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Revista de la Federacién Espaiiola de Asociaciones de Terapia Familiar Journal of the Spanish Federation of Family Therapy Associations OSAICC ise ‘moniografico: | CONGRESO IBERICO DE TERAPIA FAMILIAR Conferencia de Valeria Ugazio Los trastornos de la conducta alimentaria: cuando el rechazo a la jerarquia se vuelve derrumbamiento de las diferencias \VALERIA UGAZIO VALERIA UGAZIO nattate of Syemcselacagal Traces (EIST) de Min ypeerra de pening clive en te Fes Ge Bergamo donde ez drctra de octerady en pscslogle chines 1. :Que contlicto cultural expresan los trastornos de la conducta alimentaria? Como dijo Winnicott todos los trastornos pst ‘quicas que en cierto periodo historico se vuel ven enidémicos expresan un conflicto que est viviendo esa cultura. No cabe duda de que los trastornas psicégens de la conducta alimen: taria (TCA) han tenido una extiaordinaria dif sién en 1 bitimos cuarenta afios. Le anorexia Y la bulimia que antes de los afios setenta s& ‘consideraben una rareza, s¢ volvioron 125 pst Copatologias mas comunes sobre todo entre fas jovenes. Se trata de una epidemia que no parece conocer frenos y que se difunde rapi- Bamente también en los paises no occidenta- {es a medida que estos asimilan su cultura Se trata de una epidemia que atafe sobre todo 2 las mujeres. Como pas6 con la histera a f ales de siglo diecinueve, son las mujeres las protagonistas de esta psicopatologia. La rela: ‘cién mujeres-hombres se mantiene alrededor ide 9-1 en Ia anocexia y es todavia més des equilibrada en la bulimia, No se puede decir fo roismo con la obesidad cuya difusion en tos igoneros es mas equilibrada (IASO, 2009). Nos tenemos que preguntar entonces: gcuél es eb contlicto especifico que nuestra cultura std viviendo y que expresan los TCA? Si en Ta ratz de esta psicopatologia esta un conflic~ 4p cultural, este tiene que ser un eonflicto en cl que todos nos sentimos involucrados. Este interrogante lleva consigo otros: gpor qué pre- cisamente los uitimos cuarenta afios se han jwuelte el teatro de este conflicto? ;Qué he ‘cambiado en los dltimos cuarenta anos para que un conflicto anteriormente inexistente 0 fen la sombra se haya vuelto central? ;Por qué ‘son sobre todo las mujeres Jas que expresan tte conflicto? Mi escrito intentaré responder 2 estos inlerrogantes. La hipotesis que fare froce también algunas pistas para la estrate gia terapéutica a seguir con los TCA, 2. El poder en el centro det contficto El conflict que los trastornos de la conducta alimentaria expresan tiene que ver con el po- er. En los contextos familiares que generan Jos TGA prevalece fa que he llamado "semén- tica del poder", caracterizada por dos potari- dades: "vencedor-perdedor" y “voluntad, con- trol, deterrinacién ~ pasividad, docii- dad, dejar que tas coses ocurran”.! Esta ultima "esta jerérqui- camente subordinade a la primera segtin una re- lacién de medio-fin: uno fes vencedor porque © vyoluntarioso, deter rminado, poraue tiene ‘control de si mismo y de los demas, mien: tas que el otro es perdedor porque es pa- sivo, décil, porque se deja fembaucar por fos demés, La benevolencia, fa con- ars un anclsis ris completo de Is semanticn 6 po ‘ory eis tematic preseragss el paras 3 y 4 Seid Genco (2001) 9 Uppal, Neg, Fel, DI Pasquale (@o0a1 26 escendencia, la aceptacién de la definicign ‘que el otto da de la relacién se construyen como pasividad cobarde, ineptitud” (Ugazio, 2001, p.274) Justamente por el hecho de que prevalece esta seméntica, en estas familias la conversacién construye @ quien gana, a quien tiene éxito, 2 Quien sabe hacerse valer y a quien al revés es vencido y no es capaz de imponerse. En estas familias vencedores y pardedores, determina dos y déciles, se encuentran y se enfrentan personas pasives, ineptos, que se rinden {rente las dificultades. Los miembros de es- tas familias se casan con personas con éxito © capaces de alcanzarlo gracias @ su voluntad y detetminacion o, al revés, con personas que se rinden, mediocres, incapaces de afirmarse. Se empefian para lograr poser y prestigio, para Ser atractivos y exitosos en su ambiente Social sufren por su incapacidad de afirmarse y por Somos vencedores 0 perdedores solo en relacién a alguien més. sus fracasos. Compiten para hacerse vale, para imponerse sobre los demés, para lograr Feconocimientos, rompen matrimonios porque ‘su partner no esta igualmente motivado hacia el Grito 0, af contrario, porque fos domina, los apiasta, os humilla. Algunos miembros de la familia'seran considerados exitosos en la co- munidad de pertenencia, mientras otros se ‘considerardn a sf mismos y serén considerados. ‘por los demas perdedores. Y es posible que no falten en ta historia de la familia imprevistos cambios de posicién, En estas familias pasa 2 menudo que los vencedores se arriesguen de masiado y ecaben perdiéndolo todo, mientras ‘otros, incapaces de imponerse durante mucho tiempo, encuentren en cierto punto la garra pata afirmarse. Lo que es cierto es que en es tas familias todos tienen que tomar posicion ‘con respecto a las dos polaridades: vencedor- perdedor y determinacién-condescendencia, La polaridad vencedor-perdedor central en esta seméntica difiere mucho de otras polaridades ‘que provalen en otras familias porque “no puede percibirse, ni siquiera en la experian- cla inmediata, como un rasgo individual. Se refiere exclusivamente a la relacién, Es el re- sultado de una confrontactén” (Ugezio, 2001, 274). Somos vencedares 0 perdedores solo en relacién a alguien mas. Un paciente mio, un exitoso profesor universitario de econdmicas, lider de uno de los butetes mas importantes de Milan, se desesperaba porque se conside- ‘aba un fracasado. Su padre habia sido uno de los politicos mas carismaticos de nuestro Pas. Et repetia a menudo que era poco mas que un gestor: nadie en comparacién con su padte. Una de mis pacientes mas guapas y atracti- vas. se consideraba fisicamente mediocre y suftfa precisamente por su aspecto. De joven habia sido anoréxica y bulimica, y recurrié a mi cuando, ya cerca de los cuarenta, empe- 26 a preocuiparse por el numero ~realmente elevado: de intervenciones de cirug(a estética a las que se habia sometide para mejorar su aspecto, Su hermana era una atractiva actriz “cuando la veo: me decia a menudo- me sien” to sin ningin atractivo”, Precisamente porque la polaridad vencedor- perdedor existe solo como resultado de una confrontacion, cuando prevalece, como en las familias con TCA, las demés personas son per cibides en cada momento y en cada circuns- tancia como centrales para fa definicién del propio ser. “La confrontacién guia tanto tas relaciones intemas al nicleo com las relacio- nes de parentesco” (ibidem, p.275). Ya que los significadas se definen a través de la con- frontacién, tos conflictos competitivos son fa norma y guian a las emociones caracterfsticas desta semantica que resultan ser moduladas en relacién con la posicién de cada partner Ganar al hambre también puede dar, como de hecho da a las ano- réxicas, una sensacién de poder. en el conflicto competitive. Las personas ex- perimentan hacia si mismas sensaciones de eficiencia y competencia, y en consecuencia de confianza en uno mismo, si genan la com- peticién. Gonar al hambre también puede der, ‘como de hecho da a las anoréxicas, una sen- sacién de poder. En los perdedores, prevalece fen cambio un sentimiento de impotencia e inadecuacién. Hacia los demas sienten merito ‘cuando la propia superioridad es reconocida or fos demas partners (cosa que ocurre muy {aras veces a dentro de le propia familia) 0. al ‘conirario, verglenza y pena cuando se sienten en la posicion de perdedores. La batalla por le definicién de fa relacién se ‘yuelve en consecuencia el tema central de la ‘onworsacin. El hecho de que la competicion sea lan central en estas familias no significa ‘que todos compitan para ser vencedores. Al reves, ai lado de anoréxicas y butimicas con ‘peso ideal, usualmente empefiadas a obtener feconocimnientos sociales, hay quien, como e! beso, se rinde. En estas famitias, donde hay quien acepta los retos, hay también quien Se retira momentneamente o para siempre. Ya que esta semantica ctea y hace central él que tiene ésito y él que sucumbe, nadie se puede asentar en su propio posicionamiento, 1 que se encuentra en Ia posicion “perdedo ra raras veces ecepta stv propia rendicion “Nadie puede aceptar que el fracaso absorba casi completamente la propia identidad. Para ‘Quien se encuentra en la polaridad perdedora, ‘aceptar la propia posicidn equivatdria a ad initr. <>. Por €80, Auianes se encuentran en esta posicion, si no tienen posibilidades concretas de desbancar @ fos vencedores, definen al menos como sacri- ficio su propia derrota" (ibidem, p.278-279) y tienden a destruir fa legitimidad del éxito de Jos que se encuentran en posicion vencedora Caplasta a los demas para lograr sus objeti- vos", “Esta dispuesto a sacrificarto todo, afec- tos, obligaciones familiares, amistades, en el altar del éxito"), "Precisamente parque el "perdedor’ no puede aceptar la propia derrota, 1 vencedor’ tampoce puede dejar de trabajar para conserver su superioridad. Canalizeré to Gas sus energias en vistas 2 mantener y hacer aceptar a fos otros miembros de fa familia las Caracteristicas, los signos y los simbolos que le hacen superior. La via que siguen los "vence- dores' a menudo consiste en presentarse @ si rmismos y los comportamientos que les hacen ssuperiares en términas de altruism: trabajan todo el dia para el bien de la familia (no por ‘1 propio éxita), son activos en la comunidad, rmantienen contactos scciales y amistades para favorecer la carrera de otros miembros fe fa familia (no porque se sientan halagados signdo el centro de atencién), son eficientes, bien organizades, dispuestos a compensar & quien, por desgracia, no es capaz de serlo, y ‘asi sucesivamente, Naturalmente, nadie en la familia cree en estas buenas intenciones, ni siquiera quien as ostenta: fos 'vencedares’, puesto que comparten con los otros miembros del nécleo la polaridad semantica critica, son {os primeros en dudar de si mismos, en sospe~ ‘char que su altruisma es un instrumento para ‘estar por encima de los demas: por es0 la ex- hiibiciones de sus buengs intenciones revelan tan a menudo un tono falso y manipuledor” (ibidem, p.279). He afirmado y argumentado, con fos instru rmentos del andlisis clinico, le tesis que tos trastornos de la conducta alimentaria se ca~ racterizan por a serméntica del poder en his torias permitidas, historias prohibidas (2001). Mas recientemente un programa de investi- gacion que utilizé un instrumento que releve las semanticas familiares durante la interac cién terapéutica ~ The Family Semantics Grid (FSG) (Ugario, Negri, Fellin, Di Pasquale, 2008)- demostré que esta serndntica preva fece claramente en la conversacién terapéu- tica con pacientes con TCA (Ugazio, Negri € Fellin, 2009). Resultados parecidos se han fobtenido en otras investigaciones hechas con instramentos diferentes (Castiglioni, Contino fe Golzio, 2003; Castiglioni, Veronesi, 2008). La semantica del poder parece caracterizar to- das las dimensiones construidas en fa conver- sacién con pacientes con TCA: no solamente las emociones las definiciones de uno mismo ¥ de fos demas sino también los valores y las tmaneras de relacionarse con fos demas, inclu yendo al terapeuta. 3. En la semantica del poder las diferencias son ilegitimas Cuando prevalece la semantica del poder, como en las familias en las que se desarro lian TCA, las diferencias se vuelven ilegitimas ¥ los rechazos caracterizan la comunicacion familiar. “Las personas que pertenecen a estas fami lias, como todos los seres humanos, desean diferenciarse los unos de tos otros. Sin embar- £0, el proceso de exteriorizacién de tas carac feristicas individuales resulta problematic. Dado que cualquier definicién de uno mismo esta connotada en los térmnings del mis y del menos y da lugar a una superioridad 0 a una inferioridad respecto a los demas, las diteren- ‘clas son captadas inmediatamente, aunque también temides, negadas, combatidas y a ‘menudo consideradas iegitimas. De hecho, las diferencias no estén al servicio del la co peracid; al contrario, siren para afirmar la propia superioridad frente a los otros miem bros del grupo, para la prevaricacién 0 bien son un indicio del propio fracaso, de la propia rota,” (Ibidem, p.279-280) Por eso en estas familias prevalecen dinémi cs relacionales que tienden 3 desalentar la diferenciacién individual como reconocieron casi todos los psicoterapeutas que se ocupa ron de TCA. La comparacién competitive hace inevitable esta dinamica familiar El prevalecer de la seméntica det poder exp cca también un rasgo caracteristico de estas fa- miligs; fa elevadisima frecuencia de rechazos (elvini Palazzali, 1981). En un contexto en el Que las diferencias se declinan en términos de superioridad ¢ inferioridad, confirmar ta deti hicidn que el otro propone de si mismo signi ficaria exponerse al riesgo de perder Ia propia posicién vencedara o equivaldria a confirmar el propio fracaso. Giovanna vuelve de! colegio, esta feliz, sus compafieros la nombraron en broma “miss ojos verdes”. ;Sus ojos son los ‘mas bonitas de todo el colegio! "LAstima que tienes los tobllos gruesos” comenta riendo su hermana y la madre bromeando aflade “tam- bién ty nariz no es exactamente a la trance. 2.,.". En una familia en la que las diferencias estan al servicio de la competiciin interac~ ‘cones de este tipo son la regla: en efecto ta hiermana y la madre se sienten amenazadas por "miss ojos verdes". "{Nuestros ojos café ‘qué son? :Color estisrcol?® "No dicen las dos mujeres cntre si- tendrés los ojos verdes pero con esos tobillas gruesos y esa nariz aguilofa ‘no eres mas guapa que nosotras”. Es dificil secibir confirmaciones en las familias donde ‘se desarrollan TCA. Los “vencedores”, los ca paces de iniciativa, fos determinados, podrén recibir reconocimientes por la comunidad pero serd muy dificil que puedan compartir su fel. ccidad con la familia, Les mujeres, los herma- hos, las hermanas no negaran que él (0 ella) se ha wuelto un periodista exitoso 0 un paten- te banquero, pero le hardn entender que ha logrado su posicién porque es un egoista, un caradura, sabe encontrar los amigos “correc tos", se ha podido dedicar a su carrera porque Jos demas (ellos) le han solucionado todos los problemas. La competicién desvia la atencién de uno mismo, de sus necesidades, de sus capacidades y recursos. Las personas que pertenecen a estas families son hambrientas de confirmaciones. Cuanto ‘mas la semantica del poder domina sin con. tastes tanto mas las personas que dan vida esta conversacién desarrollan identidades Inseguras por muchas razones. La competi cidn desvia la atencién de uno mismo, de sus nnecesidades, de sus copacidades y recursos. ‘Agemas una identidad segura se puede cons- truir donde las relaciones son estabies. Y esto falta en las familias en las que prevalece le semantica del poder donde los cambios de po- sicion son mucho mas frecuentes que en otras familias, Y una identidad insegura no puede prescindir de las confirmaciones. Esta din mica caracterizeda por un hambre de confir- ‘macionas que solo recibe rechazos, cure un rol que hay que tener en cuenta en el exordio sintomatico de enoréxicas y bulimicas, Noes mi intencion entrar en la dindmica fami liar que lleva al desarcolio de anorexia fovlimia y obesided. Se ha dicho mucho al respecto y To que yo queria decir lo escribi en Historias ermitidas, historias protibidas (2001). Lo {que me interesa subrayar aqui es que las di- ferencias se viven como ilegitimas. "En estas familias las diferencias se leen como fruto de un poder tendenciaimente injusto y arbitrari; pero, sobre todo, las diferencias que regulan las relaciones entre hombre y mujer se con: ciben come abusivas y, en tales contestos, estan de hecho desprovistas de legitimidad. ‘Aqui liene sv origen el rectiazo de la wentidad ‘sexual, tan carecteristico de las psicopatolo- bias alimentarias.” bidem, p.315). "La iden: tidad senual, la diferencia basica, es negada tanto por la anoréxice Como por fa obesa: un esqueleto no tiene identidad sexual, pero tan poco esté sexvada una masa informe de gra 3° (biden, p.315), Las dos condiciones niegan la diferenciacion cde géneto, En Estados Unidos donde hay nt chhos obesos, todos vestidos de l@ misma mar era, e5 dificil distinguir entre hombres y mu: yeres. También la bulimica con peso “ideal”, ftestando mantener su cuerpo en una eterna juventud, contiene la diferenciacién de géne- roy rechaza identificarse con la madre, Coro {0 una paciente bulimica @ peso ideal: “no (quiero ser su mujer (de su pareja) ni mujer de nadie, yo quiero ser le amante, porque la que toma lo mejor es la amante”. Naturalmente delras de estas palabras esta una historia que se puede resumir en dos imagenes: la de su madre, descuidada, con su delantal arrugado, que cria a la paciente y a sus dos hermanos Y trabaja en wna empresa de propiedad de su famtia de origen en la que el marido le ha quitedo completamente et poder y que Hlevard 2 la quiebra: le de su padre, elegante, que sale por la noche, mientras su mujer se queda en {casa con los hijos, para dedicarse a la poltt ‘ca, frecuentar los ambientes que cuentan de su ciudad y eventualmente encontrar 0 une de Sus amantes ocasionales. En las historias fa- miliares de los TCA las diferencias, sobre todo fentre hombres y mujeres han sido teatro de ‘opresiones © han sido vividas asi aa las obesas y las buli- ‘micas quien ha sido d6- cil, nase ha impuesto yhaaceptado la de- finici6n de la rela cién propuesta por ies domas ha sido ‘oprimido, aptasta: do, ganado. 4. La idea de la igualdad como derrumbamiento de las diferencias Si a semantica del poder caracteriza los tres tornas de la conducta alimentaria, podemos refotmular asi nuestras preguntas del comien: (fo: Por qué patologias que expresan tan dra~ imaticamente la idea de poder y control han tomado tal dimension que se han vuelto una epidemia social? {Por qué precisamente en fos aitimos cuarenta fos? ZY por qué preci samente une psicopatologia sobre todo ferme hina manifesta la idea de poder de una forma tan extrema? Creo que tas dificultades para componer 13s diferencias, que se encuentra en las familias donde se desarrollan los TDA, estan atribulan do en diferente medida a todas las familias ide los paises occidentales. La familia, pen sada durante siglos como un lugar en el que Se componian las diferencias entre hombre y mujer, joven y viojo, sano y enfermo, habia te legado la semantica del poder al margen, So- amente en las familias de los rewnantes, 0 de todos mados en las familias poderases, esta semantica estaba en el centro de la escena Hoy en dia los confictos de poder ~ primero ‘que todo entre hombre y mujer ~ pero tarmbién entre hijos y padres, jovenes y viejos, caracte fhzan la vide familiar en casi todos los niveles sociales Selvini Patazzoli (1963) fue quien 2 principio do los aftos sesenta intuyd que la anorexia, {que para ese entonces era una patologta rara se difundiria exponencialmente. Este pionera Gel estudio de los tastomnos de la conducta flimentana formuld la hipetesis de que esta patologia fuera la expresion de una fase de fransicién desde una cultura agricola-patriar- cal a una cultura urbana e industrial, en Ia {que la mujer se sentia cada vez mas insatiste~ Che del rol subalterno al maride pero todavia ro era capaz de afirmar sus propias necesida ides, y en la que los conflictos de pareje ng se podian expresar libremente, No ‘era asi. Los conflictos que alimenta- ban Ia anorexia no eran el fruto de resistencias al cambio destinadas 1 ser superadas a medida que tos valores de la cultura patriarcal hu- biesen perdido fuerza. En la mayo~ ria de las sociedades occidentates 30 solo queda el recuerdo de esa cultura. Los conflictos de la pareja ahora se discuten cada vez més abiertamente, la mujer ha entrado en el mercado laboral y su condicién ha progie- ssado mucho, pero la difusin de los trastornes Psicdgenos de la conducta alimentaria no se ha parado. Al contrario, sigue difundiéndose cada vex mis, Los trastornos psicdgenos de la conducta alimentaria parecen ser a expresidn de los conflictos y rupturas ligados a la entrada tam- bién en las familias de la idea de igualdad como derrumbamiento de las diferencias. Creo que la ditusién epidémica de los trastr: ‘nos de la conducta alimentaria se tiene que ‘explicar partiendo del cambio mas grande que nuestra sociedades han vivido en los dltimos ‘cuarenta affos: la entrada en las familias de relaciones igualitarias. No solamente marido Yy mujer sino también padres © hijos hoy en dia son portadores Ue derechos y necesidades parecidas, Todos hemos sido protagonistas de esta transformacion que primero se ha im- puesto en los niveles mas cultos ~ en fo que se hha desarroliado fa anorexia al principio. ¥ este es un cambio ireversible, Nadie, tampoco, Jlora a la familia pateiarcal; hoy en dia no se puede concebir una organizacién familiar en la que las relaciones no sean igualitarias, Cier- tamente las mujeres no estan dispuestas a vol ver atras y tampoco los hijos. Personaimente ‘no puedo pensarme @ mi misma en un mundo en el que la idea de igualdad sea silenciada El concepto de iguaidad tiene un ral tan fun: dante en las culturas occidentales que quizas seal tltimo taba en una cultura que fatiga a atribuir sacralidad a cualquier idea. También Su opuesto, el concepto de jerarqula queda fuera de discusién: el rechazo, Ia antipatie, la molestia que provoca en todos nosotros ha- ‘cen que quede apartado de un analisiscritco. Pero, como han evidenciado Dumont (1983) y Biat (1991), la igualdad representa un reto a Ja. comunidn entre los seres humanos porque ompe con fa configuracién en fa que estos se habian representado durante siglos, La totali- dad, en 2 que el ser humano se hebia colo ‘cad0 como un elemento mas, hoy se ha rato eracias al imponerse del principio igualitario, Utitizando una metéfora de Oumant la bolsa cen la que eran guardadas las canicas ha explo- tado y estas se han esparcido por todas partes. La Cadena del Ser que iba del campesino @ dios, se ha roto y cada aaillo se ha separado. Este proceso, que ha dado a cada individuo la posibilidad de exoresar sus propias potencia- lidades, inimaginables en mundos con mayor grado de cohesién, no esté libre de peligres, Un riesgo terible amenaza la igualdad cuan- do esta se opone a su polaridad contraria, 1a jerarquia, intentando aniquitarla: el espantoso relieve que toma la metafora del poder. Si los seres humanos se consideran iguales, sin las diferencias que los llevan a completarse los unos a fas otros, Ia relacién con el otto acaba siendo percibida a través de la metéfore del poder porque todas las diferencias se comside- ‘an ilegitimas. Solo queda entonces la batalla para el poder, vista como “lucha de todos con: tra todos! Los trastornos psicégenes de la conducta ali mentaria parecen ser Ia expresin de los con. flictos y ruptures ligados a la entrada también en las familias de la idea de igualdad como derrumbamiento de las diferencias, Y son las mujeres quienes han vivido en primera persona las ambigdedades y las contragicciones subya ccentes al concepto de igualdad. No sorprende tentonces que las mujeres sean las principales protagonistas de los TCA. Esta psicopatologia ‘0s oblige 2 los psicoterapeutas a rellexionar, junto con fos socidlogas, ios politélogos, los ‘economists, sobre un nicleo no pensado de ruestras sociedades: conjugar la igualdad con las diferencias, Tenemos que encontrar una ‘manera de ser iguales manteniendo y refor- zando esas diferencias que — distinguiéndonos y dividiéndonos ~ nos unen porque nos hacen Indispensables los unos a los otros 5. Un protocolo terapéutico a setting alternados El analisis que he trazado, ademas de ayu- darnos a entender tas transformaciones que las familias estén viviendo hoy en dia y los conflictos caracteristicos de este momento historico que es el tema de este congreso, nos ofrece algunos instrumentos para entender tas dificultades que encontramos al tratar los tras tamnos psicégenos de la conducta alimentaria Y para adecuar nuestras estrategias terapéuti- cas a las caracteristicas especificas de estos pacientes y de sus familias. Como es conocido a terapia familiar es el tratamiento privilegiado sobre todo para la ‘anorexia y la bulimia en 1a adolescencia y la juventud (Carr, 2009; Eisler, 2005; NICE, 2004). La terapia individual, de tipo psicoa- nalitica y cognitivo, no est indicada para es- tas. psicopatologias porque las personas con TCA tienden a reaccionar negativamente 3 to- os los enfoques terapéuticos que se centran ‘en su subjetividad. Por el prevalecer en la con- versaci6n familiar de una polaridad puramente relacional como la de vericedor-perdedior y de las consecuentes. dinémicas competitivas, la atencidn y el interés de las anoréxicas y bu- limicas esta dirigida de una manera selectiva hacia los demas con los que constantemente se confrontan, alas que se oponen o se adap- tan, que intentan dominar, conquistar, superer ‘© que imitan. Las emaciones que sienten, sus propias capacidades y recursos individuales, ‘su mundo interior son descuidados sea por ellas mismas, sea por los padres y los demas miembros de la familia, Como consecuencia de esta dinamica, las anorexias y las bulimi- cas. son especialmente incompetentes con respeclo a sus propios estades interiores. esta incompetencia se aftade la inseguridad alimentada por la inestabilidad existente en la Gefinicion de las relaciones y por la falta de confirmaciones tipica de estas familias, Al en- focar ta atencién sobre su subjetividad, el psi- coanalista, pero también el terapeuta de im- postacién eognitiva, empeora ese sentimiento e impotencia contra el que las personas con TCA luchan con todas sus fuerzas. La con- frontaciéa directa con su propia subjetivided de hecho hace sentir a anoréxicas y bulimi- cas perdedoras, porque las lleva a dentro de tun mundo que no dominan. "Estas enfermas planted Freud ~ no son alcanzables para la psicoandlisis, nos rechazan con su educada frialdad”. Y Bruch (1973) y Selvini Palazeoli (1963), algunas décadas mas tarde, contir- maron las dificultades que encuentra el tra tamiento psicoanalitico clasico: las practices interpretativas son vividas por estas pacientes, ‘coma intrusiones amenazadoras y por eso son portadoras de resistencias en lugar que de ‘cambios. La terapia familiar que tiene en los trastornos psicogenos de la conducta alimen tatia una de sus patologias principe, es sin duda una alternativa valida, Pero no resuelve todos los problemas, as familias en las que se desarrollan TCA leen a través de la semantica del poder no so- lamente sus propias relaciones sino también la relacién terapéutica. La misma asimetria entre paciente y terapeuta es percibida, como todas las demés diferencias, segin la mets- fora del poder. Es dificil que el terapeuta sea vivido como una persona atenta 2 encontrar junto con la familia una solucién, empefiada 2 transformar con ella sus vinculos en recursos, ‘a promover nuevas maneras de leer su historia {ue facilten fa resolucién de los conflictos. No es esta la manera en la que el terapeuta y su ‘obra son percibidos por estas familias. La re- lacién terapéutica es leida, sobre todo por los padres, como algo que logra dominar porque el terapeuta es visto como un adulto competitive que destituye a los padres de sv autoridad, No es casual que muchas de mis pacientes anoréxicas se hayan apuntado durante el tratamiento terapéutico a psicologia, una elec- cin especialmente molesta para Jos padres que se proponen expli- citamente como modelos a seguir para sus hijos. ue los humilla sustituyéndolos en ta guia de sus hij y los prevalece proponiéndase como ‘modelo alternativo. Los hijos no se apartan de esta manera de leer fa telacién, y sobre todo la ppaciente 2 menudo contrapone ef terapeuta 2 sus padres, No es casual que muchas de mis pacientes anoréxicas se hayan apuntado du: rante el tratamiento terapéutico a psicologia, tuna eleccién especialmente moleste para los ppadres que se proponen explicitamente como modelos a seguir para sus hijos. Esta manera de construir la telacién paclente terapeuta hace necesario que el tratamiento Psicoterapéutico sea breve. Selvini Palazzoli (2981) recomendaba que el tratamiento con las familias de las anorSxicas fuera como méxi- ‘mo de 20 sesiones. La brevedad es ademas tuna carecteristica de tos tratamientos fami: liares, coherente con las premisas teéricas en las que se fundan las psicoterapias familiares sobre todo sistémicas y estructurales, pero en el caso de los TCA es una eleccién obligatoria A consecuencia del dominio en estas familias de la semantica del poder, cuando la anoréxi- ca deja el sintoma, los padres por lo generat onen punto final a la experiencia terapsuti- ea, El abandono del sintoma y la contempo- ‘anea recuperacién de las relaciones sociales externas 2 la familia son una gran conquista terapéutica. De todos modos existen dudes de que una intervencién terapéutica imitada a pocas sesiones sea suficiente precisamen te con pacientes que, par las peculiaridades de los contextos conversacionales en los que ccrecieron, tienen un ser especialmente tril, ccaracterizado por sentimientos de vacio, de desconfianza y de incompetencia personal. Para hacer frente a estas dificultades he adop- tado desde hace quince afies un protocolo terapéutico en el que destacan cuatro fases Yy que se caracteriza por un especial alternar- ‘se de setting familiar e individual? Siguiendo ‘na regla que utilizo en todos tos tratamientos familiares, empiezo este proceso con una con- sult de dos sesiones (primera fase). Como he Concordado teleténicamente con el miembro de fa familia que llama a ri insituto esta con- sulla, que dura en total 4-5 horas, tiene como objetivo reconstruir entra todos la historia det {tastorno del comportamiento alimentario y fa situacién en la que ha nacido y se mantiene, ide analizar las soluciones intentadas y de indi- viduar la Solucién terapéutica mas oportuna, Al acabar esta primera fase, se concuerda una extension de la consulta de aproximadamente 10 sesiones y se anticipa a todos los miem- bros de fa familia que en una fase sucesiva se pasara a un tratamiento individual con et ‘miembro de la familia que presenta el trastor- fo. El objetivo que se da a esta segunda fase varia caso por caso. A veces Ia extensién se ide porque, al emerger que et mundo rela- Fara ona presantacin complete del poasob, compet ‘ pr wimps cleo wave Uget (2003, Clonal de ta paciente se limita a la familia, el equipo necesita més informaciones por todos fos miembros det grupo antes de trabajar con fa paciente a solas. Mas a menudo esta extensién de la consulta se pide para responder a las preguntas especi- fices que el equipo formula a partir de lo que ‘emergié en ta fase inicial, Se trata de pregun: tas que se enfocan, a veces, en la paciente, ‘aunque claramente es una paciente “contex: tualizada’. zPor qué Elisabetta que ea la hija modelo, la més apegada a los padres, justa hace dos afios, cuando todo parecia ir Ge ta mejor manera ~ habia empezado a frecuentar amistades, habia por fin entablado una boni- {a historia sentimental ~ desarrolla anorexia? Otras veces la atencién ests dirgida hacia una relacién especifica entre ta paciente y aigin ‘oto miembro de Ia familia o algin evento que atafie a la familia en su totalidad. ;Por qué precisamente cuando su padre perdié el tra bajo y se quedé en casa, Francesca, que siem- re ha estado tan unida a él, ha empezado a

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