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DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA
Sede: Piedras
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Lacan con esos cuatro discursos que inventa y matematiza, nos dice que el discurso en
tanto lazo social se soporta en el lenguaje, precio que paga el sujeto por vivir en la
cultura. Es en el Seminario 17 “El reverso del psicoanálisis” donde justamente realiza el
intento de ubicar el saber del psicoanálisis en relación con otros saberes y situar al
sujeto en relación con el goce. Propone cuatro discursos: el del Amo, el de la histérica,
el analítico y el universitario como fórmulas útiles que vienen a representar algo. Nos
dice: “el discurso es una estructura necesaria que excede a la palabra, subsiste sin
palabras en formas fundamentales que no pueden mantenerse sin el lenguaje.
Mediante el instrumento del lenguaje se instaura cierto número de relaciones
estables, en las que puede ciertamente inscribirse algo más amplio, algo que va
mucho más lejos que las enunciaciones efectivas”.
- Estos cuatro discursos se diferencian uno de otro. Estos discursos presentan cuatro
posiciones o lugares diferentes, a los que el psicoanalista denomina
:agente,otro, producción y verdad:
- Rotan de manera no permutativa progresando o regresando como las agujas del reloj.
Propone estos cuatro lugares que constituyen el soporte estructural del discurso a los
que les asignó dos denominaciones sucesivas y diferentes:
Esta restricción que realiza en el esquema de los vectores que conectaría el plus de goce
con la verdad, hace que la verdad no pueda recibir ningún tipo de determinaciones
desde otro lugar del discurso. Esta verdad determina las dos funciones que sostienen lo
manifiesto de un discurso, en tanto todo discurso se dirige a otro, aún cuando éste no se
reduzca a una persona en particular, se dirige a otro a partir de cierto lugar y en nombre
de alguien. Un agente en posición de semblante le dirige la palabra a otro en posición de
goce.
S1 S2
$ a
Está presente la dialéctica hegeliana (la idea del enfrentamiento entre dos sujetos por
quien va a ocupar el lugar del Amo y quien el del esclavo) El amo expone su vida,
mientras el esclavo la conserva a cambio de perder su libertad.
El S1 el Amo el agente, pone a trabajar al esclavo S2 que es poseedor del saber hacer, el
resultado es el excedente de lo que el Amo quiere apropiarse, el objeto “a”. El plus de
goce que se produce en este discurso está anudado a S1-S2. Lo que permanece oculto
para el Amo es lo que se ubica en el lugar de la verdad, ignora su propia castración,
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DISCURSO CAPITALISTA:
$ S2
S1 a
que en tanto metonímicas conservan una relación empobrecida con la significación.
Son S1 que no se enlazan al S2.
En este sentido esta circularidad del discurso capitalista que está facilitada por el
rechazo de la castración, genera la ilusión en el sujeto del encuentro con el objeto de la
satisfacción.
Esta circularidad de goce se puede enlazar perfectamente con lo que el Syo ordena al
sujeto, renunciar a la satisfacción de la pulsión, pero que a la vez se alimenta de esa
pulsión renunciada dice Miller en “El lenguaje aparato del goce” Una lectura de algunos
detalles de Televisión, en diálogo con la audiencia. Les está hablando a los
neoyorkinos.Viene hablando de la paradoja del Syo. y dice: “podríamos decir que este
Syo que alimenta, que cuanto más acepta el sujeto estas demandas, se hace más y más
demandante, es el capitalismo mismo”. Establece una conexión entre la avidez, la
codicia capitalista, con el Syo.Y agrega: viene hablando de la TV y ubica en un objeto
de la tecnología la encarnación del Syo. Dice: “... Estamos en los crecientes impasses
de la civilización cuando somos capaces de multiplicar la mirada y la voz, es decir
los soportes del Syo. Lo que soporta el Syo es el objeto “a” que toma el lugar del
objeto perdido. En este estadio de la civilización tenemos miradas y voces
multiplicándose en esta sociedad Tenemos la propia producción- lo que podemos
llamar la industria de los medios- que es parte de los crecientes impasses de la
civilización en la medida que intensifica la presencia y las demandas del Syo”. “Lo
que llamamos Disc. Capitalista, no es capaz de refrenar al Syo, al contrario impera
al servicio del Syo.
II.
En los intersticios del juego significante emergen las verdades del hablante. Capturada
en su estructura de ficción en los discursos, como lugar sostén del semblante.
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Más tarde, como vimos, por la formalización de los discursos, no dejan de tener validez
estos conceptos, pero lo novedoso es que se destaca a la verdad como lugar, resultado
de una formalización de tipo algebraico.
Curiosamente sin embargo una de las formulaciones más conocidas de Lacan acerca de
la verdad es que ésta tiene estructura de ficción, afirmación ésta que no desprende a la
verdad de sus ropajes imaginarios ni deja de aludir a un aspecto engañoso en la misma
aproximación a la verdad.
El concepto de ficción es tomado de Bentham, pero se considera que fue Santo Tomás
siguiendo a San Agustín quien llamó a la ficción figura veritatis*. Por ejemplo en un
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La ciencia moderna también recurre a ficciones. Koyré enunció que es imposible ver un
cuerpo en movimiento rectilíneo indefinido como exige el principio de inercia. Lo
curioso es que en la experiencia sí podemos ver un cuerpo en movimiento circular; pero
si bien “nunca presenciamos el movimiento rectilíneo, exceptuando el caso de la caída,
que precisamente no es un movimiento inercial, no obstante el movimiento que la física
se esforzará en explicar será el primero –el curvilíneo- a partir del segundo” *.
En todo caso la ficción científica apunta a la verdad, pero construye un saber que
finalmente se desentiende de ella. La ciencia aspira a que el saber sea totalmente
comunicable y por eso lo formaliza. En la verdad en cambio hay algo de inefable que
sin embargo no deja de ser transmisible en sus efectos.
Saber y verdad no son complementarios, hay disyunción entre ellos, no hay
complementación ni proporción y sin embargo existe una vinculación entre una y la
otra. Como afirmó en otro sitio Abel Langer (en www.elsigma.com), si hay un saber
inconsciente, el inconsciente es no recordar lo que se sabe; “en la división del sujeto
entre saber y verdad esta última a veces nos ilumina desde el lugar del saber que no
recordamos que tenemos”, lo que confirma que somos extranjeros en nuestra propia
lengua.
La insatisfacción neurótica denuncia que no hay saber posible acerca del objeto de la
pulsión.
Saber y verdad no forman un todo, simplemente porque no hay todo. Entonces la verdad
es de la falta. Por lo que el saber está en falta.
La invención ** del psicoanálisis ubica un saber en el lugar de la verdad tal como se
presenta en el discurso del analista:
Para Lacan el discurso es una estructura que, siendo del lenguaje, es vacía, es sin
palabras, por lo que es una estructura que no está sometida al malentendido. Luego las
palabras lo habitan. Una estructura con cuatro lugares y cuatro términos:
Lugar del semblante o del agente Lugar del otro o del trabajo
Lugar de la verdad. Lugar de la producción.
Los cuatro términos o elementos son el significante amo (S1), el saber (S2), el plus de
gozar (a) y el sujeto o también la castración (S barrada). Según qué elemento ocupe el
lugar del semblante, comanda una distinta configuración discursiva y por ende un lazo
social distinto. Los lugares son fijos y los elementos rotan un cuarto de giro en una
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Tenemos así cuatro discursos, “básicos” dijo Lacan al comienzo de su Seminario XVII,
dejándonos espacio para imaginar otros discursos. Cuatro discursos para tres
profesiones imposibles, gobernar, educar y analizar, más aquel –el de la histeria- cuyo
producto es un saber impotente que hace imposible la operación de hacer desear.
Como vimos, en el discurso del analista tenemos la coincidencia del saber en el lugar de
la verdad. El saber en el lugar de la verdad es un saber agujereado, por ser la verdad de
la falta. Con lo que se indica que esta posición del saber en el lugar de la verdad no
define a la verdad con relación a la exactitud o la adecuación, sino que ésta surge en el
error y en las formaciones del inconsciente. Inconsciente que no se evacua, no hay saber
que lo complete, pero igualmente se puede desde el psicoanálisis recortar un saber *** .
La falta de saber no impide que se pueda saber algo y afirmar una verdad, en la medida
que soportemos la disposición a que ésta nos sorprenda. Como una bofetada, una
bofetada que despierta. Despertar a una transformación subjetiva en relación con la
búsqueda obsesiva del saber, transformación que implica contar con el deseo. El
neurótico saca cuentas pero no cuenta con él. Entonces, como señaló Lacan, la cuestión
a saber no es tanto que no se pueda saber todo, sino que no todo es saber, por lo cual no
todo es accesible al saber porque todo, como conjunto, no existe.
¿Y la verdad?. Siendo la verdad singular, el esfuerzo del saber por constituir su potencia
universal, universitariamente, sólo lleva a la impotencia. Lo verdadero de la verdad no
puede decidirse ni decirse. La verdad habla pero no puede decir que dice la verdad. Sin
embargo el rodeo, el camino que se hace al andar, aproxima a la verdad. La ficción, el
equívoco, el arte, la poesía, incluso el error como producción, son buenos rodeos. Por
otra parte la verdad y la apariencia (semblante) están íntimamente ligadas, la verdad
tiene muchos rostros y si amamos la verdad no es para enamorarnos del primero que
encontramos, si esto non es vero al menos que esté bene trovatto.
III.
El sujeto ($) para el psicoanálisis, no es el hombre cuya naturaleza sería invariable, pero
tampoco es el individuo que fluctúa según el devenir de su historia personal y social.
Además de los aspectos originales que individualizan a cada cual, el psicoanálisis nos
habla de un cierto dinamismo que es dependiente de las estructuras en los que cada uno
de nosotros se encuentra comprometido.
Allí nace el concepto de “objeto a”, que Lacán elabora y que designa no como el objeto
de la “necesidad”, del consumo o del intercambio capitalista, sino un objeto
radicalmente y originariamente “perdido”.
Esta elaboración es presentada por Lacán con la ayuda de un algoritmo y sus análisis
extienden su influencia a todo el ámbito social además de la clínica.
S1------------------S2
$-------------------a
En este algoritmo no hay relación directa entre $ y a, porque, según Lacán, no hay
acceso directo del sujeto al objeto de su deseo.
El discurso del Amo da cuenta al mismo tiempo que de la constitución del $, de las
formas habituales que el sistema utiliza para ordenar el sistema político, lo cual implica
que en ambos niveles se trata de operar del mismo modo.
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El modo en que cada sujeto se somete (aliena) a una orden o legalidad social, Lacán la
escribe de la siguiente forma:
Así también podemos percibir una relación clara y demostrable entre el objeto perdido
desde siempre, tan caro al equilibrio psíquico del sujeto, estudiado tanto por Freud
como por Lacán y la plus-valía analizada por Carlos Marx en el capítulo 7 de “El
Capital” donde comprobamos la existencia de una base real de explotación que es
aquello a lo justamente el trabajador se ve obligado a renunciar para asegurar el
beneficio del capitalista y la continuidad del sistema.
S1 – S2 - $ - a
Y estos 4 lugares:
el agente-------------el otro
la verdad-------------la producción
Desde un lugar, todo agente se dirige a un “otro”, aún cuando éste no constituya una
persona en particular y se dirige en nombre de “alguien”. Puede ser el mismo u otra
persona.
Debo añadir que algo del orden de la verdad puede intervenir, en forma oculta, o
encontrar expresión en este lugar a la vez que en todo discurso se produce algo.
Esto es situado, según lo arriba señalado, por debajo del agente y del otro,
respectivamente.
S1----------------S2
$------------------a
DISCURSO UNIVERSITARIO
S2----------------a
S!-----------------$
DISCURSO DE LA HISTERIA
$-----------------S1
a-----------------S2
DISCURSO PSICOANALÍTICO
a---------------------$
S2-------------------S1
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DISCURSO CAPITALISTA
$---------------------S2
S1--------------------a
Como pueden comprobar los 4 discursos, en este orden, leídos en el sentido de las
agujas del reloj, giran sus letras en sentido contrario a estas mismas agujas, por los
cuatro lugares del sistema.
El quinto discurso, habría que ver si podemos denominarlo propiamente así, es una
inversión de las letras del discurso del Amo. Entre la parte superior y la inferior del
primer rango.
En el discurso del Amo tenemos en el lugar del agente a S1 que se dirige a otro al que
atribuye el saber. Lo que queda en el lugar de la verdad en este caso es el sujeto barrado,
en posición de castración, y lo que se produce es “a”, un resto de satisfacción o plus de
gozar.
También Lacán nos propone un quinto discurso que en realidad es una distorsión
(perversión?) del discurso del Amo, pues invierte las posiciones de $ y S1.
Es el discurso llamado del Capitalista.
puede alcanzar pagando lo que haga falta para alcanzar lo que él cree que es el objeto de
su deseo, y que evidentemente confunde con el objeto de consumo.