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Piedras lanzadas que no tienen freno

Las palabras son como piedras lanzadas que no tienen freno, ni vuelta atrás y
pueden causar graves daños, a veces, irreparables. Nuestro lenguaje es un arma
que está llena de munición y lista para ser descargada en cualquier momento,
haciendo víctimas a las personas que más amamos.

La Palabra de Dios debe convertirse en nuestro lenguaje diario. Es agua que


purifica nuestras vidas, limpia las impurezas y renueva los depósitos en nuestros
corazones. Esta agua pura y bendecida se va acumulando y a su vez está
disponible para ser usada en todo momento. Contrariamente a lo que sucede
cuando permitimos que sean las malas palabras, los malos pensamientos, la
negatividad y la maldición los que se acumulen allí y sean usados para destruir a
quien esté a nuestro alrededor. Jesús alguna vez compartió con sus discípulos
que lo que contaminaba, no era lo que entraba por la boca, si no lo que salía de
ella (Mateo 15:18).

Hoy en día, las presiones financieras, laborales, la rutina y demás altibajos diarios,
llevan a las familias a dejar de lado la lectura de la palabra de Dios y, por ende, a
llenarse de preocupaciones y amarguras que terminan por convertirse en esa
peligrosa munición que será disparada a la mínima provocación, dejando como
resultado corazones heridos, estimas lastimadas, relaciones quebrantadas, por
mencionar solo algunas.

Las palabras purificadas con la Palabra de Dios

Hoy te invitamos a reflexionar en la gran importancia de tu familia, de su salud


emocional, de la estabilidad tan necesaria para sobrellevar los retos diarios. Tu
familia merece que día a día te purifiques con la Palabra de Dios y llenes ese
depósito con la verdad, el amor, el cuidado, la bondad, la paciencia que vienen
directos del corazón de Dios y son una reserva poderosa para edificar, fortalecer y
levantar a tu familia para la gloria de Dios.

Descubre estas y otras palabras maravillosas estudiando las Escrituras, y


compártenos la transformación que tú y tu familia han tenido al usar cada día el
poderoso lenguaje del amor.

Efesios 4:29

No digan malas palabras. Al contrario, digan siempre cosas buenas, que ayuden a
los demás a crecer espiritualmente, pues eso es muy necesario.

Proverbios 18:21

La lengua tiene poder para dar vida y para quitarla; los que no paran de hablar
sufren las consecuencias.

Salmos 34:12-13

Si quieren gozar de la vida y vivir una vida feliz, dejen de hablar mal de otros y de
andar diciendo mentiras.

Eclesiastés 10:12

Cuando el sabio habla, a todos les cae bien; cuando el tonto abre la boca, provoca
su propia ruina.

EL PODER DE LAS PALABRAS

Proverbios 18:21

Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto.

Proverbios 16:24

Panal de miel son las palabras agradables, dulces al alma y salud para los
huesos.
1 Corintios 4:20

Porque el reino de Dios no {consiste} en palabras, sino en poder.

1 Corintios 2:4

Y ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría,


sino con demostración del Espíritu y de poder,

Mateo 12:37

Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

1 Corintios 2:13

de lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana,


sino con las enseñadas por el Espíritu, combinando {pensamientos} espirituales
con {palabras} espirituales.

Proverbios 12:18

Hay quien habla sin tino como golpes de espada, pero la lengua de los sabios
sana.

1 Pedro 4:11

El que habla, {que hable} conforme a las palabras de Dios; el que sirve, {que lo
haga} por la fortaleza que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado mediante
Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos.
Amén.

Eclesiastés 8:4

Puesto que la palabra del rey es soberana, ¿quién le dirá: Qué haces?

1 Corintios 2:5

para que vuestra fe no descanse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder


de Dios.

Proverbios 3:27
No niegues el bien a quien se le debe, cuando esté en tu mano el hacer{lo.}

Lucas 21:15

porque yo os daré palabras y sabiduría que ninguno de vuestros adversarios


podrá resistir ni refutar.

Mateo 10:20

Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que
habla en vosotros.

Proverbios 10:19

En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, mas el que refrena sus


labios es prudente.

Eclesiastés 6:11

Cuando hay muchas palabras, aumenta la vanidad. ¿Cuál es {entonces} la ventaja


para el hombre?

Hechos 7:22

Y Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era un hombre


poderoso en palabras y en hechos.

Salmos 19:3

No hay mensaje, no hay palabras; no se oye su voz.

Jeremías 5:14

Por tanto, así dice el SEÑOR, Dios de los ejércitos: Por cuanto han hablado esta
palabra, he aquí, pongo mis palabras en tu boca por fuego y a este pueblo por
leña, y los consumirá.

Salmos 12:4

{a los} que han dicho: Con nuestra lengua prevaleceremos, nuestros labios nos
defienden; ¿quién es señor sobre nosotros?
1 Tesalonicenses 1:5

pues nuestro evangelio no vino a vosotros solamente en palabras, sino también en


poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como sabéis qué clase de
personas demostramos ser entre vosotros por amor a vosotros.

Proverbios 18:7

La boca del necio es su ruina, y sus labios una trampa para su alma.

Jeremías 1:9

Versículos ConceptosEntonces extendió el SEÑOR su mano y tocó mi boca. Y el


SEÑOR me dijo: He aquí, he puesto mis palabras en tu boca.

2 Corintios 6:7

en la palabra de verdad, en el poder de Dios; por armas de justicia para la derecha


y para la izquierda;

Mateo 22:29

Pero Jesús respondió y les dijo: Estáis equivocados por no comprender las
Escrituras ni el poder de Dios.

2 Corintios 2:17

Pues no somos como muchos, que comercian con la palabra de Dios, sino que
con sinceridad, como de parte de Dios {y} delante de Dios hablamos en Cristo.

Mateo 10:19

Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué hablaréis; porque a


esa hora se os dará lo que habréis de hablar.

Juan 6:63

El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os
he hablado son espíritu y son vida.

Isaías 50:4
El Señor DIOS me ha dado lengua de discípulo, para que yo sepa sostener con
una palabra al fatigado. Mañana tras mañana {me} despierta, despierta mi oído
para escuchar como los discípulos.

Proverbios 13:2

Del fruto de su boca el hombre comerá el bien, pero el deseo de los pérfidos es la
violencia.

Proverbios 24:5

El hombre sabio es fuerte, y el hombre de conocimiento aumenta {su} poder.

Santiago 3:6

Y la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre


nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno
e inflama el curso de {nuestra} vida.

Juan 6:68

Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida


eterna.

Juan 8:47

El que es de Dios escucha las palabras de Dios; por eso vosotros no escucháis,
porque no sois de Dios.

Deuteronomio 8:17

No sea que digas en tu corazón: ``Mi poder y la fuerza de mi mano me han


producido esta riqueza."

Génesis 1:1

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

Isaías 59:21
En cuanto a mí --dice el SEÑOR--, este es mi pacto con ellos: Mi Espíritu que está
sobre ti, y mis palabras que he puesto en tu boca, no se apartarán de tu boca, ni
de la boca de tu descendencia, ni de la boca de la descendencia de tu
descendencia --dice el SEÑOR-- desde ahora y para siempre.

Marcos 12:24

Jesús les dijo: ¿No es ésta la razón por la que estáis equivocados: que no
entendéis las Escrituras ni el poder de Dios?

Proverbios 6:2

{si} te has enredado con las palabras de tu boca, {si} con las palabras de tu boca
has sido atrapado,

Proverbios 15:23

El hombre se alegra con la respuesta adecuada, y una palabra a tiempo, ¡cuán


agradable es!

Salmos 33:6

Por la palabra del SEÑOR fueron hechos los cielos, y todo su ejército por el aliento
de su boca.

2 Samuel 23:2

El Espíritu del SEÑOR habló por mí, y su palabra {estuvo} en mi lengua.

Proverbios 30:5

Probada es toda palabra de Dios; El es escudo para los que en El se refugian.

Proverbios 18:4

Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; arroyo que fluye, la
fuente de sabiduría.
EL PODER DE LAS PALABRAS

“Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto”
Proverbios 18:21.

Vivimos en una época donde uno de los valores más elogiados es el derecho de
decir lo que queremos. Cada opinión tiene el mismo valor, esté o no basada en la
verdad. Nuestras palabras se usan como espadas para atacar a otros y
justificarnos a nosotros mismos, y si te ofendes por mis palabras, pues es tu
problema. La lengua es poderosa. Con ella es fácil dañar, pero tan difícil es sanar
las heridas que las palabras pueden causar. Recuerdo escuchar a una mujer decir
que el Señor nos dio dientes y labios como frenos para detener el daño que somos
capaces de producir. Sin duda, debemos ser cuidadosos con nuestra lengua.

La Biblia nos muestra diferentes formas en que las palabras pueden herir. Salmo
64:3 dice “afilan su lengua como espada, y lanzan palabras amargas como
flecha…”. Salmo 140:3 también dice, “Aguzan su lengua como serpiente; veneno
de víbora hay bajo sus labios”. Evidentemente, el Señor no esconde el daño que
somos capaces de hacer con nuestra lengua. Al contrario, no solamente nos
informa que nuestra lengua es peligrosa sino también nos deja en Su Palabra las
formas de cuidar nuestra lengua para edificar, y no destruir.

“En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, pero el que refrena sus
labios es prudente”, Proverbios 10:19.

“Pero Yo les digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta
de ella en el día del juicio”, Mateo 12:36.

En fin, no se trata de solamente cuidar nuestras palabras, sino principalmente de


examinar nuestro corazón, la fuente de las mismas.

HABLAR EN AMOR

Nuestro Señor es el único que sabe usar las palabras con perfección. Él creó todo
con Su palabra (Juan 1). La Palabra de Dios crea, mientras nuestras palabras
destruyen. Interesantemente, la palabra hebrea usada para “decir” en Génesis
cuando el estaba creando el mundo es “‘Amar”. Es la misma palabra usada en el
Salmo 33:9, “Porque El habló (‘amar’), y fue hecho; El mandó, y todo se confirmó”.

Para los creyentes de habla hispana, la palabra en hebreo (‘Amar’) es un buen


recordatorio de la razón de la creación de Dios. Mientras nuestra palabra “amar”
en español significa algo muy diferente, al menos el sonido de la misma puede
ayudarnos a recordar que Dios nos creó porque nos ama y porque Él mismo es
amor (1 Juan 4:8). Él no nos necesita pero nos ama, y nos dio vida en Su Hijo
para salvarnos de la ira de Dios y del pecado que mora en nosotros mismos.

CADA PALABRA IMPORTA

Santiago también nos da una advertencia sobre la lengua:

“Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los
hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios. De la misma boca proceden
bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así”, Santiago 3:9-10.

Nuestras palabras deben ser usadas para amar y no para destruir. Los cristianos
deben ser reconocidos por su amor, primero para con Dios y luego para con otros
(Marcos 12:28-31). Nuestras palabras deben ser usadas para ayudar, sanar,
enseñar, edificar y, de mayor importancia, para proclamar las buenas nuevas de
Jesús. Antes de hablar debemos preguntarnos, ¿lo que voy a decir edifica?
¿Pueden estas palabras causar daño? Aun en la instrucción y confrontación,
nuestras palabras deben ayudar y no condenar (Gálatas 6:1). Nunca olvides que
todos tendremos que rendir cuentas por nuestras palabras (Mateo 12:3). Y aunque
la lengua es difícil de controlar, no es imposible. El Espíritu Santo hace posible
nuestra obediencia a Su palabra. Amar a Dios significa obedecerle (Juan 14:21) y
el Espíritu Santo es quien produce el fruto del Espíritu en nuestras vidas (Gálatas
5:22-23). Puede ser que ahora mismo sientas que eso es imposible. Has tratado
controlar tu lengua pero cuando estás enojado es como si tuviera su propia mente
y pecas. No te des por vencido. Dios está usando estas situaciones para revelarte
tu corazón, tu inhabilidad de hacer las cosas sin Él.
Evalúa cuales son tus debilidades, y por qué. Luego, haz un plan para poder
enfrentar estas situaciones en el futuro. Busca el tipo de respuesta que no hiere,
que no daña, y que refleja a Jesucristo.

Versículos bíblicos sobre la Palabra


de Dios
Muchas personas tienen una Biblia en su casa, pero no la leen porque quizás no
entienden lo que es o lo que puede aportar a sus vidas. Sin embargo, la Biblia
misma nos lo explica. En ella encontramos muchos versículos que nos revelan su
origen, su valor y cómo nos puede ayudar a vivir vidas más plenas y felices.

Veamos algunos de esos versículos y aprendamos lo que la Biblia nos dice


sobre la Palabra de Dios.

1. Inspirada por Dios y de gran utilidad

Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para
corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté
enteramente capacitado para toda buena obra.
(2 Timoteo 3:16-17)

La Biblia no fue inventada por los hombres sino que viene directamente de Dios,
fue inspirada por él. Contiene sus palabras y su voluntad para nosotros sus
siervos. En ella Dios nos corrige, nos dice cómo vivir de una forma agradable a él
y cómo obrar de forma justa en todo momento. También nos habilita para hacer
todo aquello que será de bien y de bendición para nosotros y para los demás.

2. Enseña, alienta y da esperanza

De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin


de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra
esperanza.
(Romanos 15:4)

Podemos aprender algo de todo lo que está escrito en la Biblia. La historia del
pueblo de Israel, la de los profetas y sobre todo, la vida de Jesús, sus enseñanzas
y su sacrificio por cada uno de nosotros... Todas las palabras e historias de la
Biblia nos ayudan a entender mejor la fidelidad, el poder y el amor de Dios y nos
alientan en nuestro andar diario.
La Biblia nos habla de la mayor esperanza que se puede tener gracias a la
obra de Jesús en la cruz y su resurrección. Nuestros corazones se llenan de
esperanza al ver que, con Jesús, nuestra vida terrenal tiene propósito y gracias a
él sabemos dónde estaremos por la eternidad.

Fortalece tu esperanza al leer sobre la importancia de la resurrección de Jesús.

3. Alimenta el espíritu y nos ayuda a crecer

Deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así,
por medio de ella, crecerán en su salvación, ahora que han probado lo bueno que
es el Señor.
(1 Pedro 2:2-3)

Debemos anhelar recibir el alimento de la Palabra de Dios. Nuestro deseo debe


parecerse al de un bebé recién nacido que ansía recibir la leche materna
pues solo las palabras de nuestro Padre saciarán nuestra hambre espiritual.

Si deseamos ser cristianos fuertes que crecen y glorifican a Dios en todo,


debemos alimentarnos cada día con su Palabra y pedirle que nos ayude a reflejar
más de él. ¡Así mostraremos al mundo el gozo de la salvación y de servir al Señor!
4. Es viva y poderosa

Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier


espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta
la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.
(Hebreos 4:12)

Leer la Biblia nos transforma desde lo más profundo de nuestro ser. No hay


esquina de nuestra mente o de nuestro corazón que pueda escapar al poderoso
escrutinio que se desata cuando pasamos tiempo leyendo y saboreando las
palabras de nuestro Padre celestial. ¡Tal es el poder vivo y transformador de su
Palabra!

Tres ejemplos bíblicos de vidas transformadas.

¿Cómo es esto posible? Porque no son solo palabras. Traen vida porque vienen
de parte del Dios todopoderoso. Si leemos la Biblia con corazones abiertos al
mover del Espíritu Santo esa lectura nos cambiará. Nos mostrará lo que
debemos mejorar o dejar atrás, la condición real de nuestro ser interior y cuánto
necesitamos permitir que Dios realice su obra en nosotros.

5. Ilumina nuestro camino


Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.
(Salmo 119:105)

A través de la Biblia recibimos dirección para saber el camino a seguir. ¡Son


tantas las decisiones que debemos tomar a diario! La luz del Señor brilla y
resplandece en medio de la oscuridad del mundo que nos rodea y nos muestra el
camino (la decisión) que agrada a nuestro Padre celestial.

La Biblia nos ayuda a discernir lo que viene de Dios y lo que no, lo que nos
acerca a él y lo que no. Por eso es tan importante pasar tiempo en oración
leyendo su Palabra. Y, por supuesto, una vez reconocemos lo que él desea que
hagamos, debemos dar los pasos de obediencia siguiendo la luz que ilumina
nuestro camino.

6. Es eterna
La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece
para siempre.
(Isaías 40:8)

Todo lo físico que nos rodea perecerá: las montañas, las flores, los ríos... Nosotros
mismos somos físicamente finitos, nuestros cuerpos envejecen y mueren. ¡Pero la
Palabra de Dios ha permanecido y permanecerá por la eternidad!

A través de la historia han surgido líderes y gobernantes con la intención de


destruir y acabar con la Biblia. Han intentado quemarla, prohibir que la publiquen,
que la compren o que la lean. Todavía hoy existen gobiernos así, pero la Biblia
permanecerá porque contiene las verdades de nuestro eterno Padre celestial. ¡Él
es eterno, omnipotente, y su Palabra también prevalecerá!

7. Tiene autoridad
Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan
refugio.
(Proverbios 30:5)

Toda la Biblia es fiable y tiene autoridad, no solo las partes que nos gustan o
que encajan con lo que queremos oír de parte de Dios. Al confiar en la veracidad y
el poder de toda la Palabra de Dios comenzamos a dar pasos de fe y a actuar en
obediencia a lo leído.

Es ahí, cuando nos movemos y actuamos como hijos obedientes, que vemos


obrar la mano protectora de Dios. Decidimos andar en él y en su verdad,
sabiendo que en él nos podemos refugiar porque él nunca nos fallará.

9 razones importantes para leer la Palabra de Dios

8. Es el mejor fundamento para la vida


Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un
hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.
(Mateo 7:24)

Para tener una base firme y resistente en nuestra vida, lo prudente o sensato
es obedecer las palabras del Padre. Así seremos como esa casa construida
sobre la roca: tendremos un fundamento sólido, fuerte y estaremos preparados
para hacer frente a cualquier calamidad inesperada. Mateo 7:25 dice:

Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella
casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca.

La Palabra de Dios es ese fundamento firme necesario para poder afrontar las


dificultades y retos que se nos presenten en la vida. La vida trae tormentas
inesperadas: enfermedades, desempleo, dolor, traición, promesas incumplidas...
Pero en la Biblia encontramos consejos para todas esas
situaciones, ánimo para los momentos de dolor y mucha sabiduría para tomar
las decisiones que agradan a Dios.

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