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POSICION IBEROAMERICANA

El movimiento panlatino francés desde 1851


MARIANO GARCÍA BARACE. Analista Político.
Fecha: 25.3.2021. 2ª edición ampliada.

Latinoamérica o Amérique latine es un concepto racial excluyente que tiene su


origen en las ambiciones políticas de Napoleón III

1 La llegada de Luis-Napoleón al poder.


4 El movimiento panlatino francés.
8 La expresión “América latina” no fue creada por Francisco Bilbao.
11 «Latinité» vs. pangermanismo.
13 Las «Fêtes Latines» de Montpellier en 1878.
17 La filología románica de Paris.
19 El Congreso Científico de 1898 realizado en Buenos Aires.
20 El periodismo francés difusor de la latinidad.
22 Creación de la CEPAL, el CELAM, la FLACSO, y los intelectuales de Bolonia.
25 Unión Latina: un proyecto de constructivismo social fallido.
26 La latinidad según el general Juan Domingo Perón.
29 EE.UU. y el negocio del entretenimiento.
31 Identidades culturales amenazadas.
34 Bibliografía.

BUENOS AIRES.- No hemos sido nosotros los americanos del sur, quienes elegimos la
denominación Latinoamérica. Dicha forma de agrupar a los países americanos hispano-
hablantes y el Brasil, es una denominación que se nos ha puesto desde fuera y que
distorsiona nuestra verdadera identidad (68).
La latinidad es una vieja idea romana que tuvo en el emperador francés Napoleón III a su
gran impulsor. La alianza francoitaliana que promueve el panlatinismo desde mediados del
Siglo Diecinueve tiene su origen en las relaciones entre las logias de carbonarios y la secta
de los sansimonianos. El concepto Amérique latine fue acuñado por Luis-Napoleón y sus
adictos. Ellos son los padres intelectuales del movimiento panlatino iniciado en 1851 que
actualmente está destruyendo o regenerando todas las identidades culturales de América,
en complicidad con medios de comunicación y líderes políticos. Identidades étnicas,
culturales, nacionales y regionales.

La llegada de Luis-Napoleón al poder

La caída del rey Luis Felipe I de Francia en 1848 significó sólo un respiro para nuestros
países. El ascenso político de Luis-Napoleón Bonaparte (París, 1808 – Chislehurst, G. Br.,
1873), conocido posteriormente como Napoleón III, no fue menos peligroso para nuestra

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región. Marcó el inicio de un plan más ambicioso e inteligente para transformar los países
hispanoamericanos en satélites de Francia. El príncipe Luis-Napoleón, hijo de Luigi
Buonaparte y sobrino del gran Napoleón, es el padre intelectual de la figura geopolítica
denominada “Amérique latine”.
Identificado desde joven con los Carbonari, una especie de masonería italiana, y
posteriormente con los seguidores de Henri de Saint-Simon o sansimonianos. Esta última,
una organización secreta francesa de corte intelectual. Sus ambiciones dinásticas lo
empujaron a promover dos golpes de estado que fracasaron. En Estrasburgo (1836) y en
Boulogne (1840). Estos le valieron, el primero la deportación y el segundo varios años de
cárcel. Regresó del exilio después de la caída de Luis Felipe I y se presentó como candidato
a ocupar un escaño en la Asamblea nacional.
El parlamentario Alphonse de Lamartine definió proféticamente la candidatura del sobrino de
Napoleón. Lo hizo antes de entrar al recinto para debatirla: “El enloquecimiento del país, la
ruina de la República, la restauración del Imperio, las orgías, la sangre derramada, las
conquistas, la invasión” (1). Palabras que se adelantaban a la peligrosidad de este nuevo
líder. A fines de 1848 fue elegido Presidente de la República Francesa. El 2 de diciembre de
1851 él mismo provocó otro golpe de estado, exitoso esta vez, que le permitió un año
después elevarse como Emperador de los Franceses.
Los planes de Luis-Napoleón para la América del Sur se remontan al año 1844, poco antes
del derrocamiento del gobierno del general Juan José Flores en Ecuador. En esa oportunidad
una diputación del país lo visitó cuando estaba preso en el castillo de Ham. Le ofrecieron un
trono ecuatoriano que lo entusiasmó. A principios de 1845, Luis-Napoleón le solicitó al
Primer Ministro de Gran Bretaña Sir Robert Peel, que intercediera ante Luis Felipe I por su
libertad. Como nexo actuó su amigo Lord Malmesbury (2). El francés decía conocer un
proyecto para abrir la comunicación interoceánica por Nicaragua, que sería de gran provecho
para Inglaterra. Peel consultó a Lord Aberdeen, Secretario de Relaciones Exteriores, quien se
opuso a promover su liberación (3).
El cerebro de los nuevos proyectos franceses era el sansimoniano Michel Chevalier (Limoges,
1806 – Lodève, 1879). Ingeniero, economista y político, autor de varios trabajos para
acrecentar el poderío económico de Francia. Este fue uno de los diputados que apoyó el
golpe de estado de 1851 y posteriormente nombrado consejero de Estado y senador.
Napoleón III conocía a este intelectual y se apoyó en sus escritos para iniciar el movimiento
panlatino. Sin el empuje imperialista de Luis-Napoleón, las ideas de Chevalier no se habrían
difundido y hubieran quedado truncas como los escritos de tantos otros pensadores. Por eso
decimos que el padre intelectual de la «América latina» como proyecto geopolítico es el
emperador y no sus consejeros.
Las ideas panlatinas acompañaron el avance francés sobre México, que ha estudiado el
investigador norteamericano John Leedy Phelan en: “PANLATINISM, FRENCH INTERVENTION
IN MEXICO (1861-1867) an the genesis of ideas of Latin América” (1968) traducido al
español al año siguiente (4). El objetivo imperial francés eran los países hispanoamericanos
y el Brasil.
Transcribimos algunas palabras del estratega francés que no dejan dudas. Son tres pasajes
que resumen el proyecto imperialista de Napoleón III. Dice Chevalier:
“Los Hispano Americanos parecen no ser ya más que una raza impotente que no dejará
posteridad a menos que por uno de esos desbordamientos que llamamos conquistas, una ola
de sangre más rica, venida de Septentrión o del Levante, llene sus empobrecidas venas” (5).
La frase fue tomada de una carta fechada en Nueva York el 22.10.1835 publicada en
LETTRES SUR L’AMÉRIQUE DU NORD (1836). En este libro han quedado registrados gran

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parte de los conceptos raciales de Michel Chevalier. Cuando el francés habla de
hispanoamericanos impotentes con venas empobrecidas, se está refiriendo a los criollos
emancipadores. Nótese que propone una conquista con sangre más rica del norte o de
oriente, o sea Norteamérica o Europa. Es decir, una regeneración de los jóvenes Estados
libres de América. El francés subestimaba el potencial de nuestros países:
“Francia me parece llamada a ejercer un fecundo y afable patronazgo sobre los pueblos de
América del Sur que todavía no están en condiciones de bastarse a sí mismos” (5*).
Michel Chevalier y otros intelectuales al servicio de Napoleón III promovieron la idea de una
familia o bloque de países latinos, con el único objetivo de conducirla. Leamos el
pensamiento de Chevalier al respecto:
“En cuanto a las naciones europeas de la familia latina, supongo que nadie duda de la
supremacía que debemos ejercer sobre ellas (...) Es notorio que somos los jefes de esa
familia desde (tiempos de) Luis XIV” (5*).
La aventura militar de Napoleón III en el continente americano, conocida en la historia como
la Segunda Intervención Francesa en México (1861–1867), terminó con una derrota francesa
que ha quedado marcada a fuego en la memoria hispanoamericana. Se recuerda la Batalla
de Puebla del día 5.5.1862 como un hito histórico que cubrió de gloria las armas mexicanas.
El gran hacedor de la victoria fue el general mexicano Ignacio Zaragoza (Bahía del Espíritu
Santo, Coahuila y Texas, México, 1828 – Puebla, México, 1862). La ciudad de Puebla de
Zaragoza y el estado norteño fronterizo con EE.UU., Coahuila de Zaragoza, llevan ese
nombre en su honor (6).
El emperador francés quiso comprometer en sus planes a la prestigiosa Casa de Habsburgo
valiéndose de la ingenuidad del archiduque Maximiliano, tercero en la línea de sucesión con
escasas posibilidades de llegar al trono en su país. Lo entusiasmó con la gloria de una
corona mexicana, lo embarcó en el proyecto y posteriormente lo traicionó.
La participación del joven príncipe austríaco fue mas parecida a la de un elemento
decorativo en la política de Napoleón III que a la de un aliado. Su actuación fue irrelevante
en un territorio con un pueblo valiente en guerra continua contra el ejercito francés invasor,
apoyado por un pequeño grupo de traidores locales.
Los ejércitos de Napoleón III llegaron a ocupar la capital del país a mediados de 1863, pero
las guerrillas mexicanas y el tabasqueño Gregorio Méndez Magaña (Jalpa, Tabasco, Mex,
1836 – Ciudad de México, 1887) finalmente expulsaron al invasor (7). La intervención
terminó en la decisiva Batalla del 2 de abril de 1867 en la que se impuso el general Porfirio
Díaz (Oaxaca de Juárez, Méx., 1830 – París, Fr. 1915) de la resistencia mexicana. José de la
Cruz Porfirio Díaz Mori llegó a ser presidente de los mexicanos en siete ocasiones ocupando
el cargo por treinta años.
La intervención francesa en México fue un fracaso al igual que el Bloqueo Francés del Río de
la Plata (1838–1840) y la intervención anglofrancesa de noviembre de 1845, que se vio
frustrada por los valientes de la Vuelta de Obligado. Otra vez Francia derrotada por los
criollos hispanoamericanos.
Los proyectos de Napoleón III no se limitaban a la intervención directa. La estrategia
contemplaba una avanzada ideológica que buscaba la regeneración de los americanos
hispanohablantes en una identidad colectiva que favoreciera la penetración francesa. El uso
de la expresión regeneradora «Amérique latine» tuvo su núcleo expansivo en L’Institut
Historique, en la Rue de Saints-Pères Nº 14. Usina de pensamiento francés de la época que
comenzó a funcionar en 1834. Este instituto vivió su periodo más febril al servicio del
proyecto imperial de Napoleón III entre los años 1852 y 1870. Fue un importante centro de
estudios, salón de conferencias y relaciones políticas. A él pertenecieron Chevalier, Thiers,

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Guizot, Drouyn de Lhuys y otros políticos franceses. También los embajadores
sudamericanos José María Torres Caicedo y Carlos Calvo, fueron miembros residentes y
activos colaboradores del instituto. Para los extranjeros influyentes, existía la categoría de
miembros correspondientes, que le permitió a algunos políticos de países periféricos estar
vinculados al poder de una de las potencias marítimas. En 1872, luego de la caída del
Emperador fue convertido en la Société des Etudes Historiques.

El movimiento panlatino francés

El proyecto panlatino comienza a desarrollarse en París a partir de los escritos de Michel


Chevalier (8). Recopilaciones de sus crónicas durante la misión de estudio que realizó en
México, Estados Unidos y Cuba, entre 1833 y 1835, por orden del ministro Adolphe Thiers.
Un viaje de observación para explorar las posibilidades económicas de Francia en la región.
En la introducción de su libro publicado en 1836 él mismo define erróneamente un concepto
étnico cultural que le sirve para sustentar un nuevo período de expansión francesa. Dice
Chevalier: “Nuestra civilización europea procede de un doble origen, de los Romanos y de
las tribus germánicas (…) Las dos ramas, latina y germana, se han reproducido en el Nuevo
Mundo. América del Sur es, como la Europa meridional, católica y latina. La América del
Norte pertenece a una población protestante y anglosajona” (5*)(9). Una abstracción que
sólo busca fundamentar el avance francés en plena rivalidad con Gran Bretaña. Chevalier
define un campo de acción donde se proyectará e intentará liderar la potencia francesa:
Europa meridional y América del Sur.
No hay sólo dos ramas en el continente europeo ni en el americano tampoco. No es correcto
decir que Sudamérica y el sur de Europa son regiones latinas.
Los sansimonianos fueron perseguidos durante el reinado de Luis Felipe I (1830 – 1848).
Con el ascenso de Luis-Napoleón, todo ese bagaje ideológico se pone al servicio del nuevo
líder. El punto de partida del movimiento panlatino es el golpe de estado del día 2.12.1851,
señalado por el embajador colombiano José María Torres Caicedo: “Desde 1851 empezamos
a dar a la América española el calificativo de latina” (10).
A partir de ese año empiezan a gestarse las publicaciones francesas que sustentan la nueva
estrategia política. Comienzan a aparecer al mismo tiempo que Napoleón III va madurando
su plan de intervención en México (1861 – 1867) (4).
La más importante fue la “REVUE DES RACES LATINES: française, espagnole, italienne,
portugaise, belge, autrichienne, brésilienne et hispano-américaine: religion, histoire,
littérature, sciences, arts, industrie, finances, commerce” (París, 1857) (10)(11)(11*), dirigida
por Gabriel Hugelmann. Esta revista de tono racial con lecturas sobre política, comercio,
cultura y otros temas, circuló hasta 1864.
Destacamos los artículos «Situation de la latinité» firmados por Lazare Maurice Tisserand
(1822-1893), Secretario archivista del Servicio Histórico. Este autor es quien comienza a
utilizar la expresión “Amérique latine” en sus escritos a partir de 1/1861 (11**)(4). Leamos
la transcripción del párrafo donde la utiliza por primera vez. En este caso Tisserand se
refiere a planes imperiales que conciernen al tráfico comercial en América y rutas de
navegación:
(…) “De cette façon, l'influence latino-européenne étreindra toute l'Amérique méridionale, du
détroit de Magellan à l'isthme de Panama, pour embrasser plus tard le Mexique et les
Antilles, qui appartiennent historiquement à la même civilisation.

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Ce résultat sera promptement atteint, lorsqu'une nouvelle ligne transatlantique rattachera
Nantes ou Le Havre à la Havane, à la Nouvelle-Orléans et à Vera-Cruz, traçant ainsi un
sillage de démarcation entre les populations américaines demeurées fidèles à l'idée latine et
celles qui, il la suite des races anglo-saxonnes, se sont jetées à corps perdu dans les hasards
de la civilisation matérielle. Cette séparation morale s'accomplit au moment même où
s'opère la dispersion de la Babel anglo-américaine, au moment où le drapeau constellé de
l'Union se déchire en deux lambeaux, avant d'être souillé par le sang ou traîné dans la boue.
Espérons que cette grande leçon ne sera pas perdue pour les peuples de l'Amérique latine.
La civilisation s'y est établie sur la base des idées et des croyances; elle doit y survivre à la
politique étroite et égoïste de l'intérêt” (…) (Vol. 24, Lib. 55. Pág. 141-142. 1/1861) (11**).
La Revue des Races Latines fue el primer medio de difusión en utilizar la denominación
“Amérique latine” para referirse a los países hispanoamericanos y el Brasil. Tisserand era un
funcionario imperial vinculado al Consejo Municipal de Paris y miembro de la Comisión
Permanente de Trabajos Históricos al servicio del emperador Napoleón III (47).
Otras publicaciones destacadas fueron: “LE PANLATINISME: CONFÉDÉRATION GALLO-
LATINE ET CELTE-GAULOISE – Contre testament de Pierre le Grand et contre Panslavisme”.
Por Cyprien Robert. (París, 1860) y “LE PANLATINISME: CONFÉDÉRATION GALLO-LATINE ET
CELTE-GAULOISE: Alliance fédérative de la France, la Belgique, l'Angleterre, l'Espagne, le
Portugal, l'Italie, la Gréce”. Por Prosper Vallefrange. (París, 1862).
Los conceptos «raza latina» y «regeneración» están presentes en el lenguaje político de
Napoleón III. Leamos una carta fechada en Fontainebleau el 3.7.1862 dirigida al general
francés Élie-Frédéric Forey. El documento diplomático fue publicado en 1863. Traducido por
el escritor chileno Miguel Rojas Mix en su libro de 1991 (10). También fue publicada en
español por la escritora granadina Emilia Serrano, Baronesa de Wilson, en “MEXICO Y SUS
GOBERNANTES de 1519 a 1910” (Barcelona, 1910). Dice el emperador francés:

Fontainebleau, 3 de Julio de 1862

Mi querido mariscal.

No faltarán gentes que os preguntarán por qué vamos á gastar hombres y dinero para
fundar un gobierno regular en Méjico.
En el estado actual de la civilización del mundo, la prosperidad de la América no es
indiferente á la Europa; porque es la que alimenta nuestras fábricas y hace vivir nuestro
comercio. Tenemos interés en que la república de los Estados Unidos sea poderosa y
próspera; pero no tenemos ninguno en que se apodere de todo el Golfo de Méjico, domine
desde allí las Antillas y la América del Sur, y sea la única dispensadora de los productos del
Nuevo Mundo. Hoy, por una triste experiencia, vemos cuan precaria es la suerte de una
industria que está reducida á buscar su materia prima en un mercado único, del cual sufre
todas las vicisitudes.
Si por el contrario, Méjico conserva su independencia y mantiene la integridad de su
territorio; si se constituye allí un gobierno estable, con el apoyo de la Francia, habremos
devuelto á la raza latina del otro lado del Océano su fuerza y su prestigio; habremos
garantizado su seguridad á nuestras colonias de las Antillas y á las de la España; habremos
establecido nuestra bienhechora influencia en el centro de la América; y por medio de esta
influencia, abriremos inmensos desembocaderos á nuestro comercio; y nos procuraremos las
materias indispensables para nuestra industria (10**).

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Un Méjico regenerado nos será siempre favorable, no sólo por reconocimiento, sino
también porque sus intereses estarán acordes con los nuestros y encontrarán un apoyo en
sus buenas relaciones con las potencias europeas.
Habiendo hoy empeñado nuestro honor militar, la exigencia de nuestra política, el interés
de nuestra industria y del comercio, se nos impone el deber de intervenir en Méjico y plantar
allí nuestra bandera…” (10*).

NAPOLEÓN.

Vale decir, Napoleón III y este grupo de ideólogos franceses, son los que promovieron la
idea que los españoles, portugueses y sus descendientes, pertenecen a una supuesta raza
latina. Lo hicieron a espaldas de los pueblos ibéricos con un objetivo político trazado. Ellos
son los que idearon el concepto «Amérique latine». Las publicaciones del embajador
colombiano José María Torres Caicedo y del argentino Carlos Calvo, están sustentadas en la
nueva idea panlatina, de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Édouard
Drouyn de Lhuys.
José María Torres Caicedo (Bogotá, 1830 – Auteuil, Fr., 1889), diplomático colombiano,
hombre de confianza del gobierno francés, Comendador de la Légion d'Honneur, miembro
distinguido del Instituto Histórico de Francia y Presidente de la Comisión de América Central
y Meridional para la Exposición Universal de 1878. En 1861 publicó en París “BASES PARA LA
FORMACION DE UNA LIGA LATINO-AMERICANA” y en 1865 el libro “UNION LATINO-
AMERICANA, pensamiento de Bolívar para formar una liga americana” (Rosa y Bouret,
París). El colombiano falsea el discurso de Simón Bolívar por que el caudillo venezolano, al
igual que José de San Martín, jamás utilizaron la expresión «Latino América».
Carlos Calvo (Montevideo, 1824 – París, 1906), jurista y diplomático argentino. En 1862
publica el Tomo Primero de “AMÉRICA LATINA - COLECCIÓN HISTÓRICA COMPLETA DE LOS
TRATADOS, CONVENCIONES, CAPITULACIONES, ARMISTICIOS, CUESTIONES DE LÍMITES Y
OTROS ACTOS DIPLOMÁTICOS Y POLÍTICOS DE LOS ESTADOS Comprendidos entre el golfo
de Méjico y el cabo de Hornos, desde el año 1493 hasta nuestros días” (Imprenta de J.
Jacquin, Besanzón) (13). Después de esa publicación el ministro Drouyn de Lhuys lo felicita:
“Monsieur, je me suis empressé de placer sous les yeus de l’Empereur les 1, 2, et 3
volumes de la seconde période de votre remarquable ouvraje sur l’Amérique Latine” (T. IV,
Pag. VI) (10) y el periodista francés Charles de Mazade lo ensalza promocionando la obra en
un artículo de la “Revue des Deux Mondes” el día 1.9.1862, Pag. 237 (10) (12).
Mazade ponderaba una política francesa dentro de un marco de latinidad y “affinité de
civilisations, de moeurs, de race, d’education” (10) de acuerdo a los nuevos objetivos
trazados por Napoleón III.
Al año siguiente el argentino escribe: “ANALES HISTORICOS DE LA REVOLUCION DE LA
AMERICA LATINA. Acompañados de los documentos en su apoyo. Desde el año 1808 hasta
el reconocimiento de la independencia de ese extenso continente. Por CÁRLOS CALVO.
Miembro corresponsal del Instituto Histórico. Miembro de la Sociedad de Geografía de
Francia de la Sociedad de Economistas de Paris, y del Instituto Histórico y Geográfico del Río
de la Plata. Paris, en las librerías de A. Durand, Rue del Grès, 7. De Garnier Hermanos, Rue
des Saints-Pères, 6. De Hachette y Cia., Boulevard St.-Germain, 77. España, en la librería
de Bailly – Baillière, Madrid, plaza del Príncipe Don Alfonso, 8. ─ 1864. Reserva de todo
derecho” (Imprenta de J. Jacquin, Besanzón) (14). En 1865/66 se agrega un distribuidor en
la ciudad de Buenos Aires, la Librería de la Victoria en la calle de la Florida Nº 46, donde

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comienzan a venderse algunos ejemplares de los libros de Calvo, que no tuvieron demasiada
repercusión en Argentina.
El primer volumen de esta obra historiográfica tiene 531 páginas de las cuales 128
corresponden a una introducción dedicada al análisis de las riquezas y recursos económicos
de la región, y a la situación política de ese momento. La introducción escrita por Calvo
parece una continuación de los estudios de Michel Chevalier acerca de los intereses de
Francia en la región. En ninguno de los documentos históricos que compendia aparece la
denominación «América latina» salvo en los párrafos escritos por él mismo. En el Tomo
Primero, Pag. V a VII, el embajador Calvo escribe acerca de quienes le han hecho el honor
de aplaudir en términos sumamente benévolos la aparición del libro. Dice textualmente:

Entre estos, no podemos dispensarnos de colocar en primera línea y reproducir


íntegramente los honrosos conceptos con que el soberano de la gran nación francesa se ha
dignado estimularnos por intermedio de su honorable ministro de negocios extranjeros. He
aquí el documento:
Ministerio de Relaciones Exteriores

Paris, 9 de abril de 1863

Señor,

Me apresuro á haceros saber que á proposición mía, y por decreto del 4 de este mes,
el Emperador os ha conferido la cruz de oficial de su órden imperial de la Legión de honor.
Su Majestad ha querido daros un testimonio de su estimación particular y de su alta
satisfacción con motivo del sabio trabajo histórico que publicais sobre los tratados antiguos y
modernos de la América latina y que le habeis dedicado.
Me congratulo de haber tenido la ocasión de atraer sobre vos esta distinción, de que
sois tan digno, y trasmitiéndoos las insignias de la orden, os dirijo con placer mis
felicitaciones sinceras.
Recibid, Señor, las seguridades de la consideración más distinguida con que tengo el
honor de ser Vuestro muy humilde y obediente servidor,

Drouyn de Lhuys

La carta está dirigida a Carlos Calvo, quien la publica traducida en la edición en español de
la obra. Para esta fecha de 1864 se habían publicado seis tomos que estaban dedicados al
emperador Napoleón III. Esos primeros libros correspondían a la colección histórica
de los tratados.
Carlos Calvo trabajó de acuerdo con Torres Caicedo para empezar a extender el nuevo
concepto. En el Tomo Quinto de su obra (14), impreso en el año 1867, en la Pag. V, se
promocionan los siguientes libros publicados en París por Torres Caicedo: “Ensayos
biográficos y de crítica literaria sobre los principales publicistas, historiadores, poetas y
literatos latino-americanos”, “Unión latino-americana, pensamiento de Bolívar para formar
una liga americana”, “Historia de la literatura latino-americana, dividida en tres períodos”,
“Historia de los empréstitos contraídos por las repúblicas latino-americanas desde la época
de la independencia hasta nuestros días”, “Historia de la diplomacia extranjera en las
Repúblicas latino-americanas”, y otros más. Ese libro de Calvo también incluye un informe
crítico en idioma francés de sus primeros tres tomos. Un escrito que había sido publicado en
la Revista Nº 372 del Instituto Histórico de Francia. Está firmado por J. M. Torres Caicedo,

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Membre de la 2ª Classe, del mencionado instituto. Transcribimos un pasaje escrito por el
colombiano donde menciona a Chevalier:

“Ce qu’il y a de plus important dans la seconde partie de l’ouvrage de M. Calvo, c’est la
démonstration que fait l’auteur des progrès surprenants réalisés par les républiques de
l’Amérique latine, depuis qu’elles se sont constituées en nations indépendantes, et cela
malgré les luttes politiques constantes qui ont ensanglanté leur sol, luttes naturelles dans
l’enfance des peuples, et qu’explique facilement le passage d’un régime de compression et
d’obscurantisme à celui de la république, qui, suivant l’expression de Sismondi, exige un état
de civilisation très avancé, beaucoup de lumières et de grandes vertus. Les citoyens de ces
républiques ont des vertus e des lumières, mais il manque là quelque chose qui ne
s’improvise pas, et qui est une condition essentielle de l’ordre et de la liberté, comme l’a
démontré M. Chevalier, - les conditions matérielles, les voies de communication, et surtout
la population, pour donner l’impulsion au développement des immenses richesses dont la
Providence a d’une main prodigue doté ces vastes pays”. (J. M. Torres Caicedo. T 5º, Pag. VI)

Las publicaciones de J. M. Torres Caicedo y C. Calvo, complacen a Napoleón III y


acompañan el avance militar francés sobre México.
El escritor chileno Francisco Bilbao Barquín (Santiago de Chile, 1823 – Buenos Aires, 1865)
también utilizó la expresión en Francia influenciado por los intelectuales franceses.

La expresión “América latina” no fue creada por Francisco Bilbao


Análisis de la conferencia pronunciada en París el día 22/6/1856.

La conferencia Iniciativa de la América pronunciada por Francisco Bilbao Barquín, fue


impresa y publicada en el año 1866. Esta aparece transcrita después de su muerte en un
libro editado por su hermano Manuel Bilbao (1827-1895), periodista e historiador chileno,
compañero de armas y luchas políticas del general Bartolomé Mitre. El libro titulado “OBRAS
COMPLETAS DE FRANCISCO BILBAO. Edición hecha por Manuel Bilbao. Imprenta de Buenos
Aires. Calle de Moreno, frente á la casa del Gobierno Nacional”, contiene el discurso del
chileno. En ese libro se dice que las palabras que se publican fueron leídas el día 22 de junio
de 1856 en París (15) (16).
Hasta que no aparezcan publicaciones correspondientes al año 1856, donde se lea asentada
la terminología «América latina» en diarios, periódicos, catálogos, panfletos de la
conferencia, promociones o comentarios del evento, el discurso de Bilbao impreso en 1866
queda incluido en el mismo grupo de publicaciones que las de Tisserand, Torres Caicedo,
Carlos Calvo, y expresiones del ministro Édouard Drouyn de Lhuys, entre los años 1861 y
1869, que se han citado en este trabajo. Es fundamental saber donde se realizó la
conferencia, domicilio del salón en la ciudad de París, nombres de sus organizadores, y
contar con una breve lista de algunos de los presentes. En el libro sólo se dice que asistieron
“treinta y tantos ciudadanos pertenecientes a casi todas las Repúblicas del Sur” (16), y
algunos exageran como si se hubiera tratado de una cumbre política de sudamericanos.
No sabemos si había funcionarios franceses, embajadores, simples emigrados, o si se trató
de una reunión nocturna de masones. Recuérdese que Francisco Bilbao fue miembro
honorario de la logia "Amiga de los Náufragos" y activo logiado de otra conocida con el
nombre "Unión del Plata".
No obstante se ha analizado el texto que aparece en el libro editado por Manuel Bilbao, para
comprender el pensamiento del orador en lo que respecta al uso de la expresión panlatina.

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En la conferencia transcrita con el título Iniciativa de la América – Idea de un Congreso
Federal de las Repúblicas, curiosamente en sus primeros párrafos se aplica el concepto
biracial utilizado por Michel Chevalier en Lettres sur l’Amérique du Nord (1836) (20). Bilbao
dice que el más vasto continente está “dominado tan sólo por dos razas, con dos idiomas,
con sólo dos religiones y una forma política” (17). Tengamos presente que los trabajos y
publicaciones de Chevalier fueron leídos por muchas personas, siendo en esos años un
funcionario de notoria relevancia política.
En ningún pasaje del discurso de Bilbao se habla ni se sugiere un proyecto político unionista
denominado «América Latina» o «Latinoamérica». La palabra «latino/a» se utiliza sólo en
tres oportunidades para denotar diferencias raciales. A saber: 1ra. “los destinos de la raza
Latino-Americana” (18), 2da. “la América vive, la América latina, sajona é indígena
protesta” (18), 3ra. “tenemos que perpetuar nuestra raza Americana y Latina” (19). El
discurso de Bilbao tiene un fuerte contenido racial. Utiliza el término “raza/s” en veinte
ocasiones.
En este sentido Francisco Bilbao es un repetidor de Chevalier y está fuertemente
influenciado por el proyecto panlatino impulsado por Napoleón III. No hay creación de
expresión novedosa, sino un juego de palabras para decir lo mismo que Chevalier había
escrito en años anteriores. Las expresiones utilizadas por Bilbao pasan casi desapercibidas
en el extenso discurso de dieciocho páginas, como un adorno literario.
Lo más lógico es suponer que el chileno escuchó varias veces la expresión «Amérique latine»
antes de utilizarla el mismo. Eso está corroborado por la afirmación del embajador José
María Torres Caicedo: “Desde 1851 empezamos a dar a la América española el calificativo de
latina”. Dato investigado por el profesor chileno Miguel Rojas Mix, de acuerdo con los
trabajos del uruguayo Arturo Ardao citados en la misma fuente (21).
Esta declaración del colombiano echa por tierra cualquier intento de adjudicar a Francisco
Bilbao la creación de «América latina» como expresión integradora. ¿A quien se le ocurre
pensar que el emperador Napoleón III, Michel Chevalier, Édouard Drouyn de Lhuys, J. M.
Torres Caicedo y Carlos Calvo, fueron continuadores o seguidores del marginal Bilbao? No es
real transformarlo ahora en un hombre de grandes influencias intelectuales, sin ánimo de
desmerecer los aportes filosóficos de sus escritos.
El caso de la conferencia de Francisco Bilbao es muy parecido al del poema “Las Dos
Américas” (1856) en el que J. M. Torres Caicedo también repite en un juego de palabras el
concepto biracial de Chevalier. En ninguno de los dos casos se utiliza la expresión
políticamente o para significar un área geográfica determinada. En ambos casos la palabra
«latino/a» se utiliza sólo como un adjetivo para caracterizar racialmente a una parte de la
población americana.
En lo referente al mensaje político, el discurso del chileno es contundente. No olvidemos que
el objetivo principal de la conferencia era impulsar la formación de un Congreso federal de
repúblicas. El chileno tenía bien asimilada la idea de una “Confederación de la América del
Sur”, propuesta por Simón Bolívar (16). Utiliza claramente expresiones tales como:
“Iniciativa de la América del Sur”, “los hijos del Sur”, “Ha llegado el momento histórico de la
unidad de la América del Sur”, “las Repúblicas del Sur”, “la Confederación del Sur”, “los
Estados Des-Unidos de la América del Sur”, “la autonomía de la América del Sur”,
“los institutores de la América del Sur”, “Republicanos de la América del Sur, “los
Americanos del Sur”, “iniciativa Sur-Americana”, “formación de un Congreso Americano”,
“los Estados–Unidos del Sur”, “formar la nación Americana”, “la confederación de las
Repúblicas del Sur”, y otras expresiones americanistas (15).

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La idea política del chileno era formar una Confederación del Sur, en línea con el
pensamiento de la generación emancipadora. Sus expresiones son autóctonas. Pueden
interpretarse de acuerdo al pensamiento de Bolívar, San Martín y los congresistas de
Tucumán del año 1816.
La utilización de la terminología «América latina» no tiene la menor importancia en el
discurso de Bilbao, si se la contrasta con el importante mensaje político e ideas expresadas.
Por ej. el chileno proponía: “presentar un proyecto de código internacional”, “pacto de
alianza federal y comercial”, “abolición de las aduanas inter-Americanas”, “idéntico sistema
de pesos y medidas”, “creación de un tribunal internacional”, “sistema de colonización”,
“delimitación de territorios discutidos”, “creación de una Universidad Americana, en donde
se reunirá todo lo relativo a la historia del Continente, al conocimiento de sus razas, lenguas
americanas…”, “elecciones federales para representantes del Congreso”, y otras (15).
Contamos con las investigaciones del profesor Miguel Rojas Mix, que nos aportan dos datos
valiosos que se relacionan con este tema. El primero data del año 1853, cuando Bilbao se
encontraba en Lima, el filósofo francés F. R. de Lamennais le escribe una carta diciéndole
que la providencia había destinado a la América meridional para ser un contrapeso de la raza
anglosajona, y que solamente podría llenar esa misión uniéndose con otras dos naciones
latinas como Italia y Francia. Concretamente Lamennais lo incita para que trabaje en ese
sentido (22), de acuerdo al plan imperial de Napoleón III.
El segundo dato se refiere a una carta del día 8.7.1856 escrita por el antijesuita francés
Edgar Quinet, que lo felicita por haber empleado la terminología. Así lo interpreta el profesor
Rojas Mix (10). Lo más curioso es que Quinet lo felicite por ese detalle secundario, en vez de
hacerlo por el importante contenido político de la conferencia e iniciativas expresadas.
El concepto panlatino utilizado por Francisco Bilbao contiene el mismo error del consejero
imperial Chevalier. Tanto el francés como el chileno, aparentemente desconocen la historia
de España y Portugal. Ninguno menciona ni considera la cultura ibérica ni las
denominaciones que caracterizan a los pueblos peninsulares desde la antigüedad. Es decir,
el ascendente ibérico, también llamado paleohispánico en tiempos presentes. Las
denominaciones “ibéricos” e “hispánicos” se utilizan desde hace muchos siglos para
diferenciar las culturas del extremo occidente europeo, de otras más centrales como las de
Galia o Francia, el Lacio, Grecia, etc.
En lo referente al continente americano, no hacen distinciones de las diferentes etnias
o pueblos originarios que al día de hoy continúan desarrollándose vigorosamente.
Hay tantas diferencias físicas e idiomáticas entre guaraníes, kichuas y mapuches, como las
hay entre españoles y portugueses de ascendencia ibérica, con galos y latinos u hombres
del Lacio (Italia central). Tampoco consideran el mestizaje de la región, producto de la
fusión iberoamericana que en los últimos tres siglos ha tomado una dimensión inmensa.
Chevalier y Bilbao, en sus escritos ni siquiera contemplan que en esos años existían vastas
regiones dominadas por indígenas, como la Patagonia, el Amazonas y otros sectores
del Cono Sur.
A mediados del Siglo Diecinueve no existía, ni existe tampoco en la actualidad una “raza
Latino-Americana” como expresó Francisco Bilbao.
Torres Caicedo, Calvo y Bilbao, comenzaron a emplear la denominación «America latina» en
Francia. Las publicaciones donde escriben el concepto están impresas todas en Francia.
Solamente el libro con las obras completas de Bilbao fue publicado en Buenos Aires. Es decir
que el concepto se expande desde Francia hacia América del Sur, de acuerdo a los planes de
Luis-Napoleón.

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Torres Caicedo y Carlos Calvo fueron dos instrumentos serviles de la política francesa.
El escritor chileno Miguel Rojas Mix fue demasiado benévolo con ellos en sus investigaciones
publicadas en 1991. Rojas Mix dice en su libro “Los cien nombres de América” (1991) (10),
que en el año 1864 el término ya estaba bastante difundido en América. Una afirmación que
no se ajusta a la realidad. Si así fuera existirían decenas de publicaciones impresas en
nuestra región que corroboren lo que él escribió. O decenas de cartas de funcionarios
políticos y personalidades de la época asentando la terminología.
Prácticamente nadie conocía la denominación en esos años salvo algunos embajadores
relacionados con Torres Caicedo, Carlos Calvo, el entorno político de Napoleón III, los
lectores de Tisserand y la Revue des races latines, y algún asistente memorioso de la
conferencia en la que Bilbao utilizó la expresión.
Aunque debe señalarse que el americanista Bilbao fue el más honesto de los tres por que
dejó de utilizar la expresión «América latina» cuando Napoleón III intervino militarmente en
México. Fiel a sus principios no volvió a utilizar la terminología por que se dio cuenta que
sólo legitimaba el colonialismo francés (10). El chileno falleció en Argentina en 1865.
En cambio Torres Caicedo y Carlos Calvo fundaron en París durante el año 1868 una
“Sociedad Latinoamericana Científico – Literaria” (23). Diez años después el colombiano
promovió en París la fundación de la “Sociedad de Unión Latinoamericana” de la que logró al
año siguiente la instalación de una filial en Roma, al mismo tiempo que el reconocimiento de
su existencia legal por el gobierno francés (9*) (10). Lo hizo por iniciativa propia a espaldas
de los gobiernos sudamericanos de la época.
Estos embajadores fueron estimulados por la política de Napoleón III para que promovieran
el panlatinismo desde Francia. No fueron fundadores del latinoamericanismo sino que
participaron del inicio de un plan que tenía por objetivo regenerar a los sudamericanos de
origen ibérico e indígena, en una identidad colectiva más provechosa para Francia.
El embajador Carlos Calvo lo señaló en una de sus obras: “En efecto, el honorable Mr.
Drouyn de Lhuys, actualmente ministro de negocios extranjeros de S. M. el emperador
Napoleón III, que en su patriotismo ilustrado comprendió, desde la primera vez que ocupó el
ministerio, el año 1848, las inmensas ventajas que resultarían para la Francia del fomento
de sus relaciones con los pueblos de raza latina de la América, ha tenido una parte principal
en las ventajas considerables que su país ha conquistado en aquellas poblaciones” (14*).

«Latinité» vs. pangermanismo

Hemos visto que fue Napoleón III y su entorno quienes identificaron a los franceses y otros
europeos con una supuesta raza latina. La «latinité» o la «idée latine» es un pensamiento
que se desarrolló en Francia entre los años 1836 y 1861. Iniciativa de un grupo de hombres
vinculados entre si, de los cuales Luis-Napoleón y el sansimoniano Michel Chevalier fueron
sus cabezas mas visibles.
La inclinación de Luis-Napoleón hacia la cultura del Lacio debe buscarse en su propia
personalidad y en el origen itálico de su familia (Buonaparte y Ramolino). No debemos
olvidar la obsesión de su tío Napoleón por la antigua Roma, quien llegó a considerarse a si
mismo como un verdadero emperador romano perteneciente a la raza de los césares (67).
También influyeron las relaciones de Luis-Napoleón desde joven con los Carbonari italianos y
las ideas de Chevalier que hizo propias.
Pero los franceses antes del Segundo Imperio no pensaban como Luis-Napoleón y Chevalier.
Por ejemplo, el Barón de Guilmaud, ministro de Francia en América del Sud compenetrado

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con los intereses políticos y comerciales franceses, se refería correctamente al origen ibérico
de españoles y portugueses: “L'Amérique du Sud est occupée en presque totalité par des
nations de descendance ibérique” (12/12/1848). “L'Amérique, lors de la découverte, s'est
trouvée partagée entre les trois races française, anglaise et ibérique “ (23/12/1848) (Eugène
Guillemot, Affaires de la Plata 1848-1849) (48).
Por supuesto que Eugène Guillemot también estaba equivocado en su aseveración por que
en esa época existían grandes extensiones del Nuevo Mundo ocupadas por pueblos
originarios de América.
También Adolphe Thiers (Marsella, 1797 – San Germain en Laye, 1877), un político francés
de primera línea que no pertenecía al círculo de Napoleón III se refería a los pueblos
meridionales de América. En un discurso pronunciado el 26/1/1864 en el Cuerpo legislativo
de Francia con motivo de la intervención francesa en México, expresa su enfado contra la
política imperial panlatina: “Sabéis que cuando los colonos que han poblado el norte de
la América se trasladaron allende los mares, eran ya por sus costumbres y opiniones
verdaderos republicanos. Eran, además, hombres muy laboriosos, y para las pasiones
no hay mejor calmante que el trabajo. Pero las poblaciones meridionales, á las que se tiene
la complacencia de llamar la raza latina, esas poblaciones apenas estaban preparadas
á la república cuando se separaron de la metrópoli” (Adolphe Thiers). El embajador
argentino Carlos Calvo analiza el discurso en uno de sus libros corroborando que Thiers
negaba el origen latino de los sudamericanos. Una idea que el gobierno imperial insistía en
imponer (14**).
En estos años va tomando fuerza en Francia la afirmación de la «latinité» o latinidad en
contraposición al expansionismo alemán. Muchos quisieron ver en la Guerra Franco-Prusiana
(1870-1871) un nuevo enfrentamiento entre latinos y teutones. Fue una época de grandes
discusiones étnicas en Europa.
Caído Napoleón III durante la guerra, los primeros en tomar la bandera panlatina fueron los
italianos. El escritor Giosuè Carducci (Toscana, 1835 – Bolonia, 1907) quien años después
ganaría el Premio Nobel de Literatura 1906, fue uno de los que abrazó la idea de una
hermandad latina. Esta fue tomada por Césare Orsini en su folleto L’ALLIANCE LATINE
publicado en París en 1871 (49) (50). La familia Orsini estaba vinculada a la organización
secreta de los Carbonari y los liberales unificadores de la Giovine Italia fundada por
Giuseppe Mazzini. En ese escrito Orsini propone como solución política para que
Francia reconstruya su grandeza, una alianza con Italia y España, a los que consideraba
países latinos. Una idea que venía desarrollando Michel Chevalier y otros escritores
franceses al servicio del Segundo Imperio.
Otros italianos expresaron ideas parecidas. Por ejemplo, el político napolitano Ruggero
Bonghi editor del diario La Perseveranza de Milán se había pronunciado en el mismo sentido.
El 18/10/1870 leemos en ese periódico la misma idea del folleto de Orsini y el 11/12/1871 el
artículo “L’alleanza latina”. Bonghi había sido elegido diputado en 1860 y posteriormente
Ministro de Instrucción Pública de Italia en 1873. También en L’Opinione del 25/2/1871
aparece el artículo “La razza latina”, y en otro titulado “La guerra presente e l’Italia” (P.
Villari, Florencia, 1870), se decía que Italia mantenía en alto la bandera latina (49).
Pero no todos estaban de acuerdo en Italia. El diario La Riforma fundado en 1866 por
Agostino Bertani (Milán, 1812 – Roma, 1886), en un artículo del 17/12/1871 se pronunciaba
en contra del opúsculo de Orsini al que consideraba una aberración. La idea de un imperio
latino, napoleónica en su origen, debía ser relegada al terreno de los sueños según La
Riforma. Ellos consideraban un error hacer del principio racial la razón de una alianza entre
países europeos (49).

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Las «Fêtes Latines» de Montpellier en 1878

Durante la Guerra Franco-Prusiana la difusión de la latinidad en Francia se traslada hacia el


sur tomando gran impulso en la ciudad de Montpellier. Tiene su continuidad en la iniciativa
del barón Charles Jean Marie de Tourtoulon (Montpellier, 1836 – Aix-en-Provence, 1913). Un
aristócrata romanista, historiador y filólogo entusiasta de la cultura romana. En 1869 había
fundado la SOCIETE POUR L’ETUDE DES LANGUES ROMANES dedicada al estudio de
dialectos y literatura medieval junto a otros estudiosos: Anatoli Boucherie, François
Cambouliù, Paul Glaize y Achille Montel.
Estre sus escritores y colaboradores destacamos a Théodore Aubanel, Lord William C.
Bonaparte-Wyse, Fréderic Mistral, Louis Roumieux, Jean Monné, Léon Gaudin, C.
Chabaneau, Alphonse Roque-Ferrier, Maurice Faure, A. Langlade, L. Lambert, E. Déandreis,
Alphose Tavan, L’Abbé Joseph Rous, Gabriel Azaïs, Auguste Fourès, Léontine Goirand, Jules
Saint-Rémy, Pietro Preda, A. Chastanet, J. Bauquier y Paul Gaussen, entre otros.
En 1870 comienzan a circular sus trabajos en la REVUE DES LANGUES ROMANES (51) Una
publicación que sirvió para fundamentar con trabajos lingüísticos, históricos y literarios la
idea política que había impulsado el Segundo Imperio. Es decir, la unión de pueblos
pertenecientes a una supuesta raza latina.
Esta revista tuvo una duración de varias décadas hasta la Segunda Guerra Mundial. Es
continuadora de la Revue des Races Latines (1857-1864) y otras publicaciones imperiales
destinadas a promover el panlatinismo en contraposición con el pangermanismo y el
paneslavismo. A partir de esta publicación la nueva latinidad comenzó a penetrar en ámbitos
académicos desde el sur de Francia hacia otros países europeos. A pesar de la caída de
Napoleón III la «idée latine» continuó desarrollándose.
La sociedad estaba vinculada al poder político a través de uno de sus fundadores. El teniente
coronel Jean Paul Marie Glaize, Secretario General de Herault desde 1870 y Prefecto de Puy
de Dôme a partir de 1877. Paul Glaize fue nombrado Caballero de la Légion d’Honneur en
1879 (58).
Los félibres que un principio constituían un pequeño movimiento literario iniciado por los
escritores Frédéric Mistral (Maillane, Provence, Fr., 1830 – Marsella, 1914) y Joseph
Roumanille (Saint-Rémy-de-Provence, 1818 – Avignon, 1891) cuyo objetivo fundamental era
proteger o cultivar la lengua occitana, se convirtieron en vehículo del panlatinismo y
difusores de la latinidad.
En la Revue des Langues Romanes encontramos a los primeros catalanes que tomaron
contacto con la sociedad del Barón de Tourtoulon. Las firmas de Víctor Balaguer (Barcelona,
1824 – Madrid, 1901) y Albert de Quintana i Combis (Torroella de Montgri, 1834 – Gerona,
1907) aparecen por primera vez en la sección Dialectos Modernos del Tomo Nº 2 (1871). En
el Tomo Nº 9 (1876) se reproduce un artículo del erudito Manuel Milá y Fontanals
(Villafranca del Panadés, 1818 - Barcelona, 1884) presentado por Anatoli Boucherie.
Apreciado por los franceses, Milá y Fontanals continuó escribiendo en ejemplares
posteriores. También Andreu Balaguer i Merino (Barcelona, 1848 – íd., 1883) escribió en la
revista a partir de 1877. Los cuatro fueron colaboradores y amigos del grupo de poetas
félibres provenzales.
Paralelamente a los trabajos de la Société des Langues Romanes se fundan un grupo de
sociedades vinculadas entre si: La Cigale (1875), La Lauseta (1876) con su almanaque,
Alouette (1878), y la Société d’Alliance Latine (1878) con su órgano difusor L’Alliance Latine
que sólo llegó a publicar dos ejemplares. El denominador común de estas sociedades fue el

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felibrismo, la defensa del principio racial latino, las ideas republicanas y el federalismo. Sus
miembros se conocían entre si y compartían intereses.
En La Cigale encontramos a Maurice Faure, Auguste Fourès, Théodore Aubanel, Louis Glaize,
Frédéric Mistral, Félix Gras, Louis Roumieux, Charles de Tourtoulon, Lydie Wilson de Ricard,
entre otros. En La Lauseta a Louis-Xavier de Ricard y su esposa, junto a Auguste Fourès y
miembros del felibrismo.
El periodista y político Louis-Xavier de Ricard (Fontenay-sous-Bois, 1843 – Marsella, 1911),
fue una figura principal del movimiento panlatino de Montpellier. Miembro de una antigua
familia provenzal y militante felibrista. Hijo de Joseph-Barthélemy de Ricard. Un general que
había servido a Napoleón y fue edecán de su hermano Jérome Bonaparte, Presidente del
Senado, en 1852. Ricard (P.) estaba emparentado con los Bonaparte a través de sus primos.
Louis-Xavier de Ricard fue miembro de la Comuna de París (1870) durante la guerra.
“Un des trois fondateurs de la Société de la Cigale avait voulu en faire un groupe politique.
Battu sur ce terrain, M. Xavier de Ricard créa une autre association, l'Alouette, dont il fut
naturellement le président. L'Alouette eut, dès sa naissance, des ailes d'une envergure
gigantesque, car ce charmant oiseau couvrait de ses plumes la grande idée de la fédération
des peuples latins. Roumains, Espagnols, Portugais, Italiens, Suisses romans, Grecs, eurent
des représentants plus ou moins autorisés au premier banquet, qui eut lieu le 26 mai 1878”,
explica el periodista Auguste Lepage (Mauvages, Meuse, Fr., 1835 – Paris, 1908), autor del
libro “Les dîners artistiques et littéraires de Paris” publicado en 1884 (52).
El Barón de Tourtoulon junto al felibrismo dieron impulso a una serie de actividades
culturales destinadas a revalorizar la raza latina y el resurgimiento de los dialectos
románicos desde el sur de Francia. En 1875, año conmemorativo de la muerte de Petrarca
anuncian la fundación del certamen de poesía «Chant du Latin» o Canto al Latino, en
dialectos románicos que se llevaría a cabo cada tres años.
A fines de abril de 1878 se organizaron las «Fêtes Latines» o Fiestas Latinas en Montpellier
con la presidencia del Barón de Tourtoulon y Paul Glaize delegado del gobierno.
En el certamen de poesía obtuvo el primer premio el diplomático rumano Vasile Alecsandri
(Bacău, 1821 – Mirceşti, 1890) con “Le chant de la race latine” (Căntul Gintei latine). Un
poema de tono racial que no deja dudas acerca del espíritu de aquellas reuniones. El
segundo premio se le otorgó al catalán Francesc Matheu i Fornells. También obtuvieron
premios, la escritora Lydie Wilson de Ricard con su poema A la Mar latina y el escritor
catalán Josep Martí i Folguera (57) (65*). Leamos la traducción al español del poema de
Alecsandri publicada en el diario La Mañana (56) por el periodista valenciano Teodoro
Llorente Olivares con el título Canción al Latino:

I.– La raza latina es reina entre las grandes razas del mundo. Lleva sobre la frente una
estrella divina que resplandece á través de los tiempos seculares. El destino encamina
siempre hacia delante su marcha. Va al frente de las otras razas, derramando luz sobre sus
huellas.
II.– La raza latina es una virgen dulce y encantadora. El extranjero inclínase ante ella y cae
de rodillas, con un deseo mezclado al sentimiento. Bella, viva, sonriente, bajo el sereno
cielo, en el ambiente tibio, se contempla á los rayos de un sol espléndido y se baña en un
mar de esmeralda.
III.– La raza latina tiene buena parte de los tesoros de la tierra, y generosamente los
comparte con sus demás hermanas; pero es terrible en su cólera cuando su brazo libertador
hiere la cruel tiranía y lucha por su honra.

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IV.– En el día del juicio final, la raza latina, cuando le pregunten en presencia de Dios:
«¿Qué has hecho en el mundo?» responderá serena y tranquila: «¡Ah, Señor, mientras he
estado en el mundo, á sus ojos absortos te he representado a tí!».

VASILE ALECSANDRI (56)

El racismo ha sido definido por la Real Academia Española (RAE) como la «Exacerbación del
sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u
otros con los que convive». Tiene una cuota de responsabilidad histórica importante en las
contiendas bélicas europeas desde la Guerra Franco-Prusiana en adelante. Por esa razón los
historiadores intentaron disimular u olvidar el panlatinismo francés iniciado por Napoleón III.
Después de la Segunda Guerra mundial (1939-1945) todas las doctrinas políticas basadas en
el racismo fueron condenadas por la nueva Organización de las Naciones Unidas (ONU). No
hay racismos buenos y racismos malos. El escrito del rumano Vasile Alecsandri es un poema
con impronta racista. Contiene el mismo defecto que caracterizó a los antiguos romanos:
creerse superiores a los demás pueblos y con el derecho divino de guiarlos o someterlos por
ser más débiles.
En el ámbito político y societario se organizaron eventos entre los días 22 y 29 de mayo de
1878. El 26/5/1878 la sociedad Alouette realizó un gran banquete en Montpellier con la
presencia de políticos y escritores. Entre los adherentes destacamos al diputado italiano
Mauro Macchi (Milán, 1818-1880). Un hombre del Risorgimiento entusiasmado con la
formación de la alianza latina. Ex Secretario del Ministerio de Guerra durante el gobierno de
Luigi Farini, vinculado a Giuseppe Garibaldi y la masonería italiana. Macchi y Garibaldi,
fueron promotores de la Logia Universo (21/7/1867) (52) (53) (54). Leamos una carta del
masón italiano referente al evento:

“Avec la formation de l'Alliance Latine, les grands États actuels perdront certainement de
leur importance. Et ce sera tant mieux ! car les grands États ne sont bons qu'aux grands
despotes. Nous devons revenir à l'indépendance des anciennes communes” (M. Macchi) (52).

Otro adherente fue el Concejal del Ayuntamiento de Paris, Eugène Emmanuel Viollet-Le-Duc
(Paris, 1814 – Lausana, 1879). Famoso arquitecto restaurador de edificios durante el
Segundo Imperio y gran amigo de Napoleón III:

“Ayant toute ma vie essayé de rendre, dans la mesure de mes forces, au faisceau des Races
latines la cohésion qui leur manque: doués comme ils le sont, les pays latins pourraient, s'ils
osaient s'affranchir de la domination cléricale, reprendre le rang que leur génie devrait leur
assurer dans le monde” (E. Viollet-Leduc) (52).

El prestigioso escritor y político Víctor Hugo (Besanzon, 1802 – Paris, 1885) fue nombrado
presidente honorario de la reunión siendo casi un anciano, quien les envió una misiva de
disculpas que fue leída por Louis-Xavier de Ricard en su discurso:

Paris, 19 mai 1878.

Mes chers confrères,


Mes devoirs publics me retiennent à Paris; je serais heureux, vous n’en doutez pas,
d’être au milieu de vous. Je suis votre frère, et vous voulez bien, c’est le privilège de mon
âge, m’accepter comme frère aîné. L’union de tous les talents et de tous les esprits, c’est le

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rayonnement même de la civilisation. Je bois à l’alliance des Races latines; je bois à
l’alliance de tous les peuples!
votre ami,
VICTOR HUGO (52)

El político Louis-Xavier de Ricard era el alma de esta sociedad. Así lo interpretó Teodoro
Llorente en uno de sus artículos en los que transcribe algunas palabras de Ricard:
«Aspiramos, no al imperio latino, sino á la confederación latina» (Diario La Mañana
2/7/1878) (56).
El español Llorente cultivó relaciones con el grupo felibrista. Fue asistente periodístico de las
Fiestas Latinas. Al igual que el escritor catalán Víctor Balaguer exiliado en Francia desde
1867, más conocido por ser una de las figuras principales de la Renaixença catalana.
Balaguer fue el primero en trabar amistad con los poetas provenzales Fréderic Mistral y Félix
Gras. Participó en las fiestas de 1878 junto a otros catalanes como Andreu Balaguer y
Merino, y Joaquim Riera y Bertran (55).
También Albert de Quintana i Combis tuvo destacada participación. Leyó un discurso de
apertura de las fiestas que fue comentado en varios periódicos de la época (56). De hecho, el
concurso Chant du Latin fue una iniciativa suya. Así lo confirma la Revue des Langues
Romanes:

“M. de Quintana y Combis a bien voulu mettre à la disposition de la Société des Langues
Romanes deux grands prix: une coupe symbolique en argent et une cigale en or, qui seront
distribués au second Concours de la Société.
Selon le vœu du donateur, le premier de ces prix sera attribué au ‘Chant du Latin’, ou
autrement ait ‘de la race latine’; le second, à un poème en langue d’oc, sur un sujet tiré de
l’histoire des peuples d’origine romane.
Tous ceux qui ne séparent point le culte de la langue du midi de la France et de la
Catalogne de celui de la grande patrie romane remercieront notre généreux ami de la double
pensée qui fa inspiré” (T. VII 1875. Chronique. Pág 462)

También la revista Romania editada en Paris le adjudica la iniciativa al catalán e informa que
los italianos le pondrían música al himno del rumano Alecsandri:

“Le concours ouvert par la Société des Langues Romanes, sur l’initiative de M. Quintana,
pour la composition d’un ‘Chant du latin’, a suscité une masse de pièces dans divers
dialectes romans. La Société a donné le prix à une poésie roumaine de M. Alecsandri, et un
second prix à la pièce catalane de M. Matheu y Fornells: on peut lire ces deux morceaux
dans lé n° de mai-juin de la Revue des Langues Romanes. La ‘Rivista di letteratura popolare’
nous apprend que le prof. Marchetti a mis en musique l’hymne de M. Alecsandri, traduit en
italien, et qu’on le chante à Boucarest sur cette mélodie italienne”. (Romania, Vol. 7. 1878.
Chronique. Pág 636) (65*).

Los republicanos Francisco Pi y Margall, y Emilio Castelar, adhirieron a la sociedad Alouette


presidida por Ricard (52). También el diputado Fernando Garrido Tortosa exiliado en Francia
difundió el principio racial latino. Hay una carta de Garrido Tortosa en esa misma época
dirigida a la Baronesa de Wilson que deja al descubierto el racismo del masón republicano
(59). Un propagador de las ideas de Chevalier, Fourier y Saint Simon, que mantuvo
relaciones con los revolucionarios de la Giovine Italia cuando estuvo refugiado en Londres.
Las Fiestas Latinas no fueron sólo un evento literario. Fueron motor de actividades políticas
que intentaron llevar a cabo el mismo proyecto de Luis-Napoleón. Aunque con ideas

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republicanas y federalistas, el panlatinismo continuó desarrollándose desde Francia hacia
otros países europeos. Las actividades de estas sociedades le permitieron al país galo
extender su influencia en España y Rumania. En la península ibérica a través de catalanes y
republicanos. En Rumania captando funcionarios diplomáticos como Alecsandri que había
sido Ministro de Asuntos Exteriores 1859/60. En 1885 fue designado Ministro rumano en
Paris. El premio por su poema de 1878 es un reconocimiento político que está de acuerdo
con las ideas del filólogo francés Cyprien Robert de oponer resistencia al paneslavismo.
Charles de Tourtoulon era un noble conocido en ámbitos académicos españoles por haber
escrito el libro: “Jacme Ier le Conquérant, roi d'Aragon, comte de Barcelone, seigneur de
Montpellier d'après les chroniques et les documents inédits” (1ª parte, 1863 y 2ª parte,
1867). Una biografía histórica del rey Jaime I de Aragón (Montpellier, 1208 – Alcira,
Valencia, 1276). Fue condecorado con la cruz de gran oficial de la Orden de Isabel la
Católica. La Real Academia de la Historia y la Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona, lo
nombraron miembro correspondiente.
En 1879 el Barón de Tourtoulon fundó la Société des felibres de Paris de la cual fue su
primer presidente. En 1882 le anuncia a Frédéric Mistral la fundación de una nueva revista
como «un nouveau développement de l'idée félibréenque». El 25/9/1883 aparece el primer
numero de la REVUE DU MONDE LATIN editada en Paris. Una nueva publicación dedicada al
estudio de los intereses comunes de los países de origen latino en América y Europa (60).
También fue uno de los cofundadores de la afamada Revue des Deux Mondes en 1883 y
Director de la Société héraldique et généalogique de France. Algunos libros de la época
estudiaron su participación en el movimiento cultural de Montpellier. Por ejemplo: “L'idée
latine, Charles de Tourtoulon” de Paul Marieton (Lyon, 1883).
Nótese que en Francia aquellas ideas germinaron en el escritor y político nacionalista Charles
Maurras (Martigues, Provence, Fr. 1868 – Tours, 1952). Otro provenzal que desde joven
había sido militante felibrista (61). Maurras fue un patriota francés católico y uno de los
precursores del fascismo europeo. Miembro de la Ligue de la patrie française y principal
exponente de Action Française.
En 1922 Maurras expuso sus ideas panlatinas en el escrito LES FORCES LATINES que forma
parte del libro: “La fin de l’empire espagnol d’Amérique” (Marius André. Paris, 1922).
También fue impulsor de la revista LATINITÉ: REVUE DES PAYS D’OCCIDENT, publicada en
París entre los años 1929 y 1932 (62).
Más adelante en este mismo trabajo veremos que en 1939 aparece en Buenos Aires la
revista ilustrada “Latinidad” (32) dedicada al análisis de la política internacional con las ideas
de Maurras. Sus editores y redactores eran franceses y francoargentinos. Habían publicado
en Buenos Aires el periódico “La Acción” y “La Acción Francesa” entre los años 1915 y 1918
durante la Primera Guerra mundial.

La filología románica de París

Vencido Napoleón III y proclamada la Tercera República, la ciudad de París fue asediada
durante cuatro meses por el general prusiano Helmuth von Moltke. Finalmente el gobierno
francés se rindió el 10/5/1871. El saldo estimado de la guerra fue de 140.000 soldados y
400.000 civiles muertos para Francia, incluyendo 47.000 vidas durante el sitio de Paris.
Prusia y Alemania perdieron 50.000 soldados y 200.000 civiles aprox. (64).

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La victoria le permitió al Imperio alemán anexionarse los ricos territorios de Alsacia y
Lorena, y cobrar una indemnización de 5.000 millones de francos en oro. El odio y el
revanchismo franco-alemán continuaron hasta la Primera Guerra mundial (1914-1918).
Hemos señalado anteriormente que durante la guerra fue tomando fuerza en Francia la
afirmación de la «latinité» o latinidad en contraposición al expansionismo alemán. Una idea
racial que se venía desarrollando desde los inicios del Segundo Imperio.
Normalizada la vida en Paris, sus estudiosos emprendieron el mismo camino que los eruditos
de Montpellier. En 1872, Paul Meyer y Gaston Paris fundaron “ROMANIA. Recueil Trimestriel.
Consacré a l’Etude des Langues Romanes et de des Littératures Romanes”. Leémos en su
portada la frase: “Pur remenbrer des ancessors. Les diz et les faiz et les murs. Wace” (65).
Las revues o revistas de esa época eran extensas publicaciones. En este caso se la anuncia
como recueil: recopilación, compendio o colección trimestral.
Paul Meyer (Paris, 1840 – Saint Mandé, 1917) y Gaston Paris (Avenay-Val-d’Or, 1839 -
Cannes, 1903) eran expertos en filología, paleografía y literatura medieval francesa.
Formados en la École des Chartes fundada en 1821. Una escuela planificada por Napoleón
para el estudio de las ciencias auxiliares de la historia.
En 1863 Meyer pasó a formar parte de la sección de manuscritos de la Biblioteca Imperial y
entre los años 1866 y 1872 se hizo cargo del cuidado de los archivos nacionales.
Durante los primeros años de Romania encontramos lecturas firmadas por Gaston Paris, Paul
Meyer, y especialistas tales como Arsène Darmesteter, Pío Rajna, Hugo Schuchardt, Alfred
Morel-Fatio, Manuel Milá y Fontanals, F. Bonnardot, y J. Cornu, entre otros.
En años posteriores la publicación fue dirigida por expertos franceses tales como Antoine
Thomas, Mario Roques, Félix Lecoy, Jacques Monfrin, Geneviève Hasenohr, Michel Zink,
Jean-René Valette, François Zufferey y Sylvie Lefèvre.
La aparición de Romania fue simultánea a la de la italiana Rivista di Filología Romanza
fundada en Imola durante 1872 por el filólogo Ernesto Monaci, el conde Luigi Manzoni y
Edmondo Stengel de la Universidad de Marburgo. Esta interrumpió sus publicaciones en
1876 pero Monaci vuelve a publicarla en 1878 con el nombre Giornale di Filología Romanza
en Roma, y posteriormente Studj di Filología Romanza, editada en la ciudad de Torino (66).
Paul Meyer llegó a ser Comendador de la Légion d’Honneur y Gaston Paris fue nominado al
Premio Nobel de Literatura en 1901, 1902 y 1903, entre otros reconocimientos. Ambos son
considerados los padres de la filología románica en Francia. También responsables en buena
medida de la importancia que se le empezó a dar a esta disciplina en algunas universidades
europeas. Romania fue una publicación referencial para los «países neo-latinos», que
comienzan a existir bajo esta denominación en el ámbito académico. Con un enfoque más
científico que la publicación de los eruditos de Montpellier, la nueva Romania fue editada en
Paris hasta el año 2011 convirtiendo a los franceses en campeones de la romanística. Así
comenzó a cumplirse la idea política que había impulsado el Segundo Imperio, con
fundamentos académicos.
Los intelectuales al servicio de Napoleón III y sus continuadores, así como algunos políticos
italianos del Risorgimiento y otros dedicados al estudio de la filología románica, son
responsables de la formación de un conjunto de conceptos panlatinos pensados o ideados
desde el poder político: raza latina, latinidad, pueblos latinos y neo-latinos, alianza latina,
países latinos, naciones latinas, América latina, lenguas latinas y neo-latinas, etc.. Todas
estas expresiones se originaron en Francia y comenzaron a formar parte del lenguaje
internacional en la medida que fueron repetidas en otros países bajo su influencia.

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El Congreso Científico de 1898 realizado en Buenos Aires (68)

Prácticamente ningún periódico de la región ni funcionario político sudamericano utilizó


expresiones panlatinas hasta el Congreso Científico Latino Americano realizado en Buenos
Aires del 10 al 20 de abril de 1898. La terminología aparece en Argentina como una rareza
idiomática de esos años. Este el segundo intento panlatinista después de los libros de Torres
Caicedo y Carlos Calvo durante el Segundo Imperio, y la primera vez que se utiliza el
concepto en un evento de la región donde concurren cientos de personas. El término
aparece en varias publicaciones de esos días haciendo referencia al encuentro científico.
La expresión llega a través de ex miembros de la Giovine Italia, el ingeniero Pompeyo
Moneta y Tomaso Ambrosetti. Italianos influyentes de la Sociedad Científica Argentina (SCA)
que organizó el congreso. Pompeyo Moneta actuó como representante de México a pesar
que era italiano y vivía en Buenos Aires desde hacía varias décadas. En 1864, el gobierno
del general Bartolomé Mitre le había confiado la organización del Departamento Nacional de
Ingeniería cuya dirección ejerció durante muchos años, interviniendo en numerosas obras
públicas. Era hermano del publicista y patriota garibaldino Ernesto Teodoro Moneta.
También participaron de la idea algunos miembros del Comité de Organización constituido el
1.4.1897, tales como el Dr. Emilio R. Coni, Vicepresidente 2º; los Secretarios, Ing. Marcial
Candioti y Dr. Antonio Dellepiane; y el Ing. Domingo Noceti, Delegado en representación de
la SCA para el congreso (24)(26). El Dr. Emilio R. Coni (Corrientes, Arg. 1855 – Francia,
1928), médico dedicado al periodismo científico, vinculado por lazos familiares a la ciudad de
Saint-Maló (Fr.) y a la sociología francesa a través de su esposa, la periodista Gabriela
Laperriere.
El congreso fue realizado por la SCA con el patrocinio del gobierno nacional. La revisión
histórica nos permite afirmar que “Latino América” era una terminología muy poco frecuente
y hasta puede notarse el rechazo en los discursos pronunciados durante el evento. El
discurso de apertura del ingeniero Ángel Gallardo, Presidente del Comité de Organización,
comienza así:

“Bien venidos sean los distinguidos representantes de la repúblicas íbero-americanas, cuya


presencia da carácter á esta primera reunión del Congreso científico latino americano que la
ciudad de Buenos Aires tiene el honor de albergar en su recinto”. El mismo discurso concluye
de la siguiente manera: “Recorra así nuestro Congreso como heraldo de paz y de justicia, las
capitales todas de los pueblos íbero-americanos y cuando al terminar su primer ciclo cuente
por miles el número de sus miembros, discuta trascendentales problemas é ilumine el
mundo con la revelación de nuevas y gloriosas verdades, recordarase con placer este primer
ensayo, modestísimo en comparación de la grande obra futura que ha de germinar sin duda
de la semilla que hoy plantamos á orillas del Plata, en esta misma tierra donde se lanzó el
grito libertador de 1810” (24).
En el discurso del Ministro de Justicia, Culto é Instrucción Pública, Dr. Luís Beláustegui,
presidente honorario del Congreso, este emplea la terminología Sud América, repúblicas
sudamericanas, confraternidad suramericana y América (24).
El presidente del Congreso, el chileno Dr. Paulino Alfonso, utiliza las expresiones: pueblos
hispano-americanos, jóvenes nacionalidades de Hispano-América, América y nuestra
América. En todos los discursos es notorio que no estaban acostumbrados a la denominación
panlatina y prácticamente no la pronuncian salvo para mencionar el nombre completo del
congreso (24).

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La denominación se mantuvo en los congresos científicos de Montevideo (1901) y Río de
Janeiro (1905). Las ediciones posteriores de estas reuniones científicas cambiaron el nombre
por el de congresos “Pan-americano” y “americano” (25).

El periodismo francés difusor de la latinidad

A partir de las últimas tres décadas del Siglo Diecinueve se observa la aparición de
nuevos conceptos panlatinos en diccionarios impresos en Francia. Las nuevas definiciones
para pueblos y lenguas «neo–latinos» comienzan a ser introducidas hábilmente por los
hermanos Garnier que copan el mercado de editores hispanohablantes en América del Sur.
El ejemplo más notorio es el diccionario “Campano” de gran difusión en la región. Los
Garnier se jactaban de ganar con sus libros en castellano más que todos los editores de
Madrid juntos. Finalmente aparece la expresión «América latina» dentro de la definición de
la palabra «latino». En las primeras décadas del Siglo Veinte todavía no existía esa
expresión como concepto independiente en el Campano (27) (28) (29) (30) (31) (31*).
Casi ninguna publicación de la región utilizó expresiones panlatinas en los primeros años del
Siglo Veinte. Salvo algunas pocas, por ej.: Pensamiento Latino, revista internacional que ve
la luz pública en Santiago de Chile alrededor del año 1900, y El Mundo Latino que publica en
España el escritor peruano Mariano José Madueño. Las dos publicaciones tuvieron escasa
repercusión a pesar del comentario publicado por la afamada Baronesa de Wilson en 1903
acerca del refugiado peruano:

“Ya en Pernambuco, publicó un hermoso manifiesto, nutrido con ideas por extremo elevadas
y rico en doctrinas federalistas, que merecieron las felicitaciones de nuestro eminente Pi y
Margall, el apóstol del federalismo español, cuando meses después efectuó su viaje del
Brasil á Europa. En escala gigantesca ha emprendido en España una tarea noble y grande: la
de la unión de la raza latina, concibiendo y poniendo en práctica el hermoso pensamiento de
un diario inter-continental, «El Mundo Latino», con bases ciclópeas de un radio inmenso y de
colosales trascendencias, pues que reflejará los latidos del corazón y del cerebro en ambos
mundos. «El Mundo Latino» es el pórtico grandioso para el siglo xx” (63).

Al igual que los republicanos españoles, el peruano Madueño es otro ejemplo de la influencia
ejercida por el movimiento literario de Montpellier que resumimos en un capítulo anterior.
En 1906 Madueño publicó: “Problemas Americanos: Confederación Latino-americana”.
En Buenos Aires se publicó la “Revista Latinoamericana de innovaciones educativas” (1900),
y “El desarrollo de la química en la América Latina y los Congresos Latinoamericanos”
(Venancio Deulofeu, Bs. As. 1926). Las dos ediciones de pocos ejemplares, vinculadas con
los congresos científicos de 1898, 1901 y 1905. También circuló en Buenos Aires la revista
“Latium” (1920/21), de muy poca trascendencia.
Un nuevo intento panlatinista ocurre nuevamente en la capital argentina de la mano de un
grupo de periodistas franceses liderados por Maurice Bouxin y Raymundo Manigot. En el
primer trimestre del año 1939 apareció en Buenos Aires la revista ilustrada “Latinidad” (32).
dedicada al análisis de la política internacional. Estaba dirigida a la colectividad francesa
del Río de la Plata y al público en general. Una publicación escrita en español con artículos
de gran actualidad que siguieron el curso de la Segunda Guerra mundial. La revista también
contenía artículos en idioma francés. Sus editores y redactores ya habían publicado en
Buenos Aires el periódico “La Acción” y “La Acción Francesa” entre los años 1915-1918
durante la Primera Guerra mundial. En esos periódicos impresos en Argentina también se

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había promovido el panlatinismo, al igual que en “L’Union Française” de Alfred Ebelot y Emile
Daireux. Pero estos eran diarios que sólo leía la colectividad de inmigrantes franceses.
En las revistas de Bouxin se cimentó en el Río de la Plata el concepto «América latina» y se
anticipó la creación de la organización Unión Latina (UL).
En su primer ejemplar (3.1939) que lleva el Nº 16 dice: “Desde el presente número las
revistas que hasta ahora han aparecido con los títulos Lutecia, Francia y Remember, se
unificarán bajo el de “Latinidad”. En su tapa aparece una ilustración de la loba romana con
Rómulo y Remo amamantándose y una bella prosa introductoria. Los periodistas más
importantes que escribían en la revista eran: M. Bouxin (Director), Raymundo Manigot (Jefe
de Redacción, 1939-1941), Natal A. Rufino (Jefe de Redacción, 1941-1947), Eciruam Nixuob,
M. Aimbé, Roberto Weidel Richard, Pierre Descaves, Alkis D. Lappas, Patrick Romanell, Julio
María Malbranche, Suzanne Labin, Juan E. Carulla, Dr. Hernán Bundesen, Alberto Casal
Castel, Santiago Bernardini, Julio Marín, Víctor Alvarez Bisbal, Bernardo J. Sheil, Luís
Rodríguez Embil, y otros pocos más.
Esta revista era sostenida económicamente con publicidades de las siguientes instituciones y
empresas: “Le Courrier de la Plata” (Diario francés publicado en Argentina), College Français
de Buenos Aires, College Pasteur, Asociación Francesa Filantrópica y de Beneficencia,
Asociación Francesa de Socorros Mutuos, Cámara de Comercio Francesa, La Franco
Argentina (Compañía de Seguros), Banco Francés del Río de la Plata, Ferretería Francesa
Estrabou & Cía., Cristalerías Rigolleau, Automóviles Citroën, Editorial Argentina
Arístides Quillet, Lutecia Hotel (Maison Française Bs. As.), Cognac Otard Dupuy, y varios
comerciantes y profesionales francoargentinos (32). La revista se vendía en el Palacio del
Libro (calle Maipú Nº 49, Bs. As.), en la Librería Francesa (calle Viamonte Nº 710, Bs. As.) y
tenía cientos de suscriptores que la recibían en sus domicilios. Se distribuía gratuitamente a
los medios de comunicación y empresas más importantes de Argentina y Uruguay. Era
leída por funcionarios políticos de la región que seguían los acontecimientos europeos, antes,
durante y después de la Segunda Guerra mundial (32).
Con sólo leer algunos títulos nos damos cuenta de su línea editorial: “Francia y la Herencia
Latina” (6.1939, Nº 17, Pag.1), “Latinidad” (5.1944, Nº 63, Pag. 5), “Nueva Unión Latina”
(7.1944, Nº 64, Pag. 6), “El triunfo del latinismo” (12.1944, Nº 67, Pag. 11), “La raza latina”
(7.1946, Nº 76, Pag. 14), etc.
En el Nº 61 (12.1943), Pag. 5, dice: (textual) “Cuando en 1939 dimos a esta revista el título
de LATINIDAD tuvimos el propósito de estar en relaciones continuas con todos los pueblos
latinos europeos y sudamericanos, con eje en Francia, que sostiene el faro de la civilización
desde siglos y ha venido orientando a los demás pueblos del universo”. En la Pag. 2 aparece
un artículo con el título “La Lengua Francesa en la América Latina – La importancia de la
literatura francesa en los países latinoamericanos y la influencia de la misma sobre la política
y la cultura de las diversas naciones”. El artículo lleva la firma de Ricardo Sáenz Hayes pero
es una traducción comentada de un artículo de Frank Schoel que había aparecido en esos
días en la “Revue de Paris”.
Transcribimos algunos pasajes del artículo publicado en el Nº 63 (Pag. 5) del 5.1944 que
lleva el título “Latinidad” firmado por el autor Julio M. Malbranche.
“Cuando hablo de Latinidad abarco al Helenismo, a la eterna cultura greco-latina. Nadie
discutirá la legítima maternidad de la cultura helénica, de la romana, y la latina en general,
y, por Latinidad se entiende la inmensa faja de nuestro globo terrestre que va desde
Jerusalén y el Mar Negro hasta el Cabo de Hornos al extremo sud de la América meridional,
y en toda esa faja o zona, ancha desde los Balcanes y el Rin, en Europa, hasta el desierto
africano, y desde el Canadá hasta la Tierra del Fuego, en América, haciendo caso omiso de

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los anglosajones de América, no existe sino una misma sangre y un mismo modo de
pensar… ¿Decidme un solo genio bárbaro superior a Sócrates, a Plauto, a Cicerón, a Virgilio,
a Arquímedes, a Aristóteles, a Séneca, a Julio César, al Dante, a Cristóbal Colón, a Galileo, a
Marco Polo, a Rioja, a Miguel Angel, al Tiziano, a Rafael, a Fidias, a Volta, a Lavoisier, a
Voltaire, a Rousseau, a Corneille, a Racine, a Molière, a Cervantes, a Calderón, a Camoens,
a Vasco de Gama, a Napoleón, a Pasteur, uno solo que no sea greco-latino? Sí, uno solo; el
genio de los genios: Jesús. Pero Jesús quiso nacer bajo la dominación romana, y si su luz es
el faro de primera magnitud iluminando al mundo entero es gracias a los latinos y por que
el CRISTIANISMO fue, desde las primeras horas de los mártires en Roma, de los primeros
cristianos de sus catacumbas, fue, lo convenimos sin discusión alguna, ‘Latinizado’” (32).
En general es una publicación antiespañola. Sus autores desconocen la historia de los
pueblos ibéricos y menosprecian ese origen. En el Nº 62 del 2.1944, Pag. 20, encontramos
el artículo: “Latinidad – España y sus contrincantes” que no tiene firma. Dice así: “Es
necesario que nos ocupemos hoy de España, nuestra segunda hermana, la que por orden
lleva el tercer puesto como potencia después de Francia e Italia. No sabemos exactamente
por qué figura como potencia latina que tiene poco, muy poco de sangre latina y posee más
bien sangre morisca”. Luego califica a los españoles de atrasados e ignorantes y continúa:
“A parte de estas fallas, el español es trabajador, honrado, valiente y también (por que no
decirlo), también muy hablador, lo que lo ha perjudicado por que se ha creído saber más de
lo que verdaderamente sabía. Estos defectos no son hispanos pero más bien son latinos, que
también hacen su fuerza” (32).

Creación de la CEPAL, el CELAM, la FLACSO, y los intelectuales de Bolonia

Durante las cuatro primeras décadas del Siglo Veinte, las expresiones “América latina” y
“Latino América” fueron muy poco frecuentes. Todavía se usaban en forma masiva las
denominaciones: América del Sud, Sud América, América e Hispano América. También se lee
el término Ibero-américa tal cual lo hemos visto en la apertura del congreso de 1898. Por
ejemplo, en el periódico El Cronista Comercial de Bs. As. fundado en 1908 por Antonio
Martín Giménez. En un artículo del 1.11.1916, el Dr. Carlos F. Melo, admirado pensador de
la época decía: “Debemos invocar las fuerzas latentes de la raza ibero-americana”… y
hablaba de la Argentina como centro de una nueva cultura.
La expresión en idioma inglés «Latin America» como forma de agrupar países tiene su
antecedente más notorio en el gobierno de Estados Unidos. El primer político en utilizar el
concepto panlatino fue el presidente Thomas Woodrow Wilson (1856-1924). Posteriormente,
durante la Segunda Guerra mundial existió en EE.UU. una Subsecretaría de Estado para
Asuntos Latinoamericanos, que estaba a cargo de Nelson Rockefeller (33).
En los primeros meses de 1947 la terminología aparece tenuemente en algunos medios
periodísticos de la región. Casi siempre en cables de la United Press (UP) que llegan desde
Estados Unidos y tratan acerca de la política exterior norteamericana o de temas vinculados
a la nueva Organización de las Naciones Unidas (ONU). En muchos casos el uso de la
terminología esta contenida en declaraciones de funcionarios norteamericanos o en artículos
escritos por periodistas estadounidenses. Eran noticias extranjeras que se traducían para
publicar en nuestros medios de comunicación. En cambio, los artículos redactados por los
periodistas locales utilizaban expresiones tales como: América, naciones de América,
repúblicas americanas, países de América, países del continente americano, países
hermanos de América, relaciones interamericanas, América del Sur, Sud América, América

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Central, Caribe, naciones continentales y extracontinentales, y otras expresiones afines.
Cualquiera que revise los diarios de la época podrá comprobarlo fácilmente.
Una de las pocas veces que leemos a un regional hispanohablante utilizando la terminología
es en una pequeña noticia de la UP fechada el 3.1.1947 en Washington, publicada al día
siguiente por el diario La Prensa (Buenos Aires) en Pag. Nº 7 que lleva el título: “La Unión
Panamericana invitó a una reunión al Primer Ministro Italiano”. En una parte del artículo el
embajador cubano Guillermo Belt se refiere a la Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva
York diciendo: “… las repúblicas latinoamericanas estiman que deben formar parte de ese
organismo todos los países latinos, Italia ahora y España mas adelante, cuando exista en
este país una situación favorable”.
Los responsables del uso de la cuestionada denominación en la política internacional fueron
los funcionarios británicos y norteamericanos del Consejo Económico y Social de la ONU, que
decidieron la creación de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en 1948. Ellos
fueron: el economista británico Harold Caustin que actuó como representante del Secretario
General y David Weintraub, Director Principal del Departamento Económico. Ambos actuaron
bajo instrucciones y con el apoyo decidido de David Owen, Secretario General Adjunto a
cargo de los Asuntos Económicos de Naciones Unidas (34).
Muy poco pudieron hacer nuestros representantes diplomáticos para defender la identidad
cultural de la región ante los funcionarios norteamericanos y británicos que conducían la
ONU en sus primeros años (68).
Uno de los hombres que mas hizo para difundir la denominación Latin America fue el
economista Raúl Prebisch, que condujo la CEPAL durante sus primeros años de existencia.
Prebisch fue el referente principal de la región en materia de planificación económica que
tuvo la ONU. Su origen sajón y sus estrechas relaciones con los capitales británicos del Río
de la Plata lo llevaron a ocupar un lugar de preferencia en la ONU. El fue uno de los primeros
economistas que utilizó la denominación Latin America en sus trabajos de planificación (68).
Luego de la creación de la CEPAL, los grandes medios de comunicación de EE.UU., Gran
Bretaña y Francia, se acoplaron a dicha tendencia y comenzaron a difundir masivamente las
denominaciones Latin America y Amérique Latine (68).
En 1955 se organizó un Comité de Comercio subsidiario de la CEPAL para proyectar un
mercado regional. Allí es donde surge la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio
(ALALC) en 1960, y su sucesora la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). Esta
última se creó mediante un tratado en Montevideo firmado en 1980 por las dictaduras
militares. Fueron los intereses comerciales fomentados desde la ONU, los que idearon y
guiaron esos experimentos de integración, que quedaron truncos por la convulsión política
que vivió la región en los años setenta y ochenta: guerrillas y dictaduras militares (68).
Con el retorno a la democracia se inicia una nueva etapa de integración regional. Pero al ir la
ONU tomando importancia y autoridad, el concepto Latin America se politizó y fue
extendiéndose cada vez más. Como es sabido, la ALADI subsiste con ese mismo nombre
como consecuencia del tratado de 1980 y es un organismo menor con sede en Montevideo
que brinda asistencia al MERCOSUR (68).
Actualmente existen varias instituciones que llevan la denominación “América Latina”, como
consecuencia del pensamiento de los primeros funcionarios del Consejo Económico y Social,
de la CEPAL y de Raúl Prebisch. Estas fueron creadas en los años 60 y 70. Han sido
sostenidas por los gobiernos regionales en el marco estructural de la ONU. No representan el
pensamiento de la gente común pero ejercen gran influencia en medios políticos y de
comunicación. Tal es el caso del Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y
Social (ILPES) creado por Prebisch en 1962, el Instituto para la Integración de América

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Latina (INTAL) creado en 1964 dentro del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) por
iniciativa de los planificadores de la CEPAL y del ILPES, el Parlamento Latinoamericano
(Parlatino) creado en 1964 por iniciativa de Andrés Townsend embajador peruano ante la
ONU y del influenciable Nelson Carneiro, el Centro Latinoamericano de Administración para
el Desarrollo (CLAD) creado en 1972 por recomendación de la ONU, la Organización
Latinoamericana de Energía (OLADE) creada en 1973 en medio de graves conflictos
regionales durante la crisis petrolera, el Sistema Económico Latinoamericano (SELA) creado
en Venezuela en 1975 durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez por iniciativa de un grupo
de diplomáticos ligados a la ONU, y otros pocos organismos mas (68).
Coincidentemente con la internacionalización de la expresión Latin America desde la ONU, el
Papa Pío XII fundó el Consejo Episcopal Latino Americano (CELAM) en 1955. El CELAM es
una organización pergeñada por el laicismo italiano de los años cincuenta. Uno de los
máximos exponentes de esa clase política fue el banquero italiano Vittorino Veronese,
Secretario General y Presidente de Azione Cattolica (1944-1952), Presidente del Istituto
Catolico di Attivita Sociali (ICAS), Secretario del Comitato Permanente dei Congressi
Internazionali per l’Apostolato dei Laici (COPECIAL) establecido por Pío XII, Miembro de la
Mesa Ejecutiva de UNESCO (1952-1956), Presidente de la Mesa Ejecutiva de UNESCO
(1956-1958) y Director General de UNESCO desde 1958 hasta 1961. Veronese fue muy
cercano a Pío XII y amigo de Paulo VI. Fue uno de los italianos mas influyentes antes y
después del Concilio Vaticano II.
Al Sr. Vittorino Veronese también le debemos la creación de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO). En la 45a. reunión del Consejo Ejecutivo de la UNESCO
realizada en Nueva Delhi (del 31-10-56 al 3-12-56), donde actuaron como presidentes el
Dr. Vittorino Veronese (Italia) y el Prof. Oscar Secco Ellauri (Uruguay), el Consejo Ejecutivo
“Recomienda a la Comisión del Programa la aprobación de las propuestas contenidas en el
documento 9C/5, Corrigendum 1, Anexo, párrafos 85 a 102, referentes al establecimiento de
centros regionales de ciencias sociales en Chile y Brasil (45 EX/SR.2, 12, 15)” (35).
La UNESCO tenía varios institutos que llevaban el nombre: “Instituto de Ciencias Sociales
(UNESCO)”. Veronese impuso la denominación de la “Conferencia Latinoamericana de
Ciencias Sociales” realizada en Río de Janeiro el 16 de abril de 1957, que dio origen al
Centro Latinoamericano de Pesquisas em Ciencias Sociais. De igual manera a la Escuela
Latinoamericana de Sociología que funcionó en Santiago de Chile desde 1957. Ambos
centros precursores de la FLACSO, que en realidad debieron llevar el nombre: “Instituto de
Ciencias Sociales de la UNESCO”.
Desde la Declaración de Bolonia firmada en 1999 por los ministros de educación de la Unión
Europea, la Università di Bologna (UniBo) comenzó a proponer, conducir y liderar varios
programas educativos que se proyectaron sobre nuestra región. Abrió una sede en Buenos
Aires y comenzó su expansión regional.
Los intelectuales de la UniBo están imponiendo su visión panlatina del mundo. La “Maestría
en Relaciones Internacionales” que dictan desde sus aulas cuenta con una materia
denominada “Integración Latinoamericana”, donde les inculcan a los estudiantes que el
MERCOSUR es algo menor o sin importancia en comparación con la «unión latinoamericana»
que proponen. Han creado el Observatorio de las Relaciones Europa - América Latina
(OBREAL) que es una red integrada por varias instituciones académicas y centros de
investigación. UniBo lidera el OBREAL y arrastra con su fama a las demás instituciones. Sus
estudios están dirigidos a funcionarios políticos, empresarios e investigadores de nuestra
región. Con trabajos como los de OBREAL, los intelectuales de Bolonia van formando a su
antojo los futuros líderes de nuestra integración regional.

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El plan de actividades de la Università di Bologna (Representación Buenos Aires) y del
Instituto Italo Latino Americano (IILA) acompañan los nuevos emprendimientos italianos en
la región. También desde hace algunos años el Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia
lleva adelante un proyecto de formación y capacitación para dirigentes del MERCOSUR,
donde se forman muchos de nuestros investigadores y jóvenes funcionarios.
América del Sur y la idea de MERCOSUR es un concepto autóctono continuador de nuestra
identidad regional que viene gestándose desde los tiempos virreinales. No forma parte de la
planificación de los aliados vencedores de la Segunda Guerra mundial. Tampoco es un
“proceso latinoamericano de integración subregional” como pregonan los estrategas del
Instituto Italo Latino Americano (IILA) y los intelectuales de la UniBo.

Unión Latina: un proyecto de constructivismo social fallido

También desde París se impulsó la creación de la Unión Latina el 15/5/1954 mediante un


convenio realizado en la ciudad de Madrid. ¿Quién fue el verdadero promotor de la Unión
Latina? ¿En que circunstancias se firmó ese convenio y a quienes representaban realmente?
La Unión Latina (UL) desde sus oficinas en París gastó millones de euros en cientos de
eventos culturales para imponer la latinidad en los países de habla hispanoportuguesa. De
hecho, estas nuevas investigaciones que hemos presentado en diferentes ediciones de
POSICION IBEROAMERICANA desde el año 2008 no se retomaron por capricho, sino por la
actitud irrespetuosa del embajador italiano Bernardino Osio, ex Secretario General de la
Unión Latina durante ocho años.
L’Union Latine (UL) nació el 14/6/1948 como proyecto de la política exterior francesa
simultáneo a la imposición del término Latinoamérica en las Naciones Unidas. Fue impulsada
por Pierre Cabanes, colaborador del presidente del Consejo de Ministros de Francia, Robert
Schuman (36) (38).
El primer encuentro institucional se realizó en Santiago de Chile el 30/12/1949 con Pierre
Cabanes como primer Secretario General (36). En 1951 se realizó un Congreso en Río de
Janeiro y en 1954 se firma el convenio de Madrid que intenta comprometer a los españoles
en el proyecto panlatino.
La primera o única vez que un funcionario argentino se refirió públicamente a la latinidad en
una campaña electoral coincide con la promoción de la nueva organización. El 12/10/1949 el
coronel Domingo Mercante, Gobernador de Buenos Aires e íntimo amigo de Perón, habló de
«raza de la latinidad» y «las veintidós hermanas naciones de Latinoamérica» en un discurso
en la ciudad de Tandil (37).
La Unión Latina (UL) permaneció inactiva durante casi treinta años hasta que el gobierno de
François Mitterrand en 1983 la reflotó a través de Philippe Rossillon, designado nuevo
Secretario General (38).
Siempre con la misma idea de querer tutelar los países de la región para contrarestar el
expansionismo o imperialismo cultural estadounidense. Vieja estrategia explicada por el
emperador Napoleón III en su famosa carta al general Forey del 3/7/1862 (ver Pág. 5).
Establecieron una sede simbólica en la República Dominicana y oficinas reales en París. Allí
funcionó su Secretaría General hasta que la unión fue disuelta en 2012 debido a las críticas
suscitadas por la polémica gestión de Bernardino Osio al frente de la institución.
Desde la Unión Latina se puso en marcha un ambicioso plan de eventos culturales en los
países sudamericanos que comprometían la diversidad cultural de la región. Así mismo la
Dirección de Terminología e Industrias de la Lengua de dicho organismo también impulsó

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una serie de herramientas informáticas panlatinas que condicionaban el desarrollo natural de
nuestros idiomas. Para ello contó con el respaldo de un cuantioso presupuesto aportado
mayormente por los gobiernos de Francia e Italia (39).
La latinidad es un concepto artificial divorciado con el mundo real. La remota herencia del
Lacio no permite establecer una comunidad multinacional de base lingüística (38).
Las lenguas neolatinas fueron definidas como tales por los mismos romanistas franceses.
Definiciones que forman parte de una batería de conceptos ideados con fines políticos en la
segunda mitad del Siglo XIX para darle sustento al proyecto del Segundo Imperio.

La latinidad según el general Juan Domingo Perón

En materia de geopolítica internacional hay un sector del peronismo en Argentina que ha


tomado como un postulado que la «unidad latinoamericana» es una bandera histórica del
Partido. No les importa si está bien o no. Ni se han preocupado en investigar o indagar el
porque de las cosas, que es lo único que nos permite generar un pensamiento propio.
El general Perón quedó inmerso en la nueva planificación de los vencedores de la Segunda
Guerra mundial. Ellos nos impusieron la vieja «idée latine» del emperador Napoleón III a
través de la CEPAL y los nuevos organismos de posguerra.
Su pensamiento también estuvo condicionado por la ideología fascista durante su
agregaduría militar en Italia entre los años 1938 y 1940, y las relaciones tejidas por Perón
con la política romana a partir de esos años.
Hemos analizado los discursos públicos de Juan Domingo Perón en lo que se refiere a su
visión de la latinidad y el concepto geopolítico Latinoamérica.
La primera vez que detectamos a Juan Domingo Perón utilizar la expresión es en relación al
embajador norteamericano Spruille Braden. Perón critica las actuaciones de éste repitiendo
el lenguaje diplomático estadounidense que comienza a imponerse desde la nueva ONU. En
el acto de proclamación de su candidatura, el 12.2.1946, utiliza la expresión sólo en dos
oportunidades: «naciones latinoamericanas» y «países latinoamericanos». En ese discurso
es notorio que Perón copia las palabras del Senado de los Estados Unidos (40).
En sus discursos públicos posteriores hasta su caída en 1955, prácticamente no se lo
escuchó utilizar el concepto.
Al igual que el ex presidente Hipólito Yrigoyen, el presidente Perón fue en sus primeros años
un baluarte del hispanoamericanismo. Así se interpreta en su discurso del 12/10/1947 en la
Academia Argentina de Letras (AAL) donde se refiere al pueblo argentino como parte de la
Comunidad Hispánica. No es un discurso para diplomáticos españoles sino para los
argentinos del ámbito literario (41).
En 4/1948 España y Argentina firman un importante acuerdo comercial. El Protocolo Franco-
Perón le aseguró al país ibérico el abastecimiento de cereales y paliar la prolongada crisis
económica después de la Guerra Civil. A su vez Argentina se beneficiaba con una zona
exclusiva libre de impuestos en el puerto de Cádiz con instalaciones para almacenaje y
elaboración de sus productos destinados a toda Europa.
A partir de 1949 comienza un acercamiento entre los gobiernos de EE.UU. y España, debido
a la posición estratégica de este último para enfrentar la amenaza soviética.
En 1950 España ofrece su ayuda en la Guerra de Corea y la ONU revoca la resolución del
12/1946 que deslegitimaba al gobierno del general Franco excluyendo a España de los
nuevos organismos internacionales. Proceso que culmina con la firma de los Pactos de
Madrid de 1953 de colaboración militar, instalación de bases y ayuda financiera para España,

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y su ingreso definitivo a la ONU en 1955. Pactos que se suman a otros de colaboración
militar celebrados entre EE.UU. y países americanos.
El general Perón interpretó el acuerdo con los Estados Unidos como una debilidad española
que afectaba sus ambiciones de liderazgo. Es aquí cuando Perón comienza a romper la
tradición americanista de los criollos con una impronta geopolítica diferente y poco
meditada. 1954 es un año de ruptura en las relaciones entre Argentina y España.
A los pocos meses de la creación oficial de la Unión Latina (UL) impulsada desde Francia
mediante el tratado celebrado en Madrid el 15/5/1954, Perón desafía abiertamente al
general Franco. Abandona el concepto de Hispanidad y se vuelca decididamente al de
Latinidad promovido por la nueva organización.
En los primeros días de octubre Perón ordena una feroz campaña periodística contra España
difamando y ridiculizando al general Franco. Un ataque de la prensa peronista encabezado
por los diarios Crítica, El Líder y La Época (42).
Como contrapartida los españoles invitan al Dr. Mario Amadeo French (Bs. Aires, 1911 – id,
1983) como orador principal en los festejos del Día de la Hispanidad en Zaragoza.
Reconocido jurista y diplomático argentino. Amadeo era un ferviente católico y rosista
enfrentado públicamente con Perón. Vale decir, un nacionalista de pura cepa descendiente
del prócer de la emancipación Domingo French y Urreaga.
El doctor Amadeo se encontraba en España invitado por el Instituto de Cultura Hispánica
para dictar un curso en la Universidad de Santander y pronunciar conferencias en la ciudad
de Madrid (43).
Inmediatamente Perón suspende los tradicionales festejos del 12 de Octubre y se apoya en
la colectividad de inmigrantes italianos.
En esos días se produce un acercamiento político entre el ministro Ángel Borlenghi y
exiliados republicanos residentes en Argentina tales como el ex diputado Luis Jiménez de
Asúa y el ex ministro masón Augusto Barcia, ex Soberano Gran Comendador del Supremo
Consejo del grado 33º para España, llevando las relaciones diplomáticas hasta el límite.
El 10/11/1954 el presidente Perón pronuncia un discurso en lengua italiana durante la
ceremonia inaugural del Congreso Extraordinario de FEDITALIA. Su interpretación de la
latinidad nos ilustra acerca de la verdadera esencia del latinoamericanismo en la mentalidad
de Perón. Trascribimos algunos pensamientos del ex presidente en castellano:
«Nuestro país, donde crece el laurel y la encina de Roma, quiere ser la vanguardia de la
latinidad…
La cultura de esta Argentina mía, actualmente en marcha ascendente hacia sus nuestros
destinos, desea quedar encuadrada en la de la Urbe milenaria …
Amigos: para terminar, me permito decir a todos aquellos hombres que en el mundo latino
piensan como nosotros, que en el antiguo Lacio debe levantarse la luz de una firme
esperanza para la humanidad…
Somos portadores de ideas ecuménicas que han vencido a través de tres mil años de una
historia que destruyó más de quince civilizaciones anteriores.
Nuestras ideas, como nuestros sentimientos, son latinos, decididamente latinos.
Ni Oriente ni Occidente, por su concepción colectivista o individualista, y ninguno de los dos,
por el materialismo en que viven, pueden disputar el derecho supremo a la bandera de la
latinidad.
Es menester reconstruir un nuevo Imperio Romano en el terreno espiritual…
Pueblos libres de América, sentimos la necesidad de reconstruir un nuevo mundo latino.
Y para comenzar esta empresa gigantesca, sólo pedimos nos sea permitido decir, en forma

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de saludo o de juramento, la antigua frase de los legionarios del Imperio: ¡Salve Roma
Inmortal!» (44).

Un discurso para endulzar los oídos de la colectividad italiana pero que jamás hubiera podido
pronunciar abiertamente ante todo el pueblo argentino.
El discurso de Perón omite hablar del Cristianismo como pilar fundamental de la cultura de
Occidente. Un cambio de rumbo que le valió el rechazo del nacionalismo argentino que lo
había apoyado durante su primer gobierno.
En 12/1954 Perón envía al canciller Jerónimo Remorino a Italia para estrechar relaciones
diplomáticas (42).
El resto de la historia es bien conocido. La ruptura con España y el nacionalismo argentino lo
lleva a una inmediata pelea con la Iglesia que inclina la balanza a favor de la oposición harta
de Perón. A los pocos meses el presidente argentino es expulsado violentamente del poder y
del país.
La Revolución Libertadora encabezada por el general Eduardo Lonardi designa al Dr. Mario
Amadeo como nuevo Ministro de Relaciones Exteriores y Culto. Una gestión de sólo siete
semanas pero que fue intensa. El nuevo canciller veló por la seguridad de Perón e intercedió
para que se le otorgue un salvoconducto y se cumplieran las normas internacionales del
derecho de asilo.
El embajador Amadeo llegó a presidir el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en
1959-1960, entre otros cargos relevantes, y ser uno de los fundadores del Consejo
Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
El general Francisco Franco Bahamonde (Ferrol, 1892 – Madrid, 1975) olvidó la rencilla de
1954 y recibió a Juan Domingo Perón (Lobos, Pcia. Bs. As., 1895 – Buenos Aires, 1974)
como amigo en su destierro. Franco protegió a Perón desde 1960 hasta que las condiciones
políticas de Argentina le permitieron volver.
Es en el exilio cuando Perón comienza a hacer propia la terminología panlatina. En el escrito
«La fuerza es el derecho de las bestias» (Panamá, 1956) el ex presidente Perón habla de
«latinoamericanos», «continente latinoamericano» y «países latinoamericanos» (40).
Desde el exilio, Perón acompañó la nueva tendencia impuesta por los medios de
comunicación internacionales. En su escrito de Panamá, en el Cap. II – La Tercera Posición
Doctrinaria – Perón expone su famoso principio. Una alternativa a las dos hegemonías
políticas dominantes: el capitalismo y el comunismo.
En el año 1967 el General escribió en Madrid el texto: “Latinoamérica: Ahora o Nunca”
publicado en la ciudad de Montevideo (Uruguay). Al año siguiente Perón integró dicho texto
a su nuevo libro “La Hora de los Pueblos” (1968).
En los años setenta utiliza abiertamente las denominaciones en discursos públicos. En
Madrid en 7.1972 graba una cinta magnetofónica donde pronuncia las expresiones
“Latinoamérica” y “países latinoamericanos”. En Argentina, en su discurso en la
Confederación General del Trabajo (CGT), el 30.7.1973, agrega los conceptos “continente
latinoamericano” y “comunidad económica latinoamericana”.
En el mensaje redactado para la IV Conferencia de Países No Alineados, realizada en Argelia
en Septiembre de 1973, Perón utiliza las expresiones: “Latinoamérica”, “continente
latinoamericano”, “colaboración latinoamericana” y “conciencia latino-americana”.
En el discurso del 21 de septiembre de 1973, por radio y televisión, al cierre de la campaña
electoral para los comicios del día 23.9.1973, escuchamos a Perón decir: “… Pensemos en
esta gran enseñanza, porque la etapa que viene de acá al comienzo del siglo XXI (el temido

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año 2000) ha de ser de grandes previsiones, si no queremos sucumbir. De ahí que nuestra
política internacional ha de estar dirigida a la unidad latinoamericana y a la conformación de
un Continente unido, solidario y organizado para defenderse”.
En el discurso pronunciado desde la Casa de Gobierno el 21.12.1973, para anunciar la
puesta en marcha del Plan Trienal de Gobierno 1974/1977, el General habla de “integración
latinoamericana” (Ver: Las grandes líneas del plan, Punto G.).
En su discurso del 1.5.1974, ante los diputados y senadores nacionales reunidos en
Asamblea Legislativa, al inaugurar el 99° período de sesiones ordinarias del Congreso
Nacional, Perón vuelve a hablar de integración latinoamericana, y de “edificar
Latinoamérica”. También se refiere a “nuestros hermanos de Latinoamérica”. En ese discurso
recordamos su frase: “Latinoamérica es de los latinoamericanos” (40).

EE.UU. y el negocio del entretenimiento

Es a partir del auge del movimiento literario de Montpellier y las «Fêtes Latines» (ver Pág. 13)
que pregonaban la supremacía de la raza latina, que comienza a desarrollarse el concepto
popular del macho latino y posteriormente el del latin lover en EE.UU. Características
exageradas o fantasiosas de los italianos del Lacio (virilidad, amor posesivo, seducción, etc.)
que el movimiento panlatino utilizó inteligentemente para masificar la latinidad en el
continente americano.
En los años veinte la Paramount Pictures hizo famoso al italiano Rodolfo Pietro Guglelmi di
Valentina como símbolo sexual latino. Un producto pensado para explotar comercialmente a
los hispanoamericanos.
El éxito de Rudolph Valentino en Hollywood forma parte del mismo movimiento así como
actualmente ocurre con algunas compañías dedicadas a la música y entretenimiento, que al
igual que las grandes empresas de comunicación intervienen en una puja de poderes que se
disputan las identidades culturales de la región hispanohablante.
Los llamados «latinos» o «comunidad latina» del sur de los EE.UU. son un producto de la
manipulación mediática.
Ahora cualquiera que habla español en América del Norte quiere ser latino para aparentar
masculinidad o ser mejor amante. En cambio en el ámbito femenino la terminología
pretende simbolizar a las mujeres de cutis trigueño o morochas generalmente de
ascendencia hispana y mestiza. La denominación latina es sinónimo de mujer fogosa en los
portales pornográficos de Internet vinculados a la prostitución.
Nunca olvidemos que el movimiento del cual surge la figura geopolítica Latinoamérica y la
popularización del término «latino» para referirse a los hispanohablantes, nació como
proyecto imperial de dominación francés.
Está basado en interpretaciones raciales erróneas de Michel Chevalier. El emperador
Napoleón III aprovecha las ideas de su consejero por que quiere someter política y
económicamente a la región bajo la tutela de Francia creando una afinidad explícita que
hasta ese momento no existía.
«Tenemos interés en que la república de los Estados Unidos sea poderosa y próspera; pero
no tenemos ninguno en que se apodere de todo el Golfo de Méjico, domine desde allí las
Antillas y la América del Sur, y sea la única dispensadora de los productos del Nuevo
Mundo», escribía Luis-Napoleón en 1862 (ver Pág. 5).

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Música latina y ritmos latinos:

Cuando el conjunto musical “Los Cinco Latinos” debutó en el teatro El Tabarís de Buenos
Aires el 22/5/1957, no se hablaba de música latina en nuestra región. La única música latina
que existía eran los cantos litúrgicos en latín o música sacra de las iglesias católicas.
El verdadero nombre de la estrella del grupo era Palma Nicolina Ravallo (Estela Raval),
nacida en el seno de una humilde familia de inmigrantes italianos y dotada de una exquisita
voz de mezzosoprano. El resto de los integrantes fueron: Ricardo Romero (esposo de
Estela), Mariano Crisiglione, Héctor Buonsanti, Jorge Pataro, y Carlos Antinori que reemplazó
a Pataro en 1960.
El conjunto fue creado a semejanza de los norteamericanos The Platters, de gran éxito en
esos días. Los Plateros eran un conjunto compuesto por cinco cantantes negros (cuatro
hombres y una mujer).
En 6/1958 el sello discográfico Columbia lanzó el primer disco de “Los Cinco Latinos”
larga duración, el cual llevó el titulo "Maravilloso Maravilloso", y ciertamente lo fue pues a
los pocos meses de su lanzamiento prácticamente había desaparecido del mercado.
Las canciones de “Los Cinco Latinos” se difundieron por toda América y Europa, y a poco
mas de un año de su primer éxito el conjunto había superado la astronómica cifra de
1.000.000 de placas vendidas, todo un record en aquel entonces. La Columbia Phonographic
Broadcasting System Inc., (compañía que manejaba Columbia Records) los transformó en
uno de los grupos musicales mas recordados de la época. “Los Cinco Latinos” realizaron
numerosas giras internacionales y sus discos se vendieron por todo el mundo.
La explicación del nombre del conjunto musical debe buscarse en los integrantes de origen
italiano del grupo o en la idea que se había formado el trompetista y productor Ricardo
Romero acerca de la latinidad, en un contexto de uso ascendente de la terminología Latin
America en la prensa internacional durante los años cincuenta.
La denominada musica latina y ritmos latinos de la actualidad tienen su origen en la CBS que
transformó en un éxito las canciones de aquel conjunto musical argentino que cantaba en
español. Es el resultado de una estrategia comercial muy parecida a la Rudolph Valentino en
el ámbito cinematográfico con las mismas directrices geoculturales.
En 1969 el Teatro Ferrocarrilero de México DF organizó el primer Festival de la Canción
Latina y en 1970 su segunda edición. Sus organizadores influenciados por los grandes éxitos
de la canción italiana y por “Los Cinco Latinos” de la CBS concibieron dicho festival. Tomaron
la idea del Festival della Canzone Italiana o Festival di San Remo, que se había empezado a
celebrar en el año 1951 en el Casino de San Remo, Italia.
En 1972 se celebró en La Habana (Cuba) el Encuentro de Música Latinoamericana y algunos
comienzan a llamarle música latinoamericana y música latina a los movimientos de La Nueva
Canción (Chile) y La Nueva Trova Cubana, ambos de protesta política de izquierdas.
En 1997 aparece el Festival Presidente de Música Latina. Un evento musical celebrado cada
dos años por tres días, durante el mes de octubre. Este evento se realizaba en el Estadio
Olímpico Félix Sánchez, en Santo Domingo de Guzmán, República Dominicana. La idea del
festival surge alrededor de 1995 cuando la Cervecería Nacional Dominicana decidió hacer un
evento para premiar la lealtad del pueblo dominicano hacia la cerveza Presidente. La
Cervecería Nacional Dominicana anunció en 4/2007 la cancelación del festival.
En la actualidad el Grammy Latino se ha convertido en el festival mas promocionado de la
música en español liderando un negocio millonario de entretenimiento.

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El Latin Grammy Awards fue lanzado en el año 2000 por la cadena CBS. La misma
corporación norteamericana que llevó a la fama a Estela Raval y “Los Cinco Latinos” en
1958. Fue el primer programa de televisión en español transmitido en horario de máxima
audiencia por una cadena estadounidense. En la 9ª edición del Latin GRAMMY fue
galardonada Estela Raval, estrella de “Los Cinco Latinos”, con el Premio a la Excelencia
Musical 2008.
Los géneros musicales mas populares de la América hispanohablante son: el mariachi de
México, el joropo de Venezuela y Colombia, el reguetón de Panamá y Puerto Rico, la bomba
de Puerto Rico, la salsa y el merengue del Caribe, el mambo cubano, el bolero de origen
cubano, la nueva trova cubana, la cumbia colombiana, la música mestiza de Ecuador, la
música andina, el folclore argentino (zambas, malambos, chamamés, y otros), el folclore
chileno, la música paraguaya, el candombe uruguayo, el tango del Río de la Plata, la nueva
canción chilena, y otros subgéneros con sus denominaciones particulares. La samba y la
bossa nova del Brasil son géneros lusófonos famosos en todo el mundo.
Son las empresas de entretenimiento de los EE.UU. las que han categorizado como música
latina y ritmos latinos a nuestras manifestaciones artísticas musicales.

Identidades culturales amenazadas

Recordemos algunos investigadores que nos antecedieron. El primero fue el estadounidense


Aurelio Macedonio Espinosa (1880-1958), Profesor de la Universidad de Stanford, quien ya
en el año 1919 publicaba el libro “América española o Hispano-América. El término América
Latina es erróneo” (Madrid, 1919). Posteriormente, José Antonio Calderón Quijano (1949),
Francisco Morales Padrón (1954), Jaime Delgado (1957), Salvador de Madariaga (1959),
John Leedy Phelan (1965/1968), María Elena Rodríguez de Magis (1969), María del Carmen
Velázquez (1970), Enrique Suárez Gaona (1971), José Luis Abellán García-González (1972),
Arturo Ardao (1965/1980), Miguel Rojas Mix (1986/1991), Serge Gruzinski (1997), Mónica
Quijada (1998), y otros.
Todos ellos han publicado trabajos referentes al tema en las fechas que aparecen entre
paréntesis. Es decir, más de un siglo de trabajos de investigación acerca de un tema
polémico. La imposición de la latinidad ofende a otras identidades culturales y genera
conflictos de intereses.
«América latina» y «Latinoamérica» fueron desde su inicio y siempre serán denominaciones
rechazadas por mucha gente en la región por que parten de un supuesto falso o erróneo.
Los emancipadores de América del Sur, Simón Bolívar, José de San Martín y otros menos
conocidos, jamás hablaron de Latinoamérica o América Latina. Los únicos proyectos
autóctonos de integración regional son el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) fundado en
1991 y la Comunidad Andina (CAN) iniciada formalmente en 1997.
Desde 12/2004 los dos bloques expresaron su voluntad de unificarse en una Comunidad
Sudamericana. Proyecto continuador de la primera vocación integradora surgida después del
desmembramiento de los virreinatos españoles. Esta había sido expresada en el Acta de la
Independencia durante el Congreso de Tucumán el 9/7/1816 donde leemos las palabras:
“Representantes de las Provincias Unidas de Sudamérica”. Sudamérica es el único proyecto
unionista que está de acuerdo al ideario de nuestros emancipadores criollos (45).
Los medios de comunicación deberían utilizar las denominaciones que acompañan los
procesos de integración autóctonos que llevan a cabo nuestros gobiernos: andinos,

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sudamericanos, suramericanos o americanos del sur, centroamericanos y caribeños. La
latinidad no es un factor de cohesión para los pueblos de América del Sur.
Desde el año 2011 se ha planteado un nuevo escenario geopolítico. La creación de la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
El Grupo de Río, promotor de las cumbres CALC y ALC – UE, antecedentes de la CELAC,
nunca fue un proyecto de integración debidamente institucionalizado. Sino un foro de
consulta y discusión. Asumió el papel de interlocutor con otros bloques y regiones,
supeditando su existencia a intereses extracontinentales. Revestir la CELAC con un disfraz
de proyecto de integración autóctono es un ardid embustero en el cual nuestros dirigentes
asumen ser títeres de intereses externos.
La CELAC nacida en Caracas en 12/2011 con el auspicio de Hugo Chávez (Sabaneta,
Venezuela, 1954 – Caracas, 2013) es continuadora de la Asociación Latinoamericana de
Libre Comercio (ALALC) creada en 1960, y su sucesora la Asociación Latinoamericana de
Integración (ALADI) en 1980. Las tres parten de un principio equivocado que no respeta la
conciencia histórica de nuestros países.
Es fundamental respetar las identidades culturales de la región por que a partir de ellas
surgen las decisiones políticas más legítimas y soberanas.
En Santiago de Chile durante la cumbre UE - CELAC realizada el 25 y 26/1/2013 quedó
demostrado que el proyecto de Luis-Napoleón continúa vigente. Unos días antes del
encuentro, el ex primer ministro italiano Mario Monti respaldó las negociaciones entre ambos
bloques. Lo hizo precisamente desde el Instituto Italo – Latinoamericano (IILA), principal
centro de lobby e impulsor europeo de la nueva CELAC. Monti declaró sentir “envidia” y
“admiración” por el “continente latinoamericano” (15/1/2013). El político italiano quiere
“formar el mayor espacio de libre mercado a escala global: un gran mercado de 750 millones
de personas” (15/1/2013).
La latinidad está destruyendo o regenerando todas las identidades culturales de la región.
Todas nuestras expresiones más autóctonas pueden desaparecer por causa de este
problema. Hay un plan sistemático desde un grupo de instituciones y empresas de medios
de comunicación internacionales que tienen por objetivo imponer el panlatinismo.
La lengua española está en peligro. Desde EE.UU. se promueve un nuevo idioma en
Internet: el «Latino». Así le llaman ahora al idioma de las películas dobladas al español por
hispanohablantes americanos con acento neutro.
Desde la ciudad de Atlanta (EE.UU.) la cadena televisiva CNN promueve la existencia de una
«comunidad latina» con su ciclo “Latino in America” o “Ser Latino en EE.UU.” y otros
programas que llegan hasta el extremo sur del continente a través de la red de cable.
Lo mismo sucede con el portal de Internet infantil “Disney Latino” que condiciona el
desarrollo natural de las identidades culturales de nuestros niños.
En el ámbito informático la empresa Microsoft Corporation está trabajando en el mismo
sentido con su producto “MSN Latino” (messenger).
Las empresas de comunicación y entretenimiento estadounidenses están lavando la
conciencia de millones de hispanohablantes con las ideas del Segundo Imperio francés.
En Argentina, el kirchnerismo manipula las identidades culturales de los niños a través del
nuevo canal público infantil Paka-Paka y el laboratorio creativo LatinLab que intenta imponer
el mismo concepto.
El presidente electo Alberto Fernández llegó a decir en una conferencia en el Congreso de los
Diputados de España que: “Para que América latina florezca como continente, tiene que ser

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un continente” (5/9/2019) (69). Cuando Alberto Fernández se refiere al «continente
latinoamericano» está repitiendo los mismos errores del general Perón (ver Pág. 26-29).
En cambio otros peronistas como el filósofo Alberto Buela Lamas se han expresado
claramente acerca del proyecto geopolítico latinoamericano en el 1er Congreso Internacional
Identitario realizado en Guadalajara, México: “Es un invento francés para intervenir en
Hispanoamérica. Es falso que nosotros seamos latinos. Latinos son los del Lacio (…) Nosotros
somos hispanoamericanos o iberoamericanos” (70).
El historiador Pedro Aguado Bleye (Palencia, 1884 – Bilbao, 1954) en su “Manual de Historia
de España” decía que al finalizar el Siglo Sexto antes de J. C. los pueblos de la Península
Ibérica habían llegado a tal homogeneidad, que los autores clásicos solían llamar iberos a
todos los pueblos peninsulares, y los historiadores modernos reconocen una unidad de
cultura que los más llaman cultura ibérica y algunos cultura hispánica. Eso indica que si los
pueblos están siempre haciéndose en la tierra que ocupan, alcanzan momentos de firmeza y
madurez. Entonces reciben y asimilan las influencias extrañas sin que se modifiquen
esencialmente sus caracteres. El erudito español expresaba textualmente:
“En nuestra opinión, el pueblo español del Siglo V a. de J. C. tenía ya una esencia que, si
alguna vez estuvo en peligro, no se ha perdido nunca” (46).
Un razonamiento parecido es válido para los pueblos originarios del continente americano,
los criollos y el mayoritario mestizaje de esta región, al que llamamos fusión iberoamericana
o simplemente sudamericanos. Hay un conjunto de elementos culturales autóctonos
inalterables. Cualquier proceso de integración de países que altere o menoscabe las
identidades culturales de los integrados, por injusto está destinado al fracaso.
Hemos visto que fue Napoleón III y su entorno quienes identificaron a los franceses y otros
europeos con una supuesta raza latina. La «latinité» surge de una vieja idea romana. Es un
pensamiento que se desarrolló en Francia entre los años 1836 y 1861. Fechas de publicación
del libro “Lettres sur l’Amérique du nord” (Paris, 1836) en el cual Michel Chevalier vuelca los
primeros conceptos y el artículo “Situation de la latinité” del funcionario imperial Lazare
Maurice Tisserand en la REVUE DES RACES LATINES (Paris, Vol. 24, 1/1861) donde aparece
la terminología «Amérique latine» por primera vez en un medio de comunicación.
La «latinité» o la «idée latine» fue la iniciativa de un grupo de hombres vinculados entre si
de los cuales Luis-Napoleón y el sansimoniano Michel Chevalier fueron sus cabezas mas
visibles. Su objetivo siempre ha sido engrandecer a Francia.
El movimiento panlatino francés no se terminó con la derrota del sobrino de Napoleón en la
Guerra Franco-Prusiana (1870-1871). Después de la Segunda Guerra mundial, el poder
político francés y sus socios vencedores nos impusieron la vieja «idée latine» del Segundo
Imperio a través de la CEPAL y la nueva planificación geopolítica de las Naciones Unidas.
Con la plena convicción de que la defensa de las identidades culturales es una causa justa,
seguiremos difundiendo esta verdad por todos los medios a nuestro alcance hasta que la
ONU le cambie el nombre a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), primer
organismo responsable de haber generado este problema.
La defensa de la diversidad cultural es un imperativo ético, inseparable del respeto de la
dignidad de la persona humana. Así lo expresa la Declaración Universal de la UNESCO sobre
la Diversidad Cultural del 2/11/2001. Latinoamérica o Amérique latine es un concepto racial
excluyente además de formar parte de un proyecto imperialista de dominación.

Mariano García Barace


Analista Político. Bs. As, Argentina.
garciabarace@gmail.com

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Bibliografía

Autores consultados

Aguado Bleye, Pedro - Alvarez Lázaro, Pedro F. – André, Marius - Ardao, Arturo - Arrondo, César -
Balaguer, Víctor - Bilbao, Francisco - Blin-Mioch, Rose - Bodart, Gaston - Bouxin, Maurice - Buela
Lamas, Alberto - Calvo, Carlos - Ciprés Palacín, María Angeles - Colín Sánchez, Guillermo - Chabod,
Federico - Chevalier, Michel - Dérieux, Henry - Deslandres, Paul - Durantez Prados, Frigdiano Alvaro -
Fernández, Pura - Ferreira dos Santos, Marie José - Gallardo, Angel - Guillemot, Eugène - Harris,
James Howard (Lord Malmesbury) – Haussmann, Georges Eugène (Baron Haussmann) - Irazusta,
Julio - Laffont, Robert - Lamartine, Alphonse - Lentz, Thierry - Lepage, Auguste - Mabragaña,
Heraclio - Maccuaig, William - Madueño, Mariano José - Malbranche, Julio. - Manigot, Raymundo -
Marieton, Paul - Meigs, Cornelia - Maurras, Charles - Mesa González, Omar - Nguyen, Victor - Orsini,
César - Ortiz de Rosas, Carlos - Pascual Sastre, Isabel María - Perón, Juan Domingo - Phelan, John
Leddy - Rein, Raanan - Reynaud, Jacques – Ricard, Louis Xavier - Robert, Cyprien - Rojas Mix, Miguel -
Sáenz Hayes, Ricardo - Santa Cruz, Hernán - Serrano, Emilia (Baronesa de Wilson) - Taracena Padrón,
Rosendo - Tisserand, Lazare Maurice - Torres Caicedo, José María – Tourtoulon, Charles (Barón de
Tourtoulon) - Vallefrange, Prosper - White, Matthew - Wilson de Ricard, Lydie - Zea, Leopoldo.

Libros consultados

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18.5.1848. Ed. Stock. Paris, 1938. (Inv. J. Irazusta)
(2). N. del A.: James Howard Harris (1807 – 1889). 3rd Earl of Malmesbury, Caballero de la Orden de Bath,
dirigente conservador, parlamentario miembro de la Casa de los Comunes por Wilton desde 1841, Secretario de
Estado para Asuntos Exteriores en 1852 y en 1858/59.
(3). MÉMOIRES D’UN ANCIEN MINISTRE 1807-1869. Lord Malmesbury. Ollendorff Éditeur. Pág. 81. París, 1885.
(Investigación Julio Irazusta).
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Phelan. México, 1969.
(5). LETTRES SUR L’AMÉRIQUE DU NORD. Michel Chevalier. Cuarta Edición. Tomo Segundo. XXXIV La Démocratie.
Pag. 378. Librairie de Charles Gosselin et Ce. Paris, 1837. (5*) Pág. 12-15. Cuarta Edición. Wouters et Ce.
Bruxelles, 1844. N. del A.: La traducción de las frases le corresponde al escritor madrileño Luis Español Bouche.
(6). DICCIONARIO PORRÚA DE HISTORIA, BIOGRAFIA Y GEOGRAFÍA DE MEXICO. Ed. Porrúa. México, 1995. Ver
también IGNACIO ZARAGOZA: EVOCACIÓN DE UN HÉROE. Guillermo Colín Sánchez. Ed. Porrúa. México, 1963.
(7). COMPENDIO GEOGRÁFICO E HISTÓRICO DE TABASCO. Rosendo Taracena Padrón. Gobierno del Estado de
Tabasco. Págs. 98-99, 116-120. México, 1957.
(8). LETTRES SUR L’AMÉRIQUE DU NORD (1836), DES INTÉRÊTS MATÉRIELS EN FRANCE (1837), COURS
D’ÉCONOMIE POLITIQUE (1842/1850), L’ISTHME DE PANAMA, SUIVI D’UN APERÇU SUR L’ISTHME DE SUEZ (1844),
L’EXPÉDITION DU MEXIQUE (1862), LE MEXIQUE ANCIEN ET MODERNE (1863).
(9). Traducción y transcripción de Arturo Ardao en el libro: (9*) AMERICA LATINA EN SUS IDEAS,
“Panamericanismo y latinoamericanismo”, Pags. 160 y sgs. Introducción y coordinación de Leopoldo Zea, UNESCO,
7 Place de Fontenoy, 75700 Paris (Fr.), Siglo Veintiuno Editores. 1ª Ed. 1986, 4ª Ed., México, D.F., 2006.
(10). LOS CIEN NOMBRES DE AMERICA. Miguel Rojas Mix. Pags. 343 y Sgs. Editorial Lumen S.A. - Editorial Andrés
Bello. Barcelona, 1991. Primera Reimpr. Editorial de la Universidad de Costa Rica, San José (CR), 1997. (10*) Carta
del emperador Napoléon III al Gral. Forey del día 3.7.1862. “Affaires étrangères, documents diplomatiques”, Pags.
190 – 191. Paris, 1863. Traducción y transcripción de Miguel Rojas Mix en “Los cien nombres de América”,
Pág. 366. San José (CR), 1997. (10**) MEXICO Y SUS GOBERNANTES de 1519 a 1910”. Baronesa de Wilson. Tomo
Segundo. Pág. 288-289. Casa Editorial Maucci. Barcelona, 1910.
(11). REVUE DES RACES LATINES. L'Administration de la Revue, 52, Rue de Bondy. Et chez les principaux libraires.
Paris 1857-1864. (11*) ENCICLOPEDIA GER. Gran Enciclopedia Rialp. Ediciones Rialp S.A. (digital). Canal Social,
1991. (11**) REVUE DES RACES LATINES. Volume 24, Livraison 55. Pág 141-142. L’Administration de la Revue.
77, Boulevard Sébastopol. Et chez les principaux libraires. Paris 1/1861.
(12). REVUE DES DEUX MONDES. Revista bimensual francesa fundada en 1829. Rue Saint – Benoît, 20. Paris (Fr.)

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(13). AMÉRICA LATINA - COLECCIÓN HISTÓRICA COMPLETA DE LOS TRATADOS, CONVENCIONES,
CAPITULACIONES, ARMISTICIOS, CUESTIONES DE LÍMITES Y OTROS ACTOS DIPLOMÁTICOS Y POLÍTICOS DE LOS
ESTADOS Comprendidos entre el golfo de Méjico y el cabo de Hornos, desde el año 1493 hasta nuestros días”.
Carlos Calvo. Imprenta de J. Jacquin, Besanzón (Fr.). París: librerías de A. Durand, Rue Cujas, 7. Garnier
Hermanos, Rue des Saints-Pères, 6. Mme. Denné – Schmidt, Rue Favart, 2. España, en la librería de Bailly –
Baillière, Madrid, plaza del Príncipe Don Alfonso, 8. Años 1862 a 1869.
(14). ANALES HISTORICOS DE LA REVOLUCION DE LA AMERICA LATINA. Carlos Calvo. T. 1º y T. 5º. Imprenta de J.
Jacquin, Besanzón (Fr.). París: librerías de A. Durand, Rue Cujas, 7. Francisco Brachet, Rue de l’Abbaye, 8. Mme.
Denné – Schmidt, Rue Favart, 2. España, en la librería de Bailly – Baillière, Madrid, plaza del Príncipe Don Alfonso,
8. Buenos Aires, en la librería de la Victoria, calle de la Florida, 46. Años 1864 y 1867. (14*) T. 1º. Págs LI-LII.
(14**) T. 1º. Págs. LXXV-LXXVIII.
(15). OBRAS COMPLETAS DE FRANCISCO BILBAO. Edición hecha por Manuel Bilbao. Imprenta de Buenos Aires.
Calle de Moreno, frente á la casa del Gobierno Nacional. Vol. 1. Págs. 285 – 304. Buenos Aires, 1866.
(16). OB. CIT. F. Bilbao – M. Bilbao. Ed. cit. Pág. 285.
(17). OB. CIT. F. Bilbao – M. Bilbao. Ed. cit. Pág. 287.
(18). OB. CIT. F. Bilbao – M. Bilbao. Ed. cit. Pág. 290.
(19). OB. CIT. F. Bilbao – M. Bilbao. Ed. cit. Pág. 291.
(20.) LETTRES SUR L’AMÉRIQUE DU NORD AVEC UNE CARTE DES ETATS-UNIS D’AMERIQUE. M. Chevalier. Librairie
de Charles Gosselin et Cie. Vols. 1 – 2. Paris, 1836. Ver también traducción y trascripción de Arturo Ardao en el
libro AMERICA LATINA EN SUS IDEAS. Panamericanismo y latinoamericanismo, Págs. 160-161. Introducción y
coordinación de Leopoldo Zea, UNESCO, 7 Place de Fontenoy, 75700 Paris (Fr.), Siglo Veintiuno Editores. 1ª Ed.
1986, 4ª Ed., México, D.F., 2006. , y POSICION IBEROAMERICANA Nº 6. M. García Barace. Pág. 1. Buenos
Aires, 2011.
(21). N. del A.: La afirmación de J. M. Torres Caicedo corresponde al año 1875. LOS CIEN NOMBRES DE AMERICA.
Miguel Rojas Mix. Pág. 345. Editorial Lumen S.A. - Editorial Andrés Bello. Barcelona, 1991. Primera Reimpr. Editorial
de la Universidad de Costa Rica, San José (CR), 1997.
(22). OB. CIT. M. Rojas Mix. Ed. cit. Pág. 353. EL EVANGELIO AMERICANO Y PAGINAS SELECTAS. Selección y
prólogo de Armando Donoso. Pág. 243. Barcelona, citado por M. Rojas Mix.
(23.) JOSE MARIA TORRES CAICEDO, DESCUBRIDOR DE LA LITERATURA ARGENTINA. Emilio Carilla. Thesaurus.
Tomo XLIV. Núm. 2 , pag. 367. Año 1989. Centro Virtual Cervantes, 2007.
(24). ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA. Vol. 45. - Congreso Científico Latino Americano realizado
en Buenos Aires del 10 al 20 de abril de 1898. Resumen de las sesiones de apertura y clausura y discursos
pronunciados en ellas. Buenos Aires, 1898.
(25). CONGRESO CIENTIFICO AMERICANO - Historia de los congresos anteriores. Actas del octavo congreso
científico americano, realizado en la ciudad de Washington del 10 al 18 de mayo de 1940, bajo los auspicios del
gobierno de los Estados Unidos de América. Vol. 1. Secretaria de Estado, Washington, 1941.
(26). SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA. Av. Santa Fe 1145. Capital Federal, Argentina.
(27). LIBRERÍA DE GARNIER HERMANOS. Calle des Saints - Pères, 6. Paris, Francia.
(28). DICCIONARIO GENERAL ABREVIADO DE LA LENGUA CASTELLANA. Ordenado por LORENZO CAMPANO.
Librería de Garnier Hermanos. Paris, 1877.
(29). DICCIONARIO GENERAL ABREVIADO DE LA LENGUA CASTELLANA. Ordenado por LORENZO CAMPANO.
Librería de Garnier Hermanos. Paris, 1884.
(30). CAMPANO ILUSTRADO. Diccionario Castellano Enciclopédico. Novísima Edición. Editorial Garnier Hermanos.
Paris, 1923.
(31). LA EDITORIAL GARNIER DE PARIS Y LA DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO BIBLIOGRAFICO EN CASTELLANO DEL
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Manigot y Natal A. Rufino. Editada en Buenos Aires, en la calle Camarones Nº 3522 hasta el año 1944 y en la calle
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PLATA. César Arrondo. Instituto de Investigaciones Históricas “Dr. Ricardo Levene”, Facultad de Humanidades y
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Relaciones Internacionales (CARI). Buenos Aires, 1995.
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(47). HISTOIRE GENERALE DE PARIS - COLLECTION DE DOCUMENTS. Fondée avec l'approbation de l'Empereur. M.
Le Baron Haussmann, Senateur Préfet de la Seine. Imprimerie Impériale. Paris, MDCCCLXVI.
(48). AFFAIRES DE LA PLATA. Extrait de la correspondance de M. Eugène Guillemot, pendant sa mission dans
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Editorial Maucci. Barcelona, 1911.

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(60). REVUE DU MONDE LATIN. Bureau de la Revue du Monde Latin. 6, Rue de Mézières. Paris, 1883. LA REVUE DU
MONDE LATIN ET LE BRÉSIL, 1883-1896. Marie-José Ferreira dos Santos. Cahiers du Brésil Contemporain, 1994, n°
23-24, p. 77-92. Paris, E.H.E.S.S., 1994. Ver también revista ROMANIA Nº 48, 10/1883. Pág. 627.
(61). MAURRAS ET LE FÉLIBRE. Éléments de problématique. Victor Nguyen. Édition électronique réalisée par
Maurras.net et l’Association des Amis de la Maison du Chemin de Paradis. 2009.
(62). LATINITÉ: REVUE DES PAYS D’OCCIDENT. Librairie de France. Dir.: Jacques Reynaud. Paris, 1929/1932.
(63). EL MUNDO LITERARIO AMERICANO. Baronesa de Wilson. Tomo Segundo. Pág 201 y 215. Casa Editorial
Maucci. Barcelona, 1903.
(64). STATISTICS OF WARS, OPPRESSIONS AND ATROCITIES OF THE NINETEENTH CENTURY. Edición digital.
Matthew White, 1999-2011. Ver también LOSSES O LIFE IN MODERN WARS. Gaston Bodart. Oxford, Clarendon
Press, 1916.
(65). ROMANIA. Recueil Trimestriel. Consacré a l’Etude des Langues Romanes et de des Littératures Romanes.
Publié par Paul Meyer et Gaston Paris. F. Vieweg, Libraire – Éditeur. 67, Rue de Richelieu. Paris. (65*) Volume 7,
1878. Pág. 636. Reprinted with the permission of Librairie Honore Champion Editeur. Johnson Reprint Corporation
Kraus Reprint Corporation. First reprinting, 1966. Printed in the United States of America.
(66). RIVISTA DI FILOLOGIA ROMANZA. Diretta da L. Manzoni, E Monaci, E. Stengel. Tip D’Ignazio Galeati e Figlio.
Vía del Corso, 35. Imola, 1872.
(67). HISTOIRE DU CONSULAT ET DE L’EMPIRE. Robert Laffont. Conversación con Narbonne citada por Louis
Madelin. Collección “Bouquins”, republicado en 2003, T. III, Pág. 354. Ver también, NAPOLEON AND
CHARLEMAGNE. Thierry Lentz. Napoleonica. La Revue 2008/1 (No 1), Pág. 45-68.
(68). POSICIÓN IBEROAMERICANA Nº 1. América del Sur no quiere ser latinizada. M. García Barace. Edición digital.
Buenos Aires, 4.09.2008.
(69). Conferencia de Alberto Fernández en el Congreso de los Diputados de España. Madrid, 5/9/2019.
(70). Conferencia del Dr. Alberto Buela Lamas en el 1er Congreso Internacional Identitario. Centro de Estudios de
Pensamiento Americano (CEPA.LA). 5/2015. Guadalajara, México.
Otras consultas: ENCICLOPEDIA UNIVERSAL ILUSTRADA EUROPEO – AMERICANA. Espasa Calpe S.A. Madrid, 1993.
NUEVO DICCIONARIO BIOGRAFICO ARGENTINO (1750-1930) – Vicente Osvaldo Cutolo. Editorial Elche. Buenos
Aires, 1985. DICCIONARIO BIOGRAFICO ITALO-ARGENTINO – D. Petriella – S. Sosa Miatello. Asoc. D. Alighieri.
Buenos Aires, 2002. DICCIONARIO URUGUAYO DE BIOGRAFIAS – José M. Fernández Saldaña. Editorial Amerindia.
Montevideo, 1945. ARCH. Prv. M.G.B. Bs. As., 2011. JOURNAL DE L’INSTITUT HISTORIQUE. Imp. P. Baudouin. Rue
Mignon Nº 2. Paris, 1834. LES DÉBUTS DE L’INSTITUT HISTORIQUE (1834-1846). Paul Deslandres. Extrait de la
“Revue des Etudes Historiques”, 7/1922 – 9/1922. Librairie Auguste Picard. Rue Bonaparte 82, Paris.
POSICION IBEROAMERICANA Nº 12. El presente trabajo de investigación es la 2ª edición ampliada del Ejemplar
Nº 9 publicado el 31/10/2018. Este último era una edición resúmen de ejemplares anteriores aparecidos desde
4/9/2008. © Mariano García Barace. Buenos Aires, Argentina.
.

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