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Traductor: Diana de Vega de Ceniga

Revisor: Penny Martínez

¡Hola!

Yo trabajo aquí en el Politécnico,

trabajo en tecnología.

Bueno, ya lo dice el nombre,


Politécnico, tecnología,

tampoco es que sea una cosa muy rara.

Si vais andando hacia la playa


veréis un edificio con cubos de colores,

hay uno de color amarillo,


pues ahí trabajo.

Y ¿a qué me dedico?

Pues hago productos tecnológicos,

y de hecho os he traído

uno de los productos tecnológicos


que trato de desarrollar.

Esto, es un tomate,

un tomate cherry.

Y es un producto tecnológico

con el que puedo hacer algo

que muy pocas tecnologías


son capaces de hacer.

(Risas)

Me lo acabo de comer.

(Risas)

Acabo de suplir una necesidad vital básica

que tenemos todos los seres vivos.

¿Tenéis alguna aplicación en el móvil


que os quite el hambre?

(Risas)

¿Un móvil os da de comer,


Internet, una tablet?

La tecnología con la que


yo trabajo es básica.

La necesitamos.

Ya sé que habrá alguno


que estará diciendo:

"Eh, pero espera, psst, ¡para!.


¡La comida es natural!

No puede haber tecnología en un tomate".

En un tomate hay más tecnología


que en un Iphone, quieras o no.

Y si no os lo creéis,

este es el aspecto que tienen las plantas


que hoy mismo nos dan de comer,

antes de la intevención humana.

Arriba a la izquierda,

- espera que todavía me queda


algo de pielecilla del cherry -

(Risas)

Arriba a la izquierda,

tenéis un tomate silvestre


de los que crecen en los Andes,

el "Solanum Pimpinelifolium".

Este es natural, os lo podéis comer,

pero solo una vez,


porque es bastante tóxico.

Nada que ver el tomate de la foto


con el que me acabo de comer yo.

De hecho, todavía lo tengo por ahí,


por cierto.

En medio tenéis una sandía, pero


como eran las sandías en el siglo XVIII,

y lo sabemos por el arte.

Era una cosa llena de la parte blanca,


con muchas pepitas,

nada que ver con las que tenemos ahora.

A la derecha, lo de arriba
es un plátano silvestre,
una banana.

Tiene más pepitas


que la sandía que tiene al lado.

(Risas)

Incomible.

Y bueno, abajo si queréis ver


el maíz natural,

el maíz natural es este que hay


a la izquierda, que es el de Oscinte.

Que es un hierbajo.

Nada que ver con las variedades híbridas,

que son la mayoría muy recientes.

Los híbridos se empiezan a sembrar


en los años 20 del siglo XX, en EE.UU

y llegan a España en los años 50 o 60.

De hecho, a mí me encantan las zanahorias.

Las zanahorias son de color naranja,

¿Os recuerdan
a alguna selección de fútbol?,

¿pensáis en alguna selección de fútbol


que tenga color naranja?

Pista: Cruyff

¿Ya?

Público : Sí

¡Vale!

Las zanahorias tienen el color


que veis a la derecha,

que pensáis que es el color de


toda la vida y natural de la zanahoria.

El color zanahoria de las naranjas

es propio del siglo XVIII,

porque los cultivadores holandeses


querían honrar a la familia real,

y desarrollaron una variedad


que tenía el color de la familia real.

Color camiseta de la selección holandesa.

Pero tenemos zanahorias


de todos los colores,

es decir, comprarse semillas de zanahoria

es como el tinte del pelo,

¡puedes elegir el Pantone que quieras!


¡Es una cosa!

(Risas)

Y ya sé que habréis dicho:

"Pero es que la comida es natural,


es tradicional, es de toda la vida"

Aquí, por ejemplo, veis el tomate


manzana negra,

un tomate típico de las Canarias.

Pero ¿el tomate no vino de América,

con la patata y los pimientos?.

Claro, un tomate de toda la vida,

en algún momento tuvo que ser


una variedad que vino de fuera.

Y ya sé que todo el mundo piensa


que el tomate de su pueblo

es mejor que el tomate del pueblo


de al lado que está a 10km.

Pero en algún momento

el tomate de tu pueblo
y el tomate del pueblo del al lado

tuvieron que venir de América.

¡No, espera!

Colón fue, volvió y lo primero que hizo

fue dejar las semillas de tomate


en mi pueblo.

Y no en el de al lado.

(Risas)
La hemeroteca es muy traidora, ¿eh?

y eso nuestros políticos lo saben,


pero bueno, independientemente de eso.

La hemeroteca nos dice que variedades


como la manzana negra,

era una variedad que vino de EE.UU


a principios del siglo XX.

Y si buscáis el diario de avisos


de Tenerife, salen anuncios de:

"Tomate manzana negra, latas de una libra,


importadas de EE.UU".

Con lo cual cualquier


variedad tradicional,

la mayoría de variedades tradicionales,

en algún momento han sido


variedades importadas.

Entonces, toda la vida


hemos manipulado la comida,

lo hemos hecho por hibridación, por


cruces, por selección, por mutagénesis,

y hemos llegado a un momento


en que lo hacemos por otras técnicas

como es la transgénensis
que es en lo que yo trabajo.

Yo me dedico a hacer plantas transgénicas,

y a veces hasta me las como,


como acabáis de ver.

Y esto es cambiar un gen, copiar


un gen de un sitio, ponerlo en otro.

Esto, igual no puede ser bueno.

De hecho, hay gente


que está en contra de ello.

Hay gente que dice


que no quiere transgénicos.

Es respetable,

es una opinión,
es una actitud muy respetable.

Y obviamente nadie se va a vestir de vaca


para decirte una cosa que no sea verdad.

Si te vistes de vaca
es que tiene que ser...

Porque, a ver, no te vas a vestir


de vaca para nada.

¡Es lógico!. Cualquier tecnología nueva


al principio genera una reticencia.

¿Por qué? Porque es nuevo.

¿A cuánta gente conocéis


que hace 10 años decía:

"Yo nunca tendré móvil,


si hay cabinas en la calle"?.

Y ¿qué chorrada os han enviado


hoy por WhatsApp

esos que hace 10 años no tendrían móvil?

¿A cuánta gente conocíais


que hace 15 años decía:

"Yo nunca tendré microondas,


calienta muy mal la comida"?

¿Cuánta gente decía


que nunca tendría Internet,

porque decía que era propiedad


del ejército americano y que no se fiaba?

Seguro que conocéis a alguien.

¿Cuántas veces habéis


consultado hoy Internet, solo hoy?

¿Más de tres? ¿Más de 10? ¿Más de 20?

Pero es normal, eso ha pasado con todo.

Si vamos hacia atrás,

en los años 90 podéis encontrar


una carta en "El País"

que decía que había gente que veía


muy mal que pusieran ordenadores

en los centros públicos,


porque decían que los ordenadores

solamente podían aumentar


la brecha entre ricos y pobres.
Y entonces la gente criticaba que
la seguridad social tuviera ordenadores,

y tendríamos que ir todavía


con el bolígrafo y tal.

Si nos vamos más atrás todavía,

cuando la primera línea de tren,

la gente decía
que ese invento era peligroso,

que el hombre no estaba diseñado


para ir a 30km/h,

que era la velocidad a la que


llegaban los primeros trenes.

En fin, hoy muchas zonas de la costa


estamos rezando para que venga el tren.

Y en fin, de eso ya hablamos.

Dicho esto, me parece


perfectamente respetable

que alguien tenga la opinión


de no querer transgénicos.

El problema es si somos
consecuentes con esa idea,

si realmente la estamos cumpliendo,

si realmente la llevamos a cabo.

Hay tecnologías que al principio cuestan,

y también hay tecnologías


que nunca llegan a implementarse.

Pero en cambio, hay tecnologías


que pasan un punto de no retorno

a partir del cual


ya no puedes vivir sin ellas.

Yo me he traído unos cuantos transgénicos,

porque nunca salgo de casa


sin un transgénico en el bolsillo.

Y lo único que quiero preguntaros es,

si algo de lo que tengo aquí


lo habéis utilizado alguna vez

o si os suena o resulta familiar.


Estos son unos bastoncillos

que tienen algodón en la punta.

Actualmente el 50 %
del algodón mundial es transgénico.

Cuando lleguéis a casa mirad la ropa,

y si pone "Made in India"


o "Made in Pakistán",

son los principales productores


de algodón transgénico.

Y cuando digo algodón,

no digo solamente la ropa,


no digo solamente los palitos,

estoy diciendo también el algodón


de higiene íntima, el algodón sanitario,

o los billetes de euro,


que se hacen con papel de algodón.

Pastillas, medicamentos como la insulina,

como el interferón,
como la hormona del crecimiento,

también son transgénicos.

Y si cogéis alguna pastilla


y en el prospecto pone:

"Excipiente: almidón de maíz, CSP


- Cantidad Suficiente Para -,

ese almidón, perfectamente


puede ser transgénico.

Deciros que en Europa no estamos


comiendo casi transgénicos,

los utilizamos todos


para la alimentación animal,

pero si os coméis un chuletón,

posiblemente sí que se haya


alimentado con maíz y soja transgénica.

Pero cualquier cosa


que sea para alimentación,

y que vaya a un supermercado


tiene que estar etiquetada.
Esto es jabón.

Jabón, vamos, habéis visto


alguna película de cárceles ¿no?,

Jabón, sabéis para que sirve.

(Risas)

¿Habéis visto que alguna vez el jabón


o el detergente pone: "enzimático"?

¿Os habéis parado a pensar


de dónde vienen esas enzimas?

Son transgénicas.

No digo más.

Sí que es verdad que la gente


que ha criticado los transgénicos

durante mucho tiempo ha dicho,


que es que durante 20 años

el único avance no estaba pensado


para el público, sino para el agricultor.

Básicamente porque eran


las plantas transgénicas

que más se cultivaban en todo el mundo,

y eran tolerantes a insectos,


o tolerantes a herbicida,

pero el consumidor no veía la ventaja.

Esto es así, primero


por un motivo técnico,

porque son los más fáciles de hacer


y fueron los primeros que se hicieron.

Segundo, por un motivo legal,

porque al ser los primeros,


ya estaban autorizados

y los que han venido después


han costado mucho.

Pero es que la tecnología adelanta.

Muchas veces, los argumentos


que oigo en contra

son argumentos de hace 20 años.


Tenemos ya la segunda y la tercera
generación de transgénicos,

que son transgénicos


ya pensando en el consumidor,

en aumentar las ventajas nutricionales.

Por ejemplo, esto es una piña

que se va a comercializar
en EE.UU probablemente este año,

que se llama "piña rosé",

no sé de donde han sacado el nombre.

Lo que hace básicamente


es acumular antocianos.

Los antocianos son una molécula


que es anti-cancerígena.

Y entonces se supone que esta piña,


en teoría, es más saludable que la piña,

¡pero es que es rosa!

¡Vamos, es que los niños


te la van a quitar de las manos!

¡Es que es rosa!

Supongo que habéis oído también


la polémica del arroz dorado,

que fue uno de los primeros


que se desarrolló pero costó muchísimo,

y que ha tenido mucha oposición.

Es que el arroz dorado


ya está pasado de moda,

ahora tenemos el arroz morado.


Este arroz ya existe.

Estos son los antocianos de la piña,


se los pones al arroz

y se queda que ya puedes hacer


arroz negro sin calamares.

¡Fantástico! Y, además,
rico en antioxidantes.

Y luego, este es un desarrollo


que han hecho en el IBMCP,
que es donde trabajo,

el grupo de Vicente Moreno y Alex Atarés


en colaboración con un grupo de Almería.

Este es el tomate arlequín rojo.

Se llama arlequín rojo por el cuadro


de Picasso que veis en la figura.

Este tomate lo que hace


es desarrollar los sépalos,

que son las hojitas verdes


que tiene arriba, como parte carnosa.

El tomate sabe igual que un tomate normal,

no es ni más sano, ni más nutritivo.

¡Pero es que es muy bonito!

(Risas)

Es que mola mogollón.

¿Qué queréis que os diga?

Y deciros que los transgénicos


tampoco son la última tecnología,

son la penúltima tecnología.

Ahora tenemos algo


que se llama el CRISPR cas9.

Si antes os he dicho que un transgénico


es tomar un trozo de ADN de un sitio

y ponerlo en otro,

el CRISPR cas9 es: directamente


sobre el mismo ADN del organismo,

cambiarlo, editarlo, como cuando estás


escribiendo en un procesador de textos,

te equivocas, pones el cursor,


borras y corriges.

Esto tiene dos características principales

Primera: legalmente no es un transgénico.

¿Por qué? Porque la definición legal


de transgénico implica ADN foráneo,

ADN de otro organismo que se ha


introducido por ingeniería genética.

En un CRISPR no metes.

Vamos, si quieres puedes meterlo,

pero técnicamente no tienes por qué


meter ADN de otro organismo.

Por lo tanto, legalmente no se puede


considerar transgénico.

Y de hecho, en EE.UU, no se consideran,


y en la Unión Europea,

el dictamen judicial dijo


que no debería considerarse,

pero esto todavía


no se ha convertido en ley.

Y luego tiene otra peculiaridad técnica:

un transgénico es muy fácil de detectar.

Hay análisis muy fáciles para saber


si algo es transgénico o no.

Un CRISPR, hoy por hoy no tenemos nada


que nos permita detectar

si has utilizado esta tecnología o no.

Y esto no es una cosa de futuro.

En EE.UU ya hay champiñones


que se han utilizado con esta tecnología.

Estos champiñones básicamente


los cortas y no se vuelven marrones,

con lo cual tienen una vida


en la estantería del supermercado

mucho más larga, y contribuyen


a desperdiciar menos alimentos.

En el Congreso de la Sociedad Europea


de Biotecnología, que fue este verano,

ya se sirvió en el menú
col modificada por CRISPR.

Y ya para acabar,

os hago una pregunta:

¿vosotros sabríais
si cuando vais al supermercado
algo de lo que hay allí
ha sido modificado por CRISPR?

O en el mercadillo
que hacen los jueves aquí,

¿sabéis si hay algo que haya sido


modificado por CRISPR o no?

Yo tampoco.

Pero estoy muy tranquilo y como sin miedo.

Muchas gracias.

(Aplausos)

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