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Técnicas en resolución de conflictos – Modulo 1 – Lectura 1

La Psicología Cognitiva Conductual surgió de la mano de Aaron T. Beck (70´s), un psicoanalista que comenzó a
reunir evidencia experimental sobre las depresiones, cambiando de esta manera su interés hacia los aspectos
cognitivos de la psicopatología. Así, se fue construyendo el modelo cognitivo, el cual hace énfasis en las
cogniciones, que se pueden entender como la capacidad de las personas para procesar información, es decir que
son procesadores activos de los estímulos. En este sentido se podría distinguir entre un sistema cognitivo
maduro (basado en esquemas funcionales y un adecuado procesamiento de la información) y un sistema
cognitivo inmaduro (basado en esquemas disfuncionales y distorsiones cognitivas).
Se pueden nombrar como axiomas de la psicología cognitiva conductual a los siguientes:
- La percepción y la experiencia son procesos activos;
- La cognición es una síntesis de estímulos internos y externos;
- La forma de evaluar una situación depende de los supuestos previos de la persona;
- Éstos supuestos determinan la visión de sí mismo, del mundo, del pasado y del futuro;
- Las cogniciones determinan las emociones y la conducta, por este motivo el objetivo fundamental consiste en
flexibilizar los modos de interpretar negativos o erróneos y de esta manera se logra que las personas sientan y
actúen de una manera más adaptativa.
Como expresan E. Bunge, M. Mandil y J. Gomar, su postulado fundamental es que los pensamientos ejercen una
influencia en las emociones y la conducta. Por lo que se puede decir que las personas responden al significado
dado a las situaciones, más que a los eventos mismos. Entonces, son los pensamientos y no las situaciones reales
los que podrían determinar el estado anímico de los individuos. Se puede arribar a la conclusión de que lo que
pensamos sobre nuestros problemas influyen sobre lo que sentimos y lo que hacemos.

Entre estos tres elementos existe una influencia


recíproca que no debe ser entendida como una
causación. Como señalan Bunge et al, el objetivo
de la psicología cognitiva conductual se centra en
que se flexibilicen los modos patológicos del
procesamiento de la información, ya que como se
mencionó anteriormente, no padecemos dolor por
las situaciones en sí, sino por las interpretaciones rígidas que hacemos de ellas. Según Kendall (2000) citado por
Bunge, Mandil y Gomar, el modelo cognitivo considera que los elementos que influyen en el cambio conductual
son las expectativas anticipatorias asociadas al evento, las atribuciones posteriores, el procesamiento cognitivo
de la información y estados emocionales que acompañan al evento. Estos factores deben ser analizados a la luz
de los desafíos planteados por el nivel de desarrollo alcanzado. Es decir, que deben adaptarse al estadio
evolutivo y contemplar las diferencias de cada etapa.
Se puede hacer una distinción fundamental entre la psicología y la psicoterapia cognitiva: Como expresa Javier
Camacho, la primera estudia procesos básicos tales como la memoria, la concentración, la formación de
conceptos y el procesamiento de la información. En cambio la segunda, elaboró tratamientos a partir de algunos
desarrollos de la Psicología Cognitiva, que permiten ser aplicados a distintas personas con distintas
problemáticas para mejorar su calidad de vida, solucionar problemas y tratar trastornos mentales.
Ejemplo de la relación entre pensamiento, emoción y comportamiento: Un niño de 10 años ve a uno de sus
mejores amigos caminando por la vereda de enfrente. El niño sonríe y hace el gesto con la mano para saludarlo,
pero desde el otro lado no obtiene ninguna respuesta. Esta situación se presta a diferentes interpretaciones. Un
niño con tendencia a deprimirse podría pensar: “Seguro que está enojado conmigo. No me quiere, al igual que el
resto de mis compañeros. Porque soy un estúpido y nunca seré capaz de tener verdaderos amigos”. Lo más
probable es que este niño siga su rumbo llorando. Ahora imaginemos que se trata de un niño con estilo ansioso,
con tendencia a pensamientos catastróficos. Podría pensar: “Que terrible que mi amigo no me salude. ¿Se estará
cansando de mí? ¿Habré hecho algo malo? Mejor cruzo la calle y le pregunto. Aunque si lo hago puedo quedar
como un pesado. Mejor sigo de largo. Aunque puede pensar que me hago el superado y que no me importa lo
que sienta”. Imaginemos ahora que el niño tiene un estilo atribucional externalizador. Probablemente piense:
“¿Quién se cree que es para no saludarme? Me quiere dejar como un tarado. Esto es una falta de respeto, a mí
me va escuchar”. En este último caso se podría sentir muy enojado e incluso cruzar la calle para increpar a su
amigo. Un cuarto caso podría ser el del niño que suponga que su amigo debe estar distraído y en consecuencia
no se vea alterado por dicha situación.
La psicología cognitiva conductual con niños y adolescentes se caracteriza por tener en cuenta todos los
aspectos de la persona, tanto lo emocional, lo social y lo interpersonal; también se centra en el procesamiento
cognitivo de la información; los tratamientos que brinda son estructurados y hace énfasis en las intervenciones
basadas en el desempeño y la práctica. Un aspecto a tener en cuenta es que es un modelo que se orienta
especialmente a la resolución de conflictos. Respecto al desarrollo intelectual hay que tener en cuenta el estadio
evolutivo ya que el razonamiento y los pensamientos transitan por distintas etapas.

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La psicología cognitiva parte de una visión basada en principios del aprendizaje y se dirige hacia una perspectiva
más mediada cognitivamente. Este abordaje integra pensamiento, lenguaje, conducta y emoción, categorías que
trabajan conjuntamente en el ser humano y se influyen entre sí. Esta corriente considera que una de las causas
de las conductas problemáticas puede ser el pensamiento sesgado, rígido, por lo tanto sería necesario cambiar
el pensamiento para cambiar conductas y lograr de esta manera, un sentir y actuar más saludable y funcional;
hay que modificar lo que genera malestar, eliminando o modificando las causas del sufrimiento y para esto se
vale de técnicas cuyo objetivo es flexibilizar los pensamientos estructurados, poner énfasis en lo emocional, ya
que las emociones positivas o negativas influyen en nuestra cognición y conductas, lo cual nos permitirá un
cambio significativo.
Es necesario conocer los conceptos de la psicología cognitiva para comprender cómo se organiza psíquicamente
una persona para luego resolver los conflictos que se le presentan. El modo en que interpretamos las situaciones
está determinado por varios elementos: esquemas, creencias, pensamientos automáticos y distorciones
cognitivas.
ESQUEMAS: Los esquemas, como expresan Beck y Clark, son estructuras de representaciones de conocimiento y
de la experiencia anterior que son funcionales y permanentes, que guían la búsqueda, codificación,
organización, almacenaje y recuperación de la información. Por lo que tienen un papel fundamental en la
interpretación de las demandas ambientales que afectan a las personas. Las personas desarrollan sus esquemas,
a partir de sus experiencias infantiles y de las situaciones de aprendizajes en interacción con un otro y su
entorno. Es la manera en la que las personas interpretan el mundo, la identidad y las relaciones interpersonales.
CREENCIAS: Los mismos autores, las definen como “representaciones de la realidad estables y profundas que las
personas consideran como verdades absolutas”. Se construyen y se generalizan a través de la experiencia, es
decir que se adquieren a lo largo de la vida y son el contenido de los esquemas. Pueden ser creencias positivas,
pero en otras situaciones pueden tener un sentido negativo. Cuesta cambiar las creencias porque las vemos
como hechos y no como opiniones.
PENSAMIENTOS AUTOMÁTICOS: éstos “son más situacionales y específicos, suelen ser rápidos, casi
imperceptibles para las personas, de carácter telegráficos y breves”. Además, pueden entenderse como la
expresión o manifestación clínica de las creencias y se les atribuye una certeza absoluta, es decir que no se los
cuestiona.
DISTORSIONES COGNITIVAS: son errores en el procesamiento de la información derivados de los esquemas
cognitivos o supuestos personales. Generalmente, los pensamientos automáticos son los contenidos de estas
distorsiones. Principales distorsiones cognitivas (Camacho):
 Inferencia arbitraria: la persona tiende a adelantar una conclusión sin evidencia a favor que la sustente o
sostiene ciertas afirmaciones incluso con evidencia contraria. Por ejemplo, pensar que va a dar mal una prueba
deportiva, incluso habiendo entrenado y pasado por otras evaluaciones previas.
 Maximización: “consiste en agrandar ciertos aspectos o cualidades”. En el caso de algunos adolescentes, por
ejemplo, maximizan las discusiones.
 Minimización: se produce en las ocasiones que se hacen pequeños ciertos aspectos o cualidades; ejemplo de
esto sería minimizar los logros cuando se está pasando por una situación difícil.
 Abstracción selectiva: “consiste en centrarse en un aspecto, atributo o detalle sacándolo del contexto, dejando
de lado características relevantes de la situación y a partir de allí elaborar ciertas conclusiones”. Un niño por
ejemplo, podría tomar una sola ocasión que el maestro lo retó y como consecuencia decir que es malo.
 Generalización excesiva: “se da cuando a partir de uno o varios hechos o situaciones aisladas se sacan reglas
que se generalizan para otras situaciones”. Una adolescente puede a partir de un fracaso sentimental concluir
que nunca va a poder estar en pareja.
 Personalización: las personas se atribuyen a sí mismas hechos y fenómenos externos que no tienen que ver
con ellos y sin evidencia que establezca dicha relación. Ejemplo: Yo maté a mi hermano-, al investigar esta
creencia descubrí que el hermano se había suicidado, en la familia el único confidente y apoyo era mi paciente,
quien evitó que varias veces se suicidara, de hecho casi el único motivo que su hermano tenía para vivir era el
afecto que sentía por él, a la muerte de este mi paciente cargó con toda la culpa.
 Pensamiento dicotómico: “también llamado pensamiento absolutista, todo o nada, o blanco o negro. Consiste
en la utilización de categorías polares para clasificar a situaciones o personas, sin poder ver matices o grados,
todo se evalúa en extremos”. Por ejemplo, soy el mejor de la clase/soy el peor.

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Los conflictos podrían definirse como una incompatibilidad entre los individuos o entre aspectos internos de la
misma persona. “La discordia aparece como resultado de tensiones opuestas, de una falta de entendimiento
entre dos partes con intereses distintos”.
En todas las manifestaciones de la vida se pueden encontrar presentes los conflictos. Vinyamata menciona que
“pueden poseer dos significaciones simultaneas. La primera relacionada a la posibilidad de crecimiento,
oportunidad, posibilidad de innovación, cambio, regeneración, estímulo, mejora, descubrimiento y serenidad; y
el segundo tiene que ver con la destrucción, dominación, alienación, frustración, guerra, desgracia, dolor,
sufrimiento, angustia, violencia”. En este último caso el autor señala que para todas las partes implicadas se
producirán cambios que las perjudicarán.
Si bien aclara que la frontera entre ambas significaciones es ambivalente y relativa, lo que si podremos
determinar como positivos o negativos son los métodos empleados para efectuar los cambios que los conflictos
plantean. De esta manera, se podría decir que los individuos pueden relacionarse con las situaciones
problemáticas de distintas maneras y esto dependerá de los esquemas previos, de la manera de pensar, una
misma situación la podemos interpretar de diversas maneras y eso influye en lo que sentimos. Cuando el
problema es importante suele acarrear una incapacidad de funcionar de manera normal en determinados
ámbitos, provocando diversos trastornos en el día a día de la persona.
Cristiana Llogostera Yoldi señala: “todo problema psicológico puede ser entendido como un conflicto, los
síntomas como la depresión, la ansiedad, los miedos o las obsesiones pueden considerarse indicios de que existe
un desacuerdo en el interior de la persona. Así como en cualquier disputa son dos o más individuos los que se
enfrentan, una persona puede vivir una especie de lucha interna al tener necesidades contradictorias”.
Además de la psicología, se tienen en cuenta los aportes de la antropología, la política y la sociología entre otras,
afines al conocimiento y comprensión de los conflictos humanos y sociales, como así también el abordaje de
este constructo se enriquece con los aportes de la medicina, la filosofía y de las matemáticas entre otras.
Para Vinyamata “los conflictos afectan gravemente la vida de las personas y de la sociedad, por ello es necesario
aunar esfuerzos y llegar más allá de la simple descripción de los fenómenos que parecen no tener solución”…“en
todo proceso conflictual se entrelazan aspectos de origen filosófico, biológico, psicológico y social…”
Para resolver un conflicto, hay que poseer información acerca de él, saber qué es lo que está ocurriendo, cómo
la persona se está sintiendo al respecto. Posteriormente hay que abrir un abanico sobre las posibles alternativas
para afrontarlo, y luego elegir la solución más conveniente y ponerla en acción. En último lugar, hay que evaluar
los resultados. Como expresa Vinyamata, “los recursos y los sistemas de intervención y tratamiento de los
conflictos abarcan todos aquellos conocimientos y técnicas que hacen posible aportar ayuda positiva”.
Eduard Vinyamata manifiesta que la tarea de un conflictólogo “se centra en la paz, en la felicidad, no en el
conflicto”. El trabajo consistiría en procurar la dignidad, la libertad y el bienestar integral de las personas y las
sociedades, no en dar la solución a los conflictos. Además expresa que el término conflictología facilita el
entendimiento de un quehacer, el cual incluye técnicas sumadas a los distintos aportes de varias disciplinas
plurales y heterogéneas. Vinyamata indica que no se debería reducir el tratamiento y gestión de los conflictos a
una sola técnica y procedimiento, sino que se debe procurar incorporar todos los conocimientos disciplinarios y
métodos de intervención con el objetivo de facilitar aproximaciones diversas a la diversidad de orígenes y causas
que configuran los conflictos en sus distintas manifestaciones.
A modo de ejemplo, describe que en algunas ocasiones el conflicto posee como causa una comunicación
deficiente que podría resolverse a través de la mediación, la cual intenta o procura que las partes implicadas se
entiendan entre ellas. En otras situaciones, el autor señala que el conflicto no es generado por las dificultades
comunicativas, ni emocionales, sino que podría estar relacionado con la desorientación, la baja autoestima o la
insatisfacción, lo que podría relacionarse con creencias negativas. En estos casos la elección de terapia más
oportuna será el camino para ayudar a solucionar el origen que da lugar al conflicto. Vinyamata indica que
cuando un método resulta ineficaz o insuficiente, se deberían aplicar otras técnicas para no seguir generando
frustraciones a quienes necesiten solucionar este problema. Es relevante la capacidad creativa y plural en el uso
de recursos y estrategias.
La resolución de conflictos como competencia social: Según Trianes, Muñoz y De la Morena, la competencia
social puede ser entendida como aquellos procesos cognitivos, sociales y emocionales que sustentan
comportamientos evaluados como hábiles o adecuados por agentes sociales, teniendo en cuenta las demandas
y restricciones de los contextos. En éste sentido, se puede decir que ante una situación que entraña un conflicto
interpersonal, un adecuado nivel de competencia social garantizaría su resolución eficaz. Para ello, se deben
poseer un amplio repertorio de destrezas cognitivas que servirán como reguladores de la conducta.
Técnicas en resolución de conflictos – Modulo 1 – Lectura 4

Para resolver un conflicto, hay que poseer información acerca de él, saber qué es lo que está ocurriendo, cómo
me estoy sintiendo al respecto. Posteriormente hay que abrir un abanico sobre las posibles alternativas para
afrontarlo, y luego elegir la solución más conveniente y ponerla en acción. En último lugar, hay que evaluar los
resultados y su progreso.
Las técnicas que describiremos tienen por objetivo influir sobre el pensamiento, el comportamiento y el estado
de ánimo. Se intentaría entonces, la recuperación de las propias capacidades personales y sociales para resolver
las dificultades y conflictos a través de métodos y técnicas psicológicas. Las estrategias utilizadas de la psicología
cognitiva conductual surgen del complemento de las técnicas con base conductista, que se formulan con base en
lo observable, sin dejar de lado los diversos procesos psicológicos que explican por qué actuamos, pensamos y
sentimos de determinada manera. Por lo tanto en éste enfoque se trabaja sobre el área cognitiva para producir
una modificación de la conducta, provocando un cambio en la forma de percibir los problemas en las personas.
Se tienen en cuenta cómo los individuos procesan la información, el autoconcepto y otras variables como las
creencias, habilidades y actitudes. Estas técnicas se fundamentan en que el “aprendizaje” es el fenómeno más
importante mediante el cual logramos cambiar, crecer, adaptarnos y adquirir mayor competencia en el curso del
tiempo. La aplicación de los principios, técnicas y estrategias de aprendizaje ofrecen recursos que no solo
permiten facilitar el desarrollo y cambiar un estilo de vida, sino también construir el mundo en el que vivimos.
Técnicas conductuales:
 Realizar tareas graduales: se divide la actividad que resulta difícil para la persona en varias etapas, empezando
por la más simple y acabando con la más exigente. De esta forma la persona puede acabar realizando aquello
que le parecía imposible o aterrador. Un ejemplo es la “escalera del valiente”, actividad especialmente útil en el
trabajo con niños y adolescentes.
 Ensayos conductuales o role-playing: se interpretan diferentes papeles entre terapeuta y paciente. Ayudan a
prepararse para tareas o reacciones difíciles para finalmente realizarlas «en vivo». La tarea del especialista es
enseñar cuál podría ser la reacción adecuada haciendo de modelo en el ensayo, y posteriormente el paciente
intenta reproducir una respuesta apropiada para la situación.
 Registro de conducta: la persona ha de anotar cuándo y cómo aparece la conducta que se quiere modificar
para conocer qué es lo que la incita. De esta forma se pueden buscar estrategias o actividades alternativas al
comportamiento problemático. Se puede de ésta manera llevar un diario o cuaderno.
Técnicas cognitivas:
 Identificar los pensamientos automáticos: se realiza un registro diario de los pensamientos que se quieren
modificar, describiendo la situación en que aparecieron, las emociones que se despertaron y aportando
respuestas alternativas y más racionales para la situación.
 Verificar la exactitud de los pensamientos: trata de aprender a pensar de forma más realista y objetiva. El
paciente aprende que sus pensamientos son más bien hipótesis que hechos y debe enjuiciar si está en lo cierto o
no.
 Reconocer los esquemas subyacentes: los esquemas son las creencias, actitudes y valores con los que se
interpretan las situaciones. Se trata de descubrir el origen de las actitudes rígidas y mal adaptadas que conlleva
cierta forma de pensar.
 Modificar los esquemas: se alienta a la persona a plantearse qué ventajas e inconvenientes le reportan ciertas
creencias para intentar desmoronar aquellas que no le convienen.
Algunas de éstas técnicas mencionadas, también son desarrolladas por Bunge, Mandil y Gomar; por ejemplo:
- Entrenamiento en el reconocimiento de emociones;
- Identificación y monitoreo de pensamientos automáticos;
- Reconocimiento de la relación existente entre pensamiento, emoción y conducta; y
- Reestructuración cognitiva, que se correspondería con la modificación de esquemas.
De ésta manera, se podría hacer un paralelismo entre los autores mencionados. Estas técnicas cuentan con un
elevado nivel de eficacia en el tratamiento de diversos conflictos y trastornos psicológicos. A través de ellas es
posible contribuir a la adquisición de hábitos y conductas más adaptativas, trabajándose y modificándose
también la base cognitiva.

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