HISTORIA
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Desatención y abandono de las personas con discapacidad.
Políticas de reclusión hacia este colectivo.
ÉPOCA DE
DESATENCIÓN
Integración del alumnado con necesidades educativas especiales en ambientes menos restrictivos.
EDUCACIÓN Importancia de las características y diferencias individuales.
INCLUSIVA En esta etapa rigen los principios educativos de normalización e integración que, tras su evolución,
dan lugar al principio de inclusión educativa o escuela para todos.
INTEGRACIÓN VS INCLUSIÓN
INTEGRACIÓN INCLUSIÓN
Los dos términos tienen como objetivo la inserción de las personas con discapacidad en la
sociedad. Sin embargo, el concepto de inclusión va mucho más allá del concepto de
integración; es decir, no se trata solo de que el alumnado con discapacidad y sin discapacidad
compartan los mismos contextos y un mismo currículum, sino de que las escuelas les
incluyan, cualquiera que sea su medio social, su cultura de origen, su ideología, el sexo, la
etnia o situaciones personales derivadas de una discapacidad física, intelectual, sensorial o de
la superdotación intelectual.
El alumnado con discapacidad y sin No se trata solo de que el alumnado con
discapacidad comparten los mismos discapacidad y sin discapacidad compartan
contextos y un mismo currículum. los mismos contextos y un mismo
currículum, sino de que las escuelas les
incluyan, cualquiera que sea su medio
social, su cultura de origen, su ideología, el
sexo, la etnia o situaciones personales
derivadas de una discapacidad física,
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intelectual, sensorial o de la superdotación
intelectual.
EL CONCEPTO DE DISCAPACIDAD
Los cambios que han tenido lugar en la atención educativa hasta llegar al principio de
educación inclusiva están íntimamente relacionados con los cambios que se han
producido históricamente en la propia concepción de discapacidad.
LA DISCAPACIDAD LA DISCAPACIDAD
COMO PROBLEMA EN SU CONTEXTO
1
¿Cómo han vivenciado las experiencias de inclusión educativa los principales
agentes del proceso (alumnado con discapacidad, familiares, profesionales…)?
Para dar respuesta a esta pregunta, la lectura destaca dos estudios recientes que se han llevado a
cabo en el contexto español y que recogen las opiniones y experiencias de los protagonistas de
la inclusión en contextos educativos.
1
La evaluación sistemática es planificada, rigurosa.
2
Estas organizaciones estaban formadas por expertos en materia de educación no por alumnos.
4
Este trabajo pone de manifiesto que los procesos de inclusión no han generado en
nuestro país los niveles de aprendizaje y participación esperados; al menos, no en
todas las etapas educativas ni en los distintos tipos de discapacidad.
Los resultados de este estudio resultan reveladores, ya que recogen por primera vez la
voz del alumnado con discapacidad intelectual.
Los cambios apuntados por ellos y ellas mismas y compartidos por familiares y
profesionales del ámbito educativo son:
5
Mejora de las actitudes hacia la discapacidad
Formación especializada del profesorado
Gestión de las ratios profesores-alumnos en función de la diversidad de las
aulas y las necesidades concretas de cada grupo
Mejora de la coordinación entre los distintos sistemas implicados (reuniones
con mayor frecuencia)
A nivel legislativo, desarrollo e implementación de alternativas para la
continuidad de los estudios.
Conveniencia de incluir una cantidad mayor de contenidos de orientación
práctica en los currículos académicos.
En conclusión, pese a que se han realizado importantes avances, aún queda mucho camino por
recorrer para alcanzar una educación inclusiva real. Por eso, la meta de todos los implicados en
los procesos y contextos educativos debe ser planificar los procesos de enseñanza-aprendizaje
desde un enfoque multidimensional del alumno centrado en su calidad de vida.
Uno de los grandes retos del sistema educativo consiste en conseguir que las escuelas
inclusivas sean una realidad y que verdaderamente ofrezcan respuestas de calidad a todo
el alumnado.
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Este enfoque en el que los alumnos, y su papel activo, se convierten en los elementos
fundamentales de las prácticas educativas convierten el paradigma de calidad de vida del
alumnado en un marco de referencia para los programas educativos.
Sirve de referencia para los cambios curriculares que los contextos educativos deben
llevar a cabo para atender las necesidades del alumnado, tener en cuenta sus opiniones
y proporcionarles los apoyos individualizados que necesitan.
A pesar de que el modelo de calidad de vida es esencial en todas las etapas educativas, el
concepto es especialmente importante a partir de la ESO, puesto que el análisis de las
dimensiones de calidad de vida no son solo importantes en la educación, sino que también son
esenciales en el empleo, la autonomía y las oportunidades de tomar decisiones que son
esperables alcanzar en la vida adulta.
La clave del éxito de los modelos de calidad de vida se encuentra en la necesidad de tomar en
consideración no solo variables directamente relacionadas con el éxito académico y los procesos
de enseñanza y aprendizaje, sino en prestar atención a múltiples aspectos, áreas o
dimensiones que conforman la vida de una persona.
Entre los distintos modelos que existen destaca el propuesto por Schalock y Verdugo
(2002,2007)
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Las dimensiones de calidad de vida se entienden como un conjunto de factores que
componen el bienestar personal. Este modelo propone ocho:
1. Bienestar emocional. Los ejemplos de indicadores de esta dimensión son: la
seguridad, la felicidad, la ausencia de estrés…
2. Relaciones interpersonales. Los ejemplos de indicadores de esta dimensión
son: intimidad, afecto, familia, amistades…
3. Bienestar material. Los ejemplos de indicadores de esta dimensión son:
derechos, seguridad, alimentos, empleo…
4. Desarrollo personal. Los ejemplos de indicadores de esta dimensión son
formación, capacidad resolutiva…
5. Bienestar físico. Los ejemplos de indicadores de esta dimensión son la salud,
nutrición, ocio…
6. Autodeterminación. Los ejemplos de indicadores de esta dimensión son
autonomía, elecciones, metas personales…
7. Inclusión social. Los ejemplos de indicadores de esta dimensión son roles,
ambiente laboral, aceptación, estatus…
8. Derechos. Los ejemplos de indicadores de esta dimensión son privacidad, voto,
acceso a derechos y libertades reconocidos…
Por lo tanto, cada dimensión además del nivel de satisfacción percibido por la propia
persona, cuenta con unos indicadores objetivos de su nivel de logro.
EN CONCLUSIÓN…
A pesar de los avances claros en la incorporación de los alumnos con discapacidad en las
escuelas ordinarias en las últimas décadas, la educación de las personas con necesidades
específicas de apoyo educativo en España ha tenido momentos difíciles que nos indican la
necesidad de estar alerta continuamente.
Estos problemas que han existido nos los describen bien las reclamaciones y demandas de los
estudiantes con discapacidad, sus familias, los docentes y profesionales que trabajan con
ellos, junto con las organizaciones que defienden sus derechos y tratan de proporcionarles los
apoyos adecuados.
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Evaluación sistemática, utilizando instrumentos válidos y fiables
Mejorando y actualizando constantemente a los profesionales
Implicando al alumnado con discapacidad y a sus familias
Planificando e implementando intervenciones basadas en la evidencia, la provisión de
apoyos para mejorar la calidad de vida y la autodeterminación
Promover prácticas educativas innovadoras e inclusivas
Supervisar los procesos con el fin de constatar os logros y delimitar los obstáculos para
poder superarlos
Mejorar la detección precoz de las discapacidades
Finalmente, recomendamos llevar a cabo las acciones necesarias en los distintos sistemas
implicados en la actividad educativa:
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LECTURA TEMA 2: “LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL” – TAMARIT
1. INTRODUCCIÓN
Esta diversidad se manifiesta incluso en el caso de que se comparta una misma etiología o un
mismo nivel establecido por pruebas de inteligencia. Por ejemplo, dos niños con síndrome de
Down e igual cociente intelectual pueden tener un perfil de necesidades de apoyo muy
diferentes derivado de su contexto social y familiar, su biografía, sus competencias
comunicativas, cognitivas, sociales, la capacidad de regular el comportamiento, la
presencia o no de condiciones de salud mental y física…
Existen algunas claves de la visión aristotélica que han ejercido y siguen ejerciendo una
importante influencia sobre nuestras creencias en relación con la persona con discapacidad
intelectual.
Según Aristóteles, el verdadero ser humano, el más valorado, sería el hombre racional e
inteligente. Todos los demás, incluidas las mujeres y las personas con discapacidades serían
seres menos valorados. De hecho, en opinión de este gran filósofo, lo mejor que se podía hacer
con un niño que naciera con una discapacidad era abandonarlo a las puertas de un templo.
Desde este pensamiento, junto con otros muchos que se han adherido a él, se ha construido a lo
largo de nuestra civilización una creencia implícita de que la persona con discapacidad
intelectual es un ser a medio hacer como persona porque le falta la razón. En consecuencia,
la mejor alternativa es proporcionarle asistencia, cuidado y programas que fomenten sus
capacidades. Estos programas se asientan en la visión de que nunca llegaran a ser normales y
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que, por tanto, nunca tendrán acceso a lo que las personas “normales” acceden. Por ello, han de
estar en lugares especiales en los que haya profesionales especiales que les atiendan.
Otro de los pensamientos que legó Aristóteles es que, según él, está en la naturaleza del ser
superior el dar y está en la naturaleza del ser inferior el recibir. Esta visión puede servir
para entender que en general las personas con discapacidad intelectual son consideradas objeto
de atención y de recursos que una sociedad “bondadosa” pone a su disposición. Se elimina, por
tanto, la creencia de que también estas personas con discapacidad puedan contribuir al bienestar
de otros y puedan generar valor social y económico.
Por fortuna hoy, comienzan a evidenciarse prácticas y acciones que son reveladoras de una
concepción diferente, según la cual la persona con discapacidad intelectual aporta y contribuye
a la sociedad con roles sociales valorados. Por ejemplo, comienza a darse el rol de
voluntariado en personas con discapacidad intelectual, quienes ofrecen sus habilidades en
organizaciones sociales (escuelas infantiles, albergues…)
Así, se deja atrás una cultura que podría denominarse como la de “todo para la persona con
discapacidad intelectual pero sin ella” (una cultura centrada en el déficit) para dar paso a una
nueva que se apoya en el lema de “todo para la persona pero con la persona”, es decir, una
cultura centrada en la persona, en su bienestar en su dignidad y en el anhelo de una vida
plena en comunidad.
La aparición de un nuevo principio que afirma que “toda persona puede progresar si
cuenta con el apoyo adecuado”. Es decir, toda persona, tenga la limitación que tenga,
sea por la causa que sea, puede progresar, y si una persona no progresa hay que pensar
que no le estamos ofreciendo los apoyos adecuados o las oportunidades precisas.
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El cambio del foco de intervención. Los apoyos ya no se debían ceñir exclusivamente
en la persona y en aumentar sus competencias y habilidades sino que debían servir a
modo de andamiaje para alcanzar un mejor funcionamiento en la vida cotidiana. A su
vez, la intervención tendría que orientarse al contexto y a los procesos de interacción
entre la persona y el contexto. Se cambiaba así la concepción de la discapacidad
intelectual como algo estático en la persona, pasando a tener una concepción dinámica,
dependiente ya no solo de las limitaciones de la persona, sino de los apoyos y de las
oportunidades que se le ofrezcan.
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apoyo en el hogar a largo plazo.
GENERALIZADO Apoyos caracterizados por su estabilidad y
elevada intensidad, proporcionada en
distintos entornos; con posibilidad de
mantenerse toda la vida. Estos apoyos
suelen requerir más personal.
El profundo cambio en las estructuras de poder existentes entre, por un lado, los
proveedores de apoyo, los centros y los especialistas y, por otro lado, las propias
personas y las familias. Se retiraron del centro de poder a los expertos, quienes tendían
a ofrecer respuestas a las personas y a sus familias sin tener en cuenta las opiniones,
intereses y deseos de las propias para dejar hueco a la persona y a su proyecto
personal de vida. La persona es el principal agente en la construcción de su destino.
En este sentido, se señalan nuevos roles profesionales que se sustentan sobre una relación en la
que el poder central lo tiene la propia persona y sus seres queridos:
ROLES PROFESIONALES
(Asociación Americana de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo, 2004)
ROL PLANIFICADOR Responsable de analizar los servicios que busca la
persona y ayudarle a desarrollar un plan para lograr
el resultado deseado.
ROL DE RECURSO Responsable de conocer los recursos de la
COMUNITARIO comunidad con objecto de ayudar al individuo a
acceder.
ROL CONSULTOR Responsable de implicarse en una relación de
asesoramiento con la persona y de ofrecerle
recomendaciones basadas en su conocimiento y
experiencia.
ROL TÉCNICO Responsable de mantenerse al día en estrategias
para asegurar la adquisición y el mantenimiento de
habilidades.
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En España se estima que aproximadamente el 1% de la población tiene discapacidad
intelectual. Aunque la diversidad es enorme, se estima en general una mayor prevalencia en
varones que en mujeres.
De este 1% solo hay un 0,03% que tiene necesidades complejas e intensas de apoyo.
FACTORES ETIOLÓGICOS
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Entre las causas principales postnatales se encuentran las infecciones, los trastornos
del desarrollo, las deficiencias graves en la alimentación, las condiciones de pobre
higiene ambiental y las barreras de acceso a la salud.
4. DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN
DIAGNÓSTICO
Este diagnóstico se reserva para niños menores de 5 años que no cumplen con los hitos de
desarrollo esperados en varios campos del funcionamiento intelectual. En estos casos, el nivel
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de gravedad clínica no se puede valorar de forma fiable durante los primeros años de la infancia,
de manera que no se les diagnostica discapacidad intelectual.
EVALUACIÓN
Para adoptar una decisión diagnóstica es necesario realizar evaluaciones con pruebas
estandarizadas del nivel intelectual y de la conducta adaptativa.
Capacidades intelectuales
Conducta adaptativa
Salud física y mental. Es preciso evaluar y conocer las necesidades de la persona.
Tener en cuenta la salud deberá ir acompañado de promover apoyos en este ámbito,
como desarrollar programas de prevención. En relación con la salud mental existen
materiales adecuados para la evaluación, aunque muchos de ellos están más orientados
a la vida adulta.
Participación. Se centra en cómo actúan las personas en la sociedad, con qué roles y
cómo desarrollan interacciones significativas en diferentes áreas, tales como la
educación, el hogar, la vida comunitaria, el trabajo, el ocio… Así, la plena participación
en la comunidad escolar es de especial relevancia en este ámbito. Por ejemplo,
favorecer que un alumno con discapacidad intelectual realice alguna tarea de ayuda al
resto de sus compañeros va a propiciar en ellos admiración y respeto. También hay
experiencias en el ejercicio de roles valorados socialmente. Por ejemplo hay personas
con discapacidad intelectual que ofrecen un servicio de apoyo a las personas mayores
de la comunidad que no pueden ir a hacer la compra.
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Contexto. Incluye componentes ambientales y personales (edad, etnia, género, estilo de
vida, experiencias vividas…) En este sentido es clave la accesibilidad al contexto, no
solo físicamente sino también cognitivamente. También son relevantes en esta
dimensión las acciones educativas que promueven la actividad del alumnado en
contextos sociales y culturales tales como museos, teatros…
Por tanto, conocer los fenotipos supone una ayuda para extremar la capacidad de dar la
mejor respuesta a cada persona, pero nunca puede ser un escudo actitudinal para no hacer
nada bajo la creencia de que el problema está en la persona y en su síndrome.
Según el movimiento asociativo Plena inclusión la misión de educar debe ser conseguir que la
persona tenga poder para con los apoyos necesarios construir, desplegar y defender su
proyecto vital en contextos de convivencia justos, contribuyendo a la riqueza humana y
contribuyendo a la transformación hacia una sociedad de excelencia moral.
Esta declaración implica avanzar en prácticas y herramientas para una educación centrada en la
calidad de vida del alumnado, en contextos de bienestar social y desde la mirada de los
derechos.
El modelo de calidad de vida ha transformado las prácticas de apoyo ofrecidas a las personas
con necesidades concretas derivadas o no de discapacidad. Este modelo parte de unos principios
esenciales tales como que la calidad de vida para personas con discapacidad se compone de
los mismos factores y relaciones que para el resto de las personas; la aceptación e
integración plena en la comunidad aumenta la calidad de vida; se experimenta calidad de
vida cuando se tienen las mismas oportunidades que el resto de perseguir y lograr metas
significativas; y la calidad de vida aumenta dando el poder a las personas de participar en
decisiones que afectan a sus vidas.
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Inclusión Derechos
Desde el modelo se incide en que debe tratarse de fomentar todas las dimensiones.
Recientemente se cuenta con la escala KidsLife para evaluar la calidad de vida en niños y
adolescentes, de 4 a 21 años con discapacidad intelectual.
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propiedades y el respeto de todos hacia las mismas.
Coordinarse con los servicios sociales en situaciones
en las que las condiciones de vida de un alumno
puedan ser inapropiadas.
BIENESTAR FÍSICO. Hace Asegurar el cuidado de la salud
referencia a “tener buena salud, Maximizar la movilidad
sentirse en buena forma física, tener Apoyar oportunidades para el ocio y tiempo libre
hábitos de alimentación significativos
saludables”. Promover la nutrición apropiada
Apoyar actividades de vida diaria
Promover el bienestar poniendo énfasis en el ajuste,
nutrición, estilos de vida saludables y manejo del
estrés.
Desarrollar programas de conocimiento básico de
medidas de salud
Alianza de la escuela con los servicios primarios de
salud del barrio.
Proporcionar apoyos
DESARROLLO PERSONAL. Proporcionar educación y habilitación/rehabilitación
Hace referencia a “la posibilidad de Enseñar habilidades funcionales
aprender distintas cosas, tener Proporcionar actividades profesionales y no
conocimientos y realizarse profesionales
personalmente”. Fomentar el desarrollo de habilidades
Proporcionar actividades útiles y utilizar tecnología
aumentativa
Es necesario asegurar que la oportunidad de aprendizajes
funcionales y útiles sea permanente, de forma que se minimice
el tiempo en que un alumno con discapacidad intelectual está
sin actividad.
AUTODETERMINACIÓN. Esta Favorecer las elecciones individuales
dimensión es central en relación Favorecer el control personal
con la misión de educar. Hace Favorecer la toma de decisiones
referencia a “decidir por sí mismo y Ayudar en el desarrollo de metas personales
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tener oportunidad de elegir las
cosas que quiere, cómo quiere que
sea su vida, su trabajo, su tiempo
libre, el lugar donde vive y las
personas con las que está”.
DERECHOS. Esta dimensión hace Asegurar la privacidad
referencia a “ser considerado igual Fomentar el voto
que el resto de la gente, que le Reducir barreras
traten igual, que respeten su forma Proporcionar procesos justos
de ser, opiniones, deseos, Fomentar y respetar la propiedad
intimidad, derechos”.
Ayudar a asumir las responsabilidades cívicas
INCLUSIÓN. Esta dimensión se Conectar con redes de apoyo
refiere a “ir a lugares de la ciudad o Promover funciones de rol y estilos de vida
del barrio donde van otras personas Fomentar ambientes normalizados e integrados
y participar en sus actividades Proporcionar oportunidades para la integración y
como uno más. Sentirse miembro participación en la comunidad
de la sociedad, sentirse integrado, Apoyar el voluntariado
contar con el apoyo de otras
personas”.
LECTURA TEMA 3 “LOS ALUMNOS CON TRASTORNO DEL ESPECTRO DEL AUTISMO” –
PALOMO
1. INTRODUCCIÓN
El trastorno del espectro del autismo (TEA) es el trastorno del desarrollo más estudiado.
Gracias a la experiencia y el conocimiento acumulado, desde hace tiempo se tiene claro que la
escuela es un elemento clave para promover el aprendizaje, el desarrollo y el bienestar de las
personas con TEA, así como su máxima inclusión social.
PRINCIPALES ALTERACIONES
El TEA es un trastorno del neurodesarrollo que comienza a manifestarse al final del primer
año y se prolonga durante toda la vida, afectando principalmente al desarrollo social y
comunicativo, pero también a la capacidad para regular de manera flexible la conducta y el
pensamiento.
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con TEA se dirigen muy poco a otros, así como que con frecuencia los ignoran o les contestan
muy brevemente. Apenas comparten sus intereses o momentos de disfrute con los demás, ni
dirigen la atención de otros hacia aquello que les llama la atención. También manifiestan
dificultades para utilizar la mirada para regular la interacción social y es habitual que no la
coordinen con gestos y/o el lenguaje.
En relación con las emociones, cabe destacar que no suelen expresar su afecto y cariño con
frecuencia. En generan, son poco expresivos. Les es difícil entender las emociones que otros
expresan. Prestar atención al malestar ajeno y más aún ofrecer consuelo o ayuda les resulta
muy complicado.
Las dificultades sociales de las personas con TEA se acompañan de una alteración en la
flexibilidad mental y conductual, que se manifiesta en el desarrollo de intereses y patrones
de conducta y de pensamiento restringidos, repetitivos y estereotipados. Por un lado, las
personas con TEA presentan movimientos repetitivos y estereotipados con el cuerpo o con
objetos (agitar y aletear las manos, balancearse, dar vueltas sobre sí mismos, agitar objetos,
alinearlos, abrir y cerrar puertas y cajones…) Dada su rigidez, pequeños cambios en su
entorno o en su rutina diaria así como los cambios de una actividad o otra pueden suponerles
un importante malestar.
Otra área alterada en el TEA tiene que ver con mostrar intereses atípicos. De este modo se
encuentran niños pequeños que pueden estar horas apretando los botones de un juego de causa
efecto, que tienen que llevar consigo ciertos objetos, que todos los días juegan a lo mismo…
Otros se interesan por temas tan poco frecuentes para su edad como las tuberías, las paradas
de metro....
Por último, hay que hacer mención a las alteraciones sensoriales, que implican reaccionar en
exceso (hiperreactividad) ante ciertos estímulos (por ejemplo, alterándose de manera
desproporcionada ante sonidos o texturas determinados), o reaccionar limitadamente
(hiporreactividad) a estímulos concretos, manifestando, por ejemplo, un umbral disminuido al
dolor o la temperatura. Quizá lo más característico de las personas con TEA es la búsqueda de
estimulación atípica, por ejemplo, mirando con atención las líneas, los objetos que dan vueltas,
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haciendo sonidos o ruidos repetitivos para estimularse auditivamente, buscando tocar ciertas
texturas….
Para considerar que una limitación social o comunicativa es un síntoma de TEA, la dificultad
observada debe estar alterada no respecto a su edad cronológica, sino respecto a lo esperado
dada la competencia general de la persona, tanto si esta se encuentra dentro de lo esperado
para su edad como si no.
HETEROGENEIDAD
Los síntomas del TEA son variados. La propia severidad del trastorno es uno de los principales
aspectos que influyen en la forma en que los síntomas se manifiestan.
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que la idea de continuo, entendido este como una única dimensión, no capta bien la complejidad
del TEA, puesto que este déficit se asocia con alteraciones en diferente grado en una variedad
de funciones psicológicas.
Desde esta visión multidimensional, Wing argumenta que la alteración central del TEA está en
la limitación para implicarse en interacciones sociales recíprocas, la cual consta de tres
competencias fundamentales que conforman la denominada triada de Wing:
La atención preferente que suele prestarse a las personas desde el nacimiento sesga
tempranamente el desarrollo cerebral y cognitivo, modificando de inicio la experiencia y, por
tanto, la forma en la que se irán configurando ciertos aspectos del sistema neurocognitivo. Cada
proceso que se ve alterado afecta a los subsiguientes, generando déficits en cascada.
Aunque el autismo se puede diagnosticar a cualquier edad, se conoce como un "trastorno del
desarrollo" porque generalmente los síntomas aparecen durante los primeros dos años de
vida.
3. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
En el siguiente cuadro se presentan los criterios diagnósticos del trastorno del espectro del
autismo:
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reducida por compartir intereses, emociones y afecto; a un fallo para iniciar la
interacción social o responder a ella.
Déficits en conductas comunicativas no verbales usadas en la interacción social:
rango de comportamientos que, por ejemplo, van desde mostrar dificultad para
integrar conductas comunicativas verbales y no verbales; a anomalías en el
contacto visual y el lenguaje corporal o déficits en la comprensión y uso de
gestos; a una falta total de expresividad emocional o de comunicación no verbal.
Déficits para desarrollar, mantener y comprender relaciones: rango de
comportamientos que van, por ejemplo, desde dificultades para ajustar el
comportamiento para encajar en diferentes contextos sociales; a dificultades
para compartir juegos de ficción o hacer amigos; hasta una ausencia aparente de
interés en la gente.
Pueden no manifestarse plenamente hasta que las demandas del entorno excedan las
capacidades del niño.
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E. ESTAS ALTERACIONES NO SE EXPLICAN MEJOR POR LA PRESENCIA DE UNA
DISCAPACIDAD INTELECTUAL (TRASTORNO DEL DESARROLLO INTELECTUAL)
O UN RETRASO GLOBAL DEL DESARROLLO.
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NIVEL 3 Sin apoyos, las dificultades de La inflexibilidad del
Requiere apoyo comunicación social causan comportamiento causa una
alteraciones evidentes. Muestra interferencia significativa en el
dificultades iniciando funcionamiento en uno o más
interacciones sociales y ofrece contextos. Los problemas de
ejemplos claros de respuestas organización y planificación
atípicas. obstaculizan la independencia.
Por ejemplo, una persona que es
capaz de hablar usando frases
completas e implicarse en la
comunicación pero que a veces
falla en el flujo de ida y vuelta de
las conversaciones.
Las principales críticas que ha recibido este nuevo sistema clasificatorio tienen que ver, por un
lado, con la eliminación del síndrome de Asperger como categoría independiente y, sobre
todo, elevar a dos el número de síntomas exigidos para considerar que existen patrones
restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades alterados.
4. ALTERACIONES NEUROBIOLÓGICAS
No cabe duda que el origen del TEA es biológico y que el entorno familiar no tiene ningún
papel causal en su origen. Sin embargo, en la actualidad se sigue sin tener una imagen clara
sobre cuál es el trastorno biológico que da lugar al TEA.
Una escuela de calidad con los apoyos necesarios y con una especial sensibilidad hacia los
alumnos con TEA es fundamental para promover su máximo desarrollo y aprendizaje,
favorecer su bienestar, prepararlos para tomar las riendas de su vida y para participar
plenamente en su comunidad.
Una escuela que entienda, respete y valore la diferencia, que defienda y promueva
sus derechos y que se comprometa con su educación, creyendo en sus posibilidades
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de aprendizaje y ofreciéndoles una atención individualizada, de calidad y altamente
especializada en contextos inclusivos.
Un centro ambicioso en sus aspiraciones con sus alumnos, que deposite en ellos altas
expectativas. Los centros que así lo hacen ponen el foco en ofrecer los apoyos
necesarios para promover el máximo desarrollo, garantizar el bienestar de sus
alumnos y favorecer la máxima inclusión de todos ellos. Para lograr el mayor
desarrollo y bienestar, las habilidades académicas son importantes, pero aún lo es más
el que los alumnos con TEA desarrollen habilidades comunicativas y sociales y
puedan llevar una vida independiente controlada por ellos mismos.
Un liderazgo inclusivo, sensible a las diferencias de los alumnos, que promueva la
excelencia entre la comunidad educativa, generando altas expectativas y que valore el
esfuerzo y dedicación del profesorado.
Unos profesionales bien formados en autismo y en las diferentes herramientas y
estrategias de apoyo y que se impliquen en redes de colaboración con sus compañeros.
Un centro educativo que invierta una buena cantidad de tiempo y recursos en la
formación continua del profesorado y de otros miembros de la comunidad educativa.
A la hora de organizar la capacitación de los profesionales también hay que enfatizar la
formación en valores y actitudes hacia las personas con TEA.
Una buena organización del centro educativo. Hay tres factores especialmente
importantes: la comunicación entre los profesionales y entre ellos, las familias y los
alumnos; el seguimiento de la actividad realizada, así como la evaluación de los
progresos de los alumnos; y la colaboración con los otros profesionales externos al
centro que ofrece apoyo al niño.
Un centro educativo que sensibilice al conjunto de la comunidad sobre el trastorno a
través de actividades específicas tanto fuera del colegio como dentro del mismo y que
colabore con otros centros y profesionales.
Atención y coordinación con la familia para darle continuidad y coherencia a la
actuación en el colegio y en casa, es decir, en los principales contextos de desarrollo del
niño.
Dar apoyo a la familia en su conjunto es esencial, tanto para el bienestar del niño con TEA
como para cada uno de los miembros de la familia. En la actualidad, los modelos centrados en la
familia reconocen este aspecto y van más allá de la necesidad de asesoramiento y formación de
toda la familia, reconociéndoles como parte esencial en el apoyo a su hijo y haciéndoles
partícipes en la toma de decisiones sobre todos los aspectos relativos a la educación y
atención que recibe su hijo.
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¿Para qué se enseña a los alumnos con TEA? ¿Cuáles son los objetivos que se plantean? Se
puede afirmar con claridad que la finalidad es formar ciudadanos satisfechos con su vida, que
deciden sobre los aspectos que les conciernen, que llevan una vida lo más independiente posible
y que participan de la actividad social de su comunidad. Esta visión supone entender la
educación de manera global, más allá de la transmisión de contenidos académicos.
La mejor manera de lograr mejorar la calidad de vida del alumno con TEA es contemplando
la consecución de resultados personales al programar los aprendizajes (es decir, lograr que la
gente consiga aquellas cosas más relevantes para su vida, como ser más independiente, tener
más y mejores relaciones, participar activamente en la comunidad...)
En relación con el currículo, es importante que los centros y los maestros adapten los
currículos establecidos a los perfiles y necesidades de cada alumno con TEA, desarrollando
un currículo que aborde específicamente las necesidades educativas derivadas de presentar
TEA. Aunque la propuesta es acertada, debe completarse con una orientación de los objetivos
educativos hacia los resultados personales. Es decir, que los objetivos curriculares busquen
mejorar la calidad de vida de cada alumno, no solo reducir sus síntomas o aumentar sus
habilidades.
Para mejorar la adaptación de una persona a su entorno, el objetivo será proporcionarle los
apoyos adecuados para lograrlo. El concepto de “apoyo” hace referencia a una amplia variedad
de recursos y estrategias empleados para promover el funcionamiento óptimo de las personas
(p.ej. las adaptaciones curriculares, disponer del apoyo de un logopeda…). Para elaborar un
plan individualizado de apoyos se proponen cuatro pasos:
Los apoyos y las adaptaciones que se le pueden ofrecer a un alumno con TEA son de muy
diversa índole (p.ej. las adaptaciones curriculares del entorno, disponer del apoyo de un
logopeda, acudir a un aula preferente para niños con TEA). Un apoyo fundamental son los
profesionales del centro. Dentro de los apoyos profesionales específicos, los especialistas en
audición y lenguaje y los maestros en pedagogía terapéutica ocupan un lugar destacado. Es
importante minimizar el tiempo que los niños con TEA salen de sus aulas para trabajar con
estos profesionales y, en su lugar, brindarles ese apoyo dentro del aula.
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Respecto a la evaluación, deberá recoger todos estos componentes, es decir, se deberán valorar
los avances del alumno tanto en lo referido a los aprendizajes escolares como a la conducta y a
los resultados personales.
Es imprescindible que las personas con TEA ejerzan su derecho a la educación inclusiva para
ofrecerles experiencias de relación y aprendizaje que les permitan desarrollar competencias
sociales y relaciones significativas, esenciales para una vida de calidad.
La apuesta por la inclusión plena para los alumnos con TEA supone un proceso de mejora
continua en el que el centro educativo trata de identificar y eliminar las barreras que dificultan
que aquellos grupos de alumnos más vulnerables de ser excluidos acudan regularmente a la
escuela ordinaria, que sean valorados y escuchados y disfruten de experiencias adecuadas que
contribuyan a su bienestar personal y social y que aprendan aquellos elementos definidos en su
currículo. Es decir, la inclusión no tiene que ver solo con su presencia en la escuela ordinaria,
sino también con garantizar que estos son un miembro más de la escuela.
El impulso por la inclusión ha hecho que la opción de aulas en centros ordinarios para
alumnos con TEA sea una alternativa que ha ido tomando fuerza en los últimos años. Por ello es
muy pertinente recordar la idea de que generando únicamente este tipo de recursos
educativos no lograremos la inclusión de los alumnos con TEA. Son necesarios el resto de
elementos, es decir la participación y el éxito. Para que los tres se den en la mayor medida
posible, el centro debe trabajar para eliminar las diferentes barreras que puedan existir a
todos sus niveles. Igualmente, para lograr la inclusión también hace falta en apoyo de la
administración, que no solo deberá crear aulas preferentes, sino que tendrá que proporcionar
recursos personales y materiales suficientes.
La apuesta por la inclusión plena nos obliga a plantearnos el papel que deben desempeñar los
centros de educación especial. Hernández (2012) aboga por concebirlos no como una opción
educativa más, sino “como una ayuda para un sistema inclusivo, un apoyo para conseguir
la inclusión para todo el alumnado con TEA”.
PRINCIPIOS METODOLÓGICOS
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La colaboración con la familia
La adaptación del entorno
El mantenimiento de la motivación del alumno partiendo de sus intereses a la hora
de planificar las actividades.
La funcionalidad de los aprendizajes, que los dota de sentido y los hace más
motivantes
La incorporación de objetivos de generalización de los mismos desde el comienzo
de la intervención.
A la hora de abordar la respuesta educativa a los alumnos con TEA, es fundamental emplear
prácticas basadas en la evidencia.
Modelo Denver
Modelo SCERTS
Modelo DIR/Floortime
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Programa AITTEA
Otra de las técnicas que acumula evidencias sobre su utilidad son las historias sociales y las
conversaciones en forma de historietas. Estas, son narraciones personalizadas que se usan
para facilitar la comprensión de una situación social concreta o enseñar cómo comportarse en
ella.
Por último, existen programas de mediación entre iguales que están cobrando cada vez más
importancia, dado que están demostrando grandes beneficios. Suponen utilizar a compañeros sin
discapacidad para, tras un período de formación y entrenamiento, interactuar con sus
compañeros con TEA y ayudarlos a manejarse en los entornos menos estructurados (el patio, las
salidas fuera de la escuela…)
Son una herramienta pedagógica que poco a poco va ganando terreno. Incluyen tanto
ordenadores, tabletas, pizarras digitales, programas, aplicaciones… En el área de la tecnología
de apoyo a personas con TEA, en nuestro país hay que destacar:
EN SÍNTESIS…
31
LECTURA TEMA 4 “LA DISCAPACIDAD MOTRIZ: CARACTERÍSTICAS Y
NECESIDADES EDUCATIVAS – C. ROSELL, E. SORO-CAMATS Y C. BASIL
La discapacidad motriz es una alteración del aparato motor causada por un funcionamiento
deficiente del sistema nervioso central, del sistema muscular, del sistema óseo o de una
interrelación de los tres sistemas que dificulta o imposibilita la movilidad funcional de una o de
diversas partes del cuerpo.
32
El diagnóstico referente al tipo y grado de discapacidad suele ser emitido por el equipo médico
del hospital de referencia y nos aporta información relevante siempre y cuando vaya
acompañado de un proceso de valoración educativa en el contexto escolar, familiar y social
para, de este modo, poder facilitar en cada caso los apoyos necesarios con el objetivo de que
consiga el máximo de autonomía y participación social.
Cuando las afectaciones son múltiples y graves, hablamos del término “pluridiscapacidad”.
DE ORIGEN ENCEFÀLICO
PARÁLISIS CEREBRAL
33
Las manifestaciones clínicas de la PC pueden cambiar con el transcurso del tiempo debido a la
plasticidad del cerebro en desarrollo, es decir a medida que madura. También influirán en su
evolución la atención especializada y las ayudas de su entorno educativo y social.
Las formas de PC pueden clasificarse por sus efectos funcionales y por la topografía
corporal:
EFECTOS FUNCIONALES
1. ESPASTICIDAD
Consiste en un incremento marcado del tono muscular incluso en reposo, que aumenta como
consecuencia de un esfuerzo o de una emoción (p.ej. cuando el niño se sorprende por un ruido
brusco, cuando se le pregunta alguna cosa…)
34
muscular más relajado que evite el cansancio excesivo que puede acumularse a lo largo de la
jornada.
2. ATETOSIS Y ATAXIA
Algunos alumnos con este tipo de afectaciones muestran una funcionalidad sorprendente.
Necesitan más tiempo para realizar alguna actividad, el proceso será poco convencional, pero el
resultado puede ser muy satisfactorio
TOPOGRAFIA CORPORAL
TETRAPLEJÍA
Se produce afectación de las extremidades superiores e inferiores, así como del control del
tronco y, en los casos más graves, puede estar alterado el control cefálico.
Es la forma más grave de PC por lo que, en la mayoría de casos, necesitarán ayudas para:
facilitar el correcto posicionamiento con sillas con adaptaciones; mejorar la comunicación con
estrategias de comunicación aumentativa, uso de signos gráficos; posibilitar la manipulación
con adaptación de materiales y juguetes; y proporcionar el desplazamiento autónomo con
andadores, sillas…
DISPLEJÍA
Se producen dificultades graves en las extremidades inferiores y una leve afectación de las
extremidades superiores.
En la displejía está comprometida la manipulación fina por lo que les cuesta, por ejemplo,
realizar la pinza con el dedo índice y el pulgar. Algunos alumnos con este tipo de afectación
pueden manipular, escribir, realizar las actividades cotidianas, pero para el desplazamiento
requieren ayudas como muletas, andadores…
35
HEMIPLEJÍA
MONOPLEJÍA
Es una modalidad muy poco frecuente de PC en la que solo está afectada una extremidad.
Generalmente otra parte del cuerpo también está afectada aunque con poca gravedad.
TRAUMATISMOS
T RAUMATISMOSCRANEOENCEFÁLICOS Y TUMORES
CRANEOENCEFÁLICOS CEREBRALES
Y TUMORES
CEREBRALES
Dependiendo de la zona y grado de afectación, pueden producir secuelas a nivel:
Motriz: falta de control y/o disminución del movimiento en una o diversas partes del
cuerpo
Cognitivo: dificultades de memoria, percepción, abstracción
De lenguaje: comprensión y expresión
De conducta: limitación de la atención, irritabilidad, falta de control de los impulsos…
Los traumatismos craneoencefálicos son las lesiones del encéfalo producidas por
accidentes de tráfico o domésticos, caídas en deportes de riesgo, agresiones, etc.
Los tumores cerebrales infantiles son un grupo diverso de enfermedades que se
caracterizan por el crecimiento anormal del tejido situado dentro del cráneo.
ATAXIAS
Forman un grupo de diferentes patologías, de distinta evolución y pronóstico.
Los diferentes tipos de ataxias tienen en común la afectación del cerebelo, lo que ocasiona
problemas de equilibrio y de coordinación. De todas ellas, las más frecuentes en la etapa
escolar son la ataxia de Friedreich y la ataxia Telangiectasia.
36
Los alumnos afectados de ataxia necesitarán ayudas para el desplazamiento y medidas de
habilitación para realizar las actividades apropiadas para su edad, tanto en la escuela como en
los demás entornos. Habitualmente utilizan andadores y sillas de ruedas para el desplazamiento
autónomo. También acostumbran a utilizar el ordenador con ciertas adaptaciones para el acceso
como puede ser el uso de cobertor de teclado.
DE ORIGEN ESPINAL
ESPINA BÍFIDA
La espina bífida es la afectación de origen espinal más común. Se trata de una malformación
congénita del tubo neural que se caracteriza porque uno o diversos arcos vertebrales posteriores
no se han fusionado correctamente durante la gestación y la médula espinal queda sin
protección ósea. Se puede localizar en cualquier nivel de la columna vertebral, pero con
prevalencia en la zona lumbar o lumbosacra.
Los niños y niñas con espina bífida pueden necesitar ayudas para el desplazamiento autónomo
como muletas, andadores, ya que las extremidades inferiores suelen estar más afectadas.
Cuando se produce pérdida del control vesical o intestinal se tendrán en cuenta ciertas
medidas higiénicas en el entorno escolar. Cuando son pequeños suelen llevar pañales que deben
cambiarse con regularidad, también pueden necesitar que se les sonde y, a partir de los 6 o 7
años, el equipo médico les enseña a autosondarse.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es la falta de sensibilidad en las piernas, que varía
dependiendo del nivel de la lesión. Esto no acostumbra a comportar repercusiones en el entorno
educativo, sin embargo, es necesario estar informados para evitar lesiones que puedan
producirse involuntariamente por la falta de información a nivel sensorial que nos puede aportar
el niño.
37
ATROFIA MUSCULAR ESPINAL
Es una enfermedad genética degenerativa, que ataca las neuronas motoras de la médula
espinal que se comunican con los músculos voluntarios. A medida que se pierden neuronas, los
músculos se debilitan. Ello puede afectar su capacidad para caminar, respirar, tragar y controlar
la cabeza y el cuello. La mayoría de los alumnos con atrofia espinal tipo II, la más común en las
escuelas, acostumbran a necesitar silla de ruedas con motor desde el inicio de la escolaridad, a
los 3 años. Debido a la falta de movimiento y de fuerza en las extremidades superiores, suelen
ser más hábiles con materiales pequeños y de poco peso (lápices más cortos, tenedores
ligeros…) También pueden requerir el uso de un ordenador con ciertas adaptaciones para el
acceso, como el ratón de bola o el uso de teclado virtual.
Suelen ser niños y niñas con un buen nivel cognitivo y de lenguaje que acceden con éxito al
currículo ordinario y que hacen partícipes a los demás de sus posibilidades y de sus necesidades.
DE ORIGEN MUSCULAR
MIOPATIAS
Es la más común en el ámbito escolar. Es la que produce más preocupación por su evolución
motriz.
DE ORIGEN OSTEOARTICULAR
Algunos alumnos andan sin ayuda, con una marcha típica de movimiento en bloque, otros se
desplazan en una silla de ruedas con motor. Cuando la afectación se produce en los dedos,
38
pueden necesitar un ordenador para la escritura y el acceso al currículo. La mayoría necesitan
adaptaciones y/o ayuda personal para vestirse y desvestirse. Acostumbran a ser conscientes de
sus necesidades y posibilidades y adoptan sin dificultades aquellas estrategias y apoyos que les
pueden facilitar una mayor autonomía.
DISMELIA
Es una discapacidad motora de causa nerviosa. Se trata de una lesión debida a la distensión de
las estructuras nerviosas del plexo braquial durante el parto y provoca parálisis en un solo
brazo.
Según las articulaciones afectadas tendrá unas u otras limitaciones funcionales y, por lo tanto,
las ayudas técnicas podrán ser diversas, pero siempre encaminadas a conseguir la máxima
autonomía con reducción de la sobrecarga articular. En el ámbito escolar, habrá que tener en
cuenta las posturas, andar recorridos largos, subir y bajar escaleras, dificultades para escribir,
recortar y otras actividades cotidianas. Además, se tendrá en cuenta en la programación de las
39
actividades, que la fatiga, la fiebre, la rigidez y el estado de ánimo pueden variar a lo largo de la
jornada escolar.
Además de considerar el tipo y el grado de discapacidad motriz que presente cada alumno o
alumna, no debemos olvidar que nuestro objetivo es conseguir que todos ellos alcancel el
mayor nivel posible de autonomía, de acceso al currículo ordinario y, en definitiva, de
calidad de vida.
Los alumnos y alumnas con discapacidad motriz no han de ser considerados enfermos, puesto
que la discapacidad es una condición y no propiamente una enfermedad, pero pueden tener
mayor riesgo de padecer algunas anomalías de salud que afecten su calidad de vida, la asistencia
escolar y el mismo proceso de aprendizaje.
Algunos niños presentan una alteración del tono muscular y falta de control motor que
ocasiona el mantener la boca abierta con una práctica de respiración bucal más que nasal, lo
cual puede conllevar una mayor incidencia de resfriados y afecciones respiratorias. Otro factor
relacionado con la falta de control motor es el babeo persistente que se presenta en algunos
casos y que precisa de atención, especialmente por su impacto social. Es aconsejable llevar un
babero u otra prenda apropiada a la edad por debajo de la bata escolar y cambiarla con
frecuencia.
Asimismo, si es posible, se enseñará a los alumnos a utilizar pañuelos para evitar mojar los
materiales. Una de las consecuencias que puede conllevar el babeo, juntamente con las
dificultades de deglución de líquidos, es el riesgo de deshidratación, por lo que será obligado
cuidar la ingesta de líquido. Existen vasos con formas especiales que pueden ayudar a mantener
la cabeza en la posición correcta y a proporcionar el líquido en la dosis adecuada. Asimismo,
pueden presentar dificultades en la ingesta de alimentos. Es apropiado mantener una buena
postura, utilizar utensilios adecuados y practicar técnicas de alimentación correctas. Cuando la
masticación está comprometida, los alumnos deberán comer alimentos blandos o triturados, para
favorecer la deglución. En casos de dificultades de deglución graves, pueden alimentarse
mediante sonda o botón gástrico.
Los alumnos con algún tipo de miopatías, atrofias espinales en estadios avanzados de la
enfermedad presentan dificultades de respiración debidas a la debilidad de los músculos
respiratorios. Es importante la prevención de afecciones como resfriados, gripes, etc., evitando
exponerlos a los cambios de temperatura y a situaciones donde puedan pasar frío.
40
Las crisis epilépticas o convulsiones y las ausencias constituyen otro apartado que merece ser
conocido en el entorno escolar. Cursan con una amplia variedad de síntomas (pérdida del
conocimiento, temblor del cuerpo…) En todos los casos es importante mantener la calma,
seguir el protocolo de actuación que se encuentra en todas las escuelas y dejar que el alumno o
alumna tenga tiempo de recuperarse en un ambiente relajado y tranquilo.
Las intervenciones quirúrgicas pueden ser frecuentes en el caso de los alumnos con
discapacidad motriz. En estos casos se intentan minimizar las consecuencias de la pérdida de
clases y de la falta de contacto con sus compañeros, adoptando soluciones tales como
proporcionar un maestro en el hogar, favorecer que los compañeros se responsabilicen de
informarlos de los acontecimientos de la escuela, aportarles apuntes… Asimismo, debido al
proceso de crecimiento, las malas posturas o afectaciones graves puede aparecer dolor con
consecuencias como disminución del rendimiento, falta de motivación, irritabilidad… En estos
casos, hay que adaptar el programa educativo.
Gran parte de los alumnos y alumnas con discapacidad motriz pueden alcanzar un alto grado de
acceso al currículo ordinario, de autonomía y de calidad de vida, si les aportamos los
materiales, las adaptaciones y la metodología apropiada. El trabajo en cooperación de los
profesionales, de la misma familia y del alumno o alumna implicada pueden ayudar a evitar la
sobreprotección, facilitando las ayudas necesarias y tomando decisiones que les ayuden a llevar
una vida independiente.
41
LECTURA TEMA 4 “QUÉ CENTROS PARA ESTOS ALUMNOS? –
Empezamos a ver a la persona con dificultades como una persona a la que hay que ofrecer
ayudas para posibilitar que haga el máximo de actividades y de la forma más próxima a los
demás, aunque lo haga de forma diferente.
MODELOS CURRICULARES
El currículo escolar es un modelo teórico y aplicado que incluye los contenidos que se desean
enseñar y la secuencia que seguir. El conocimiento compartido del currículo es importante para
unificar la visión de todos los profesionales implicados en la educación. Así, un marco
curricular facilita el trabajo en equipo y evita intervenciones aisladas.
42
El modelo basado en el desarrollo presenta numerosos puntos débiles si se usa como única y
principal aproximación a los alumnos con necesidades educativas especiales. Hay que tener en
cuenta que el currículo va a poner de manifiesto todos los puntos en los que el alumno no
progresa y una adhesión rígida a la norma puede convertirse en un obstáculo para que el
alumno aprenda y desarrolle habilidades funcionales. Centrarse durante excesivo tiempo en
la secuencia de desarrollo normal puede reducir la posibilidad de dedicar atención y esfuerzo a
objetivos más significativos para el alumno. Por ejemplo, dedicar mucho tiempo a conseguir
que el niño aprenda a coger el lápiz de una forma normalizada para poder escribir, no siempre
resulta la opción más apropiada cuando se trata de un alumno con discapacidad motriz. Es
decir, si ponemos excesiva atención en la forma, lo que hacemos es negar a estos alumnos la
posibilidad de desarrollar la función, por ejemplo, escribir con ordenador aunque pueda realizar
trazos a costa de mucho esfuerzo y lentitud.
Este enfoque conduce a los profesionales y las familias a visualizar a los alumnos
“evolutivamente infantiles”, ya que la adhesión a la secuencia evolutiva hace que utilicen
materiales y actividades más próximos a los niños que a los jóvenes o adultos, por ejemplo, se
puede caer en el error de utilizar materiales de lectura con contenidos muy inferiores a sus
capacidades de comprensión del lenguaje en lugar de proponer contenidos adecuados a los
intereses y edad cronológica, adaptándolos para que resulten de lectura fácil. Esto les puede
conducir a una clara desmotivación escolar.
Vistas las limitaciones del currículo evolutivo, muchos profesionales optan por un enfoque
curricular basado en la necesidad de que el alumno con discapacidad adquiera habilidades
funcionales apropiadas a su edad. Ello no resta que se tomen en cuenta factores de desarrollo.
Por ejemplo, para mejorar ciertos movimientos manipulativos puede ser indicado que el
alumno realice o mejore la ejecución de una serie de actividades cotidianas que integren
43
dichos movimientos y que, normalmente, le realiza el adulto, como cepillarse los dientes, untar
el pan… en lugar de practicar las mismas habilidades en tareas sin significado práctico, tales
como insertar clavijas en un soporte o introducir argollas en el pivote de un juego para bebés.
Otro criterio sería basarse en habilidades para la vida independiente partiendo del análisis de
las tareas funcionales que hacen los niños y jóvenes de su edad. Una habilidad apropiada para la
vida independiente podría consistir en seleccionar o copiar etiquetas de productos para elaborar
la lista de la compra, en lugar de elaborar esta lista escribiendo de memoria los nombres de
dichos productos, o con estrategias similares, rellenar el registro diario de los compañeros que
se quedan a comer…
Este enfoque aporta algunas ventajas como ofrecer mejores expectativas a estos niños o
jóvenes y fomenta oportunidades para aprender habilidades ajustadas a su edad. También
tiene sus desventajas, por ejemplo, no dispone de un marco organizado de contenidos y
tampoco hay un criterio claro de lo que es funcional y relevante para cada persona y edad.
Raramente encontramos este tipo de currículo diseñado para responder a las necesidades del
alumnado con discapacidad motriz, aunque existen modelos de currículo funcional pensados
para niños y jóvenes con discapacidad intelectual, de los que podemos extraer y adaptar
propuestas concretas. Asimismo, los profesionales pueden proponer objetivos y actividades
poco ajustados a las necesidades reales de vida independiente del alumno o alumno, ya que
están basados en su concepción educativa, sus experiencias y sus vivencias personales.
EL CURRÍCULO ECOLÓGICO
El término “ecológico” hace referencia al estudio de las relaciones que se pueden establecer
entre el alumno y su entorno, propicia la interacción y valora las necesidades y potencialidades
del alumno y las exigencias del entorno en el que va a participar.
El currículo ecológico tiene como objetivo elaborar un currículo lo más apropiado posible para
estos alumnos en relación con su comunidad o entorno concreto. Se caracteriza por la
elaboración de un plan individualizado que se ajuste a las habilidades y competencias del
alumno, a las actividades que puede realiza en unas tareas precisas y en una situación concreta.
44
En un currículo ecológico los contenidos evolucionan, progresan continuadamente a la par de
los avances del alumno, convirtiéndose en un currículo vivo y ajustado a la vida real de cada
momento.
Se trata de un enfoque que respeta los puntos fuertes de otros modelos de currículo, y está muy
en concordancia con propuestas curriculares funcionales como el promover la enseñanza de
habilidades relacionadas con la edad, tener en cuenta las actividades de la vida diaria…
Asimismo, el enfoque ecológico promueve la enseñanza a partir de las rutinas diarias en
contextos naturales, de esta manera, facilita aprender de manera funcional enfatizando el saber
hacer para promover aprendizajes significativos. Este enfoque se vincula con la noción de
autodeterminación y vida independiente, ya que tiene en cuenta la perspectiva de las posibles
necesidades cambiantes de la persona a lo largo de su proyecto de vida. También ayuda a unir la
perspectiva y las propuestas de los profesionales. El hecho de partir de un contexto concreto es
un perfecto punto de referencia para generar contenidos y objetivos relevantes y compartidos,
tanto para los docentes como para los fisioterapeutas, logopedas…, de manera que todos pueden
estar trabajando para ayudar al alumno o alumna en una misma perspectiva.
Los planteamientos curriculares descritos también pueden incluirse en las propuestas del
currículo por competencias, basado en la lógica del saber hacer o aplicar los conocimientos
que se han adquirido o que se adquieren durante el proceso de la acción y participación en una
actividad. Lo importante no es que el alumno sepa, por ejemplo, clasificar, seleccionar, exponer,
sumar, restar, sino que sepa aplicar estos conocimientos para encontrar soluciones en la vida
real, por ejemplo, seleccionar información de Internet para decidir la mejor compra entre varias
ofertas o rellenar un formulario para solicitar una beca.
EL ENFOQUE HABILITADOR
Educar a las personas con discapacidad desde una óptica funcional permite resaltar sus
posibilidades en lugar de sus limitaciones y, a la vez, obliga a pensar actividades que,
debidamente adaptadas, podrán realizar en la vida cotidiana, en las aulas y en el trabajo.
Cambiar el discurso centrado en la enfermedad y transmitir a la familia y a la persona un
mensaje centrado en las posibilidades y en las condiciones necesarias para que pueda ser
competente ofrece más garantías de salud mental y motivación para la inclusión de la persona
en el entorno social que le ha tocad vivir. El enfoque rehabilitador y el enfoque habilitador
funcional pretenden reducir la diferencia entre la exigencia del entorno social y el nivel de
competencias que tiene la persona para conseguir realizar una actividad. Dicho en otras
palabras, el grado de discapacidad, el no poder realizar una acción, no depende únicamente de
las características físicas de la personas, sino también de las características de su entorno. Por
ejemplo, un niño que no puede andar tendrá mas o menos posibilidades de incidir en su
45
entorno si dispone de una silla de ruedas que pueda controlar. El déficit será el mismo antes
que después de tener la silla, pero su capacidad de tener más experiencias habrá mejorado
cuando pueda ir de un sitio a otro sin depender de los demás. Es decir, el objetivo es conseguir
que la persona pueda realizar las actividades como las personas sin discapacidad: andar,
manipular, hablar.
Las medidas habilitadoras, en el caso de niños con discapacidad motriz, son múltiples: los
andadores o las sillas de ruedas para el desplazamiento autónomo, los cubiertos adaptados para
ser activados con pulsadores, ofrecer sistemas aumentativos de comunicación cuando el
desarrollo del habla se encuentra comprometido, facilitar el uso de un ordenador cuando hay
graves dificultades en la grafía…
CENTROS ORDINARIOS
Los centros ordinarios son escuelas donde se atienden a los alumnos en modalidad de
inclusión plena con la atención especializada necesaria y la dotación de materiales como
mesas adaptadas, ordenadores…
Las principales modalidades de escolarización a las que pueden optar los alumnos con
discapacidad motriz son los centros ordinarios, los centros ordinarios en modalidad de Unidad
de Ayuda a la Educación Especial (USEE), los centros de educación especial y la escolarización
compartida escuela ordinaria/escuela especial.
Las USEE son unidades de recursos que cuentan con dotación de profesionales y
materiales, cuyo objetivo es favorecer la participación del alumnado con necesidades
educativas especiales en entornos escolares ordinarios. Forman parte de estas unidades de 5 a 8
46
alumnos con falta de autonomía a causa de discapacidades motrices, intelectuales severas o
trastornos graves del desarrollo, susceptibles de ser escolarizados en centros específicos. Se
trata de alumnos que requieren adaptaciones o modificaciones curriculares significativas que
serán compartidas por todos los profesionales que intervienen en su educación. Cada alumno se
asigna a un grupo-clase ordinario y puede desarrollar actividades específicas, en situación
individual o en pequeño grupo, si así se requiere. La evaluación de estos alumnos se realiza a
partir de sus planes individualizados con la información aportada por los profesionales que han
intervenido directamente.
En los centros de educación especial se atiende a alumnado con grave afectación motriz,
cognitiva y, en algunos casos, discapacidad sensorial asociada. Estos alumnos están
escolarizados en grupos pequeños y en condiciones educativas que facilitan el aprendizaje de
ciertas habilidades difíciles de aprender en un entorno ordinario. Las programaciones tienen
como referente principal el desarrollo de la comunicación, la autonomía personal y las
habilidades sociales que favorecen la participación en entornos sociales y escolares
normalizados y que facilitan su vida familiar, el disfrutar del ocio y la cultura, la incorporación
posterior a entornos laborales y la transición a la vida adulta. Se realizan adaptaciones muy
significativas en la organización de los contenidos de las áreas y las materias y se utiliza una
metodología específica y personalizada. Actualmente, se considera que han de priorizar la
funcionalidad de los aprendizajes y potenciar la autonomía y las habilidades sociales que
faciliten la participación del alumnado en la comunidad y, en la medida de lo posible, en
entornos escolares ordinarios.
ESCOLARIZACIÓN COMPARTIDA
47
programar dichos objetivos encaminados a mejorar su socialización en otros ámbitos o entornos,
como pueden ser ludotecas o espacios donde se organizan actividades diversas, es decir, en
entornos lúdicos, con menos elementos de enseñanza y aprendizaje formal.
A continuación se aportan una guía que puede ser de ayuda a los profesionales para
complementar los datos de los alumnos con discapacidad motriz.
48
solo.
Anda de forma autónoma.
Control postural Controla la cabeza.
Mantiene la sedestación en silla.
Mantiene la bipedestación libre.
Mantiene la postura y el equilibrio.
Cambios Realiza cambios posturales con ayuda
posturales/transferencias personal: de estirado a sentado/sentado-
rodillas/rodillas-de pie/sentarse-levantarse.
Realiza cambios posturales con apoyo de
extremidades superiores: de estirado a
sentado/sentado-rodillas/rodillas-de
pie/sentarse-levantarse.
Realiza cambios posturales con autonomía: de
estirado a sentado/sentado-rodillas/rodillas-de
pie/ sentarse-levantarse.
Manipulación Retiene un objeto libremente.
Pasa un objeto de una mano a otra.
Llega con la mano a la boca.
Hace movimientos voluntarios para coger y
dejar un objeto.
Puede disociar las extremidades superiores de
forma segmentada.
Coge un objeto con: prensión
palmar/bidigital/haciendo pinza.
Hace extensión pulgar-índice.
Pasa las páginas de un libro.
Rasga papeles.
Sujeta el papel mientras dibuja.
Necesidades básicas Controles esfínteres: pis/caca;
diurno/nocturno; no rutina/rutina.
Indica la necesidad de ir al lavabo oralmente,
con gesto.
Va al lavabo solo/necesita ayuda.
Acepta variedad de alimentos:
sabores/texturas: líquido/semilíquido/sólido.
Autonomía en las comidas: utiliza
49
cuchara/tenedor/vaso.
Vestir: colabora en quitarse/ponerse piezas de
ropa; se quita zapatos/ropa…
Expresa las sensaciones de: hambre/sueño/sed
Procura satisfacer las propias necesidades:
comer, beber…
En este proceso de toma de decisiones, será de especial importancia tener en cuenta los
siguientes aspectos:
Los profesionales de los servicios educativos específicos para el alumnado con graves trastornos
motrices y de accesibilidad (SEEM) dan soporte y orientación a los centros y profesorado en su
actuación con el alumnado con graves trastornos motrices y de accesibilidad cuando lo solicitan
los profesionales de los servicios educativos (EAP y/o CREDA).
Es importante intervenir de forma fluida, evitando las intervenciones con poca vinculación y
continuidad, y con el objetivo de aportar elementos válidos al proyecto de vida del alumno.
PROCESO DE ACTUACIÓN
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Los alumnos con discapacidad visual son un grupo heterogéneo que necesita una respuesta
educativa adaptada a sus diferentes posibilidades, por lo que es necesario tener en cuenta las
52
características de la pérdida visual, la edad en la que se produce y si existen otras
dificultades asociadas.
LA PERCEPCIÓN VISUAL
LA VISIÓN
La visión se realiza a través de un proceso complejo en el que deben estar activos el ojo, como
primer receptor de la luz, las células sensoriales que transforman la luz en energía nerviosa y la
corteza cerebral, que reconoce e interpreta los estímulos que le llegan a través del nervio
óptico.
El ojo es, pues, el órgano inicial y central de la visión, junto con el cerebro. Está formado por
tres capas:
53
La OMS no incorpora el concepto de ceguera en la clasificación internacional de enfermedades
(CIE-10) y define la CEGUERA como una agudeza visual igual o inferior a 3/60 y la BAJA
VISIÓN como una agudeza visual igual o inferior a 6/18.
El CAMPO VISUAL es el conjunto de lo que el ojo puede abarcar con un solo golpe de
vista. En la situación normal, el campo visual abarca un ángulo de 180 grados en el plano
horizontal y 140 grados en el vertical. El criterio de gravedad, por lo tanto, es tener un campo
visual interior a 10 grados en el mejor de los casos.
Desde el punto de vista funcional, los problemas de agudeza influyen principalmente en tareas
como la lectura y la escritura, la percepción del contraste y la visión de colores. En cambio,
los problemas del campo visual afectan sobre todo a la movilidad, a la autonomía personal, a
la orientación en el espacio y al reconocimiento de objetos grandes.
La ceguera, que supone una pérdida total de visión o unas condiciones que reclamen
utilizar preferentemente habilidades que sustituyan la visión.
La baja visión, que define grados menores de pérdida visual y que permite que las
personas puedan ayudarse con diferentes medios e instrumentos para la mejora de la
visión.
Esta perspectiva integra, pues, la discapacidad visual moderada y la discapacidad visual grave
bajo la categoría de baja visión que, junto a la ceguera, representan a todas las personas
afectadas por discapacidad visual.
Los problemas que provoca la baja visión son muy numerosos. Comentemos dos de ellos:
54
La ambliopía (“ojo débil”) es una reducción de la agudeza visual sin que exista lesión
orgánica que la justifique. Supone la pérdida de capacidad para ver con claridad a través
de un ojo. El origen más habitual suele ser la falta de desarrollo de esa ruta nerviosa
hasta el cerebro durante la infancia. Bien por problemas de estrabismo o por algún otro
defecto visual, sobre todo si la diferencia es elevada entre ambos ojos, el cerebro no
procesa bien la imagen distorsionada que le envía el ojo afectado, por lo que utiliza solo
la información que procede del ojo con buen funcionamiento y olvida al otro. En
consecuencia, el ojo más débil se vuelve “perezoso” y si no se interviene en los
primeros años, puede llegar a sufrir una seria pérdida visual.
La intervención suele seguir dos fases: corregir inicialmente el origen del problema con
lentes adecuados y simultáneamente colocar un parche en el ojo normal para forzar al
cerebro a reconocer la información que proviene del ojo ambliope y fortalecerlo de esta
forma.
Los escotomas centrales son manchas en el ojo que impiden la visión en esa zona y
que reflejan un problema en la mácula, que es la parte central de la retina con especial
sensibilidad para la visión cercana. Las personas afectadas tendrán dificultades para la
lectura, el trabajo preciso, la visión de las pantallas o el reconocimiento de números. En
cambio, se verán poco afectados en la movilidad y en la autonomía personal.
Se recomienda entrenar al alumno con tiempo y esfuerzo para visualizar los objetos
arriba o debajo de la mancha ocular. El problema es que la claridad de la imagen se
reduce porque la parte de la retina que se tiene que utilizar tiene menos células
responsables de la visión. Por ello, es necesario un proceso de adaptación del entorno
para facilitar la visión en esas condiciones más difíciles: cuidado de la iluminación,
ausencia de presión, entrenamiento continuado y valoración del esfuerzo y de los
resultados obtenidos.
Hay que destacar inicialmente que la visión tiene una función básica en el desarrollo del niño.
Consigue desde las primeras semanas de vida observar el rostro, la sonrisa y la mirada de los
otros. Permite la atención conjunta y facilita las proto conversaciones iniciales con los adultos,
bien señalando objetos o bien haciendo referencia a ellos. Además, la visión permite conocer los
objetos de forma completa, observar aquellos que están alejados y coordinar la vista con la
motricidad manual y el movimiento.
55
Un dato importante es que los ojos hacen posible obtener información por el hecho de estar
abiertos, sin tener que realizar inicialmente una búsqueda activa. Además, la vista permite
conocer las expresiones emocionales de los otros, comprender mejor sus intenciones, facilita el
desarrollo de la teoría de la mente y abre más posibilidades para una comunicación adaptada al
contexto social, es decir, para el mejor ejercicio de la función pragmática del lenguaje.
¿Quiere esto decir que el niño ciego va a tener un desarrollo cualitativamente diferente al del
vidente por tener una profunda limitación de un sentido tan importante como es la visión? La
respuesta es negativa: el niño ciego, con más razón aquel que solo tiene baja visión y sin otros
problemas asociados, va a vivir un desarrollo similar a cualquier otro niño, aunque con un cierto
retraso inicial que va a recuperar a lo largo de su evolución siempre que se le ofrezcan la
estimulación y las experiencias adecuadas.
El sistema cinestésico, a través del cual se toma conciencia del cuerpo y de los movimientos, el
tacto y la audición son los canales sensitivos que permiten a los ciegos conseguir la
información que facilita el desarrollo y compensa las carencias del sistema visual.
La ausencia de visión limita el interés por los objetos y, por tanto, las conductas activas para
alcanzarlos. No es extraño por ello que el gateo y la marcha aparezcan más tarde en los niños
ciegos que en los videntes. Aunque el sonido y el tacto pueden ayudar al niño a establecer
relaciones con los objetos, existe una evolución más lenta para dirigirse a objetos que producen
algún sonido o para explorarlos.
La edad en la que los niños ciegos alcanzan la permanencia del objeto, una de las conquistas
principales del niño pequeño en sus relaciones con el entorno, es motivo de controversia.
Cuando se tienen en cuenta los parámetros propios de los niños videntes, es decir, la búsqueda
del objeto próximo que ha desaparecido, no es extraño que los niños ciegos tengan dificultades
para buscarlo y que den la impresión de que la adquisición de la permanencia del objeto se
retrasa. Sin embargo, cuando se analiza esta misma situación utilizando la audición o el tacto,
las pautas evolutivas de los niños ciegos son similares a las de los videntes, pues buscan el
objeto en torno a los 18 meses. Hay que señalar que para alcanzar este logro es preciso que el
niño experimente con anterioridad la forma, la textura, la música o el sonido de los objetos, pues
sin este tipo de actividades sensoriales el niño ciego no sabrá que existen esos objetos.
En relación con el juego simbólico, de nuevo hay que tener en cuenta las dificultades de los
niños ciegos para representarse los objetos que no ven e incluso que no han visto nunca y para
imitar los comportamientos de los otros. Lucerga y Gastón (2004) indican que a partir de los
dieciocho meses el niño ciego comienza a imitar algunas acciones de la vida cotidiana referidas
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a sí mismo y posteriormente puede imitar estas acciones como si fueran reales: realiza acciones
de comer solo con un plato y cubiertos pero sin comida o de lavarse con una esponja pero sin
agua.
Más adelante los niños pueden organizar sus juegos de ficción con la presencia de otras
personas con las que realizan actividades simbólicas. Pero en este proceso de construcción
simbólica, es importante ayudar al niño a que reconozca los objetos que utiliza y a que
comprenda las posibilidades de organizar secuencias de acciones con libertad e imaginación.
Para ello, ha de disponer de los juguetes y materiales adecuados, unos realistas y otros más
ambiguos, para ofrecerle más opciones de simbolización. En este proceso, el lenguaje ocupa un
lugar importante porque el niño puede apoyarse en él para elaborar sus juegos.
Ochaita y Espinosa (1999) al analizar el desarrollo cognitivo en las etapas escolares recurren
de nuevo al lenguaje para explicar la capacidad de los niños ciegos de superar sus retrasos en
algunas dimensiones intelectuales, razonamiento que también utilizan al señalar que los
invidentes encuentran más fácil planificar el juego que ejecutarlo gracias a la utilización del
lenguaje.
La mirada, la atención conjunta, la sonrisa y el vínculo afectivo con la figura materna son
elementos fundamentales en el desarrollo equilibrado de los niños y en ellos se encuentran los
fundamentos de la comunicación y del desarrollo social y afectivo.
Los niños ciegos presentan dificultades importantes para establecer este tipo de relaciones
sociales y comunicativas. Por ello, la intervención en los primeros años para que se establezca
una interacción positiva entre los padres y el niño es de enorme importancia. La dificultad es,
además, mutua: el niño tiene dificultades en su comunicación social y en el conocimiento del
otro, pero también al adulto le cuesta entender las claves comunicativas del niño ciego.
La sonrisa del niño ciego se expresa ante diferentes estímulos: la voz de los familiares o
conocidos, la estimulación táctil o el contacto corporal. Pero es una sonrisa más irregular,
menos espontánea y con menor capacidad para iniciar la relación social. Progresivamente, el
niño va estableciendo el apego con sus cuidadores adultos y manifiesta en torno a su primer año
de vida la intranquilidad y el rechazo de la proximidad con los extraños y la demanda del
encuentro protector con la voz o el cuerpo de la figura materna.
Los niños ciegos pueden tener dificultades en la utilización correcta de los pronombres
personales, en especial el yo y el tú desde la propia perspectiva, que son también yo y tú para
los otros pero con un significado opuesto. Un problema que refleja el complejo proceso que ha
de vivir el niño para construir su propia identidad en contraposición con la de los otros.
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La adquisición y el desarrollo del lenguaje no muestra especiales problemas en los niños
ciegos. Es normal esperar algunos retrasos en el vocabulario por sus dificultades para
relacionar palabras con objetos no observados. Lo mismo sucede con el componente
semántico del lenguaje, estrechamente relacionado con el conocimiento del mundo que tenga la
persona. Los niños ciegos muestran en ocasiones diferentes estereotipias en su lenguaje que se
manifiestan en la repetición automática de palabras o en frases sin intención comunicativa.
Algo similar ocurre en su comportamiento motor, lo que se ha denominado “cieguismos”:
actividades motoras repetidas de forma estereotipada.
La carencia para la construcción de los conceptos del yo de los otros apuntan al mismo tiempo
a las dificultades iniciales que va a vivir el niño ciego para las relaciones sociales con los otros.
El niño ciego tiene problemas para percibir las emociones de los otros, pues se expresan a
través del rostro y del cuerpo, y para expresar las suyas propias, pues le cuesta comprender las
reacciones de los otros ante ellas. Por ello, las actividades mediadoras del adulto para
favorecer la interacción social, el conocimiento y la expresión de las emociones y las
actividades compartidas entre los compañeros se constituyen en uno de los principales
objetivos de la actividad educadora.
Junto con la interacción social, hay que destacar las habilidades para la orientación y la
movilidad que facilitan la autonomía personal y permiten a las personas con problemas
visuales participar en actividades dentro y fuera de la escuela. No es fácil adquirir la orientación
para las personas con dificultades visuales, sobre todo aquellas ciegas desde el nacimiento. Hace
falta construir el esquema corporal, los conceptos espaciales y de distancia y los mapas mentales
del entorno. Este tipo de habilidades favorecen la autonomía y la dependencia.
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importante de información sobre todo acerca de la distancia y los obstáculos. Además, la
orientación en espacios abiertos plantea una mayor exigencia sobre la memoria y las
habilidades cognitivas de las personas ciegas, pues han de prestar una atención constante a las
señales percibidas por otros sentidos distintos de la visión, recordar las instrucciones verbales y
realizar inferencias sobre distancias, giros, direcciones y posibles obstáculos.
INTRODUCCIÓN
El oído forma parte de un sistema sensorial más amplio y complejo, la espaciocepción, integrado,
además por la vista, el tacto, el equilibrio y la propiocepción. A través de este sistema el organismo se
sitúa dentro del espacio, se forma un concepto aproximado de su entorno y entra en relación con él.
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El oído y la vista constituyen las principales herramientas para la percepción a distancia. La visión es
direccional, enfoca solamente el área frontal de la persona, y puede interrumpirse durante el sueño y en
cualquier momento con sólo cerrar los ojos. La audición se extiende en todas las direcciones y continua
dispuesta incluso durante el sueño. Le corresponden funciones de exploración y de alerta.
La audición, en general, parece servir más como sentido de los trasfondos y la visión como sentido de
los primeros planos. La vista disfruta de una mayor estabilidad en los estímulos a los que es sensible.
La imagen de un cuadro permanece mientras se contempla. Los estímulos auditivos desaparecen,
parecen no poder ser fijados en el tiempo, la música pasa, tiene una permanencia limitada. La audición
es un sentido más temporal y la visión es, sobre todo, espacial.
La audición, por lo tanto, se caracteriza por su disponibilidad inevitable, susceptibilidad a todo tipo de
sonido y por su fluidez. Esta disponibilidad permanente aporta ventajas pero también conlleva
inconvenientes; así, por ejemplo, una experiencia visual puede evitarse con sólo volver la cabeza o cerrar
los ojos, la audición, si no existe una lesión o trastorno, no cuenta con esta posibilidad.
La audición es la base para la construcción de la lengua oral. Pero supone mucho más, contribuye de
forma decisiva a tomar conciencia del mundo que nos rodea i interviene en funciones relevantes para la
supervivencia.
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juega un papel decisivo en la percepción del tiempo y del ritmo, también interviene de forma
importante en la percepción del espacio. La visión ofrece la perspectiva, la audición la distancia.
La imagen del mundo exterior que percibe el sordo profundo está amputada de rasgos acústicos,
lo que contribuye a hacer una realidad más plana, pues dispone de menos aportes informativos
sobre las distancias. La audición también influye en el desarrollo de la motricidad general.
Otra repercusión de la sordera es la atención dividida. Por ella, a la persona sorda no le es
posible la convergencia simultánea entre comunicación y experiencia. Por este motivo, se
obligada a aprender cuándo, donde y qué debe mirar, secuencialmente. La persona sorda no
podrá actuar y recibir instrucciones al mismo tiempo, no podrá escribir mientras le explican el
temario…
Mientras que las personas oyentes construyen su experiencia a base de imágenes sonoras, más
efímeras y basan su percepción en códigos auditivo-vocales, las personas sordas fundamentan
su percepción en imágenes visuales, más estables y en códigos visoespaciales.
CONCEPTO
La sordera es un término general usado para describir todos los tipos y grados de pérdida auditiva. Los
términos sordera, discapacidad auditiva e hipoacusia se utilizan frecuentemente como sinónimos, para
hacer referencia tanto a niveles de pérdida auditiva leves como profundos. En los últimos años la
terminología próxima al campo de la deficiencia auditiva ha sido matizada para destacar que una pérdida
auditiva total es poco común y que es posible la existencia de algún grado de audición residual. Este
punto de vista es el que ha influido también en la adopción del término “con pérdida auditiva” como
preferible al de “sordo”.
Son diversos los factores que pueden influir en el desarrollo cognitivo, lingüístico y social de los niños
sordos, destacando como fundamentales: la etiología de la sordera, el tipo y el grado de pérdida
auditiva, el nivel intelectual del niño, la presencia o ausencia de otros problemas asociados, la
detección temprana y la implicación de la familia. No obstante, cuando se recurre a este tipo de
clasificaciones, frecuentemente parece ponerse mayor énfasis en la discapacidad que en las
potencialidades y en los recursos a utilizar para su optimización. Una sexta variable a considerar seria el
conocimiento que posee la familia del sordo acerca de la sordera y de sus implicaciones . Esta
variable frecuentemente está relacionada con la presencia o ausencia de personas sordas y con
conocimiento de la Lengua de Signos en los contextos más próximos al niño.
ETIOLOGIA
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Causas prenatales. Aproximadamente el 40% de las sorderas de origen prenatal son de causa
genética. Pueden ser provocadas por infecciones bacterianas o virales (rubéola,
citomegalovirus, herpes, toxoplasmosis…), por diversos fármacos con capacidad tóxica y por
radiaciones en grandes dosis.
Causas perinatales (en los momentos próximos al nacimiento). Representan el 7-7% del total
de las pérdidas auditivas. Los principales factores etiológicos durante el período prenatal son:
prematuridad y/o bajo peso al nacer, falta de oxígeno en el parto, hiperbilirrubinemia,
infecciones y ototóxicos.
Causas posnatales (posteriores a los primeros 28 años de vida). Las enfermedades y lesiones
que provocan déficits auditivos con mayor frecuencia son: otitis media crónica, infecciones
generales que afectan al oído (meningitis bacteriana, sarampión, parotiditis), ototóxicos y
traumatismos.
CLASIFICACIONES
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los niños de infantil y primaria.
Sordera neurosensorial o de percepción. Están ocasionadas
por lesiones cocleares o disfunciones que afectan desde el
oído interno hasta el área auditiva del lóbulo temporal.
Acostumbran a ser permanentes y de mayor gravedad. Su
origen puede ser diverso y pueden ir acompañadas de una
variabilidad en los restos de audición.
Sordera mixta. Tienen componentes de percepción y
componentes de transmisión.
EN FUNIÓN DEL GRADO DE Mediante las audiometrías se realizan las clasificaciones del
PÉRDIDA AUDITIVA nivel de audición y de la pérdida auditiva media en decibelios
(dB), a partir del umbral de audición y de índices como el de
HAIG que tienen en cuenta la pérdida del sujeto en las
frecuencias de la conversación (500-1000-2000 Hz).
El grado de pérdida auditiva tiene una importante repercusión en
el aprendizaje del lenguaje y en el desarrollo cognitivo y social
del niño.
A continuación, se recogen los diferentes tipos de pérdida:
Audición normal (0-20 db). Es la que poseen aquellas
personas cuyo umbral auditivo es inferior a 20 dB. Perciben
el habla sin dificultad. No muestran ningún problema
funcional.
Sordera leve (20-40 db). El umbral de audición se sitúa
entre 20 y 40 dB, por lo que en condiciones normales pueden
pasar desapercibidos. Sin embargo, en ambientes con ruido
pueden tener dificultades para comprender los mensajes y
pierden información, más cuando deben reconocer palabras
de uso poco frecuente. La ayuda de una prótesis adaptada la
intervención logopédica pueden ser necesarias. Las
características de la sordera leve son las siguientes:
- Suelen ser sorderas de transmisión o
conductivas por problemas en el oído medio,
muchas de ellas reversibles.
- Perciben el habla expresada con voz normal,
pero pueden tener dificultades en el habla con
voz baja o lejana.
- Detectan e identifican los ruidos familiares
cercanos pero les resulta complicado, en
ocasiones, explorar los segundos planos no tan
próximos.
- En mensajes hablados pueden solicitar
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repetición porque no llegan a una percepción
perfecta de la información.
- A veces pueden tener problemas al articular
algún sonido concreto (p.ej. la pronunciación
de “fero” o “finco” por “cero” y “cinco”.
- En algunas situaciones pueden beneficiarse del
uso de audífonos, de aparatos FM y nuevas
tecnologías.
- Para su escolarización pueden necesitar de
recursos y ayudas específicas (p.ej. ubicación
física ante la pizarra, profesor de apoyo para
reforzar determinados contenidos).
Sordera media (41-70 db). El umbral de audición se
encuentra entre 40 y 70 dB.
- No perciben bien una conversación normal.
Perciben el habla si se eleva un poco la voz y el
interlocutor se le dirige directamente, mirando a
la cara. No oyen la conversación cuchicheada,
ni la voz lejana.
- Entienden mejor si ven la cara del interlocutor
cuando se les habla. Se benefician de la
labiolectura.
- Captan algunos ruidos familiares de la vida
diaria, otros ya no los detectan o no los
identifican.
- Suelen reaccionar ante los primeros sonidos
que les llegan, se vuelven, los investigan.
- Al hablar pueden distorsionar algunos sonidos
del habla especialmente las consonantes más
agudas y/o sordas.
- Si se trata de niños pequeños, el lenguaje oral
manifiesta un retraso en su aparición. Es
frecuente encontrar lagunas de vocabulario
dificultades en la construcción de la sintaxis de
las frases.
- La comprensión lectora puede verse afectada.
- En conversaciones habladas rápidas no llegan a
recibir la totalidad de la información, esto
afecta a su participación y comunicación en
grupo.
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- Es importante que acepten su sordera y
conozcan sus limitaciones en la recepción de
los sonidos.
- Siempre que puedan aprovecharlos es
importante el uso temprano de audífonos y de
otras ayudas técnicas.
Sordera severa (71-90 Db). Es aquella cuyo umbral está
entre 71 y 90 dB. El proceso de adquisición del lenguaje
oral no se realizará de manera espontánea por lo que será
imprescindible una intervención logopédica tanto con el fin
de lograr un habla inteligible como para desarrollar un
lenguaje estructurado y rico en vocabulario. En general se
caracteriza por los siguientes rasgos:
- No perciben fácilmente la conversación. Al
aproximarnos a las pérdidas medias de 90 dB
habrá sonidos que no oirán ni descodificarán.
- Perciben los ruidos intensos y graves, pero no
los sonidos medios o lejanos.
- Necesitan apoyarse en la labiolectura.
- La lengua oral tendrá que ser aprendida con
ayuda de especialistas.
- La pérdida de audición puede repercutir en la
participación e integración social. Los
diálogos orales en grupo y las situaciones de
complejidad social les resultaran muy
incómodas debido a la dificultad de recepción y
comprensión de los mensajes.
- La gramática y la sintaxis pueden resultar
afectadas, también la pronunciación, la
entonación, el ritmo y la riqueza de
vocabulario hablado.
- Normalmente su nivel de comprensión lectora
es inferior al que correspondería a la edad del
sujeto.
Sordera profunda (91-120 dB). Es aquella cuyo umbral está
entre 91 y 120 dB. Implica problemas para el aprendizaje
de la lengua oral por vía auditiva. Resulta imprescindible al
enseñanza por vía visual, necesitando no sólo el
aprovechamiento máximo de sus restos auditivos sino de una
intervención educativa especializada.
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Cofosis (más de 120 dB). Se denomina cofosis a la pérdida
total de audición. Por encima de los 120 dB no hay restos
auditivos.
Para entender mejor esta clasificación, se pueden establecer unas correspondencias entre la intensidad
del sonido con algunos ejemplos ilustrativos de la vida cotidiana:
- 20 dB – Habla en cuchicheo
- 40 dB – Habla suave
- 60 dB – Conversación normal
- 80 dB – Tráfico ruidoso
- 100 dB – Perforadora
- 140 dB – Reactor
OTRAS CLASIFICACIONES
En educación se acostumbra a clasificar a los niños con deficiencia auditiva en unas categorías más
amplias y comprensivas, menos centradas en el déficit y más en sus necesidades educativas. Por este
motivo, cada vez con mayor frecuencia, en los ámbitos próximos a la intervención educativa, se establece
una distinción amplia entre:
Hipoacúsicos. Hacen referencia a aquellas personas cuya audición presenta alguna dificultad,
pero con unas características tales que, con prótesis o sin ella, la audición resulta funcional para
la vida diaria (p.ej. incluso pueden adaptar su audífono al teléfono y conversar a distancia). El
grado de pérdida permite la adquisición del lenguaje oral por vía auditiva, aunque tal vez puedan
producirse ciertas dificultades de articulación, de léxico y de estructuración.
Sordos profundos. Sujetos cuya audición no es funcional para la vida ordinaria y no les permite
la adquisición del lenguaje oral por vía auditiva, aunque sí puede hacerlo, en mayor o menor
grado, por vía visual. “Un niño considerado sordo profundo si su pérdida auditiva es tan grande
que, incluso con una buena amplificación, la visión se convierte en el principal lazo con el
mundo y en el principal canal de comunicación”. La respuesta educativa que reciben estos
alumnos en nuestro país es muy diversificada; yendo desde la escolarización en escuela ordinaria
a escuelas específicas para sordos. Aconsejamos su agrupamiento en centros ordinarios y/o en
escuelas específicas con PROYECTO BILINGÜE PARA SORDOS.
LAS AUDIOMETRÍAS
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mastoides. Para realizar una audiometría, se introduce a la persona en una cabina aislada acústicamente,
de forma que el ruido de estimulación no se mezcle con el ruido ambiente de la sala de exploración. La
audiometría se representa en una gráfica llamada audiograma.
Las deficiencias auditivas se acompañan con cierta frecuencia de otras anomalías o malformaciones. En
más del 40% de las sorderas están presentes factores etiológicos de riesgo como la prematuridad extrema
y bajo peso, meningitis, síndromes malformativos, etc. No debe de extrañar que, en consecuencia, entre la
población sorda puedan abundar problemas asociados.
Los factores etiológicos y síndromes que más frecuentemente pueden ocasionar sordera y otras
discapacidades asociadas son: anoxia, prematuridad extrema, rubéola, parálisis cerebral, citomegalovirus
y determinados síndromes.
Si las personas somos muy diferentes entre sí, también lo son las personas sordas y las sordas
plurideficientes lo son aún más. En cualquier caso hay cierta sintomatología o características que
encontramos con frecuencia en estas personas:
En los casos muy graves puede observarse falta de motivación por la comunicación, tendencia al
aislamiento, evitación e incluso negación a fijar la mirada y a establecer contacto visual.
Los problemas motores en las manos dificultan la expresión en lengua de signos. Las
dificultades de comprensión de las producciones del sujeto pueden provocar incomprensiones
por parte del interlocutor y respuestas no pertinentes.
La pobreza de comunicación dificulta el control externo y razonado de la conducta y, por tanto,
la interiorización de normas.
La dificultad para comunicar a los demás sus necesidades y deseos, e incluso la incapacidad para
autoinstruirse repercute en consecuencias negativas para el autocontrol y favorece comportamientos
irreflexivos, impulsivos e introvertidos.
La dificultad para centrar y mantener la atención genera una pronta aparición de la fatiga,
escasa capacidad para perseverar en tareas complejas y baja resistencia a la frustración.
Los problemas de comunicación provocan desinformación y desorientación.
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Atención selectiva. Se orienta hacia un tipo de estimulaciones y descuida el resto. Ejemplos:
priorizan en exceso lo visual, o lo táctil, o sólo se fijan en el color y no en la forma y la textura.
Dificultades de equilibrio y de orientación espaciotemporal.
Dependencia o papel más relevante de otros sentidos, como son el tacto y el contacto y el olfato.
Dependencia de las rutinas cotidianas. Los cambios en las rutinas provocan resistencias y
respuestas negativas.
La mayor parte de los sordos plurideficientes cuentan con algún resto auditivo. El impacto de la sordera
cuando existe otro déficit, es de extrema gravedad, particularmente cuando se asocia al retraso mental o a
la ceguera.
SIGNOS DE ALERTA
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DE 9 A 12 MESES No reconoce palabras familiares
No entiende la negación
Incorpora una comunicación gestual de indicación y de
designación
Si el interlocutor se acompaña de gestos mejora su
comprensión
D 12 A 18 MESES No dice “papá” y “mamá” con contenido semántico
Ausencia de palabra articulada y de denominación e objetos
familiares
No responde a estímulos sonoros que se producen fuera de
su campo visual
Emisiones vocales incontroladas
Cuando se le nombran objetos y personas familiares no los
señala
DE 18 A 24 MESES Desatención a la explicación de cuentos
Comprende órdenes sencillas cuando se acompañan de un
gesto
Le cuesta identificar correctamente las partes del cuerpo
No responde cuando se le llama por su nombre
Retraso en la aparición de las primeras palabras
No construye frases de dos palabras
DE 24 A 36 MESES Retraso en la aparición y producción de palabras y primeras
frases
Gran dificultad de articulación
Las palabras que produce son ininteligibles
Dificultades motrices relacionadas con la orientación
educativa
No repite frases
DE 3 A 4 AÑOS Imposibilidad de mantener una conversación sencilla
A la pregunta de “qué le ocurre” le cuesta poder explicarlo
5 AÑOS No conversa con otros niños
Su lenguaje oral es poco inteligible, lo entienden las
personas allegadas
INDICADORES DE SORDERA ADQUIRIDA
Regresión de la expresión vocal
Deterioro de la palabra articulada
Modificación del comportamiento; aumenta la agresividad y la introversión; sobresaltos
nocturnos.
ALGUNAS CONSIDERACIONES PARA EL CONTEXTO ESCOLAR
Signos de alerta en este contexto específico pueden ser:
No responde cuando se le llama
Confunde palabras similares
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Habla poco, cuesta entender lo que dice. Se expresa con frases sencillas.
Falta de atención y de participación en situaciones de grupo.
Inseguridad manifiesta, temores.
Necesidad de repetición de consignas.
Dificultad de comprensión de consignas y de explicaciones del aula.
Pendiente de lo que hacen los compañeros. Copia mucho.
Conductas imitativas.
Desconcierto y desorientación ante situaciones nuevas.
Dificultades de equilibrio y motoras.
Dificultades de lenguaje y/o retraso en el habla.
Dificultades de aprendizaje
Desde los inicios de su desarrollo la persona sorda va a encontrarse en una situación de riesgo al no poder
acceder a la información de manera normal como las personas oyentes y va a necesitar de recursos y
ayudas técnicas pero también va a necesitar que las personas cercanas y profesionales que van a
interactuar con él colaboren de manera interdisciplinar para contribuir al desarrollo máximo de las
potencialidades del sordo.
LA COMUNICACIÓN ORAL
También conocida como auditiva/oral; es un sistema de comunicación que requiere de la audición para
procesar el lenguaje oral y la expresión oral.
Los métodos orales parten de la confianza de una educación exclusivamente oral y tienen como objetivo
principal la integración del niño sordo en la sociedad de oyentes. Este objetivo ha conducido durante
años a los educadores de sordos a evitar la enseñanza y uso de las Lenguas de Signos, con el propósito de
evitar posibles interferencias que se creía que se podrían producir cuando intentaran aprender la lengua
hablada.
Ponen énfasis en el aprendizaje de la lectura labial como medio complementario para la comprensión de
los mensajes de los hablantes y, en general, prescinden de la utilización de gestos que pueden servir de
ayuda a la comprensión de los mensajes. Sin embargo, cuanto más severa sea la pérdida auditiva, menos
información obtendrá la persona a través del oído y, en consecuencia, va a necesitar claves visuales para
recibir e intercambiar información.
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Metodologia verbotonal
Entre las metodologías focalizadas en la producción de lengua oral, destaca la metodología verbotonal,
bastante extendida en escuelas para sordos en la pasada década. El método verbo-tonal considera todos y
cada uno de los actos del lenguaje como actos de comunicación y establece paralelismos entre los
procesos de adquisición del lenguaje en el niño sordo y el oyente. Este método establece la percepción
auditiva como el principal eslabón en la cadena de comunicación. Se parte de la aceptación de que si la
percepción está alterada también el habla se verá afectada y se persigue el objetivo de lograr mejorar ese
habla.
El procedimiento pedagógico que emplea abarca dos amplias áreas: el trabajo individual y la actividad
en grupo. Esta última, muy valorada, consta de: sesiones colectivas y de ritmos fonéticos y sesiones
colectivas de Lenguaje Estructuro-Global Auditivo-Visual..
Lectura labial
Se refiere al reconocimiento de las palabras habladas mirando hacia los labios del hablante, los
movimientos de la boca y las expresiones faciales.
Es sabido que, para las personas sordas, la lectura labial puede resultar difícil, dado que, si bien hay
determinados sonidos del habla muy visibles, otros no se pueden percibir con la mirada. Por ejemplo,
palabras como papa/mama/mapa o palabras como pala/bala/vara aunque son muy diferentes en
significado, si se interpretan únicamente con lectura labial pueden prestarse a confusión y, en general,
necesitan estar contextualizadas para evitar su confusión.
LA COMUNICACIÓN GESTUAL
Entre los métodos gestuales consideramos tanto las Lenguas de Signos como los sistemas de
comunicación signados concebidos con finalidad educativa o sistemas de signos manuales pedagógico.
Entre sus objetivos se persigue la educación de los niños sordos mediante la comunicación gestual formal,
es decir la Lengua de Signos de la Comunidad de Sordos con alguna adaptación de la misma,
auxiliados por la dactilología y, en general, combinados con la lectura labial. En su mayoría se proponen
la integración del sordo en la comunidad Sorda como en la sociedad oyente.
Se refiere a los movimientos de manos y de dedos para representar cada una de las letras del alfabeto para
formar palabras, frases y oraciones. En ningún momento es utilizada de manera exclusiva por los
signantes sordos, pero sí que recurren a ella cuando desean deletrear un neologismo, un nombre
geográfico, un apellido u otra palabra, generalmente técnica, que carece del signo correspondiente en la
Lengua de Signos.
La comunicación total
Es una filosofía impulsada por muchos programas de educación de sordos de todo el mundo. Incluye la
estimulación auditiva, el habla, la lectura labial, la Lengua de Signos, los gestos y dactilología. La
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comunicación total implica la elección de uno de los métodos o de una combinación de los mismos para
comunicarse de manera efectiva, según convenga. Este planteamiento parece intentar recoger lo más
pertinente de cada una de las metodologías para la aproximación a cada caso individual, ya que pretende
integrar todos los sistemas conocidos. Al adoptar esta opción para la invención se corre el riesgo de
realizar una mezcla de códigos durante los intercambios comunicativos, si no se procede a una clara
definición del sistema elegido por cada locutor o para cada situación.
Es un sistema de movimientos manuales usados en combinación con el habla para hacer la fonética más
receptiva a través del canal visual. Está considerado dentro de la corriente oralista de aprendizaje de la
lengua para niños sordos, pues pretende facilitar al niño sordo, mediante muy pocos signos, la percepción
de aquellos rasgos fonémicos de la lengua que no puede percibir con el oído.
El Cued Speech usa 8 movimientos o figuras diferentes realizadas con distintas posiciones de los dedos
(kinemas) y tres posiciones de la mano (lado, barbilla y garganta) para clarificar sonidos que no pueden
ser distinguidos a través de la lectura labial.
Al ofrecer una representación visual-manual de sonidos del habla que se pueden confundir en la
labiolectura, puede resultar de utilidad para explicar las características y diferencias entre una
pronunciación y otra. Se utiliza en intervención educativa y logopédica para una aproximación fonética a
la lecto-escritura. Algunas desventajas de esta aproximación son las propias limitaciones actuales de su
ámbito de enseñanza. Es una técnica que se utiliza más en sesiones logopédicas individuales, y son
escasos los centros dotados de maestros, intérpretes u otros profesionales que dominen el Cued Speech.
La comunicación simultánea, habla signada o sistema bimodal es el uso tanto del habla como de los
signos. Este sistema no excluye la lectura labial, los signos y la dactilología.
La comunicación bimodal está basada en la traducción simultánea, con signos, de la lengua oral. Es decir,
se usan simultáneamente palabras del habla con signos de la Lengua de Signos, respetándose
fundamentalmente, la estructura del lenguaje oral.
Alguna variante del sistema bimodal es el sistema signado exacto, usado en educación, apoyando
visualmente cada palabra de la lengua oral con un signo, en ocasiones inventado por el centro educativo,
para señalizar todo cuando se expresa en las estructuras de la lengua oral (p.ej. los artículos, el género, el
número…)
Algunos educadores defienden que ofrece resultados favorables para la enseñanza de la escritura en niños
sordos. Se ha comprobado que, a medida que los sordos dejan la escolaridad, tienden a reemplazar el
bimodalismo por la Lengua de Signos de la comunidad adulta Sorda.
Lenguas de signos
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Entre los sistemas de comunicación signados debemos destacar la Lengua de Signos o lengua de la
comunidad de personas de un país o, en ocasiones, de un grupo de sordos ubicados en un territorio. Los
Lenguajes de Signos son lenguajes naturales que se han desarrollado independiente del lenguaje hablado
y no se corresponden lingüísticamente con él. Tienen sus propias estructuras sintácticas y organizativas.
En la tabla siguiente se describen algunas de las implicaciones más destacadas de la deficiencia auditiva
para el desarrollo global del niño sordo y las necesidades que genera en consecuencia.
73
LECTURA TEMA 6 “LA LLENGUA ESCRITA EN ELS ALUMNES SORDS” – ACOSTA, V
Per facilitar aquesta reflexió les preguntes es refereixen a dos dels grans dilemes que habitualment es
plantegen al voltant de la llengua escrita en les persones sordes.
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aquest sentit, diversos estudis (Liberman i Butler) assenyalen que determinades habilitats lingüístiques
es troben relacionades amb tots els aspectes del procés lector, el que demostra que les dificultats que
es presenten en el processament lingüístic incideixen de forma negativa en el procés de lectura dels
nens oients.
Tot i així, encara que el coneixement i domini de la llengua pot ser un dels problemes lligats a
l’aprenentatge de la lectura dels nens oients, generalment quan aquests nens comencen l’aprenentatge de
la lectura posseeixen la competència lingüística suficient per afrontar aquest aprenentatge i han
d’aprendre a utilitzar-ho de manera més complexa, formal i descontextualitzada i adquirir noves
estratègies per accedir al lèxic oral que posseeixen.
En canvi, per la majoria dels nens sords, la situació a l’inici de l’aprenentatge de la lectura és totalment
diferent a la dels oients: inclús dins els nens sords aquesta situació varia depenent d’una sèrie de
variables, entre les que destaquen fonamentalment el grau de pèrdua auditiva (els resultats de diverses
investigacions mostren que els nens que posseeixen una pèrdua inferior a 85 dB tenen uns nivells lectors
superiors als que presenten una pèrdua auditiva superior); de l’edat de començament de la sordesa (els
nens que la seva sordesa s’ha produït després dels 3 anys posseeixen una millor comprensió lectora que si
la pèrdua té lloc abans d’aquesta edat) i de la opció lingüística triada per l’entorn per la comunicació
precoç amb ell (això és, exclusivament oral; amb ajuda de codis complementaris a la llengua oral; o si
s’utilitza la llengua de signes com a forma de comunicació).
A més, s’han d’afegir altres variables que semblen estar marcant diferencies en el desenvolupament de
la comunicació i del llenguatge dels nens sords: l’ús de les ajudes tècniques, com els implants coclears i la
creixent i progressiva incorporació d’alumnes immigrants.
Quan el sistema de comunicació és principalment oral, sense ajuda de sistemes complementaris ni ajudes
tècniques com els implants coclears, la percepció de la parla que tenen els nens sords és incompleta i
es troba plena d’ambigüitats, ja que es realitza a través de la lectura labial i de la denominada
“suplència mental” o procés d’integració de múltiples informacions: el que es veu als llavis, l’expressió
facial del parlant, la informació que ofereix el context i el coneixement que es té de la llengua oral.
Això fa que la major part dels nens comencin l’aprenentatge de la lectura i l’escriptura en una llengua que
no coneixen i no dominen suficient, és a dir, comencen sense haver aconseguit uns nivells mínims de
comprensió i producció lingüística, el que provoca que la majoria dels nens trobin moltes dificultats en
l’aprenentatge de la llengua escrita i que els nivells aconseguits en la lectura i escriptura al final de
l’escolarització siguin molt baixos (Asensio, 1989; Augusto, 2000).
A més, sol ocórrer que l’aprenentatge de la llengua escrita i de la llengua oral es produeixi de manera
simultània, de tal forma que la lectura es converteix en un element essencial en el desenvolupament
lingüístic general d’aquests nens sords.
75
Per tant, si per aprendre a escriure i a llegir són necessàries certes habilitats lingüístiques i els nens sords
presenten uns nivells mínims en aquestes habilitats el moment d’iniciar l’aprenentatge, podem afirmar
que la font principal dels problemes de lectura dels nens sords és el seu insuficient coneixement i domini
de la llengua oral. Analitzarem dos conceptes de forma més concreta: el vocabulari i la sintaxis, el qual
requereix un domini d’una immersió lingüística en la que es garantitzi la percepció total de la parla i per
tant, solen ser bastants resistents a l’ensenyament explícit.
El vocabulari pot considerar-se com una de les variables més importants per progressar en la comprensió
de la llengua i de la lectura i els processos de reconeixement de la paraula (una de les habilitats bàsiques
implicades al procés de lectura que analitzarem més tard). En el cas dels nens sords educats en models
orals sense codis complementaris ni ús d’implants coclears, les investigacions senyalen que l’adquisició
de lèxic és extremadament baixa; la seva evolució és lenta i no s’observen períodes d’expansió
lexical, sinó que el creixement del vocabulari es deu a situacions d’ensenyança planificada pels professors
i pares. Això provoca que a l’inici de l’educació primària aquests nens posseeixin un vocabulari de 200
paraules, el que és insuficient per aprendre a llegir i escriure (Marschak, 1993; Paul, 1996).
Però és necessari assenyalar que no només és important tenir un adequat nivell de vocabulari sinó que
també és precís conèixer els diferents significats que pot tenir una paraula (en aquest sentit, un nen sord
que conegui el significat de la paraula “oberta” en el context “la porta està oberta” o “té la boca
oberta”, pot no entendre el significat de “Maria és una persona molt oberta”). De la mateixa manera,
també és necessari aprendre noves paraules per un mateix concepte (sinònims); és fonamental conèixer
les paraules noves especifiques o tècniques que apareixen en determinats textos i és important
aprendre a fer servir les paraules que es coneixen en el vocabulari expressiu, aspectes en els que els
alumnes sords presenten dificultats (Shirner, 2001).
Un altre dels aspectes que sembla que tenen una influencia clara en l’aprenentatge de la lectura és el
coneixement de l’estructura morfosintàctica de la llengua. A la revisió dels estudis realitzats amb
alumnes sords trobem les següents conclusions:
- Les dificultats que tenen els nens sords en la comprensió i producció de les estructures
sintàctiques de la oració, sobretot a mida que aquestes són més complexes (Quigley i Paul,
1984).
- La percepció parcial de la parla que tenen aquests alumnes fa que normalment identifiquin les
paraules de contingut (verbs i substantius) i en menor mesura, les paraules funcionals
(preposicions i articles).
- Aquestes dificultats amb la sintaxis poden ser un factor menys important per la comprensió de
les habilitats de reconeixement de la paraula.
- Les dificultats sintàctiques poden disminuir l’habilitat dels nens sords per aplicar el seu
coneixement de vocabulari mentre llegeixen.
- Els contextos limitats (tal com histories breus) són més difícils de comprendre pels nens sords
que els contextos amplis (tal com històries llargues o novel·les).
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- El material reescrit controlant la longitud i complexitat de les oracions pot ser més difícil
d’entendre pels alumnes sords degut a l’absència de coherència textual.
Per tant, els coneixements de vocabulari i de sintaxis d’aquest grup de nens sords constitueix una
dificultat important per l’aprenentatge de la llengua escrita i el progrés en aquest coneixement no
es produeix posteriorment donades les reciproques relacions que estableixen entre el coneixement de la
llengua i l’habilitat de lectura (el denominat efecte “Mathew” Stanovich, 1986), és a dir, el coneixement
pobre de la llengua que posseeixen a l’inici de l’aprenentatge de la llengua escrita pot produir unes
habilitats lectores també pobres i, com a conseqüència, aquestes dificultats a la llengua escrita priven a
aquests nens d’una font important de coneixement lingüístic.
L’ús de la comunicació bimodal ofereix als nens sords un instrument de comunicació eficaç que pot
utilitzar des d’edats molt primerenques, pel que milloren la competència lingüística dels nens sords.
Els treballs d’investigació que comparen nens sords que utilitzen la comunicació bimodal davant nens
sords que la seva modalitat comunicativa és només oral, mostren que el primer grup és superior al segon
en el desenvolupament verbal, de manera més concreta, adquireixen vocabulari de forma més ràpida
i s’observa un millor coneixement de la sintaxis; sempre i quan aquest sistema de comunicació sigui
utilitzat de forma sistemàtica per els interlocutors (pares i educadors) i se signen totes i cada una de les
paraules que composen la frase (bimodal estricte). No obstant, quan se les compara amb oients s’observa
un retard en el desenvolupament verbal en relació amb aquests. Així per exemple, els nens sords d’entre 5
i 9 anys d’edat no aconsegueixen el nivell lingüístic de oients de 4 anys, i als 6 anys la seva competència
lingüística no és suficient per l’aprenentatge de la llengua escrita.
77
configuracions de la ma (per identificar les consonants) que s’executen en tres posicions distintes respecte
el rostre (que corresponen a les vocals). Als complements manuals se’ls denomina kinemes i no
posseeixen significat lingüístic. En la paraula complementada es complementen sons (no lletres), de tal
forma que si aquests tenen una imatge visual similar (per exemple M B P) s’acompanyen de complements
manuals diferents; i, al contrari, es complementen els mateixos complements visuals quan les imatges
visuals són clarament diferenciables (per exemple M F T). La paraula complementada no és un sistema
signat ni gestual, ja que les posicions manuals per si soles no ofereixen informació suficient per
comprendre el missatge.
Les investigacions realitzades en l’entorn a les possibilitats que ofereix l’ús de la paraula complementada
en el desenvolupament de la llengua oral i l’aprenentatge de llengua oral són nombroses en la literatura
sobre el tema (Lassaso i Metzger, 1998: Alegria, 2003). Una dada important que es deriva dels treballs
portats a terme es cada paraula complementada millora la percepció de la parla ja que proporciona una
informació fonològica mes completa i menys ambigua que la proporcionada per la lectura labiofacial
sola, el qual contribueix a l’adquisició d’una fonologia de qualitat (com es dedueix en l’ús de que ella fan
els alumnes sords en proves de memòria, judicis d’homofonia i identificació de les paraules presentades
oralment).
Per tot això, la paraula complementada facilita l’aprenentatge de la llengua escrita, ja que permet el
desenvolupament de representacions fonològiques complertes i exactes que possibiliten que els nens
sords puguin utilitzar-les en processos de reconeixement de la paraula (Alegria, 1999 i 2003; Domínguez
i Alonso, 2004).
78
Els implants coclears s’estan convertint en una opció eficaç en la intervenció educativa dels alumnes
sords, sobre tot pels alumnes amb una sordesa postlocutiva. No obstant, en el cas dels alumnes amb
sordesa profunda perlocutiva és on els implants coclears estan tenint la seva major aportació, sobretot si
l’implant es realitza de manera precoç (abans dels 3 anys). Manrique i Huarte, 2002.
Les investigacions realitzades a Espanya (Casino i Cervera, 2001; Manrique i Huarte, 2002; Vaero i
Villalba, 2004) mostren que, en general i com a resultat de l’implant coclear, els nens sords milloren en
l’execució auditiva, en la percepció i producció de la parla i en el desenvolupament del llenguatge ,
encara que apareixen considerables diferencies individuals en els beneficis obtinguts en funció d’una
sèrie de variables: edat de començament de la sordesa, duració, restes auditius, edat de l’implant,
experiència amb l’implant, naturalesa i intensitat de la rehabilitació i la col·laboració familiar, el mode de
comunicació, a nivell intel·lectual, el tipus d’implant, etc.
Els resultats obtinguts amb nens amb un implant coclear precoç (27 mesos) en la anàlisis de la llengua
oral denoten que el vocabulari s’enriqueix a bon ritme i que tenen un domini de la morfosintaxis i de
la pragmàtica molt superior al dels nens sords amb pocs restes auditius i sense implant coclear. Les
produccions orals dels nens amb implant coclear són molt més freqüents, extenses, complexes i precises,
encara que de moment no aconsegueixen la complexitat i concreció dels oients (Valero i Villalba, 2004).
Per tant, les dades de que es disposa en relació amb el coneixement de la llengua oral que aconsegueixen
els nens sords amb un implant coclear semblen ser molt favorables; però “s’ha d’acceptar que encara és
d’hora per fer una valoració definitiva del rendiment i repercussió dels implants coclears, donat que la
majoria dels implants precoços espanyols no sobrepassen els 8-9 anys. Necessitem, almenys, tres
dècades per conèixer amb propietat la influencia que els implants coclears precoços tindran en el
desenvolupament de la comunicació i del llenguatge”.
Si això és així, és encara més d’hora per determinar quina és la repercussió que els implants coclears
precoços tenen en l’aprenentatge de la llengua escrita i aquesta qüestió es converteix en un dels reptes
més importants que se’ns presenta en el futur de l’educació dels alumnes sords. No obstant, si tenim en
compte tot el manifestat fins el moment, s’ha de suposar que la repercussió hauria de ser positiva.
Anteriorment se senyalava que un aspecte molt important per l’aprenentatge de la llengua escrita és el
coneixement i domini que els alumnes presenten de la llengua oral en el moment d’iniciar
l’aprenentatge, el qual, com també senyalàvem, esta bastant condicionat per la percepció de la parla
clara i completa que posseeixen els alumnes. En aquest sentit, i segons les dades anteriors, sembla que els
implants coclears precoços estan complint aquest objectiu.
Tot i així, en la revisió de la literatura sobre el tema no trobem quasi estudis que hagin abordat aquesta
qüestió, probablement perquè encara són molt recents els implants o per la falta de proves que ens
permetin avaluar la llengua escrita dels alumnes sords.
En aquest sentit, creiem que les proves que es descriuen en l’apartat de les estratègies que utilitza el lector
expert oient quan llegeix i escriu, elaborades en una recent investigació (Soriano, 2004), poden servir per
aquest fi (aquest assumpte també s’està abordant en un altre treball d’investigació en curs).
79
És convenient finalitzar assenyalant que en l’actualitat convé ser molt prudents amb aquests resultats i no
deixar-nos portar per un optimisme excessiu que cregui grans o falses expectatives. És important deixar
clares varies qüestions de cares als pares i a la presa de decisions sobre l’educació d’aquests alumnes.
- La primera, que l’implant coclear “no cura” la sordesa, pot ajudar a pal·liar amb eficàcia
algunes de les implicacions més negatives de la sordesa perlocutiva sobre el desenvolupament,
però no elimina la sordesa en si, el nen continua sent sord.
- Una segona qüestió important és que necessita un aprenentatge dur, llarg i costós, una vegada
practicat l’implant, per a que el nen percebi la parla amb eficàcia i, una vegada aconseguit això,
devem treballar els aspectes fonamentals de la llengua que tenen repercussió en els aprenentatges
escolars i en la llengua escrita, és a dir, quan es parla del coneixement de la llengua oral no es
refereix només a l’habilitat de parlar en forma intel·ligible ni a l’habilitat de percebre sons del
llenguatge, es refereix al coneixement del sistema abstracte i internalitzat que forma la base
de la comunicació en una llengua oral.
- Finalment, un altre assumpte d’interès és que no tots els nens amb un implant aconsegueixen els
mateixos resultats, no tots es beneficien per igual, pel que es precís detectar quant trigarà la
llengua oral en desenvolupar-se o si no aconseguirà un nivell suficient per dotar al nen de
altres medis de comunicació (Monfort i Juárez, 2002; Valero i Villalba, 2004).
En definitiva, el repte de futur és realitzar quantitat i varietat d’investigacions en aquest camp, que ens
aportin noves dades i ens permetin prendre les decisions adequades.
En la revisió de la literatura trobem diversos grups d’investigacions que han abordat aquesta qüestió
(Chamberlain i Mayberry, en prensa). Un primer grup de treballs que analitzen la relació entre la llengua
de signes i la lectura són estudis correlacionals, que comparen grups de nens sords fills de pares sords
amb un grup de nens sords de pares oïdors.
Els resultats d’aquests estudis han posat de manifest la correlació positiva entre les mesures de lectura i
les mesures de la llengua de sines, i a més, s’observa que les habilitats més desenvolupades en la
llengua de signes estan lligades a les habilitats més altes en la lectura. És a dir, que el coneixement de
la llengua de signes no interfereix, sinó que facilita l’aprenentatge de la lectura (Chamberlain i
Mayberry, 1994; Hoffmeister, 2000).
En aquesta mateixa línia d’investigació un altre grup de treballs han examinat aquesta relació
independentment de l’estatus sord o oient dels pares i han trobat que els nens, de tots les edats, tenen
millors habilitats de llengua de signes tenen també nivells més elevats de lectura: el qual suggereix
que és el domini de la llengua de signes o la seva qualitat i no simplement el fet de tenir pares sords, el
que més es correlaciona amb el nivell de lectura i escriptura (Strong i Prinz, 1997; Padden i Ramsey,
2000; Chamberlain i Mayberry, 2002). Aquests autors assenyalen que el coneixement de la llengua de
80
signes proporciona el suport lingüístic i cognitiu general necessari (encara que insuficient per si
mateix) per aprendre “noves habilitats de la llengua”, com la lectura i l’escriptura.
El desenvolupament lingüístic d’un nen sord en llengua de signes no difereix del desenvolupament
lingüístic en llengua oral d’un nen oient; i per això, la competència i domini que el nen adquireix en
llengua de signes pot servir per transferir algunes habilitats lingüístiques d’aquesta a la llengua
escrita. Aquesta és la idea defensada per alguns autors al assenyalar que la llengua de signes facilita
l’aprenentatge de la llengua escrita com a segona llengua, idea que ha sigut incorporada en alguns models
educatius bilingues a Espanya.
- Gràcies a que els nens disposen des de edats primerenques d’una llengua, les experiències
d’interacció i comunicació són tan riques i variades i tenen millor accés a la informació i als
coneixements.
- Un altre aspecte és que la llengua de signes provoca un desenvolupament lingüístic en el pla
lèxic, el que proporciona un suport semàntic i conceptual que facilita la comprensió dels textos
escrits. Tot i així, les limitacions de la llengua se signes se situen en els aspectes fonològics i
morfosintàctics.
Per aquesta raó, en algunes experiències bilingues s’estan utilitzant sistemes augmentatius de
comunicació, com la paraula complementaria, que permetin als nens sords crear aquestes
representacions fonològiques (Alonso, 2001; Domínguez, 2003). No obstant, el repte de futur està en la
necessitat de desenvolupar més centres educatius bilingues, més investigacions en aquests centres que
mostren de forma clara els nivells lectors que s’estan aconseguint en els alumnes sords.
Com a conclusió sobre el dilema relatiu al coneixement de la llengua, es podria dir que no és la forma de
la llengua la qüestió més important per al desenvolupament d’unes habilitats de lectura bones, sinó
la QUALITAT de la llengua. La revisió dels treballs presentats posen en evidència l’existència de bons
lectors sors que utilitzen únicament la llengua oral: o que utilitzen la comunicació bimodal o la paraula
complementada, o que utilitzen la llengua de signes. És a dir, una bona llengua és una llengua, sigui quina
sigui la seva forma. Tot i així, s’ha d’assenyalar també que encara que aquest coneixement i domini de la
llengua sigui necessari per aconseguir un bon nivell de lectura i escriptura, no és suficient. Com
assenyalen els models teòrics de la lectura es requereixen altres habilitats perquè una persona es
converteixi en un lector expert, habilitats com el reconeixement de la paraula escrita: per això, es revisen
81
aquests processos. La qüestió central és una mala competència lingüística primària és una mala base
per aprendre llengua escrita i aquesta ha sigut i segueix sent l’origen de moltes dificultats en aquesta
aprenentatge dels nens sords.
Com ja hem vist, hi ha nens sords (igual que oients) que posseeixen un coneixement de la llengua adequat
per aprendre a llegir i escriure i, encara i així, tenen problemes en aquest aprenentatge. En el cas d’aquests
alumnes les dificultats se situen en els processos implicats específicament en el llenguatge escrit. Serien
capaços de comprendre un text en la seva versió oral però no ho aconseguirien, o ho farien sense
problemes en la seva versió escrita.
Els models teòrics psicolingüístics proposen que la comprensió de la llengua escrita implica la presencia
d’habilitats especifiques, i la més important és la capacitat de reconeixement de paraules escrites, és a
dir, la capacitat d’identificar cada paraula com a una forma ortogràfica que té un significat i d’atribuir-li
una pronunciació: i habilitats no especifiques o las implicades també en la comprensió de la llengua oral.
Aquests models teòrics assenyalen que cada una d’aquestes habilitats, especifiques y no especifiques,
impliquen la utilització de codis fonològics. Com assenyala Alegria (2003), aquest terme es refereix a dos
classes diferents de codis: per la naturalesa i funció. En el processament de la paraula, la codificació
fonològica és prelexical, és a dir, ocorre abans del reconeixement de la paraula i té un paper
fonamental en els processos d’identificació de la paraula. En el processament de la oració, els codis
fonològics implicats són postlexicals, són activats després de la identificació individual de las paraules i
tenen una funció mnemotècnica.
El nen abans d’aprendre a llegir coneix moltes paraules (formes fonològiques) i també coneix els
significats corresponents (Morais, 1994). Les formes fonològiques i els significats de les paraules estan,
per tant, associats al seu sistema de llenguatge. El nen, quan aprèn a llegir aprèn a associar la forma
ortogràfica de cada paraula amb la seva forma fonològica. La forma ortogràfica d’una paraula pot
definir-se com una seqüència ordenada de grafemes. És abstracta, en el sentit de que és independent el fet
de que la paraula s’escrigui amb majúscula o minúscula, amb lletra cursiva o separada. La forma
fonològica d’una paraula pot obtenir-se unint-la “tros a tros” a través d’un procés de recodificació
fonològica (estratègia fonològica) o bé a través de l’activació de la forma ortogràfica corresponent, o
sense meditació fonològica (estratègia lèxica).
82
QUINES ESTRATÈGIES UTILITZA PER LLEGIR I ESCRIURE UN LECTOR ADULT SORD
CONSIDERAT BON LECTOR?
En el cas de les persones sordes, un assumpte rellevant en l’estudi dels processos implicats
específicament en el llenguatge escrit seria determinar si els mecanismes de lectura desenvolupats per
aquestes persones són com els dels oients, és a dir, llegeixen i escriuen com els oients? O bé, han
desenvolupat processos diferents?
Aquesta qüestió ha sigut objectiu fonamental d’una recent investigació (Soriano, 2004). En aquesta s’han
analitzat les estratègies d’accés a la llengua escrita de 14 alumnes sords profunds perlocutius (entre 20 i
46 anys) que utilitzen habitualment la llengua escrita per obtenir informació i coneixements i que han
aconseguit un nivell lector suficient per accedir a estudis superiors. Totes aquestes persones han rebut una
educació oral i utilitzen habitualment la llengua oral com a forma de comunicació, encara que
alguns han après la llengua de signes sent grans i l’utilitzen en la seva comunicació amb altres persones
sordes. De forma més concreta, ens formulem varies preguntes:
- La lectura de les persones sordes adultes depèn dels coneixements semàntics o de la utilització
de les estratègies sintàctiques disponibles en el text?
- Quin és el paper que fan els codis fonològics i/o ortogràfics en el cas d’aquestes persones
sordes considerades bones lectores?
Per respondre a primera pregunta elaborarem una prova que denominem “avaluació de lectura
superficial” ELS, que consisteix en la lectura de 64 frases classificades de menor a major complexitat en
funció d’una sèrie de criteris: longitud de la frase, complexitat ortogràfica i familiaritat semàntica de
paraules que composen la frase. A cada una d’aquestes els falta una paraula. La tasca de la persona
avaluada consisteix en completar la frase correctament a partir de les quatre opcions que se’l presenten,
per exemple: lluís llegeix molt (llibres, bé, biblioteca, periòdic).
L’elecció de la paraula correcta exigeix per part de l’avaluat la lectura completa de la frase i la utilització
de les claus sintàctiques presents en la oració: si, pel contrari, realitza un tractament semàntic superficial
de la frase cometrà errors que el conduiran a triar algun dels tres distractors semàntics. Es comptabilitza el
nombre de respostes durant 5 minuts.
Els resultats d’aquesta investigació posen de manifest que les persones sordes adultes considerades com a
bons lectors utilitzen claus semàntiques per accedir al significat de les frases, i porten a terme una
lectura superficial d’elles. És a dir, tenen certa tendència a tractar les frases sense utilitzar els recursos
sintàctics disponibles en el text. Dit d’una altra manera, NO processen tots els components d’una oració
sinó solament els considerats més significatius: generalment, atenen més als substantius i verbs en
detriment de les paraules funcionals i descuiden la posició de les paraules en la frase, pel que perden el
seu sentit.
Per tot això, les persones sordes adultes que van participar en l’estudi presenten uns nivells lectors
d’alumnes oients d’entre 4 i 5 de primària (que van ser utilitzats com a grup de control en la investigació).
83
Per avaluar la segona pregunta utilitzarem una tasca de decisió ortogràfica (Carrillo, 2003) i construïm
una sèrie de proves metafonològiques. La finalitat de la tasca és avaluar la qualitat de les
representacions ortogràfiques que posseeixen les persones sordes adultes. En aquesta prova la
persona avaluada ha de decidir entre dues opcions (paraula o seudohomòfon) que se li presenten per
escrit, quina és la paraula ben escrita (genio-jenio). La proba consta de 34 paraules freqüents i els 34
seudohomòfons corresponents d’aquestes paraules (seudoparaules, on la seva traducció fonològica és
homòfon de paraules reals). Els items contenen grafofonemes inconsistents (H/-; V/B; Ge-i/Je-i) en
posició inicial o intermitja.
El judici sobre la correcció d’una paraula pot estar influenciar per la imatge ortogràfica que tingui
elaborada una persona prèviament i per la fonologia que activi aquella paraula. Si la persona té
suficientment establertes les imatges ortogràfiques d’aquelles paraules, les recordarà, emetrà un judici
basat en la informació lèxica i donarà una resposta correcta. Si no disposa d’aquesta informació o és
pobre, recorrerà a un accés mediat fonològicament. En aquest cas, la fonologia pot actuar com un
element pertorbador en la tasca de decisió i pot conduir a la resposta errònia. L’objectiu de les
proves meta fonològiques és avaluar la qualitat de la fonologia de les persones sordes, analitzant
l’accés i la manipulació de les representacions de les paraules. Aquesta prova consta de tres series
compostes cada una per 15 ítems. Cada ítem consta de 3 dibuixos en color que representen 3 paraules
freqüents.
Els resultats obtinguts en aquesta investigació posen de manifest que els processos d’identificació de
paraules escrites de les persones sordes adultes, considerades bones lectores, depenen més de la
utilització de codis ortogràfics que de codis fonològics. Encara que llegeixen molt, sembla que les
representacions fonològiques que posseeixen són poc precises, ambigües i inexactes, el qual els porta a
utilitzar estratègies ortogràfiques per llegir.
84
D’aquestes dades es poden extreure diverses implicacions educatives, una de les quals és la necessitat
d’utilitzar tots els recursos disponibles per a que els alumnes amb sordesa profunda i perlocutiva
percebin la parla de forma clara i sense ambigüitats, perquè així puguin desenvolupar unes
representacions fonològiques exactes i precises que, a la vegada, possibilitin l’accés al codi alfabètic.
L’alfabet és un codi o un sistema de regles que assigna a cada fonema de la llengua una representació
gràfica diferent. Aquests sistema de regles permet comprendre una sèrie de signes ortogràfics mai
vists amb anterioritat (una paraula nova pel lector), i també fa que es puguin crear noves series de
signes per representar conceptes nous, de manera que les seves representacions siguin intel·ligibles per
tota persona que conegui el sistema. Això provoca que el vincle entre una paraula escrita i el concepte
corresponent no sigui arbitrari, en la mesura en que explota l’associació preexistent entre el concepte i la
seva pronunciació. És a dir, la generativitat del sistema (poder llegir i escriure tot el que pot i podrà dir-
se) es fonamenta en la fonologia (Alegria, 1999). Per això, perquè els nens dominin els processos de
lectura i escriptura han de ser capaços d’aprendre les correspondències entre els fonemes i les lletres que
els representen, pel qual han d’accedir a la fonologia del llenguatge.
La noció de fonologia està normalment associada a l’audició, pel que parlar de fonologia en el cas de les
persones sordes pot semblar estrany. Tot i així, com indiquen alguns autors i s’ha posat de manifest a
algunes investigacions, les representacions fonològiques són entitats abstractes constituïdes per
formacions sensorials d’origen divers, auditiu i també visual o cinestèsic (Doop, 1998; Alegria, 1999;
Alegria, 2003).
Com assenyala Alegria (1999), aquestes representacions permeten distingir parells d’ítems, és a dir, si
una persona és capaç de distingir entre bar i dar o bar i par posseeix dues representacions diferents de tres
elements que es distingeixen per l’element inicial.
En el primer pas, les dues representacions podrien haver-se construït basant-se en informació visual
provinent de la lectura labial, mentre que en el segon par la lectura labial no seria útil, ja que tindria la
mateixa imatge en els llavis i seria necessari la informació auditiva i/o cinestèsic per poder distingir el
segon par.
En la bibliografia sobre aquest tema (Dood, 1998; Alegría, 1999) s’han publicat nombrosos treballs que
comuniquen una interacció entre la informació acústica i visual en el processament de la parla, de tal
manera que la informació visual que acompanya a la producció forma part del procés de percepció de la
parla de les persones oients.
La lectura labial facilita la comprensió de la paraula presentada en males condicions d’escolta: soroll,
persones d’edat avançada, idioma o accent poc habitual, però també en el cas d’un missatge complex en
el pla semàntic. Això és essencial per la comprensió del desenvolupament de les representacions
fonològiques en els nens sords amb pèrdues auditives profundes i perlocutives (sense implant coclear),
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degut a que en el seu cas la lectura labial pot proporcionar informació sobre l’estructura fonològica
del llenguatge parlat.
Tot i així, les informacions fonològiques proporcionades per la lectura labial en absència d’informació
auditiva són insuficients, ja que resulten ambigües. Amb això, les representacions fonològiques
elaborades únicament sobre la base de la lectura labial no donen accés al lèxic intern dels sords d’una
forma unívoca, ja que poden activar varies paraules (Alegria, 1999).
Aquesta és la raó per la qual en alguns models educatius, tant monolingües com bilingues, s’està
utilitzant la paraula complementada com a sistema d’ajuda a la lectura labial, amb la finalitat de
suprimir les ambigüitats intrínseques a aquesta i permetre la percepció de la parla de forma completa i
exacta, de tal forma que els alumnes sords aconsegueixin desenvolupar representacions fonològiques
més completes i precises (Charlier, 1994; Leybaert i Charlier, 1996; Alonso, 2001; Leybaert i Alegría,
2002) i així poder utilitzar-les quan es realitzin tasques metafonologiques (Harris i Beech, 1998;
Domínguez, 2003) i tasques de lectura i escriptura.
Encara així, per poder utilitzar aquestes representacions en lectura i en escriptura els nens han de ser
capaços d’aprendre les correspondències entre els sons individuals del llenguatge, els fonemes i les
lletres que representen els sons, els grafemes. Per això, en primer lloc s’ha de centrar la seva atenció
sobre els sons o accedir a la fonologia de la seva llengua, és a dir, han de ser capaços de manipular
explícitament els segments fonològics de la parla, capacitat que s’ha denominat com coneixement
fonològic. La presencia d’aquesta habilitat a l’hora d’aprendre a llegir i escriure permet que el nen pugui
captar que l’escriptura alfabètica és una forma de representació de la llengua i comprendre el sistema de
regles de correspondència entre lletra i so, i a més, facilita la lectura de paraules noves, ja que, per llegir-
les és necessari segment la sèrie de lletres en unitats que corresponguin als sons individuals (fonemes) i
combinar aquests sons per pronunciar la paraula.
Per tant, la importància que se li concedeix al coneixement fonològic en els models psicolingüístics de
lectura no és exagerada, en la mesura en que permet als nens penetrar en el codi que relaciona la parla
amb allò imprès, com assenyalen Shankweiler i Fowler (2003), el coneixement fonològic és la clau per
llegir en un sistema d’escriptura alfabètic com és el castellà. Per això i donat que aquest coneixement no
es desenvolupa espontàniament, és necessari el seu ensenyament als nens abans i durant
l’aprenentatge de la llengua escrita.
Per plantejar un procés d’ensenyament i aprenentatge de la llengua escrita que contempli les diverses
dimensions presents en aquest complex procés és necessari integrar les diverses dimensions que
permetin als nens sords veure el sentit, l’interès per apropiar-se de l’eina cultural que és la llengua
escrita i que els ajudin a desenvolupar amb facilitat i eficàcia els processos implicats específicament
en la lectura i escriptura. Per això, les pautes d’intervenció que es presenten a continuació s’emmarquen
dins les quatre dimensions (Clemente i Domínguez, 1999; Domínguez i Alonso, 2004), haurien de
contemplar-se per ensenyar a llegir i escriure en un sistema d’escriptura alfabètic: mostrar que representa
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el llenguatge escrit: explicitar quines són les seves funcions dintre de la pròpia cultura: provocar
l’apropiació del codi alfabètic i ajudar a comprendre i produir textos escrits.
La intervenció educativa destinada a facilitar l’accés al codi alfabètic hauria d’abarcar tres objectius, als
que s’hauria d’afegir un més en el cas dels alumnes sords:
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GUIA D’INTERVENCIÓ PER L’ENSENYAMENT DEL CONEIXEMENT FONOLÒGIC A
ALUMNES SORDS
Contextualització de les activitats meta fonològiques El segon pas a seguir en el procés d’intervenció
és la contextualització de les activitats que es desenvoluparan. És important i necessari partir del que en
cada moment estiguin treballant els alumnes a les aules, tenint sempre present el tipus de metodologia i
activitats que s’estiguin desenvolupant en elles (projectes, etc.) És a dir, no es tracta d’introduir un
programa o activitats meta fonològiques a l’aula de forma paral·lela al que els nens estan realitzant en els
blocs de continguts o àrees curriculars, sinó més bé incloure aquestes tasques en aquests blocs o àrees. En
el nostre cas, les activitats meta fonològiques es contextualitzen dintre dels projectes de treball que es
desenvolupen durant el curs escolar.
Un altre aspecte és afavorir que els nens siguin capaços de produir i comprendre textos diferents
amb funcions diferents, al mateix temps que milloren el seu coneixement sobre el codi alfabètic. Per
això, les activitats fonològiques que s’introdueixen o parteixen de textos socials que l’adult signa o
oralitza pel nen (depenent de la competència de l’alumne en cada una de les llengües), creant així
contextos significatius d’aprenentatge i partint dels coneixements previs que els alumnes tinguin, per
ampliar-los i millorar-los.
Realització de les tasques meta fonològiques. Dos exemples a la pàgina 138 del dossier.
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