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Actividad del Instituto Bíblico Teológico: Ensayo.

Realizado por: Ana Patiño.

Como usar la música en el evangelismo

El hábito de la música aparece en la Biblia aproximadamente 800 veces, lo


hace desde las primeras páginas del Génesis. Cantar el sentido espiritual debe
ser algo verdaderamente arraigado al corazón. Éste ensayo refiere sobre el
respectivo valor que posee la música según la Palabra de Dios, haciendo
referencias bíblicas para dar a entender cómo puede haber un efecto
trascendental en las almas de las personas enarbolando el nombre de Cristo y
su glorioso evangelio a través de la música, alabanza y adoración.

En primer lugar el creyente debe saber que la música es un lenguaje que


afecta la manera de pensar o el carácter y que Dios tiene principios que
debemos seguir, al entender esto hay mayor posibilidad de saber qué clase de
música debemos tener. La verdad es lo que Dios afirma que es la verdad.

En la palabra vemos al Señor derramar gloria poderosamente en medio de las


alabanzas de su pueblo (2Cr 5:12-14; Sal 22:3) y maniobrar a través de ella
prodigiosamente (2 Cro 20:1-30; Is 30:32). Los masquil (cantos instructivos
para los fieles) desde la antigüedad fueron usados para instruir a Israel (pueblo
de Dios) tanto espiritual como moralmente, y ese privilegio ha pasado a los
gentiles, que ahora son parte de su pueblo conjuntamente.

Las Escrituras animan al pueblo de Dios a hablar entre ellos con salmos,
himnos y cantos espirituales (Ef 5:19-20), hábito que instruye el corazón a
salmear al Señor desde el alma, edificados en sanas enseñanzas que alaben a
Dios (Col 3:16), por ello debemos entender que la música tiene cualidad moral
dada por el Creador, quien la ha hecho uno de los métodos de comunicación
más efectivos y puede ser usada para evangelizar, puesto que la presencia del
Señor se hace notoria en un pueblo que alaba y adora con fervorosa pasión u
amor, de lo contrario la música o alabanza que emitamos hará de nuestra vida
un instrumento que resuene ruidosa y desafinadamente (1 Cor 13: 1). El
evangelizar con la música no se trata de cantar sólo con la boca sino también
con la vida; una vida afinada a la música celestial tiene como efecto el alcance
de almas; hacemos oír al mundo el canto del Señor si armonizamos con su
santo y precioso corazón.

Un vivo ejemplo bíblico lo vemos cuando Pablo al evocar junto con Silas un
musical canto provoca el derramamiento del poder del Señor para desatar
ligaduras de impiedad e impartir consuelo al corazón quebrantado, siendo
libertado de opresora carga para salvación (Hech 16:25-34).

Pablo hace una exhortación fundamental en sus epístolas "¡Llenaos


del Espíritu Santo!", seguida de cinco verbos: "Recitad entre vosotros salmos,
himnos y cánticos inspirados",  "cantad para el Señor desde lo hondo del
corazón", "dando gracias siempre y por todo al Dios Padre en el nombre de
Jesús", "Sometidos los unos a los otros en atención a Cristo".

Esto quiere decir que la plenitud del Espíritu tiene como resultado el canto, la
alabanza, la acción de gracias y el sometimiento mutuo, pero por otra parte,
quiere hacernos comprender que cuando cantamos saturados de su Palabra,
unánimes, alabando al Señor y dándole gracias por todo, estamos más abiertos
a la acción del Espíritu y experimentamos en mayor plenitud su musicalidad. La
música con instrumentos y cantos de alabanza dentro de la llenura del Espíritu
Santo es un canal de doble dirección por el que recibimos la vida de Dios y por
el cual expresamos en esta vida que el único y verdadero Dios está en nuestro
interior, porque fuimos diseñados para alabanza de su Nombre (Ef 1:5-14).

Conclusión

La música cristiana espiritual es de origen judío, la liturgia musical de la


sinagoga, particularmente el canto psalmódico  de los judíos representó su tipo
de unidad poética musical, fue un legado preciado, transmitido del Israel
antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel
personal como comunitario las creencias y la fe en Dios. Para usar la música
en el evangelismo es necesario reconocer que como instrumentos, con el
carácter de Cristo desarrollado, mostrado en el fruto del Espíritu al diario vivir y
yendo de la mano de Dios, la música es una herramienta útil, tanto para
evangelizar almas como para tratar aspectos de la vida que ha de llevar un
verdadero cristiano íntimo a Dios.

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