de la Iglesia en la fe y la conexion historica con la primitiva Iglesia en virtud de una transmisi6n fiel de la doctrina que se les ha confiado. Como Dios mismo es el pastor de su pueblo (Jer 3,15; 23,4) y Jesucristo, como mediador de Ia alianza nueva, es el verdadero «pastor y obispo de vuestras almas» (1Pe 2,25; cf. Jn 10,11), actualiza su servicio 628 Escaneado con CamScanner 1. los actos sacramentales bisicos 2. el apostolado de los | Iglesia; 3. la jerarquia eclesistica, que en las Iglesias lo bitetio y los didconos y que, en el nivel de la Ig en el episcopado con el obispo de Roma como s ituidos en ella; ‘aicos como cjercicio auténtico de la misiGn salvifica de la les consta de un obispo, el pres- ia universal, ejerce el primado icesor de Pedro, b) Los laicos como titulares de la misién sacramental de la Iglesia Es laico todo creye cuerpo de Cristo y uni minister ente incorporado en virtud del sacramento del hautismo en el ido a toda la Iglesia, pero a quien no se le ha encomendado un sacramental, La participacién de los laicos en el ministerio profético, sacerdotal y regio de la Iglesia tiene base sacramental (LG 30-38), Esta participacién en la mision univer- sal dé Ta Iglesia no se deriva dé una delegacién del ministerio apostdlico, sino de la participacién original, dada ya a una con el bautismo y la confirmacién, en el ejer- cicio del ministerio de mediaci6n de la salvacién de Cristo. «Asi, pues, todo laico, por los mismos dones que le han sido conferidos, se convierte en testigo ¢ instru- mento vivo, a la vez, de la misi6n de la misma Iglesia» (LG 33). Existe, ademas, la posibilidad de que el obispo Ilame a los laicos «a una cooperacién més inmediata con el apostolado de la jerarquia» y, a través del derecho canénico, les confie «el ejercicio de unos determinados cargos eclesidsticos, ordenados a un fin espiri- tual» (ibfdem). Con independencia, pues, «de la verdadera igualdad entre todos en lo referen- te ala dignidad y a la accién comin de todos los fieles para la edificacién del cuer- po de Cristo» (LG 32), los fieles deben permitir que los pastores de la Iglesia inser- ten en la misién global de la Iglesia sus servicios y sus carismas particulares. Es, en efecto, parte constitutiva del ministerio sacramental el servicio a la unidad de la koinonia eclesial, El criterio lo proporciona aqui la edificacién de la Iglesia como cuerpo de Cristo (cf. 1Cor 14,37-39; Heb 13,17). Se confia en que los fieles se some- tan a la «diaconfa» del ministerio pastoral de los obispos (LG 24) no por las razo- nes pragméticas de una sociedad religiosa con capacidad de funcionamiento, sino porque esta sumisién tiene su raiz y su origen en la misién sacramental de la Igle- sia. Entra aqui en juego la obediencia basada en motivaciones religiosas y espiri- tuales, no la relacién de mandato-obediencia derivada de las necesidades orga- nizativas de una asociacién para maximizar sus posibilidades de éxito. La obediencia espiritual en la Iglesia, tal como esté fundamentada en el evangelio de Cristo, no es un obsequio rendido a los obispos en cuanto personas concretas, sino en cuanto que son «testigos de la verdad divina y cat6lica» (LG 25). c) La jerarqufa eclesidstica La existencia de la jerarquia por derecho divino La denominaci6n de «jerarquia», usual desde el Pseudo-Dionisio Areopagita (De ecelesiastiea hierarchia), para designar el orden de los ministerios eclesistios (Cordo ecclesiasticus) no se refiere a una organizaciOn estrictamente implantada y auna cadena de mando de arriba abajo. aunac u 627 Escaneado con CamScanner con Ia dignidad humana, Sirve a los hombres dondequiera éstos necesitan auxilio, sea espiritual o material. También en ta diaconia es la Iglesia por asf decitto infa, ible, porque en eat amor al projimo es amado el mismo Cristo y,a la inver. sa,en cada accidn desinteresada de amor al projimo se «en nel mundo ef nor de Dios a los hombres (MU 25346; 1 3.13-17). EL amor al préjimo es et sacramento del amor a Dios. La Iglesia se siente obligada a colaborar con la «alt sima voeaciény del hombre, Ella: acto de sOfrece al género humano su sincera colaboracién para lograr la fraternidad universal que responda a esas vocacién, No impulsa a la Iglesia ambicién algu- na terrena. Slo desea una cosa: continuar, bajo Ia guia del Espiritu, la obra mis- ma de Cristo, quien vino al mundo para dar testi de la verdad, para salvar Y No para juzgar, para servir y no para ser servido» (GS 3). 3. La constitucidn sacramental-carismatica de la Iglesia a) La esencia sacramental de la Iglesia como origen de su constitucin Lacsencia de la Iglesia y Ia constituci6n en ella fundamentada no pueden cap- tarse con las categorias del derecho natural o de la sociologia. Los origenes de la Iglesia no discurrieron de tal modo que en un primer momen- to sus miembros concretos comenzaron a agruparse merced a una serie de impul- sos puramente subjetivos nacidos de la eficacia interna del Espiritu y s6lo tras la Jenta paralizacién de aquel entusiasmo inicial comenz6 a transformarse en una orga- nizacién legalmente institucionalizada. La teorfa de Rudolf Sohm (1841-1917), que establecfa, desde la perspectiva protestante, una contraposicién entre la Iglesia del amor del principio y una posterior Iglesia del derecho, no resiste el andlisis de una comprobacién hist6rica y se revela como un constructo nacido de unos deter- ‘minados prejuicios. La forma externa de la Iglesia surge més bien de su propia esen- cia sacramental «Cristo, mediador tinico, establecié su Iglesia santa, comunidad de fe, de espe- Fanza y de caridad en este mundo como una trabazén visible ylamantiene cons- famtemente. por la cual comunica a todos la verdad y la gracia, Pero la sociedad dotada de 6rganos jerdrquicos, y el cuerpo mistico de Cristo, reunidn visible comunidad espiritual, la Iglesia terrestre y la Iglesia dotada de bienes celestia~ tes, no han de considerarse como dos cosas, porque forman una realidad com- pleja, constituida por un elemento humano y otro divino ... Esta es la tinica Igle- sia de Cristo, que en el Simbolo contesamos una, santa, eatslica y apostética Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, p manece en Ja Iglesia cat6lica, gobernada por el st sor.de Pedra y por los obis- Pos en comuni él» (LG 8), Son parte constitutiva de la esencia de la Iglesi 626 Escaneado con CamScanner Co regio y sacerdotal de total de la Iglesia de : fa cuando los laicos ej ‘ar como miembros del cu pects este cuerpo como un todo, P sagracién (obispos y presbite simbélica y eficazmente la accio a cid de Cristo, cabeza, ° A yaaeaee , ‘isto, €N Su cuerpo (PO 2), El sacer- Gpejo Comin de los files yet scerdocio del serviciones dec Jeti ay Faimgven cuantitativamente (sein el grado), sino cuattathen ats (segtin la esen- cia) en lo que ata ala participacién en elsteerdveiode ean (LG 10). £1 dote, en efecto, acttia in ia sacra, Persona Christi en bien de la Iglesi i i lesia y actualiza sacra- mentalmente el permanente «antes» del envio por el Seton No exist avatars contradiccién en que sea precisamente en la cues; ii u a ucaristia y en los sacramentos se manifiesta la unidad de la Iglesia ¥ ee fiesta | a Iglesia y su mision sacerdotal en todos los miembros, sean laicos 0 titulares de ministerios, El ministerio ‘Sacramental es més bien la garan- tia de que a asamblea eelesial no se debe a si misma, sino al eentro nico, gus og el Seftor. ' cristianos llamados mediante la con- 08) al servicio 4 i 08) al servicio apostdlico de la direccién configuran «La liturgia, por cuyo medio “se ejerce la obra de nuestra redencion”, sobre todo enel divino sacrificio de la eucaristfa, contribuye en sumo grado a que los fieles expresen en su vida, y manifiesten a los demés, el misterio de Cristo y la natu- raleza auténtica de la verdadera Iglesia. Es caracteristico de la Iglesia ser, a la vez, humana y divina, visible y dotada de elementos invisibles .. Por eso, al edi- ficar dia a dia a los que estén dentro para ser templo santo en el Sefior y mora- da de Dios en el Espiritu hasta llegar a la medida de la plenitud de la edad de Cristo, la liturgia robustece también admirablemente sus fuerzas para predicar a Cristo y presentar asf la Iglesia, a los que estan fuera, como signo levantado en medio de las naciones para que debajo de él se congreguen en la unidad los hijos de Dios dispersos, hasta que haya un solo rebafio y un solo pastor.» (SC 2) En LG 11 se describe el despliegue de la inica esencia sacramental de la Igle- sia en cada uno de los sacramentos concretos. En el marco de este «Manual» se ana- lizard en el capitulo siguiente este tema como tratado especifico de Ia sacramen- tologt c) El servicio salvifico regio de Cristo en la diakonia de su Iglesia ‘También en el servicio salvifico global de la Iglesia al mundo ejerce Cristo, como, ior exaltado, su dominio universal. ; . ars Iglesia no posee el dominio divino ise identifi con ereino de Die. Pero esta, como comunidad visible, a servicio de a implantacin pena & oe Ts que se va instalando en el curso de Ix historia, en permanente espera ¥ Speen en Ja consumacién universal de la voluntasaliiea de Dios lina ot Wa Cristo ejerce su ministerio de mediador del reino de Dios aways 6 8 es «sacramento, 0 sefial e instrumento de la unidad de Soden a amabito de la cul 1), La Iglesia acta en favor del progreso de la humanidad en ol SS Or turay del humanismo mediante la instauracién de un 0 625 Escaneado con CamScanner

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